Caracterización de la asistencia medica. Departamento de Emergencias
Autor: Dr. Alexis Francisco Suárez López | Publicado:  12/05/2009 | Medicina de Urgencias | |
Caracterización de la asistencia medica. Departamento de Emergencias.4

A nivel internacional la demanda social de asistencia médica urgente y emergente aumenta entre 3% y 7%, dependiendo de los países cada año (26, 27).

 

Afirmada la salud como un derecho incuestionable de las personas, sin duda en ese marco de protección, lugar fundamental ha de concederse a la asistencia sanitaria en situaciones de urgencia. La prestación sanitaria urgente reviste especiales connotaciones por lo que es conveniente tener en cuenta:

 

  1. Actuación perentoria: La prestación de asistencia médica con carácter urgente surge a raíz de un incidente en el curso vital de un sujeto, que irrumpe de forma imprevista, imponiendo una intervención indispensable, ineludible e impostergable.
  2. Asistencia innegable quien quiera que sea: La atención en situaciones de urgencia no puede ser negada a nadie, y no sólo por razones deontológicas.
  3. Acto médico peculiar: El acto médico en que se desenvuelve la asistencia médica en situaciones de urgencia reviste en sí mismo condiciones particulares, tanto que en no pocos casos en el ámbito jurídico del mismo resulta modificable. Pueden constituir causas absolutorias, y no sólo atenuantes, la inexperiencia, la falta de medios técnicos y humanos, el medio adverso en que hubiera de actuar el facultativo y otras circunstancias parecidas.
  4. Relatividad del consentimiento: Si el enfermo no está en condiciones de prestarlo o tampoco lo puede hacer la persona habilitada legalmente para darlo, la intimidad tanto corporal y no corporal del paciente ineludiblemente ha de verse traspasada en esa inconsciencia o desconocimiento, y en la medida que sea preciso para prestarle la atención requerida.

 

La atención médica de urgencia no es un lujo para los países ricos o las personas ricas de los países pobres. La atención de urgencia puede contribuir considerablemente a reducir las discapacidades y las defunciones evitables en los países de ingresos bajos y medios. Pero se ha de planificar bien, tiene que contar con apoyo a todos los niveles: nacional, provincial, comunitario y debe tener en cuenta todo el espectro asistencial, desde la aparición de un evento médico agudo en la comunidad hasta la prestación de la atención apropiada en el hospital. La combinación de personal, material e infraestructura sanitaria puede adaptarse para optimizar la dispensación de atención de urgencia en entornos con distintos niveles de disponibilidad de recursos. La idea de que la atención de urgencia no puede ser costoeficaz en los entornos de bajos ingresos es errónea. Se producen urgencias en todas partes, y esas urgencias consumen cada día recursos haya o no haya sistemas capaces de conseguir buenos resultados. Con una mejor planificación, los costos de la atención de urgencia pueden traducirse en mejores resultados y en una mayor costoeficacia. Cada país y cada comunidad pueden y deben proporcionar atención de urgencia independientemente de cuál sea su índice de desarrollo.

 

En el presente siglo, los ciudadanos solicitan y en algunos países exigen, que estos sucesos urgentes que ponen en riesgo su vida, o un órgano vital para la misma, sean resueltos de forma inmediata (rápido), eficaz, casi infalible (resolutiva), con calidad (profesional) y satisfactoria. Si bien es cierto que para lograr un servicio de urgencia verdaderamente eficiente son necesarias, entre otras variables, la rapidez y la calidad en la prestación de la asistencia médica; entiéndase como tal: Cumplir con los requerimientos para satisfacer las necesidades y expectativas de los usuarios.

 

Donabedian dio a conocer en 1966 una división clásica de los indicadores que se deben utilizar para medir el nivel de la calidad; para ello los clasificó en indicadores de estructura, indicadores de proceso, indicadores de resultado. Los de estructura son todos los atributos materiales y organizacionales relativamente estables, así como los recursos humanos y financieros disponibles en los sitios en los que se proporciona atención. Los de proceso se refieren a lo que los médicos y proveedores son capaces de hacer por los pacientes, y a la interrelación con las actividades de apoyo diagnosticadas, además de las actitudes, las habilidades, la destreza y la técnica con que lo llevan a cabo, incluido aquello que los pacientes son capaces de hacer por si mismos. Los de resultado son los referidos a la variación de los niveles de salud y a la satisfacción del paciente con la atención recibida, la cual otorga a esto último una importancia mayor, dado por la necesidad cada vez más creciente de satisfacer las expectativas del usuario mediante un servicio de mayor calidad (19, 29).

