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Envejecimiento, calidad de vida y cuidado enfermero
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Autor: Lic. Manuel José Boggio Juárez
Publicado: 26/10/2009
 

El envejecimiento puede definirse como la suma de todos los cambios que producen en el ser humano con el paso del tiempo y que conducen aun deterioro funcional y a la muerte. Una definición alternativa podría ser un descenso en la capacidad para sobrevivir al stress y mantener una calidad de vida aceptable. En consecuencia, la calidad de vida se estructura en dos niveles, uno privado y otro público. De tal suerte que cada individuo define en forma individual y social su propio sistema de valores, su concepto de vida y de calidad y, por tanto, de felicidad, establece el propio proyecto de vida. En el nivel público, la sociedad expresa la calidad de vida en forma de leyes, unos mínimos de calidad de vida comunes a todos que la sociedad considera que deben exigirse a todos sus miembros para así tener un cuidado de los profesionales de la salud. Los cuidados que proporciona el personal de enfermería están dados por el conocimiento. Además los cuidados enfermeros están específicos de acuerdo al medio, área unidad de cuidados donde se desenvuelve. Estos conocimientos que debe poseer la Enfermera y que proporciona al individuo, familia y comunidad, tienen que ser de calidad y para que así sea, ella debe estar en constante búsqueda del saber, estar actualizado, preparándose continuamente en forma permanente y así llegar a la excelencia profesional, y disminuir o acortar la brecha que existe entre la teoría y la practica.


Envejecimiento, calidad de vida y cuidado enfermero.1

Envejecimiento, calidad de vida y cuidado enfermero

 

Valencia, Agosto de 2009.

 

Manuel José Boggio Juárez. Licenciado en enfermería. Magíster Enfermería Gerontológica y Geriátrica.  Profesor Asistente a dedicación exclusiva Universidad de Carabobo Venezuela. Miembro de la Comisión Coordinadora de la Maestría Enfermería Gerontológica y Geriátrica Universidad de Carabobo. Coordinador de la comisión TICs de la Escuela de Enfermería Universidad de Carabobo Venezuela. Coordinador de la asignatura Salud mental y enfermería psiquiátrica, escuela de Enfermería universidad de Carabobo Venezuela.  

 

Resumen.

 

El envejecimiento puede definirse como la suma de todos los cambios que producen en el ser humano con el paso del tiempo y que conducen aun deterioro funcional y a la muerte. Una definición alternativa podría ser un descenso en la capacidad para sobrevivir al stress y mantener una calidad de vida aceptable. En consecuencia, la calidad de vida se estructura en dos niveles, uno privado y otro público. De tal suerte que cada individuo define en forma individual y social su propio sistema de valores, su concepto de vida y de calidad y, por tanto, de felicidad, establece el propio proyecto de vida. En el nivel público, la sociedad expresa la calidad de vida en forma de leyes, unos mínimos de calidad de vida comunes a todos que la sociedad considera que deben exigirse a todos sus miembros para así tener un cuidado de los profesionales de la salud. Los cuidados que proporciona el personal de enfermería están dados por el conocimiento. Además los cuidados enfermeros están específicos de acuerdo al medio, área unidad de cuidados donde se desenvuelve. Estos conocimientos que debe poseer la Enfermera y que proporciona al individuo, familia y comunidad, tienen que ser de calidad y para que así sea, ella debe estar en constante búsqueda del saber, estar actualizado, preparándose continuamente en forma permanente y así llegar a la excelencia profesional, y disminuir o acortar la brecha que existe entre la teoría y la practica.

 

Palabras clave: Envejecimiento, Calidad de vida, cuidado.

 

Summary.

 

Ageing can be defined as the sum of all changes that produce in the human being with the passage of time and lead even functional impairment and death. An alternative definition could be a decline in the ability to survive the stress and maintain an acceptable quality of life. Accordingly, the quality of life is divided into two levels, one private and other public. So each individual defines individually and social its own system of values, its concept of life and quality and therefore of happiness, establishes the life project itself. In the public level, society expresses the quality of life in form of laws, common to all quality of life minimum that society considers that they should require all its members to take care of health professionals. Care provides nursing personnel are given by the knowledge. In addition care nurses are specific to the environment, area where copes care unit. These must possess the nurse and provides the individual, family and community, knowledge must be of quality and to be so, it must be in constant search for knowledge, be updated, preparing continuously in permanently and thus reach professional excellence, and decrease or shorten the gap between theory and practice.

