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Consumo de cannabis en una muestra de adolescentes. Estudio y aproximacion a una estrategia preventiva de intervencion
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Autor: Dr. Juan Manuel Vázquez Lago
Publicado: 27/07/2009
 


Objetivo: Describir las diferentes motivaciones de la población escolarizada en Enseñanza Secundaria de la Comunidad de Madrid para la iniciación y/o continuación en el consumo de cannabis así como describir posibles soluciones al problema de cara a una buena prevención y/o rectificación de estas conductas mediante estrategias de intervención.

 

Métodos: Estudio descriptivo transversal diseñado para conocer la prevalencia del consumo de cannabis en la población de adolescentes escolarizados de Madrid en el año 2006. Para ello se seleccionó una muestra de jóvenes que tuviesen entre 14-19 años de edad a la cual se les administró un cuestionario sobre hábitos de consumo de diferentes drogas legales e ilegales para obtener así la prevalencia en el consumo de esta droga.


Consumo de cannabis en adolescentes. Estrategia preventiva de intervencion.1

Consumo de cannabis en una muestra de adolescentes. Estudio y aproximación a una estrategia preventiva de intervención.

 

Juan Manuel Vázquez Lago1; María Teresa Otero Barrós1.

 

1. Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública. Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela. A Coruña. España.

 

Resumen

 

Objetivo: Describir las diferentes motivaciones de la población escolarizada en Enseñanza Secundaria de la Comunidad de Madrid para la iniciación y/o continuación en el consumo de cannabis así como describir posibles soluciones al problema de cara a una buena prevención y/o rectificación de estas conductas mediante estrategias de intervención.

 

Métodos: Estudio descriptivo transversal diseñado para conocer la prevalencia del consumo de cannabis en la población de adolescentes escolarizados de Madrid en el año 2006. Para ello se seleccionó una muestra de jóvenes que tuviesen entre 14-19 años de edad a la cual se les administró un cuestionario sobre hábitos de consumo de diferentes drogas legales e ilegales para obtener así la prevalencia en el consumo de esta droga.

 

Resultados: El cuestionario fue cumplimentado por 22 alumnos. El porcentaje de participación fue del 95,6%. El 46% de nuestra muestra es de sexo masculino, frente al 54% de sexo femenino (p<0,05). Su distribución por edad es similar, un 59% tienen 16 años mientras que un 49% tienen 15 años (p<0,05). Se observó que un 72,7% de los alumnos no han probado los porros nunca, sin embargo observamos que un 27,3% sí lo han probado alguna vez en su vida.

 

Conclusiones: Se hace necesario plantear una posible estrategia preventiva de intervención basada en los llamados “modelos sociales juveniles la cuál debería de centrarse en la formación de los “líderes pares”.

 

Palabras clave: Prevalencia. Cannabis. Adolescentes. Escuela. Estrategia. Preventiva.

 

 

Cannabis consumption in a sample of adolescents. Study and approach to a preventive strategy of intervention.

 

Abstract

 

Objective: To describe the different motivations of the pupils population in Secondary Education of the Community of Madrid for the initiation and/or continued in the consumption of cannabis as well as describe possible solutions to the problem for a good prevention and/or rectification of these behaviors through intervention strategies. Method: Cross-sectional study designed to determine the prevalence of cannabis use in the population of adolescents from schools in Madrid at 2006. To do this, a sample of young people who were between 14-19 years of age at which they were administered a questionnaire on the consumption patterns of various legal and illegal drugs to obtain the prevalence in the consumption of the drug. Results: The questionnaire was completed by 22 students. The turnout was 95.6%. 46% of our sample is male, compared to 54% of females (p <0.05). Their age distribution is similar, 59% are 16 years while 49% are 15 years (p <0.05). It was noted that 72.7% of the students have not tried the reefer ever, though we note that 27.3% they have ever in your life. Conclusions: It is necessary to raise a possible preventive strategy for intervention based on the so-called "social models which the youth should focus on the training of "peer leaders".

