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Papel de la valoracion en la calidad de vida percibida en los pacientes que requieren Cirugia Reconstructiva
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Autor: Dra. Heizel Escobar Vega
Publicado: 14/04/2009
 

Tener salud no sólo implica sentirse bien físicamente; es además tener planes y proyectos futuros e involucrarse en ellos de manera activa. El fracaso en el logro de esas satisfacciones puede convertirse en una fuente de estrés con implicación negativa para la salud. La calidad de vida está estrechamente vinculada al funcionamiento de la sociedad, a las normas y valores sociales que el individuo debe asumir, pero sobre todo con las aspiraciones y el nivel de satisfacción con respecto a los dominios más importantes en el que se desarrolla su vida. La intervención de los profesionales de la salud en el tratamiento de un paciente no puede quedar reducida únicamente a una recopilación de datos científicos de carácter biológico, se ha convertido en una exigencia enfrentarse al individuo con una profunda comprensión de su esencia social y desde una posición humanista de sus problemas.


Valoracion de calidad de vida percibida en los pacientes que requieren Cirugia Reconstructiva.1

Papel de la valoración en la calidad de vida percibida en los pacientes que requieren Cirugía Reconstructiva.

 

 

Dra. Heizel Escobar Vega. Especialista de Primer Grado en Cirugía Plástica y Quemados. Profesor(a) instructor.

 

Dr. Alexey Expósito Jalturin. Especialista en Medicina General Integral. Residente de cuarto año en Cirugía Plástica y Quemados. Profesor instructor.

 

República Bolivariana de Venezuela. Misión Barrio Adentro. Estado Carabobo.

 

 

Resumen

 

Tener salud no sólo implica sentirse bien físicamente; es además tener planes y proyectos futuros e involucrarse en ellos de manera activa. El fracaso en el logro de esas satisfacciones puede convertirse en una fuente de estrés con implicación negativa para la salud. La calidad de vida está estrechamente vinculada al funcionamiento de la sociedad, a las normas y valores sociales que el individuo debe asumir, pero sobre todo con las aspiraciones y el nivel de satisfacción con respecto a los dominios más importantes en el que se desarrolla su vida. La intervención de los profesionales de la salud en el tratamiento de un paciente no puede quedar reducida únicamente a una recopilación de datos científicos de carácter biológico, se ha convertido en una exigencia enfrentarse al individuo con una profunda comprensión de su esencia social y desde una posición humanista de sus problemas.

 

Se debe partir del reconocimiento del conjunto de valores que imperan en este mundo concreto, en el cual cada ser posee formas peculiares de valorar la realidad que le rodea y que, en algunos casos no coincide plenamente con el conjunto de valores sociales imperantes en esa sociedad. La imagen del ser humano presente a sus semejantes ha sido una de las primeras preocupaciones y que más repercusiones ha tenido sobre el desarrollo de las distintas sociedades. Los pacientes con deformidades físicas muchas veces han sido marginados por la sociedad, afectando la esencia del hombre como ser social. La cirugía plástica es una de las herramientas que posibilita la buena relación con el aspecto exterior, así como una solución a enfermedades, permitiendo una inserción en la vida social de los individuos y un mejoramiento de la calidad de vida y la autoestima.

 

Palabras claves: calidad de vida, valoración, cirugía plástica

 

Introducción

 

En 1948 la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió a la salud como el completo estado de bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedad, con lo cual el término evolucionó, desde una definición conceptual, hasta métodos objetivos, los cuales, mediante cuestionarios o instrumentos generan escalas e índices que permiten medir las dimensiones que conforman el estado de salud. 1, 2

 

Los factores psíquicos y sociales ocupan un lugar no sólo relevante sino en ocasiones decisivo, sin restar importancia a los anátomo-fisiológicos. El modelo biopsicosocial le concede prioridad a la salud en lugar de la enfermedad, donde lo fundamental no se reduce a lo patológico, sino a la promoción de salud y a la calidad de la existencia. 3,4,5

 

El desarrollo del término calidad de vida surge con las primeras civilizaciones y se extiende prácticamente hasta finales del siglo XVIII, preocupándose por la salud privada y pública. Civilizaciones como la egipcia, hebrea, griega y romana crearon la tradición por la salud de sujetos, atendiéndose factores como higiene personal y alimentos, ingeniería sanitaria de conducción y eliminación de aguas.

Más tarde aparece con la concepción moderna del estado y la instauración de leyes que garantizan el bienestar social del ciudadano, surgiendo legislaciones sobre el trabajo, el descanso y la protección del trabajador por enfermedad, accidente, maternidad y vejez. Emergió así el área de bienestar social; para entonces el error consistía en vincular la calidad de vida al puro desarrollo económico, olvidando los aspectos más cualitativos del concepto. 3,4,6,7.