 

Keywords: ageing, quality of life care.

 

Introducción.

 

El interés por la vida y el envejecimiento ha sido permanente en la historia de la humanidad, en el que sobresalen dos aspiraciones, constantes a través de distintas culturas y momentos históricos, la inmortalidad y la búsqueda de la longevidad. Quedan aún ciertos vestigios de los mitos: el “elixir de la vida”, buscado por los alquimistas y la “fuente de la vida”, observados en la actualidad como son el consumo excesivo de vitaminas, tratamientos termales antienvejecimiento, dietas especiales, programas de ejercicio físico intensivo, inoculación de embriones de pato, entre otros, que buscan mejorar la vitalidad y la longevidad.(1). Envejecer es un proceso primario que implica cambios graduales e inevitables relacionados con la edad los cuales aparecen en todos los miembros de una especie. El proceso de envejecimiento es normal y sucede a pesar de gozar de buena salud, del estilo de vida sano y activo y de carecer de enfermedades.

 

Envejecimiento. Vejez. 

 

La vejez no es una enfermedad, aunque hay enfermedades propias de la vejez, así como las hay de la niñez, no tiene que cursar con dolores ni angustias. Es un estado de cambios graduales celulares, en los tejidos, en los órganos y en el organismo en general. Es un estado degenerativo, de desgaste lento, de entropía. Se hace difícil establecer exactamente cuándo comienza la vejez, debido a que el proceso de envejecimiento tiene un sinnúmero de características individuales diversas y a que las distintas partes de la anatomía envejecen a ritmo diferente. Orgánicamente hablando, el individuo en cualquier edad es el resultado de los procesos de acumulación y destrucción de células (apoptosis), que ocurren en forma simultánea. (2).

 

El envejecimiento empieza con la concepción y termina con la muerte, pasando por el desarrollo durante la niñez y la adolescencia, la plenitud y la declinación. Investigaciones señalan que terminando la cuarta década se observa declinación de la energía física y que se empieza a envejecer antes de los 65 años. También aumenta la susceptibilidad a las enfermedades e incapacidades. (1)

 

El envejecimiento puede definirse como la suma de todos los cambios que producen en el ser humano con el paso del tiempo y que conducen aun deterioro funcional y a la muerte. Una definición alternativa podría ser un descenso en la capacidad para sobrevivir al stress. El stress según manifiesta Hayflick (1.974): se considera “como cualquier factor o proceso que tiende a desviar el ambiente interno de su equilibrio normal con el punto final del deterioro homeostático en un ambiente interno, incompatible con la vida” (p. 87). (3). El  envejecimiento comprende aquellos cambios que se producen en cualquier célula  o sistema orgánico en función del tiempo, independientemente de cualquier influencia externa o patológica como por ejemplo una enfermedad. (3).

 

En consecuencia, la vejez es el resultado inevitable del deterioro orgánico y mental, el cual se hace visible a mediados de la vida y progresa a un ritmo acelerado. Envejecer como proceso biológico tiene extensas consecuencias sociales y psicológicas; desgraciadamente, la atención de la sociedad se ha orientado y limitado hacia la provisión de ciertos auxilios a los ancianos en sus necesidades biológicas: alimentación, salud física y albergue.

 

Sin embargo se menciona actualmente que existe un enfoque acerca de la Vejez Exitosa, propuesto por  Cumming y Henry citado por Papalia (1.997) que hace referencia a la teoría del retiro, y teoría de la actividad. 

 

Teoría del retiro: La teoría del retiro considera el envejecimiento  como un proceso de alejamiento mutuo. Considera como normal, universal y necesario para la vejez  exitosa un patrón por medio del cual las personas de edad avanzada  voluntariamente corten sus actividades y compromisos, aunque la sociedad fomenta esto al presionar a las personas para que se retiren. Una mayor preocupación por sí mismo y una menor inversión emocional en los demás se consideran también  normales. Esta disminución de la interacción social teóricamente  ayuda a las personas de edad avanzada  a mantener su equilibrio y beneficio tanto al individuo como a la sociedad. La teoría del  retiro predice que a medida que las personas se retiran, su moral se mantiene en alto. (4).

