Bioetica, Calidad de Vida y Tecnociencia en el mundo globalizado
Autor: Dr. Harold Guevara Rivas  | Publicado:  28/08/2008 | Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria | |
Bioetica, Calidad de Vida y Tecnociencia en el mundo globalizado

Bioética, Calidad de Vida y Tecnociencia en el mundo globalizado.

 

Harold Guevara Rivas 1, Pedro Navarrete 2, Antonio Domínguez 3, Rosa Cardozo Castellano 4, Magaly Ortunio Calabres 5, Daniella Padrón Malpica 6, Katherine Sánchez 7.

 

1 Médico Ocupacional. Profesor Asociado e Investigador PPI.

2 Doctor en Filosofía de la Matemática. Profesor Titular.

3 Doctor en Ciencias Médicas. Profesor Titular.

4 Médico Familiar. Profesor Asociado e Investigador PPI.

5 Médico Ocupacional y Familiar. Profesor Agregado e Investigador PPI.

6 Médico Epidemiólogo. Profesor Asistente.   

7 Médico Ocupacional y Familiar.

 

Departamento de Salud Pública. Universidad de Carabobo, Venezuela.

 

Resumen

 

Ante el avance potencialmente infinito de la tecnociencia, emerge la Bioética como la ética que se especializa en la defensa de la vida como valor supremo. En el presente artículo se hace una revisión de los aspectos bioéticos de la calidad de vida, el ambiente y la tecnociencia. En el contexto de la globalización es necesario estar moralmente alertas para edificar una sociedad del conocimiento que mantenga el sentido de lo humano, incluyendo la tecnología, para que esta sea un medio y no un fin en sí misma, para que el hombre no sea víctima de su propio invento, para que cada uno de los seres humanos y no humanos que poblamos este planeta podamos gozar de un futuro mejor, incluyendo las futuras generaciones en el marco de un desarrollo sustentable. El ser humano tiene las obligaciones morales de actuar pensando en la suerte de los otros, de evitar la destrucción de la existencia humana y de velar por el cuidado de la naturaleza para las generaciones futuras, por lo que la transferencia de tecnología nociva desde los países desarrollados se debe evitar con base en los principios éticos de no maleficencia, justicia y responsabilidad. Los esfuerzos de la humanidad deben apuntar a hacer ciencia con conciencia, a una reconciliación de los seres humanos con su hábitat, armonizando la dignidad del hombre con la dignidad de la naturaleza, teniendo como base la Ecología Humana.

 

Palabras Clave: Bioética, Calidad de Vida, Tecnociencia.

 

Bioethics, Quality of Life and Techno-science in the globalized world

 

Abstract

 

Before the potentially infinite advance of the progresses of the technoscience, Bioethics emerges like the ethics that specializes in the defense of the life like supreme value. In the present article is made a revision of the bioethical aspects of the quality of life, the atmosphere and the technoscience. In the context of the globalization it is necessary to be morally alert to build a society of the knowledge that maintains the sense of the human thing, including the technology, so that it will be a half and not an end in itself, so that the man will be not victim of his own invention, so that each one of the human and nonhuman beings that populate this planet can enjoy a better future, including the future generations in the mark of a sustainable development. The human being has the moral obligations of acting thinking on the luck of the other ones, of avoiding the destruction of the human existence and of looking after the care of the nature for the future generations, for what the transfer of noxious technology from the developed countries should be avoided with base in the ethical principles of non make damage, justice and responsibility. The humanity's efforts should point to make science with conscience, to the human beings' reconciliation with their habitat, harmonizing the man's dignity with the dignity of the nature, having like base the Human Ecology.

 

Key Words: Bioethics, Quality of Life, Techno-science.

 

Introducción

 

Ante el avance de los progresos de la tecnociencia, evidenciado en la revolución industrial de la modernidad y en la revolución tecnocientífica de la sociedad postcapitalista y posmoderna, que ha traído consecuencias en muchos casos poco amigables para el ambiente y los seres humanos (cambio climático, lluvia ácida, contaminación, inundaciones, sequías, entre otros), emerge la Bioética como la ética que se especializa en la defensa de la vida como valor supremo (1). Asimismo surgen interrogantes tales como: ¿La humanidad debe permitir todo lo tecnológicamente posible aunque sea éticamente inaceptable?; ¿será el ser humano causante de su propia destrucción al dañar a la naturaleza en su afán de someterla?, ¿habrá biósfera para que vivan las futuras generaciones en armonía y equilibrio con el ambiente?

