Consumo de pescado y exposicion al metilmercurio. Riesgos y beneficios durante el embarazo
Autor: Dr. Luis Caballero | Publicado:  11/05/2010 | Ginecologia y Obstetricia , Endocrinologia y Nutricion | |
Consumo de pescado y exposicion al metilmercurio. Riesgos y beneficios durante el embarazo .3

Aunque el promedio de consumo de pescado de agua dulce en la República Checa sea de 1 kg per cápita/año y no represente mayor amenaza, los pescadores y sus familias pueden ser la excepción y alcanzar un consumo de 10 kg per cápita/año, lo que aumenta el índice de riesgo para estos últimos, dado el alto contenido de mercurio en especies indicadoras [Žlábek, 2005].

El contenido de mercurio en cabello se utiliza como un bioindicador de exposición al mercurio. Una evaluación se realizó en 15 comunidades ribereñas en la amazonía de Bolivia, en un área afectada por la intensa minería aurífera, donde la contaminación por mercurio del agua, sedimentos y pescado había sido previamente reportada. Se halló una mediana de 4 μg/g. La mediana fue 4,4 μg/g en las madres y 3,9 μg/g en niños, aunque las diferencias en las medianas no fueron significativas. En las mujeres la relación entre el contenido de mercurio en cabello y status nutricional fue negativa, pero ésta desaparece al tomar en cuenta la etnicidad y actividad de subsistencia [Benefice, 2008].

En la región del Pantanal en Brasil, se estudió en 129 hombres y mujeres mayores de 17 años de edad, los efectos de bajos niveles de metilmercurio en las funciones neurosicológicas. Previamente se conoció que el pescado consumido en esta zona, contenía un promedio de 0,7 μg/g en la parte comestible de especies carnívoras y un promedio de 0,08 μg/g en especies herbívoras. El promedio de los niveles de mercurio en cabello fue de 4,2±2,4 μg/g; el rango osciló entre 0,56 y 13,6 μg/g; la mediana fue de 3,7 μg/g. Un 25% de los individuos mostraron una concentración de mercurio por encima del nivel de referencia de la OMS, el cual es de 6 μg/g. Los niveles de mercurio en cabello se asociaron con detectables alteraciones en el desarrollo de pruebas de velocidad motora fina, destreza manual y concentración. La magnitud de estos efectos se incrementó con la concentración de mercurio en cabello, compatible con un efecto dosis dependiente en adultos, aunque un estudio longitudinal es necesario para determinar el rol del tiempo de exposición en estos hallazgos. Estudios previos han hallado menor desempeño en algunas pruebas que incluyeron concentración, velocidad motora fina y memoria verbal, en niños expuestos al metilmercurio durante su desarrollo prenatal al compararlos con los no expuestos [Yokoo, 2003].

La transferencia transplacentaria de mercurio se evaluó en 1510 mujeres y sus recién nacidos, en tres hospitales de Itaituba, en el estado brasileño de Pará. El promedio en sangre de la concentración de mercurio en las madres fue 11,53 μg/L y 16,68 μg/L en sangre del cordón en recién nacidos. La mayor concentración de mercurio se halló en las madres con 31-40 años: 14,37 μg/L y en sus recién nacidos: 21,87 μg/L. En todos los grupos de edad materna, los promedios de mercurio resultaron menores que en los hallados en sus hijos. El mercurio en sangre materna mostró una fuerte y positiva correlación con la edad (r =0,812; p=0,002) y una correlación positiva, pero débil, con la frecuencia del consumo de pescado (r =0,2518; p<0,01). Otras investigaciones en el Amazonas, han encontrado una significativa correlación entre los niveles de mercurio en madres y niños, donde por ejemplo el mercurio en cabello y en leche materna, se asoció con altos niveles de mercurio en el cabello de los niños [Santos, 2007].

En 171 pobladores (mayores de 15 años, no embarazadas, sin historia de exposición al mercurio inorgánico en minas de oro o por amalgamas) de siete comunidades del Río Tapajos, en el Amazonas brasileño, se estudió la relación entre el consumo de pescado y los niveles de mercurio total, orgánico e inorgánico en sangre y en orina. Se determinó un consumo promedio de pescado, de 7,4 comidas a la semana. En promedio el mercurio total en sangre fue 38,6±21,7 μg/L; el promedio de mercurio orgánico o metilmercurio fue 33,6±19,4 μg/L; el promedio de mercurio inorgánico fue 5±2,6 μg/L. El promedio de mercurio en orina fue 7,5±6,9 μg/L, con 19,9% de personas con valores por encima de 10 μg/L. El mercurio inorgánico en sangre se relacionó significativamente con el número de comidas basadas en peces carnívoros pero no con el de peces no carnívoros; se relacionó negativamente con el consumo de frutas y se incrementó con la edad. El mercurio urinario se relacionó significativamente con el consumo de peces carnívoros, con una tendencia negativa ante el consumo de frutas. Estos hallazgos destacan la importancia de conocer la toxicidad potencial del mercurio inorgánico en poblaciones con elevado consumo de pescado, no sometidas a exposición ocupacional o amalgamas dentales [Passos, 2007].

