Introducción: El cuidador crucial es la persona que proporciona la mayor asistencia a quien padece una enfermedad, convirtiéndose en un paciente "oculto" que en múltiples ocasiones requiere intervención inmediata. El cuidado del paciente demente es un proceso dinámico que va a requerir un progresivo incremento de atenciones y tareas.
Objetivo: Describir la repercusión del Síndrome Demencial del anciano sobre el estado psíquico-físico del cuidador crucial.
Diseño metodológico: Se realizó un estudio observacional descriptivo transversal, que abarcó los cuidadores cruciales de 42 ancianos con Síndrome Demencial, coincidiendo con el universo perteneciente a los consultorios No. 1, 3 y 18 del policlínico “Héroes de Girón”, período 2008-2009
Resultados: Predominio de cuidadores del sexo femenino (76.2%), en edades comprendidas entre 55-69 años (40.5%), con enfermedades crónicas como la hipertensión arterial y la úlcera péptica. Se identificó la presencia de síntomas físicos de desgaste en 23 cuidadores, con predominio de la cefalea, así como de síntomas psíquicos en 24 cuidadores, predominando la depresión (76.2%) y la ansiedad (64.3%). Se detectaron altos niveles de carga en un número significativo de cuidadores.
Conclusión: Nuestros cuidadores presentan niveles de carga del cuidador patológicos, con la aparición de síntomas que evidencian la presencia en ellos de un desgaste físico y psíquico, condicionando a su vez la aparición de descompensación de sus enfermedades crónicas.
Repercusión del Síndrome Demencial del anciano sobre el estado psíquico-físico del cuidador crucial.
AUTORES.
Frangel Arias Sánchez *
Alice Chartrand Vázquez **
Adrián Estrada Barber**
TUTORES
Dr. Julio Armas Castro***
Dra. Omitsa Valdés Gutiérrez****
Dra. Elsa Tamara Chávez****
* Estudiante de 5ș año de medicina del policlínico universitario “Héroes de Girón”
** Estudiante de 4ș año de medicina del policlínico universitario “Héroes de Girón”
*** Especialista de 1er grado en Medicina General Integral. Miembro del Movimiento de Avanzada Integral “Mario Muñoz Monroe”
**** Especialista en 1er grado en MGI. Profesora Asistente de la Facultad de Ciencias Médicas Salvador Allende.
“Instituto Superior de Ciencias Médicas de la Habana”. FCM: Dr. Salvador Allende. Dpto. Medicina General Integral. Ciudad de la Habana 2009.
RESUMEN
Introducción: El cuidador crucial es la persona que proporciona la mayor asistencia a quien padece una enfermedad, convirtiéndose en un paciente "oculto" que en múltiples ocasiones requiere intervención inmediata. El cuidado del paciente demente es un proceso dinámico que va a requerir un progresivo incremento de atenciones y tareas.
Objetivo: Describir la repercusión del Síndrome Demencial del anciano sobre el estado psíquico-físico del cuidador crucial.
Diseño metodológico: Se realizó un estudio observacional descriptivo transversal, que abarcó los cuidadores cruciales de 42 ancianos con Síndrome Demencial, coincidiendo con el universo perteneciente a los consultorios No. 1, 3 y 18 del policlínico “Héroes de Girón”, período 2008-2009
Resultados: Predominio de cuidadores del sexo femenino (76.2%), en edades comprendidas entre 55-69 años (40.5%), con enfermedades crónicas como la hipertensión arterial y la úlcera péptica. Se identificó la presencia de síntomas físicos de desgaste en 23 cuidadores, con predominio de la cefalea, así como de síntomas psíquicos en 24 cuidadores, predominando la depresión (76.2%) y la ansiedad (64.3%). Se detectaron altos niveles de carga en un número significativo de cuidadores.
Conclusión: Nuestros cuidadores presentan niveles de carga del cuidador patológicos, con la aparición de síntomas que evidencian la presencia en ellos de un desgaste físico y psíquico, condicionando a su vez la aparición de descompensación de sus enfermedades crónicas.
