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Factores de riesgo asociados a sindrome metabolico en escolares y adolescentes con sobrepeso u obesidad
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Autor: Dr. Javier Ascanio
Publicado: 14/12/2009
 

El síndrome metabólico (SM) representa un problema de salud pública y una forma de identificar personas con alto riesgo cardiometabólico.

Objetivo: Determinar la prevalencia de factores de riesgo para síndrome metabólico en escolares y adolescentes con sobrepeso u obesidad de la Escuela Básica Nacional Bolivariana (E.B.N.B) Simón Bolívar, Tinaquillo, Estado Cojedes, Venezuela, 2009.


Factores de riesgo sindrome metabolico escolares y adolescentes con sobrepeso u obesidad .1

Factores de riesgo asociados a síndrome metabólico en escolares y adolescentes con sobrepeso u obesidad en una escuela de Tinaquillo, Estado Cojedes, Venezuela, 2009.

 

Ascanio, Javier. Médico Cirujano. Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Carabobo.

Carreño, Ammary. Médico Cirujano. Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Carabobo.

Tomat, María. Médico Pediatra, Docente Asociado, Investigadora PPI. Hospital de Niños Dr. Jorge Lizarraga. Ciudad Hospitalaria Dr. Enrique Tejera. Universidad de Carabobo. Valencia, Venezuela.

Guevara, Harold. Médico Ocupacional, Docente Asociado, Investigador PPI. Departamentos de Salud Pública de la Universidad de Carabobo.

 

Resumen

 

El síndrome metabólico (SM) representa un problema de salud pública y una forma de identificar personas con alto riesgo cardiometabólico.

 

Objetivo: Determinar la prevalencia de factores de riesgo para síndrome metabólico en escolares y adolescentes con sobrepeso u obesidad de la Escuela Básica Nacional Bolivariana (E.B.N.B) Simón Bolívar, Tinaquillo, Estado Cojedes, Venezuela, 2009.

 

Materiales y Métodos: Se realizó estudio correlacional, transversal y no experimental. La muestra fue de 20 estudiantes de ambos sexos con sobrepeso u obesidad.

 

Resultados: El sexo masculino fue el más frecuente (60%), La mitad de los pacientes (50%) pertenecían a un Graffar III, 55% presentaron sobrepeso y 45% obesidad. En cuanto a los antecedentes familiares: el 50% tenían antecedentes de obesidad, 50% sobrepeso y 35% Diabetes Mellitus. La prevalencia de síndrome metabólico fue de un 25%, la Hipertrigliceridemia fue el criterio más frecuente (60%), Hiperglicemia en ayunas (35%) detectándose asociación estadísticamente significativa entre ambos y síndrome metabólico (p < 0,005), y finalmente bajo HDL-c (35%)

 

Conclusión: El síndrome metabólico es un problema que afecta a jóvenes por lo que es importante identificar factores de riesgo precozmente, ya que la niñez provee una oportunidad invaluable para promover beneficios para la salud.

 

Palabras Clave: Síndrome metabólico, factor de riesgo, escolar, adolescente

 

Risk factor associated with metabolic syndrome in children and adolescents with overweight or obesity in a school of Tinaquillo, Cojedes State, Venezuela, 2009.

 

Abstract

 

Metabolic syndrome (MS) represents a public health problem and a way to identify people with cardiometabolic risk. Objective: To determine the prevalence of risks factors for MS in children and adolescents with overweight or obesity of the “E.B.N.B Simón Bolívar”, Tinaquillo, Cojedes State, Venezuela, 2009. Materials and Methods: A correlational, cross-sectional and nonexperimental study was made. The sample was integrated by 20 children and adolescents with overweight or obesity. Results: 60% of the sample was of the masculine sex, Graffar III (50%). 55% was overweight and 45% was obese. In respect of family history: 50% had obesity, 50% overweight and 35% Diabetes Mellitus. The prevalence of MS was 25% the most frequently altered criterion was Hypertriglyceridemy (60%), hyperglycemia (35%), it was detected a statistically significant association with MS (p<0.005), and finally Low HDL-c (35%). Conclusion: MS affects the young people and to identify it is very important because childhood provides an opportunity to promote benefits for health.

 

Key Words: Metabolic Syndrome, risk factor, children, adolescent

 

Introducción

 

El síndrome metabólico (SM) fue descrito en 1988 por Reaven como una forma práctica de identificar a las personas que requieren hacer un cambio de vida para disminuir su riesgo de enfermedad metabólica y cardiovascular 1, su patogénesis no ha sido dilucidada, sin embargo, se conoce que es causado por una combinación de factores hereditarios y ambientales 2, 3.

