Los médicos deben estar comprometidos con el control y prevención del tabaquismo. Es importante determinar la prevalencia del tabaquismo en ellos. Las intervenciones de salud en las comunidades serán más eficientes si los médicos son coherentes entre sus consejos y sus acciones. Se realizó una investigación descriptiva y transeccional para determinar los factores que influyen en la aparición y mantenimiento del tabaquismo; distribuir los médicos por edad, sexo, estado civil y especialización, determinar sus hábitos y antecedentes, y relacionarlos con su actitud tabáquica. Se aplicó un cuestionario semiestructurado a 58 médicos. Predominó el sexo femenino (63,79%), 41-50 años de edad (43,1%), con 21-30 años de ejercicio profesional (34,48%), especialistas (74,14%) y casados (72,41%). El 39,66% son tabaquistas, de estos 17,24% son fumadores actuales. En los exfumadores (24,42%) 41,67% tienen un tiempo de abandono del tabaquismo inferior a 5 años.
Tabaquismo en el personal médico de un ambulatorio del Seguro Social. Valencia, Venezuela.
Sánchez Katherine1; Ortunio Magaly Solmar2; Tassoni Ana3; Cardozo Rosa4; Guevara Harold5.
1 Médico Ocupacional y Familiar.
2 Médico Ocupacional y Familiar, Profesor Agregado, Investigador PPI
3 Médico Familiar y Especialista en Salud Mental.
4 Médico Familiar, Profesor Asociado, Investigador PPI
5 Médico Ocupacional, Profesor Asociado, Investigador PPI.
Resumen
Los médicos deben estar comprometidos con el control y prevención del tabaquismo. Es importante determinar la prevalencia del tabaquismo en ellos. Las intervenciones de salud en las comunidades serán más eficientes si los médicos son coherentes entre sus consejos y sus acciones. Se realizó una investigación descriptiva y transeccional para determinar los factores que influyen en la aparición y mantenimiento del tabaquismo; distribuir los médicos por edad, sexo, estado civil y especialización, determinar sus hábitos y antecedentes, y relacionarlos con su actitud tabáquica. Se aplicó un cuestionario semiestructurado a 58 médicos. Predominó el sexo femenino (63,79%), 41-50 años de edad (43,1%), con 21-30 años de ejercicio profesional (34,48%), especialistas (74,14%) y casados (72,41%). El 39,66% son tabaquistas, de estos 17,24% son fumadores actuales. En los exfumadores (24,42%) 41,67% tienen un tiempo de abandono del tabaquismo inferior a 5 años. Al relacionar el perfil de vida y la actitud tabáquica no se evidenciaron marcadas diferencias entre tabaquistas y no tabaquistas. Inicio del tabaquismo más frecuente entre 19-25 años. Se encontró dependencia moderada de adicción a la nicotina. Las posibilidades de los fumadores actuales eran muy bajas para iniciar un programa de deshabituación tabáquica.
Palabras clave: Tabaquismo, médicos, trabajador de la salud.
Smoking in physicians of an ambulatory of Social Security. Valencia, Venezuela.
Abstract
The physicians should be a committed sector with the control and prevention of smoking, so it’s important to determine the prevalence of the smoking in them, because the health interventions in the communities will be more efficient, if the same ones are coherent among their medical advices and their acts. It was carried out a descriptive and cross-sectional study to determine the factors that influence in the appearance and maintenance of smoking; to distribute the physicians for age, sex, civil state and specialization, to determine their habits and antecedents, to relate habits and antecedents with their smoking attitude. It was applied a semistructured questionnaire to 58 physicians. The feminine sex prevailed (63,79%) 41-50 years of age (43,10%), with 21-30 years of professional exercise (34,48%), specialists (74,14%) and married (72,41%). 39,66% are smokers, of which 17,24% are current smokers. For the ex-smokers (22,42%) 41,67% of them have a time of smoking cessation lower to five years. When relating the profile of life and the smoking attitude there weren’t marked differences between smokers and non smokers. The beginning of smoking more frequent was between 19-25 years. It was founded moderate dependence of addiction to the nicotine. The possibilities of the current smokers were very low to begin a program of tobacco control.
Key Words: Smoking, physicians, health worker.