 

Teoría de la actividad: La teoría de la actividad, la cual sostiene  que cuanto más activas  permanezcan  las personas de edad avanzada, mejor envejecen. En este patrón, los individuos que envejecen con éxito actúan como personas de edad como personas de edad intermedia, manteniendo tantas actividades como sea posible y encontrando sustitutos para las actividades  perdidas  debido a la jubilación o a la muerte del cónyuge o de amigos. Según esta percepción, los roles de una persona (trabajador, cónyuge, padre, etc. Etc) son la principal fuente de satisfacción en la vida; cuanto mayor sea la pérdida de roles a causa   de la jubilación, viudez, distancia de los hijos, enfermedad, u otras, menos satisfecha estará la persona. (p. 604). (4).

La capacidad para  acomodarse a los desafíos puede  probarse con severidad en la edad adulta tardía. En la cima de los problemas físicos que frecuentemente acompañan la vejez, las circunstancias sociales de muchas personas de edad avanzada son muy duras, o incluso abrumadoras. Dos aspectos comunes son el  factor económico y las condiciones de vida. Un problema menos común pero creciente es el abuso que se comete contra los ancianos.

 

Ahora las personas de edad avanzada pueden describirse de dos maneras: los viejos jóvenes (la mayoría de las personas  de edad avanzada) son aquellos, que independientemente de su edad real, son vitales, vigorosos y activos y los viejos, que  constituyen la minoría enferma  y frágil (Neugarten, 1987).



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Muchos problemas de los “viejos” se deben no al envejecimiento en sì mismo, sino  a enfermedades o a factores del estilo de vida que pueden o no acompañar el proceso de envejecimiento.  Las mujeres  de mayor edad tienen tres veces más posibilidades  de ser pobres que los hombres; la principal razón de su empobrecimiento  es la muerte del esposo. Cuando las esposas mueren, sus viudos tienden a volver a casarse rápidamente, una opción rara vez disponible para las mujeres más viejas ya que hay menos hombres ancianos y los que están alrededor buscan casarse con mujeres más jóvenes. (4).

 

El envejecimiento progresivo de la población en las llamadas sociedades occidentales es reciente, consecuencia de dos fenómenos principales: el mayor número de ancianos y la mayor esperanza de vida, situación que ha obligado a volver la mirada hacia este grupo de individuos con características y necesidades especiales, siendo una de ellas el reconocimiento del concepto calidad de vida en esta etapa especial del ciclo vital.

 

Calidad de Vida.

 

El término “calidad de vida” es relativamente nuevo, no tiene más de sesenta años. Es un término derivado de la teoría de la “calidad de los materiales”, tiene su origen en los métodos de control de calidad utilizados en los procesos industriales.(5) Es así, como el “control de calidad”, invento norteamericano, tiene ahora aplicación universal. Pasó de ser el elemento político básico de las empresas manufactureras a las ciencias humanas, especialmente a la Economía y la Sociología. 

 

Economistas y sociólogos explorando la forma de evaluar la calidad de vida de los individuos humanos y de las sociedades, propusieron hacerlo a través de indicadores que midieran los factores positivos, la riqueza económica, y otros negativos, cantidad de población. Se asume de esta manera que el aumento excesivo de la población disminuye la riqueza per cápita y por ende el bienestar y la calidad de vida. Se eligió, entonces, como indicador básico de la calidad de vida humana el producto nacional bruto (PNB), o índice de la riqueza de las naciones y se empezó a hablar en esa época de “la calidad de nuestras vidas” y no de “la cantidad de bienes que poseo”.

 

Podemos decir, entonces, que el término calidad de vida al proceder de la teoría empresarial, primero, y de la sociología después, encierra toda una idea particular del hombre, un “espíritu de empresa”. Es el hombre moderno, como ser creador o emprendedor, como empresario. La empresa del hombre está precisamente,  en producir un orden, en crearlo, en hacer que la vida humana gane en calidad. Dado que la naturaleza no es un ordofactus cerrado, sino un ordo faciendus abierto, la teoría de la calidad de vida procedería del segundo, del orden en construcción. (6).

 

De otro lado, “calidad de vida” no es un término descriptivo, sino  valorativo. Esto significa que no es un hecho sino un valor y, por lo tanto, el resultado de un proceso de estimación o preferencia. Los valores no se perciben, se estiman. La estimación es una facultad sicológica distinta de la percepción, de hecho, nuestras decisiones más importantes no dependen tanto de los hechos como de los valores. Los objetos son sujetos de valoración económica, tienen un precio. Así que el precio no es un hecho, sino un valor, resultado del proceso de estimación. Podemos decir, entonces, que el término calidad es evaluativo, es un valor y no directamente un hecho. (6,7).