 

El National Cholesterol Education Program y el Adult Treatment Panell III (NCEP/ATPIII) 2001, definen al síndrome metabólico como la presencia simultánea de obesidad abdominal, hipertrigliceridemia, bajos niveles de colesterol de la lipoproteína de alta densidad (HDL-c), hipertensión arterial (HTA) e hiperglicemia en ayunas, estableciendo el diagnóstico, con la presencia de tres o más de estas alteraciones en un mismo individuo 4.

 

La importancia clínica y epidemiológica de su diagnóstico, radica en su alto valor predictivo para Diabetes Mellitus tipo 2 (DM2) y para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares en los adultos 5, 6, patologías que constituyen la principal causa de morbimortalidad a nivel mundial 7.

 

A pesar que no se ha definido un factor fundamental para esta condición, dentro de esta gama de variables, la evidencia ha demostrado una predominante correlación entre el exceso de peso y el síndrome metabólico, por ende, un riesgo cardiometabólico. 8

 

El Framingham Heart Study de 2007, realizado en adultos con sobrepeso y obesidad evidenció que, a mayor obesidad (especialmente cuando es de distribución central), mayor va a ser la prevalencia de hipertensión, dislipidemia y alteraciones de la glicemia en ayunas, lo que demostró la relación directa entre la obesidad y el desarrollo de síndrome metabólico 9.

 

Posteriormente, Druet y col. 10 en el año 2008, corroboran esto con un estudio que utilizó la resonancia magnética para medir la adiposidad total visceral y subcutánea de 159 niños y adolescentes que tenían sobrepeso u obesidad, se reveló una relación estadísticamente significativa entre la adiposidad visceral y el síndrome metabólico definido según el NCEP/ATPIII.

 

Según la Organización Mundial de la Salud 11, la obesidad ha sido clasificada como la epidemia del siglo XXI; definición basada en el incremento de su prevalencia en los últimos 25 años, especialmente en edades tempranas de la vida, atribuidos a los cambios en el estilo de vida y en los hábitos alimentarios modernos, convirtiéndose así, en uno de los principales problemas de salud pública a nivel mundial.

 

Aunque no existe evidencia absoluta del valor predictivo del síndrome metabólico sobre poblaciones jóvenes, los hechos indican que los factores de riesgo en niños impactan su salud en la vida adulta 12, 13 ya que el mecanismo fisiopatológico relacionado al síndrome metabólico en adultos ya está operativo desde la niñez 14. De igual forma, el 30% de la obesidad del adulto comienza en la edad infantil y con peores consecuencias que la de inicio en el adulto 15. Se ha establecido que de un 30 a 50% de jóvenes con sobrepeso, exhiben el fenotipo de síndrome metabólico 16-18; estas cifras estimadas son sugestivas del dramático incremento de riesgo que tiene la obesidad para la salud en esta población a largo plazo.

 

En niños y adolescente con este síndrome, se ha encontrado recientemente una asociación inversa de la distensibilidad arterial con las medidas de adiposidad, esto conlleva a un marcado incremento de la enfermedad cardiovascular arterioesclerótica. Además, este síndrome se ha visto frecuentemente asociado en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 (DM2), Síndrome de Ovarios Poliquísticos (SOPQ), Adrenarquia Prematura, Hígado Graso no Alcohólico, Asma, Apnea del Sueño, lo que incrementa aun más su importante valor diagnóstico 19.


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Diferentes estudios evidencian la aparición y abrupto repunte del síndrome metabólico en la población joven en la última década. Utilizando el criterio del NCEP/ATPIII, la prevalencia en adolescentes (12-19 años) en los Estados Unidos de América de síndrome metabólico con Índice de Masa Corporal (IMC) < percentil 85 (no obesos) fue de 10%, mientras que en sujetos con Índice de Masa Corporal (IMC) > percentil 95 (obesos), fue de 33% evidenciándose un aumento. En otro sentido, en niños de 10 años, la prevalencia fue de 8%-12% en no obesos y de 34%-41% en obesos 18. Rodríguez y col. 20, determinaron la prevalencia de síndrome metabólico según el NCEP/ATPIII en 965 niños y adolescentes entre 10-18 años en México. La prevalencia de obesidad fue de 28%, la disminución de HDL-c 20%, hipertrigliceridemia 10%, hiperglicemia 8% y se encontró hipertensión arterial (HTA) en un 7%. La prevalencia de síndrome metabólico reportada fue de 6,5%. 

