Bioetica y Enfermeria. Dialogo transdisciplinario
Autor: Msc. María Rosa Roldán Pol | Publicado:  16/06/2008 | Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria , Enfermeria | |
Bioetica y Enfermeria. Dialogo transdisciplinario.2

Como vemos, es la complejización de la vida – por una parte, el dinamismo y complejidad de los nuevos problemas a resolver, el desarrollo de nuevos estilos de actividad científica, las resultantes de la última revolución científico técnica en la cual se fusionan disciplinas como, por ejemplo, en la esfera de las ingenierías donde la metalurgia y la química dan origen a la plasturgia o la fertilización entre mecánica y electrónica da lugar a la Mecatrónica y por la otra, la incertidumbre, los conflictos de valores, las polémicas sobre los Organismos Genéticamente Manipulados (OGM) los debates sobre Eutanasia y Distanasia, la mercantilización creciente de la salud – son factores contribuyentes a nuevas formas de problematizar las soluciones propuestas y, ello da lugar a nuevas racionalidades a las cuales no escapa Enfermería como disciplina.

 

Es en un contexto como el sucintamente descrito que han surgido las categorías señaladas supra y que pueden ser definidas de acuerdo con (Nicolescu 1996) de la siguiente manera:

 

La pluridisciplinariedad “…consiste en el estudio del objeto de una sola y misma disciplina por medio de varias disciplinas a la vez”…..es decir, la gestión pluridisciplinaria sobrepasa las disciplinas pero “su finalidad queda inscrita en el marco de la investigación disciplinaria.

 

La interdisciplinariedad, tiene una mirada diferente. “Concierne a la transferencia de métodos de una disciplina a otra”…. es decir, de la misma manera que la categoría anterior, la interdisciplinariedad sobrepasa las disciplinas pero “su finalidad queda inscrita en la investigación disciplinaria”

 

La transdisciplinariedad, por su parte concierne, como lo indica el prefijo "trans", “….a lo que simultáneamente es entre las disciplinas a través de las diferentes disciplinas y más allá de toda disciplina. Su finalidad es la comprensión del mundo presente, uno de cuyos imperativos es la unidad del conocimiento”.

 

En concordancia con lo señalado, fundamentalmente con la tercera categoría, afirmamos que hoy en día, no se concibe una ciencia que no se relacione con la Bioética y con otras áreas de conocimiento, propiciando un diálogo transdisciplinar que permita una visión integral. En el caso que nos ocupa, facilita determinar las razones de los comportamientos en la práctica de la profesión, los principios que regulan dichas conductas, las motivaciones, los valores del ejercicio profesional, los cambios y las transformaciones a través del tiempo. Así como la Bioética se encuentra en una búsqueda incesante por el mejoramiento de la vida, así también la Enfermería busca mejorar el Cuidado Humano.

 

Ambas disciplinas parecieran tener puntos de encuentro y la misma necesidad de promover la transdisciplinariedad que las dos poseen de forma natural, ¿porqué decimos que es una condición natural?, sencillamente porque la conformación de ambas surge de las necesidades de cada una de ellas, para obtener los cambios capaces de generar acciones exitosas, con alternativas creativas e innovadoras que den respuesta a los problemas y necesidades de salud y de vida, como lo expresa la “Carta de la Transdisciplinariedad”, Convento de Arrábida, 6 de noviembre de 1994, en su Artículo 3, donde se expresa la importancia de la complementariedad de las disciplinas con el fin de alcanzar una nueva visión de la naturaleza y de la realidad mediante la apertura de ellas. Así como también, lo expresado en su artículo 13, acerca de que el saber compartido debería conducir a una comprensión compartida basada en la empatía con el otro, por la vida común sobre una sola y misma tierra.

 

En un intento de profundizar las ideas fuerza de este trabajo, se hace referencia al origen del Cuidado Humano, el cual se remonta a los tiempos en los que tanto la explicación de lo desconocido por la vía de la deificación, en un primer momento, como la observación sistemática de ciertos sucesos recurrentes de la naturaleza, sirvieron para aplicar los primeros cuidados, en relación con lo que hoy se puede denominar Enfermería. En esta búsqueda constante por brindar un mejor cuidado, no puede pasar desapercibido desde el punto de vista bioético, el actuar “consciente y voluntariamente” de forma moral, es decir contar con normas fundamentales de Enfermería que fijen un camino a seguir basado en el comportamiento ético en relación con el comportamiento social, como lo refiere el Dr. Cely Galindo (1999): “que la Bioética une las ciencias con las humanidades para salirle al paso a los riesgos que corre todo tipo de vida”.

 

Por siglos se ha visto a la ética como una ciencia normativa, pero al anteponerle el prefijo Bio cambia su connotación ampliando su contenido casi de forma automática y dando lugar a los principios de: Beneficencia, Autonomía, No Maleficencia, Justicia y Equidad. Asimismo, para la Enfermería involucra reglas morales como la veracidad, la confidencialidad, la privacidad y el consentimiento informado o válido.