 

Evaluar la calidad de vida es valorar, darle un valor que, además, tiene una dimensión subjetiva, profundamente condicionada por el medio cultural, y depende estrictamente del conjunto de valores de los individuos y los grupos sociales. En consecuencia, la calidad de vida se estructura en dos niveles, uno privado y otro público. De tal suerte que cada individuo define en forma individual y social su propio sistema de valores, su concepto de vida y de calidad y, por tanto, de felicidad, establece el propio proyecto de vida. En el nivel público, la sociedad ex presa la calidad de vida en forma de leyes, unos mínimos de calidad de vida comunes a todos que la sociedad considera que deben exigirse a todos sus miembros.

 

Sin duda, las personas mayores consumen más servicios de salud y más medicamentos que otros grupos etáreos; sin embargo,  esta situación se concentra en las edades más avanzadas y en el periodo previo a la muerte, por lo que se ha llegado a considerar que el envejecimiento progresivo de la población es una amenaza latente para los sistemas de salud. En respuesta, los Estados proponen cambios políticos como aumentar la edad de jubilación, por ejemplo, buscando compensar el impacto en el Sistema del volumen cada vez mayor de población anciana.

 

En contraste, uno de los problemas de esta etapa es la pérdida de la capacidad de adaptación, especialmente a la jubilación. Un retiro que llega posiblemente en forma anticipada cuando no ha terminado aún con la responsabilidad de hacer frente al mantenimiento de un hogar con hijos todavía dependientes y con la responsabilidad de velar por uno o más miembros ancianos en la familia.(1) Mientras para unos el retiro supone estrés, la pérdida del prestigio y del poder adquisitivo y por ende la disminución de la autoestima, para otros la jubilación es la posibilidad de disfrutar el tiempo libre, de dejar los compromisos laborales, de tomarse las cosas con calma, de abandonarse a la realización de actividades lúdicas aplazadas. Algunas parejas disfrutan el retiro porque les permite más tiempo para viajar, pasar momentos con los hijos y nietos, dedicarse a perseguir otros intereses, juntos o por separado. (1) Les permite cuidarse, sentirse egoístas sin sentimientos de culpa y disfrutarse plenamente.

 

De otro lado, el principal problema de las personas ancianas desde el punto de vista económico es la pobreza. Las personas jubiladas tienen más probabilidad de encontrarse en el umbral de la pobreza o por debajo del mismo que antes de la jubilación, a pesar de su conocimiento y de políticas sociales desarrolladas para tratar de hacerle frente. (2)

 

Socialmente calidad de vida tiene que ver con una capacidad adquisitiva que permita vivir con las necesidades básicas cubiertas además de disfrutar de una buena salud física - psíquica y de una relación social satisfactoria.(1) Mientras que desde la óptica clínica podría definirse en términos de salud y de discapacidad funcional, puesto que la variable salud es la que tiene mayor peso en la percepción de bienestar de los ancianos y, que las deficiencias e incapacidades en el desarrollo de sus funciones constituyen el primer problema puesto que incrementa su vulnerabilidad y agrega una característica: la dependencia, esto es, convierte al anciano en un individuo dependiente y demandante de cuidado y de cuidadores.

 

Promocionar la calidad de vida en la vejez, especialmente en la vejez dependiente es el reto más inmediato de las políticas sociales. Al respecto escribe Bazo “la calidad de vida en la vejez dependiente implica necesariamente el apoyo social y familiar a las personas que desean continuar viviendo en la comunidad, siendo cuidados en familia, para que puedan seguir haciéndolo, al tiempo que siguen desarrollándose todas sus potencialidades hasta el último momento. Eso conlleva el apoyo material y afectivo a los familiares que, con distintos grados de implicación, participan en la acción de cuidar. Políticas que tengan presente la dimensión femenina de los cuidados de salud, para que no contribuyan a seguir re forzando el rol dependiente de las mujeres cuidadoras.”(2).