 

Son cada vez más numerosas las publicaciones sobre la presencia del síndrome metabólico durante la infancia, sin embargo, debido a las variaciones del crecimiento y desarrollo durante las primeras etapas de la vida, ha sido problemático el establecimiento de criterios unificados de síndrome metabólico en niños y adolescentes.

 

Múltiples estudios han utilizado criterios propios para su diagnóstico. El estudio de cohortes de familias de Quebec, utilizó como marcadores los pliegues cutáneos, en sustitución de la circunferencia abdominal 21; mientras que un estudio en niños de Hungría, remplazó la circunferencia abdominal por el porcentaje de grasa corporal 22. Otros investigadores, han modificado los criterios del NCEP-ATP III, para adaptarlos a niños y adolescentes. En el año 2003, en el Hospital de niños de Boston, Cook y col. 16, estudiaron la prevalencia de síndrome metabólico en 2430 adolescentes con edades entre 12 y 19 años, hicieron el diagnóstico de síndrome metabólico, ante tres de los siguientes criterios análogos a los del NCEP-ATP III: circunferencia abdominal y tensión arterial > percentil 90 para sexo, edad y talla, triglicéridos (TAG) > 110 mg/dl; glicemia en ayunas > 110 mg/dl y niveles de HDL-c < 40 md/dl. El síndrome metabólico se encontró en 28,7% de los obesos, contra 6,8% en aquellos con sobrepeso y 0,1% en los de peso adecuado. La prevalencia fue 4,2% con predominio en varones (6,1%). Con base en el estimado de peso poblacional, aproximaron que 910.000 adolescentes de EE.UU. padecen síndrome metabólico.

 

En el 2004 Ferranti y col. 23 realizaron un estudio con el mismo grupo y modificaron los criterios de Cook y col. Se tomó como punto de corte el percentil 75 para la circunferencia abdominal según sexo y edad, TAG > 100 mg/dl y HDL-c < 50 mg/dl, modificando este valor a < 45 mg/dl en los varones con edades comprendidas entre 15 y 19 años. El estudio incluyó 1960 adolescentes de 12-19 años en EE.UU. y concluyeron que 1 de cada 10 cumplían sus criterios para síndrome metabólico, e infirieron que aproximadamente 31,2% de los adolescentes con sobrepeso u obesidad en EE.UU. poseen síndrome metabólico.

 

En agosto de 2008 Seo y col. 24 en Corea, tomaron una muestra nacional representativa de 3431 niños con edades comprendidas entre los 10 y 19 años y concluyeron que la prevalencia de síndrome metabólico según los criterios de Cook fue de 5,3% y según Ferranti de 14%.

 

La variabilidad en los criterios planteados ha producido dificultad al realizar comparaciones de prevalencias entre poblaciones y más aun, entre naciones. Por ello, recientemente fue emitido un comunicado de un panel conformado por múltiples asociaciones y comités americanos presididos por la Asociación Americana del Corazón y Ateroesclerosis, quienes recomiendan para niños y adolescentes americanos el uso de criterios por grupos etarios 25.

 

A pesar de estos avances, aún no ha sido bien caracterizado el síndrome metabólico en cuanto a implicaciones clínicas o criterios diagnósticos adaptados a las poblaciones latinoamericanas más jóvenes; sin embargo, en el ámbito nacional, Paoli y col. 26 en el año 2006 propusieron una adaptación de los criterios del NCEP-ATP III para Venezuela y consideraron como parámetros diagnósticos los siguientes: valores de TAG séricos > 110 mg/dL, HDL-c < 40 mg/dL, glicemia en ayunas > 100 mg/dL, tensión arterial sistémica ≥ percentil 97 (según edad y sexo) y la obesidad fue determinada por Índice de Masa Corporal (IMC)  > al percentil 97 según la edad. Basados en estos criterios, Lozada y col. 27 en el 2008 estudiaron la prevalencia del síndrome metabólico en 88 adolescentes con edades entre 12 y 17 años. La prevalencia de síndrome metabólico fue 13,6%; el criterio más frecuentemente alterado fue la concentración de HDL-c (61,4%), seguido por hipertrigliceridemia (28,4%), hiperglicemia (26,1%), obesidad (10,2%) e hipertensión arterial (HTA) con 5,6%. Demostrando una asociación estadísticamente significativa entre la presencia de cada criterio y el síndrome metabólico.