 

El concepto calidad de vida es utilizado en muchas esferas de la sociedad como la salud, la justicia, la ética, de la misma forma se ha estructurado teniendo en cuenta los aportes de varias ciencias en contenidos muy diferentes. Su utilización permitirá valorar las condiciones de vida de las personas y comunidades, lo que a su vez hará posible acercarse al conocimiento del grado de desarrollo alcanzado por las personas y seleccionar las acciones más eficaces para acercarnos a una existencia saludable, libre y con equidad.

 

La calidad de vida aparece como la resultante de la inserción de áreas objetivas y subjetivas y es imposible que sean evaluadas a partir de la absolutización de uno de éstos dos polos, sin embargo, cada día se destaca más que el papel de los factores psicológicos, como condicionantes del grado de bienestar, es determinante para el proceso de evaluación del individuo. 3,4,8

 

Tener salud en su concepción más amplia, no sólo implica sentirse bien físicamente, es además tener planes y proyectos futuros, involucrarse en ellos de manera activa para alcanzarlos y derivar de eso satisfacciones personales. El fracaso en el logro de esas satisfacciones puede convertirse en una fuente de estrés con implicación negativa para la salud considerada integralmente. La calidad de vida está estrechamente vinculada al funcionamiento de la sociedad, a las normas y valores sociales que el individuo debe asumir, pero sobre todo con las aspiraciones y el nivel de satisfacción con respecto a los dominios más importantes en el que se desarrolla su vida, es decir, con la construcción que él propio individuo hace de su bienestar psicológico. 9

 

La imagen del cuerpo es la manera en la que éste se le presenta a la mente de los individuos y como tal es subjetiva, aunque influenciada por cómo el entorno los percibe. A través de la imagen corporal que las personas se crean a sí mismas, los profesionales de la salud logran identificar aspectos importantes de la personalidad, tales como la autoestima, el autoconcepto y la integración social.

 

La palabra "plástica" es originaria del griego "plastikos" que significa moldear o transformar. La cirugía plástica es la especialidad quirúrgica que trata de la reconstrucción funcional y estética de los tejidos. Anteponemos el término «funcional» al de «estético», pues la función debe predominar sobre lo estético.

 

Obviamente, se tratará de conseguir ambos objetivos y, por fortuna, casi siempre se logra, si el cirujano tiene un verdadero sentido de la cirugía plástica. Los términos de «reconstructiva», «reconstructora», «estética», «reparadora, «cosmética», que se le agregan con frecuencia al nombre genérico de «cirugía plástica», son adjetivos que se refieren a diferentes ramas o aspectos de nuestra especialidad. 10

 

La cirugía estética pretende mejorar la apariencia manteniendo una correcta funcionabilidad y no es porque esté enfermo el paciente, sino sano. Por su parte la cirugía reconstructiva se encarga de reconstruir el área anatómica perdida o afectada. 10

 

Con gran frecuencia a las consultas de cirugía plástica asisten pacientes con deformidades congénitas y adquiridas, las cuales ocasionan un sufrimiento psíquico que afecta su autoimagen al compararse con el ambiente que los rodea, incluso con frecuencia el deseo de operarse se corresponde con algún momento difícil de la vida, y es como si con la operación comenzara una nueva etapa. 10

 

Meyer indica que los pacientes exponen con cierto énfasis la esperanza de conseguir con la intervención una mejoría de sus posibilidades profesionales, sociales o afectivas, y sobre todo, la esperanza de que se sientan mejor y más seguros de sí mismo. 11

 

En los últimos tiempos hay cierta tendencia a abordar el estudio de las enfermedades de manera muy integral (modelo biopsicosocial), sobre todo de aquellas que de alguna manera, han ido ocupando lugares importantes en las causas de mortalidad a escala mundial, tal es el caso del cáncer, el cual ha sido considerado paradigma de la enfermedad mortal por excelencia y ya está en posiciones similares a las enfermedades cerebro-vasculares.

 

Actualmente, la salud de una persona se evalúa más allá de su capacidad física y se toman en cuenta su contexto social y su salud mental. No obstante ha existido una debilidad en el tratamiento integral de los pacientes necesitados de cirugía reconstructiva y más aún en relación a la atención de la esfera psicológica, cuyo manejo tiende a ser individualista y no en equipo. 12 Son escasos los estudios realizados donde se examine la calidad de vida de estos pacientes a partir de un análisis abordado por un equipo multidisciplinario donde no solo cuente la opinión y el manejo del cirujano plástico.