Palabras Clave: Anciano, demencia, cuidador, desgaste, carga
INTRODUCCIÓN
El incremento progresivo de la expectativa de vida en nuestro medio, como consecuencia directa del desarrollo social, hace que el grupo etáreo de mayores de 60 años sea cada vez mayor, superando en la actualidad el 12% de la población mundial. Por lo tanto las afecciones propias del anciano, entre las cuales se encuentra la demencia, ganan en significación como motivo de consulta para el médico general. (1)
El envejecimiento de la población es sin duda la principal característica demográfica de Cuba en la actualidad. Poco más de 1,7 millones de personas tenían 60 años o más en el 2004, representando el 15,4% de la población. Este comportamiento debe intensificarse y para 2025, se pronostica que casi uno de cada cuatro cubanos será un adulto mayor, para ese entonces la edad promedio será de alrededor de 44 años y Cuba tendrá todas las características de un país envejecido. (2;3;4)
Una de las afecciones que más limita las actividades de la vida diaria del adulto mayor es la demencia, cuya frecuencia de aparición se incrementa de manera directamente proporcional al envejecimiento. Las demencias son, generalmente, cuadros de instauración insidiosa, que en las primeras etapas afectan las funciones más desarrolladas como el pensamiento abstracto, la capacidad de cálculo, la crítica fina y con posterioridad, la memoria, las capacidades intelectuales, los hábitos, el juicio crítico y los patrones de personalidad. (5)
El número de personas con demencia, a nivel mundial, crece rápidamente. Se estima que actualmente existen entre 18 y 22 millones de personas aquejadas de demencia y se espera que para el 2025 sea de 34 millones (6). En Cuba la cifra de ancianos con Síndrome Demencial supera las 60 000 personas. (4) La cifra cobra significado cuando se coloca en el contexto del incremento de la expectativa de vida y el envejecimiento de la población en países en desarrollo. En el presente, el 66% (11 millones) de las personas con demencia vive en países en desarrollo y para el 2025 esta cifra se elevará hasta 75% (24 millones). (7)
Sin embargo el impacto del Síndrome Demencial, alcanza mucho más que el plano individual del paciente que lo padece, involucrando a la familia en general y en especial a un miembro que asume la mayor parte de la responsabilidad del cuidado, convirtiéndose así en su “cuidador crucial”, que en ocasiones sufre en su propia piel los efectos de la enfermedad del anciano bajo su cuidado, como si fuese suya. (8)
La tarea de cuidar conlleva a menudo la aparición de una amplia variedad de problemas de orden físico, psíquico y socio-familiar constituyente de un auténtico síndrome que es necesario conocer, diagnosticar precozmente y tratar de prevenir. (9; 10)
Se ha demostrado que son numerosas las variables que inciden en el aumento de la carga del cuidador, de un lado están las relacionadas con el enfermo, como son el grado de deterioro y/o pérdida de autonomía y la presencia de trastornos conductuales y psiquiátricos de difícil manejo; de otro lado, las relacionadas con el propio cuidador entre las que se encuentran la edad, el sexo, el estilo de afrontamiento para resolver los problemas y la capacidad para superar momentos complicados así como la motivación para el cuidado, las redes de apoyo, el tiempo de cuidado y otros; y por último las derivadas de la relación afectiva cuidador-enfermo tanto previas como actuales. (11;12;13;14)
Nuestro territorio no escapa de la problemática anteriormente planteada. Se estima que en la Ciudad de la Habana más de 35.000 ancianos sufren de demencia y de ellos según “La encuesta Salud, Bienestar y Envejecimiento (SABE)” aproximadamente un 92% tienen el apoyo de un familiar que constituye su cuidador. (4) Tres áreas de nuestro policlínico “Héroes de Girón” que se encuentran afectadas lo constituyen los consultorios médicos Nș 1, 3 y 18, en los cuales día a día realizamos nuestras labores docentes detectando la magnitud del problema que hoy nos ocupa. Surgen entonces interrogantes como:
¿Sufren de sobrecarga los cuidadores cruciales de ancianos con Síndrome Demencial en dichas áreas? ¿Existirá evidencia de deterioro psíquico-físico en los mismos?
