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Bioetica. Dignidad humana y derechos del adulto mayor
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Autor: Vicenta Emilia Fernández
Publicado: 22/05/2008
 

El estudio sistemático de la conducta humana llamado bioética, está inmersa en el campo de las ciencias de la vida a la luz del ciudadano de la salud y de los principios éticos y morales del hombre. La dignidad del hombre está fundamentada en su autonomía y libertad, la cual se hace vulnerable cuando este llega a la etapa de adulto mayor, por el deterioro fisiológico, enfermedades, alteraciones, psicológicas, sociales y discapacidades que éste presente.


Bioetica. Dignidad humana y derechos del adulto mayor.1

Bioética. Dignidad humana y derechos del adulto mayor.

 

Vicenta Emilia Fernández.

 

Magíster en Gerontología y Geriatría. Magíster en Docencia Universitaria. Licenciada en Educación. Licenciada en Enfermería. Docente titular de Pre y Postgrado e Investigadora del Departamento Salud Integral del Adulto de la Escuela de Enfermería Facultad de la Ciencia de la Salud de la Universidad de Carabobo. Tutora de tesis de Pre y Postgrado. Adjunta a la coordinación de la Unidad de Investigaciones Gerontológicas y Geriátrica (UNIGCR) adscrita al Departamento Enfermería Salud Integral del Adulto de la Escuela de Enfermería. Coordinadora de la Maestría de Gerontología y Geriatría. Miembro de la Comisión de Docencia y Currículo de la Escuela de Enfermería. Miembro de la Comisión de Investigación de Departamento da Salud Integral del Adulto. Investigadora de la línea de Investigación. Intervención de Enfermería en la Promoción de Estilos de Vida Saludable en el Adulto Mayor. 

 

Rosa Rondón de Gómez

 

Doctora en enfermería, salud y cuidado humano, profesora dedicación exclusiva de la escuela de enfermería de la Universidad de Carabobo, tutora de tesis de Pre y Postgrado, ponente a nivel nacional y regional.  Investigadora en la línea de investigación Cuidado humano transpersonal.

 

Universidad de Carabobo. Área de Estudio de Post-grado. Doctorado en Enfermería Salud y Ciudadano Humano. Valencia, Venezuela.

 

Resumen

 

El estudio sistemático de la conducta humana llamado bioética, está inmersa en el campo de las ciencias de la vida a la luz del ciudadano de la salud y de los principios éticos y morales del hombre. La dignidad del hombre está fundamentada en su autonomía y libertad, la cual se hace vulnerable cuando este llega a la etapa de adulto mayor, por el deterioro fisiológico, enfermedades, alteraciones, psicológicas, sociales y discapacidades que éste presente.

 

El adulto mayor debe disfrutar de los derechos humanos y libertad fundamental, en el hogar e instituciones donde reside, este debe vivir con dignidad y seguridad, protegido de maltratos físicos y mentales, según las leyes del estado. La sola pertenencia al género humano, genera un deber de respeto hacia la persona humana, a la enfermera(o) le corresponde gerenciar el ciudadano del adulto mayor, tomando en cuenta los principios éticos de autonomía, beneficencia y justicia que conduzcan al ejercicio profesional desde el punto de vista de la bioética.

 

Palabras clave: Bioética, Dignidad Humana, Derechos del Adulto mayor.

 

Summary

 

The study systematic of the bioethics called human conduct; she is immersed in the field of sciences of life to the Light of the care of the Herat and the ethical and moral principles of the man. The dignity of man is based on his autonomy and freedom, Which not must to him to harm when this one arrives at the stage of greater adult, by the deterioration physiological, psychological, social diseases, alterations and disability that this one presents/displays. The greater adult must enjoy the human rights and freedom fundamentally, in the home and institutions where it resides, this one must to live with dignity and security, frees of bad physical and metal treatments according to the laws of the state. The single pertinence to the human sort generates to have of respect towards the human person. Nurse him it corresponds to guide the care of the greater adult, taking into account the principles ethical of autonomy, charity y justice that leads to the exercise professional from de point of view of the bioethics.

 

Key words: Bioethics, Human dignity, Rights of the greater Adult.