 

En la interrelación médico paciente entran a jugar un conjunto de factores como son el contacto directo con la subjetividad de la persona enferma por parte del médico, el sistema de valores conformados por ese paciente, su mundo valorativo que se encuentra presente desde el mismo momento en que se pone en contacto con el médico, el cual ante todo es un ser humano con determinada afección que incluye en su curación no solo el tratamiento a su padecimiento sino también su valoración como ser humano. 13

 

La práctica médica se orienta a superar las alteraciones de la salud del individuo, es decir la enfermedad. El punto de partida de cualquier análisis es solamente, el análisis de la enfermedad. Se olvida así, al hombre como ser social y el marcado carácter humano que debe prevalecer en la atención médica.

 

De este modo, de igual forma que en el pensamiento teórico en general, la propia dinámica del desarrollo social generó la aparición del pensamiento axiológico, siendo la Axiología la ciencia que estudia los valores. No es menos cierto que en el campo de la salud ocurre otro tanto, y en la medida que se desarrolla el pensamiento médico, se hace cada vez más latente la necesidad de una interpretación axiológica de las cuestiones abordadas en el mismo y de la respuesta a los problemas generados en la relación médico paciente. 13


Valoracion de calidad de vida percibida en los pacientes que requieren Cirugia Reconstructiva.2

A pesar de que los pacientes disponen de diversas vías para valorar en qué medida la competencia técnica del médico y del servicio de salud en general se está aplicando en su manejo, y en esto influye grandemente la experiencia precedente que el mismo posee, la principal forma de análisis se encuentra en la evaluación que este hace del grado de interés que el médico manifieste en su caso y el carácter humano que impregne en dicha relación interpersonal.

 

Las necesidades sociales básicas del paciente, inmersas en su mundo valorativo, reflejan en el mismo un modo de expresión y satisfacción, influido decisivamente por la situación de salud que enfrenta el sujeto enfermo.

 

La necesidad del conocimiento del mundo y de si mismo en el paciente, se encuentra fundamentalmente dirigida a la comprensión de lo que sucede con su salud. Éste necesita poder valorar y comprender su estado de salud y esto, en la mayoría de los casos no se logra, si no es tratado por el médico en toda su dimensión de una forma valorativa. 13

 

Es por ello que pretendemos con este trabajo determinar cómo influye la valoración en la calidad de vida percibida por los pacientes que requieren cirugía reconstructiva.

 

Desarrollo

 

El concepto de salud está fundamentado en un marco biopsicológico, socioeconómico y cultural, teniendo en cuenta los valores positivos y negativos que afectan nuestra vida, nuestra función social y nuestra percepción; por tanto, la redefinición del concepto de salud es de naturaleza dinámica y multidimensional.

 

De ahí deriva la importancia de medir la calidad de vida. La calidad de vida es un concepto relacionado con el bienestar social y depende de la satisfacción de las necesidades humanas y de los derechos positivos (libertades, modos de vida, trabajo, servicios sociales y condiciones ecológicas). Estos son elementos indispensables para el desarrollo del individuo y de la población; por tanto caracterizan la distribución social y establecen un sistema de valores culturales que coexisten en la sociedad. 14, 15,16

 

El concepto comenzó a manejarse a partir de los años setenta de una manera más integral, anterior a esta fecha se pretendía que impulsando el crecimiento económico y social se conduciría de forma lineal al aumento del bienestar y calidad de vida, por lo que las organizaciones y gobiernos redoblaron los esfuerzos con el fin de mejorar lo que para entonces eran los llamados indicadores objetivos de la calidad de vida (tasa de mortalidad infantil, esperanza de vida al nacer, producto interno bruto, índice de escolarización, etc.). 3

 

A pesar del esfuerzo no se obtienen aumentos considerables en el bienestar popular, al respecto Blancol (1985) planteó: “Ni la sociedad opulenta y consumista significan calidad de vida, ni el bienestar material y económico, coincide con el bienestar subjetivo, la satisfacción con la vida y el sentimiento de felicidad.” 3,8

 

Durante el transcurso de los años, múltiples han sido las propuestas para definir calidad de vida y en 1976 Andrews y Withey la definieron como: “No es el reflejo de las condiciones reales y objetivas sino su evaluación por el individuo”. 3,7,8

 