La intervención y realización de este estudio investigativo se hace inminente, de esta forma adentrándonos en el problema en sí, podremos conocer la realidad que nos afecta y definir estrategias de intervención que contribuyan al mejoramiento de la calidad de vida de nuestros cuidadores y al fortalecimiento de una preparación integral en quienes hoy realizamos este trabajo.
OBJETIVOS
Objetivo general
Describir la repercusión del Síndrome Demencial del anciano sobre el estado psíquico-físico del cuidador crucial.
Objetivos específicos
DISEÑO METODOLÓGICO
Se realizó un estudio observacional descriptivo transversal, que abarcó los cuidadores cruciales no profesionales de 42 pacientes con Síndrome Demencial mayores de 65 años, coincidiendo con el universo perteneciente a los consultorios Nș 1, 3 y 18 del Policlínico Universitario “Héroes de Girón”, en el período comprendido de febrero del 2008 a febrero del año 2009.
Los criterios de inclusión fueron:
Criterios de exclusión:
Recolección de la información:
Se revisaron las Historias de Salud Familiar pertenecientes a los consultorios estudiados de las cuales se obtuvo la información acerca del universo existente de ancianos con demencia, que pertenecieran a la tercera edad, motivo de su discapacidad, así como la información necesaria en la identificación de su cuidador crucial no profesional.
Se consultaron las historias clínicas individuales de los cuidadores donde se obtuvo información acerca de sus enfermedades crónicas, descompensaciones de las mismas en el último año, hospitalizaciones y causas relacionadas, interconsultas con otras especialidades así como se realizó la búsqueda en las mismas de cualquier sintomatología sugestiva de desgaste o sobrecarga del cuidador.
Se aplicó un cuestionario inicial en el domicilio a cada cuidador incluido en el estudio el cual, permitió medir variables sociodemográficas (edad, sexo), parentesco con el enfermo, datos acerca de elementos de dificultad durante el cuidado del anciano así como otros datos relacionados con la enfermedad del paciente y antecedentes patológicos personales del cuidador.
Se aplicaron instrumentos como el test de Zarit para evaluar la carga del cuidador crucial. Test de Vulnerabilidad al Estrés y estilos de afrontamiento así como el Test de Depresión de Yesavage (versión reducida), inventario de ansiedad y depresión (rasgo-estado) y test de Goldberg instrumentos de uso internacional y en Cuba, los cuales permitieron identificar el grado de afectación psicológica así como determinar la sobrecarga o estrés que produce el cuidado sobre los cuidadores cruciales.
Procesamiento y análisis
La información acopiada se procesó utilizando Microsoft Excel, Los resultados se presentan en tablas de distribución de frecuencias (absoluta y relativa porcentual), texto, y el gráfico de dispersión para la relación entre las variables cuantitativas años de cuidado - carga del cuidador. Se aplicaron estadísticas descriptivas (cálculo del valor mínimo, máximo, razón y media aritmética para determinadas variables en la cuales resultaba necesario).
Se realizó una distribución modal acerca de las enfermedades crónicas que padecen los cuidadores cruciales y se calculó el porcentaje con respecto al total de la muestra que representa cada una de ella. Estos resultados se presentan en forma de texto y solo se reflejan las enfermedades predominantes.
Entre otras pruebas estadísticas se utilizó el estadígrafo Chi - cuadrado, para la relación entre síntomas físicos - síntomas psíquicos y relación entre años de cuidado - carga del cuidador, para un nivel de confianza de 95%. Los sesgos posibles del estadígrafo Chi-cuadrado ante una muestra pequeña se corrigieron utilizando la corrección mediante el test de Yates.
Variables estudiadas:
- Normal: Puntaje total entre 0-5 puntos.
