Psicosis
La psicosis es un término genérico utilizado en la Psicología para referirse a un estado mental descrito como una pérdida de contacto con la realidad. A las personas que lo padecen se les llama psicóticas. Aunque, en la actualidad, el término "psicótico" es a menudo usado incorrectamente como intercambiable con "psicopático."

Las personas que experimentan psicosis pueden presentar alucinaciones o delirios y pueden exhibir cambios en su personalidad y pensamiento desorganizado. Estos síntomas pueden ser acompañados por un comportamiento inusual o extraño, así como por dificultad para interactuar socialmente e incapacidad para llevar a cabo actividades de la vida diaria.

Una amplia variedad de elementos del sistema nervioso, tanto orgánicos como funcionales, pueden causar una reacción psicótica. Esto ha llevado a la creencia que la psicosis es la 'fiebre' de enfermedad mental, un indicador serio pero no específico.[1] [2] Sin embargo, muchas personas tienen experiencias inusuales y de distorsión de la realidad en algún momento de sus vidas, sin volverse discapacitadas o incluso angustiadas por estas experiencias. Por ejemplo, muchas personas han experimentado visiones religiosas de algún tipo y algunas han hallado inspiración o revelación divina en ellas.[3]

Como resultado, se argumenta que la psicosis no está fundamentalmente separada de una consciencia normal, sino más bien es un continuum con consciencia normal.[4] Desde esta perspectiva, las personas que son diagnósticadas clínicamente como psicóticas pueden estar teniendo simplemente experiencias particularmente intensas o angustiantes (véase esquizotipia).

Definición [.]
El Diccionario Medico de Stedman define la psicosis como "un desorden mental severo, con o sin un daño orgánico, caracterizado por un trastorno de la personalidad, la pérdida del contacto con la realidad y causando el empeoramiento del funcionamiento social normal".[5]

Una correcta apreciación del término implica circunscribir la psicosis como una situación de enfermedad mental que presenta un desvío en el juicio de realidad. Este desvío es propio de la psicosis, a diferencia de la insuficiencia de juicio propia de la oligofrenia, del debilitamiento propio de las demencias, y de la suspensión del juicio propio de los estados confusionales (o delirium).

Los sujetos psicóticos suelen experimentar (o no) alucinaciones, pensamientos delirantes (siempre si están en período de estado), y trastornos formales del pensamiento (cambios de las relaciones semánticas y sintácticas).


Clasificación [.]
Existen históricamente muchas clasificaciones, algunas de las cuales se establecían en función de ser cuadros delirante-alucinatorios (Ej. las esquizofrenias) o no alucinatorios (ej. la paranoia), en psicosis delirantes verosímiles o inverosímiles, bien o mal sistematizadas, en relación a su irrupción como proceso o desarrollo, etc.

En la actualidad, mundialmente se acepta como sistema de clasificación nosológica al DSM-IV, y como descripción clínico -psiquiátrica sigue teniendo peso la escuela alemana de Bleuler, Kraepelin y Kleist, y en cuanto a la descripción de delirios, la reseñada por la escuela francesa con Gaetán de Clerembault como mayor exponente.

Por lo general el sujeto carece de introspección acerca de la naturaleza extraña o extravagante que puede adoptar su conducta o sus pensamientos, los que terminan por provocar una grave disfunción social.

El DSM (Manual Estadístico y Diagnóstico de los Trastornos Mentales; American Psychiatric Association) reconoce varios tipos de psicosis:

Esquizofrenia
Tipo paranoide de esquizofrenia
Tipo desorganizado de esquizofrenia
Tipo catatónico de esquizofrenia
Tipo indiferenciado de esquizofrenia
Tipo residual de esquizofrenia
Trastorno esquizofreniforme
Trastorno esquizoafectivo
Trastorno delirante
Trastorno psicótico breve
Trastorno psicótico compartido
Trastorno psicótico debido a... (indicar enfermedad médica)
Trastorno psicótico inducido por sustancias
Trastorno psicótico no especificado

Síntomas [.]
Los siguientes son síntomas que sugieren la presencia de un trastorno de tipo psicótico:

Cambios bruscos y profundos de la conducta.
Replegarse sobre sí mismo, sin hablar con nadie.
Creer sin motivos que la gente le observa, habla de él o trama algo contra él.
Hablar a solas creyendo tener un interlocutor (soliloquio), oír voces, tener visiones (alucinaciones visuales, auditivas) sin que existan estímulos.
Tener períodos de confusión mental o pérdida de la memoria.
Experimentar sentimientos de culpabilidad, fracaso, depresión.
ADVERTENCIA: Algunos de estos síntomas también pueden experimentarse en condiciones no psicóticas: abuso de sustancias, trastornos de personalidad, eventos estresantes -distresantes-, lo que Jaspers ha denominado 'situaciones límite', momentos graves de neurosis -por ejemplo ciertas neurosis del tipo histeria, de conversión. Sin embargo, pueden tener una estructuración diferente a la de una psicosis, por lo que el tratamiento debe ser muy diferente, de modo que los síntomas mencionados no constituyen ninguna evidencia concluyente. Lo recomendable es que sea diagnosticado por un especialista.


Etiología [.]
Las psicosis tienen diferentes orígenes, y suelen considerarse un síndrome mas que una entidad nosológica diferenciada. Se ha planteado que los fenómenos psicóticos más característicos, como las alucinaciones y los delirios, sean más frecuentes en la población general que lo que se pensaba, y que en realidad podrían ser parte de un continuum sintomático(este ultimo concepto no es aceptado mayoritariamente).

Hacia fines de S. XX, con el auge del avance en genética se ha pretendido encontrar siempre una etiología de dicha índole en las psicosis, lo cual parece reintroducir "criterios" semejantes a los que Lombroso utilizaba a fines de S. XIX e inicios de S.XX. Por el contrario, el psicoanálisis considera que las psicosis se deben a factores exógenos al afectado, factores ambientales. Lacan explica la génesis de la psicosis (tras estudiar muchos casos) en un proceso llamado forclusión.

¿Qué teoría sería la correcta? Estadísticamente parecen existir psicosis "congénitas", pero a día de hoy dista de estar verificado; en cambio es evidente que situaciones de distrés (estrés negativo), irritación y mortificación, decepciones sentimentales, pueden ocasionar psicosis. [cita requerida].

En castellano, a la psicosis vulgarmente y peyorativamente se le llama "locura", pero téngase en cuenta que "locura" es toda actitud "anormal" sin que por ello se trate realmente de una psicosis (los 'rituales' de un neurótico obsesivo compulsivo pueden parecer "ejemplos típicos" de "locura", si bien nada tienen que ver con una psicosis). Ciertas fobias pueden hacer creer al inexperto que se trata de "locuras"; más aún, el ataque de pánico le provoca muchas veces a la misma persona afectada la sensación de que se está volviendo "loca".

Por otra parte muchas veces también se confunden las demencias, de etiología orgánica, con las psicosis. De modo que se debe tener especial cuidado al hablar de estas enfermedades ya que son entidades muy diferentes y su evolución es, también, muy diferente [cita requerida].


Tratamiento [.]
El tratamiento de una psicosis depende del origen que tenga, pero en general en la mayoría de los casos se utilizan medicamentos antipsicóticos, además de diversos apoyos psicosociales y el tratamiento de la enfermedad de base.
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Neurosis

Existe una confusión generalizada sobre el término “neurosis”. Por un lado se aplica, como síntoma, a un conjunto heterogéneo de trastornos mentales que participan de mecanismos inadaptativos ligados a la ansiedad. Por otra parte su uso popular (como sinónimo de “obsesión”, “excentricidad” o “nerviosismo”) ha provocado su extensión a terrenos no estrictamente ligados a la enfermedad mental.



Generalidades [.]
El término clásico hace referencia a un trastorno mental sin evidencia de lesión orgánica que se caracteriza por la presencia de un nivel elevado de angustia y una hipertrofia disruptiva de los mecanismos compensadores de la misma. El sujeto mantiene un adecuado nivel de introspección y conexión con la realidad, pero presenta la necesidad de desarrollar conductas repetitivas y en muchos casos inadaptativas con objeto de disminuir el nivel de estrés. Se trata, en realidad, de un rasgo caracterial que acompaña al sujeto durante toda su vida, de gravedad muy variable, desde grados leves y controlables hasta situaciones gravemente incapacitantes que pueden llegar a precisar hospitalización.


