Bioetica y adolescencia. Algunas consideraciones
Autor: MsC. Dra. Cecilia M. Castañeda García | Publicado:  13/05/2008 | Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria , Pediatria y Neonatologia | |
Bioetica y adolescencia. Algunas consideraciones.1

Bioética y adolescencia. Algunas consideraciones.

 

MsC Dra. Cecilia M. Castañeda García.

 

Especialista de 1er grado en Pediatría. Profesora Asistente. Master en Atención Integral al Niño.

 

Introducción.

 

Teniendo en cuenta que en nuestra práctica médica estamos involucrados en satisfacer las necesidades de salud enfermedad de este grupo, nos hemos motivado para la reflexión de algunos aspectos de este grupo etáreo, que en un momento estuvo marginado en el campo de la medicina para su adecuada atención médica, ya que era motivo de controversia entre clínicos y pediatras, viéndose afectada la misma.

 

Nuestro sistema de salud pensando en el bienestar de los adolescentes ha creado un programa, fundamentado en los principios éticos de acuerdo a estas edades y relacionado con sus características físicas, psíquicas y sociales.

 

Desarrollo.

 

Crecimiento y desarrollo en la adolescencia.

 

Como sabemos es una etapa donde existen diversos y profundos cambios en el niño que al final se convertirán en adulto, estos cambios debe ser del conocimiento de médicos, psicólogos, de los padres y de ellos mismos. No existe otro momento después del primer año que estos hechos biológicos se producen tan rápido, sólo en el primer año de la vida y a esta edad el niño no va a crecer ni desarrollarse de una forma tan rápida por lo que se habla del estirón de la pubertad por lo que su retardo es fuente de grandes preocupaciones y ansiedades que den al traste con el equilibrio emocional de la familia toda, nunca será una época de calma y sosiego.

 

Otro factor importante que debe tenerse en cuenta es el estado de salud del jovencito que condiciona el momento de aparición de las modificaciones puberales y relacionado con los mismos. El buen estado nutricional es muy importante porque en estas etapas sus requerimientos serán mayores. Hay algunas enfermedades como el Asma bronquial, Diabetes Mellitus, Cardiopatías que suelen afectar el buen curso de las transformaciones de este período.

 

Estado nutricional de los adolescentes.

 

En este período las necesidades nutricionales son mayores y cuando estos no están cubiertos en forma apropiada los adolescentes se vuelven vulnerables a muchas infecciones, por lo que hay una gran responsabilidad de los padres y médicos de garantizar una dieta que satisfaga estos requerimientos.

 

En el adolescente obeso la relación del médico y los padres se tiene que estrechar mas siendo el médico el gran orientador del debido hábito dietético de acuerdo a esta etapa, pero también tiene que haber una cooperación por parte del adolescente en conjunto con sus padres para evitar las complicaciones que esto conlleva como la Hipertensión Arterial, Trastornos Ortopédicos, Afecciones de la Piel, Alteración del Metabolismo del azúcar y las grasas, y Mal funcionamiento viscerales y limitaciones en sus actividades diarias que desajustan el desarrollo, impidiendo realizar actividades deportivas y sociales como sus coetáneos. Todo esto es reversible si se hace un tratamiento oportuno y sostenido, y evitable si hay una labor preventiva y sistemática por parte del equipo de salud en la atención primaria de salud predeterminando por estos los factores de riesgo de este adolescente.

 

El régimen dietético no puede ser estricto porque el adolescente está en constante crecimiento y desarrollo de forma acelerada, el tratamiento debe de ajustarse de acuerdo al período inicial, del medio y final de la adolescencia.

El médico al igual que su enfermera debe ser orientado y darle apoyo integral al jovencito, logrando una magnífica relación médico paciente con las visitas periódicas a su hogar y una buena acogida en su grupo escolar, en la cuadra y motivarlos a una actividad integral en todos los aspectos de la vida.

 

Relación medico paciente en pediatría; adolescencia.

 

No cabe duda que la relación medico paciente sigue siendo la base de una buena práctica médica. Los médicos que logran establecer una adecuada relación con sus enfermos obtienen mejores resultados en relación con el diagnóstico, tratamiento y satisfacción de las necesidades de sus pacientes que los que no lo hacen.

 

Esta relación entre el médico y el paciente se hace horizontal y simétrica y el enfermo tiene derecho a la decisión y consentimiento. La información mira hacia el consentimiento y este se vuelve imposible sin aquella. Por lo que el consentimiento informado es el nuevo rostro de la relación medico paciente. En la relación medico enfermo intervienen ambos y además el personal y las autoridades del hospital, la seguridad social y la familia. Por tanto existen tres actores en el contexto bioético; el MEDICO, EL ENFERMO Y LA SOCIEDAD. El médico trata de curar, hacer el bien y por ello es dueño del principio de beneficencia, el paciente defiende su derecho a la autonomía y la sociedad y el estado deben proteger el bien común, son dueños de la justicia. Cada uno tiene un significado moral muy específico. Las tres dimensiones son esenciales y deben estar presentes para esta relación,

 

En Pediatría se considera como paciente al niño y su familia, teniendo en cuenta sus valores y conlleva la responsabilidad por parte del pediatra de ofrecer a los padres información adecuada y participación en decisiones terapéuticas. En el caso de los adolescentes deben asumir junto a sus padres la responsabilidad del cuidado de su propia salud de su familia y de su grupo social.

 

En el adolescente hay que tener en cuenta que es una encrucijada de la vida humana, pues es un tiempo en búsqueda de las grandes aspiraciones, se despierta la sed a la perfección tanto física como emocional, es cuando se inicia la pubertad y la transformación del niño en adulto cuando se va adquiriendo la experiencia a conocer y a probarse a sí mismo y es por eso, que los médicos deben saber estas peculiaridades para su orientación y éstos a afrontar exitosamente los problemas que se presenten. Desdichadamente no todos los profesionales de la salud saben abordar estas situaciones con la experiencia o madurez requerida y eso es motivo de daño que a veces es irreparable.

 

Consentimiento o desacuerdo con el acto terapéutico.

 

Generalmente cuando el desacuerdo sucede se debe a experiencias negativas propias o ajenas al adolescente y esto debe ser entendido, pues el profesional deberá ayudar a restablecer la confianza necesaria para lograr los resultados deseados.

 

Desacuerdo de los padres frente a actos terapéuticos.

 

El consentimiento de los padres encuentra su justificación en la institución médica de la tutela, por lo cual aunque el adolescente siga siendo la persona titular de la responsabilidad de decidir ésta es transferida a los padres por la incapacidad del paciente para ejercerla. El Pediatra nunca podrá actuar respetando un desacuerdo inválido y cediendo ante los padres, éticamente no es responsable lo que haga el padre a sus espaldas, pero si es conocido debe evitarlo, ejemplo, abandonar un tratamiento, hecho este que irá en contra del paciente. En este caso de urgencia el pediatra actuará según la recta conciencia y en el interés único de la salud y la vida del adolescente aunque se viole el criterio de los padres, como por ejemplo la autorización de los padres de transfusiones en los testigos de Jehová.


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