Introducción
El tabaquismo es un factor de riesgo erradicable para enfermedades cardiovasculares y pulmonares. La prevención, control y tratamiento del mismo debe ser una prioridad en atención primaria. La Organización Mundial de la Salud (OMS) - en su Comité de Expertos en la Lucha Antitabáquica en 1974 asentado en el informe técnico 568 citado por García (1) - señala al tabaco como el agente causal de una morbi-mortalidad, perfectamente previsible y prevenible, que debe obligar a las Administraciones Públicas, no exclusivamente sanitarias, a intervenir decididamente en contra de esta drogodependencia. La influencia que ejerce el médico en la población general en función de su actitud personal ante el tabaquismo, puede ser positiva o negativa. Es el llamado papel ejemplar, de los profesionales docentes y sanitarios tal y como lo señala Russell en 1978 citado por García (1).
La actitud ejemplar del médico es un asunto de credibilidad. Las intervenciones para el control y prevención del tabaquismo resultan más eficaces, si los profesionales sanitarios en general y los médicos en particular, constituyen un sector sensibilizado y motivado. Además la influencia del médico fumador es negativa, porque le resta credibilidad a su mensaje cuando realiza el consejo de “no fumar” en un ambiente de humo. Existen factores que pudieran estar relacionados con la aparición y mantenimiento del tabaquismo. Los intentos por abandonar el cigarrillo y el tiempo máximo que logran sin fumar, son de interés para valorar la desactivación del mismo. Los médicos no escapan a su responsabilidad de ser los principales líderes y actores en las intervenciones contra el tabaquismo.
El Ambulatorio del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales "Dr. Luis Guada Lacau" fue fundado en 1978, atiende a la comunidad de Naguanagua y sectores circunvecinos. En el funcionan especialidades como Cardiología, Neumonología, Psiquiatría, Neurología, Nefrología, Gastroenterología, Otorrinolaringología, Traumatología, Fisiatría y Medicina Interna. Sede del Postgrado de Medicina Familiar de la Región Central del país. Es un centro donde pudiera llevarse a cabo una intervención de salud asertiva con respecto al tabaquismo. Se ha observado con preocupación que ambientes como pasillos, algunos consultorios y áreas alrededor de la edificación se encontraban contaminadas con humo de tabaco para el momento de la investigación, y existía una actitud de pasividad con respecto a esta problemática no dándole la importancia que merece y tolerando una actitud –el tabaquismo- que se ha constituido por sus consecuencias nocivas en un problema de salud pública.
Para establecer cuál es el compromiso de los médicos del ambulatorio “Dr. Luis Guada Lacau” con las intervenciones en tabaquismo, es necesario conocer si el tabaquismo está presente en ellos y cuales son sus características. Se plantearon como objetivos determinar los factores asociados a la aparición y mantenimiento del tabaquismo así como su prevalencia en el personal médico del Ambulatorio; distribuir los médicos por edad, sexo, estado civil y especialización; determinar sus hábitos y antecedentes familiares y personales; relacionar los hábitos y antecedentes del personal médico con su actitud tabáquica.
Sujetos, materiales y métodos
Se realizó una investigación descriptiva, transeccional y no experimental. Se describieron las características del perfil de vida de los médicos y se relacionaron con su actitud tabáquica. La población estuvo constituida por los 58 médicos adscritos al ambulatorio, la muestra constituyó la totalidad de la población. Para la recolección de los datos se aplicó un cuestionario semiestructurado autoadministrado, previo consentimiento informado por parte de los participantes, que constó de seis partes:
1) Ficha patronímica, donde se recogen los datos acerca de edad, sexo, especialidad, años de ejercicio, estado civil, número de hijos, distribución horaria de un día de 24 horas.
2) Antecedentes personales de patologías médicas crónicas, consumo de café, ingesta de bebidas alcohólicas, antecedentes familiares de tabaquismo.
3) Caracterización como fumador, exfumador, no fumador y fumador pasivo.
4) Valoración del estrés de la vida cotidiana. Se utilizó la Escala de Holmes y Rahe (2).
5) Valoración de la adicción a la nicotina. Se realizó a través del Test de Fagerström modificado por Heathertone y colaboradores (3).
6) Valoración de la motivación. Se utilizó la Escala de Motivación del Hospital Henri Mondor (4,5). Se utilizó el programa SPSS (versión 7.5). Se agrupó a fumadores y exfumadores en un conjunto denominado tabaquistas, y a los no fumadores y fumadores pasivos en el conjunto de los no tabaquistas, tal y como fue analizado por Cuneo y colaboradores (6). El análisis e interpretación de los datos se realizó mediante la distribución de frecuencias, y análisis de diferencias entre las frecuencias y porcentajes representados en tablas. Se hizo comparación de proporciones con la prueba Z asumiendo un 95% de confianza (P < 0,05).
