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Pertinencia de la habilidad observar en la enseñanza y el aprendizaje de las ciencias basicas biomedicas
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Autor: Dr. C. Oscar Cañizares Luna
Publicado: 9/04/2010
 

Con el objetivo de profundizar en el conocimiento de la habilidad observar y su significación en los estudios de las ciencias básicas biomédicas, se realizó una revisión documental y bibliográfica tanto desde el punto de vista conceptual como didáctico. Se identificaron ideas trascendentes acerca de ésta como base para el conocimiento sensorial y también para el conocimiento racional según la teoría marxista leninista del conocimiento; características consideradas como relevantes en la formación médica y particularmente en las ciencias básicas biomédicas. Se lograron esclarecimientos que permiten distinguir la habilidad Observar de la Observación Científica como método de investigación; aún cuando existen relaciones directas entre ambos conceptos.


Pertinencia habilidad observar en enseñanza y aprendizaje de las ciencias basicas biomedicas .1

Pertinencia de la habilidad observar en la enseñanza y el aprendizaje de las ciencias básicas biomédicas.

Dr. C. Oscar Cañizares Luna. Doctor en Ciencias Médicas. Profesor Titular. Especialista de segundo grado en Anatomía Humana. Master en Educación Médica y en Educación Avanzada.

Dra. C. Nélida Sarasa Muñoz. Doctora en Ciencias Médicas. Profesora Titular. Especialista de segundo grado en Anatomía Humana. Master en Educación Médica.

Universidad Médica de Villa Clara. “Dr. Serafín Ruíz de Zárate Ruíz”

RESUMEN.

Con el objetivo de profundizar en el conocimiento de la habilidad observar y su significación en los estudios de las ciencias básicas biomédicas, se realizó una revisión documental y bibliográfica tanto desde el punto de vista conceptual como didáctico. Se identificaron ideas trascendentes acerca de ésta como base para el conocimiento sensorial y también para el conocimiento racional según la teoría marxista leninista del conocimiento; características consideradas como relevantes en la formación médica y particularmente en las ciencias básicas biomédicas. Se lograron esclarecimientos que permiten distinguir la habilidad Observar de la Observación Científica como método de investigación; aún cuando existen relaciones directas entre ambos conceptos.

Palabras Clave: Educación Médica.Ciencias Básicas Biomédicas.Conocimiento sensorial y racional.Observar. Observación Científica.

INTRODUCCIÓN.

La habilidad observar es reconocida desde tiempos inmemoriales como de extrema importancia en la educación y práctica médicas; sin embargo parece tener un cierto carácter tácito en el cual puede encubrirse poca sistematización en su desarrollo desde el interior del proceso enseñanza aprendizaje; y lo que pudiera ser peor aún: no tenerse en cuenta como punto inicial en el proceso de formación y desarrollo de otras habilidades intelectuales declaradas en los programas de las unidades curriculares. Es conocido que esta habilidad está relacionada con la forma primaria del conocimiento de la realidad, a partir de la cual se pasa al conocimiento abstracto y de éste a lo concreto pensado; de tal manera que se pueden distinguir dos formas de conocimiento según los procesos o propiedades psíquicas que predominan en su adquisición: el conocimiento sensoperceptual y el conocimiento racional (11). Motivados por esta problemática los autores se han propuesto profundizar en el conocimiento de la observación y su significación en los estudios de las ciencias básicas biomédicas como parte de la formación médica actual.

MATERIAL Y MÉTODOS.

Se realizó revisión documental de distintos programas de estudios de las ciencias básicas biomédicas implementados en los últimos 30 años, para constatar la presencia explícita de la habilidad observar en sus sistemas de habilidades; así como revisión bibliográfica del tema en fuentes nacionales y extranjeras. Se realizó un análisis crítico de la información encontrada para identificar ideas relevantes desde el punto de vista didáctico para el proceso de enseñanza aprendizaje de las ciencias básicas biomédicas.

