Alimentacion antes, durante y despues del embarazo
Autor: Dr. Ernesto E. Villalba Supka | Publicado:  21/07/2008 | Ginecologia y Obstetricia , Endocrinologia y Nutricion | |
Alimentacion antes, durante y despues del embarazo.2

El modo en que la pobreza influye sobre los defectos de nacimiento y las muertes infantiles es complejo y poco claro y lamentablemente no puede remediarse con sólo brindar al pobre una atención médica mejor y más barata. La pobreza durante la infancia de una niña produce daños irreparables antes de llegar ella a la edad de procrear, con lo que se generaría una suerte de cadena de partos y nacimientos por debajo de las condiciones óptimas.

 

Evidentemente la deficiencia nutricional es un factor clave en las altas tasas de mortalidad. Por más que se aumente el número de visitas a un médico, es imposible remediar la insuficiencia de la dieta durante la gestación. Y una buena guía médica acerca de la dieta tampoco asegurará una nutrición adecuada, si faltan los fondos y el deseo –porque otros son los problemas que acucian – de alimentarse mejor.

 

Pese a la complejidad, quedan en pie ciertos hechos definidos. Una mujer que vive en la pobreza es un caso de embarazo de alto riesgo. Estos riesgos pue­den reducirse mediante nutrición adecuada, educación y asesoramiento apropiados. Algunos factores de riesgo incluyen: embarazo a una edad demasiado temprana, es­caso peso del niño al nacer, intervalo breve entre varios embarazos, ilegiti­mi­dad, agotamiento, higiene deficiente, enfermedades crónicas, etc.

 

Factores socio–económicos en la desnutrición

 

En el cuadro que veremos más adelante, basado en un estudio de la Organi­za­ción Mundial de la Salud, se describe en forma gráfica la estrecha relación entre el bajo peso de nacimiento y el nivel socioeconómico inferior.

 

Debe recordarse que también representan un papel importante la calidad higiénica de las condiciones de vida y las posibilidades de infección. A mayor des­nu­tri­ción, mayores posibilidades de casos de infección. Las sociedades muy pobres cuentan con menos medios complejos de eliminación de basura, menos médi­cos para impedir el contagio de infecciones, menos dinero para medicación destina­da a erradicar la enfermedad y deficientes comunicaciones con las zonas en las que podrían hallarse solución para estos problemas. Hay, por lo tanto, un riesgo mayor de enfermedades infecciosas que, como es sabido, interfieren en el crecimien­to y contribuyen a la alta frecuencia de enfermedades de los niños en estas socieda­des.

 

En la mayor parte de los países occidentales industrializados, en los que hay abundancia de alimentos de alto valor nutritivo y en especial proteico, el peso promedio estimativo al nacer en Capital Federal y en grandes ciudades de nuestro país es, según estimaciones, de 3350 gramos.

 

La ingestión dietética durante el embarazo o en el estado nutricional acumulativo durante la vida de la mujer, es lo que produce estas diferencias de peso al na­cer. La conclusión es que el estado nutricional de la madre, resultante de los hábi­tos alimenticios durante su vida, tiene mayor influencia en la evolución del em­barazo y en el peso del bebé, que los alimentos que ingirió durante el mismo.

 

Algunos de los inconvenientes que ocasionan los nacimientos con bajo peso son: un mayor índice de mortalidad en el momento del parto; menores defensas que los bebés grandes o con peso dentro de los límites de lo normal; un crecimiento y un desarrollo físico y psíquico pobres; mayores posibilidades de infecciones, etc. Desde ya que hay que tener en cuenta las particularidades raciales (por ejemplo de la raza oriental); el peso y la estatura de los padres (en caso de que sean bajos); la edad (el caso de padres adolescentes) y demás factores condicionantes.

 

El caso de los niños holandeses nacidos durante el hambre de la Segunda Guerra Mundial, con un tamaño considerablemente más pequeño que los nacidos antes y después, es ejemplificador al respecto. Otro caso estudiado y revelador al respecto (también durante la Segunda Guerra Mundial) es el de los niños nacidos en el período de 18 meses en el que Leningrado estuvo sitiada por los alemanes. No sólo hubo niños muertos al nacer, sino que también se registró un peso promedio de 2,500 Kg. en los bebés nacidos con vida. Es importante señalar que el peso de las criaturas estuvo directamente relacionado con el momento en el que habían sufrido carencias alimenticias. Los más pequeños eran aquellos cuyas madres habían estado mal alimentadas durante el embarazo.

 

A causa de que la nutrición y los factores socioeconómicos se encuentran en una estrecha relación, resulta difícil determinar cuál es el papel que juega la nutrición en forma independiente dentro del embarazo. Pero se cuentan con numerosos datos estadísticos que dan cuenta de la relación antes mencionada.

 

En la tabla siguiente aparecen algunos datos que informan acerca del peso promedio en ocho poblaciones distintas. La influencia que cobra el nivel socioeconómico en los países consignados resulta evidente. Las mujeres que viven en mejores condiciones socioeconómicas tienen hijos mejor desarrollados que las mujeres más pobres de la misma comunidad. Cabe destacar que todos los pesos son inferiores a los observados en la Capital Federal y ciudades del interior:

 

PESO MEDIO AL NACER SEGÚN EL NIVEL SOCIOECONÓMICO

 

alimentacion_nutricion_embarazo/peso_nacer_nivel_socioeconomico

 

(Fuente: Organización Mundial de la Salud)

 

No se sabe con certeza si cada uno de los ejemplos señalados responden a la ingestión de alimentos previa al embarazo o a la nutrición durante el mismo, pero existen conclusiones que apuntan a determinar que el estado nutricional de la madre, previo al embarazo y debido a sus costumbres alimenticias, tuvo mayor influencia en la evolución de la gestación que los alimentos ingeridos durante el mismo.

 

Cuidados alimenticios antes y durante el embarazo

 

El control dietético todavía se detiene en la lectura de la balanza, como si lo que ingiere el paciente fuera de una importancia menor. Sin embargo, no sólo cuán­do y cuánto come la futura madre es esencial para el feto, sino también qué come.

 

Es importante tener en cuenta que no existe una dieta para todas las mujeres embarazadas, ya que cada organismo presenta sus particularidades, además del estado de salud previo al embarazo que puede determinar necesidades específicas.

 

Cuando una mujer descubre que está esperando un hijo, lo que puede hacer es analizar cuáles son los factores que pueden influir de forma negativa en su salud e intentar modificarlos. La alimentación materna incorrecta puede, por ejemplo, provocar un desarrollo menor de las células cerebrales del embrión. El período de formación de las neuronas comienza en el quinto mes de gestación y termina a los dieciocho meses de vida. Por lo tanto, los hijos cuyas madres hayan tenido una dieta insuficiente durante el embarazo, no recuperarán jamás el nivel de desarrollo de las neuronas que no alcanzaron durante ese período.

 

La desnutrición en los países occidentales no ha desaparecido, sino que se pre­sentan de una forma más sutil. Esto ocurre porque, si bien hay gran cantidad y va­riedad de alimentos disponibles en el mercado, nuestra alimentación es defi­ciente; ya que estos alimentos son cada vez más refinados, edulcorados, precocina­dos, esterilizados, etc. Sacian el apetito, pero no nutren nuestro organismo.


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