- Depresión leve: Puntuación en el test entre 6-9 puntos
- Depresión establecida: 10 o más puntos
- Presencia de ansiedad puntuación mayor de 4.
- Golberg patológico puntuación mayor de 6.
Tabla Nș 1: “Relación de cuidadores cruciales según edad y sexo. Consultorios 1, 3 y 18. Policlínico “Héroes de Girón”. 2008-2009.
Fuente: Entrevista realizada.
Tabla Nș 2: “Relación de cuidadores cruciales según parentesco con el anciano bajo su cuidado”.
Fuente: Entrevista realizada.
Con respecto al nivel de escolaridad de los cuidadores se encontró predominio de los cuidadores universitarios para un total de 17 (40.5%), seguido de cuidadores con preuniversitario terminado 12 (28.6%). Un total de 9 cuidadores (21.4%) tienen un nivel de escolaridad inferior al sexto grado.
Con respecto al tiempo que dichos cuidadores llevan cuidando a su familiar, 11 (26.19%) lo han hecho por un período entre 1-5 años, 12 (28.57%) entre 6-10 años y 19 (45.24%) por un período entre 11-15 años. Siendo el tiempo máximo de cuidado de 15 años y el promedio de 7.4 años.
Tabla Nș 3: “Relación de cuidadores cruciales según tipología de su personalidad con respecto al proceso salud-enfermedad”.
Fuente: Entrevista realizada, observación y clasificación.
Tabla Nș 4: “Relación de cuidadores cruciales según vulnerabilidad al estrés”.
Fuente: Test de vulnerabilidad al estrés y bienestar psicosocial.
Tabla Nș 5: “Elementos considerados por los cuidadores que ofrecen mayor dificultad durante el cuidado del paciente”.
Fuente: Entrevista realizada
Con respecto a la aparición de síntomas de desgaste físico detectamos que estos aparecieron en 23 cuidadores (54.76%), predominando la cefalea en 20 pacientes, seguido de trastornos gastrointestinales en 12 pacientes y anemia en 6 pacientes (Un mismo paciente pudo presentar más de 1 síntoma).
Las enfermedades crónicas que padecen estos cuidadores, se distribuyen de la siguiente manera: Hipertensión Arterial presente en 20 cuidadores (47.6%), seguido de la Diabetes Mellitus en 16 cuidadores (38.1%) y de la Úlcera Péptica en 14 pacientes (33.3%). Existe un total de 6 cuidadores aparentemente sanos, la razón entre cuidadores sanos y enfermos se comporta 7/1 de manera que por cada cuidador crucial sano existen 7 que padecen de enfermedades crónicas.
Un total de 17 cuidadores (40.5%) han sufrido en el último año descontrol de sus enfermedades crónicas, siendo hospitalizados 9 de ellos (21.4%) en instituciones del nivel secundario de atención médica para el control de las mismas.
Según criterio de los cuidadores en un total de 12 casos (28.5%) estas descompensaciones ocurrieron en períodos donde la demanda de atención por parte del paciente alcanzó un alto nivel.
Los síntomas de desgaste psíquico han aparecido en el último año en 24 cuidadores. La relación de los mismos aparece en la tabla No.6 pudiendo presentar un mismo cuidador más de un síntoma. No se han producido casos de intento de suicidio, ni de abandono del hogar, solo un total de 2 cuidadores reciben ayuda profesional especializada.
Tabla Nș 6: “Síntomas psíquicos de desgaste del cuidador crucial presentes en el último año en los cuidadores”.
Fuente: Entrevista realizada, Instrumentos de evaluación psicológica.
En un análisis más profundo de los síntomas predominantes, con respecto a la depresión del total de 32 casos que la presentaron según los resultados del Test de Yesavage, en 21 casos se encontraron puntajes de depresión establecida y 11 casos de depresión leve, por otra parte la tabla No. 7 nos ilustra la variante de depresión (como rasgo personal o como estado). Con respecto a la ansiedad del total de 27 cuidadores 12 presentaron niveles patológicos de ansiedad (según test de Goldberg). La tabla No. 8 ilustra la aparición de la ansiedad como rasgo personal o estado.