DISCUSIÓN DE LOS PRINCIPALES RESULTADOS.

En los programas de las unidades curriculares revisadas se comprobó poca sistematicidad en la inclusión de la habilidad observar en sus sistemas de habilidades, hecho que parece corresponderse, y así lo reconocen también otros autores, con una actitud de considerar esta habilidad como algo tan simple que debe haberse formado en los niveles de enseñanza precedentes, e incluso con buen grado de espontaneidad. Estos resultados son congruentes con las insuficiencias reportadas por otros autores acerca del poco desarrollo de esta habilidad, particularmente en el estudio de las ciencias morfológicas durante la formación médica (3). En opinión de los autores de este trabajo, esta situación debe ser atendida con la prioridad requerida entre las acciones de perfeccionamiento de los sistemas de habilidades actuales.

En la revisión bibliográfica realizada, se consideraron como resultados de mayor utilidad para el proceso enseñanza aprendizaje de las ciencias básicas biomédicas, los siguientes:

I. Posibilidades de lograr una aproximación conceptual pertinente de la habilidad observar basada en los siguientes constructos:

·La palabra observar proviene del latín "observare" que significa guardar (19).

·Observar es examinar, contemplar atenta y detalladamente (19).

·Observar es la acción de mirar detenidamente una cosa, para asimilar en detalle la naturaleza investigada, su conjunto de datos, hechos y fenómenos y su registro sistemático (19).

  • Observares dar una dirección intencional a nuestra percepción e implica acciones más simples como atender, buscar y encontrar datos, elementos u objetos (2).
  • Observar significa obtener información sobre un objeto o evento mediante el uso de los sentidos(16).
  • Observar es una percepción voluntaria, planificada y dirigida que tiene como objetivo fundamental, conocer los objetos y los cambios que ocurren en él, así como seguir el curso de un fenómeno, de un proceso, etc. (5).
  • Es la percepción dirigida para obtener determinados indicadores y suestructura es: precisar el objeto o fenómeno a observar,determinar los indicadores de observación y registrar la información obtenida con la observación (13).

Como puede apreciarse, en todas estas definiciones hay elementos comunes y de complementariedad que sugieren al docente al conceptualizar la habilidad observar no limitarse a una de ellas en particular, sino más bien buscar una formulación abarcadora que involucre a todos los órganos de los sentidos en la apropiación y registro de la información en correspondencia con los objetivos trazados.

II. Posibilidades para lograr una caracterización sistematizada de la habilidad observar, presente de forma explícita o no, en los programas de las ciencias básicas biomédicas.

El proceso de percepción permite al individuo captar datos del exterior a través de los distintos órganos de los sentidos y organizarlos de un modo significativo, permitiendo así tomar conciencia del mundo exterior. Para los psicólogos cognitivos, la percepción está influenciada por la subjetividad de cada individuo, depende del enfoque o la perspectiva desde la cual el sujeto aprecia las cosas, de las expectativas y hasta de los condicionamientos sociales y culturales.

El conocimiento sensoperceptual se caracteriza por su inmediatez, como reflejo que se produce a partir de la influencia directa del objeto del conocimiento sobre los órganos de los sentidos, ya sean visión, oído, olfato, gusto o tacto; a diferencia de lo que a veces se entiende al simplificar la observación como sinónimo de ver. Este conocimiento está relacionado fundamentalmente con los hechos o fenómenos, con las características externas de los objetos y procesos; así se puede conocer por ejemplo el color de un cuerpo, su olor, la forma y dimensiones, la temperatura y la dureza del mismo, entre otras. En el contexto de las ciencias básicas biomédicas pudieran ser las características externas de un hueso, un órgano interno como el hígado, un tejido básico o de una célula, aspectos fenomenológicos de una cascada enzimática o de mecanismos reguladores de determinadas funciones.


