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Educacion en valores en la carrera de Estomatologia. Una necesidad y un reto de nuestros tiempos
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Autor: Dr. Luis Hernández Pedroso
Publicado: 23/05/2008
 

La universidad médica cubana ha logrado niveles destacados en la actividad académica, laboral, extensionista, etc., pero aún existen limitaciones en la formación sociohumanista en los alumnos de la carrera de estomatología en Cuba, lo cual nos motivó a realizar el presente trabajo, que tiene como objetivo abordar y destacar algunos aspectos relativos a la importancia de la educación en valores en nuestro alto centro de estudios en el momento actual y que a su vez contribuya, en última instancia, a la formación integral de Estomatólogos generales integrales para un desempeño de excelencia como lo demanda nuestra sociedad.


Educacion en valores en la carrera de Estomatologia. Una necesidad y un reto de nuestros tiempos.1

Educación en valores en la carrera de Estomatología: una necesidad y un reto de nuestros tiempos.

 

Dr. Luis Hernández Pedroso. Profesor Auxiliar de Cirugía, Facultad Estomatología, ISCM-H.

Dra. Edelis Raimundo Padrón. Profesor Auxiliar de EGI, Facultad Estomatología, ISCM-H.

Lic. I: Alejandro Solernou Mesa. Profesor Auxiliar de Psicología, Facultad de Medicina “M. Enríquez”, ISCM-H.

 

Resumen:

 

La universidad médica cubana ha logrado niveles destacados en la actividad académica, laboral, extensionista, etc., pero aún existen limitaciones en la formación sociohumanista en los alumnos de la carrera de estomatología en Cuba, lo cual nos motivó a realizar el presente trabajo, que tiene como objetivo abordar y destacar algunos aspectos relativos a la importancia de la educación en valores en nuestro alto centro de estudios en el momento actual y que a su vez contribuya, en última instancia, a la formación integral de Estomatólogos generales integrales para un desempeño de excelencia como lo demanda nuestra sociedad.

 

Palabras clave: educación médica, educación en valores, proceso de enseñanza-aprendizaje.

 

Abstract:

 

The medical Cuban University has high level in the academic, laborer and extracurricular activities but still having some limitations in the socio humanistic formation of the students of Dentistry. For these reasons we were motivated to do this paper with the purpose of emphasize and pointed out some aspects related to the importance of education values in our university nowadays and at the same time contribute, to the excellence performance in the comprehensive formation of General Dentist as demanded by our society.

 

Key words: medical education, education values, teaching- learning process.

 

Introducción:

 

Desde hace ya algunos años, la Educación Médica Superior se ha visto enfrentada de forma dinámica  a los efectos de la globalización y el neoliberalismo, a los profundos cambios en las relaciones económicas de la sociedad, las modificaciones en el sistema de valores y los avances científico técnicos, entre otros aspectos que implican una necesaria voluntad de cambio en el quehacer de las universidades, ocupando un lugar privilegiado la formación de profesionales de las Ciencias Medicas. De lo que se trata entonces es de garantizar un proceso de formación de profesionales de la salud de calidad, expresado en su pertinencia, con una correspondencia real entre los objetivos del proceso formativo con las necesidades y exigencias de la sociedad en la cual se inserta; su impacto, en la medida en que el proceso formativo y sus resultados influyan en la transformación y desarrollo personal del estudiante y del entorno social; y en su optimización, mientras se desarrolle un proceso formativo con efectividad, expresado por la congruencia entre los objetivos propuestos y los resultados alcanzados, pero en correspondencia con el uso eficiente de los recursos, en la aspiración de alcanzar una formación integral del egresado de la Educación Médica Superior.

 

Para lograr este propósito es necesario desarrollar un proceso formativo que consolide una concepción educativa productiva, creativa e innovadora, donde los estudiantes de Ciencias Médicas puedan desarrollar competencias profesionales para un desempeño de excelencia concientizando la necesidad de la educación permanente y la educación de valores como respuesta a las condiciones del desarrollo científico y tecnológico. Concentraremos nuestro trabajo en la educación de valores y podríamos preguntarnos entonces ¿Qué son los valores? Son un conjunto de conceptos que giran alrededor de un significado valioso o positivo que debe alcanzar o poseer las cosas, los fenómenos o las personas en una sociedad. Los valores son tan antiguos que empiezan a formarse en Cuba desde el propio momento del descubrimiento por el Almirante Cristóbal Colón cuando comienzan a reunir tesoros y riquezas y trasladan estos valores económicos para España. Otro ejemplo de la antigüedad de nuestros valores son los valores estéticos y literarios registrados a través de los escritos de nuestro continente, que han quedado en la posteridad como valores históricos.

