Donacion de sangre para cirugia programada. Un viejo problema con nueva solucion
Autor: Dr. Santos Golvi Rodríguez Legra | Publicado:  15/12/2009 | Cirugia General y Digestiva , Hematologia y Hemoterapia | |
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Donación de sangre para cirugía programada. Un viejo problema con nueva solución.

 

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Dr. Santos Golvi Rodríguez Legra.

 

Especialista de primer grado en Cirugía General, diplomado en Medicina Intensiva y Nutrición Humana

 

Colaboración Médica Cubana En Guatemala. Octubre 2009.

Hospital Rural Integral

Fray Bartolomé De Las Casas.

Alta Verapaz.

Abril 2008 – septiembre 2009.

 

RESUMEN:

 

INTRODUCCIÓN:

 

Las reservas de sangre se mantienen en un delicado equilibrio en el que la demanda gana casi siempre a la oferta. Una de las posibles respuestas es establecer medidas que nos permitan manejar este preciado líquido de la manera más inteligente y ajustada posible, esto hace que todas las miradas se dirijan a la autodonación o transfusión autóloga en las intervenciones que puedan programarse, como una fórmula para ahorrar sangre.

 

Además de la donación individual, existen varias modalidades. La más conocida es quizás la familiar, que se produce cuando parientes de un enfermo que espera una operación que requiera un gran número de unidades son invitados a donar, aunque su sangre puede utilizarse en transfusiones a otros enfermos. La fórmula de la autodonación, se realiza en pacientes con antelación suficiente a una intervención quirúrgica programada. Así, y en dos sesiones, se extrae la cantidad que se considere puede hacer falta para realizar una transfusión durante la operación.

 

OBJETIVO.

 

Destacar la importancia de la autodonación como alternativa a la problemática de la sangre en nuestro hospital.

 

MATERIAL Y MÉTODO.

 

Se realiza el estudio en aquellos casos que acuden al Hospital Fray Bartolomé de las Casas Alta Verapaz, para recibir tratamiento quirúrgico mayor programado. El autodonante tiene que cumplir algunos requisitos con respecto a su propia salud, similares a los de cualquier otro donante, en cuanto a su edad o el padecimiento de anemia u otras patologías, así como contar con niveles óptimos de hemoglobina.

 

Los mismos eran mayores de 18 años, menores de 40 años y de ambos sexos.

 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN.

 

La ausencia de banco de sangre en el centro nuestro y la escasa cultura de la donación de sangre en la población que atendemos, nos ha obligado a buscar alternativas para dar solución a la alta demanda de cirugía mayor en la institución, por lo que se practicó como alternativa la autodonación, proceder sin antecedentes en dicho hospital. La distribución etérea oscila entre los 19 y 40 años. Se sabe que un 16% de los pacientes a quienes se les realiza una cirugía mayor programada necesita por lo menos una unidad de sangre, sin embargo en nuestro estudio solo fue necesario transfundir a 2 pacientes de los 78 que fueron incluidos en el estudio, por lo que en este sentido puede considerarse como representativo y significativo el valor de este estudio al dejar 153 unidades de sangre disponible para el tratamiento de diferentes urgencias médicas que necesitaron de este preciado tejido, contribuyendo con ello a salvar decenas de vidas humanas.

 

CONCLUSIONES:

 

1.     La autodonación es un método confiable y seguro en cualquier caso, sin mayores costos que el consentimiento del paciente.

 

2.     Teniendo en cuenta que se utilizan pocas unidades en el posoperatorio la sangre restante queda a disposición del hospital para el tratamiento de otros enfermos.

 

INTRODUCCIÓN:

 

Las reservas de sangre se mantienen en un delicado equilibrio en el que la demanda gana casi siempre a la oferta. Una de las posibles respuestas es establecer medidas que nos permitan manejar este preciado líquido de la manera más inteligente y ajustada posible, esto hace que todas las miradas se dirijan a la autodonación o transfusión autóloga en las intervenciones que puedan programarse, como una fórmula para ahorrar sangre. Además de la donación individual, existen varias modalidades. La más conocida es quizá la familiar, que se produce cuando parientes de un enfermo que espera una operación que requiera un gran número de unidades son invitados a donar, aunque su sangre puede utilizarse en transfusiones a otros enfermos. La fórmula de la autodonación, se realiza en pacientes con antelación suficiente a una intervención quirúrgica programada. Así, y en dos sesiones, se extrae la cantidad que se considere puede hacer falta para realizar una transfusión durante la operación.

 

Por otra parte, aunque es innecesario comentar que las transfusiones de sangre homóloga han salvado innumerables vidas, existe en la actualidad una creciente preocupación por los posibles efectos adversos de las mismas, entre los que cabría destacar los efectos adversos de tipo inmunológico, tales como reacciones hemolítica, febril o alérgica, anafilaxia, síndrome de distrés respiratorio del adulto (SDRA), enfermedad de injerto contra huésped (EICH), aloinmunización, púrpura post-transfusional, etc.) Y especialmente, los derivados de la posibilidad de transmisión de enfermedades víricas, como SIDA, hepatitis o citomegalovirus (1,2). No obstante, a medida que la seguridad biológica de los componentes sanguíneos ha ido aumentando, el aspecto que ha centrado la atención de clínicos e investigadores es el de la inmunomodulación inducida y sus posibles consecuencias: aumento de infecciones postoperatorias, aumento de recidivas tumorales y disminución de la supervivencia (3,4).

 

La autotransfusión es una técnica originalmente desarrollada en el siglo XIX, cuando en 1818 el ginecólogo inglés Blundell inició su utilización en hemorragias postparto. Desde los comienzos se vio que la ginecología era un campo especialmente abonado para su uso, así más tarde en 1874, Highmore publica una nueva utilización en el proceso del parto. Otro campo de la Medicina en el que pronto iba a introducirse esta técnica, fue en la cirugía vascular. Así, en 1886, Duncan aplica este procedimiento en la cirugía de amputación de miembros. Ya en el siglo XX, en 1917 Elmendorf emplea por primera vez la autotransfusión en cirugía torácica, al reinfundir la sangre de la cavidad torácica durante el tratamiento de un hemotórax masivo, y, en 1921, Grant desarrolla y describe un programa de predonación y almacenamiento para cirugía electiva, en la intervención de un tumor cerebeloso; procedimiento adoptado también por otros cirujanos como Davis y Cushing (1925).


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