 

Aunque el síndrome metabólico ha pasado a ser el centro de muchos trabajos internacionales, en Venezuela, según la revisión bibliográfica realizada, son pocos los estudios que describen y establecen la presencia de estas alteraciones metabólicas en los primeros años de la vida, por esta razón, se plantea la necesidad de determinar la prevalencia de los factores de riesgo asociados a síndrome metabólico en estudiantes con sobrepeso u obesidad de una unidad educativa pública ubicada en Tinaquillo, Estados Cojedes, Venezuela, en el año 2009; distribuir la muestra en estudio de acuerdo a sexo, edad, nivel socioeconómico de su grupo familiar, determinar la presencia de antecedes familiares, el diagnóstico nutricional, glicemia capilar y perfil lipídico en ayunas y relacionar las variables en estudio.

 

En vista de la epidemia de obesidad en niños y adolescentes, es de vital importancia establecer el desarrollo de estrategias de pesquisa y tratamiento de síndrome metabólico; todo esto justifica la búsqueda de factores de riesgo cardiometabólico en la población joven con exceso de peso, con fines preventivos y de detección e intervención temprana, basados en criterios adaptados para nuestra población, mientras se definen los criterios definitivos internacionales.

 

Materiales y métodos

 

El presente estudio fue de tipo correlacional, transversal y no experimental. La población estudiada estuvo representada por todos los estudiantes de educación primaria y básica de la E.B.N.B Simón Bolívar en Tinaquillo, Estados Cojedes, Venezuela, en el año 2009.

 

 La muestra fue no probabilística e intencional, integrada por 20 estudiantes de ambos sexos con sobrepeso u obesidad.

 

Se definieron como criterios de inclusión: estudiantes de ambos sexos, con sobrepeso u obesidad según IMC de acuerdo a sexo y edad según las pautas establecidas por FUNDACREDESA 28, pertenecientes a cualquier estrato socioeconómico.

 

Criterios de exclusión: se excluyeron estudiantes portadores de patologías crónicas de base y aquellos con un peso adecuado o bajo para su edad.

 

Se cumplió con las normas de las buenas prácticas clínicas establecidas por la Organización Mundial de la Salud para los trabajos de investigación en los seres humanos y la declaración de Helsinki, ratificada en la 52ē Asamblea General de Edimburgo 2000 29.

 

La investigación fue realizada previo consentimiento de los representantes (Anexo Nē 1) y se realizó en cuatro fases, la primera consistió en la aplicación de una encuesta (Anexo N˚ 2), la cual estuvo validada por expertos en el área, en ella se evaluaron las siguientes variables: antecedentes familiares directos de diabetes mellitus tipo 2 (DM2), obesidad o sobrepeso. La estratificación social de las familias se realizó según la escala de Graffar modificado para Venezuela por el Dr. Hernán Méndez Castellano 30.

 

En la segunda fase, se procedió a realizar la evaluación antropométrica. Se obtuvo el peso de los estudiantes a través de una balanza calibrada marca Health-o-Meter, tomando en cuenta la metodología establecida por el Programa Biológico Internacional que se describe en el Manual de Antropometría de FUNDACREDESA 28. Los sujetos fueron pesados con ropa ligera, sin calzado y se registró el peso en kilogramos. Posteriormente se midieron la talla y la circunferencia abdominal. La estatura fue tomada en posición de pie, utilizándose una cinta métrica metálica graduada en cm y mm, apoyada sobre una superficie vertical plana y firme, haciendo coincidir el cero con el plano horizontal (piso).


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El paciente fue medido sin calzados ni objetos en la cabeza (posición en plano de Frankfurt), luego de realizar una inspiración profunda, y haciendo contactar con la misma un tope móvil, se registró la medida en cm y mm. La circunferencia abdominal se obtuvo a través de una cinta métrica flexible e inextensible. El procedimiento se realizó con el sujeto de pie, colocando la cinta alrededor del abdomen a 1 cm aproximadamente por encima de las crestas iliacas; la lectura se realizó a nivel umbilical. El Índice de Masa Corporal (IMC) se obtuvo del cociente entre el peso corporal en kilogramos sobre la talla expresada en metros elevada al cuadrado. Luego el parámetro antropométrico utilizado como descriptor de sobrepeso u obesidad fue Índice de Masa Corporal (IMC)  según sexo y edad, acorde a los criterios de FUNDACREDESA 28.