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Mientras, el conocimiento racional se distingue por ser un conocimiento mediato, abstracto y sintético al cual se llega después de determinada elaboración mental de la información recibida, donde el proceso de razonamiento tiene un rol muy importante. Este tipo de conocimiento tiene que ver con lo esencial, con aquello que está detrás de la apariencia. Así se ha llegado a conocer el funcionamiento de los núcleos subcorticales del cerebro humano, las bases moleculares de los mecanismos morfogenéticos, las características del genoma humano y las reacciones antígeno anticuerpo en el asma bronquial, entre tantos y tantos ejemplos de las ciencias médicas. Ambas formas de conocimiento se condicionan mutuamente (11).

Parece evidente entonces que la actividad cognoscitiva del hombre comienza con las sensopercepciones, pero éstas no permiten un conocimiento completo sobre los objetos y fenómenos de la realidad; es el pensamiento, a partir de la información ya obtenida por los procesos cognoscitivos que le preceden, el que permite al hombre conocer los aspectos esenciales de esa realidad, descubrir los vínculos reales que en ella existen, así como las leyes y regularidades que rigen su comportamiento y desarrollo. El contenido del conocimiento sensorial lo constituyen imágenes sensoperceptuales que se forman en la interacción sujeto - objeto del conocimiento y tienen un carácter concreto.

En el conocimiento representativo el contenido está dado por imágenes que reproducen la realidad ya conocida, lo cual expresa un nivel creciente de generalización y abstracción; el contenido del conocimiento racional está formado por significados, conceptos e ideas que existen subjetiva y objetivamente plasmados en palabras y tienen un carácter abstracto y generalizador. De manera que el pensamiento, como función nerviosa superior relacionada con el conocimiento racional, constituye la forma superior de la actividad cognoscitiva del hombre porque a través de él se llega a lo desconocido a partir de lo conocido; rebasando las formas del reflejo sensoperceptual, cuando estas son insuficientes para la acción transformadora que desarrolla el hombre sobre el mundo material y no se pueden satisfacer las necesidades vitales.

El desarrollo temprano de la observación puede favorecer no sólo el proceso de enseñanza aprendizaje de las ciencias básicas biomédicas, sino además su estructuración progresiva ya como método empírico, para la práctica médica y la investigación científica (11). Autores como López Rodríguez (2003), Palma Febres y colaboradores (1998) y Fernández Hernández (2004) han considerado la observación como punto de partida para el desarrollo de otras habilidades intelectuales (9), (12), (17).

Para Amiela (2005), la realización de observaciones se halla presente en las actividades docentes de casi todas las carreras y por ser tan habitual, pudiera pensarse que se trata de una práctica fácil que no requiere mayores conocimientos y habilidades. Sin embargo, las descripciones derivadas de esta actividad y expuestas por los estudiantes a través de informes escritos o comentarios orales en la clase, dan cuenta que, por lo general, los propósitos iniciales que guiaron la actividad, lejos de conseguirse se extravían ante la ausencia de orientaciones respecto a qué y cómo observar. Según esta autora es probable que pase con la observación lo que con otras habilidades que al estar basadas en una capacidad del individuo, se piense que todos quienes la poseen pueden desarrollarla sin ninguna dificultad. Así mismo, las confusiones entre capacidad y habilidad no son poco frecuentes en la enseñanza, aunque declarativamente se presenten precisas distinciones entre ambas (1).

Es importante en un primer momento distinguir entre las acciones de ver, tocar, oír, degustar y olfatear como capacidades ancladas en lo biológico y observar como habilidad anclada en lo cultural. Esto pudiera explicar por qué distintas personas al observar un mismo fenómeno pueden ofrecer distintas versiones del mismo; porque evidentemente se observa desde las experiencias, conocimientos y expectativas propias; desde lo cultural. Tal consideración permite inferir que es muy necesario educar la percepción y de hecho esto debe constituir un objetivo básico en la enseñanza de las ciencias, incluidas las ciencias básicas biomédicas. Para Fourez (1998) citado por Amiela (1), Observar no es recibir pasivamente la información preexistente, sino más bien construir la información, es decir, realizar una interpretación de lo que se ha visto, tocado, oído, etc. Considera por tanto que la observación disciplinaria “es una observación que mira el mundo con los “anteojos” de una disciplina... esto implica que es la disciplina la que fija los criterios de selección”.