 

Key words: Prevalence. Cannabis. Adolescents. School. Strategy. Preventive.

 

 

Consumo de cannabis en una muestra de adolescentes. Estudio y aproximación a una estrategia preventiva de intervención.

 

Introducción

 

El consumo de drogas en nuestro país ha experimentado un considerable aumento desde finales de los años setenta y comienzos de los ochenta, acompañándose de un importante incremento de consecuencias negativas, tanto sociales como sanitarias 1,2,3,4.

 

Esta problemática ha supuesto una gran preocupación social y ha conllevado una profunda transformación y adecuación de las estructuras, recursos y programas dirigidos desde la Administración, con el objetivo de poder hacer frente a las necesidades planteadas desde distintos ámbitos, como son el de la prevención, el control de la oferta de sustancias adictivas y/o la asistencia sanitaria y social 5.

 

Desde el Plan Nacional sobre Drogas (PNSD), se confirma que en los últimos diez años no sólo han variado los porcentajes globales de consumo en la población, sino que también se han producido variaciones en el tipo de sustancia consumida. Tal es el caso de la heroína que ha pasado de ocupar el primer lugar entre las sustancias de consumo, a figurar entre las que ofrecen menores porcentajes, siendo desplazada por otras más novedosas como son las drogas de síntesis 1,2,3,4. Otro aspecto a resaltar es el hecho de que los consumidores actuales no sólo consumen un tipo de sustancia sino que es frecuente que incluyan otras en sus pautas de consumo.

 

Por ejemplo, los consumidores habituales de drogas de síntesis consumen además alcohol, tabaco y otras drogas ilegales como el cannabis, los alucinógenos y la cocaína. Nos encontramos, pues, ante una situación compleja en la que un gran porcentaje de la población consumidora abusa, no sólo de una, sino de varias sustancias al mismo tiempo, lo que dificulta especialmente tanto su rehabilitación como, lo que es más importante, la prevención del consumo en todos sus niveles (individual, familiar, comunitario) 6.

 

En esta misma línea, la evidencia actual señala que, si bien el consumo de heroína ha llegado a decrecer de forma estable, el consumo de otras drogas como la cocaína, el cannabis, los alucinógenos, el tabaco y el alcohol sigue siendo alarmante, especialmente entre la población juvenil. A este respecto, se viene observando en varios estudios realizados por el Plan Nacional sobre Drogas la consolidación de un patrón de consumo caracterizado, por ejemplo, en el caso del alcohol, por consumo abusivo en fines de semana y una alta frecuencia de episodios de embriaguez que suele acompañarse de un mayor consumo de anfetaminas, éxtasis y similares. Es ésta una situación realmente preocupante si tenemos en cuenta que es en la adolescencia donde tienen lugar, no sólo los primeros contactos con las sustancias adictivas, sino también la instauración y consolidación de patrones estables de consumo e, incluso, la aparición temprana de problemas relacionados con la salud o el ajuste social, que pueden llegar a afectar de forma determinante en la edad adulta 6,7.

 


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Si bien la red de programas y recursos dedicados a atender las necesidades de la población consumidora ha alcanzado un considerable desarrollo y se han creado centros de rehabilitación, centros ambulatorios y programas de incorporación laboral y social, es en el ámbito de la prevención en el que todavía existen mayores retos. En un intento de avanzar en este campo, se plantean los estudios centrados en los factores de riesgo y/o protección del abuso de drogas, que van más allá de los datos estadísticos y pretenden descubrir aquellos aspectos individuales o sociales que diferencian a los jóvenes consumidores de los que no lo son, a pesar de que coexistan bajo las mismas influencias y determinantes sociales 9.

 

Es conocido que esos determinantes de las actuales tendencias de consumo están más arraigadas o son más prevalentes en la población adolescente 9.

