Bioetica del final de la vida humana del adulto mayor
Autor: Omaira Ramírez | Publicado:  12/03/2010 | Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria , Geriatria y Gerontologia | |
Bioetica del final de la vida humana del adulto mayor .1

Bioética del final de la vida humana del adulto mayor.

Autora: Omaira Ramírez.

Licenciada en Enfermería. Universidad de Carabobo. Magister en Administración de los Servicios de Enfermería Universidad de Carabobo. Magister en Enfermería Gerontológica y Geriátrica Universidad de Carabobo. Diplomatura en Desarrollo Curricular Fundacelac. UC. Diplomatura en Entornos virtuales de Aprendizaje. Un enfoque basado en competencias. UCLA.. Cursante del Doctorado en Ciencias de la Enfermería. Mención Cuidado Humano. Universidad de Carabobo. Profesor Asociado a Dedicación Exclusiva en la Cátedra de Gerencia en Salud y Enfermería adscrito al Departamento Clínico de Enfermería Comunitaria y Administración de la Escuela de Enfermería. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de Carabobo. Jefe del Departamento Clínico de Enfermería Comunitaria y Administración. Docente del Programa de Maestría de Gerencia de los Servicios de Salud y Enfermería. Área de Postgrado UC. Miembro de la Comisión Coordinadora del Programa de Maestría de los Servicios de Salud y Enfermería UC.

BIOÉTICA DEL FINAL DE LA VIDA HUMANA EN EL ADULTO MAYOR

Resumen

La bioética es la ciencia normativa del comportamiento humano aceptable en el dominio de la vida y de la muerte. La muerte como el nacimiento, construyen los contornos de la existencia humana y son fuentes inagotables de reflexiones radicales acerca de la naturaleza humana, su finalidad, nacimiento y muerte. En la actualidad, merecen mayor atención ética, toda vez que ha dejado de ser sucesos naturales para convertirse en artificiales por manipulación tecnocientífica. El hecho de morir reclama tres momentos de dignidad: antes, en y después que permitan llegar a la muerte dignamente, porque se ha vivido con dignidad.

Es de hacer notar que no todas las personas están preparadas para la muerte. Numerosos factores pueden actuar en los adultos mayores ayudándoles a afrontar su propia muerte, entre ellos se destaca la actitud filosófica que les lleva a aceptar todo lo que la vida les ofrece inclusive la muerte, haber tenido muchas ocasiones de pensar en la muerte en el momento apropiado del desarrollo del individuo y el apoyo de las, creencias religiosas, incluida la idea de la vida después de la muerte. En tal sentido, el enfermero (a) puede aportar una contribución fundamental en el cuidado del anciano moribundo con sufrimiento espiritual ayudándole a tener una muerte digna al satisfacer sus necesidades físicas y psicosociales.

Palabras Clave: Bioética, Adulto Mayor, Muerte, Vida, Muerte Digna.

Introducción

Bioética y Humanismo

Se entiende por humanismo, la actitud científica y del conocimiento que centra en el ser humano el referente principal, a la manera de Protágoras: el humano como medida de todas las cosas, indistintamente de la carga subjetivista que tenga tal afirmación, pues el llamado a tener lo humano como punto de referencia principal es lo predominante en este modelo. En consecuencia, como humanismo pueden ser apreciadas las distintas posturas filosóficas y metodológicas que cifran la razón de ser de la persona como ente particular y como universal: toda la persona, todas las personas. (i)

En sentido general, puede considerarse el humanismo -corriente filosófica y propuesta histórica, incluso como modelo epistémico, pues al ubicar dentro de sus intereses al ser humano, y mediante esta actitud determinar la manera de apreciar las cosas y en consecuencia, de actuar, esta exigencia obliga a múltiples reflexiones sobre lo humano y propicia amplísimos desarrollos en ciencia, arte, literatura, filosofía, educación, política, economía (1)

El humanismo ha estado presente en el desarrollo del pensamiento y la cultura, a través de diversas manifestaciones: desde el cristianismo, pasando por el pensamiento griego que aupaba el valor de lo humano frente a la polis, la ciudad y el estado, el renacimiento europeo, el renacimiento alemán, hasta los movimientos sociales y políticos de los siglos XIX, XX, XXI, las reflexiones de los pensadores como Maritain, Mounier. (1)

