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Algunas Consideraciones sobre la Muerte
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Autor: Dra. Rosa Cardozo Castellano
Publicado: 23/09/2008
 

Hablar de la muerte es algo complicado y sensible, y a la vez absolutamente simple ya que es el final ineludible de nuestras vidas. Depende de la madurez y reflexiones previas de cada persona. El miedo que se tiene a enfrentar la muerte es un miedo a algo desconocido, es una experiencia que nadie jamás en vida podrá conocer, por lo cual genera gran ansiedad. Se realizó una revisión de algunos tópicos sobre la muerte: definiciones, aspectos socioculturales a través del tiempo, representaciones de la muerte según las diferentes corrientes religiosas. Finalmente, se describe la percepción que cada uno le puede dar a la expiración de la vida de acuerdo a la edad que tenga en el momento en que la descubre u observa. Es un tema interdisciplinario que rebasa con mucho el modelo médico y que implica para su cabal comprensión abordajes filosóficos, religiosos, espirituales, tanatológicos, artísticos, sociológicos, económicos, entre otros.


Algunas Consideraciones sobre la Muerte.1

Algunas Consideraciones sobre la Muerte

 

Rosa Cardozo Castellano. Médico Familiar. Profesor Asociado. Investigador PPI. Doctorante en Patología Existencial e Intervención en Crisis. Universidad Autónoma de Madrid/Universidad de Carabobo.

Harold Guevara Rivas. Médico Ocupacional. Profesor Asociado. Investigador PPI. Doctorante en Ciencias Médicas Universidad de Carabobo.

Magaly Ortunio Calabres. Médico Familiar y Ocupacional. Profesor Agregado. Investigador PPI.

 

Departamento de Salud Pública. Universidad de Carabobo. Valencia, Venezuela.

 

Resumen

 

Hablar de la muerte es algo complicado y sensible, y a la vez absolutamente simple ya que es el final ineludible de nuestras vidas. Depende de la madurez y reflexiones previas de cada persona. El miedo que se tiene a enfrentar la muerte es un miedo a algo desconocido, es una experiencia que nadie jamás en vida podrá conocer, por lo cual genera gran ansiedad. Se realizó una revisión de algunos tópicos sobre la muerte: definiciones, aspectos socioculturales a través del tiempo, representaciones de la muerte según las diferentes corrientes religiosas. Finalmente, se describe la percepción que cada uno le puede dar a la expiración de la vida de acuerdo a la edad que tenga en el momento en que la descubre u observa. Es un tema interdisciplinario que rebasa con mucho el modelo médico y que implica para su cabal comprensión abordajes filosóficos, religiosos, espirituales, tanatológicos, artísticos, sociológicos, económicos, entre otros.

 

Palabras clave: Muerte, Eutanasia, Tanatología, Religión

 

Some Considerations about Death

 

Abstract

 

Speak about death is something delicate and complex, and at the same time absolutely simple since it is the unavoidable end of our lives. It depends on the maturity and previous reflections of each person. The fear that we have to face to the death is a fear to something unknown, the death is an experience that nobody never in life will be able to know, reason why it generates us great anxiety. It was carried out a revision of some aspects about the death: the perception that the doctor has, sociocultural aspects through the times, representations of the death and the different religious currents. Finally the perception of each one is focused according to the age. It is an interdisciplinary topic that surpasses with a lot the medical pattern and that implies for its exact understanding philosophical, religious, spiritual, tanatologic, artistic, sociological, economic boardings, among others. 

 

Key Words:  Death, Euthanasia, Tanatology, Religion

 

Introducción

 

Cada día hay más personas que manifiestan interés por saber, experimentar, conocer algo... relacionado con la muerte. De hecho, hablar de la muerte es algo complicado y sensible, y a la vez absolutamente simple ya que es el final ineludible de nuestras vidas. Sin embargo, va a depender de la madurez y reflexiones previas de cada persona. El miedo que se tiene a enfrentar a la muerte es un miedo a algo desconocido, es una experiencia que nadie jamás en vida podrá conocer,  por lo cual genera gran ansiedad.