 

Asociado a estos cambios en los patrones de consumo ha descendido la percepción social del riesgo relacionado con el uso del cannabis y ha aumentado la permisividad e indiferencia social hacia su consumo. Esto ocurre no sólo entre los jóvenes, sino en sectores de la sociedad adulta importantes por su influencia en la sociedad en general (educadores, profesionales de los medios de comunicación, sanitarios, operadores jurídicos…). Ha crecido de manera similar la percepción de accesibilidad y disponibilidad de esta sustancia entre los jóvenes. La información que trasciende a la opinión pública, especialmente a la población juvenil, aparece sesgada y no hace hincapié en los riesgos asociados al consumo 10. Se ha generado una imagen de banalidad asociada a mensajes positivos e incentivadores del consumo, siendo así, la droga ilegal más consumida entre los jóvenes españoles 11,12.

 

En relación a la prevención del consumo del cannabis podemos afirmar que mientras en relación a sustancias como el tabaco o el alcohol se han puesto en marcha políticas preventivas que han cambiado las tendencias de consumo, en el caso del cannabis, hasta la fecha, no se ha iniciado una política global que permita frenar las fuertes tendencias ascendentes de consumo que viene observándose desde hace ya algunos años 9.

 

Las investigaciones demuestran que los programas de prevención escolar reducen el consumo de drogas y retrasan la edad de inicio. En España la mayoría de programas escolares hacen referencia al alcohol y al tabaco. Su implantación ha crecido en nuestro país los últimos años, aunque queda aún lejos el objetivo de la Estrategia Nacional sobre Drogas de llegar a todos los escolares de educación secundaria obligatoria 13,14. Anualmente se llega a unos 500.000 alumnos con iniciativas de prevención, aunque en muchos casos no hay garantías de que los programas cumplan los mínimos requisitos de calidad (un mínimo de horas, profesores formados, material adecuado) 8.

 

En España los planes autonómicos y municipales de drogas han desarrollado una intensa política de promoción del ocio alternativo. La evaluación de este tipo de programas es aún incierta, aunque existe evidencia de su capacidad preventiva cuando se dirigen a poblaciones en situaciones de alto riesgo 4.

 

En los últimos años se han intensificado los programas de reducción de daños dirigidos a consumidores de drogas, incluidos los relacionados con el consumo de cannabis. Sin duda estos programas pueden ser una alternativa eficaz cuando se dirigen a sujetos consumidores, pero también es cierto que no es la estrategia adecuada para dirigir a la población adolescente en general. Los menores de edad deberían estar protegidos ante toda intervención que pudiera fomentar el consumo de drogas, incluido el llamado consumo responsable.

 

Por lo tanto, parece necesario profundizar en el tema del consumo de cannabis en la población adolescente, para así conocer mejor las circunstancias que favorecen la iniciación, dónde consiguen la sustancia, valorar el riesgo percibido que los adolescentes tienen en relación al cannabis, así como emprender acciones preventivas e intervenciones en esta población. Y este es el objetivo de nuestro estudio.

 

Material y métodos

 

Se llevó a cabo un estudio descriptivo transversal diseñado para conocer la prevalencia del consumo de cannabis en la población de adolescentes escolarizados de Madrid en el año 2006. Para ello se seleccionó una muestra de jóvenes que tuviesen entre 14-19 años de edad a la cual se les administró un cuestionario sobre hábitos de consumo de diferentes drogas legales e ilegales.

 

Selección de la muestra

 

Se definió como unidad de estudio aquellos jóvenes escolarizados que tuviesen entre 14-19 años en el momento de realizar el estudio. Los datos se obtuvieron del censo de población escolarizada de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid. Se excluyeron aquellos individuos en ese rango de edad que no estuviesen escolarizados.