 

El significado que el adulto mayor y la sociedad le da ha esta etapa dependerá en gran medida de la cultura en que se encuentren. Por ejemplo, para la cultura oriental el adulto mayor es el ser más sabio y respetado, lo cual refleja un concepto de vejez muy distinto al de la cultura occidental. Los adultos mayores no sólo deben enfrentarse a los cambios físicos e intelectuales propios de su ciclo evolutivo, sino que también al cambio en su estilo de vida, de roles y de responsabilidades sociales. Sin lugar a dudas que la adaptación a esta serie de cambios requiere de una capacidad individual y del apoyo externo. (8).

 

Es importante valorar a la familia que otorga los cuidados al adulto mayor e indagar en aspectos como:

− De qué manera afrontan los cambios en las necesidades del adulto mayor? 
− ¿De qué manera solucionan sus problemas de salud?
− ¿Buscan ayuda en forma oportuna?
− ¿Cómo manejan el estrés?
− ¿Ofrecen sensación de bienestar al adulto mayor?
− ¿Son capaces de satisfacer los requerimientos de cuidado del adulto mayor?
− ¿Van a cuidar ellos o trasladar a un lugar de estadía a sus familiares adultos mayores? De esta manera es posible indagar más sobre la dinámica familiar y es posible hacer un diagnóstico de las potencialidades y carencias de la familia con el objetivo de fijar los lineamientos de la intervención de enfermería. (8).

 

En el ámbito institucional las políticas respecto al manejo y cuidado de los ancianos deben incluir mayor número de personas calificadas que atiendan pacientes ancianos dependientes. De tal manera, que la programación del cuidado de enfermería debe tener en cuenta la disminución de la actividad física, de la agilidad mental, el entendimiento de órdenes y la discapacidad funcional. En esta etapa de la vida, la promoción del autocuidado se hace difícil y poco probable, especialmente si la familia no está disponible para asumir el papel de cuidadora.


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Cuidado Enfermero (a).

 

El adulto mayor requiere de un cuidado transdiciplinario efectivo, que incluya no sólo la recuperación sino también y, muy destacadamente, la promoción de su salud, el crecimiento individual y familiar. Es en este contexto general donde la profesional de enfermería debe entregar su contribución específica complementando a la ciencia del curar. La enfermería profesional se inserta de esta manera con su propia perspectiva en el cuidado integral del adulto mayor por lo que es necesario fortalecer desde el pregrado los fundamentos que sustentan el cuidado humanizado del adulto mayor y la formación técnico-profesional de sus cuidadores formales e informales.

 

En el estado de salud de un adulto mayor influyen distintos factores tales como: influencia genética, habilidades cognoscitivas, edad, sexo, ambiente, estilos de vida, localización geográfica, cultura, religión, estándar de vida, creencias y prácticas de salud, experiencias previas de salud, sistemas de apoyo, entre otras dimensiones. Al valorar a un adulto mayor es necesario hacerlo en una perspectiva integral para identificar los problemas físicos, psicológicos y sociales que presentan ellos y sus cuidadores.

 

Es así como el personal de enfermería debe recibir capacitación especial, entender y comprender profundamente el proceso de envejecimiento, los cuidados de enfermería y el acompañamiento que el anciano exige. La enseñanza de la geriatría y la gerontología en las Escuelas de Enfermería de pregrado y en la formación continua de las enfermeras especialistas debe ser considerada esencial para responder de una mejor manera a los cambios que enfrenta nuestro país en particular en lo referido al aumento de los adultos mayores y al incremento de la calidad de los cuidados otorgados a este grupo etáreo. (9).

 

La adaptación al envejecimiento no es tarea fácil para los adultos mayores y requiere que los profesionales que participan en su cuidado se caractericen por una muy especial vocación y amor al trabajo con este grupo etáreo, lo que se traduce en una actitud que trasunta valores como: el respeto por el otro, la autonomía y la compasión para brindar cuidados humanizados al adulto mayor y que se extiende también a su grupo directo de cuidadores.

 

El propósito de la enfermería geronto-geriátrica es ayudar al adulto mayor y sus cuidadores a enfrentar el proceso de envejecimiento, entendiéndolo como proceso natural y adaptativo e interviniendo en maximizar sus fuentes de poder. Para Miller (7)  las fuentes de poder son la fuerza física, la reserva psicológica y social, el concepto de sí mismo y su autoestima, la energía, el conocimiento, la motivación y las creencias.

