Comportamiento de los trastornos neuroticos, reacciones a estres grave y trastornos de adaptacion a nivel comunitario
Autor: Frangel Arias Sánchez  | Publicado:  31/08/2009 | Psicologia , Psiquiatria | |
Trastornos neuroticos - reacciones estres grave y trastornos de adaptacion a nivel comunitario.6

El agente estresante puede ser una experiencia traumática devastadora que implica una amenaza seria a la seguridad o integridad física del enfermo o de persona o personas queridas (por ejemplo, catástrofes naturales, accidentes, batallas, atracos, violaciones) o un cambio brusco y amenazador del rango o del entorno social del individuo (por ejemplo, pérdidas de varios seres queridos, incendio de la vivienda, etc.). (12)

 

También juegan un papel en la aparición y en la gravedad de las reacciones a estrés agudo, la vulnerabilidad y la capacidad de adaptación individuales, como se deduce del hecho de que no todas las personas expuestas a un estrés excepcional presentan este trastorno. Los síntomas tienen una gran variabilidad, pero lo más característico es que entre ellos se incluya, en un período inicial, un estado de "embotamiento" con alguna reducción del campo de la conciencia, estrechamiento de la atención, incapacidad para asimilar estímulos y desorientación. De este estado puede pasarse a un grado mayor de alejamiento de la circunstancia (incluso hasta el grado de estupor disociativo) o a una agitación e hiperactividad (reacción de lucha o de huida). (3; 4) Por lo general, están presentes también los signos vegetativos de las crisis de pánico (taquicardia, sudoración y rubor). Los síntomas suelen aparecer a los pocos minutos de la presentación del acontecimiento o estímulo estresante y desaparecen en dos o tres días (a menudo en el curso de pocas horas). Puede existir amnesia completa o parcial para el episodio. (2)

 

Por su parte el Trastorno de estrés postraumático surge como respuesta tardía o diferida a un acontecimiento estresante o a una situación (breve o duradera) de naturaleza excepcionalmente amenazante o catastrófica, que causarían por sí mismos malestar generalizado en casi todo el mundo (por ejemplo, catástrofes naturales o producidas por el hombre, combates, accidentes graves, el ser testigo de la muerte violenta de alguien, el ser víctima de tortura, terrorismo, de una violación o de otro crimen). (11; 12) Ciertos rasgos de personalidad (por ejemplo, compulsivos o asténicos) o antecedentes de enfermedad neurótica, si están presentes, pueden ser factores predisponentes y hacer que descienda el umbral para la aparición del síndrome o para agravar su curso, pero estos factores no son necesarios ni suficientes para explicar la aparición del mismo. (11; 12)

 

Las características típicas del trastorno de estrés post-traumático son: episodios reiterados de volver a vivenciar el trauma en forma de reviviscencias o sueños que tienen lugar sobre un fondo persistente de una sensación de "entumecimiento" y embotamiento emocional, de despego de los demás, de falta de capacidad de respuesta al medio, de anhedonia y de evitación de actividades y situaciones evocadoras del trauma. (2; 12) Suelen temerse, e incluso evitarse, las situaciones que recuerdan o sugieren el trauma. En raras ocasiones pueden presentarse estallidos dramáticos y agudos de miedo, pánico o agresividad, desencadenados por estímulos que evocan un repentino recuerdo, una actualización del trauma o de la reacción original frente a él o ambos a la vez. (11)

Por lo general, hay un estado de hiperactividad vegetativa con hipervigilancia, un incremento de la reacción de sobresalto e insomnio. Los síntomas se acompañan de ansiedad y de depresión y no son raras las ideaciones suicidas. El consumo excesivo de sustancias psicotropas o alcohol puede ser un factor agravante.

 

Importante resulta que este trastorno  no debe ser diagnosticado a menos que no esté totalmente claro que ha aparecido dentro de los seis meses posteriores a un hecho traumático de excepcional intensidad.

 

En el caso de los trastornos neuróticos las variantes que predominaron se corresponden con las formas más frecuentes descritas en la comunidad siendo los  “Trastornos de Ansiedad” (Fóbica y generalizada) las predominantes. (2)

 

La ansiedad fóbica: Se caracteriza por un miedo irracional, acompañado por conductas de “Evitación” expresadas por comportamientos orientados a atenuar la angustia acompañante de la fobia. Es válido tener siempre presente la frecuencia con la cual estas manifestaciones se reactivan cuando existe un “sustratum depresivo” a veces enmascarado por los propios síntomas fóbicos. (2; 12)

 

El trastorno  de ansiedad generalizada: Se plantea cuando la persistencia del cuadro de ansiedad supera los 2 años y se caracteriza por manifestaciones muy desagradables que a veces llegan al pánico, así como por alteraciones vegetativas de tipo difuso y aumento del tono muscular responsable de la típica “Cefalea de tensión”. Las crisis agudas son cuadros muy aparatosos pese a su buen pronóstico. (2)

 

Estudios a nivel internacional como los de Gómez y Friedman (15; 16) han mostrado también un predominio de los trastornos de ansiedad generalizada  como entidad predominante dentro del cuadro de morbilidad por trastornos neuróticos en la comunidad, con una prevalencia descrita de 4-6,5% de la población.

 

Las reacciones a estrés grave y los trastornos de adaptación se presentan en todos los grupos de edad, incluyendo adolescentes. En el caso de los trastornos neuróticos existen diferencias en cuanto a la aparición por edades por ejemplo los trastornos obsesivos compulsivos tienden a parecer en edades tempranas, otros tienen una aparición algo más tardía.

 

En nuestra investigación la precaución de incluir en el estudio los diagnósticos realizados en un período menor de 2 años nos ofrecen la posibilidad de que no exista diferencias significativas en cuanto a la edad de diagnóstico de los pacientes y su edad actual. Autores como Gómez y Friedman (15; 16) han descrito el grupo etáreo entre 30-40 años como predominante afectado.

 

Con respecto a la escolaridad de los pacientes si bien es cierto que no se han descrito relaciones significativas entre el grado de escolaridad y los trastornos en cuestión, este dato es de obligado conocimiento ya que en las estrategias de intervención el lenguaje con el cual se dirige al paciente y la profundidad con la cual se aborda la semántica y teorías del tema depende de la capacidad de comprensión que tenga el paciente y que en gran medida está determinada por su cultura y escolaridad. (2)

 

Otro aspecto de vital importancia es la presencia del vínculo laboral ya que se ha descrito que aunque estas patologías en cuestión no afectan en forma intensa la adaptación creadora al medio, son habitualmente determinantes de una alta inconsistencia laboral, pudiendo incluso los casos más severos de trastornos neuróticos sobre todo en los trastornos obsesivos compulsivos necesitar de ayuda rehabilitatoria y excepcionalmente hasta jubilación. (2; 11)

 

Existen algunos indicadores que nos permiten diferenciar los trastornos neuróticos de las reacciones a estrés grave y trastornos de adaptación: (las mismas han sido descritas en el cuadro que incluimos a continuación en apoyo a la discusión de nuestros resultados) (2).


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