Automedicacion en el adulto mayor
Autor: Lic. Manuel J. Boggio | Publicado:  6/07/2009 | Medicina Preventiva y Salud Publica , Farmacologia , Medicina Familiar y Atencion Primaria , Geriatria y Gerontologia | |
Automedicacion en el adulto mayor.3

Efectos adversos de los medicamentos en los Adultos Mayores: Se define efecto adverso como cualquier respuesta perjudicial, que no fuere buscada, y que aparece a las dosis empleadas en el hombre para el tratamiento, profilaxis o diagnóstico de las enfermedades.(8). De igual manera se describe que: Al tomar más de un fármaco simultáneamente pueden producirse efectos de interacción medicamentosa, porque un fármaco puede alterar la farmacocinética del otro, disminuyendo o aumentando el resultado en los diferentes mecanismos de absorción, distribución, metabolismo o eliminación. (3). Es por ello, que la enfermera, al cuidar a un adulto mayor que esté tomando medicación, ya sea en el hospital, en un centro geriátrico, en un centro de salud o en el propio domicilio, debe estar alerta y valorar especialmente cualquier cambio en el comportamiento de este, o bien la aparición de cualquier signo indicador de que el tratamiento le está provocando algún efecto indeseable. También es tarea de la enfermera informar al adulto mayor, sus familiares o personas próximas que los medicamentos pueden producir reacciones adversas y que, cuando ellos observen cambios en el estado o capacidades, es necesario que lo refieran a la enfermera o médico que lo atiende. Porque Enfermería es “La ciencia del cuidado profesional,” (9) lo que significa que la enfermera guía el cuidado planificado de los seres humanos a través de un proceso intencional que abarca aspectos de la promoción y prevención de las enfermedades, proceso de salud-enfermedad y la muerte. El “cuidar” la salud de las personas implica tener un amplio conocimiento y sustento teóricos de los fenómenos relativos a la salud y la enfermedad, que es generado desde la propia disciplina de enfermería, a través de sus modelos y teorías y también desde el aporte de las ciencias relacionadas con el cuidado de los seres humanos como la medicina, psicología, entre otras.

 

Es por ellos que se plantea que la posibilidad de sufrir reacciones adversas es mayor: a.- En los ancianos que en el adulto, incrementándose con la edad. b.- En aquellos ancianos que toman varios medicamentos a un mismo tiempo. c.- En las mujeres ancianas más que en los hombres, ya que en ellas se produce un mayor aumento de grasa total. d.- En los ancianos con poco peso. e.- En los ancianos con problemas de disminución de función renal, irrigación periférica, den especial perfusión cerebral, y ventilación pulmonar. (3).

 

Efectos colaterales de los medicamentos en el organismo: El efecto colateral hace referencia a la acción que posee un medicamento, además de su cualidad curativa, que no es el deseado o tiene carácter negativo. Un ejemplo conocido nos lo da el ácido acetilsalicílico, que tienen la finalidad de ayudar a eliminar dolor, fiebre e inflamación, pero que en exceso genera malestar estomacal. En efecto, estado de salud, historia clínica y antecedentes familiares pueden condicionar la efectividad y conveniencia de un tratamiento. (10).

 

A nivel del Sistema Nervioso se pueden describir algunos efectos colaterales, Los Ansiolíticos, los cuales tienen efecto sedante y se emplean como tranquilizantes o inductores del sueño. El grupo más empleado son las benzodiazepinas, entre las que se encuentran diazepam, buspirona, ketazolam, lorazepam, midazolam y alprazolam. Requieren receta médica. Y por lo tanto producen los siguientes Efectos colaterales: La mayoría surge por la acción de estos medicamentos, que disminuye la actividad del sistema nervioso: Somnolencia. Exceso de sueño. Debilidad. Falta de fuerza. Cansancio muscular. Sensación de fatiga sin haber hecho esfuerzo físico. Confusión. Falta de claridad en el pensamiento. Cefalea. Dolor de cabeza. Sequedad de boca. Falta de producción de saliva. Constipación. Estreñimiento, generado por baja actividad neuronal, que desencadena baja movilidad intestinal. Anorexia. Pérdida de apetito; no confundir con el síndrome que se genera cuando una persona presenta miedo extremo a la obesidad y deja de alimentarse. Mareos. Vértigo y pérdida de equilibrio ocasional. Ataxia. Entorpecimiento; pérdida de coordinación de movimientos, ligero temblor de dedos. Visión borrosa. Dificultad para enfocar objetos. Adicción. Dependencia física o mental hacia el medicamento (por uso prolongado o dosis elevadas). Síndrome de abstinencia. Nerviosismo, ansiedad y desesperación, como consecuencia de la dependencia al fármaco. (10).