Entonces asumir que observar es “construir” la situación o fenómeno objeto de observación, responde a una perspectiva constructivista que relativiza la posibilidad de observaciones objetivas, efectuadas en lo posible, al margen de la subjetividad del observador. Pero si observar es crear o construir, entonces ¿es posible hablar de observaciones que no sean meramente subjetivas? Sí es posible cuando quienes observan están guiados por los mismos propósitos y comparten los mismos criterios de selección; como sucede con la observación disciplinaria (1).

Pozo y Postigo (2000) acotan que lejos de ser un procedimiento tan simple como aparenta, el dominio de técnicas de observación posee un alto componente conceptual y no deberá suponerse nunca que se trata de una observación pura y directa, sino mediada por las categorías y criterios de observación propuestos a los alumnos o generados por ellos (18).

Las consideraciones anteriores permiten inferir que la observación es uno de los primeros recursos que empleamos para obtener información del medio y que lejos de ser una tarea pasiva implica una importante actividad cognitiva de la que no somos siempre conscientes. No observamos todo sino sólo aquello que hemos delimitado de alguna manera como de nuestro interés. En ese sentido, en la base de toda observación existe una distinción o demarcación que nos conduce a seleccionar la porción de la realidad a observar, de manera que cuando observamos ya estamos interpretando aquello en lo que focalizamos la mirada, la audición, la palpación, etc. Tales afirmaciones refuerzan la necesidad de enseñar y entrenar a los estudiantes de Medicina, Enfermería, Estomatología y Tecnología de la Salud en la habilidad de observar. En este sentido Cañizares Luna y Sarasa Muñoz (2009) se han referido anteriormente al reconocimiento de la habilidad observar como punto de partida en el desarrollo de las habilidades intelectuales en los estudiantes de medicina (6).

El desarrollo del proceso de enseñanza aprendizaje de los contenidos declarados en los programas de las ciencias básicas biomédicas, con una orientación comunitaria y en muchas ocasiones desde los propios escenarios de la profesión médica, marca una singularidad a la observación a la cual los profesores deben prestar la mayor atención para no distorsionar los objetivos instructivos mediante acciones del currículo oculto y obtener resultados que no corresponden con el momento formativo del educando, o simplemente no obtener los resultados esperados.

Es importante que los estudiantes adviertan qué diferentes son los datos que se recogen por medio de la observación guiada por preguntas, marcos conceptuales, técnicas e instrumentos distintos. El análisis que ellos pueden hacer acerca de las observaciones realizadas les permite ampliar y modificar sus perspectivas de observación. Nada mejor que enseñar a ser flexibles jugando a adoptar distintos ángulos de observación, cambiando las perspectivas sobre una misma cuestión. Esto implicará ponerse en el lugar del otro y percibir la situación como aquél lo haría. Esto ayuda a los estudiantes a abrirse a la incorporación de otros criterios en el trabajo y probablemente, a dar respuestas más holísticas y creativas a los problemas; en lo cual hay un efecto desarrollador del proceso de enseñanza aprendizaje.

Los estudiantes deberán emplear un lenguaje estandarizado en las descripciones de sus observaciones, si se les está enseñando la realización de la observación disciplinaria, se debe exigir que empleen el lenguaje disciplinar específico a efectos de lograr descripciones apropiadas y precisas. Es una manera de prepararlos para comunicarse con sus colegas en un contexto profesional y también para que adviertan la potencialidad de un lenguaje estandarizado o universal. Esta apreciación es de mucho valor en el estudio de las características morfofuncionales del organismo humano, porque el uso sistemático de la terminología científica facilita la sistematización del conocimiento, favorece la comunicación y sienta las bases del lenguaje científico del médico que se incorpora y desarrolla progresivamente en los distintos años de la carrera.