 

En la historia de la cultura cubana, ya hombres como Agustín Caballero, Félix Varela y José de la Luz y Caballero nos educaron con su ejemplo y en cada momento histórico se convirtieron en los paladines de la justicia, la educación y la libertad, sin dudas ellos demostraron con su ejemplo el camino a seguir.

 

Los valores pudieran darse espontáneamente,  pero en una sociedad como la nuestra se deben dirigir los procesos educativos para formar ciudadanos más integrales que construyan una sociedad mejor, más justa, más plena, más culta y más humana. Por citar un ejemplo, en la década del 60 había 6 000 médicos en Cuba y se fueron del país 3 000, pero en menos de 5 años había más médicos que todos los que habían antes del triunfo de la revolución. Esos médicos demostraron valores como: valentía, heroísmo, humanidad, patriotismo, etc. y no solo salvaron la salud cubana sino que crearon las bases para un impresionante desarrollo del sector, lográndose los índices más destacados de América Latina. Podríamos preguntarnos entonces, cuán lejos podríamos llegar si se perfecciona el sistema nacional de salud y se elevan los valores del personal ¿cuánto más podrá lograrse?

 

Se le llaman valores formales a aquellos que son inducidos desde fuera y pueden ser asimilados por las personas o no mientras que se denominan valores personalizados a los verdaderos valores interiorizados o internalizados en las personas. La educación en valores es un proceso sistémico, pluridimensional intencional e integrado que garantiza la formación y desarrollo de la personalidad consciente. Se concreta a través de lo curricular, extracurricular y en todas las actividades de los alumnos.

 

La forma de organización se debe sintetizar en el proyecto educativo de cada institución y desarrolla: la capacidad valorativa, la capacidad transformadora y activa participativa, la espiritualidad y la personalidad hacia el perfeccionamiento humano, transforma lo oficialmente instituido en normas morales y la comunicación humana. Hay un grupo de factores que afectan la formación en valores, entre estos están la fragmentación que se caracteriza por no establecer coordinación ni cooperación entre las instituciones, colectivos, grupos, etc.; la homogeneización que no es más que debilidad del trabajo diferenciado; la tecnocratizacion que es aquella donde se brinda solo una preparación de conocimientos y habilidades sin una educación verdaderamente humanista de los sentimientos y el paternalismo que no es otra cosa que la sobreprotección, entregar las cosas sin esfuerzos y sin sacrificios.

 

La universidad médica en Cuba ha logrado niveles destacados en la actividad académica, laboral, extensionista, etc., pero aún existen limitaciones en la formación sociohumanista en los estudiantes de la carrera de Estomatología en Cuba lo cual nos motivó a realizar el presente trabajo, que tiene como objetivo abordar y destacar algunos aspectos relativos a la importancia de la educación en valores en nuestro alto centro de estudios en el momento actual y que a su vez contribuya, en última instancia, a la formación integral de Estomatólogos generales integrales para un desempeño de excelencia como lo demanda nuestra sociedad.

 

Fundamentación teórica:

 

El Estomatólogo General Integral juega un papel primordial en nuestro Sistema Nacional de Salud no solo en el orden preventivo, como misión fundamental y que de hecho la distingue de otros excelentes sistemas de salud en el mundo, sino que además, asume el protagonismo de resolver los servicios básicos de la comunidad, donde el Estomatólogo General, como profesional integrante de la atención primaria de salud, necesita un adecuado dominio de los conocimientos y habilidades concebidas en el perfil del egresado, para así, darle solución a los problemas inherentes a este nivel de atención, pero además necesita de un adecuada educación de valores, aspecto muy importante por el rol educativo que juega en la comunidad.

 

¿Cómo lograr que nuestros discípulos desarrollen estos valores? El método para lograrlo no puede ser único ni universal: se necesita la capacidad creadora de todo el personal docente y no docente de las universidades para acercarnos a esta realidad.