 

Debemos considerar, que, asimismo, el rol de la mujer como sujeto de fecundación y, por tanto, transmisora de vida, sabedora y hacedora de los “cuidados de supervivencia”, mantenía estos conocimientos integrados en el mundo de la magia y la religión, lejos de una intención de sistematizar y organizar los fenómenos que los configuraban, pero introduciendo instrumentos, herramientas y utensilios para los Cuidados Humanos, que más tarde cristalizaron en el desarrollo de sistemas más o menos complejos para llevar a cabo los mismos, a través de un cúmulo de conocimientos teórico-prácticos heredados de las sociedades primitivas y de las antiguas civilizaciones, enfocados a cubrir las necesidades básicas del hombre.

 

Más adelante siguiendo la evolución de los mismos, el Cristianismo institucionaliza, por su naturaleza, los Cuidados de Enfermería a través de la caridad, la humildad y el concepto de salvación del alma mediante las “buenas obras”. En líneas generales, se puede afirmar que el corpus de los Cuidados Enfermeros alcanza su forma genuina y definitiva a partir del bosquejo trazado durante la Edad Media. Del epigonismo de los siglos posteriores resultará, con la presencia de alteraciones significativas – la concepción protestante de los Cuidados Enfermeros- una continuación de la idea de Ciencia en Enfermería, que no variará hasta el siglo XIX.

 

Este concepto religioso si bien trajo consigo un gran atraso para el crecimiento de la Enfermería como Ciencia parece haberle conferido, elementos bioéticos que han marcado la diferencia en el quehacer con respecto a otras profesiones de la salud. Enfermería está con el paciente y por el paciente y, esta concepción no mercantilista continúa vigente hoy, lo que hace de esta, una profesión con un carácter único y diferenciable de todas las demás profesiones relacionadas con la salud.

 

Un nuevo concepto de la actividad económica y del trabajo humano, como tareas libres y dignificadas, tuvieron que ocurrir para que se produjera un desbloqueo efectivo entre los ámbitos de los saberes prácticos inmediatos y el de los saberes teoréticos generales. Es allí donde se inicia la profesionalización de Enfermería como resultado de un saber latente, producto histórico y social, resultado a su vez de un contexto político-social específicamente anglosajón, esto está reflejado en el libro de Florence Nightingale (2001), Notas sobre Enfermería, en el establece una nueva concepción teórica basada en la vocación religiosa, potenciando la dimensión caritativa y militar, estableciendo la base lógica de su “Filosofía Enfermera” centrada en el paciente, en la higiene, del medio y del entorno; asimismo, sentó las bases para la creación de muchas de las primeras Escuelas de formación de Enfermeras como las de St. Thomas Hospital y el King’s Collage Hospital de Londres.

 

Sin embargo, no separó de forma precisa el ambiente, del paciente en los aspectos físicos, emocionales o sociales y contempló a la Enfermería como “el conocimiento que todo el mundo debe tener distinto del conocimiento médico propio solamente de una profesión”. Esta concepción resulta opuesta a una visión científica y profesional de la Enfermería, tiene más que ver con la importancia que para ella tenía la Bioética, dejando de lado una sistematización o un modo de hacer científico, con lo cual perdió la oportunidad de incorporarse en el siglo XIX al conjunto de ciencias aplicadas de orientación psicosocial, que iniciaron su tránsito a un estatus y a una concepción científica de su disciplina. No queremos quitarle mérito a esta ilustre enfermera, sin embargo es importante analizar la influencia significativa de su concepción para el crecimiento de la profesión.

 

Esta visión parcelada de la Enfermería en gran medida marcó un significativo atraso para la evolución del Cuidado Humano, principalmente por carecer de articulación con otras disciplinas como ocurre hoy en día, donde existe un sistema de “Red” que permite que, si dos puntos cualesquiera de conocimientos se encuentran bien establecidos, entonces se constituye necesariamente un nuevo campo de conocimientos a partir de su intersección. Esto ocurrió más tarde cuando Enfermería se valió del Método Científico para crear el Proceso Enfermero, lo cual constituyó un aporte revelador, debido a que como nos recuerda Bunge: “el Método Científico es un rasgo característico de la Ciencia, tanto de la pura como de la aplicada: donde no hay Método Científico no hay ciencia”.

 

A pesar de este logro donde se pone en evidencia la importancia que los Cuidados de Enfermería han tenido tanto en la conformación del mantenimiento de la vida y de la especie, como en el alivio de los padecimientos del hombre, hasta ahora se ha prestado poco interés al análisis científico de los fenómenos que los integran. Es por esto que el autor se plantea la posibilidad de reflexionar desde una concepción filosófica del mundo y del ser humano que incluya variables como la libertad, la responsabilidad y las necesidades humanas, para lo cual es indispensable un abordaje transdisciplinario valiéndose de disciplinas fundamentales como la Filosofía, debido a que como refiere Hegel (1995): “las preguntas que no responde la Filosofía, hay que responder que no deben plantearse de ese modo”, lo que indicaría que se deben ir buscando alternativas que respondan a los innumerables cuestionamientos que se presentan en el crecimiento de estas disciplinas.

 


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