 

Bioética y Ética en el contexto social

 

Históricamente la bioética ha surgido de la Ética Médica centrada en la relación médico - paciente. Es por ellos que la bioética supone un intento de conseguir un enfoque secular, interdisciplinario y prospectivo, global y sistemático de todas las cuestiones éticas que conciernen en la investigación sobre el ser humano y en especial a la biología y a la medicina. (1)

 

Llamamos bioética a la reflexión interdisciplinaria que se ocupa de hacer juicios de valor moral sobre el ciudadano de toda la vida de nuestro planeta, en intima relación con lo abiótico, sin lo cual la vida perdería su soporte. Por su parte, el ser humano contemporáneo carga sobre sus espaldas una pesada hipoteca de responsabilidad ética para cuidar de su propia vida y de su entorno. (2)

 

La definiciones que se le han dado son muy diversas y reflejan en cierta forma una  variedad de enfoques y concepciones: Una de las primeras señala que “la bioética es el estudio sistemático de la conducta humana en el campo de las ciencias de la vida y el ciudadano de la salud, examinada a la luz de los valores y principios morales. (3)

 

Algunos, ponen más de relieve la necesidad de responder a los nuevos problemas planteados por las ciencias biomédicas, así, “la bioética es la búsqueda ética aplicada a cuestiones planteadas por el progreso biomédico”, otros acentúan los aspectos sociales. La bioética es el estudio interdisciplinario del conjunto de condiciones que exige una gestión responsable de la vida humana o de la persona humano en el marco de los complejos progresos del saber y de las tecnologías biomédicas o señalan su papel de polución a los conflictos de valores en el mundo de la intervención biomédica. (4)

 

Existen divergencias en cuanto al contenido de la bioética, algunos, la ven como un simple marco de reflexión y de investigación interdisciplinaria sobre los desafíos a la raíz de los progresos técnico-médicos, otras van más lejos y ven en la bioética un método de análisis que ayude en los casos de toma de decisiones, o más aun, si se considera que forma parte de la ética o es y una forma de ética, esta se puede entender como una búsqueda normativa  del deber ser en el ejercicio profesional. (5)

 

Si quisiéramos precisar aun más esta definición, tendríamos que enumerar esos principios o valores fundamentales, que son el respecto a la persona humana, con la protección de las personas correctas y el respecto y promoción de la vida humana en sí misma. Es un concepción que podríamos llamar ética personalista de la bioética. Llamamos bioética a la búsqueda del conjunto de exigencias del respecto y de la promoción de la vida humana e de la persona en el sector biomédico. (6)

 

Es la bioética, una forma de la ética clásica concebida como “ciencia de la moral”. A través de este enfoque, se comprende la búsqueda de una globalización que incluye aspectos económicos políticos y tecnológicos los cuales se suman a los conceptos morales en un todo armónico. (6)

 

En el campo de la moralidad, resulta controvertido de la determinación objetiva de ella; pero teniendo en cuenta que la moralidad es aquella cualidad de los fenómenos sociales que se expresan en la connotación que tiene para el hombre la delación con sus semejantes; entonces, la determinación subjetiva cae en su propia basa al considerar que la moral es un fenómeno espiritual influido además por la vida del individuo, su fortaleza y acondicionamiento social. (7)

           

En la relación anciano-familia, aparecen elementos que se introducen a partir de las diferencias intergeneracionales en las que se entremezclan elementos afectivo que, positivos o negativos matizan la relación en cada caso y van desde la sobre protección hasta el maltrato y la franca violencia que dan lugar a violaciones de la ética que puede tener influencia determinante en la salud del anciano. (7)

 

En los comienzos de la presente década se introdujo el término “envejecimiento socio genético”, para expresar la gestión ejercida por el grupo social sobre el adulto mayor: hoy cuando se rinden culto a la velocidad técnica, la eficiencia y la juventud, se olvida con frecuencia el valor de la experiencia y la sabiduría de lo vivido, presente en los ancianos que se niegan a reajustar su existencia a normas que no concuerdan con su ritmo biopsicosocial instituido en otra circunstancias socioculturales. Así, establecen, conflictos en cuanto al papel social del anciano dentro de la bioética. (7)

 

Aspectos éticos y morales relacionados con la dignidad humana del adulto mayor.