Tabla Nș 7: “Variante de Depresión presentada por los cuidadores cruciales”.
Fuente: Inventario de depresión rasgo-estado (IDERE) de Martín y Grau.
Tabla Nș 8: “Variante de Ansiedad presentada por los cuidadores cruciales”.
Fuente: Inventario de ansiedad rasgo-estado (IDARE) de Ch. Spielberg.
Tabla Nș 9: “Relación entre aparición de síntomas psíquicos y físicos de desgaste del cuidador”.
p=0,0156 p<0.05
Fuente: Entrevista realizada, Instrumentos de evaluación psicológica.
Tabla Nș 10: “Niveles de carga presentes en los cuidadores cruciales”.
Fuente: Aplicación del Test de Zarit.
Tabla Nș 11: “Relación entre el tiempo de cuidado y carga experimentada por los cuidadores cruciales”.
p= 0.2944 p>0.05
Fuente: Aplicación del Test de Zarit, entrevista.
Grafico Nș I: “Relación entre el tiempo de cuidado y carga experimentada por los cuidadores cruciales”.
Fuente: Tabla Nș 11.
Tabla Nș 12: “Modo de afrontamiento del cuidador crucial ante efectos adversos de la enfermedad del anciano”.
Fuente: Aplicación de la “Escala de afrontamiento de Folkman y Lazarus”.
ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS
El cuidado de una persona anciana con demencia representa una gran carga emocional, para el cuidador principal y la familia, a partir de los diferentes problemas a los que habrán de enfrentarse. Ello genera un alto grado de estrés y depresión en los cuidadores. (14;16) El mayor costo de esta enfermedad es, sin lugar a dudas, su costo humano, cuyas dimensiones son inestimables, no solo para los enfermos sino para la familia, y en especial, los cuidadores, que dedican años de su vida a brindar afecto y cuidado a un enfermo, que con el avance de la enfermedad, será incapaz de reciprocar esta dedicación, y en muchas ocasiones, hasta reaccionará con agresividad y conductas inapropiadas. (17)
La mujer sigue siendo la destinada al rol de cuidar al enfermo. Esta costumbre, es prácticamente universal y un reflejo de la enorme carga que se añade, al tradicional rol de ama de casa. Las mujeres son las que actúan como proveedoras de cuidados en la familia, dada la discriminación que durante años tuvo, así como la concepción de ser ella quien juegue el papel protagónico en los quehaceres hogareños, siendo este tabú difícil de eliminar en nuestros días a pesar de los múltiples intentos y logros obtenidos. (19)
En nuestro estudio se obtuvieron resultados con similitudes a la literatura internacional revisada; ejemplo de ello es el EUROCARE, (un estudio que incluyó 14 países europeos en el que las mujeres, constituyeron el 71% de los cuidadores). (20)
En un análisis comparativo con un estudio cubano realizado por el Dr. Juan García Rubalcaba (21) encontramos similitudes con nuestros hallazgos pues la cantidad de mujeres cuidadores que detectó fue 66%.
El mayor por ciento de los cuidadores se encuentra en edades comprendidas entre 55 y 69 años, si observamos el promedio de edad para los cuidadores de nuestro estudio (52 años) nos daremos cuenta que dentro de algunos años un gran número de ellos estarán arribando a la tercera edad y puede que aun continúen desempeñando el rol de cuidador crucial no profesional. El rendimiento físico de un cuidador que envejece se hace cada vez menor, motivo por el cual consideramos que se encuentran en una edad crítica para ejercer el cuidado, coincidiendo con otras investigaciones. (22;23;24)
Ante la discapacidad de un anciano todos los miembros de una familia ayudan a la persona dependiente, pero por lo general el cuidador crucial en la mayoría de los casos resulta ser, el cónyuge o el familiar femenino más cercano casi siempre hijos de estos pacientes. Numerosos estudios coinciden con los resultados obtenidos en nuestra investigación ejemplo de ellos lo constituye el EUROCARE, donde el 59.2% de los cuidadores cruciales resultaron ser los cónyuges de los pacientes con limitaciones y el 34% sus hijos. (20;25)
Con respecto al nivel de escolaridad que poseen nuestros cuidadores cruciales, nos alienta conocer que en un gran porcentaje de los mismos han alcanzado un nivel por encima del duodécimo grado. Si bien es cierto que el nivel de escolaridad no se encuentra directamente relacionado con el nivel de carga que puede presentar un cuidador, sin nos permite en una futura intervención trabajar de manera más profunda, basados en la media del nivel intelectual existente.