Seguidamente en 1980 Levi y Anderson la conciben como “ es una medida compuesta de bienestar físico, mental y social tal como la percibe cada individuo y cada grupo, y de felicidad, satisfacción y recompensa” (representa las respuestas individuales a los efectos físicos, mentales y sociales que la enfermedad produce sobre la vida diaria, abarca más que un adecuado bienestar físico, incluyendo también percepciones de bienestar, un nivel básico de satisfacción y un sentido general de autoestima.Un año más tarde Fayor y Beland (1981) la consideraron como habilidad del paciente de manejar su vida de acuerdo a su criterio. 3,4

 

Luego Font en 1988 definió la calidad de vida como la valoración subjetiva que el paciente hace de diferentes aspectos de su vida en relación con su salud.Por su parte Quintero en 1992 señaló que es un indicador multidimensional del bienestar material y espiritual del hombre en un marco social y cultural determinado. 3,4

 

Son numerosas las definiciones propuestas; podemos hacer alusión a otros autores como Leplege y Poucho quienes plantean que toda situación patológica interfiere de manera particular con la capacidad del individuo para satisfacer sus necesidades. La calidad de vida guarda relación directa con la medida en que estas necesidades son satisfechas. 4,5

 

La definición anterior y las planteadas por otros autores como Aaronson, Calman, Flanagan, Padilla, Schiper, quienes coinciden en afirmar que la calidad de vida abarca cuatro dominios esenciales: bienestar físico (autonomía y capacidad física), las molestias somáticas (síntomas a causa de la enfermedad y el tratamiento), el estado psicológico (emoción, ansiedad, depresión) y los problemas de las relaciones sociales (familiares y profesionales), tienen sus marcos referenciales en el área de la salud. 3,4,5

 

La calidad de vida tiene su máxima expresión en la calidad de vida relacionada con la salud. Las tres dimensiones que global e integralmente la comprenden son:

 

Dimensión física: Es la percepción del estado físico o la salud, entendida como ausencia de enfermedad, los síntomas producidos por la enfermedad, y los efectos adversos del tratamiento. No hay duda que estar sano es un elemento esencial para tener una vida con calidad.

Dimensión psicológica: Es la percepción del individuo de su estado cognitivo y afectivo como el miedo, la ansiedad, la incomunicación, la pérdida de autoestima, la incertidumbre del futuro. También incluye las creencias personales, espirituales y religiosas como el significado de la vida y la actitud ante el sufrimiento.

Dimensión social: Es la percepción del individuo de las relaciones interpersonales y los roles sociales en la vida como la necesidad de apoyo familiar y social, la relación médico-paciente y el desempeño laboral.

 

En cuanto al vínculo que existe entre la calidad de vida y la salud podemos afirmar que tienen una doble relación: la salud es una dimensión importante de la calidad de vida y a la vez, un resultado de ella. Cuando un individuo se siente mal (aunque no se le encuentre una enfermedad definida, diagnosticable desde el punto de vista clínico) “se siente enfermo”, infeliz, y eso puede dañar el resto de las dimensiones de la calidad de vida. Cuando otras dimensiones que integran la calidad de vida como puede ser la familia, lo laboral o lo sociopolítico se deterioran, no implican únicamente una calidad de vida inadecuada, sino que pueden conducir a la aparición de enfermedades. 9

 

Se deduce la necesidad de una comprensión valorativa, que ayude a la interpretación de las causales de todos los cambios y que sólo es posible en los marcos de la Axiología, siendo por tanto la valoración la base de las dimensiones de la calidad de vida.13

 

En el desarrollo filogenético de las formas psíquicas del reflejo, al igual que la conciencia, y como uno de sus componentes, surge la valoración. La relación selectiva con el mundo circundante es un rasgo de toda la materia viva, en el hombre ésta adquiere una dimensión diferente, una dimensión humana que se basa en la valoración consciente de la realidad.

 

La valoración como el proceso a través del cual se refleja subjetivamente la realidad objetiva en forma de necesidades, intereses y fines del sujeto valorante se encuentra en la base de la relación médico paciente.13

 

El hombre vive y actúa movido por el interés de satisfacer sus necesidades, desde las más simples y elementales que garantizan su existencia, hasta las más complejas de carácter espiritual. Pero unido a la satisfacción de sus necesidades y con el objetivo de orientar y organizar su vida el hombre plantea problemas en la medida que interactúa con el resto de la sociedad y así surgen interrogantes sobre cómo vivir, cuál es el sentido de la vida, e incluso, sobre si vale la pena o no vivir. 17 Quien pregunta cuál es el sentido de la vida, pregunta en esencia qué valor tiene la vida. La presencia de sentido de vida es sinónimo de salud mental y física. La real y adecuada respuesta a todas estas interrogantes que se enmarcan en situaciones diferentes que devienen de la complejización de la actividad humana, sólo es posible en los marcos de la valoración, ante la presencia de un pensamiento axiológico que sea capaz de responder a la problemática del hombre sin alejarlo del contexto social en que se desarrolla y de su propia esencia.