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Todo cuanto se pueda hacer con relación al aprendizaje de la habilidad observar, redundará en una mejor y más consciente manera de adquirir y organizar la información. Esta habilidad también está estrechamente ligada a otra: la realización de descripciones. Toda buena descripción comienza con una buena observación. En ese sentido, la clarificación en torno a los propósitos, dimensiones, categorías y criterios que guiarán la observación y las técnicas e instrumentos que se emplearán para recoger los datos, ayudarán en el momento de organizar la información para realizar la descripción de los resultados. Esta valoración rebasa los límites de lo didáctico y se extiende a lo investigativo desde el punto de vista metodológico; porque una de las funciones básicas de la ciencia es precisamente describir la realidad, con lo cual se refuerza desde el aula el vínculo entre lo académico y lo investigativo en el microcurrículo de las ciencias básicas biomédicas (7).

Para Bautista (2006), a través de la observación el individuo examina intencionalmente, de acuerdo con su interés y experticia, una situación u objeto para detectar sus atributos, cualidades, propiedades o características. Para observar se requiere agudizar los sentidos, percibir y prestar atención selectiva para analizar y organizar la información en la memoria. El producto de la observación es la formación de imágenes mentales de aquello que fue observado y que puede ser evocado en cualquier momento. La habilidad de observar es significativa para descubrir problemas y encontrar explicaciones, característica que también refuerza el vínculo de lo académico y lo investigativo durante la formación de los educandos. Para favorecer este proceso se recomienda observar figuras, visualizar imágenes reales, examinar objetos y plantear la búsqueda de atributos desde diferentes puntos de interés (2).

Según Meza (2004) citado por Bautista (2), el resultado de la observación se puede expresar en forma precisa y ordenada a través del lenguaje verbal o escrito, permitiendo enumerar e integrar las características observadas, en un todo significativo; este proceso se conoce como descripción. Las actividades relacionadas con la redacción de características o procedimientos, resúmenes de datos biográficos, organización de información leída, reconocimientos de relaciones entre objetos, estimulan esta y otras habilidades. En el contexto de las ciencias básicas biomédicas la observación no se limita a trabajar con imágenes impresas, digitales o radiográficas, personas, familias y comunidad; sino que posibilita además el desarrollo de la descripción en todas sus modalidades y muy especialmente el desarrollo de las habilidades comunicativas del estudiante, elemento este último de extraordinaria significación en la formación médica

Cada individuo percibe en función de sus conocimientos previos, experiencias y esquemas que intervienen al momento de darle sentido a la nueva información. El aprendizaje precisa de una organización y desarrollo perceptivo adecuado que permita al estudiante de medicina la correcta interpretación de información auditiva, táctil, gustativa, olfatoria y visual esencial; no sólo para la asimilación y dominio de las características morfofuncionales de células, tejidos, órganos y sistemas y del organismo como un todo, sino también para otras áreas del conocimiento médico como la propedéutica, la semiología o la medicina interna como ejemplos.

De la información que un individuo percibe, selecciona la parte que considera relevante, este proceso de discriminación selectiva se logra a través de la atención, la cual es considerada una capacidad finita y reducida que puede focalizarse en una sola tarea o dividirse en varias tareas cuya ejecución requiera poca atención. Luego la relación entre observación y atención es estrecha y significativa (2).