La lista de enfermedades crónicas que padecen nuestros cuidadores nos preocupan. Ocupan lugares cimeros trastornos como la Hipertensión arterial Úlcera péptica y la Diabetes mellitus siendo estas, entidades nosológicas que requieren de un control adecuado de la medicación, del estilo de vida, además de las evidencias que se tienen acerca de la repercusión del estrés y las tensiones sobre la descompensación de las mismas. Fenómeno evidenciado en la incidencia de descompensaciones y hospitalizaciones de nuestros cuidadores.
La carga que ocasiona el cuidado de un anciano con demencia hace que su cuidador se convierta en un paciente oculto el cual recibe los azotes de la enfermedad. (26) En el afán de controlar la medicación y velar por la salud del paciente bajo su cuidado, se descuida de sus propias patologías llegando a descompensarse de las mismas padeciendo el desgaste o llamado por algunos autores “Síndrome de desgaste del cuidador” y en ocasiones se han reportado casos en los cuales los cuidadores fallecen antes que el paciente al cual cuidaban.
Por otra parte estas enfermedades como la Hipertensión se corresponden con el predominio del patrón A como tipología de la personalidad, es válido mencionar que estos cuidadores deben ser observados muy de cerca ya que los individuos que describen este patrón son muy susceptibles al padecimiento de enfermedades cardiovasculares entre la que se encuentra el Infarto Agudo del Miocardio siendo esta patología la más temida. (18)
La tarea de cuidar conlleva a menudo a la aparición de una amplia variedad de problemas de orden físico, psíquico y socio-familiar constituyente de un auténtico síndrome que es necesario conocer, diagnosticar precozmente y tratar de prevenir. Además se ha demostrado la relación entre estrés del cuidador y tasas más altas de institucionalización y que pacientes dementes que conviven con cuidadores muy estresados presentan mayor índice de problemas de conducta y episodios de agitación. (27;28)
El bienestar del cuidador depende de su propia salud, de la ayuda que reciba de su familia (apoyo emocional y el reconocimiento de otros familiares), de la capacidad de las instituciones de adecuarse a sus necesidades, de la información que tiene sobre la enfermedad, la propia tarea de cuidar, su forma de enfrentarse a la situación de cuidado y el estilo de resolver los problemas y la capacidad para superar momentos complicados. (29)
La carga a la que se ve sometido el cuidador puede expresarse en distintas áreas:
Problemas físicos. Cabe señalar que se trata en gran número de ocasiones de problemas de aparición frecuente en el grupo de edad al que pertenecen la mayoría de los cuidadores, que se ven agravados por las tareas propias de su labor de cuidador. (30)
Las quejas somáticas son múltiples, destacando entre todas ellas las referidas a dolor de tipo mecánico crónico del aparato locomotor; otras frecuentes son cefalea de características tensionales, astenia, fatiga crónica, alteración del ciclo sueño-vigilia, insomnio y otros, en general mal definidos, de evolución crónica y claramente deteriorantes de su ya mermada calidad de vida. Nuestros resultados en gran medida se corresponden con la literatura y estudios revisados. (19; 30)
Se ha demostrado que existe deterioro de la función inmune de los cuidadores, a expensas de una reducción de sus niveles de inmunidad celular, que los hace más susceptibles a determinadas infecciones víricas.