 

Tradicionalmente, el adulto mayor que se ha entendido como un nomen dignitatis. Una persona no es un ente como cualquier otro. No es un objeto neutro, cuyo contacto nos deje por así decirlo, indiferente. Parece existir una intuición básica que nos lleva a captar que la persona esta revestida de un cierto valor, hay algo que la saca de la neutralidad y la eleva a una categoría de importancia. Sin necesidad de un complejo razonamiento deductivo, de un modo que podríamos llamar “directo”, captamos que el adulto mayor representa un bien en si misma (bien objetivo). Ella posee una cierta preciosidad intrínseca, una importancia positiva o sencillamente un valor. Es precisamente ese valor, exclusivamente de la persona humana, lo que denominamos dignidad. El uso habitual del lenguaje parece reservar la palabra dignidad para referirse a ese valor inconmensurable que poseen exclusivamente las personas. No utilizamos este concepto para referirnos al valor que pueden tener otros entes no personales, como por ejemplo los animales o los objetos inertes. (8)

 

El núcleo central del racionamiento ético deriva, entonces, del hecho de que el adulto mayor es la persona real y concreta, en virtud de su dignidad y estructura antológica, la que define el ámbito de deber moral para las otras personas. En otras palabras, no es ni el deber, ni la ley por la ley, ni la utilidad por la utilidad, etc.; como afirman algunas corrientes éticas actualmente relevantes, lo que define el contenido de la obligación moral, sino que este viene dado básicamente por el respecto a la persona y su dignidad. Pero este reconocimiento de la dignidad de la persona debe expresarse en actos concretos que afirmen a la persona misma, sujeto antológico de esa dignidad. (8)

 

La dignidad como concepto indispensable para pensar la bioética para el adulto mayor.

 

Existe una palabra clave, amada por filósofos, jurista y bioéticos: es la palabra dignidad. El término aparece en el titulo de la convención de Estrasburgo “convención de los derechos del hombre y la dignidad del ser humano”, y en el preámbulo de la misma esta repetida al menos tres veces, de manera que parece licito elevarla al papel de único, posible, y autentico fundamento de una bioética europea. (9)

 

La mayor parte de los bioéticos y de los biopolíticos intentan referirse para resolver  problemas de la bioética a valores éticos acomunantes, resumibles todos en la cifra de la dignidad humana, valores que los hombres de ciencia, y en general todos los operadores en bioética deberían reconocer como prioritarios, para utilizarlos como criterios de legitimación de cualquier praxis de relieve en bioética. Esta perspectiva es posible con dos condiciones, ambas significativamente arduas: la primera está referida a la posibilidad cognitiva de determinar objetivamente los contenidos materiales de tales valores (y en general del mismo termino dignidad); la segunda se refiere a las condiciones axiológicas sobre las cuales estos contenidos pueden ser universalmente compartidos. (10)

 

La una y la otra, de hecho están muy lejos de poder realizarse en la realidad. Por el contrario, se podría añadir que en la modernidad se ha impuesto lo que Max Weber llamaba politeísmo ético, a saber, la moral está asumiendo una configuración paradójica. Niklas Luhmann lo expresa afirmando que en las sociedades de alta complejidad, como la nuestra, la ética es peligrosa; es peligrosa porque activa conflictos axiológicos que no es capaz de desactivar y recomponer, y en defecto, es una señal de contradicción, y de laceración mucho más fuerte que las ideas políticas. No debe sorprender, por lo tanto, la pobreza de la biojurídica italiana comparada con la floreciente reflexión bioética. (10)


Bioetica. Dignidad humana y derechos del adulto mayor.2

Dignidad humana y sus implicaciones éticas en el adulto mayor.

 

Cada día, los adultos mayores toman conciencia de sus derechos, y solicitan a las instituciones y a las distintas actividades sociales que se le respete. El personal de salud, entre los que se encuentran las enfermeras, debe contar con la opinión de los enfermos al momento de optar por tratamientos. Este personal a de tratar al paciente con el respeto que como persona merece, para lo cual debe establecer un dialogo con él, sobre lo que este necesita. (11)

 

La declaración universal de derechos humanos (D.D.H.H,, 1948) cita: “la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad…”, luego en su artículo menciona que: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”. Así mismo, sus artículos 22 y 23 disponen el derecho de toda persona a obtener del estado, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad, y a recibir una remuneración equitativamente y satisfactoria que le asegure a él y a su familia una existencia conforme a la dignidad humana. (12)

 

El valor intrínseco, de cada uno de los seres humanos, debe ser reconocido independientemente de su condición social, sexo, raza, edad, creencias religiosas y políticas. El respeto a la vida humana, en cualquiera de sus etapas, desde la vida intrauterina hasta la terminal, esta revestida de dignidad y en consecuencia de inviolabilidad, por muchos países y religiones; pero para otros, que aprueban el aborto, la pena de muerte y la eutanasia lo digno es intervenir la vida. Esto demuestra que el concepto de dignidad es simultáneamente fuerte y débil y a veces contradictorio. (13)