 

Es importante estar siempre muy atentos para eliminar todo rasgo de individualismo de los alumnos, entendido este como aislamiento y egolatría de cada cual en los afectos, intereses, estudios u otras esferas. De esta forma se acercaría mucho al egoísmo, que es el afecto excesivo de alguien para consigo mismo, anteponiendo la propia conveniencia a la de los demás. Individualismo es también el inmoderado y excesivo amor a sí mismo, carácter del que subordina el interés ajeno al suyo propio y juzga todas las cosas desde ese punto de vista. Pero el individualismo es mucho más: constituye un sistema filosófico que considera al individuo como fundamento y fin de todas las leyes y relaciones morales y políticas, poniéndolo por encima de todos los valores denominados impersonales en los órdenes explicativo, práctico o moral.


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Es además un rasgo negativo en la sociedad, que dificulta la relación y solidaridad interpersonal; debe ser combatido mediante el desarrollo de una correcta actitud para identificar y descubrir valores, de modo que la persona, en cualquiera de las facetas de su desarrollo, se identifique con dichos valores y pueda ser ayudada a que se descubra a sí misma. Sobre el particular, el destacado bioeticista cubano, el Dr. Varán Von Smith, expresó: “El ejercicio de la solidaridad es la acción que más satisface al enfermo y produce mayor satisfacción al médico cuando la práctica”; pero existe una capacidad superior de solidaridad : aquella atención practicada fuera del país a un paciente de otra cultura, que está por encima de diferencias idiomáticas, raciales o niveles de desarrollo socioeconómico y se realiza solo en virtud del internacionalismo médico; actitud moral que deviene la más hermosa solidaridad entre los hombres.

 

Desarrollo:

 

La formación y desarrollo de valores constituye un objetivo esencial en la educación cubana. A ella se dedica atención especial en los diferentes niveles de enseñanza a través de la concepción e instrumentación de proyectos educativos en los que el profesor ocupa un papel rector en el sistema de influencias que propician la formación y desarrollo de valores en los estudiantes. El reconocimiento del carácter activo del estudiante en la construcción de sus conocimientos y valores en el proceso de enseñanza-aprendizaje es un reclamo de las tendencias pedagógicas contemporáneas; sin embargo, la naturaleza y límites de las funciones y relaciones del profesor y el estudiante en el proceso de enseñanza-aprendizaje son entendidas de diferente manera según las concepciones pedagógicas en que se sustente la práctica educativa. En ese sentido, hay concepciones pedagógicas actuales que abogan por un carácter participativo de la enseñanza donde el estudiante asume un papel cada vez más protagónico en la conducción de su aprendizaje y donde el profesor deja de ser la figura autoritaria que impone el conocimiento y decide qué y cómo aprender, haciéndose muy común en los últimos años escuchar la expresión: “el profesor es un facilitador del aprendizaje”. De esta manera el medio social es concebido como el escenario que facilita o entorpece las tendencias internas del desarrollo humano.

 

Así en la Pedagogía no directiva enseñar significa permitir que el estudiante aprenda, es decir, propiciar las condiciones para la expresión de sus potencialidades innatas en un clima afectivo favorable de comprensión, aceptación y respeto.

 

La práctica de la medicina, aun en sus formas más primitivas, siempre estuvo acompañada de la satisfacción de determinadas normas morales y profesionales consecuentes con el nivel de desarrollo de las distintas formaciones económicas sociales. La ética médica es una manifestación particular de la ética general, que trata específicamente los principios y normas de conducta que rigen entre los trabajadores de la salud y su problema fundamental es la relación médico-paciente e íntimamente vinculada a ella, la relación entre los trabajadores de la salud entre sí y de estos con familiares de los pacientes. Los códigos actuales de ética médica responden, por un lado, a especificidades socioeconómicas y culturales de cada país y por otro, a normas de carácter internacional aprobadas en diferentes organismos y asambleas mundiales. Estos códigos de alguna manera tienen repercusión legal y la base de las normas que establecen el comportamiento del personal de la salud está en un conjunto de valores morales que configuran la personalidad de este profesional.

 

El amor al trabajo y al hombre, el respecto por la vida y el ser humano en su integridad, el sentido del deber, la responsabilidad, la honestidad, el altruismo, el desinterés y la dignidad profesional entre otros, son valores que deben llegar a convertirse en virtudes que caractericen la actuación del médico al asimilarse como valores personalizados, expresión legítima y auténtica del sujeto que los asume.