 

Aquellos que en nuestros días meditan sobre problemas que tienen lugar en la vida humana no pueden darle la espalda a la necesidad de humanizar su existencia. Este asunto es interpretado de diferentes maneras por las distintas concepciones del mundo y adquieren una especial significación, sobre todo para aquellos profesionales que de una u otra forma velan por el bienestar del hombre. 17

 

La intervención de los profesionales de la esfera de la salud en el tratamiento de un paciente no puede quedar reducida únicamente a una recopilación de datos científicos de carácter biológico, se ha convertido en una exigencia de la época enfrentarse al individuo con una profunda comprensión de su esencia social y desde una posición realmente humanista de sus problemas.

 

El principio ético rector de las ciencias médicas –Primun non nocere (no hacer daño)- y el humanismo expresado a través de la integralidad de la atención del médico al paciente que incluye en si el respeto, la comprensión y el afecto se resumen en la atención terapéutica y humana al mismo, a través de la valoración, la cual a su vez implica un análisis casuístico del individuo enfermo.17

 

El médico y el personal de la salud tienen que partir del reconocimiento, en primer lugar del conjunto de valores que imperan en ese mundo concreto en el cual cada ser posee ciertas formas peculiares de valorar la realidad que le rodea y que, en algunos casos no coincide plenamente con el conjunto de valores sociales imperantes en esa sociedad, y que sin embargo mediatiza la relación.13

 

Toda relación práctica del hombre con el mundo que le rodea posee como base inicial, la satisfacción de determinadas necesidades que constituyen a su vez la fuente de la valoración.13

 

El grado de aceptación que siente el paciente cuando son satisfechas sus expectativas ante la dolencia que lo aqueja, constituye la forma en que sus necesidades son resueltas.

 


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La aspiración humana de alcanzar un ideal de belleza en todo lo que le rodea, ya sea en su vida cotidiana o en su actividad laboral, adquiere carácter de necesidad, que busca salida práctica y requiere de un pensamiento creador desarrollado estéticamente. Esto es manifestación del grado de madurez alcanzado por el sujeto, que lo lleva a buscar satisfacción no solo al relacionarse con el mundo del arte sino que materializa todas sus exigencias en toda su actividad práctica: laboral, científica y social. La actitud estética y la búsqueda de la belleza en todas las esferas de la vida humana, revelando una forma muy individual y propia de sentir y percibir los elementos de la realidad que tienen significación para el sujeto. 18

 

El hombre siempre siente la necesidad de comprender su actuación según las leyes de la belleza y ese imperativo, determinado por las condiciones del desarrollo social, se expresa de maneras diferentes en cada sociedad histórico concreta.

 

La actividad estética y la conciencia del individuo están determinadas por el sistema de las relaciones sociales y por los valores culturales inherentes a la época y a la sociedad. En el proceso de las relaciones sociales donde se forman los ideales y el propio gusto estético, estos van siendo asimilados a través de la educación y sobre la base de la experiencia y la práctica del sujeto. 18

 

Esta actitud del hombre hacia la realidad se manifiesta en todas las esferas de la vida, desde la cotidiana hasta la propia esfera productiva donde despliega todas sus potencialidades creadoras.

 

El hombre tiende a buscar y encontrar la belleza no sólo en los objetos creados con ese fin, sino también en todo el conjunto de bienes materiales producidos por él.de la misma forma que la tendencia hacia lo bello no es sólo una necesidad puramente ideal, sino que con gran frecuencia es un instrumento para la transformación de la realidad, asume dicha transformación a partir de un ideal estético determinado, por lo que provoca en el individuo una actitud estética hacia el mundo

 

La actitud estética puede ser definida como una forma de producción espiritual, que adquiere valor independiente, como forma especial de la relación del hombre con la realidad, mediante el conocimiento y la valoración de sus propiedades y de su transformación en una imagen sensorial en correspondencia con el ideal. 18

 

Sobre la base de la asimilación de la experiencia social en el proceso de la actividad práctica se forman en el hombre determinados conocimientos, sentimientos, ideales, valores y se desarrollarán sus capacidades intelectuales y dentro de ellas la propia actitud estética hacia el mundo.