 

Valores y principios bioéticos derivados de la dignidad humana

 

Desde la perspectiva ética, un objeto tiene valor, en la medida en que sirve mejor para la supervivencia y mejora del ser humano, ayudándole a conseguir la armonía y la independencia que necesita y a las que aspira. (14) Es por tanto, esencial que los valores que se elijan y que se persigan en la propia vida se correspondan con la realidad del hombre, es decir, sean verdaderos. Porque solo los valores verdaderos pueden conducir a las personas a un desarrollo pleno de sus capacidades naturales. Puede afirmarse que, en el terreno moral, un valor será verdadero en función de su capacidad para hacer más humano al hombre. (15)

 

Si se elige como valor rector la generosidad, concreta en el esfuerzo por trabajar con profesionalidad, con espíritu de servicio, y en la dedicación de tiempo a causas altruistas y solidarias, entonces se favorecerá, la apertura del propio yo a los demás, privando la dimensión social del ser humano y estimulando el crecimiento personal.  Los valores se fundamentan en la dignidad incondicionada de todo ser humano. Una dignidad que como puede deducirse de su propia génesis, no admite ser relativizada, no puede depender de ninguna circunstancia (sexo, edad, salud, calidad de vida y demás cualidades). (16)

 

¿Qué es un principio? En sentido ético o moral,  llamamos principio a aquel juicio práctico que deriva inmediatamente de la aceptación de tu valor. Del valor más básico (el valor de toda vida humana, de todo ser humano, es decir, su dignidad humana), se deriva el principio primero y fundamental en el que se basan todos los demás: la actitud de respeto que merece por el mero hecho de pertenecer a la especie humana, es decir, por su dignidad humana como valor fundamental. (17)

 

Principios bioéticos en el adulto mayor.

Principios de totalidad y de integridad.

 

El adulto mayor es una persona humana y su salud siempre está referida a la unidad sustantiva del ser humano, ubicado en un tiempo y en un espacio determinado, lo que quiere decir con una historia personal que debemos reconocer y respetar. Por lo tanto, el principio de totalidad fisiológico es igual al principio de unidad psico-biológica, del cual habla la ecología humana. (18)

 

Principios de beneficencia

 

El punto de partida de este principio es la “compasión” que un ser humano debe tener por otro de su especie. Tener compasión significa compartir tanto conceptual como sentimentalmente la vivencia de las respuestas ante los estados de salud o enfermedad del adulto mayor. Significa sentir con el otro su sentimiento, asumir sus padecimientos, apropiarse de sus experiencias vitales implicadas en su necesidad de sanación. En otras palabras, buscar el máximo de afinidad y de cercanía con el adulto mayor como personas que libremente interactúa con fines benéficos, pero evitando mutuas transferencias psicológicas que hagan perder la libertad de ambos. (19)

 

Principio de no maleficencia

 

Por ningún motivo se puede hacer un mal para obtener un bien, porque el fin no justifica los medios. Tanto el profesional de la salud como su paciente deben interactuar moralmente, evitar cualquier riesgo de daño y por lo tanto, compete asegurar un método científico que con todo rigor, tanto en la investigación básica, en la diagnostica como en la terapia, elimina riesgos para ambos y para el entorno. Al paciente cabe la responsabilidad de cooperar activamente para que las opciones terapéuticas tomadas sean exitosas, que no se malogre el tratamiento por acción u omisión, y estar muy alerta y comunicativo con el profesional   tratante para que se corrijan a tiempo las posibles equivocaciones. (19)

 

Principio de autonomía

 

Tratándose de seres humano, que son relacionalmente autónomos, jamás se puede perder la libertad para tomar decisiones tanto al inicio como al final o durante el proceso de una investigación científico-clínica dirigida a una terapia o a desarrollar conocimiento científico para el futuro. El paciente tiene todo el derecho, lo mismo que todas las personas que intervienen en el proceso de una investigación científica, a recibir plena información para que su adhesión corresponda a una conciencia informada que lleve a una colaboración autoconsciente y libre. La autonomía no es solamente propia del paciente, sino también de todas las personas e instituciones que intervienen en el progreso. Porque toda autonomía es relacional y no absoluta. (19)