 

En muchas sociedades en las que predominan relaciones de producción basadas en la explotación del hombre por el hombre, frecuentemente estos documentos y sus implicaciones morales, se convierten en “códigos moralistas” y el interés económico determina el ejercicio de sus preceptos. En Cuba, donde la salud es un derecho del pueblo, se dan mejores condiciones para que la significación social positiva que se le da al objeto salud y a las actitudes a él asociadas (sistema objetivo de valores), sea más coherente con la valoración individual de cada sujeto (sistema subjetivo de valores).

 

El carácter objetivo de los valores está dado por la esencia objetiva que tiene la actividad práctica de los hombres, que le confiere un significado positivo (tendente al progreso social) a los objetos, fenómenos y procesos, en la medida en que satisfacen necesidades sociales, que a la vez son también objetivas, por ser su contenido “síntesis de las necesidades individuales de muchos miles de millones de hombres, pasados, presentes y futuros”. Esto explica que los valores sean considerados dinámicos, dependientes de condiciones históricas concretas y jerárquicamente estructurados. Sin embargo, en la vida cotidiana no solo actúan como sujetos de la valoración, la sociedad y los grupos humanos, sino también el hombre como ser individual. En este sentido el doctor JR Fabelo expreso: “cada sujeto social, como resultado de un proceso de valoración, conforma su propio sistema subjetivo de valores que puede poseer mayor o menor grado de correspondencia con el sistema objetivo de valores, en dependencia ante todo del nivel de coincidencia de los intereses particulares del sujeto dado con los intereses generales de la sociedad en su conjunto, pero también en dependencia de las influencias educativas y culturales que ese sujeto recibe y de las normas y principios que prevalecen en la sociedad en que viven. Esto valores subjetivos o valores de la conciencia cumplen una función como reguladores internos de la actividad humana”.

 

En cada sociedad concreta existe además “un sistema de valores instruido, reconocido oficialmente”, en él se expresa la significación social positiva que para el progreso de esa sociedad y la satisfacción de sus necesidades históricas concretas tienen los objetos y fenómenos. Este sistema de valores está en la base de “la ideología oficial, la política interna y externa, las normas jurídicas, el derecho y la educación formal”. En Cuba, los valores socialmente instituidos para los profesionales de la salud, se sustentan y pueden ser identificados en el Código de Ética y Deontología Médica. El sistema de salud cubano, basado en los principios del carácter estatal socialista, gratuito, accesible, preventivo y altamente calificado de la salud pública, así como de la unidad de la ciencia, la docencia y la práctica médica con participación activa de las masas en las tareas de la salud y la práctica del internacionalismo, hace que cobren una dimensión excepcional los valores mencionados en otros códigos e introduce otros nuevos como el del internacionalismo, la solidaridad humana y el patriotismo.

 

En la labor del médico cubano se combinan los componentes asistencial, docente e investigativo, por lo que en su actuación aparecen exigencias correspondientes a otras profesiones como la pedagógica y la de investigador. De hecho, esta peculiaridad se refleja en el Código de Ética y Deontología Médica, a diferencia de otros. La relación con los educandos y la responsabilidad en el desarrollo de investigaciones biomédicas son aspectos contemplados en él. Esto determina que este código contenga una visión integral de la actuación de los profesionales de la salud bajo las condiciones de la sociedad cubana. Todo este sistema de valores y su manifestación cotidiana en la conducta de la mayoría de los profesionales de las Ciencias Médicas en Cuba, justifican el merecido respeto del que gozan en el país y el que ya se han ganado en el plano internacional.

 

Formación de valores morales: un enfoque pedagógico

 

La concepción de que el proceso de formación de un profesional incluye no sólo la asimilación de conocimientos, habilidades y destrezas, sino además el logro de una personalidad que como nivel superior de lo psíquico regule su conducta, es ya aceptada por la mayoría de los claustros de la Educación Superior, en los cuales la función educativa de la labor que realizan es cada vez más reconocida.

 

La configuración de una personalidad supone la integración de una serie de formaciones psicológicas complejas como las necesidades, los motivos y las convicciones, entre otras, cuyo núcleo es la unidad entre lo afectivo y lo cognitivo que en el proceso de enseñanza-aprendizaje se concreta en la unidad entre lo instructivo y lo educativo.