Resultados
La población y muestra estuvo constituida por 58 médicos. Con 21 individuos del sexo masculino (36,21%) y 37 (63,79%) del sexo femenino, con predominio estadísticamente significativo de este último (Z = 2,79; P = 0,0027). Con respecto a la edad, 43,10% pertenecen al grupo de 41 a 50 años, seguido por el grupo de 31 a 40 años con 31,04%. El 66,67% del sexo masculino en el grupo de 41 a 50 años, y 45,95% del sexo femenino en el grupo de 31-40 años. El 34,48% tiene de 21 a 30 años de ejercicio profesional, seguido por el grupo de 11 a 20 años con un 29,31%. Sólo el 8,62% tenía más de 31 años de ejercicio. El sexo masculino 76,19% tiene entre 11 a 30 años de graduados y en el sexo femenino el 35,14% menos de 10 años de ejercicio profesional. El 74,14% del personal médico ha realizado estudios de postgrado. Se observa un predomino del estado civil casado con un 72,41%.
En relación con la actitud tabáquica, en la muestra estudiada 39,65% son tabaquistas, fumadores actuales (17,24%) y exfumadores (22,42%) al aplicar las fórmulas de prevalencia de la OMS (7). Con respecto al sexo es mayor el porcentaje de hombres tabaquistas (61,9%) que el de mujeres tabaquistas (27,03%), siendo la diferencia estadísticamente significativa (Z = 2,33; P = 0,001). El grupo de no tabaquistas representa el 60,35%, grupo conformado por los no fumadores (31,04%) y fumadores pasivos (29,31%). Del total de hombres 28,57% eran no fumadores y de las mujeres 32,43% eran no fumadoras, no siendo la diferencia estadísticamente significativa (Z= 0,01; P = 0,4959).
Con respecto a los fumadores pasivos las mujeres se ven más afectadas (40,54%) que los hombres (9,52%), con diferencias significativas (Z = 2,19; P = 0,0141). El 64,71% de fumadores pasivos refirieron estar expuestos al humo de tabaco ambiental en un ambiente diferente a su casa o trabajo, 23,53% en su casa, 5,88% en su trabajo y 5,88% en ambos.
Al aplicar el Test de Fagerström modificado (3) entre los fumadores actuales se encontró una dependencia moderada en el 60%. Al relacionarlo con el sexo se encontró dependencia alta en el 50% del sexo masculino, y dependencia moderada en el 75% del sexo femenino.
El 52,17% de los tabaquistas se encuentran en el grupo entre 41-50 años. El 34,48% de los tabaquistas tiene entre 21-30 años de ejercicio profesional. De los profesionales con más de 31 años de ejercicio ninguno era tabaquista. Con respecto a los no tabaquistas el mayor porcentaje (31,43%) tenía de 21 a 30 años de ejercicio profesional. Se observa un predominio de los médicos especialistas, en tanto en el grupo de tabaquistas como no tabaquistas con un 65,21% y 80% respectivamente. Se encuentra un predominio del estado civil casado tanto en los tabaquistas (73,91%) como en los no tabaquistas (71,40%). El 39,13% de los tabaquistas tenían una mediana de dos hijos. Los no tabaquistas oscilaban entre uno y dos hijos lo cual representa el 62,86%. Se observa que de acuerdo al número de horas laborales se encuentra entre ocho y doce horas diarias tanto para los tabaquistas como para los no tabaquistas. No se observa diferencia entre ambos grupos.
En cuanto al número de horas recreativas los encuestados manifestaron utilizar un promedio de dos a cuatro horas diarias (50%), seguido por el 44,83% que utiliza una o menos horas al día para la recreación. No se observó diferencia entre los tabaquistas y los no tabaquistas. El 58,62% refiere dormir seis horas diarias, seguido por el 24,14% que duerme menos de seis horas al día. No se observó diferencia entre tabaquistas y no tabaquistas.
La hipertensión arterial ocupó el primer lugar como antecedente positivo con un 63,16% (71,42% tabaquistas y 58,33% no tabaquistas). El 14,29% de los tabaquistas presentan asociación de dos patologías crónicas.
El 65,22% de los médicos tabaquistas tienen parientes tabaquistas, y 51,43% de los médicos no tabaquistas tienen parientes tabaquistas, no existiendo diferencias estadísticamente significativas (Z = 0,77; 0,2217). Al determinar el parentesco de los familiares tabaquistas se encuentra que con respecto a los médicos tabaquistas el 86,66% son hermanos, 6,67% progenitores y 6,67% hijos. Entre los médicos no tabaquistas 33,33% son hermanos, 27,78% progenitores, 27,78% cónyuges y 11,11% otros familiares. El 30,30% de los familiares tabaquistas conviven con el personal médico. En cuanto a los médicos tabaquistas conviven con ellos el 20,00% y con los médicos no tabaquistas el 30,3%. El 79,31% del personal médico consume café.
