Trastorno de somatizacion. Diagnostico y tratamiento en consulta de medicina familiar
Autor: Dr. Ramiro Eduardo Guzmán Guzmán | Publicado:  13/05/2008 | Psicologia , Psiquiatria , Medicina Familiar y Atencion Primaria | |
Trastorno de somatizacion. Diagnostico y tratamiento en consulta de medicina familiar.5

En la Fase I de reatribución se intenta que el paciente se sienta comprendido, se elabora la historia clínica del síntoma, prestando atención a los indicios de malestar psicológico, explorando los problemas sociales y los sentimientos respecto a la enfermedad. Se complementa con una exploración física. Posteriormente se intenta ampliar la agenda, redefiniendo el problema y tratando de esclarecer el vínculo del síntoma con los problemas psicológicos, dando explicaciones al paciente con demostraciones prácticas.

La Fase II consiste en la internalización por parte del paciente del diagnóstico psicológico y su responsabilidad activa en la búsqueda de soluciones.

La Fase III es la del abordaje psicológico, basada en técnicas de relajación, resolución de problemas, tratamiento de la ansiedad, bien en atención primaria o en salud mental, dependiendo de la gravedad del caso. Sería interesante intentar reatribuir también a la familia, usar folletos explicativos y crear unidades de enlace con psiquiatría.

 

3. Tratamiento psicofarmacológico.

 

Los trastornos psiquiátricos que se asocian a somatizaciones, específicamente ansiedad y depresión responden satisfactoriamente al tratamiento farmacológico.

 

En general, este tipo de paciente tiende a padecer más efectos adversos y a desarrollar nuevos síntomas, por lo que es conveniente comenzar con bajas dosis. La prescripción debe ser realizada en conjunto y de acuerdo con el paciente y dado que los resultados producen cierta mejoría pero ésta no es espectacular y puede demorar, no conviene insistir cuando éste sea escéptico o pesimista al respecto. Como estos pacientes carecen del componente de tristeza de la depresión, el término antidepresivo puede no ser resultar muy útil, por lo que se recomienda utilizar otro nombre para dichos fármacos. Sin embargo, como los envases que los contienen, anuncian que se trata de un medicamento antidepresivo, conviene adelantarse a dicho hallazgo dándole previamente una explicación al paciente como por ejemplo: "…este medicamento se utiliza frecuentemente para la depresión por lo que muchos lo llaman antidepresivo, sin embargo en usted lo vamos a utilizar porque ha también demostrado producir alivio en los síntomas que menciona...".

 

El dolor puede ser el síntoma principal en algunos pacientes por lo que podrían beneficiarse del uso de antidepresivos, explicando al paciente el efecto que pueden tener sobre el control del dolor. También de benzodiacepinas en los pacientes con gran carga de ansiedad,  beta-bloqueantes si hay excesivos síntomas por hiperexcitación del sistema nervioso simpático, y algunos otros como carbamazepina, gabapentina o sulpiride.

 

Problemas frecuentes encontrados en el manejo.

 

Establecer objetivos poco realistas. Para evitar la frustración en ambas partes, el objetivo no debe ser eliminar los síntomas, sino ayudar al paciente a manejarlos o convivir con ellos. Ambos deberán aceptar la incertidumbre de no tener un diagnóstico preciso, a pesar de lo que el médico se compromete a seguir cuidándole.

 

Presencia de padecimientos orgánicos sobreañadidos que pueden aparecer como en cualquier otro paciente. En el somatizador, además, la sintomatología o el sufrimiento puede ser exagerado en relación a la patología que se objetiva: es importante tenerlo en cuenta; quizá en este tipo de enfermos (somatizador con patología orgánica) haya que guiarse más de hallazgos objetivos en la exploración física o en pruebas complementarias para el seguimiento de su enfermedad.

 

Petición de pruebas complementarias o derivaciones. Es frecuente que el paciente lance el reto al médico "¿y cómo puede saber que no tengo un tumor sin hacerme un escáner"? o similar; los argumentos que podemos utilizar son:

- las visitas pactadas sirven para descartar problemas graves

- nuestra accesibilidad en caso de que las cosas no vayan bien

- la posibilidad real de pedir tales pruebas, pero cuando sean necesarias para evitar iatrogenia; dar márgenes de espera, no negarlas de entrada pero sí posponerlas.

 

En estas situaciones es importante tener un alto grado de asertividad y autocontrol emocional. De todas formas, lo más frecuente en la consulta diaria es la negociación de petición de análisis de sangre. Hacerlos, aparte de poco nocivo, le da al paciente cierta seguridad y sensación de control y mejora la confianza entre ambos.

 

Llamadas fuera de lo pactado, visitas excesivas al servicio de urgencias...

 

En estos casos, es útil mostrar nuestros sentimientos, más que imponer reglas rígidas que podrían parecer arbitrarias:

 

·         si me llamas fuera de hora, no te puedo atender correctamente, puedo cometer errores...

·         veo que esta semana has ido tres veces a urgencias, quizá tengamos que dedicarle más tiempo a...

·         no veo que estemos mejorando, ¿qué crees que podemos hacer?

 

El manejo se puede considerar exitoso si consigue mantener al paciente alejado de los servicios de urgencias, si reduce la exposición a procedimientos iatrogénicos, y por supuesto, si consigue disminuir el sufrimiento, lo que consecuentemente disminuirá nuestro desgaste emocional.

 

Consejos en el tratamiento del paciente somatizador.

 

·         Qué hacer

o    Designar un solo médico de referencia

o    Pactar visitas breves y regulares

o    Permitir papel de enfermo

o    Centrarse en funcionalidad, no en síntomas

o    Explorar aspectos psicosociales

o    Prescribir tratamientos "benignos" y actividades lúdicas

·         Qué no hacer

o    Sugerir que "es de los nervios" o que no tiene nada

o    Realizar pruebas diagnósticas agresivas sin una buena indicación

o    Enviar excesivamente a los especialistas

o    Centrarse sólo en los síntomas

 

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