También se ha investigado sobre su mayor predisposición a otro tipo de patologías como la enfermedad ulcerosa péptica y la patología cardiovascular.
Problemas psíquicos. La prevalencia de desórdenes del área psíquica alcanza un 50%, a menudo difíciles de verbalizar y definidos como somatizaciones o como términos vagos del tipo de desánimo o falta de fuerzas. (16)
Entre los elementos causales de la aparición de desórdenes en esta esfera cabe destacar la propia discapacidad del paciente anciano, las tareas que debe realizar el cuidador, el impacto negativo de estas sobre su calidad de vida y una pobre técnica de afrontamiento, que los convierte en más vulnerables. (30; 31)
Los principales problemas psíquicos del cuidador son la depresión, la ansiedad y el insomnio, que constituyen la vía de expresión de su estrés emocional. (31)
Entre todos ellos destaca por su frecuencia la depresión; entre las circunstancias que influyen en mayor medida en su aparición destacan la falta de apoyo social, la carencia de recursos económicos, las relaciones previas con el paciente, el sentimiento de culpa, la existencia de una historia familiar de depresión y las limitaciones psico-físicas del cuidador.
Se ha demostrado relación entre el desarrollo de trastornos conductuales graves en el paciente demente y la aparición de depresión en el cuidador principal, especialmente en el caso de demencia de Cuerpos de Lewy. (32)
Las consecuencias de los problemas psíquicos del cuidador van a manifestarse en el terreno individual, el familiar y el de los propios cuidados al paciente con demencia. Los cuidadores presentan una alta tasa de automedicación, especialmente de diversos tipos de psicofármacos y analgésicos.
Problemas de índole socio-familiar. En este ámbito aparecen frecuentemente conflictos familiares, consecuencias sobre las obligaciones laborales (absentismo, conflictividad laboral…), dificultades económicas y disminución de las actividades sociales y de ocio. (24)
Los problemas psíquicos y físicos en ocasiones marchan en un sentido directamente proporcional. La relación estadística descrita en nuestra investigación entre ambos tipos de problemas, avala la anterior afirmación siendo a su vez descrita por otros autores entre los cuales podemos citar los estudios de Rubalcaba y cols. (21)
Interesante resulta además los niveles patológicos de ansiedad descrita en nuestra investigación para algunos cuidadores y los niveles de depresión establecida presentados. En análisis más profundo se demostró altos puntajes de depresión tanto como rasgo o tendencia habitual y/o estado transitorio. Importante es la estratificación ya que no resulta igual en una futura intervención trabajar con sujetos cuya depresión y/o ansiedad sea transitoria, que con los que por sus características personológicas presenten estados depresivos o ansiosos como tendencia habitual.
La importancia se fundamenta en que los sujetos que presentan alta puntuación de ansiedad como rasgo, son más propensos ante situaciones estresantes como la que estudiamos, a presentar altos niveles de ansiedad como estado transitorio, por otra parte los sujetos que solo presentan ansiedad como estado no necesariamente tienen por qué presentar una patología psiquiátrica y los niveles observados son el resultado de la situación conflictiva y difícil por la cual atraviesan, los mismo sucede con los estados depresivos. (33)
Múltiples han sido los intentos de disímiles autores por identificar cuáles son los elementos mayormente relacionados en la aparición de la percepción de carga por parte del cuidador, en su mayoría han establecido que una de las variables que mayormente influye ha sido el tiempo que los cuidadores llevan efectuando este rol, sin embargo las discrepancias radican en: Sí mientras mayor sea el tiempo en años de cuidado sería mayor el nivel de carga presentada (34; 35; 36)
Por una parte autores defienden el postulado que a mayor número de años mayor desgaste ocurre tanto desde el punto de vista psíquico como físico, por las disímiles situaciones adversas a las que se puede ver sometido el cuidador. (34; 37)
Otros defienden la postura que mientras más años pasan el cuidador adquiere nuevas experiencias, considerando que la novedad de la demencia del anciano y el primer enfrentamiento con esta puede ser un factor adverso para el cuidador que lleva poco tiempo en la función. (14; 38)
Ambas teorías tienen elementos positivos, en nuestro estudio a pesar de no encontrar asociación estadística significativa entre ambas variables, la construcción del gráfico de dispersión nos permitió observar la tendencia de aumentar la carga con el paso de los años.