Historia de la neurosis [.]
El origen del término “neurosis” se encuentra a finales del siglo XVIII aunque su máximo uso se circunscribe al XIX, en plena eclosión de la especialidad psiquiátrica, siendo empleado originalmente para describir cualquier trastorno del sistema nervioso. El médico escocés William Cullen publica en 1769 su obra Synopsis nosologiae methodicae, refiriéndose con el término “neurosis” a un trastorno general del sistema nervioso, sin fiebre ni otras lesiones orgánicas demostrables, y capaz de alterar las capacidades sensitivas y motoras del individuo, mezclándose en este concepto patologías tan dispares como mareos y desmayos, el tétanos, la rabia, las crisis histéricas, la “melancolía” (posteriormente denominada depresión) o la manía. Sigmund Freud desarrolló diversos trabajos en relación con la histeria y los trastornos obsesivos, publicados entre 1892 y 1899, sentando las bases psicogénicas de lo que él denominó psiconeurosis. A partir de sus trabajos se elaboró una clasificación, ya en desuso, que distinguía varios tipos de neurosis (en función de la expresión final de los síntomas provocados por el síntoma nuclear de la angustia): Neurosis de angustia, neurosis fóbicas, neurosis obsesivo-compulsivas, neurosis depresivas, neurosis neurasténicas, neurosis de despersonalización, neurosis hipocondríacas y neurosis histéricas. El principal interés de Freud se centró en lo que denominó “neurosis de angustia”, descrita en torno a un estado de elevada excitabilidad del paciente expresada como “espera angustiosa” sobre la que el sujeto elabora expectativas funestas de futuro basadas en simbolismos (determinado sonido significa que un familiar acaba de morir, un gesto inapropiado acarreará mala suerte…). Para Freud el paciente posee un caudal de angustia que permanentemente se va depositando en forma de miedos, fobias, ataques de angustia (taquicardia, taquipnea, sudoración…), etc En 1909 Pierre Janet publica “Las neurosis”, obra en la que establece el concepto de “enfermedad funcional” frente al modelo anatómico-fisiológico. Desarrolla así el paradigma médico que basa el daño no en la alteración física del órgano, sino en su función. Las funciones superiores, adaptativas, provocan cuando se ven alteradas o disminuidas, un estado “neurasténico” (o de “nerviosismo”) en el que se sobreexpresan otros estados inferiores como la agitación o la histeria.


Aspectos clínicos [.]
El término neurosis fue abandonado por la psicología científica y la psiquiatría. Concretamente, la O.M.S. (CIE-10) y la A.P.A. (DSM-IV-TR) han cambiado la nomenclatura internacional para referirse a estos cuadros clínicos como trastornos, entre los que se incluyen:

Trastornos depresivos (distimia, ciclotimia, episodios depresivos leves, moderados o graves (con o sin síntomas somáticos)
Trastornos de ansiedad (fobias, trastorno obsesivo-compulsivo, agorafobia, crisis de angustia, trastorno por estrés postraumático, trastorno de ansiedad generalizada)
Trastornos somatoformes (dismorfofobia, trastorno de conversión, hipocondría, dolor somatoforme, trastorno de somatización)
Trastornos disociativos (trastorno de personalidad múltiple, fuga y amnesia psicógenas, trastorno de despersonalización, trance y posesión)
Trastornos sexuales:
Parafilias (exhibicionismo, fetichismo, froteurismo, pederastia, masoquismo, sadismo, travestismo, voyeurismo)
Disfunciones sexuales (deseo inhibido, aversión al sexo, anorgasmia, impotencia, eyaculación precoz, dispareunia, vaginismo)
Trastornos del sueño (insomnio, hipersomnia, parasomnias, terrores nocturnos, sonambulismo, disomnia)
Trastornos facticios
Trastornos del control de impulsos (cleptomanía, trastorno explosivo intermitente, ludopatía, piromanía, tricotilomanía)
Trastornos adaptativos
Factores psicológicos que afectan al estado físico
Trastornos de la personalidad
Códigos V (simulación, problemas interpersonales, duelo patológico, problemas funcionales, rol de enfermo, etc.)

La neurosis y el arte [.]
A partir de los trabajos de Freud y Jung sobre la utilidad del simbolismo en la revelación del inconsciente se han desarrollado múltiples tesis sobre la influencia de la psicopatología (y especialmente las neurosis) en la actividad creativa o artística. Para Jung el artista "desvelaba" arquetipos ayudando al observador del fenómeno artístico a comprender el universo.[1] Y a través de esa propiedad elaboró toda una estrategia terapéutica basada en el valor simbólico del proceso artístico (capaz de revelar los procesos psíquicos del paciente y de ayudar al terapeuta). La escuela psicoanalítica posterior ha seguido ahondando en esta línea terapéutica.
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