Todas las células y tejidos corporales funcionan con un rango normal de actividad eléctrica. La piel también presenta un fascinante comportamiento electrofisiológico. Durante largos años,se ha trabajado extensamente para elaborar los mapas de la conductividad eléctrica característica de la piel en relación con las funciones internas. La relación entre la piel y el sistema nervioso se explica por la embriología común de ambos sistemas.

La expresión clínica del sufrimiento de algún órgano (visceral), o de un segmento corporal (somático) es detectable por los cambios significativos en la conductividad eléctrica de la piel en la zona correspondiente a las proyecciones nerviosas de estas regiones.

Los aparatos DENS están diseñados para percibir la actividad de la impedancia de la piel y, a través de un proceso interactivo, inducir el tejido a entrar en su rango normal. Si el tejido está dentro de su rango normal, el impulso de DENS tiene un efecto simple, neutral. Sin embargo, si el tejido está funcionando fuera de rango, el impulso actúa instantáneamente para comenzar a ajustar la impedancia hacia la normalidad. Fundamentalmente, si la actividad eléctrica es muy alta, el impulso de DENS actúa reduciéndola y llevándola a un nivel normal. Por el contrario si la actividad es muy baja, esta es estimulada a un nivel normal.

Por medio del cambio dinámico de los impulsos de los aparatos DENS, que son dependientes de la actividad de la impedancia de la piel (ver articulo “Forma del impulso”), se consigue un efecto llamado retroalimentación biológica ó “biofeedback” en inglés.

Explicación: en el momento del contacto de los electrodos del aparato con la piel, el aparato empieza a medir la impedancia y dar la señal neurosimilar correspondiente al sistema nervioso central para regular el tejido. Después de enviar el impulso neurosimilar el aparato tiene línea cero hasta la primera fase del siguiente impulso, que de nuevo mide la impedancia de la superficie de la piel y dá otra señal al sistema central nervioso.

Al final, cuando el tejido esta normalizado, comienza ha actuar la retroalimentación biológica del organismo - el cerebro, a la respuesta de normalización de la impedancia de la piel, manda la señal curativa al órgano correspondiente. Este funcionamiento esta basado en el principio de electroreflexoterapia.

Así se incrementa la circulación sanguínea en el órgano afectado, liberando neuropéptidos, estimulando el flujo linfático, los músculos se relajan, reestabiliza el estado fisiológico natural del cuerpo y restaura la homeostasis suavemente.

Está clínicamente demostrado el alto efecto terapéutico de la Tecnología DENS.