 

Para la obtención de la muestra se realizó un muestreo probabilístico, por conglomerados y polietápico. Para ello se agruparon los diferentes distritos de la capital por distritos sanitarios; luego se agruparon estos distritos atendiendo a factores socioculturales, sanitarios, de ocupación y localización geográfica para obtener entidades mayores y más homogéneas obteniendo ocho conglomerados con la correspondiente distribución geográfica. Dentro de cada conglomerado se realizó un muestreo aleatorio simple para la selección de los diferentes Centros de Educación Secundaria.

 

De entre todos los Centros de Educación Secundaria se eligió uno de forma aleatoria, y en él se eligió también de forma aleatoria un aula, a la cual se le administró el cuestionario.

 

Diseño y distribución del cuestionario:

 

El diseño del cuestionario se realizó en diferentes etapas:

 

1)     Revisión bibliográfica, objetivando las cuestiones más frecuentes para poder llegar a nuestros objetivos.

2)     Creación de un grupo focal formado por jóvenes de 15-16 años el cual aportó la información necesaria para formar varias propuestas de cuestionarios. El tamaño del grupo focal fue de 8 individuos.

3)     Obtenidas las distintas propuestas de cuestionarios, se integraron en una sola.

4)     Posteriormente se sometió a una Técnica Cualitativa, el Consenso de Expertos, formado por 4 profesionales y 3 docentes de secundaria, resultando de las rectificaciones propuestas el cuestionario definitivo.

 

El cuestionario definitivo surgido del consenso de expertos se envió por e-mail al Centro de Educación Secundaria Obligatoria elegido al azar de entre todos los conglomerados, y en ese centro se eligió también al azar una clase, la cual cumplimentaría dicho cuestionario.

 

Este cuestionario fue presentado y distribuido a los alumnos por el profesor, el cuál había sido informado previamente de la finalidad de este trabajo, para así lograr que el grado de motivación de los jóvenes fuera máximo.

 


Consumo de cannabis en adolescentes. Estrategia preventiva de intervencion.3

Los cuestionaros, una vez respondidos, se depositaron en la mesa del profesor en una carpeta, sin que el propio profesor estuviese presente, para lograr así la confidencialidad de las respuestas, evitando además la desconfianza del alumnado hacia el profesor.

 

Análisis de los datos:

 

  • Todos los datos se presentan en forma de proporciones (porcentajes) con un Intervalo de Confianza al 95% (α=0,05).
  • Para el tratamiento estadístico de los datos se usaron los software SPSS v15.0 para Windows y Epiinfo v3.3.1 para Windows.
  • Para la elaboración de las tablas y figuras se utilizó el programa Excel 2003.

 

Resultados

 

El cuestionario fue cumplimentado por 22 alumnos. El porcentaje de participación fue del 95,6%. El 46% de nuestra muestra es de sexo masculino, frente al 54% de sexo femenino. Su distribución por edad es similar, un 59% tienen 16 años mientras que un 49% tienen 15 años, no existiendo diferencias estadísticamente significativas en cuanto a la edad.

 

El 100% de los jóvenes encuestados dicen saber qué es el cannabis; también el 100% (IC 95%: 73,5% - 100%) de las mujeres encuestadas consideran que el cannabis es una droga, frente al 90% (IC 95%: 55,5% - 99,7%) de los hombres, no existiendo diferencias estadísticamente significativas.

 

Figura 1: Frecuencia del consumo de cannabis en la muestra.

 

consumo_cannabis_adolescentes/frecuencia_mes_semana

Se observa que un 72,7% de los alumnos no han probado los porros nunca, sin embargo observamos que un 27,3% sí lo han probado alguna vez en su vida, por lo que resulta muy interesante si pensamos en el pequeño tamaño muestral con el que trabajamos, y la edad de los encuestados.

Se puede observar que la mayor parte de los jóvenes encuestados no conocen los efectos de fumar cannabis. De aquí podemos extraer que los efectos que más conocen son el enrojecimiento de ojos, las dificultades en la coordinación y la sensación de relajación.