 

El trabajo educativo en la Educación Medica Superior se concibe en 3 dimensiones fundamentales: la curricular, la extensión universitaria y la político-ideológica mediante las organizaciones políticas y de masa. La combinación y coherencia de las influencias en estas direcciones, que cuentan sobre todo con el protagonismo estudiantil en cada una de ellas, constituye factor esencial en el logro de las aspiraciones formuladas. En el marco de esta labor, desempeña una función fundamental la formación de valores, por su capacidad movilizativa y motivadora, por constituir elemento esencial de las convicciones, por su impacto en la calidad del desempeño futuro del profesional, por formar parte de la moral profesional y sobre todo como expresa Cintio Vitier por ser “antídoto contra muchos venenos”, “fuerza para resistir adversidades”, “capacidad para generar nuevos espacios de creación, libertad y gusto por la limpieza de la vida” y promotores en fin del “mejoramiento humano”.

 

Recordamos que en 1995 la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Técnica de la Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba, convocó una audiencia pública sobre formación de valores en las nuevas generaciones. El reclamo encontró oídos receptivos en el pueblo y sus instituciones, quienes reflexionaron y emitieron ideas y proyectos sumamente valiosos que fueron profundamente analizados, este hecho de relevancia estatal al problema planteado hizo que cobrara nueva vigencia y focalizara la atención de investigadores y directivos de diversas instituciones y organizaciones, en particular aquellas que más vinculadas están a la educación de las nuevas generaciones. Sin embargo, el abordaje serio y científico de este proceso reveló que aunque durante muchos años se había venido trabajando en la formación de la conciencia moral de las nuevas generaciones, faltaba una sistematización de estas experiencias, sobre todo contextualizadas en nuestro medio y en particular en la Educación Medica Superior.


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Aunque se ha avanzado en el tema, aun persisten insuficiencias que requieren de un más intenso accionar en nuestras universidades médicas. Los reportes de estas son escasos y dispersos dificultando así la preparación de los docentes y la actuación consciente y planificada en esta dirección. Una síntesis de las formulaciones para ellos realizada, revela la necesidad de precisiones en el proceso de enseñanza, sobre todo en términos de objetivos, contenidos y métodos.

 

En cuanto a los objetivos, se expresa la necesidad de a partir de la caracterización de la sociedad a la que aspiramos, diseñar el mejor hombre posible a formar en las condiciones que tenemos, prestando especial atención a los valores fundantes de la nación cubana. En términos de contenidos, se destaca el papel de la historia y del estudio del pensamiento ejecutoria de las personalidades de nuestro pueblo como vía de conocer mejor quiénes somos y hacia dónde vamos, así como el rescate de la credibilidad del marxismo leninismo como doctrina del proletariado. Se recomienda promover el desarrollo de una cultura general que permita la apreciación de la riqueza material y espiritual de nuestra sociedad y el mejor entendimiento de la totalidad social así como los eventos que en ella se producen, en lo que desempeña una función primordial la preparación político-ideológica.

 

Estos aspectos apuntan hacia la revisión del contenido humanístico de los diseños curriculares de los distintos subsistemas de enseñanza y a la explotación, en cuanto a sus valores éticos, estéticos, políticos, ideológicos y culturales, de todos los contenidos que están actualmente incluidos en los programas de estudios. Con respecto a lo metodológico, hay coincidencia en considerar que solo mediante el vínculo de lo instructivo con lo afectivo, de despertar emociones y sentimientos es posible formar valores, por lo que resulta imprescindible un estilo pedagógico que promueva el diálogo, la autovaloración, el respeto al otro, la participación activa y consciente y enseñar a pensar. En este sentido planteamos que los alumnos deben conocer (aspecto cognoscitivo) esos valores, identificar las conductas que lo caracterizan, valorarlas y apreciar su significación e importancia (aspecto emocional).

 

Formación de valores en la educación médica superior.

 

En la Educación Medica Superior se dedican particulares esfuerzos en la preparación de los docentes para que adquieran una comprensión más integral del proceso de enseñanza-aprendizaje y del fenómeno educativo y colegien estrategias metodológicas con este propósito. En sentido general la esencia de estas estrategias radica en comprender el proceso de formación de valores como parte de la formación de la personalidad del futuro profesional de la salud en el marco de sus relaciones y condiciones histórico-sociales concretas.