Al relacionarlo con la actitud tabáquica 91,30% de los tabaquistas y 71,43% de los no tabaquistas lo consumen, sin diferencias estadísticamente significativas (Z = 1,5; P = 0,0672). En cuanto a la frecuencia el 58,70% del personal médico consume de dos a cuatro tazas de café diarias, seguido por el 36,96% que consume una taza diaria. El 20,69% de los médicos no consumen café, siendo mayor en el grupo de no tabaquistas (28,57%) que entre los tabaquistas (8,70%), siendo las diferencias estadísticamente significativas (Z = 1,8; P = 0,0359).
El 39,65% de los médicos no consumen alcohol siendo mayor en el grupo de los no tabaquistas. El 60,34% consumen alguna bebida alcohólica siendo la cerveza la más frecuente (37,14%), seguido por whisky (31,43%). Sólo el 2,86% consumen tres tipos diferentes de bebidas alcohólicas. No se observa diferencia con respecto al consumo de alcohol entre ambos grupos (tabaquistas y no tabaquistas). El 40% de los médicos refiere un consumo de alcohol ocasional, 28,57% quincenal, 22,86% semanal, 8,57% mensual. Ninguno de los médicos refiere consumo diario de alcohol. Al relacionarlo con la actitud tabáquica, entre los tabaquistas 41,18% refieren un consumo mensual, 29,41% semanal y 29,41% ocasional. Entre los no tabaquistas 50% refieren un consumo ocasional, 16,67% consumo semanal, 16,67% consumo quincenal y 16,67% consumo mensual. Al aplicar la Escala de Holmes y Rahe (2) se encontró que 74,14% de los médicos no enfrentan problemas importantes en su vida cotidiana. Al relacionarlo con la actitud tabáquica, se encuentra que entre el grupo de tabaquistas la crisis moderada es la más frecuente (13,04%) así como entre los no tabaquistas (17,14%).
Al aplicar el Test de Motivación del Hospital Henri Mondor (4, 5) se determinó que sólo el 10% tiene bastantes posibilidades de éxito para iniciar un programa de deshabituación tabáquica, en contraposición con el 60% de los médicos en quienes se encontró muy bajas posibilidades de éxito para iniciar este programa. Con respecto al sexo, en el masculino 66,66% presentó posibilidades muy bajas, 16,67% oportunidades reales, pero con dificultades a tener en cuenta. En el sexo femenino 50% tuvo posibilidades muy bajas, 25% oportunidades reales pero con dificultades a tener en cuenta y el 25% bastantes posibilidades. El 46,15% de los exfumadores tiene un tiempo de abandono del tabaquismo de menos de cinco años, seguido por el 23,08% tiene un tiempo de abandono de 6 a 10 años. No se observa diferencia con respecto al sexo.
Discusión
La prevalencia encontrada en la literatura consultada reportó entre 25,2%, 37% y 36,4% fumadores actuales en los trabajadores de un hospital (8,9,10), 30,6%, 33%, 37,8% 57,5% y 70% médicos fumadores actuales (6,7,9,10,12), 24,3% y 22,1% fumadores actuales estudiantes de medicina y residentes de pediatría, respectivamente (13,16), siendo baja en este centro al compararse con dichas cifras. La edad de inicio coincide con los estudios de Gómez y Grimaldi (11), ellos reportaron una edad de inicio promedio de 18,8 años y encontraron que el personal médico y afín lo iniciaron a los 20,7 años, el restante a los 17,6 años. En el centro estudiado a pesar de que la mayoría de los médicos pertenecen al sexo femenino, el tabaquismo es más acentuado en el masculino.
