Traumatismo encefalocraneano. Manual de consulta. Tercera Parte
Autor: Dr. Alberto Ochoa Govin | Publicado:  10/09/2009 | Traumatismo encefalocraneano. Manual de consulta. , Neurologia , Neurocirugia | |
Traumatismo encefalocraneano. Manual de consulta. Tercera Parte.12

No obstante, la importancia de realizar un tratamiento quirúrgico rápido sigue provocando controversias. En un estudio más reciente de 101 pacientes, la mortalidad general fue del 66% y la recuperación funcional del 19%. Sufrieron convulsiones posquirúrgicas el 9% de los pacientes, pero estas no estuvieron vinculadas a la evolución clínica. Las conclusiones del estudio fueron las siguientes:

 

  1. Retraso en la operación. Los retrasos mayores de 4 días (desde el momento del traumatismo) aumentaron el índice de mortalidad, que de 59% pasó al 69%, y disminuyeron la capacidad funcional (escala de evolución de Glasgow mayor o igual a 4 puntos) que del 26% pasó al 16%. Estas diferencias indican una tendencia, pero no tienen importancia estadística.
  2. Las variables que se enumeran a continuación tuvieron a continuación, según este estudio, gran influencia en la evolución clínica de los traumatizados:

 

Primero. El mecanismo del traumatismo, los accidentes de motocicleta son los que derivaron en el peor desenlace, la mortalidad en estos casos fue del 100% en quienes no llevaban casco y del 33% en quienes lo llevaban.

 

Segundo. La edad, solo estuvo vinculada al desenlace en los mayores de 65 años. El índice de mortalidad fue del 82% y la capacidad funcional del 5% en este grupo (otras publicaciones muestran resultados similares).

 

Tercero. El estado neurológico al ingreso que existe entre la mortalidad y la capacidad respecto del puntaje de la escala de Glasgow para coma registrado al ingreso.

 

Por último la presión intracraneal (PIC) posquirúrgica, la mortalidad fue del 40% entre los pacientes que tuvieron una PIC máxima menor de 20 mmHg, y ningún paciente cuya PIC fue mayor de 45 mm Hg y sobrevivió, tuvo capacidad funcional.

 

De todos estos factores, solo el tiempo que trascurre hasta la operación y la presión intracraneal (PIC) posquirúrgica incumben directamente al neurocirujano.

 

En el cuadro siguiente (cuadro número 7) se expresa el desenlace clínico vinculado al puntaje en la escala de Glasgow para el coma registrado al ingreso:

 

Cuadro número 7. Desenlace clínico vinculado al puntaje de la escala de Glasgow para coma (EGC) registrado al ingreso.

 

TCE_traumatismo_craneoencefalico/evolucion_glasgow_coma

 

Hematoma subdural agudo de formación tardía.

 

Se les ha prestado menos atención a estos hematomas que a los epidurales o intraparenquimatosos de formación tardía. La incidencia es de 0.5% de todos los hematomas subdurales agudos que fueron tratados quirúrgicamente.

 

Es un hematoma que no está presente en la tomografía axial computerizada (TAC) inicial (o en la resonancia magnética nuclear (RMN)) y que aparece en un estudio posterior. Las indicaciones para tratarlos son las mismas que las de los hematomas agudos. Se adopta una actitud expectante por algunos en los casos de pacientes que tienen un estado neurológico estable, un pequeño hematoma subdural agudo de formación tardía y una presión intracraneal (PIC) controlable con fármacos.

 

Hematoma subdural agudo en los niños.

 

Con frecuencia se considera que estos hematomas constituyen casos especiales de los hematomas subdurales agudos. Se forman en lactantes a causa de un traumatismo craneoencefálico menor que no ha provocado pérdida del conocimiento inicial ni contusión cerebral, y probablemente es la consecuencia de la ruptura de una vena emisaria. El traumatismo más frecuente es una caída hacia atrás estando la criatura sentada o parada. Es frecuente que después del golpe los niños lloren inmediatamente y luego generalmente, después de minutos a una hora después, presenten una convulsión generalizada. Por lo general, estos hematomas se forman en menores de 2 años (la mayoría tiene 6 a 12 meses de edad en las que comienzan a pararse o a caminar).

 

Es infrecuente que los coágulos estén compuestos únicamente de sangre: también contienen líquido. En el 75% de los casos, hay hematomas bilaterales o acumulación de líquido subdural contralateral. Se presume que estos hematomas son consecuencia de una extravasación sanguínea brusca dentro de una acumulación subdural preexistente de líquido.

 

Son infrecuentes las fracturas de cráneo. En una serie de 26 pacientes se hallaron hemorragias retinianas y prerretinianas en todos los pacientes.

 

 

Los hematomas subdurales crónicos.

 

El hematoma subdural crónico puede simular cualquier entidad neurológica. En sentido figurado podemos decir que el hematoma subdural crónico en neurocirugía es similar a la apendicitis aguda para la cirugía general durante el proceso de intervención de un dolor abdominal (abdomen agudo). Este debe tenerse en cuenta como diagnóstico diferencial y posible etiología a descartar durante la aparición de varios síndromes neurológicos en la práctica clínica, en la cual el examinador debe tener siempre un pensamiento neuroquirúrgico.

 

Debe ser sospechado en presencia de hipertensión endocraneal con signos focales o sin ellos, en ancianos o en pacientes adictos al alcohol.

La cefalea es común seguida de los trastornos psíquicos; los pacientes pueden parecer dementes o psicópatas; luego sigue un periodo avanzado en el que ya hay signos de deterioro de la conciencia y distintos signos focales tanto motores como del lenguaje.

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