Es un acontecimiento familiar y paradójicamente desconocido, ya que muere es el otro (1) La tendencia es alejar a la muerte del espectro de vida, sentenciarla al encierro hospitalario, o a los cementerios cada vez más compactos. La muerte entonces es socialmente rechazada, en cuanto atenta con el mundo material, el único que existe. Culturalmente hay menos motivación a dedicarle tiempo a la muerte, porque el morir perjudica la productividad, la tristeza debe resolverse lo antes posible, dado que el mundo "real" requiere de los cuerpos y las mentes limpias de los que trabajan para su crecimiento.

 

 

Concepto de Muerte

 

La definición de éste concepto está sujeta a la idiosincrasia de quien trata de explicarla; de ahí la variedad de opiniones al respecto. Desde el punto de vista humanístico, algunos autores ven a la muerte como la ruptura total: se rompe con la naturaleza, con el tiempo, con los seres queridos, con los bienes naturales, con el propio cuerpo; sería verla desde el punto de vista del conocimiento. (2) Para el materialismo científico, la trascendencia no existe, siendo su dogma principal el siguiente: "Nada se crea, nada se pierde: todo se transforma. La materia, simplemente la materia, será lo único que permanecerá"  Heidegger (1975) mira a la muerte como a la última y máxima posibilidad. El ser, para él, forma el centro de su visión filosófica. (3).

 

José Saramago premio Nobel 1998, escribe: “Más que hablar de la muerte, que en realidad nadie conoce y de la que nadie ha tenido una vivencia, debemos hablar del morir”, el que comprende no solamente los fenómenos biológicos, sino también los pensamientos, ideas, sentimientos, reflexiones, reacciones y actitudes, de todos los actores en esta fase final de la vida, en la que tan importantes son los acontecimientos humanos que le dan sentido al morir (4).


Dentro de la medicina, el concepto que se maneja es la muerte clínica, y la definición más avanzada diagnostica la muerte de una persona cuando se demuestra la existencia de un daño encefálico irreversible, o muerte cerebral, la cual es diferente a los estados vegetativos persistentes en los que el daño está localizado a nivel de los hemisferios cerebrales (5). Otra definición científica de la muerte la asume como el cese completo, definitivo e irreversible de las funciones vitales (6).

 

La muerte para algunos puede ser entendida de un modo abstracto o de una manera restringida. En un sentido amplio, es la designación de todo fenómeno en el que se produce una cesación. En sentido restringido, en cambio, la muerte es considerada exclusivamente como la muerte humana. Lo habitual ha sido atenerse a este último significado, a veces por una razón puramente terminológica y a veces porque se ha estimado que sólo en la muerte humana adquiere plena significación el hecho de morir (7). Como extrema objetivación, la muerte es la descomposición de un cuerpo, pero dado que lo que resulta aniquilado es el sujeto, está  a la par de su extrema subjetivación. La muerte es la unión de la objetivación y la subjetivación absolutas (8).

 

Thomas (1) en la Antropología de la Muerte, enumera los tipos de muerte: muerte biológica (cesación de la actividad celular), muerte física (aparición de los “signos de la muerte" en el examen físico), muerte psíquica (para aquellos que estando vivos, son incapaces de comunicarse por estar aislados en su mundo interior), muerte social (dentro del hospital se da en el momento en que el paciente es tratado ya como un cadáver, si bien "clínica y biológica" esta aun vivo), muerte espiritual (separación irreversible del cuerpo y el alma), muerte de la conciencia (pérdida de las funciones mentales) (9), en la vejez, muerte ante una vida plena y vigorosa, el suicida desea morir para sí mismo. Existen además, la muerte natural, la muerte accidental, la muerte interna, la muerte externa. (10)

 

Percepción de la muerte

 

Las distintas maneras de reaccionar ante el hecho de la muerte inminente están supeditadas en gran medida a cada personalidad. Pero, ¿cuándo no nos ha tocado de lleno alguna vez?  Todos hemos visto pasar cerca  el dolor que produce la pérdida de un ser querido. Y cuando se trata de la muerte de algún ser con el cual hemos estado en relación de amistad o de médico-paciente, la mayoría de las veces casi no sabemos cómo consolar a esas personas. Quizás les decimos unas palabras, procuramos darles ánimo, pero, al final, casi solo nos queda acompañarles con nuestro silencio.

 

 


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Pensamos en su sufrimiento, en el vértigo que quizá sientan. A veces nos dicen que su vida ha perdido ya todo su sentido, que no entienden, que no encuentran respuesta, que chocan contra ese misterio de la muerte, que nada les puede consolar... Es que a veces no es fácil darles una respuesta...máxime cuando se trata de una persona y una familia que centró todas sus expectativas de sanación en el médico...No es fácil.  Para algunos la muerte es una despedida, a un tiempo dolorosa y alegre. Un cambio de casa, que busca la cicatrización de esa herida por medio de la esperanza. Ello para los que tienen Fe.

A quienes no tienen Fe, la muerte les recuerda desafiante que su forma de entender la vida no tiene para la muerte una explicación satisfactoria. Octavio Paz describe al amor y la muerte, como gemelos adversarios, habiendo sido constante asunto de los poetas desde el origen de la civilización, y aunque la imagen de la muerte acompaña al hombre desde el principio, periódicamente se vuelve una preocupación obsesiva (11).

 

Sabemos que la muerte es la desaparición del propio yo, y nos causa pánico el solo pensarla, intuirla, cuando lo hacemos. Es así como Morín (12)  señala “El horror a la muerte es, pues, la emoción, el sentimiento o la conciencia de la pérdida de la propia individualidad. Emoción, sacudida de dolor, de terror, o de horror”. Por eso es un acontecimiento doloroso y a su vez rodeado de mucho temor, al punto de buscar “huir”, inclusive inconscientemente, del que se acerca al fin de su existencia.

 

Por su parte, Pepe Rodríguez (13) escribe: “cuando la muerte, en cualquier contexto cultural o histórico, pasa a formar parte de alguna rutina cotidiana, ya no golpea, inmuta ni escandaliza, se integra como algo "natural" y sólo deja de verse así cuando las circunstancias han cambiado completamente. En general, según sea el contexto social se tendrán por más o menos "lógicas" algunas formas de muerte y por "ilógicas" otras. En nuestra prehistoria era normal ser devorado por algún depredador y hasta hace bien poco tiempo fue normal morir al nacer o durante la infancia, o perder la vida en cualquier batalla local; hoy nos horroriza pensar siquiera en esas posibilidades, que se nos antojan absurdas, imposibles, "ilógicas", tal como parece también, en el primer mundo, morir por gripe, tuberculosis o inanición... a pesar de que en el Tercer Mundo sigan muriendo millones de humanos por esas mismas causas”.  

Por su parte, Pepe Rodríguez (13) escribe: “cuando la muerte, en cualquier contexto cultural o histórico, pasa a formar parte de alguna rutina cotidiana, ya no golpea, inmuta ni escandaliza, se integra como algo "natural" y sólo deja de verse así cuando las circunstancias han cambiado completamente. En general, según sea el contexto social se tendrán por más o menos "lógicas" algunas formas de muerte y por "ilógicas" otras. En nuestra prehistoria era normal ser devorado por algún depredador y hasta hace bien poco tiempo fue normal morir al nacer o durante la infancia, o perder la vida en cualquier batalla local; hoy nos horroriza pensar siquiera en esas posibilidades, que se nos antojan absurdas, imposibles, "ilógicas", tal como parece también, en el primer mundo, morir por gripe, tuberculosis o inanición... a pesar de que en el Tercer Mundo sigan muriendo millones de humanos por esas mismas causas”.

 

El tema de la muerte es uno de los más difíciles de tratar en la Medicina y en la vida, si bien es cierto que algunos individuos están más relacionados a su contacto como los médicos, sacerdotes y policías. (14) Es un tema interdisciplinario que rebasa con mucho el modelo médico y que implica para su cabal comprensión abordajes filosóficos, religiosos, espirituales, tanatológicos, artísticos, sociológicos, económicos, entre otros. (15)

 

Sin embargo, Morin expone:(16) “Si se quiere salir de la machaconería de la muerte, del ardiente suspiro que espera la revelación religiosa, del manual de serena sabiduría, del patetismo, de la meditación metafísica en la que se exaltan los bienes trascendentales, si se quiere salir del mito, de la falsa evidencia como del falso misterio, es preciso coopernizar la muerte” (p. 24). Kubler Ross (17) después de escuchar confesiones de miles de pacientes moribundos, caracterizó cuatro etapas en el proceso de morir aunque no necesariamente tienen que seguir una secuencia rígida; ellas pueden yuxtaponerse, repetirse en el curso de enfermedades crónicas largas, no darse, o también aparecer en desorden. Estas etapas pueden ser caracterizadas de las formas siguientes: negociación, rabia o ira, depresión y aceptación(18).

 

Ariès (19) explica cómo la percepción de la muerte en Occidente ha cambiado durante los tiempos. Del siglo VI al XII los difuntos morían en el seno familiar y el hombre era en cierta forma el maestro de su muerte, siendo ésta interpretada como una continuidad del ser y no como una interrupción. Del siglo XII hasta el siglo XV predomina el amor visceral por las cosas y el sentido de la biografía, por lo cual la muerte es percibida como la pérdida del yo. A partir del siglo XVI el difunto fascina pero el cementerio abandona el centro de la ciudad, de tal forma que la muerte se siente a la vez próxima y lejana. Existe un rechazo de la muerte del otro a través de ruidosos duelos y un cierto "culto de cementerio" característico en el siglo XIX.

 

Desde el siglo XIX la muerte está invertida sobre todo en regiones industrializadas, generalizándose un rechazo al duelo y a los difuntos, y enmascarándola tras la enfermedad. El hombre no es ya el dueño de su muerte si no que se la encomienda a los profesionales.

 

Ramos (20) escribe: “Siendo la muerte aquello radicalmente opuesto a la vida, es lógico que angustie y obsesione, generando una actitud de rechazo y negación”. La negación se presenta bajo múltiples formas en relación con diversas circunstancias biológicas, psicológicas y sociales que rodean al ser humano cuando se enfrenta a la muerte. El ser humano aprende desde temprana edad pautas sociales de conducta que le llevan a aceptar o rechazar algo y una de las más importantes es la negación de la muerte como parte de la vida. Para superar la angustia, el hombre fabrica mecanismos de defensa promoviendo rituales y la intelectualización, especialmente en filosofía. (21) Es así como, presenciamos la medicalización de la muerte, considerándola más bien una enfermedad que se debe curar y no un paso más en la evolución del ser humano. El equipo y las técnicas que permiten evadir y prolongar la muerte, también pueden despersonalizarla y convertirla en algo muy doloroso y sin significado (20)

 

En el siglo XX, el hombre empieza a redescubrir la muerte, como lo demuestran la psicología, la sociología y la literatura que se han permitido el hablar de la muerte; así el hombre moderno ha venido cambiando lentamente sus actitudes ante la misma tratando de recobrar el derecho a morir, a no ser privado del momento de su muerte.

 

La creencia en la vida después de la muerte no tiene tiempo; ha existido desde los primeros seres humanos como lo demuestra la arqueología, al descubrir que los cuerpos de los muertos eran pintados ceremoniosamente. Como afirma Markusen (22) el estudio de las principales religiones del mundo muestra que el concepto de vida después de la muerte está en prácticamente todas. Este autor se basa en una reseña del libro “The Judgement of the Dead” de S.G.F. Brandon, sobre las creencias en la existencia de otra vida después de la muerte, el cual se distinguen, tres modelos generales de creencias. El primero, que estudia los antiguos mesopotamios, los primeros judíos y los griegos en la época de Homero, representan la otra vida como un subterráneo horrendo donde iban todos los seres humanos. El segundo modelo, donde se encuentran los egipcios antiguos, judíos más tardíos, cristianos y musulmanes, la creencia en el juicio final existe, para obligar a seguir un dogma predeterminado. El tercer modelo de creencia, budismo e hinduismo, cree en las reencarnaciones, potencialmente ilimitadas; en estas el karma es el que determina el destino después de la muerte. A pesar de las diferentes ideas sobre el destino del ser humano, Brandon encuentra muchas similitudes en el juicio del alma después de la muerte y las representaciones del cielo y el infierno.

 

Percepción de la muerte en diferentes etapas de la vida


Percepción de la muerte en infantes.

 

La falta de madurez de los niños, los cuales se encuentran en etapa de desarrollo, hace que perciban a la muerte de manera diferente a la del adulto, con un significado libre en gran medida de angustia y crueldad, aun cuando pueden experimentar ansiedad y considerarla como una dolorosa separación. Desarrollan defensas psicológicas como el pensamiento mágico, y creen que si la evitan no mueren. Ello en relación a la edad alcanzada para la fecha del suceso (23)

 

 


Algunas Consideraciones sobre la Muerte.3


Percepción de la muerte en adolescentes.

 

En esta etapa existen características que hacen vulnerable al adolescente a sentimientos de autodestrucción como una alternativa para poner fin al dolor psicológico que lo abruma. La falta de soporte familiar impide la integración de las nuevas necesidades que surgen en el adolescente. Además, son idealistas al pensar que “nada les puede pasar” tomando riesgos casi suicidas. En gran medida, la percepción que tengan acerca de la muerte, dependerá de su personalidad (23)



Percepción de la muerte en adultos jóvenes.

 

Los adultos jóvenes están abocados al término de sus tareas sociales, y ansiosos por desarrollar sus planes de vida, para lo cual ya se encuentran capacitados. La muerte es algo lejano, asumido como inevitable, sin embargo con una certeza inconsciente de que a uno jamás le va a pasar, comienza la carrera por la consecución de lo que uno pueda llegar a ser, y junto a quienes ame, construir una vida plena de satisfacción.

 

Para un individuo en esta etapa de la vida, la aparición de una enfermedad catastrófica se vivencia como algo muy frustrante y difícil de llevar debido a la imposibilidad de conquistar las metas anheladas. Su trabajo no ha valido de nada y esta injusticia lo enfurece, es el paciente más conflictivo y más lábil emocionalmente, a esto se suma la dificultad del personal que por lo general tiene la misma edad que el paciente para tratar asertivamente a un desahuciado de su mismo grupo de edad. Piensan de manera evasiva, rehúyen la muerte pues es un tema que no les agrada. (23)

 


Percepción de la muerte en un adulto intermedio

 

A estas alturas de la vida, la muerte se convierte en un hecho ineludible que es sentido no solo a través del deceso de los familiares sino de amigos y conocidos que han compartido vivencias haciendo recordar lo cercano que se puede estar de ella, por lo cual se busca evaluar lo realizado y hacer cambios drásticos en lo que “restaría por vivir”

 


Percepción de la muerte en ancianos.

 

El anciano puede percibir la muerte de manera natural o muchas veces con tristeza, si se sienten cansados de la vida en un mundo que les es hostil, que ya no es conocido por ellos. A veces los problemas físicos le impiden ver el mundo de una mejor manera abandonándose al irremediable fin. (23)

 


Representaciones de la muerte:

 

La aproximación de la muerte a menudo está representada con la imagen de un ladrón, que irrumpe en nuestra vida. Edgar Herzog ha reunido una imagen muy sugerente de la figura de la muerte mítica personificada (femenina o masculina), y ha mostrado que los nombres de la diosa Hel y la ninfa Calipso derivan de una misma raíz, kel(n), que significa esconder (en la tierra). Los pueblos paleoasiáticos conocen un demonio, o demonios, Kalan, Kala (éste último con cara de perro), que personifican la muerte y la enfermedad.

La muerte está representada más frecuentemente como lobo o perro que como un “otro” siniestro con forma humana. La Hel germánica es la hermana del lobo Fenrir, al que corresponde el Cerbero griego, hijo de la serpiente Equidna. En las creencias populares alemanas y suizas se conservan hasta el día de hoy, en los cuales la aparición de un perro negro anuncia la muerte al hombre. (24)

 

El diablo vestido de árabe recuerda a ciertas tradiciones alquímicas arábigas, en las que aparece la “piedra filosofal”. Jung explica este texto recordando en primer lugar a Enkidu, el rival terreno del héroe Gilgamés, quien también aparece primero como enemigo para convertirse en amigo después de la victoria. “Psicológicamente esto significa que el primer encuentro con el Sí mismo puede hacer aparecer todos los aspectos negativos, los cuales son generalmente característicos del choque no preparado con el inconsciente”. Otro texto alquímico dice de la piedra filosofal: El “otro siniestro”, que en los sueños mencionados he interpretado como la muerte, no es en realidad otra cosa que el Sí mismo. Muerte y Sí mismo, es decir la imagen de Dios, de facto no se pueden diferenciar. (24)

 

A pacientes moribundos indios se les presenta a menudo el dios de la muerte Yama “todo de negro, mayor, robusto” o uno de sus enviados, el llamado Yamdu's, para recogerlos. Pacientes con educación cristiana visualizan ángeles en el mismo papel. Considerado psicológicamente, el ladrón siniestro es en primer lugar una imagen general de la “otra mitad del alma” personal del moribundo.

Estos aspectos, vistos psicológicamente, se entremezclan unos con otros aun cuando, por lo general, se los describe muy diferenciados de acuerdo con cada una de las culturas. Básicamente la figura de la muerte personificada (Muerte, Diablo, Yama, Zeus, Hades, Hel, entre otras.) no parece ser otra cosa que un lado oscuro de la imagen de Dios (24)


El Budismo y  el Hinduismo, enseñan que el ser humano sufre una serie de reencarnaciones que son potencialmente ilimitadas.  Entre dichas reencarnaciones el individuo va a un lugar de recompensa o retribución dependiendo de sus acciones o Karma en la vida anterior. Para el Budismo, el objetivo final es escapar al ciclo interminable de repetidas reencarnaciones, logrando el Nirvana que es un estado de desprendimiento estático e indescriptible de paz (25) Se suele defender el carácter ilusorio de la muerte con un argumento radical. Para experimentar la dualidad vida-muerte es necesario postular la existencia de un sujeto que percibe ambos fenómenos.

Al negar caracteres permanentes al yo (y a todo el mundo fenoménico), se opta por no reconocer el estatus específico de la muerte como término. Cada instante es un término, es en cierto modo una muerte y una reencarnación. Todo lo que se manifiesta en el mundo forma parte del reino de la ilusión (incluida la muerte) y el único camino para trascender la impermanencia es modificar el registro e ingresar en el mundo verdaderamente real de la no-muerte que es nirvana. Por tanto lo que comúnmente se entiende por muerte no resulta ser menos ilusorio que lo que se entiende por vida y el único medio de comprenderlo es salir de ese reino de confusión.

Este postulado filosófico resulta curiosamente compatible con toda una estrategia de enfrentamiento a la muerte, como la que, por ejemplo, aparece el Libro Tibetano de los Muertos (24). Después de un minucioso análisis del proceso de la muerte y de sus fases imaginarias, subyace la idea de  que  igual  que  el  mundo material,   los  mundos  mentales (o lo que sean) post-mortem no son sino construcciones ilusorias. (26)

 

En el cristianismo, el islam o el mazdeísmo todo parece que se juega a una única carta, la de la presente existencia que se convierte en un período de prueba en el que se decide lo que habrá tras la muerte, aunque no de un modo inmediato. A pesar de que pocos cristianos crean ya realmente en ello, el pago por los actos realizados durante la vida, no se producirá más que en el momento escatológico en el que quedarán separados buenos y malos, en un juicio final localizado justamente al final de los tiempos. Los mazdeístas son los que en este aspecto han presentado una doctrina más ordenada: la resurrección de los justos, se hará en dos tipos de cuerpos, en la flor de la juventud o en la fuerza de la edad, no habrá niños ni ancianos, con lo que la vejez y la inmadurez no cabrán en el mundo perfecto tras el juicio final. (27)