 

Justicia distributiva

 

El estado y la sociedad en conjunto con su familia deben proveer o facilitar un acceso igualitario a los servicios de salud, en busca de calidad de vida en el adulto mayor, sin discriminación, al momento de garantizar la salud entre los diferentes grupos de población. La ancianidad es una etapa vulnerable, lo cual requiere respeto en su autocontrol, dignidad, moralidad, autoestima, defendiendo sus derechos consagrados en la constitución  de la República Bolivariana De Venezuela y en la Ley Orgánica de los Derechos Humanos de las personas mayores. (19)

 

Reflexiones bioéticas en la dignidad humana y derechos del adulto mayor.

 

La concepción del adulto mayor como ser holístico debe ir orientada hacia el respeto de su individualidad, considerándolo como un ser con derechos y obligaciones que posee características que determinen su autonomía, libertad, tolerancia, integridad, que deben ser considerados por el personal de salud, entre los que se encuentra el profesional de la Enfermería. En la cotidianidad, algunas enfermeras(os) tienden a descuidar al adulto mayor enfermo,  por las ocupaciones diarias, por el tecnicismo y no poder dedicar tiempo a tratar a cada persona individualmente.

 

La palabra dignidad significa "calidad de digno", merecedor de algo, excelencia, el hombre desde el momento de la concepción tiene derecho a ser respetado, bien tratado, recibir protección entre otros. En el caso del adulto mayor, se hace necesario que el equipo de salud asuma una actitud madura, manifestada a través de la compasión por el deterioro fisiológico que le acompaña con frecuencia enfermedades, afecciones multisistémicas, de alteraciones psicológicas, sociales y discapacidades, además, del sufrimiento por las perdidas pasadas por lo cual se siente débil y vulnerable.

 

La dignidad, propia, del hombre es un valor singular que fácilmente puede reconocerse. Lo podemos descubrir en nosotros o podemos verlo en los demás, pero ni podemos otorgarlo y no está en nuestras manos reiterárselo a alguien. Es algo que viene dado del interior del ser humano, nuestra voluntad reclama de nosotros una actitud proporcionada, adecuada; reconocerlo y aceptarlo como un valor supremo.

 

El equipo de salud movido por los principios de beneficencias y no maleficencia y casi siempre desde una posición paternalistas o contractual, rara vez aunque se lo propongan conseguirán realizar una dialógica con el adulto mayor. Es necesario estar en concordancia con la tecnología, con la ciencia pero sin perder la perspectiva de la otra persona, del sujeto, es decir, la espiritualidad, la benevolencia, respeto y la justicia. La ciencia aplicada a beneficio del adulto mayor. El equipo transdisciplinario de salud participa en asuntos éticos y representan un papel preponderante en la solución de los dilemas éticos, es por ello, que se hace imperativo para encontrar medios para evitar el conflicto entre la aplicación de la ciencia a través del uso correcto de la tecnología y el propósito colectivo de humanizar y resaltar el cuidado de enfermería como un arte.

 

Los principios éticos de autonomía, beneficencia, justicia guían el equipo de salud en el ejercicio profesional, por lo tanto, la ética forma parte de nosotros, es nuestra esencia personal. El adulto mayor debe disfrutar de los derechos humanos y libertades fundamentales cuando residan en hogares, instituciones, donde se les brinde cuidados o tratamientos, con pleno respeto de su dignidad, creencias, necesidades e intimidades, así como su derecho a adoptar decisiones sobre su cuidado y sobre su calidad de vida. El adulto mayor debe vivir con dignidad y seguridad y verse libre de explotaciones y malos tratos físicos y mentales según las leyes del estado venezolano.

 

Referencias bibliográficas

 

1.     León, Francisco. Dignidad Humana, Libertad y Bioética. Cuadernos de Bioética. Nº 124. Santiago de Compostela. España. Pong. 5 - 22. 1992.

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11.   Aguiar, Asdrúbal. Desafíos éticos en un mundo global. Memorias II Congreso Iberoamericano y del Caribe sobre Bioética, axiología y derechos humanos. I Seminario Internacional. Venezuela. 2002.

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19.   Escola, Elio, L. Camacho. Principios bioéticos en el anciano. Memorias II Congreso Iberoamericano y del Caribe sobre bioética, axiología y derechos humanos. I Seminario Internacional. Mérida. 2002.