 

Los valores artísticos asimilados por el individuo en el proceso de interacción social, y que son aceptados por la sociedad, actúan como orientadores y sirven como patrones y criterios de valor. En esta determinación de la actitud estética por su experiencia precedente de la humanidad, plasmada en su cultura, es uno de los factores de la generalidad del gusto estético.

 

El gusto estético es la capacidad del hombre, formada en la práctica social para valorar emocionalmente las diferentes propiedades estéticas. Es la capacidad de descubrir el valor estético de la realidad. Se forma como capacidad espiritual del individuo por efecto del conjunto de sensaciones y vivencias espirituales, de sus situaciones vitales y se convierte en una exigencia a la cual es necesario dar satisfacción. 18

 

El carácter de la actitud estética del sujeto frente al mundo está mediado por la aptitud individual para comprender y asimilar los ideales ya existentes en su época y en su sociedad, a la vez que cuenta con su actividad creadora y su experiencia individual.

 

El gusto estético, como elemento de la capacidad creativa, se desarrolla y perfecciona sin cesar, lo que hace posible que contribuya a la formación de la personalidad del individuo que encamina la actividad a la consecución de la belleza en todas las actividades que realiza. 18

 

Todos estos aspectos son abordados desde el punto de vista teórico por una ciencia de carácter filosófico: La estética que significa sensibilidad, facultad de captar los sentidos, es la ciencia que se ocupa del estudio de lo bello en sus múltiples manifestaciones, así como de la naturaleza del arte y las leyes de su desarrollo 18. Dentro del sistema categorial de la estética encontramos en un lugar central el concepto de lo bello.

 

Múltiples han sido los intentos por definir la esencia de lo bello y desde la antigüedad se elaboran variadas y serias doctrinas al respecto, que van desde considerar a lo bello como una manifestación del bien o de la verdad, afirmar que es perfección sensible o expresiva, pasando por un criterio tan sólido en su argumentación que lo hace tener seguradores en todos los tiempos: la belleza es simetría. 18,19

 

Platón (filósofo griego de la antigüedad) es representante de la concepción que afirma que la belleza es manifestación del bien, entendido éste como el punto más alto del ser. Estableció una gradación en cuanto a la belleza, que se va alcanzando lentamente: la del cuerpo, la del alma, la de las instituciones y las leyes, la de la ciencia, y por encima de todos la belleza en sí, que es eterna y superior. 18, 20

 

Una de las más importantes doctrinas de la belleza fue formulada también en la antigüedad por Aristóteles y tuvo tal aceptación y desarrollo que, aún en nuestra época mantiene su fuerza. La solidez y el argumento de la concepción aristotélica radican en su tendencia a poner de manifiesto los rasgos objetivos de lo bello. 18, 21

 

Por su parte Inmanuel Kant (representante de la filosofía clásica alemana) en su obra Crítica del Juicio, elabora una teoría acerca de la belleza, basada en que lo bello es la perfección sensible: “Para decidir si algo es bello o no, referimos (…) mediante la imaginación al sujeto y al sentimiento de placer o de dolor mismo”. 18, 22

 

Lo bello es una categoría que expresa un reflejo y valoración de la realidad a partir de las capacidades creadoras del hombre en correspondencia con su ideal estético y se manifiesta en todas las esferas de la vida. También constituye el resultado de la práctica sociohistórica y responde a la realización plena de las capacidades humanas que vislumbran un domino del hombre sobre la realidad. 18

 

La idea de que el hombre tienda a buscar y encontrar la belleza no sólo en los objetos que crea con eso fines, sino en todas las esferas de su vida; nos permite comprender cómo en el proceso de de la práctica médica aparece también una actitud estética, mediada por el ideal de belleza imperante, dentro del proceso de interrelación profesional salud-paciente. Cumpliéndose también aquí la relación sujeto-objeto de la actitud estética. 18

 

Gustar a los demás y mantener un aspecto agradable, no es un hecho nuevo. Con el paso del tiempo la imagen corporal ha cambiado de acuerdo al momento sociohistórico concreto, tal es así que en la antigüedad se consideraba a las mujeres obesas como el ideal de belleza, lo cual ha variado hasta nuestros días

 

La imagen del ser humano presente a sus semejantes ha sido una de las primeras preocupaciones y de las más importantes y que más repercusiones ha tenido sobre el desarrollo de las distintas sociedades. En una de las publicaciones más antiguas que se conoce, que data, aproximadamente, del año 3500 a.n.e.; ya se describen fórmulas cosméticas y trasplantes místicos con el objetivo de mejorar la imagen. 10, 18

 