 

Así mismo en el Sistema Cardiovascular, Los Antihipertensivos. Reducen la tensión arterial cuando ésta supone riesgos para la salud, como infarto cerebral (muerte de tejido neuronal por falta de suministro de sangre, lo que ocurre porque un vaso sanguíneo se rompe por la presión sanguínea). Logran su objetivo fundamentalmente de dos maneras: favoreciendo la eliminación de líquidos (diuréticos) o dilatando venas y arterias (vasodilatadores). Efectos colaterales. En el caso de los diuréticos: Deshidratación. Abusar de estos productos genera pérdida notable de agua, debilidad y malestar general. Alteración en los niveles de sales. Puede tener muchas consecuencias, como calambres, dolor articular y fatiga muscular. Trastornos cardiacos. Es consecuencia de lo anterior, y el principal problema son arritmias (cambios en el ritmo cardiaco). Pérdida del apetito sexual. Bajo nivel de sales y agua también repercute negativamente en la vida íntima. En cuanto al segundo grupo de medicamentos o de los vasodilatadores, encontramos: Mareos o náuseas. Sensación de movimiento brusco y ganas de volver el estómago. Cambios en el sentido del gusto. Los alimentos se perciben con “sabor metálico”. Salpullido y prurito. Aparición de granitos, con enrojecimiento y comezón. La necesidad de tomar líquidos es apremiante. Debilidad. Cansancio sin haber realizado esfuerzo físico. Inflamación. Rostro, garganta, lengua, labios, ojos, manos, pies, tobillos o piernas pueden lucir hinchados. Ictericia. Coloración amarillenta de la piel u ojos que se debe a que los medicamentos modifiquen la función del hígado. Insomnio. Es probable que se altere la capacidad para conciliar el sueño. Anuria. Ausencia de necesidad de orinar. Arritmias. Frecuencia cardíaca irregular. (10).

 

Por otra parte se cita a los medicamentos que tienen su efecto colateral a nivel del Sistema Respiratorio: como son los Antigripales. Utilizados en resfriados que afectan a las vías respiratorias altas (nariz y garganta), ayudan a aliviar congestión nasal, fiebre, tos, dolor de cabeza y cuerpo cortado. Entre sus principios activos se encuentran analgésicos (paracetamol o ibuprofeno) y sustancias que ayudan a reducir algunas molestias: clorfenamina, pseudoefedrina o loratadina. Efectos colaterales. Muchos de ellos son compartidos con los de los analgésicos, aunque otros provienen de los antihistamínicos, que bloquean la acción de la histamina (sustancia que ocasiona estrechamiento de las vías respiratorias): Irritación estomacal, náuseas y hemorragias intestinales. Suceden por la elevación en el nivel de jugos gástricos. Sueño. La somnolencia diurna se debe a los antihistamínicos. Taquicardias. Alteraciones en el ritmo cardiaco, también por las sustancias antes mencionadas. Hipotensión ortostática. Baja presión sanguínea al ponerse de pie o moverse con brusquedad. Mareo, zumbido de oídos. Sensación de vértigo y aturdimiento. Rash. Granitos por posible reacción adversa o sobredosis. Ictericia. Coloración amarilla de la piel, a raíz de problemas en el hígado que desencadena el paracetamol. Se puede citar que los Antihistamínicos se utilizan en casos de alergia, como asma, conjuntivitis, rinitis, urticaria y dermatitis. Estos fármacos impiden la liberación de histamina, sustancia que se genera en las reacciones alérgicas y que da lugar a los síntomas conocidos. Es posible encontrarlos en antigripales o productos para evitar mareo y ayudar a disminuir la tos. Efectos colaterales. Los antihistamínicos actúan sobre el sistema nervioso y de ahí sus efectos adversos, aunque los productos más novedosos generan menos problemas. Somnolencia. Sueño excesivo durante el día. Confusión. Dificultad para concentrarse y para razonar. Mareo, zumbido de oídos. Sensación de vértigo y aturdimiento. Mala coordinación de movimientos. Los reflejos y los desplazamientos voluntarios se vuelven lentos. Taquicardias. Alteraciones en el ritmo cardiaco. Hipotensión ortostática. Baja presión sanguínea al moverse súbitamente o ponerse de pie. Insomnio. Algunos pacientes se sienten inquietos, nerviosos y con angustia, por lo que tienen dificultad para dormir. (10).

 

De igual manera están los Antitusivos: Que aminoran la tos gracias a que poseen sustancias con diversos mecanismos: unas adormecen a las terminaciones nerviosas de la garganta (codeína) o bloquean directamente el impulso nervioso que genera la tos (dextrometorfano, benzonatato); otros abren las estructuras pulmonares por donde circula el aire, los bronquios y, por ende, se llaman broncodilatadores (albuterol, teofilina); también son utilizados en asma (enfermedad alérgica que produce inflamación en los conductos que llevan aire a los pulmones). Los mucolíticos (clorhidrato de bromhexina, acetilcisteína) disminuyen la generación de moco, en tanto que los expectorantes (bálsamos y esencias de tolú, eucalipto, gomenol y pino, cloruro amónico, guaifenesina, guayacolato de glicerilo, difenhidramina, bromhexina y ambroxol) facilitan la salida de las flemas. Pueden contener antihistamínicos. Efectos Colaterales. Pueden variar de un producto a otro, pero los más notables y generales son: Resequedad de boca. Baja producción de saliva. Náuseas. Ganas de volver el estómago. Nerviosismo. Inquietud, irritabilidad. Gastritis. Inflamación del estómago. Falta de apetito. Poco interés por consumir alimentos. Urticaria o rash. Granitos y enrojecimiento de la piel. Constipación. Estreñimiento. Diarrea. Evacuaciones intestinales sin consistencia sólida. Depresión nerviosa. Baja actividad del sistema nervioso que se refleja en movimientos lentos, mala coordinación y problemas para respirar; es consecuencia del uso de altas dosis de dextrometorfano. Somnolencia. Se debe a los antihistamínicos que poseen algunos medicamentos de este tipo. Adicción: sucede con las fórmulas que contienen codeína, que es un derivado del opio.


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