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El comportamiento extraño del adolescente
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Autor: Amarilis Cordova
Publicado: 14/09/2009
 

En el presente artículo se realizó una revisión y reflexión, desde el punto de vista psicobiológico o neurofisiológico, de los cambios que ocurren en la personalidad y comportamiento de los y las adolescentes, con la finalidad de mejorar la comunicación y fomentar la comprensión de los jóvenes por parte de los adultos, ya sean padres, docentes y resto de la sociedad que están en permanente lucha de poderes y que se deslastre la sociedad de esos falsos juicios de valores sobre los Adolescentes, catalogándolos como problema en la Sociedad y de que todos son malos y violentos.


El comportamiento extraño del adolescente.1

El comportamiento extraño del adolescente

 

Amarilis Cordova

María Distefano

Carmen Serrano

 

Especialización en salud y desarrollo de adolescentes

 

“Nuestros jóvenes de hoy en día aman el lujo, tienen pésimos modales, desdeñan la autoridad, muestran muy poco respeto por sus superiores, pierden el tiempo yendo de un lado para otro y están siempre dispuestos a contradecir a sus padres y tiranizar a sus maestros” (SÓCRATES, SIGLO IV A.C.).

 

Introducción.

 

En el presente artículo se realizó una revisión y reflexión, desde el punto de vista psicobiológico o neurofisiológico, de los cambios que ocurren en la personalidad y comportamiento de los y las adolescentes, con la finalidad de mejorar la comunicación y fomentar la comprensión de los jóvenes por parte de los adultos, ya sean padres, docentes y resto de la sociedad que están en permanente lucha de poderes y que se deslastre la sociedad de esos falsos juicios de valores sobre los Adolescentes, catalogándolos como problema en la Sociedad y de que todos son malos y violentos.

 

Desarrollo

 

La adolescencia constituye un período especial del desarrollo, del crecimiento y en la vida de cada individuo. Es una fase de transición entre un estadio, el infantil, para culminar en el adulto. Se trata de una etapa de elaboración de la identidad definitiva de cada sujeto que se plasmará en su individuación adulta. Todo ello supone un trabajo mental gradual, lento y lleno de dificultades que hacen de la adolescencia un episodio del que casi todo el mundo se avergüenza, se relega al olvido y que como dice J. Marías (1) «con facilidad o esfuerzo se confina... a la esfera de los malos sueños, o de lo que no ha existido». Esta labor se manifestará en un conjunto de complejos sintomáticos que resumen las luchas y en ocasiones violentos esfuerzos por resolver los retos que plantea el crecimiento y poder alcanzar el estadio adulto. Es lo que se ha venido en llamar el Síndrome Normal de la Adolescencia o la Crisis de la Adolescencia. (Fize. M).

 

Recientes hallazgos neurológicos y psicológicos demuestran que el “raro” comportamiento del adolescente tiene una base biológica y que existen motivos científicos para pensar que la psique del adolescente es distinta a de los otros grupos etarios de la población. Así lo refiere María Díaz Aguado, Psicólogo catedrática de la Universidad Complutense de Madrid de España, quien señala que “la adolescencia es un periodo de transición en el que se ha dejado de ser un niño pero todavía no se es adulto y en el que se experimentan cambios muy importantes y a la vez un alto nivel de incertidumbre”. (Cartolano, E)

 

Actualmente muchos estudios neurofisiológicos han demostrado que, como se suponía antes, el cerebro humano no alcanza su maduración entre los 13 y 14 años, sino que finaliza pasados los 20 años y que los Adolescentes se encuentran en pleno proceso desarrollo no solo de sus cuerpos sino también de la materia gris cerebral que es la encargada de realizar juicios racionales y calmar las emociones desbocadas y de la toma de decisiones.

 

Esta es una razón importante e interesante para que los adultos entiendan que la actitud social del adolescente se debe a que las áreas cerebrales responsables del procesamiento racional de las emociones y toma de decisiones (corteza prefrontal) se encuentra todavía en proceso de maduración y que en ellos predomina el sistema límbico donde se generan emociones como la ira, el miedo, etc. Y esta área está en los adolescentes en una franca hiperactividad. (Blos, P.)

 

Por otra parte, Marvin Zuckerman, Psicólogo de la Universidad de Delaware, demostró en un estudio la activación de neurotransmisores dopaminérgicos en los jóvenes durante deportes de alto riesgo y mientras conducían a elevadas velocidades; este neurotransmisor tiene que ver con la impulsividad y el riesgo.

 

En otros estudios se ha demostrado la influencia de las hormonas sexuales, como la testosterona en ambos sexos, pero con predominio en los varones implicados en conductas violentas y agresivas de ciertos adolescentes, y los estrógenos pueden tener influencia en el desarrollo de la memoria sobre todo en las hembras.

 

Por otro lado, se ha demostrado que durante el sueño se segregan sustancias como la melatonina, hormona de crecimiento y hormonas sexuales, por lo que el adolescente necesita un promedio de 9 horas y 15 minutos diarios de sueño, esta es la razón por la cual los jóvenes duermen muchas horas y es interpretado por los adultos como holgazanería

 

En otros estudios se señala la correlación de altos niveles de otro neurotransmisor llamado serotonina relacionada con la ansiedad en jóvenes con algunos trastornos alimentarios como la anorexia, al parecer por la obsesión de la joven por hacer dietas para perder peso a través de la reducción de esta sustancia. .

 

Cambios en el cerebro del adolescente.

 

Existen varias partes del cerebro que cambian durante la adolescencia:

 

  1. Primero, el cuerpo estriado ventral derecho, el cual regula el comportamiento motivado por la recompensa, zona que enfrenta varios cambios. Estas diferencias pueden conducir al cerebro del adolescente hacia compromisos con gran recompensa y a comportamientos riesgosos.
  2. Segundo, el cuerpo calloso se desarrolla antes y durante la pubertad.
  3. Tercero; cambios en la glándula pineal, la cual es muy importante en la producción de la hormona melatonina, la secreción de esta hormona puede conducir a sentir excesivo sueño en horas inapropiadas del día (las mañanas); la clave para entender esto es, que la secreción de la hormona melatonina se produce mucho más tarde (durante el ciclo de 24 horas) en los adolescente que en los niños o adultos.
  4. Cuarto, el cerebelo, el cual gobierna el movimiento y el balance continúa crecimiento hasta la adolescencia tardía. El cerebelo también influencia otras partes del cerebro en respuesta a acciones motoras y está involucrada en funciones cognitivas incluido el lenguaje.
  5. Finalmente, la corteza pre-frontal, la cual es responsable de importantes funciones ejecutivas incluyendo el conocimiento de alto nivel, es la última parte del cerebro en ser modulada. Esta área crece durante la etapa previa a la adolescencia y luego se encoje tanto como las conexiones neurales se reducen durante la adolescencia. Recientes estudios han sugerido que la manera como la corteza pre-frontal se desarrolla durante la adolescencia puede afectar su comportamiento. (Erickson, E.)

 

La rebeldía adolescente sería sólo un fenómeno biológico.

 

La indocilidad durante la pubertad no tendría que ver con la formación de su personalidad sino con el desarrollo de su cerebro. Al pasar esa etapa la mayoría vuelve a ser sociable (Fernández, O)

La ciencia volvió a derrumbar un mito. En esta ocasión comprobó que la popular “rebeldía adolescente” que transforma a los púberes en seres alienados de cualquier afecto no es más que un cambio en la función cerebral durante el proceso de crecimiento de todo ser humano. (Moreno y del Barrio).

 

Los jóvenes de entre 12 y 16 años no se transforman en huraños antiautoridad por voluntad propia sino por un cambio biológico que tiene que ver con el desarrollo de las emociones, en particular la rabia y la tristeza, que se produce a esa edad (De la Crus, E). .

 

La novedad fue presentada durante la última conferencia de la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia que se realizó en Dublín, Irlanda, como resultado de una investigación llevada a cabo en la Universidad College de Londres y el Instituto de Salud Infantil.


El comportamiento extraño del adolescente.2

Los investigadores descubrieron que las angustias, disputas con la autoridad y otros comportamientos sintetizados en el concepto “rebeldía adolescente”, se desvanecen con el tiempo porque se trata de un cambio biológico que pasa con los años.

 

En ese sentido, el profesor David Skuse, integrante del grupo de investigación, explicó que “la habilidad de los jóvenes para decodificar las reglas sociales y reconocer las emociones, particularmente la rabia y la tristeza, se desarrolla entre los 12 y los 14 años”.

 

"Ésta es una función cerebral que se desarrolla en ese momento. Es un fenómeno con base biológica del que, afortunadamente los jóvenes se recuperan", aseguró.

 

Entonces más que adolescentes rebeldes que son deliberadamente obstinados o difíciles, sus cerebros pueden tener la imposibilidad de detectar signos sutiles de padres, maestros y otros adultos o de decodificarlos correctamente.

 

“Los mismos circuitos cerebrales implicados en el reconocimiento de expresiones faciales se asocian también a la decodificación de tonos de voz. La habilidad para interpretar un tono de voz irritado o una expresión facial de enojo pueden deteriorarse durante ese período de adolescencia temprana", aclaró Skuse.

 

La investigación, que se llevó a cabo con el estudio de seis mil adolescentes, también reveló que el problema comienza a desaparecer a partir de los 17 años y pareciera afectar más a los hombres que a las mujeres.

 

Nuevas reflexiones, sin embargo, nos harán ver que muchos otros aspectos del desarrollo adolescente dependen también de los adelantos cognoscitivos realizados durante este período. Estos cambios cognoscitivos influyen fuertemente en la modificaciones del carácter de las relaciones padres - hijos, en las nacientes características de la personalidad y en los mecanismos de defensa psicológica, en la planeación de las futuras metas educativas y vocacionales, en las crecientes preocupaciones por los valores sociales, políticos y personales, e incluso en el sentido que se va desarrollando de la identidad personal.

 

La personalidad de un individuo se ve afectada por la conducta que no es más que las manifestaciones visibles del comportamiento, juzgadas según el grado en que dichas actuaciones se conforman a las normas y costumbres del grupo social. Así se habla de buena conducta" o "mala conducta", según el nivel de adecuación del comportamiento de los individuos a los mencionados parámetros. Sin embargo, los padres, los educadores y todas las personas que tienen a su cargo la tarea de formar y guiar a las jóvenes generaciones, deben profundizar más en el conocimiento de estos aspectos para tener una mejor comprensión del complejo mecanismo del comportamiento de los Adolescentes.

 

Para la explicación de los comportamientos rebeldes no sólo hay fundamentos neurológicos. También se podría responsabilizar por esas conductas al exceso de tecnología. "Los adolescentes están afectados por varios estímulos; las computadoras y videojuegos tienen muchos colores, efectos, sonidos. Ese bombardeo continuo los hace más impulsivos y les genera más impaciencia porque la realidad no tiene esos ritmos ni es tan atractiva", explicó Esteban Vaucheret Paz, del servicio de Neurología de la Conducta y Neuropsicología, de un Hospital de Italia. (Perinat, A.)

 

Evidentemente, en la construcción de la conducta también intervienen la experiencia y el ambiente sociofamiliar. Pero estos estudios científicos pueden ayudar a los adultos a comprender mejor a los adolescentes y evitar la distorsión de la identidad por los estragos emocionales que pueden producirse por no entender su psique.

 

Las sociedades que no rinden culto a la juventud se estancan.

 

Gracias a los jóvenes las culturas se transforman, reunidos se convierten en fuerza social; según la historia la conducta de los adolescentes es similar desde la época de Aristóteles –Sócrates, La Grecia clásica hasta en la actualidad. Fueron esos rebeldes jóvenes quienes hicieron a la Atenas del siglo IV AC el centro del mundo antiguo. Continuando su protagonismo durante los hechos más importantes de las sociedades en las diferentes épocas y continentes.

 

Es así como se resalta que en el siglo XX posterior a la segunda guerra mundial fueron los jóvenes quienes marcaron la pauta y comenzaron a tomar el protagonismo social, en su afán de mejorar sus niveles de vida, de reconstruir las sociedades junto con la idea de la posibilidad de crear y consolidar una forma de gobierno democrático, desarrollando nuevas ideas políticas, sociales, económicas y educativas, convirtiéndose en iconos siendo imitados por gran parte del mundo y posteriormente son considerados autores de sus propios cambios.

 

Los niños y adultos no transforman la cultura, los verdaderos trasformadores de la cultura son lo que abandonan la adolescencia y entran a la juventud perteneciendo a un grupo de edad propio, así adoptan nuevas teorías, palabras, moda, y serán capaces de llevarse sus actitudes inéditas hasta la edad adulta configurando el cambio social esperado (Pérez, J.)

 

Si una sociedad reconoce a sus jóvenes como un grupo invaluable e imprescindible y los puede integrar de manera activa y participativa en los procesos de gestión social, y si, a su vez ellos trabajan por ganar y conservar ese espacio, se cimentara un verdadero apoyo y acompañamiento social a los procesos de desarrollo juvenil. Con su creatividad y recursividad, los jóvenes tienen mucho que aportar en la búsqueda de soluciones no solo para ellos mismos sino para la sociedad en general

 

Se concluye que en las sociedades donde los jóvenes tienen participación con identidades positivas pueden proyectarse hacia un mejor futuro.

 

Recomendaciones:

 

  1. El conocimiento de los adultos (padres, docentes y restos de la sociedad), sobre las funciones biológicas del cerebro de los adolescentes, ayudaría a una mayor comprensión y comunicación con ellos.
  2. Establecer estrategias en los centros educativos para estimular y potenciar el desarrollo de los tejidos cerebrales ayudando al desarrollo precoz de sus habilidades, potencialidades y personalidad, disminuyendo así su comportamiento impulsivo y evitándolas situaciones de riesgo (violencias, accidentes, etc.)
  3. Incentivar la participación de los adolescentes en los problemas sociales para la construcción de metodologías, estrategias y técnicas de modelos para idear un mundo mejor.

 

 

Referencias bibliográficas

 

1.     Blos, P. (1980) Psicoanálisis de la adolescencia. Ed. Joaquín Mortiz. México. Cap. II y Cap.III: punto 1

2.     Cartolano, E. (2006) Adolescencia y subjetividad: tiempo de tomar la palabra. En Adolescencias: trayectorias turbulentas. Rother Horstein (Comp.) Parte II: La turbulencia: tránsito hacia la complejidad. Edit. Paidós. Buenos Aires. Pág.175-190

3.     Erikson, E. (1971) Identidad Juventud y crisis. Ed. Paidós. Bs. As. Cap.3

4.     Fernández Moujan, O. (1986) Abordaje teórico y clínico del adolescente. Edic. Nueva Visión. Bs. As. Cap. I-VIII

5.     Kancyper, L. (2007) Adolescencia: el fin de la ingenuidad. Edit. Lumen Tercer Milenio. Bs. As. Cap. 1

6.     Urribari R. (1999) Descorriendo el velo. Sobre el trabajo de la Latencia. En Revista de Psicoanálisis Tomo LVI Nº 1 Pág. 133-169

7.     Delval, J. (1994) El desarrollo Humano. Edit. Siglo XXI. México. Cap. 20

8.     De la Cruz, C. (2000) Entrevista con adolescentes: Aspectos teóricos y técnicos.

9.     Fize, M. (2007) Los adolescentes. Edit. Fondo de Cultura Económica. México. Pág. 9-31

10.   Kancyper, L. (2007) Adolescencia el fin de la ingenuidad. Edit. Lumen. Bs. As Cap. 2 pp.27-31

11.   Moreno y Del Barrio (2000) La experiencia adolescente. A la búsqueda de un lugar en el mundo. Edit. Aique. Bs. As. Cap. 1

12.   Perinat, A. (2003) Los adolescentes en el siglo XXI. Editorial UOC. Barcelona. Cap. 1 y 2.

13.   Quiroga, S. (1998) Adolescencia. Del goce orgánico al hallazgo del objeto. Edit. Eudeba. Bs. As. Cap.3 Parte I.