A lo largo de la historia hombres y mujeres han intentado buscar fórmulas para resaltar sus encantos y ocultar deformidades, desde la época primitiva se adornaban el cuerpo con arreglos a los parámetros de belleza de la época y de la cultura, de esa manera hubo momentos en que se le concedía mucha importancia al rostro y no al cuerpo, en otros se daba el caso contrario. Hubo tribus indígenas que se provocaban heridas en el cuerpo con el objetivo de que los queloides le adornaran permanentemente y en otras sociedades se veneraban como seres superiores a aquellas personas que presentaban ciertas malformaciones. La reina de Egipto, Cleopatra, fue pionera en la cosmética con el uso de cenizas, tierras y tintes; las pelucas usadas por hombres y mujeres del XVIII no ocultaban sino la calvicie producida por los productos utilizados para acabar con los piojos de la época. Así históricamente, la humanidad ha recurrido a toda una serie de recursos para mantener una apariencia agradable. 10, 18

 

Encontrarse mejor y recuperar la autoestima, son algunas de las razones que esgrimen las personas que acuden a la cirugía reconstructiva para mejorar su aspecto físico y funcional. La cirugía plástica es, con sus límites, la materialización de los mitos de Narciso y de Frankenstein. 10

 

Se impone preguntarnos entonces cómo evitar y disminuir los sufrimientos humanos. Esta interrogante nos la hemos hecho en algún momento de nuestras vidas, sobre todo cuando en nuestras manos está el bienestar de otros individuos.

 

Indudablemente para evitar el sufrimiento o al menos atenuarlo en alguna medida debemos actuar sobre su causa, el dolor, el profesional de la salud debe orientar al paciente, tratándolo siempre como un ser biopsicosocial, debe ayudarle a vivir lo más felizmente que su condición se lo permita, proporcionando así una mejor calidad de vida y una existencia más sana. 23

 

Los pacientes con deformidades físicas muchas veces son marginados por la sociedad, afectando en definitiva la esencia del hombre como ser social que son apartados del medio, por lo que se ve limitada su interacción con este, lo cual no se concibe, ya que el trabajo en todas las circunstancias ha sido y sigue siendo, la base el fundamento de la vida de la sociedad, la fuente de bienes materiales imprescindibles para la satisfacción de las necesidades del hombre. La actividad productiva contribuyó al desarrollo del cerebro y de los órganos de los sentidos del hombre; y como resultado de un prolongado perfeccionamiento del proceso del trabajo el hombre alcanzó niveles superiores en su actividad espiritual. 18

 

La cirugía plástica es una de las herramientas que posibilita la buena relación con el aspecto exterior, así como una solución a enfermedades, permitiendo una inserción en la vida social de los individuos y un mejoramiento de la calidad de vida y la autoestima. 10


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En el pasado la cirugía plástica se examinaba con una óptica que desdibujaba el sentido esencial de los propósitos que con ella se persiguen. Hay quienes afirman que la cirugía plástica estética no tiene finalidad curativa (Introna, 1955; Ramírez, 1960). Muchas veces se ha llegado al extremo de afirmar que «se sale del campo de la medicina para entrar en el de la vanidad y la ilusión». Así lo manifestó, en sentencia del 31 de enero de 1934, el Tribunal de Casación Italiano cuando decidió en forma definitiva sobre el denominado «caso Voronoff», que se recuerda como el de un muchacho que, desahuciado por una enfermedad grave, resolvió aceptar que le fueran extraídos sus testículos a fin de que posteriormente se intentara su implantación en un anciano millonario. 24

 

Por definición, reconstruir es volver a construir, esto es lo que idealmente busca la cirugía reconstructiva que a diferencia de la cirugía estética o cosmética, es realizada sobre áreas anormales del cuerpo, producidas por defectos del nacimiento, malformaciones adquiridas por traumatismos, infecciones, tumores, enfermedades, heridas, etc. La finalidad de esta cirugía es reparar o restaurar las lesiones que estas patologías han ocasionado. La misma trata traumatismos, quemaduras y el cáncer, devolviendo al paciente no sólo la función del órgano operado sino su aspecto estético, abarcando varios ámbitos y enfermedades. La imagen corporal y la calidad de vida se ven afectadas ante, por ejemplo, una cirugía mamaria producto del cáncer de mama. Así la disección total es una práctica común a muchas mujeres que luego ven resentida su autoestima, su estado de ánimo, vida sexual y social. Mientras que el cáncer genera una preocupación en cuanto a lo concerniente a la enfermedad, la mastectomía provoca en las mujeres un cambio corporal traumático, ya que es inevitable la carga simbólica que asocia el pecho y la feminidad. El impacto psicológico de estas pacientes se atenúa enormemente con el implante de una prótesis mamaria que le devuelve una vida prácticamente normal y una imagen estética aceptable, que hace que las mujeres se vuelvan a sentir atractivas y menos avergonzadas o afligidas de su imagen corporal. Bajo el concepto expreso de "velar por el paciente", otorgarles una mejor calida de vida, es una de las propuestas de la cirugía plástica actual. 14, 15