 

Posteriormente se procedió a medir la presión arterial a través de un esfigmomanómetro de mercurio marca Medikel® colocado en el brazo izquierdo, cuyo manguito se colocó 3 cm por encima de la flexura del codo, los sujetos permanecieron en reposo durante 10 minutos y sentados durante la toma, la cual fue posterior al descanso. La medición fue realizada en dos ocasiones, por el mismo observador y con instrumentos calibrados, obteniendo la presión arterial sistólica al oír el primer ruido de Korotkoff y la tensión arterial diastólica al desaparecer estos ruidos.

 

La tercera fase constó de la medición de la Glicemia capilar, donde se obtuvo una muestra de sangre de 4 microlitros aproximadamente del dedo índice izquierdo, a través de una lanceta estéril marca Prestige Smart System (Laboratorios DAI c.a). Posteriormente se midió la glicemia de esa muestra con un glucómetro y cintas medidoras Optium mini Abbott, para luego ser registrados en el anexo Nē 2, expresando la concentración obtenida en mg/dl.

 

La cuarta fase consistió en la obtención de una alícuota de sangre venosa periférica por punción de 5 - 10 centímetros cúbicos (cc) aproximadamente para la medición del perfil lipídico. La muestra fue depositada en un tubo de ensayo no heparinizado y sin otro tipo de anticoagulante y analizada por un equipo de laboratorio. Primero se centrifugó la muestra obteniéndose el suero. Se utilizó 5 cc de suero para las siguientes pruebas químicas: Colesterol total, LDL-c, VLDL-c, HDL-c y TAG. Los análisis de laboratorio fueron realizados en el laboratorio del Instituto de Previsión y Asistencia Social para el personal del Ministerio de Educación (IPASME). 

 

Para medir Colesterol total y TAG se usó la técnica de los laboratorios Wienner, la cual consistió en la colorimetría, posteriormente las LDL-c, VLDL-c y HDL-c se obtuvieron por la técnica de precipitación del mismo laboratorio.

 

Como valores de referencia para criterios diagnóstico para síndrome metabólico se usaron: valores de TAG séricos ≥ 110 mg/ dl, HDL ≤ 40 mg/dl (para ambos sexos), glicemia ≥ 100 mg/dl, presión arterial sistémica ≥ percentil 97 (ambos según edad y sexo), y obesidad determinada por Índice de Masa Corporal (IMC)  ≥ al percentil 97 (según edad y sexo). La existencia de tres o más alteraciones establece el diagnóstico de síndrome metabólico.

 

Los resultados se presentan en tablas y gráficos de distribución de frecuencias y de asociación. Se realizó un análisis estadístico descriptivo con el programa Statistix 8.0 para Windows. Se corroboró el ajuste de las variables cuantitativas a la distribución normal con la prueba de Shapiro-Wilcoxon. Se usó la prueba t de Student, el Chi cuadrado (X2), prueba exacta de Fisher, coeficiente de correlación de Pearson, la prueba de Wilcoxon, así como la comparación de proporciones con un nivel de significancia menor al 5% (p<0,05).

 

Resultados

 

La muestra estudiada estuvo integrada por 20 sujetos, 60% del sexo masculino y 40% del sexo femenino, con un promedio de edad de 11,1 años, desviación estándar de 1,4 años, edad mínima de 8 años y máxima de 13 años, de los cuales 55% presentaron sobrepeso (Índice de Masa Corporal (IMC)  < p97 para sexo y edad) y 45% obesidad (Índice de Masa Corporal (IMC)  > p97), sin diferencias estadísticamente significativas (p>0,05). Tampoco se detectó asociación significativa entre el sexo y el diagnóstico nutricional (p>0,05).

 

Como antecedentes familiares tenían obesidad (50%), sobrepeso (50%) y Diabetes Mellitus (35%). Respecto a la distribución según el nivel socioeconómico de acuerdo a la escala de Graffar Mendez–Castellano, el 50% pertenecía al Graffar III, 35% al Graffar IV y 15% pertenecía al Graffar II.

 

En el Cuadro Nē 1 se presentan los estadísticos descriptivos de las variables numéricas que se ajustaron a la distribución normal según la prueba de Shapiro-Wilcoxon, destaca el hecho de que uno de los integrantes de la muestra llegó a tener niveles de 307 mg/dl de colesterol sanguíneo.