 

Son múltiples las variables que influyen para lograr la satisfacción final. En la actualidad se ha incrementado el nivel de información de los usuarios y por lo tanto su nivel de exigencia. La calidad en los servicios de urgencias en muchos países se encuentra afectada por el deficiente primer nivel de atención, la poca mentalidad de competencia y mejora; la escasez de recursos económicos, la deficiente infraestructura, sobresaturación de pacientes y deficiencias en el proceso diagnóstico y terapéutico.

 

Para garantizar la calidad asistencial que exigen los ciudadanos y a la cual tienen derecho, es fundamental que el personal que realiza la asistencia tenga la formación específica necesaria. Uno de los fenómenos que en los últimos años ha caracterizado la evolución de la atención de urgencia, a escala mundial, es el galopante aumento de las urgencias atendidas a nivel hospitalario que podían ser valoradas y tratadas en el área primaria de salud de haber acudido a ella.

 

Si se analizan los diferentes factores que influyen en dicho fenómeno, se podrían mencionar: El arraigo en la población de antiguos modelos de sistemas de salud basados fundamentalmente en la atención hospitalaria; a lo cual se suma el incremento de la calidad en la atención y los recursos puestos a disposición del paciente que llega al servicio de urgencia del hospital, y el cual es atendido aún cuando su afección no requiera el nivel secundario. (30 - 32).

 

Aunque no existe en la actualidad un pensamiento de estudio único, estandarizado por autoridades académicas nacionales a nivel técnico. Por lo que para lograr en un futuro inmediato un sistema integral de atención médica de emergencia es primordial: Integrar los servicios de salud. Promover la investigación en servicios de emergencia. Legislar, regular, Financiar y organizar los recursos humanos. Establecer programas de educación sanitaria a la población y entidades relacionadas, crear un sistema de comunicación e información acorde a las exigencias de este sistema. Garantizar el acceso de todos los ciudadanos al sistema y crear los mecanismos de evaluación de la efectividad y eficiencia del sistema.

 

Existen en el mundo cuatro modelos fundamentales para la organización de los servicios de salud:

 

  • Sistema de Salud basado en seguros sociales o de la seguridad social: Su finalidad es la de cubrir a todos o la mayoría de los ciudadanos por medio de pagos obligatorios del empleado y de los empleadores a fondos de seguro o de enfermedad, mientras los servicios los prestan proveedores públicos o privados
  • Sistemas nacionales de salud: Los cuales centralizan la planificación y el funcionamiento en un solo ente y depende sobre todo de ingresos tributarios y de la prestación de servicios del sector público, estando en su mayoría descentralizados.
  • Sistemas de salud privados: Donde la participación estatal está limitada; es decir la cobertura se da solamente a cierto grupo de la población y donde la salud por tanto no es un derecho social si no que es un bien de consumo.
  • Modelos mixtos para la organización de los servicios de salud, estos últimos aplicados ampliamente en América Latina. Estos modelos no siempre contemplan las situaciones de urgencias y emergencias con las particularidades que esta requiere (33).

 

Entre estas estrategias se encuentran: Desarrollar un plan estratégico, mejorar el nivel profesional y resolutivo de los médicos del servicio, incrementar la información al paciente, mejorar el trato humano con amabilidad y cortesía, mejora de los procesos de apoyo diagnóstico, mejorar el expediente clínico, supervisión constante de los procesos, mayor educación a la población usuaria, mejora en el primer nivel de atención y mayor infraestructura y recursos económicos a los servicios de urgencias.

 

Para lograr un uso adecuado y racional se debe tener como premisa que el paciente urgente sea asistido en el nivel de atención que su afección requiera y transitar inicialmente por los distintos filtros sanitarios de los que el sistema de urgencias dispone antes de su llegada al hospital y que incluye entre otros: consultorios médicos, consultorios de urgencias, policlínico principal de urgencia. (26, 33).

 

Conocidas estas necesidades, se inicia en Venezuela la búsqueda de soluciones a esta problemática, contando en la actualidad con cuatro postgrados de Medicina de Emergencia y Desastres, tres de estos reconocidos por Universidades Venezolanas y uno de ellos acreditado (34).


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