 

Nuestras sociedades progresivamente multirreligiosas se caracterizan en este punto por ofrecer muchos caminos para materializar el rito del morir, coexistencia que diversifica el aspecto de los lugares donde la muerte campea, los hospitales donde los profesionales de la salud se hallan progresivamente más enfrentados ante los retos de intentar ayudar a morir y a aceptar la muerte a pacientes y familiares de religiones y creencias cada vez más variadas. (27)

 

 


Algunas Consideraciones sobre la Muerte.4


Si hablamos de ciencia y muerte, el Psicoanálisis desde sus inicios se ha planteado la cuestión de la muerte como un problema vivencial y de conocimiento, esencial para comprender la vida humana. Pensar en términos psicológicos la cuestión de la muerte, su inevitabilidad, ha sido una de las fuentes de interrogantes esenciales del ser humano.

Se relacionaría el pensamiento freudiano como universalista y el relativismo cultural, en las significaciones de la muerte para los diferentes pueblos y culturas. Se consideraría, además, lo singular; no solamente en que cada uno es mortal sino que también que cada uno tiene su propia forma de morir. (28)


Pese a la obsesión que estructuralmente la define por dominar tecnológicamente sus condiciones de existencia, esa humanidad habrá de dar también espacio de conversabilidad en su interior no sólo a la absoluta certeza de que la existencia nunca podrá darse enteramente alcance a sí misma, pues está destinada a morir, sino que también habrá de dar espacio de conversabilidad en su interior al “poder del ente” (Heidegger), al “poder de lo real” (Zubiri) dentro de ella, que precisamente la inevitabilidad de la muerte pone de manifiesto. En el fondo la muerte sigue siendo lo más desconocido (29)

 

Conclusiones

 

Conocer la percepción que sobre la muerte tienen los médicos que en su ejercicio profesional luchan a diario contra la muerte es quizás una tarea ardua; sería como explorar el mundo de la vida de cada uno... Al médico se le educa y entrena para enfrentar a la enfermedad, vencerla y para conservar la vida pero no se le forma en el manejo de la muerte, que es una circunstancia ineludible para todo ser humano y que es el final previsible de toda persona y una experiencia inevitable para todo el personal de salud y para el propio Médico, que pudiera percibirla como el más rotundo de sus fracasos y como la fuente de muchas frustraciones en su ejercicio profesional.

 

Prácticamente nunca se nos habla de la muerte y sólo hasta que tenemos que vivirla con nuestros enfermos o cuando nos toca la experiencia en alguien muy cercano es que llegamos, después de un enorme esfuerzo de autocrítica, a percatarnos que es la muerte la que le da sentido de existencia a la vida y nos enseña a valorarla en una dimensión más objetiva: la de la finitud que nos hace simplemente humanos. Y es que la muerte no es relativa en términos de finitud, aunque sea percibida de diferentes puntos de vista para cada ser, inclusive según sea la circunstancia y el sentido que se le dé.

 

Como es perentorio, no resulta racional el alejarnos de la muerte, más bien pudiéramos tomar consciencia de ella asumiendo este párrafo de Pepe Rodríguez (13) que nos invita a reflexionar: “La vejez nos desliza hacia el cenit de toda vida, que es su ocaso.

El día da paso a la noche y, tal como hacemos a diario, hay que prepararse para el cambio que impone la extinción de la luz, de nuestra luz. El horizonte de la muerte, por vejez, por enfermedad, por ambos procesos a la vez, o por causas imprevisibles, merece nuestra atención porque es nuestro futuro más cierto y, en cualquier caso, reclamará nuestro esfuerzo y dedicación en algún momento que será ineludible.”

 


Referencias

 

(1) Thomas LV. Antropología de la Muerte. Ed. Fondo de Cultura Económica. México. 1991, 640 pág.

(2) Mattar, Garam. La muerte, visión humanista. Gac Méd Caracas, abr. 2007, vol.115, no.2, p.155-159. ISSN 0367-4762.