 

Asimismo, en el Cuadro Nē 2 se resumen los estadísticos descriptivos de las variables numéricas que no se ajustaron a la distribución normal.

 

Un 35% de la muestra presentó 1 criterio diagnóstico para síndrome metabólico, 30% presentó 2, mientras que un 25% presentó síndrome metabólico, el cual fue diagnosticado, con la presencia de tres o más criterios de acuerdo a la revisión bibliográfica 26. De los pacientes con síndrome metabólico 80% padecían obesidad, sin embargo debido a lo limitado del tamaño de la muestra esto no resultó en diferencias estadísticamente significativas (Prueba exacta de Fisher: p=0,06).

 

El criterio más frecuente fue la Hipertrigliceridemia (60%), seguido de Hiperglicemia en ayunas y bajo HDL-c (35% para ambos). No se presentó hipertensión arterial (HTA) en ninguno de los individuos de la muestra.

 

Se detectó asociación estadísticamente significativa entre TAG > 110 mg/dl, así como glicemia > 100 mg/dl con la presencia de síndrome metabólico en los escolares estudiados (Prueba exacta de Fisher: p= 0,02 y p = 0,00 respectivamente).

 

De los escolares estudiados, 31,6% presentó valores de HDL-c entre 40 y 44 mg/dl, y de estos un 50% presentaron 2 criterios positivos para síndrome metabólico.

 

En el Cuadro Nē 3 se presenta la comparación de medias de las variables numéricas entre los sujetos con sobrepeso y obesidad, no existiendo diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos al realizar la prueba t de Student (p>0,05). Llama la atención que el promedio de estas variables fue mayor entre los niños con obesidad. El Cuadro Nē 4 refleja que al comparar las medias entre los niños con y sin síndrome metabólico se consiguió que los paciente con síndrome metabólico tuvieron media de glicemia significativamente mayor (p=0,03).

 

El Cuadro Nē 5 presenta la comparación de medianas de las variables numéricas entre los sujetos con sobrepeso y obesidad, no existiendo diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos al realizar la prueba de la suma de rangos de Wilcoxon, ni entre los que tenían o no síndrome metabólico como se aprecia en el Cuadro Nē 6 (p>0,05).

 

Discusión y conclusiones

 

El síndrome metabólico representa un problema de salud pública y se define como un conjunto de alteraciones metabólicas influenciadas por la modificación del estilo de vida y de los hábitos de alimentación, el cual está íntimamente relacionado con el riesgo del desarrollo de enfermedades cardio-metabólicas.

 

Este tema ha sido ampliamente estudiado, sin embargo no se han establecidos criterios universales para su diagnóstico en niños y adolescentes 16.


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En el presente estudio se evaluaron 20 estudiantes de ambos sexos con sobrepeso u obesidad, con edades entre 8 y 13 años, sin antecedentes de patologías crónicas. No hubo diferencia estadísticamente significativa entre la prevalencia de sobrepeso y obesidad. La distribución según sexo tampoco detectó significancia entre el sexo y el diagnostico nutricional. El nivel socioeconómico de los estudiantes estudiados fue consistente con el perfil epidemiológico de los jóvenes que acuden al centro educativo en el que se realizó la investigación.

 

El 100% de la muestra presentó antecedentes familiares de exceso de peso ya que comparten factores genéticos y ambientales, lo que coincide con lo descrito por la Asociación Americana del Corazón y Ateroesclerosis en conjunto con otras asociaciones y comités, al establecer que la mayoría de los niños obesos tienen al menos un padre con obesidad y que el riesgo de obesidad en la adultez en niños menores de 10 años es más del doble si un padre es obeso 25.

 

El resultado del presente estudio arrojó una prevalencia de 25% para síndrome metabólico, al presentar 3 o más criterios para dicho síndrome; de los cuales 80% padecían obesidad (Índice de Masa Corporal (IMC)  > p97), pero debido a lo limitado de la muestra esto no resultó estadísticamente significativo.

 

Un 95% de la muestra en estudio, presentó al menos un criterio. El criterio más frecuente fue hipertrigliceridemia con una prevalencia de 60%, coincidiendo con Gotthelf y Jubany 31 al establecer que el factor prevalente en niños y adolescentes es el aumento en los TAG asociado a índices antropométricos alterados.