Lo que resulta cierto es que la carga depende en parte de características personológicas, así como de los estilos de afrontamiento que describan los cuidadores ante las situaciones adversas, reviste vital importancia considerar este factor como un fenómeno propio de cada cuidador, y para los que somos defensores del modelo transaccional del estrés, debemos analizar todos estos factores. (39)
Los estilos de afrontamiento son propios de cada individuo en general en dependencia de sus características personológicas. El mayor porcentaje mostró un afrontamiento activo dirigido al problema superando a los menores porcentajes que tienen patrones de afrontamiento dirigido a sus emociones. Existe diversidad en los trabajos consultados en cuanto a los estilos de afrontamiento ante la enfermedad por parte de los cuidadores, ejemplo de ello tenemos un estudio de Castellote Varona (40) con cuidadores de pacientes con demencia el cual detectó en un 57% de los cuidadores cruciales afrontamiento hacia sus emociones con liberación hacia las drogas en un 32%. Otros como Dra. Gómez Rivas (41) encontró predominio de pacientes con afrontamiento activo encaminado a búsqueda de solución al problema en un 64.4% de sus cuidadores.
Este estilo de afrontamiento activo pueden ser encaminado a la solución de los elementos de mayor dificultad que aparecen durante el cuidado de sus familiares y contribuirían a atenuar de cierta manera los niveles de carga y deterioro psico-físico que hoy presentan nuestros cuidadores, haciéndose necesaria según los resultados obtenidos la intervención de personal especializado en la búsqueda de una solución real al problema de salud al cual hoy nos enfrentamos.
La intervención en relación con los cuidadores es un trabajo en el que la interdisciplinariedad juega un papel fundamental, tanto dentro del equipo de Atención Primaria (donde resulta fundamental la actuación de la enfermería- tanto en la consulta ambulatoria como en la domiciliaria, trabajador social), como en la relación con los Servicios Sociales y el equipo de Salud Mental con el que quizá haya que contar tanto para la interconsulta como para la colaboración y seguimiento del propio cuidador para su apoyo y adecuación de sus sentimientos.
Un buen manejo del paciente con demencia y sus cuidadores nos permitirá realizar un trabajo preventivo en tres niveles: En el primario evitando la aparición de los síntomas en el cuidador, en el secundario detectando precozmente su aparición y en el terciario ya que una vez detectados podremos intervenir para evitar la progresión de los síntomas y permitir así unos cuidados más adecuados y retrasar la institucionalización (ya que los sujetos del cuidado se encontrarán mejor en tanto sus cuidadores estén en buenas condiciones).
CONCLUSIONES
Nos enfrentamos a una población de cuidadores cruciales envejecidos, con predominio del nivel superior de escolaridad donde la mujer continua jugando el rol fundamental en el cuidado de los pacientes discapacitados, siendo los cónyuges e hijos de los pacientes los principales cuidadores.
El predominio del patrón A como tipología nos sugiere el adecuado control de las enfermedades cardiovasculares que debe efectuarse.
Nuestros cuidadores padecen de enfermedades crónicas que requieren de un control estricto de la medicación y estilo de vida para el adecuado control de las mismas.
Nuestros cuidadores presentan niveles patológicos de carga del cuidador, apareciendo síntomas que evidencian la presencia en ellos de un desgaste físico y psíquico, condicionando a su vez la aparición de descompensación de sus enfermedades crónicas.
Los estilos de afrontamiento empleados por los mismos son los más adecuados en el afán de suplir las necesidades que hoy presentan, estando dirigido los mismos al problema en sí en un gran número de casos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: