La sala situacional como herramienta para el logro de equidad en salud
Autor: Dra. Daniella Padrón Malpica | Publicado:  24/09/2009 | Otras Especialidades , Medicina Preventiva y Salud Publica , Gestion Sanitaria | |
La sala situacional como herramienta para el logro de equidad en salud.2

La OMS desde 1996 ha impulsado en su agenda la iniciativa global de promover y apoyar la puesta en práctica de políticas y acciones tendentes a reducir las brechas sociales, evitables en materia de salud y atención; en un intento para dar un nuevo impulso al objetivo de Alma Ata, pero basada en dos consideraciones:

 

1.     Efectuar una revisión crítica de las necesidades y las estrategias a la luz de las actuales condiciones económicas, sociales y políticas por las que atraviesa el mundo en el nuevo milenio.

2.     Partir del hecho de que los logros promedios de los sistemas de salud no pueden considerarse como un indicador suficiente para evaluar el desarrollo de un país en materia de salud.

 

No obstante, desde la Declaración de Alma Ata se ha sufrido una regresión en salud en muchas partes del mundo. Los Sistemas de Salud están bajo una presión sin precedentes, prosperan enfermedades nuevas (y “viejas”), y en muchos países se ha deteriorado la salud pública. La globalización y el papel más amplio desempeñado por el mercado también han afectado la salud y la atención sanitaria. El nuevo mundo del libre comercio en bienes y capital ha provocado mayor inestabilidad en la economía global con consecuencias severas para la salud. Los acuerdos mundiales de comercio le dan mayor prioridad al comercio que a la salud pública. (1)

 

El Consejo Internacional de Salud de los Pueblos (2000) sostiene que solo se podrá alcanzar Salud para Todos por medio de:

 

1.     La democracia participativa, vista como el poder de las personas para tomar decisiones.

2.     La equidad, asegurando la igualdad real de derechos y la satisfacción de las necesidades básicas de cada cual.

3.     La exigencia de responsabilidad total por parte del gobierno y las empresas privadas, con la participación de la población en la toma de decisiones que afectan sus vidas. (2)

 

La equidad supone que la sociedad se ocupe de las circunstancias, los contextos y las situaciones sociales, económicas, políticas y culturales que influyen en las condiciones de partida y horizontes de vida de todos, debiendo atender en forma adecuada y suficiente las desventajas que vayan en contra de aspectos vitales de la existencia humana y responder a las diferencias en términos de características personales, contextuales y proyectos de vida que impiden realizar a plenitud estos aspectos. También lleva a reconocer que es necesario pasar de una igualdad formal, política y/o distributiva a una igualdad real, de carácter social y moral, porque las injusticias tienen raíces profundas en la realidad social y porque es haciendo énfasis en el poder que las personas deben ganar sobre sus vidas, individual y colectivamente, como pueden vencerse las distintas formas en que las inequidades operan en esta realidad. Desde el punto de vista del desarrollo humano, ello implica enfrentar simultáneamente la complejidad de varios planos y dimensiones eliminando cualquier forma de discriminación o trato desigual y superando toda forma de inferiorización o subyugación que impida a las personas ser reconocidas en sus especificidades propias y desarrollarse de acuerdo con sus fines y objetivos diversos. (3)

 

La región de América Latina y el Caribe, ostenta la mayor desigualdad en la distribución del ingreso, así como en otros factores socio-económicos determinantes de la salud; esta disparidad ha ido aumentando desde 1980. Los indicadores disponibles demuestran que las diferencias en el estado de la salud y el acceso a los servicios de salud entre diferentes grupos socioeconómicos, étnicos y entre hombres y mujeres, coloca a los grupos más vulnerables en una situación de creciente desventaja. (4)

 

En este sentido, a nivel mundial, se han desarrollado múltiples estrategias para el logro de la equidad en salud, mas sin embargo, la mayoría de éstas se han concebido en forma aislada, por lo que hemos querido analizar el caso concreto de la Sala Situacional en Salud, tomando en cuenta la multidimensionalidad de esta herramienta, la cual, considera que el nivel de la salud está determinado por las condiciones de vida de las personas, familias y comunidades; vinculadas, a su vez, con el grado de desarrollo y de participación de los actores de la sociedad civil, en el ámbito local.

 

El individuo, la familia y la comunidad al reconocerse como un eslabón importante del problema, también deben identificarse como elementos fundamentales en la solución del mismo. A partir de este punto, se comienza el análisis situacional comunitario, el inventario de recursos humanos, de saberes, de infraestructura y ambientales, y se diseñan los planes y proyectos a desarrollar, así como el modo de gestionarlos, de monitorearlos y de controlar sus resultados y metas en tiempo, espacio y persona, en base a derechos, deberes y necesidades reales.

 

Es por lo que nos planteamos, que desde la perspectiva de un equipo de salud de excelencia técnica y con amplia participación de los actores sociales del área geográfica bajo su responsabilidad, que la utilización de la Sala Situacional pudiera constituirse en el instrumento idóneo para mejorar la cultura de análisis y el uso de la información sanitaria; que contribuya al fortalecimiento del proceso de toma decisiones y al cierre de las brechas e inequidades, mediante la articulación de la información epidemiológica y la planificación de los servicios para lograr un mejoramiento continuo de la situación de salud, tanto en el ámbito local como en los otros niveles de gestión sanitaria.

 

II.- Conceptualización de equidad y salud

 

La salud integral es la resultante del equilibrio de diferentes factores sociales, ambientales, económicos y psíquicos; reflejando la armonía de dos elementos, el primero: los conocimientos y capacidades del individuo, que le permiten satisfacer sus necesidades individuales, familiares, comunitarias y su capacidad de autoabastecerse, asumiendo de manera consciente y a plenitud derechos y deberes ciudadanos, y el segundo corresponde a la sociedad y el estado que asegura la posibilidad de satisfacer las mismas, en un marco de justicia social. (5)

 

La salud individual, familiar y comunitaria es una expresión inequívoca de calidad de vida y bienestar; expresión individual y colectiva de oportunidades equitativas, siendo considerada como un índice del bienestar integral del ser humano alcanzado por una población, como una condición esencial para el desarrollo social de la sociedad o como la base sobre la cual se construye la felicidad de los individuos, su realización como personas y su contribución al máximo de satisfacción colectiva. Se alcanza con el esfuerzo colectivo, intersectorial y participativo, por la conquista y defensa de la calidad de vida, con base en la equidad, como expresión superior de justicia social. (6)

 

En este sentido la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1946, en su Carta Constitucional, la define así: “la salud es el completo estado de bienestar físico, psicológico y social y no solo la ausencia de enfermedad o achaque”. (7)

 

Milton Terris, aproxima una definición más operativa de salud, al modificar la definición “un estado de bienestar físico, psicológico y social con capacidad de funcionamiento, y no sólo la ausencia de enfermedad o achaque”, observándose que suprime en la misma el término completo, manteniendo el de bienestar y añadiendo la capacidad de funcionamiento (capacidad de estudiar, trabajar, entre otras), logrando de esta forma introducir la capacidad de medir el grado de salud. (8)


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