 

En segundo lugar de prevalencia de criterios para síndrome metabólico estuvieron la hiperglicemia en ayunas y bajo HDL-c. Es importante destacar que 31,6% de la muestra presentó valores de HDL-c entre 40 y 44 mg/dL, si consideramos que el 50% de estos presentaban dos criterios para síndrome metabólico es evidente que estos niños son altamente propensos a desarrollar síndrome metabólico, ya que el criterio faltante está muy cerca del punto de corte. La HDL-c posee acción protectora endotelial ya que evita la formación de células espumosas y de la placa ateromatosa, la disminución de sus niveles juega un importante rol como factor de riesgo cardiovascular, más aún cuando se asocia a un inicio temprano, lo que condiciona mayor tiempo de exposición y por tanto mayor daño a nivel del endotelio. Así como también está ampliamente demostrada la toxicidad que tienen sobre los diferentes órganos y sistemas los altos niveles de glicemia de manera sostenida 27.

 

Aunque la hipertensión arterial (HTA) no fue un hallazgo en esta muestra otros estudios han reportado su prevalencia, se ha demostrado que ésta acelera el curso de la enfermedad coronaria, contribuyendo en gran parte a la génesis de las Enfermedades cerebrovasculares (ECV), la enfermedad renal crónica y la insuficiencia cardiaca. La elevación de las cifras tensionales en edades tempranas funciona como un factor predictor de valores superiores en la vida adulta por lo que es un criterio que no se puede desligar ni obviar 31.

 

De acuerdo con la revisión bibliográfica realizada sólo un trabajo ha utilizado los criterios adaptados para Venezuela, contrario a lo encontrado en nuestro estudio, los criterios más frecuentemente alterados fueron la baja concentración de HDL-c con 61,4%, hipertrigliceridemia 28,4%, hiperglicemia 26,1%, obesidad 10,2% e hipertensión arterial (HTA) 5,6% 27.

 

El concepto de factor de riesgo constituye un avance importante dentro de las estrategias en la prevención de la enfermedad cardiovascular. La identificación de niños con múltiples factores de riesgo es muy importante, ya que la niñez provee una oportunidad única para promover efectos beneficiosos sobre la salud.

 

Está demostrado que la obesidad tiene repercusiones futuras importantes en la salud de la gente joven en términos de Enfermedades cerebrovasculares (ECV) y diabetes; por ello consideramos importante promover desde todos los sectores involucrados en el crecimiento y desarrollo del niño, hábitos de vida saludables que se traduzcan en cambios positivos desde edades muy tempranas. Por lo tanto el despistaje temprano de síndrome metabólico y sus criterios en los niños con exceso de peso, debe ser la conducta de primer orden al evaluarlos nutricionalmente.

 

Aunque algunos sujetos no cumplían con la cantidad de criterios necesarios para establecer un diagnóstico, sí presentaron uno y en ocasiones dos de estos, por lo que tienen riesgo aumentado de desarrollar Enfermedades cerebrovasculares (ECV) y sus complicaciones, en relación con aquellos que no presentaron ningún factor. Se recomienda el seguimiento epidemiológico, clínico y bioquímico de quienes presentaron alteraciones importantes en cualquiera de los parámetros evaluados ejerciendo acciones que promuevan una cultura saludable a estos y a su entorno, dirigida a minimizar los factores de riesgo que contribuyen al síndrome metabólico, implementando estrategias de seguimiento y despistaje por parte de las instituciones de salud pública en conjunto con las comunidades, fomentando la modificación de hábitos psicobiológicos y sociales mediante la educación y promoción de la salud.

 

Cuadro Nē 1

 

Estadísticos descriptivos de los factores de riesgo asociados a síndrome metabólico en escolares y adolescentes con sobrepeso u obesidad de la Escuela Básica Nacional Bolivariana (E.B.N.B) Simón Bolívar, que se ajustaron a la distribución normal. Tinaquillo, Estado Cojedes, Venezuela, 2009.

 

sindrome_metabolico_adolescentes/estadisticos_riesgo_ajustados

 

Fuente: Datos del estudio

 

LDL: Lipoproteína de baja densidad

 

Cuadro Nē 2

 

Estadísticos descriptivos de los factores de riesgo asociados a síndrome metabólico en escolares y adolescentes con sobrepeso u obesidad de la Escuela Básica Nacional Bolivariana (E.B.N.B) Simón Bolívar, que no se ajustaron a la distribución normal. Tinaquillo, Estado Cojedes, Venezuela, 2009.