Otro trabajo publicado en Internet titulado "Enseñanza de Técnicas para el Estudio y Desarrollo de Habilidades Mentales. Disposición para aprender", plantea que una de las realidades más obvias y descuidadas es que sólo aprendemos cuando estamos dispuestos a aprender. Teniendo en cuenta esta verdad, si se pretende aprender mejor, se requiere de un tiempo para la preparación mental mejorando así la disposición para asimilar. Para estos autores la observación es un método a través del cual se adquiere la información adecuada para llegar a un fin y darlo a conocer, ya que el desarrollo del pensamiento genera una mejor comprensión del observador y de su entorno. La misma se inicia con la reunión de datos sensoriales brutos y seguidamente la captación de su contenido; es decir lo que la persona ha visto, oído, entendido y sentido. Observar es considerar con una atención sostenida lo que acontece en una situación concreta, es hacer un examen minucioso y reflexionado de esta situación (14).

Por lo tanto, la observación deberá ser considerada como un proceso activo y voluntario gracias a la atención prestada teniendo siempre presente el objetivo que se pretende buscar mediante ésta. Cuando una persona comprende la importancia de ser objetiva en sus observaciones; también comprende que se deben obtener todos los hechos para poder llegar a una conclusión (10).

Por su parte, la observación científica requiere habilidades específicas mayores que la observación que realiza el educando para la asimilación de un contenido determinado; pues se trata de procedimientos de mayor exigencia metodológica dada su intención de encontrar un nuevo conocimiento. La misma constituye uno de los primeros métodos aplicados en la investigación en las ciencias de la salud, cuando varios científicos la aplicaron con el propósito de determinar las causas de algunas enfermedades y epidemias como el cólera y la fiebre puerperal entre otros. Un ejemplo que merece mencionarse es el del destacado científico cubano Carlos Juan Fínlay Barré, quien observó sistemática y minuciosamente la clínica y las condiciones de vida de sus pacientes hasta descubrir el agente transmisor de la Fiebre Amarilla(10).

En la observación se dan los siguientes procesos: la sensación, por medio de la cual se adquiere la información a través de los órganos de los sentidos, el análisis de la información recibida para dar un concepto apropiado a ello y poder comprender mejor el mensaje o la información y la percepción como interpretación de lo observado del entorno, aclarando su sentido y su forma de relacionarlo con el espacio que lo rodea; es el proceso mediante el cual se hace consciente el significado de lo observado a través de los sentidos. (10).

La interpretación es la acción de dar una significación clara a un concepto, hecho o fenómeno determinado; ella permite comprobar si se han observado bien las cosas. Toda observación, si se realiza con los procedimientos adecuados, da lugar a conocimientos científicos precisos sobre aspectos biológicos, psicológicos y sociales; elementos esenciales en el estudio del hombre sano o enfermo y del medio ambiente que lo rodea; como parte de los programas de instrucción y educación médicas que aspiran a la formación de un profesional de perfil amplio. Solamente las observaciones basadas en realidades científicas son validas para hacer ciertas deducciones o conclusiones (10).

Los objetivos de la observación deberán orientarse a precisar las necesidades y los problemas del medio o entorno, entiéndase las condiciones y requerimientos del objeto de estudio, y recoger información para ser compartida con los demás. Por lo tanto al realizar una observación es necesario tener idea de lo que se va a buscar antes de iniciar la observación, precisar el objeto de la observación: qué, cuándo, quién, cómo y dónde; registrar las observaciones sin interpretarlas y utilizar guías o cuestionarios bien determinados (10).

Diferentes factores pueden modificar las observaciones y por consiguiente las interpretaciones, es preciso ser consciente de esto. Entre ellos se encuentran la falta de preparación, la improvisación, las ideas preconcebidas, la interpretación previa o anticipada, la falta de curiosidad, de interés, de deseo de profundizar y las condiciones del medio ambiente tales como ruido, temperatura y luz desfavorable (10).

El verdadero creador cultiva su capacidad de observar paciente y cuidadosamente. Toda actividad que pretenda ser creativa tiene su primer fundamento en la habilidad de observar. La observación se va relacionando consciente e inconscientemente con otros elementos y se transforma gradualmente en una nueva idea, al calor del interés y la motivación del observador. El pensador creativo intenta trabajar con materiales adecuados.