Este modelo, por supuesto, es antropocéntrico, privilegia el estudio y comprensión del ser humano ante el universo. Se expresa en diversas vertientes del conocimiento, en corrientes psicológicas, en la antropología, en la política, en el arte, en la literatura. (1)

El gran cúmulo de conocimientos sobre el hombre, no ha significado de modo fundamental, conocimiento de lo humano y su sentido. El cientificismo, las ideologías, el consumismo o los favoritismos religiosos pueden ser vistos como formas de manipulación o de evasión que pretende ocultar la pregunta por el sentido (compartido y plural) de la vida y que en definitiva, la deterioran seriamente o la destruyen. (2)

En la ciencia contemporánea, así como las demás mediaciones de la actividad humana: la economía, la política, la educación, etc., han hecho irrupción en un nuevo pensamiento sobre las finalidades y sobre el sentido integrador y proyectivo de la vida, como una forma inédita del teleologismo. Se trata de una nueva forma de inclusión y contextualización del pensamiento humano: inclusión en la vida, a través del paradigma biocéntrico que, superando el enfrentamiento del hombre con las demás formas de vida superando además la antigua noción de dominio sobre la naturaleza, permite reintegrar y reproponer delicados equilibrios vitales, necesarios para que existe el futuro. Al superarse el paradigma antropocéntrico, vigente en toda la modernidad no reflexiva, no se trata de desvalorizar el decisivo aporte del hombre a la construcción de una vida deseable, sino de reubicar sus actuaciones, en el marco de una ética de la responsabilidad, como intérprete y administrador de la vida cero como su dueño. (2)

La inclusión en la complejidad, abriendo una nueva valoración de la diversidad y de la necesidad del pluralismo y de la tolerancia. Desde el pensamiento complejo se construye una ciencia de decisiones que se aceptan como parciales, vista la desproporción insalvable entre nuestra razón y la complejidad de lo existente, como transitorias, en la medida en que solo resultan validas como configuraciones conceptuales a la disipación y como conjetúrales, pues las certezas definitivas resultan imposibles. Desde la complejidad se construye, además, un pensamiento que se expresa en una ética intercultural orientada a la hospitalidad, la comprensión y la aceptación, indispensable en un mundo de conflictividad incontrolable y suicida. (2)

La inclusión en la realidad humana existente concreta, a través del paradigma humanista que, desde un a priori antropológico fundante, recupera el conocimiento científico como la obra de seres humanos concretos, agentes morales que actúan, o pueden hacerlo, con convicción y responsabilidad. Un humanismo que alejado de todo esencialismo y de toda visión abstracta del hombre, rescata la labor de sujetos históricos y concretos en relación de convivencia plural, democrática y responsable. (2)

A partir de la emergencia de tales paradigmas, la ciencia y la ética están desarrollando desde dentro de los equipos de trabajo, en las comunidades científicas, y desde fuera, por exigencias de la sociedad, profundos cambios que pueden apuntar a aproximar ideas y creencias acerca de la supervivencia necesaria como plataforma, pero amenazada por los deterioros ambientales y las carencias sociales sobre la vida, vida responsable en la que se adoptan decisiones que orientan el conocimiento hacia problemas valorados como prioritarios por corresponder a las condiciones inherentes a la vida humana: libertad, autonomía, dignidad y acerca de la vida humana, expresada en primer término, en el ejercicio de la capacidad de elegir y en segundo término, en elegir lo que en común se estima valioso, pero compatible con otras formas de valorar y con otros contenidos considerados por si mismo valiosos.(2)

Tales cambios significan en la ciencia, la inclusión del poder de intervención del conocimiento en la capacidad de integración del saber. Una ciencia entonces, que desde el biocentrismo, el pensamiento complejo y el humanismo asuma su eficacia como capacidad y no solo como poder, para pensar y construir no solamente el hombre, sino principalmente lo humano. En la ética, los cambios que el impacto de la explosión tecnocientífica ha impulsado se reflejan en una nueva valoración de la vida, a través de una inteligencia integradora y posibilitante, como instancia dialógica, de la convivencia en la diversidad. La convergencia entre ciencia y ética podría ser expresada en un recorrido que va del conocimiento al saber y del saber a la sabiduría. (2)



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