 

sindrome_metabolico_adolescentes/riesgo_no_ajustados

 

Fuente: Datos del estudio


Factores de riesgo sindrome metabolico escolares y adolescentes con sobrepeso u obesidad .5

Cuadro Nē 3

 

Comparación de medias de las variables numéricas entre los sujetos con sobrepeso y obesidad de la Escuela Básica Nacional Bolivariana (E.B.N.B) Simón Bolívar. Tinaquillo, Estado Cojedes, Venezuela, 2009.

 

sindrome_metabolico_adolescentes/medias_sobrepeso_obesidad

 

Fuente: Datos del estudio

 

CUADRO Nē 4

 

Comparación de medias de las variables numéricas entre los sujetos con y sin síndrome metabólico de la Escuela Básica Nacional Bolivariana (E.B.N.B) Simón Bolívar. Tinaquillo,

 

Estado Cojedes, Venezuela, 2009.

 

sindrome_metabolico_adolescentes/medias_sindrome_metabolico

 

*Estadísticamente significativo

 

Fuente: Datos del estudio

 

LDL: Lipoproteína de baja densidad

 

Cuadro Nē 5

 

Comparación de medianas de las variables numéricas entre los sujetos con sobrepeso y obesidad de la Escuela Básica Nacional Bolivariana (E.B.N.B) Simón Bolívar. Tinaquillo,

 

Estado Cojedes, Venezuela, 2009.

 

sindrome_metabolico_adolescentes/medianas_sobrepeso_obesidad

 

Fuente: Datos del estudio

 

TAD: Tensión arterial diastólica

TAS: Tensión arterial sistólica

HDL: Lipoproteína de alta densidad

TAG: Triacilglicéridos

 

Cuadro Nē 6

 

Comparación de medianas de las variables numéricas entre los sujetos con y sin síndrome metabólico de la Escuela Básica Nacional Bolivariana (E.B.N.B) Simón Bolívar. Tinaquillo,

 

Estado Cojedes, Venezuela, 2009.

 

sindrome_metabolico_adolescentes/medianas_sondrome_metabolico

 

Fuente: Datos del estudio

 

TAD: Tensión arterial diastólica

TAS: Tensión arterial sistólica

HDL: Lipoproteína de alta densidad

TAG: Triacilglicéridos

 

Anexo Nē 1. Autorización

 

Por este medio hago constar que autorizo a los investigadores a incluir a mi hijo en la investigación titulada “PREVALENCIA DE FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS AL SÍNDROME METABÓLICO EN ESCOLARES CON SOBREPESO U OBESIDAD EN LA ESCUELA BÁSICA NACIONAL BOLIVARIANA (E.B.N.B) SIMÓN BOLÍVAR, TINAQUILLO, ESTADO COJEDES, VENEZUELA, 2009” y he sido previamente informada de:

 

Los beneficios y conocimientos que podrían aportar la participación del niño.

 

La explicación previa de los procedimientos que se emplearán en el estudio, tales como la toma de muestra sanguínea, evaluación antropométrica y socioeconómica.

 

Por lo tanto acepto los procedimientos a aplicar, considerándolos inocuos para la salud del niño, y acepto los derechos de:


Factores de riesgo sindrome metabolico escolares y adolescentes con sobrepeso u obesidad .6

Conocer los resultados que se obtengan con respecto al niño

 

Respeto a la integridad física y moral del mismo, que se mantenga la máxima discreción en todo momento y el manejo confidencial de la información recogida.

 

Retirarme en cualquier momento del estudio si tal es mi deseo.

 

Nombre:                                                                                                        


CI                                                                                                     

Firma:                                                                                                            

Nombre del participante                                                                                             

Edad:                         


Anexo Nē 2. UNIVERSIDAD DE CARABOBO. FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD. ESCUELA DE MEDICINA

 

DATOS DEL ESTUDIANTE:

 

Nombre:                                                                                                                               

Apellidos:                                                                                                                             

Dirección:                                                                                                                             

Número telefónico de contacto: ____________________________

Fecha y lugar de nacimiento:                                                                                                 


Edad: __________

Sexo:               F                      M

 

Antecedentes familiares directos de:

 

DM _________ Sobrepeso ___________ Obesidad ____________

 

Estratificación Social: Método de Graffar:

 

sindrome_metabolico_adolescentes/metodo_Graffar_profesion

 

sindrome_metabolico_adolescentes/metodo_Graffar_ingreso

 

Peso_________ Talla_________

IMC: ________________ Dx nutricional_______________________________

TA_______________

Glicemia en ayunas_______________

Colesterol total __________ HDL ___________ TAG ___________ LDL ___________

 

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