Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas aplicadas. Primera parte
Autor: Dr. Alberto Ochoa Govin | Publicado:  8/10/2009 | Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas. , Psicologia | |
Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas aplicadas. Primera parte.8

Los casos estudiados por el Marqués de Puységur manifestaban la posibilidad de realizar telepatía y clarividencia durante la hipnosis,

 

Diagnosticaban sus enfermedades, las de otros y decían el momento exacto de su curación. Se atribuían al estado sonambúlico capacidades para responder a distancia a la voluntad del hipnotizador y de poder ver con los dedos de las manos y de los pies.

           

Como es lógico suponer, estos planteamientos escandalizaron a los científicos y desprestigiaron el magnetismo animal.

 

Puységur se apartó de su profesor Mesmer, negó la existencia de los factores magnéticos y dijo que eran la fe y la voluntad las que provo­caban los estados de trance hipnótico.

Después de hacer estos planteamientos, Puységur entró abiertamente en contradicción con el creador de] magnetismo animal, quien consideraba lo declarado por el Marqués de Puységur como el descubrimiento de una modalidad de magnetismo animal a la que llamó sonambulismo artificial.

 

Mesmer planteó indignado que el magnetismo animal es independiente del mediumnismo, que da la posibilidad de ser explotados por charlatanes.

 

IMPORTANCIA HISTÓRICA DEL MAGNETISMO ANIMAL.

 

La importancia histórica que tiene la famosa teoría del magnetismo animal es que con ella aparece la sugestión como recurso psicoterapéutico, la cual es hoy una de las formas más importantes de tratamiento, principalmente para las neurosis.

 

Mesmer abrió con sus estudios el camino de la psicoterapia y apar­tándonos de los errores de su teoría de los flujos magnéticos, se le debe reconocer el mérito de ser el primero que trabajó con las técnicas su­gestivas, aunque realmente él mismo desconocía que la sugestión era la explicación de lo que llamaba magnetismo animal.

 

El resultado del informe de la Comisión de la Academia Francesa de Ciencias frenó en parte las investigaciones que se efectuaban, no se les dio importancia ni se tomaron en consideración los fenómenos bioló­gicos y psicológicos que podían obtenerse en 60% de las personas por medio del magnetismo animal.

 

A Mesmer le corresponde el honor de haber contribuido, aunque con bases teóricas erróneas, al desarrollo del psicoanálisis y de la terapia psicosomática.

 

ETAPA DEL ABATE FARÍA.

 

En el año 1814, el abate José Custodio de Faría (1755-1819), portu­gués que vivió mucho tiempo en Goa, colonia lusitana en la India, trajo a París alguna información sobre hipnotismo, tal como se practicaba en el Oriente. Sus escritos aparecieron publicados a partir del año 1819 bajo el título (De la cause du sommeil lucide ou étude de la natura de l' homme).

 

Faría no aceptaba la concepción de Mesmer sobre el magnetismo animal y desechó el valor de los fluidos, por lo tanto, explicó estos fenómenos como efectos provocados por causas psíquicas y no como consecuencias de un fluido magnético.

 

El abate Faría estaba matizado por su preparación teológica, así como por ideas tomistas y neoplatónicas, pues consideraba que el des­pliegue de memoria que hacían sus pacientes se debía a que se hallaban libres de las percepciones ordinarias y engañosas de los sentidos, desa­rrollando una capacidad compensatoria para recobrar lo que él llamaba (las facultades perdidas del alma). Sus concepciones implicaban un retorno a la antigua y clásica tradición religiosa, que tenia gran importancia en aquella época.

 

Puede ser considerado como el precursor de la moderna técnica hipnótica, por haber sido el primero en intentar una interpretación de los fenómenos hipnológicos, lo que motivó el abandono de las prácticas mágicas.

 

Faría rechazó las teorías en boga, no creía en el fluido ni en el poder de la voluntad. Proclamó la naturaleza subjetiva de los fenómenos mag­néticos, a la que adjudicó la causa del sueño lúcido (la hipnosis).

 

Enfatizó que el sonambulismo dependía del propio individuo y no del operador. Introdujo el empleo de lo que hoy conocemos por signo­-señal que permite repetir de manera instantánea, sin necesidad de pasar por todos los pasos de la hipnosis, un estado hipnótico especifico en toda persona que ya hubiera sido hipnotizada. También observó los fenómenos de las sugestiones posthipnóticas, la autosugestión y las alte­raciones de la personalidad.

 

Faría llamó al hipnotizador concentrateur y al estado hipnótico concentration o sommeil Iucide.

 

EL MÉTODO DEL ABATE FARÍA.

 

Su método hipnótico, que aún es usado por muchos especialistas, con­sistía en sentarse frente al sujeto, mirándolo fijamente o haciendo que éste fijara su mirada sobre su propia mano, con posterioridad, le gri­taba enérgicamente una orden heterosugestiva: ¡Duerma!. Fue el pre­cursor de los ulteriores métodos de fascinación y de sugestión verbal.

 

Según se constata en los datos reportados, el 40% de los sujetos en­traban en sueño hipnótico después de la orden.

 

Faría empleaba esta técnica terapéutica en demostraciones teatrales. Esto constituye una yatrogenia, pues creaba angustia en los pacientes y mucho más cuando se enteraban de que habían sido observados por el público. Realizaba infinidad de actos teatrales, podemos citar un ejemplo: en oportunidades le daba de beber agua a un paciente hip­notizado y le sugería que era vino; esto embriagaba al sujeto.

 

Otro de sus métodos consistía en la fijación de la mirada con mo­vimientos similares a los utilizados por Mesmer con su mano.

 

Faría lograba un control absoluto sobre los hipnotizados y decía que podía hacer sentir enfermos a los sujetos sanos y a los enfermos, sa­ludables.

 

Murió en 1819, a consecuencia de una enfermedad tropical.

 

Partiendo de los trabajos de Faría, sus amigos el general Noiset y el eminente galeno Alexandre J. F. Bertrand crearon las bases de lo que hoy se conoce como narcohipnosis.

 

El método de Noiset y Bertrand consistía en trabajar al paciente en una fase de sueño natural, comenzaban a impartirle órdenes a cierta distancia, se acercaban cautelosamente y dándole pases magnéticos, lo llevaban al sueño magnético.­

 

En este método existía un error teórico práctico y es que los llamados pases magnéticos eran decorativos, pues solamente con el uso de la palabra se puede hacer que un sujeto pase del sueño fisiológico al sueño hipnótico.

 

Los trabajos experimentales de Noiset y Bertrand basados en el mag­netismo animal estimularon a otros científicos de prestigio y gran experiencia, entre ellos el Barón de Potet de Sennevu, Récamier, Cloquet, Oudet y el médico parisiense Foissac, el cual logró que se nombrase una comisión de la Sección Médica de la Real Academia Francesa de Ciencias, en 1826, para que examinara el fenómeno del magnetismo animal.

 

La comisión trabajó con intensidad durante seis años, llegando a conclusión de que efectivamente, los seres humanos y los animales podían ser magnetizados. El informe fue brindado por Henri M. Husson, quien se manifestó favorable al magnetismo.

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