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Isquemia miocardica silente en pacientes con factores de riesgo coronario
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Autor: Lic. Dargis Matamoros Sagarra
Publicado: 28/01/2010
 


Las enfermedades cardiovasculares constituyen hoy en día un verdadero azote para los países desarrollados, entre éstas la cardiopatía isquémica ocupa un lugar cimero. Su incidencia mundial es tan alta que, según Stamler, tres millones de estadounidenses adultos presentan anualmente los principales signos de la enfermedad. Daños se ha prestado especial atención a las formas clínicas de cardiopatía isquémica que cursan con dolor anginoso como síntoma predominante y más frecuente, quedando renegadas a un plano secundario aquellas que lo hacen en forma silente o asintomática.
 


Isquemia miocardica silente en pacientes con factores de riesgos coronario .1

Isquemia miocárdica silente en pacientes con factores de riesgos coronario

Lic. Dargis Matamoros Sagarra; Dr. Carlos Rafael Leonard Medina; Dra Onilda Labrada Silva; Olga Lidia Figueredo

Introducción

Las enfermedades cardiovasculares constituyen hoy en día un verdadero azote para los países desarrollados, entre éstas la cardiopatía isquémica ocupa un lugar cimero. Su incidencia mundial es tan alta que, según Stamler (1), tres millones de estadounidenses adultos presentan anualmente los principales signos de la enfermedad.

Daños se ha prestado especial atención a las formas clínicas de cardiopatía isquémica que cursan con dolor anginoso como síntoma predominante y más frecuente, quedando renegadas a un plano secundario aquellas que lo hacen en forma silente o asintomática. (2)

Conocemos por Berman (3), que antes de la aparición de los síntomas de isquemia miocárdica es posible la existencia de episodios de isquemia silente; e inclusive que esta sea la única forma de presentación de la cardiopatía isquémica durante el año.

En Venezuela, en el año 2004, el infarto agudo del miocardio y las enfermedades cerebrovasculares ocuparon la primera y tercera causa de muerte respectivamente. En el estado Carabobo para el año 2003 la tasa de muerte por enfermedades cardiovasculares fue de un 71,28 por cada 100 000 habitantes. (15)

Nuestro hospital atiende un gran número de pacientes de diferentes municipios del Estado Carabobo, incidiendo notablemente las patologías coronarias, aportando significativamente a la morbimortalidad general, lo cual constituye nuestra principal motivación para el estudio.

Objetivo General

Determinar la presencia de Isquemia Miocárdica Silente en los pacientes con factores de riesgo coronario.

Específicos

·         Describir la relación de la cardiopatía isquémica silente con respecto a la edad y el sexo.

·         Comparar los resultados de las pruebas diagnósticas y su relación con el número de factores de riesgo identificados.

·         Comparar los resultados de las pruebas diagnósticas realizadas.

Material y Métodos:

Diseño metodológico

l. Características generales de la investigación:

Se realizó un estudio descriptivo y transversal sobre la presencia de isquemia miocárdica silente en pacientes con factores de riesgo coronario ingresados en el Hospital Docente “Simón Bolívar” del Estado Carabobo, en el período comprendido desde el 1ro de enero hasta el 31 de diciembre del 2008.

Universo

Estuvo constituido por 200 pacientes ingresados en el servicio de Medicina Interna del hospital antes mencionado, de los cuales se escogieron 152 pacientes teniendo en cuenta los siguientes criterios:

- Edad de 31 a 60 años.

- Ambos sexos.

- Sin antecedentes de dolor anginoso.

- Con factor de riesgo coronario.

Análisis y discusión de los resultados:

En la tabla 1 apreciamos que de los 34 pacientes con factor único de riesgo coronario 22 son del sexo masculino, predominando los grupos de edad de 51 a 60 para ambos sexos (54,5%) para el masculino y de 66.6% para el femenino, se registró el menor número en los pacientes del grupo etario de 41 hasta los 50 años del sexo masculino con un 18,2 por ciento, por debajo del grupo de 31 a 40 años que registró un 27,3%. Si observamos el comportamiento correspondiente a esos mismos grupos etáreos en el sexo femenino apreciaremos una similitud de un 16,7%.En literaturas consultadas las diferencias encontradas en cuanto a la aparición de IMS, según edad y sexo, no resultaron significativas, hubo predominio del grupo de edades superiores a 51 y menores de 60 en el sexo masculino, (50,0%) con un comportamiento similar para el sexo femenino.

En la tabla 2 nuevamente el sexo masculino ofreció un mayor número de pacientes con un aumento en ambos sexos en las edades de 51 a 60 años con un 45% para el masculino y un 58,3 para el femenino. El comportamiento más bajo aparece registrado en el grupo etario comprendido entre los 31 y 40 años (20% masculino y 16,7% femenino). Por su parte el grupo intermedio (41 hasta 50 años) contempla cierta diferenciación respecto a los pacientes con factor único. En este caso el masculino marcó un 35% mientras que el femenino indicó un 25%.

La edad mostró un comportamiento homogéneo, es decir, a mayor edad aumentó la posibilidad de IMS, sin embargo el sexo se comportó de manera homogénea sin diferencias significativas.

En la tabla 3 es mayor el número de pacientes masculinos, predominando en ambos sexos las edades de 51 a 60 años. Por su parte el grupo etario de 41 hasta 50 años en el sexo masculino mostró un mayor porcentaje (33,3%) en relación con el grupo de edades entre 31 a 40 años (13,3%). En el sexo femenino el grupo etario de 31 a 40 años reflejó un discreto aumento con respecto al de 41 a 50 años con un por ciento de 25,0 y 16,0 respectivamente.