 

Bioética

 

Van Rensselaer Potter, creador de la Bioética, propuso asociar las ciencias positivo-analítico-experimentales con las histórico-hermenéuticas –que fueron disociadas por la Modernidad-, para salirle al paso al desmadre ético de la tecnociencia y tender así un puente exitoso hacia el futuro de la humanidad y del planeta Tierra (1).

 

En el marco de la sociedad del conocimiento, en la que los individuos y las organizaciones están en capacidad de usar éste como factor de desarrollo y elemento dinamizador de cambio social, se hace necesario que la Bioética salga en defensa de la vida, de su calidad y de su sentido, a modo de una nueva ética inter e intradisciplinaria, que asegure la convivencia armónica y conduzca al todo social a descubrir de manera autoconsciente los valores que dignifiquen al ser humano con su entorno social y natural. La Bioética debe ser el producto libre de un constructo social con base en el conocimiento científico y en la experiencia sapiencial, que negocie consensos que dignifiquen la vida humana y permitan mejorar la calidad de vida (CV) de todos en armonía con la naturaleza (1).

 

En este contexto es necesario estar moralmente alertas para edificar una sociedad del conocimiento que mantenga el sentido de lo humano por encima de aquellas cosas o prótesis que el hombre crea y en las que cree, incluyendo la tecnología, para que esta sea un medio y no un fin en sí misma, para que el hombre no sea víctima de su propio invento, para desarrollar la tecnociencia con conciencia y para que cada uno de los seres humanos y no humanos que poblamos este planeta podamos gozar de un futuro mejor, incluyendo las futuras generaciones en el marco de un desarrollo sustentable.

 

La Bioética o ética de la vida, al igual que el conocimiento científico y tecnológico, se va construyendo socialmente de acuerdo a las circunstancias económicas, políticas y sociales y lleva la impronta de cada época, de cada cultura y de cada civilización, con base en la interactividad (relación sujeto-objeto y diálogo de saberes) y la intersubjetividad (interacción con otros sujetos con los que se vive en comunidad). Es desde la intersubjetividad y de la interactividad desde donde emerge el carácter constructivo del conocimiento bioético, el cual se da mediante la asimilación y la acomodación.

 

La fortaleza epistemológica de la Bioética exige un abordaje interdisciplinario, para fecundar el conocimiento tecnocientífico con el sapiencial para que las ciencias se hagan con conciencia, y para fecundar lo sapiencial con lo tecnocientífico de forma que los procesos culturales se enriquezcan con los datos de las ciencias empírico-analíticas. De aquí debe surgir una nueva manera de entenderse y entender al hombre y de asegurar su futuro con una buena calidad de vida, estableciendo justas relaciones intraespecies, interespecies y con la naturaleza, en el entendido de que el ser humano es la conciencia que la naturaleza tiene de sí misma (1).

 

Calidad de Vida

 

Debido a la necesidad de unificar criterios y posiciones sobre la calidad de vida, la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1994 propuso una definición de consenso: “Percepción del individuo sobre su posición en la vida, en el contexto de la cultura y sistema de valores en el cual él vive, y en relación con sus objetivos, expectativas, estándares e intereses” (2, 3). Señala Lolas que en esta definición se hace evidente el carácter subjetivo, multidimensional y complejo del constructo calidad de vida (3).

 

La calidad de vida está profundamente condicionada por el medio cultural, y depende estrictamente del conjunto de valores de los individuos y de los grupos sociales. Para Gracia (4), esta se estructura en dos niveles, uno público y uno privado. Cada individuo define individual y socialmente su propio sistema de valores, su concepto de vida y de calidad y, por tanto, de felicidad. Desde ahí establece el propio proyecto de vida. Esto es lo que hoy se llama “ética de máximos”, que en Bioética se expresa en los principios de autonomía y beneficencia. Al mismo tiempo, los miembros de una sociedad deben concertar un conjunto de valores que sean respetados por todos, aun coactivamente. En el nivel de la ética pública, la definición general de calidad de vida que realiza la sociedad se expresa en forma de leyes. Este nivel se denomina “ética de mínimos” de una sociedad. En Bioética se habla a este nivel de principios de no maleficencia y de justicia.

 

De tal manera que en la calidad de vida de los seres humanos están implícitos componentes muy personales y otros gregarios, cuya armonización es nuestra responsabilidad como sujetos morales situados en y hermanados con el mundo, con el que interactuamos racional y afectivamente como integrantes de una comunión hombre-naturaleza, en el ejercicio progresivo de la autonomía libre-relacionada, en reciprocidad de deberes y derechos. Se ha señalado que la calidad de vida tiene que ver con las condiciones que favorezcan modos de vida que privilegien el ser-más sobre el tener-más, puesto que está íntimamente relacionada con el sentido que se tenga de la misma y con un sentimiento de realización existencial (1).

 


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