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Publicaciones de Cardiología

Factores psicosociales que inciden en la rehabilitación del enfermo cardiaco.

          

El trabajo y su relación con la autoestima

El trabajo  permite al hombre el ejercicio de sus facultades humanas ( inteligencia - voluntad) y de las cualidades y potencialidades específicas de cada individuo que lo hace único e insustituible, permitiéndole satisfacer todas las necesidades vitales (especialmente biológicas y psicológicas)  realizarse como persona ( dignificándolo como ser espiritual) y mantenerse de esta manera adaptado a la realidad ( función de equilibrio) y al grupo social al que pertenece ( función social del trabajo)[1].

Los cambios a nivel conductual, se relacionan con el hecho de que el cese o disminución constituyen de por sí una situación tensionante, en tanto y en cuanto implica la pérdida de algo ( trabajo, estabilidad económica, dinero, etc. ) Y   porque conlleva un cambio, que tiene inevitables repercusiones en el individuo, provocando en él un aumento en el nivel de tensión interna acostumbrado,  generando emociones tales como ira, odio, rabia y miedo. Al  aumentar ese nivel la tensión, las conductas necesariamente sufren modificaciones que responden a ese incremento de tensión y a esos estados emocionales generados por la situación.

El miedo que produce el cese de la actividad laboral se relaciona con el temor a la desaparición de esa actividad que le permite obtener seguridad, gratificación y satisfacer las necesidades individuales. En este caso la pérdida es vivida en forma dramática,  asignando violencia en muchos casos ya que el yo se siente amenazado en cuanto a su seguridad, protección e integridad.

En el enfermo cardíaco al limitarse su trabajo o al cesar su actividad laboral, su autoestima se ve empobrecida, se siente inútil e improductivo para la sociedad, y suele producirse un estado patológico de depresión.

Se presenta un sentimiento de marginalidad, se siente excluido o aislado del grupo de pertenencia por poseer  características diferentes. Surge el sentimiento de pérdida de estatus o lugar dentro de la sociedad, dado que su nivel de ingreso disminuye, con lo que se marca una diferencia que lo coloca necesariamente en una situación de desigualdad de condiciones que le impiden competir con el que hasta ese momento es su grupo de referencia.

Cuando la marginalidad se presenta con  intensidad genera resentimiento, rivalidad, envidia que en muchos casos se expresa por medio de emociones negativas. La actual sociedad de consumo y producción  acrecienta el sentimiento negativo al sobrevalorar el cuerpo joven, sano y el prestigio y poder económico.

Depende del nivel de autoestima que el sujeto posea para afrontar los cambios en su estilo de vida que requiere a partir de la enfermedad. Por lo tanto se sostiene como hipótesis que existe una relación directa entre el nivel de autoestima y la rehabilitación del enfermo cardíaco.

Ante la diversidad de variables, el paciente cardíaco asume una posición que puede determinar el sentimiento de valía sobre sí mismo. Hay confluencia de las distintas circunstancias en su personalidad. Puede elegir adaptarse a su situación y buscar caminos que contribuyan a mantener y desarrollar la autoestima u optar por asumir todo lo negativo, en desmedro de su autoestima, obstaculizando la expresión de su individualidad.

Este sentimiento varía de un enfermo cardíaco a otro y está  relacionado con los valores que forman parte de su identidad. La construcción de la representación que el sujeto hace di sí mismo ( identidad) incluye elementos valorativos que se ubican a lo largo de una escala de valores en cuyo punto máximo concluye con la formación del Yo ideal...Su punto mínimo que configura la contrapartida de dicho ideal se denomina negativo del Yo ideal, entre ambos extremos se desplaza la actitud comparativa del yo del sujeto y de la cual depende la medida de autoestima.

Un enfermo que posea baja autoestima, trata de implementar recursos para mantener el sentido de valor personal. Así aparecen pautas típicas de la personalidad, que por su carácter de protección se las llama defensas. La más típica que  aparece es la negación, tanto de los aspectos positivos (virtudes)  como de los negativos ( defectos) .

 

          

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