Al contrastar estos resultados con los obtenidos por Gómez y Grimaldi, y Pérez y colaboradores se encuentra una prevalencia similar a la encontrada con una diferencia estadísticamente significativa entre ambos sexos a predominio del masculino (11,15). Por otra parte, los trabajos de Cuneo y colaboradores y Arévalo y Baquedano, no encontraron diferencia significativa entre ambos sexos (6,9). Otros estudios reportaron una mayor prevalencia para el sexo femenino tales como los realizados por Herrera y Barreto con 27% para el sexo femenino y 9% para el sexo masculino, y Menéndez con un 70% de mujeres fumadoras (7,13). López, Collishaw y Piha en 1994, establecieron sobre la base de una observación de 100 años un modelo de epidemia tabáquica basado en la proporción de fumadores de acuerdo al sexo, y establecieron cuatro fases en las cuales predomina el tabaquismo en los hombres, tal y como se encontró en el presente estudio (17). El sexo masculino demostró ser más dependiente a la nicotina al aplicar el Test de Fargerström modificado (3). Los estudios revisados utilizaron parámetros aislados. Arévalo y Baquedano utilizaron el número de cigarrillos diarios, al igual que la Oficina del Registro Regional de Tumores del Sur de la Provincia de Buenos Aires, y Varona y colaboradores (9,10,12). Gómez y Grimaldi 1998 utilizaron el promedio semanal de cigarros, no encontraron diferencia significativa entre ambos sexos en cuanto al consumo semanal de cigarros (11). No se encontraron estudios que utilizaran algún test de motivación, aunque algunos autores consideraron importante conocerla. Stillman y colaboradores analizaron los cambios de actitud ante un programa de prohibición del tabaquismo, observaron entre los médicos una mayor disposición para dejar de fumar si se efectuara el programa al compararlos con las enfermeras, siendo mayor este compromiso entre los menores de 35 años (18).
Al solicitar la opinión de los trabajadores ante la eventual prohibición del tabaquismo en el hospital, Gómez y Grimaldi encontraron que el 27,9% de los fumadores no estuvieron de acuerdo con esta medida, y registró un consumo semanal de 29,89 cigarros (11). Por su parte, Varona y colaboradores establecieron que ocho de cada diez médicos y siete de cada diez enfermeras declararon una actitud positiva hacia el abandono del tabaco de encontrar alguna ayuda para lograrlo (12). Pérez y colaboradores encontraron que el 62,3% de los estudiantes de medicina aceptarían la ayuda de su hospital para dejar de fumar frente a un 33,7% que no lo haría (15). Al revisar la literatura se encontraron otras investigaciones donde se consideró importante establecer un perfil del médico fumador, por ejemplo Cuneo y colaboradores quienes establecieron el perfil de los médicos fumadores argentinos (6); Ferrero y colaboradores establecieron el perfil del médico residente de pediatría (16).
Cuando se realiza el análisis de la relación entre tabaquismo y familiares tabaquistas se encontró que predominaron los progenitores entre los no tabaquistas y los hermanos entre los tabaquistas. López, señala que los factores condicionantes del inicio del tabaquismo en los adolescentes tiene que ver con la presencia del tabaco en el entorno personal y familiar (19). Bleger afirma que los pares de adolescente (hermanos) cumplen un papel crítico en la iniciación de conductas riesgosas como el tabaquismo para responder al desarrollo de la autonomía y al aprendizaje de roles nuevos (20). Al comparar con los estudios de Ferrero y colaboradores, ellos establecieron como factor de riesgo para ser fumador tener madre fumadora (16). Contrario a lo encontrado en el presente estudio, donde quienes tuvieron progenitores fumadores rechazaron el tabaquismo, pero quienes tuvieron pares fumadores (hermanos) adquirieron el hábito tal como lo señala Bleger (20). Zylbersztejn y colaboradores, encontraron que los médicos fumadores tenían más frecuentemente antecedentes de familiares con tabaquismo y presentaron criterios de mayor dependencia a la nicotina (21).
Al considerar la asociación del consumo de café y alcohol se encontró que fue más frecuente entre los tabaquistas lo cual coincide con los estudios de Cuneo y colaboradores (6). No se evidenció en el personal médico de este centro rasgos o aspectos en el desarrollo de su vida que estuviesen directamente relacionados con el tabaquismo a excepción, del consumo de café y alcohol y del antecedente de familiares tabaquistas, que en el caso de progenitores se convirtió en elemento protector y en los hermanos en factor de riesgo; hallazgo que debería ser corroborado y estudiado con mayor profundidad en investigaciones posteriores. Los exfumadores tienen en su mayoría un tiempo de abandono del tabaquismo menor a cinco años, lo cual los hace susceptibles a una recaída como lo señalan Prochaska y Di Clemente en su modelo teórico del cambio y a un consecuente aumento de la prevalencia del tabaquismo en este centro de salud (22). Tal como es señalado por Sotiropoulos y col. deben ejercerse las intervenciones más efectivas para reducir el tabaquismo en la comunidad médica de manera inmediato, y así estén mejor capacitados para cumplir su función como modelos para la población en general (23).
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