(3) Hernández, Z.E. El concepto de muerte en el adulto mayor. Psicología y Salud. 2000. Consulta: 13/06/2008 Disponible en:

http://www.accessmylibrary.com/ coms2/summary_0286-32221582_ITM

(4) DiCaprio L, Di Palma A. La medicina y la muerte. Medicina y Ética. 1999;10:383.9 México.

(5) Dorland.  Diccionario enciclopédico ilustrado de Medicina, Interamericana McGraw-Hill, Madrid, 1992: 2205p

(6) Canda Moreno F: Diccionario de pedagogía y psicología. Madrid, Cultural, 1999:376 p.

(7) Southard, S Death and Dying: A Bibliographical Survey, 1991. 15/5/2008 Disponible en: http.  http://www.ferratermora.com/ ency_concepto_kp_muerte.html  

(8)  Morin, Edgar. El Método. La humanidad de la humanidad. Ediciones Cátedra (Grupo Anaya, S.A.) Madrid. 2003

(9) González E. Aspectos culturales y religiosos de la muerte a lo largo de la historia. [Monografía en Internet]. 2007 [citado. 8 may 2008]. Disponible en:  http://www.monografias.com/ trabajos41/la-muerte/la-muerte.shtml

(10) Rojas M., Carlos. El enfermo mental ante la muerte. Estudios clínicos de antropología psiquiátrica. Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la Universidad de Carabobo. Primera edición. Valencia, Venezuela. 2002. 249 páginas.

(11) Vega Z, G. Xavier Villaurrutia, el nocturno sueño eterno. Fondo de Cultura Económica, Correo del Maestro Núm. 90, noviembre 2003. 22/5/2008. Disponible en: http://www.correodelmaestro.com/ anteriores/2003/noviembre/artistas90.htm

(12) Morin, E. El hombre y la muerte. Barcelona. Editorial Kairos,S.A. Segunda Ed.1994, 374 págs.

(13) Rodríguez, P.  Morir es nada. Ediciones  B, S.A. Barcelona .2002, 416pág.

(14) Sudnow, D.: La Organización Social de la Muerte. Buenos Aires, Ed. Tiempo Contemporáneo 1971, p 219

(15) Dueñas Tentori, H.J., Corral García J, Canchota Martínez E, Tovilla P.M. Aspectos conductuales del médico frente al paciente moribundo y sus familiares. 20/5/2008 Disponible en: www.tutopia.com.ar/articulos/36-condu.htm

(16) Morin, E. El cine o el hombre imaginario. Barcelona, España: Seix Barral, 1972.

(17) Kubler-Ross E. On death and dying. NY: The Macmillan Company, 1969. pp. 289  

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(21) Thomas LV.  La muerte. Editorial Paidós. Barcelona,1993 p: 371

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(23) Isla M, B Percepción de la muerte a lo largo de la vida. Universidad de La Frontera, Temuco, Chile. 15/6/2008 Disponible en: www.bioetica.bioetica.org/muerte17.htm 

(24) Bhikkhu N; Bodhi B. The Middle Length Discourses of the buddha: A New Translation of the Majjhima Nikaya. Wisdom Publications (Boston) in association with the Barre Center for Buddhist Studies, 1995. 1414 p.

(25) Alvarez, Maria C. Comprensión de las actitudes, imaginarios  y sentimientos  de los profesionales de la salud, ante el  niño y la niña en el proceso de  muerte inminente, en la unidad de cuidados intensivos del hospital infantil universitario de la cruz roja de Manizales, en el año 2001. Proyecto de Tesis en Maestría en Educación y desarrollo humano. Universidad de Manizales, 2002. 10/03/2008. Disponible en: http://correo.umanizales.edu.co/ tesis/medh/ MAGISTER_EDUCACION_MUERTE.htm

(26) Prats, R., trad. Libro Tibetano de los Muertos, Siruela, Madrid. 1996.

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(28) Leep, I. Psicoanálisis de la muerte. E. Lohlé. B.Aires. 1967. Pg. 27-32.

(29) Savater, Fernando. Las preguntas de la Vida. Barcelona, España, Editorial Ariel. S.A. 2004