Contribución a su tratamiento con Medicina Homeopática

Tanto los pacientes infectados por esta bacteria como los médicos que los tratan, conocen sobradamente la dificultad con que tropiezan, dadas las características de rebeldía que esta particular infección presenta.

Casi sin excepción, los cultivos de orina vuelven a dar resultados positivos a pesar de la antibióticoterapia que reiteradamente se les administra.
Una de las explicaciones de la Medicina Tradicional consiste en que la bacteriuria que se presenta cada tanto depende de la resistencia que el germen desarrolla a partir de la terapéutica intensiva y repetida.

El concepto homeopático del terreno individual confiere otra dimensión al entendimiento de la predisposición individual hacia estas infecciones y asimismo encara los tratamientos basándose en la certeza de que el cuerpo se halla con frecuencia inundado de toxinas
generadas por las mismas bacterias, toxinas que debilitan su terreno orgánico y favorecen la reproducción de cepas nuevas más refractarias al trabajo medicamentoso.

Como primera medida, el Homeópata suministra al paciente un medicamento llamado "de terreno", el que provoca un incremento en el "pool" inmunológico individual (generalmente una Tuberculina diluida), y a continuación se administra el Nosode propio de la infección, a saber, el Colibacilline, extraído de cultivos tipificados de Escherichia Coli y dinamizado según técnicas homeopáticas, el que dosificado según potencia, cada 20 o 30 días, negativiza los urocultivos por cada vez más largos períodos.

El objetivo principal que se busca , es el de retrotraer en forma natural la infección a sus períodos de comienzo, cuando la puerta de entrada fue la vía urinaria.
En muchos pacientes , la presencia de síntomas tales como astenia, diarreas matinales, fobia al frío, sensación de lagunas mentales y equivocaciones al hablar empleando una palabra por otra, han orientado al homeópata hacia la búsqueda de esta peculiar infección, comprobando en la mayoría de esos casos la existencia de la misma.

Para estos casos, están indicados medicamentos tales como Psorinum, Silícea, Cistus Canadiense y Thuja Occid., los que fortalecen la actividad linfocitaria, medible a través del incremento de las subclases de linfocitos OKT4 y OKT8.

En las formas digestivas de infección colibacilar, caracterizadas por dispepsias y enteritis crónicas de difícil solución, la medicación de elección es casi siempre en base a Antimonium Crudum, Pulsatilla y Sepia adoptados en base a los signos y síntomas particulares y modalizados de cada paciente.

Un párrafo aparte merece consignarse para hacer referencia a aquellos enfermos que a pesar de todo lo efectuado, continúan presentando urocultivos positivos. En ellos he utilizado con gran satisfacción un autonosode, verdadera autovacuna elaborada a partir de su propia orina, y diluida homeopáticamente, para administrarla mensualmente o quincenalmente durante largos períodos.
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Medico residente de nefrologia
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