El 90% de los hombres encuestados dice conocer a alguien que fume cannabis, frente al 25% de las mujeres. 
El 100% de los jóvenes que conocen a alguien que fume porros, ése siempre es descrito por los alumnos como un “amigo o conocido”.

 

Entre los consumidores de cannabis, en esta edad, no consumen todavía de forma habitual. Si nos centramos en la percepción del riesgo de fumar cannabis vemos que el 92% de las mujeres creen que los porros producen dependencia frente al 60% de los hombres.

 

El 80% de los consumidores dicen que consumen únicamente por divertirse, mientras que el 20% restante consumen para olvidar los problemas cotidianos.

 

TABLA 1: Creencias sobre los efectos del cannabis. % si - % no

 

-          Aumento del apetito - 13,6 - 86,4

-          Sequedad de boca - 22,7 - 77,3

-          Enrojecimiento de ojos - 54,5 - 45,5

-          Taquicardia - 18,2 - 81,8

-          Sudoración - 13,6 - 86,4

-          Dificultades en la Coordinación - 40,9 - 59,1

-          Sensación de euforia - 36,3 - 63,7

-          Relajación - 45,4 - 54,6

-          Desinhibición - 22,7 - 77,3

-          Pérdida de concentración - 36,3 - 63,7

-          Alucinaciones - 18,2 - 81,8

-          Paranoia – 9 - 91

-          Somnolencia - 36,3 - 63,7

 

En esta población consumidora, tenemos que el 67% de ellos se iniciaron al consumo a los 15 años, y el 33% restante a los 16 años, siendo la media de edad de inicio de consumo de 15,3 años.

 

Entre los jóvenes que consumen, se observa que el 33% de los chicos cuando consumen, consumen marihuana, frente a las chicas consumidoras que nunca han consumido marihuana (aunque el 100% de las consumidoras ha probado el hachís) mientras que el 67% de los chicos consumidores consumen hachís.

 

La cantidad semanal que consumen es menor de 5 porros a la semana, ya que como se ha visto no consumen habitualmente.

 

Se les preguntó si aparte del cannabis tomaban o habían probado alguna otra sustancia, el 54,5% de la muestra a estudio sí había probado otras sustancias, y las sustancias que prueban son básicamente el alcohol y el tabaco.

 

Cuándo nos interesamos por la actitud de los padres hacia las drogas, esto fue lo que los jóvenes creen respecto a eso: un 70% de los hombres y un 83,3% de las mujeres dicen que sus padres no les dejarían tomar drogas, mientras que un 30% y un 16,7% respectivamente creen que sus padres no les dirían nada.

 

 A la pregunta de si hablan o no con sus padres sobre las drogas, esto fue lo que contestaron: se observó que tanto el 50% de los hombres como de las mujeres han hablado alguna vez con sus padres sobre las drogas.

 

Otra pregunta que se les hizo para conocer mejor la actitud de sus padres hacia las drogas, fue si creían que sus padres les permitirían tomar alcohol o tabaco antes que cannabis, y este es el resultado: el 70% de los chicos y el 75% de las chicas creen que sus padres sí se lo permitirían, El 58,3% y el 60% de chicas y chicos respectivamente dicen no estar interesados en recibir información sobre las drogas.

 

Se puede observar que un 37% de los alumnos cree que fomentar el miedo a las drogas sería una buena alternativa de prevención, al igual que las actividades al aire libre.


Consumo de cannabis en adolescentes. Estrategia preventiva de intervencion.4

Discusión

 

Los datos obtenidos muestran que el porcentaje de consumo de cannabis al menos una vez en la vida entre los adolescentes de la muestra es del 27,3%, algo inferior a lo que se informa en la revisión del 2004 del Plan Nacional sobre Drogas, que es del 42,7%. Se observó que el 100% de los entrevistados afirmaba conocer lo qué es el cannabis, sin embargo, existe mucha confusión en relación a ese término, ya que para la mayoría de ellos, el término cannabis hacía referencia a la planta del cáñamo, y no a la sustancia consumida.