 

A menudo los especialistas en Cirugía Plástica se les comparan con artistas, por trabajar de acuerdo con el sentido de lo bello. Pero entre ellos existe una gran diferencia: el artista crea obras de arte para que sean admiradas por el resto de los hombres, sin embargo, el profesional de la salud ayuda a corregir ciertos detalles anatómicos con el fin de satisfacer necesidades humanas. El cirujano se enfrenta con la motivación psicológica de la intervención quirúrgica deseada y con las repercusiones psíquicas que se originan como resultado de un defecto físico o malformación, o simplemente por una desproporción de algún elemento del cuerpo o las huellas del paso de los años. 18

 

Los rasgos característicos de nuestra apariencia física pueden generar una serie de trastornos psicológicos, bien por la no adaptación del individuo a su grupo de relaciones o por sentirse rechazado por el resto de las personas, suscitando una depresión en la autoestima. 10, 18

 

El hombre puede llegar a sufrir un desequilibrio en su salud al afectarse su esfera psicológica y en este caso recurre a los servicios médicos con el objetivo de realizar las correcciones anatómicas correspondientes, que lo llevarían a un alza en su autoestima y calidad de vida.

 

La Cirugía Plástica debe estar consagrada a seguir los parámetros establecidos por la medicina: "Velar por la salud de los enfermos y prevenir enfermedades, es el verdadero sentido de la medicina, y la cirugía plástica no puede ni debe salir de ese concepto". En los últimos tiempos se ha hipertrofiado la misión de quienes trabajan en esta área, tergiversando también el verdadero valor del ser humano. 25

 

En los países donde la salud no es un derecho social fundamental, este tipo de cirugía no se encuentra al alcance de todos los sectores de la población ya que gran parte de los recursos y servicios médicos pertenecen al sector privado. La cirugía plástica es utilizada con fines mercantilistas y utilitaristas, donde el paciente que solicita este servicio debe pagar altos precios, por lo que solo aquellos con cierto nivel económico y social pueden tener acceso a este tratamiento.

 

En Cuba gracias a la política de nuestro gobierno, donde la salud es un derecho del pueblo, todo paciente que amerite tratamiento, independientemente de la especialidad que sea, tendrá acceso a este de forma gratuita, así sea dentro del campo de la cirugía plástica, a pesar de que a esta en ocasiones no se le concede la importancia necesaria, cuando se hace tan relevante no solo cambiarle la imagen a un ser humano, sino también poder cambiar su mente para ayudarlo a vivir mejor.

 

La salud debe ser parte integral del derecho a la vida, y una obligación del Estado de carácter intersectorial, descentralizado y participativo, integrado al sistema de seguridad social, y regido por principios de gratuidad, universalidad, integralidad, equidad, integración social, solidaridad y de carácter no lucrativo. 26

 

El profesional de la salud debe cultivar su gusto estético para enfrentar con todo el respeto que merece, el objeto de su trabajo (el hombre), Identificarse con el ser humano independientemente de su posición, posibilidades económicas, parentesco y relación personal valorándolos por igual. Ejercer la profesión con altruismo, ver al hombre como el fin supremo de la actividad médica y no el medio. Rechazo a la maleficencia, al trato desigual a los pacientes, a la injusticia, es necesario que comprendan que no bastan los conocimientos científicos para que la obra resulte bella. Es necesario saber y sentir.

 

Conclusiones

 

  • Existe una relación directamente proporcional entre calidad de vida y salud, donde el bienestar social y las necesidades humanas son indispensables para el desarrollo del individuo
  • Los pacientes tienen que ser tratados por el médico en toda su dimensión valorativa para que puedan valorar y comprender su estado de salud.
  • En la práctica médica está presente la actitud estética, mediada por el ideal de belleza imperante, dentro del proceso de interrelación profesional salud-paciente.
  • El cirujano plástico debe tratar al paciente como un ser biopsicosocial, proporcionando una mejor calidad de vida y una existencia más sana.
  • Las sociedades de consumo han tergiversado la labor de los profesionales de la Cirugía Plástica, perdiéndose el verdadero sentido de la medicina por lo que adquieren un carácter utilitarista y mercantilista

 

 

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