 

Desde el punto de vista de su concepción epistemológica se es consecuente con los postulados de la escuela histórico-cultural de L.S. Vigostki, cuyo impacto en el aspecto metodológico se concreta en propiciar la ejecución de un proceso docente - educativo desarrollador, participativo, dialógico en el que el alumno sea sujeto de su propio aprendizaje, a través de la actividad y la comunicación, en el espacio de su interacción con otros sujetos, su medio y la sociedad en su conjunto. La aplicación de estas ideas supone que el docente asuma la posición de un estudioso crítico de la realidad pedagógica en la que está involucrado, a la vez que introduce acciones para transformarla y evalúa los efectos. La observación pedagógica sistemática, la introducción de métodos y técnicas participativas en el proceso, la organización de situaciones de aprendizaje grupal, el desarrollo de una comunicación profesor-alumno respetuosa que facilite el intercambio de experiencias y significados, así como el continuo ejercicio de la capacidad de valorar en espacios diseñados al efecto, constituyen vías para el diagnóstico, orientación y realización del trabajo educativo sobre todo en los límites de la dimensión curricular.

 

La imagen individual y colectiva que de los alumnos se adquiere por estas vías constituye además requisito para homogeneizar y colegiar la influencia educativa del claustro a partir del intercambio de conocimientos y experiencias entre docentes en espacios como los que brindan los comités horizontales, los colectivos de año y la comisión de carrera, estructuras que desempeñan una función importante en el diseño del Proyecto Educativo de cada facultad, año y grupo en cuestión.

 

Por otra parte, en la Educación Médica Superior el trabajo educativo dirigido a la formación de valores cuenta con oportunidades únicas, derivadas de la propia concepción curricular de las carreras.

 

Los planes de estudio articulan los componentes académico, laboral e investigativo y concibe el proceso de enseñanza-aprendizaje como un proceso de actividad y comunicación. En ellos en equilibrio con las formas de enseñanza más académicas, aparecen las formas de la educación en el trabajo, las cuales además de propiciar un aprendizaje más significativo, en tanto comprometen en su adquisición al propio sujeto, propician actuar en la formación de valores, de la ética y la conducta profesional. De hecho la participación de los educandos en el cumplimiento real de la misión de la institución estomatológica en la atención primaria de salud, es un elemento peculiar que distingue el proceso formativo del Estomatólogo con respecto al de otros profesionales.

 

Esta peculiaridad hace que cobre especial relevancia en el proceso formativo el componente laboral y por consiguiente la calidad de la asistencia médica que se brinda en los diferentes escenarios en que tiene lugar el proceso formativo. Los servicios que imparten docencia tienen una responsabilidad y un compromiso fundamental con el presente y el futuro de la actividad profesional. No se puede aspirar a que una vez egresado, el profesional se conduzca de una forma diferente a la que ha asimilado durante su proceso de formación, en este sentido desempeña una función fundamental no sólo los profesores sino también todos los trabajadores que participan de una forma u otra en la atención médica. Es por eso que el ejemplo y la lucha cotidiana por la excelencia del servicio de salud que se presta constituyen una fuente insustituible en la formación de valores.

 

Comprender que el proceso docente-educativo además de dotar al futuro profesional de los conocimientos, habilidades y destrezas que debe poseer, se propone actuar en el desarrollo de su personalidad, obliga a meditar sobre estos asuntos y en el marco del trabajo metodológico diseñar acciones concretas que permitan el conocimiento de los atributos que caracterizan cada valor, trabajar en las esferas valorativa-motivacional y conductual y desarrollar capacidades para la autocrítica y el auto-perfeccionamiento. Sin dudas y en aras de no agotar el tema, son disímiles los puntos de vista y las experiencias expuestas, aunque sin dejar de tener lugares comunes. La inexistencia de un camino único para lograr la formación de valores, lejos de desestimular deja abierto el camino a la creatividad y al trabajo científico.

 

El trabajo en la formación de valores es un imperativo de esta época, su repercusión en el futuro de la profesión obliga a no confiar en la espontaneidad y a proponerse intencionalmente su consecución. La búsqueda de caminos para ello, es el reto.

 

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