 

En general, en esta población no existe una sensación generalizada de riesgo en torno al consumo de cannabis, ya que los efectos secundarios que produce son prácticamente desconocidos por ellos, lo que condiciona la iniciación en el consumo, algo sobre lo que algunos estudios ya nos habían informado 7,8. Parece que las mujeres están más informadas sobre los riesgos del cannabis que los hombres, o bien puede ser que la percepción de riesgo sea mayor en las mujeres. Además se constata que la percepción del riesgo de consumo es menor en los consumidores que en los no consumidores 15,16.

 

La mayoría de los adolescentes consumen por pura diversión, limitándose el consumo generalmente al uso recreativo en los fines de semana, y se acompaña de consumo de otras sustancias recreativas, tales como el alcohol y el tabaco. Esto puede resultar interesante desde el punto de vista preventivo, ya que un gran porcentaje de chicos conoce a alguien que fume porros, por lo que su probabilidad de ser influenciados por alguien es mayor que en las chicas 14,15,16.

 

Los jóvenes hablan suelen hablar con sus padres sobre drogas 17. Este es también un punto interesante a analizar, ya que si queremos llevar a cabo una estrategia de prevención, la implicación de los padres es absolutamente necesaria.

 

También es preocupante la poca sensación de riesgo que los padres tienen sobre el uso de otras drogas por parte de sus hijos 17. Esto puede ser una vía para que los jóvenes se inicien en el consumo de tabaco y alcohol, ya que saben que sus padres no les penalizarán por ello, ya que está socialmente aceptado.

 

Entre las debilidades más salientables de nuestro estudio cabe destacar el pequeño tamaño de muestra generado. De todas formas se trata de un estudio preliminar, el cual no fue diseñado para intentar generalizar los resultados obtenidos, sino que se diseñó como paso previo para el desarrollo de un estudio a mayor escala, y sólo para conocer las variables más importantes a analizar a la hora de completar el estudio con un tamaño de muestra mayor. Debido a esto, los resultados se plantean de forma conjunta, sin diferenciar el sexo de los entrevistados, ya que no ofrecen diferencias estadísticamente significativas en las posibles comparaciones. Además, el rango de edad de la muestra seleccionada es muy estrecho (15-16 años), por lo que no es lo suficientemente representativa de la población total de adolescentes de Madrid, ya que el consumo de esta droga guarda relación directa con la edad, siendo el rango de 16-18 años el de mayor riesgo de consumo.

 

En definitiva: se observa una prevalencia de consumo de cannabis de un 27,3% en esta población, dato alarmante si vemos la edad de los alumnos; no existe una gran sensación de riesgo por parte de los alumnos ante el consumo de cannabis, aunque sí por parte de los padres.

 

A la vista de estos resultados, se hace necesario plantear una posible estrategia preventiva de intervención, para la cual sentamos las bases 5,13,18,19. Algunas de las características más importantes en la adolescencia son el aprendizaje, la imitación de comportamientos, sobre todo con los llamados “modelos sociales juveniles”, por lo que creemos que la estrategia de intervención que se tendría que llevar a cabo debería de centrarse en la formación de los “líderes pares”, ya que está suficientemente demostrada su efectividad 20,21,22. Esto conllevaría:

 

-          Contribuir al empoderamiento de los adolescentes y los jóvenes como ciudadanos que conozcan y ejerciten sus derechos, desarrollando y facilitando estrategias, instrumentos y mecanismos de vigilancia social que les permitan formar a su vez a otros jóvenes.

-          Contribuir a la formación de formadores (profesores) de los adolescentes para que éstos a su vez enseñen a los jóvenes.

-          Capacitar a los padres para saber tomar decisiones oportunas en relación a las drogas y sus hijos.

 

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