En las tablas anteriores se pudo apreciar que de los 152 pacientes con factores de riesgo coronario, 92 correspondieron al sexo masculino y 60 al femenino predominando en ambos sexos los pacientes en las edades comprendidas entre 51 y 60 años. Estos resultados coinciden con lo que plantea la literatura de que a mayor edad aumenta progresivamente y paralelamente los factores de riesgo coronario y con ellos la posibilidad de padecer de coronariopatía; siendo su incidencia muy baja por debajo de los 30 años y prácticamente desconocida en la infancia y la adolescencia (3, 8)

En la tabla 4 observamos que hay un predominio de pacientes masculinos con isquemia miocárdica silente y un aumento en ambos sexos de forma directa y proporcional con la edad coincidiendo con lo anteriormente planteado, existiendo un aumento importante de esta en el sexo femenino en los grupos etáreos de 51 a 60 años (71,4%) con respecto a las otras edades de este mismo sexo (28,6 y 0%). Estos resultados coinciden con la literatura tanto nacional como extranjera que plantea que existe mayor frecuencia de esta entidad en el hombre que en la mujer pero hasta la menopausia, la cual se debe a que antes de esta la defensa estrogénica evita o retarda el inicio de las lesiones ateroescleróticas, el estrógeno endógeno protege el endotelio de los vasos y se invoca además que estas hormonas disminuyen los lípidos plasmáticos (3, 9)

En la tabla 5 podemos valorar que fue mayor el número de pruebas ergométricas positivas acentuándose éstas en los pacientes con tres o más factores de riesgo; por su parte los que tenían factores dobles y únicos se comportaron con un 31,7% y un 14,6% de positividad respectivamente.


Isquemia miocardica silente en pacientes con factores de riesgos coronario .2

Atendiendo a la negatividad de la ergometría ésta resultó más acentuada en los pacientes con factor doble de riesgo coronario (54,2%) aún cuando se esperaba que fuera en los pacientes con factor único (31,5%). Estos se relacionan indirectamente con la multicausalidad etiológica de la patología en cuestión así como los métodos diagnósticos empleados por diferentes autores. El factor triple se comportó según lo esperado, con la menor negatividad (14,3%). (14, 17)

En la tabla 6 también se observa que fue mayor el número de ecocardiogramas bidimensionales positivos predominando en los pacientes con tres o más factores de riesgo. Los factores dobles y únicos con un 30,3% y 15,2% de positividad respectivamente se comportaron según lo esperado si lo comparamos con un estudio similar pero en el cual se sometió a los pacientes a ejercicios previamente. (23)

Los porcientos negativos fueron menores en los pacientes con factor triple (20,9%) y con un comportamiento aparentemente paradójico aparecen los que presentan factores dobles y únicos (51,1 y 28,0%, respectivamente). Esta paradoja pudiera encontrar relación directa únicamente con las características de la patología que analizamos.

En las tablas 5 y 6 podemos resumir diciendo que fue mayor el número de pruebas diagnósticas positivas que negativas, acentuándose éstas en los pacientes con tres o más factores de riesgo; esto se reafirma con las diferentes bibliografías aportando éstas que a mayor número de factores de riesgo cardiovascular mayor es la probabilidad de presentar positividad en las relacionadas con la detección de la lesión de este sistema (14, 17, 23)

En la tabla 7 se aprecia que la prueba ergométrica representó un mayor por ciento de positividad (55,4%) respecto al ecocardiograma bidimensional (44,6%) y en ningún caso en que ésta fue negativa, el ecocardiograma resultó positiva. La ergometría y el ecocardiograma bidimensional resultaron medios diagnósticos no invasivos útiles para el estudio de la IMS, sin que existieran diferencias significativas entre ellos. La positividad del test tuvo un incremento progresivo a medida que avanzó la prueba.

En la tabla 8 los resultados electrocardiográficos más frecuentes en pacientes con pruebas ergométricas positivas fueron las arritmias, alteraciones de la repolarización ventricular y sin alteraciones con 46.3%,19.5% y12.2% respectivamente, sin embargo al analizar la frecuencia de estos resultados en ergometrías negativas aparecen las arritmias (40%) y las alteraciones de la repolarización ventricular (20%) nuevamente como las más frecuentes, ocupando esta vez los trastornos de conducción intraventricular (14.3%) la tercera posición. Esto evidencia la inespecificidad de los resultados electrocardiográficos con el diagnóstico ergométrico de isquemia miocárdica silente descrito por algunos autores (19,29)

En la tabla 9 el comportamiento de los resultados electrocardiográficos basales en relación con el ecocardiograma bidimensional mostró que las arritmias (42.4%), los trastornos de conducción intraventricular (21.2%) y la ausencia de alteraciones son los más frecuentes cuando el resultado ecocardiográfico es positivo de isquemia miocárdica silente (27). El por ciento de negatividad del ecocardiograma bidimensional respecto a estos resultados electrocardiográficos basales descarta algún tipo de asociación. Lo que se corresponde con la literatura revisada. (29)

Conclusiones

·         La isquemia miocárdica silente resultó mayor en los pacientes del sexo masculino, predominando en ambos sexos las edades comprendidas entre 51 y 60 años.

·         Los pacientes con factor doble de riesgo coronario y tres o más presentaron mayor positividad en la prueba Ergométrica y el Ecocardiograma Bidimensional.

·         La ergometría aportó mayor positividad en el diagnóstico de la isquemia miocárdica silente que el Ecocardiograma Bidimensional.