Enseñanza de la utilizacion correcta de dispositivos de inhalacion
Autor: Ramón Peinador Aguilar | Publicado:  27/04/2010 | Enfermeria , Neumologia | |
Enseñanza de la utilizacion correcta de dispositivos de inhalacion .1

Enseñanza de la utilización correcta de dispositivos de inhalación

Ramón Peinador Aguilar. Diplomado en Enfermería. Hospital General de la Defensa. Zaragoza. España.

Resumen

El uso de la inhalación para la administración de fármacos en el tratamiento de enfermedades respiratorias (Asma, EPOC, etc.) está ampliamente descrito en la literatura científica por las ventajas que esta técnica ofrece (posibilidad de utilizar fármacos en dosis mínimas, efecto terapéutico inmediato, llegada casi exclusiva del fármaco al lugar donde actúa con menores efectos secundarios, etc. (1). Hay que destacar, no obstante, la dificultad que la técnica de inhalación representa para una correcta terapia, lo que condiciona el éxito o el fracaso de nuestra actuación.

Palabras clave: Enseñanza. Inhaladores. Asma. EPOC.

Summary

The use of inhalation for the administering of drugs in the treatment of respiratory disease (asthma, COPD, etc.) is widely described in scientific literature due to the advantages offered by this technique (possibility of using drugs in minimal doses, immediate therapeutic effect, almost exclusive drug arrival at the place where it acts with minor side effects, etc. (1)). It should be noted, however the difficulty that the inhalation technique means for a correct therapy, which determines the sucess or failure of our action.

Key words: Education. Inhalers. Asthma. COPD.

Introducción

La mejora de los modernos sistemas de administración de fármacos por vía inhalatoria está básicamente unido a los avances en el tratamiento farmacológico del asma bronquial que se iniciaron al comienzo del siglo XX, aunque no fue hasta 1956 cuando se comercializó el primer cartucho presurizado. Hasta 1970 los sistemas MDI (metered dose inhalers – Inhaladores de dosis controlada) no tuvieron aceptación, debido a que el tratamiento con inhaladores no satisfacía a los pacientes por los problemas de coordinación necesaria para su adecuada administración.

En la década de los 70 surgieron las primeras cámaras espaciadoras y, más tarde, los inhaladores de polvo seco. Fue crucial en el desarrollo de estos últimos la decisión de algunos países (protocolo de Montreal, 1987) de reducir las emisiones de gases clorofluorurocarbonados (CFC), que es el gas propelente de los MDI (2).

Desde la aparición de estos dispositivos se han publicado diversos estudios que llaman la atención sobre el problema de la mala utilización de los mismos (3-11). La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha publicado recomendaciones y normativas para llegar a un acuerdo en el manejo de los diferentes dispositivos y facilitar así, el conocimiento de la técnica de administración (1).

A pesar de esto, el problema sigue vigente y, quizás, es debido a que los propios profesionales sanitarios mantenemos una gran desinformación en este terreno (12-15). Se hace necesario que la prescripción se acompañe siempre de explicaciones e instrucciones claras de cómo utilizarlos, así como de un seguimiento posterior en cualquier visita programada, o bien durante la hospitalización por reagudizaciones.

A este respecto surgen varias preguntas: ¿Quién, qué, cómo y cuándo adiestrar en el uso de inhaladores a nuestros pacientes?

1. ¿QUIÉN DEBE REALIZAR LA ENSEÑANZA DE LA UTILIZACIÓN DE ESTOS DISPOSITIVOS?

Debemos enseñar la utilización de los inhaladores todos los profesionales sanitarios: médicos, personal de enfermería, fisioterapeutas, etc., que estemos en contacto con estos pacientes y con la única condición de que tengamos los conocimientos necesarios.

Por tanto, el primer paso, debería ser el adiestrar a estos profesionales para que luego ellos puedan transmitir estos conocimientos a los pacientes que van a utilizar los inhaladores, esto pasa por conocer la técnica, por conocer que los distintos pasos de la técnica tienen una explicación científica.

2. ¿QUÉ SE DEBE CONOCER A ESTE RESPECTO?

No debe usarse el inhalador si está por debajo de la temperatura ambiente.

Pues la presión interna del inhalador es sensible a la temperatura.

Retirar la tapa de la boquilla y agitar el inhalador.

Se realiza para conseguir la adecuada homogeneización del propelente y el medicamento.

El inhalador debe de estar recto (forma de L).

Se realiza para evitar la salida del propelente sin medicamento.

La cabeza del paciente debe estar ligeramente inclinada hacia atrás y la lengua relajada.

La cabeza debe estar inclinada para formar un canal lo más recto posible con el inhalador y la base de la lengua produce menos obstrucción al flujo aéreo si está relajada.

Respiración profunda y lenta.

Debido a que la inhalación lenta reduce el depósito de partículas en las vías respiratorias superiores por impactación y, obviamente, sin un adecuado flujo no se logra la entrada de partículas.

Retirar el inhalador de la boca y mantener la respiración 10 segundos o más.

Se debe realizar porque mantener la apnea el mayor tiempo posible facilita el máximo depósito de las partículas del medicamento y reduce la cantidad de dosis inhalada que se exhala.

Espirar como en una respiración normal a través de la nariz.

Esto minimiza la cantidad de medicamento depositado en la boca y que posteriormente puede tragarse.

Esperar 30 segundos antes de una nueva dosis y agitar antes de usar de nuevo.

Se realiza para volver a conseguir la presión de la válvula.

Después de la inhalación de un corticoide debe enjuagarse la boca con agua.

Para minimizar la posibilidad de desarrollar candidiasis orofaríngea.

3. ¿CÓMO SE DEBE ENSEÑAR?

Es lógico que los objetivos deben centrarse en explicar correctamente la técnica de uso del dispositivo que utiliza el paciente.

Los pacientes deberían conocer que el cartucho presurizado de dosis controlada (MDI) contiene gases propelentes que, disueltos con el fármaco, facilitan su salida hacia el exterior y posibilitan la inhalación. Esto debe hacer entender al paciente la necesidad de agitar enérgicamente el cartucho antes de utilizarlo, para obtener así una mezcla homogénea de los gases propelentes y las partículas de fármaco. Por tanto, será fácil que comprenda también el porqué de volver a agitar el cartucho antes de administrarse una segunda dosis.


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