Lo que usted plantea es interesante,hasta el punto cuarto, en el que usted plantea que si desde el punto físico o moral la persona desea dejar de masturbarse y no puede posiblemente se debería tratar como una adicción. Esto es completamente erróneo y es el error en el que caen todos los radicalismos que prohíben la masturbación, ya sean religiosos o de otra índole. En este caso para evitar los sentimientos de culpa que pueden llevar a otro tipo de patologías psiquiátricas se debe actuar sobre los problemas físicos o morales que se le plantean al individuo al llegar la hora de la masturbación,en cuanto a los problemas físicos buscar alternativas de salud en la moderación y la relajación fundamentalmente y en los morales hablar con un psicólogo o educador que nos haga comprender que lo que hacemos no es nada malo.
Tratar desde la adicción añade un problema grave más, de índole psico-social .