 

Para lograr lo anterior se requieren de profesionales de enfermería que se destaquen por sus actitudes, habilidades y valores en el campo de la ética, la actitud humanitaria, la sensibilidad, el respeto y el amor al adulto mayor y el interés por el desarrollo profesional basado en la investigación continua.

 

Puede desprenderse de lo anterior muy claramente que enfermería es “la ciencia del cuidado profesional” (Rivera, 2000), lo que significa que la enfermera guía el cuidado planificado de los seres humanos a través de un proceso intencional que abarca aspectos de la promoción y prevención de las enfermedades, proceso de salud-enfermedad y la muerte. El “cuidar” la salud de las personas implica tener un amplio conocimiento y sustento teóricos de los fenómenos relativos a la salud y la enfermedad, que es generado desde la propia disciplina de enfermería, a través de sus modelos y teorías y también desde el aporte de las ciencias relacionadas con el cuidado de los seres humanos como la medicina, psicología, entre otras. (10).

 

Se espera, además, que las personas que cuidan ancianos -enfermeras, médicos, nutricionistas, terapeutas, etc.-, posean características especiales y una gran dosis de amor, humanitarismo tolerancia, paciencia y respeto. Sin olvidar que la enfermera se convierte en protectora o guardiana del sujeto en estado de indefensión, en este caso el anciano, el cuidado de enfermería debe incluir durante el periodo de hospitalización el diagnóstico no sólo de su condición clínica sino también de su situación afectiva y familiar. De suerte, que debe preocuparse por prolongar el cuidado del hospital a la casa, tratando en lo posible, de que la familia o responsable defina quién se hará cargo de su cuidado cuando abandone la institución de salud, bien sea en casa o en una institución de cuidado intermedio.

 

La preparación de la vejez en la edad adulta facilita el proceso de adaptación, la identificación de objetivos a corto, mediano y largo plazo, y facilita llegar a una vejez consciente de que la vejez le da sentido a la juventud y le refuerza que ésta es parte de la vida. Una vida llena de lindos y estimulantes recuerdos de la juventud le permitirá recordarse con una bella sonrisa en la vejez. Por último, es importante recordar que el anciano siente infinita preferencia por las golosinas, los alimentos blandos, que no exijan grandes esfuerzos de masticación, las porciones pequeñas, adora la compañía a la hora de comer; tiene tantas historias para contar… no recuerda que hizo esta mañana, pero recuerda que hizo hace 40 años!!!. Tampoco tiene prisa; no oye bien, ni ve bien, pero está lleno de la sabiduría que le ha dado la vida; tiene derecho a la ternura, a la tolerancia, al amor y, es el espejo de lo que usted será en pocos o muchos años…

 

Referencias bibliográficas

 

  1. Factores psicológicos intervinientes en la calidad de vida de personas n la etapa de la vejez. Consultado julio 5 de 2005. En: http://www. monografias. com/ trabajos 14/ Psicol. vejez. shtml.
  2. Birren JE. Emergent theories of aging. New York: Springer, 1988
  3. Bazo MT. Vejez dependiente, políticas y calidad de vida. Papers 56, 1998; 143-61.
  4. Papalia, D. (1.997). Desarrollo Humano. Ediciones McGraw – Hill. Interamericana. Santa Fe, Colombia.
  5. Gracia Guillén D. Ética de la calidad de vida. Cuadernos del Programa Regional de Bioética. OPS No. 2, 1996, p. 41-59.
  6. Havighurst RJ, Neugarten BL, Tobin SS. In: Kane RA & Kane RL Assessing the elderly: A practical guide to measurement. Lexington, Mass.: Lexington Books. 1981. p.174-89.
  7. Mishara, B.L. (1.986). El proceso de envejecimiento. 1ra. Edición, ediciones Morantá. Madrid.
  8. Seidell, MH. Ball,WJ. Dains, EJ. y Benedict, WG. (1997). Manual Exploración Física.” Editorial Harcovat Bracet tercera edición Capítulos del 1-18  pág. 1-724 España.
  9. Lange I, Reyes A, Zavala M, Arechabala C. Formación de los estudiantes de Pregrado en Enfermería Gerontológica en Chile. En Libro de Resumen del Primer Congreso Iberoamericano de Enfermería Gerontogeriátrica, Logroño, España 2000; pág 175-80.
  10. Rivera, MS. (2000). Cuidar como arte de enfermería Clase magistral dictada a alumnos de postítulo en enfermería PUC.