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Lo confuso, inexacto y falso no derivará en un pensamiento creativo con algún valor. Es posible ver sin observar, y lo que es peor uno podría pretender sólo ver lo que es inmediato físicamente; como si la objetividad fuera tan fácil como estar frente al objeto. Lo cierto es que se tiende a ver lo que ya se conoce; se puede demostrar experimentalmente. Nuestras mentes pueden estar configuradas para notar ciertas cosas en vez de otras, debido a nuestros intereses particulares. Si percibimos algunas cosas con mucha frecuencia, apenas las vemos, ni qué decir de observarlas. Si percibimos un cambio en las cosas familiares, lo vemos y hasta podríamos observarlo. Todo esto es muy pasivo, muy automático. El buen observador intentará ser tan objetivo como sea posible pero, inevitablemente, será selectivo en la observación, pues intentará dirigirla por alguna idea o principio acerca de qué atender o buscar. Lo principal es darse cuenta de que es necesario flexibilizarse aún más como para lograr observar sin una idea preconcebida. Es recomendable mirar menos y observar pacientemente (8).

Según la concepción constructivista del aprendizaje, observar no es absorber información como una esponja absorbe agua, sino una labor de selección, influida por nuestras expectativas y conocimientos previos. Esto quiere decir que la persona está condicionada por lo que sabe y por lo que espera observar. Si se pide a un físico y a un artista que miren el cielo al mismo tiempo, los dos observarán distintos aspectos: el físico hablará del proceso de formación de las estrellas, del tiempo y el espacio, mientras que un artista pensará en la forma y el color de las nubes, y en las imágenes visuales que le inspiran (16).

Sin ser absolutos, pudiera ser motivo de reflexión el siguiente planteamiento encontrado en la literatura, que a nuestro juicio viene a resumir las ideas de los párrafos anteriores, acerca de que “la capacidad de aprendizaje se desarrolla o se estanca por medio de la observación. Existen dos barreras en la observación: la suposición y la experiencia” (15).

Según Calzada Trocones (2002), para desarrollar la habilidad observar en el primer año de las carreras pedagógicas se debe trabajar con la siguiente estructura interna: determinar el objeto o fenómeno a observar y los objetivos de la observación, confeccionar una guía de observación, anotar los elementos, datos o aspectos esenciales del objeto observado en correspondencia con los objetivos y emitir juicios. Resulta muy interesante la interpretación que hace esta investigadora de la estructura y del desarrollo de esta habilidad a través de los distintos años del pregrado en la educación superior; al proponer que la estructura antes mencionada debe enriquecerse con la fundamentación de criterios y la elaboración de proposiciones y su fundamentación según se progresa en los estudios de pregrado (4). Tales consideraciones pudieran tener también plenas posibilidades en el proceso de enseñanza aprendizaje de las ciencias básicas biomédicas.

CONCLUSIONES.

Al constituir la enseñanza de las ciencias básicas biomédicas la primera etapa de la formación de los profesionales de la salud, en la cual se sientan las bases científicas de las distintas profesiones mediante el estudio sistematizado de las características morfofuncionales del organismo humano, desde el nivel molecular hasta los de mayor integración biológica, con una concepción biopsicosocial del individuo en su entorno familiar y comunitario; según programas de elevada pertinencia donde lo académico, lo laboral y lo investigativo responden al perfil del egresado; los conceptos y valoraciones psicopedagógicas encontrados en la literatura científica acerca de la habilidad observar y su continuidad en la observación científica como método, hacen posible considerar la misma como una habilidad primaria en los estudios de las ciencias básicas biomédicas de la cual puede depender el desarrollo de otras habilidades intelectuales y por tanto acreedora de la mayor sistematización y rigor metodológico durante el proceso de enseñanza aprendizaje de estas ciencias, hasta convertirla en herramienta para el desempeño profesional y la producción de nuevos conocimientos.


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