El alimento más frecuentemente consumido por comunidades indígenas habitantes del alto Orinoco y de la subcuenca del Ventuari, es el casabe, un producto derivado de la yuca (Manihot spp.), seguido del pescado. La yuca contiene cantidades variables de linamarina, una sustancia que al ser hidrolizada genera ácido cianhídrico, un tóxico capaz de producir parálisis, neuropatías y muerte. Los aminoácidos azufrados escasos en la yuca pero abundante en el pescado, favorecen la metabolización del ácido cianhídrico en tiocianato, un compuesto menos tóxico. El consumo regular de proteínas de origen animal, ricas en aminoácidos azufrados, permitirían el ancestral consumo de yuca y sus derivados por los pueblos indígenas de la cuenca del Orinoco, sin que aparezcan envenenamientos y neuropatías, como suele ocurrir en algunos países africanos [Caballero, 2008].

Recientes estudios han mostrado una fuerte relación entre el consumo de pescado y la exposición al mercurio, la cual es significativamente modificada por el consumo de frutas. Lo anterior podría indicar una posible interacción toxicoquinética promovida por la ingesta de frutas [Passos, 2008].

En las selvas lluviosas del Amazonas, una extensa área de 7,8 x 106 km2, numerosas etnias y pobladores locales “ribeirinhos”, dependen fundamentalmente de los productos de la yuca y del pescado para alimentarse. Éstos poseen sustancias tóxicas como la linamarina y monometilmercurio, en la yuca y pescado respectivamente. El contenido de linamarina depende entre otros, de la variedad vegetal y de su procesamiento mientras que el metilmercurio se acumula mayormente en los peces predadores. Sin embargo pocos estudios se han dirigido, a esclarecer el rol del mercurio inorgánico emitido por actividades de la minería aurífera o del mercurio orgánico o inorgánico procedente del suelo, en la metilación del mercurio y su paso a través de la cadena alimenticia en el Amazonas. Biomarcadores de exposición a tóxicos, como tiocianato sérico proveniente de la ingesta de yuca o de mercurio en cabello proveniente de la ingesta de pescado, no han mostrado hasta ahora ser predictores clínicos de neuropatías en “ribeirinhos”. El pescado es un abundante recurso sin sustitutos en el Amazonas y consideran los investigadores, que en un escenario de insuficientes servicios de salud y ambiente malsano, los hábitos de alimentación basados en el consumo de pescado son parte de una estrategia de supervivencia, por lo que recomendaciones para modificarlos no son justificables. Cambios en el consumo de pescado podría causar una disrupción en las adaptaciones metabólicas de macro y micronutrientes [Dorea, 2003].

IMPACTO HUMANO POR CONSUMO DE PESCADOS Y OTRAS ESPECIES MARINAS:

En San Francisco, California, se evaluó el contenido de mercurio en sangre y cabello de 89 personas, 82 de ellas presentaron una concentración mayor de 5 μg/L, el valor máximo permitido por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y la Academia Nacional de Ciencias. En sangre, el promedio fue de 14,5 μg/L; la mediana 11,2 μg/L; el rango osciló entre 2 y 89,5 μg/L. El promedio de 66 mujeres fue 15 μg/L (SD=15) y el de hombres 13 μg/L (SD=5). El rango de edades fue 27- 87 años, con un incremento no significativo de mercurio relacionado con el de la edad. El contenido de mercurio en cabello osciló en el rango de 1,55 a 14,81 μg/g, por encima de 1 μg/g, el valor máximo permitido por EPA y la Academia Nacional de Ciencias. Del consumo de treinta tipos de peces, el pez espada mostró la más alta correlación (Correlación de Pearson=0,71, p=0,001) con la concentración de mercurio [Hightower, 2003].

El promedio del consumo de pescado en una región de España, fue de 73,9 g/d, los hombres consumieron en promedio 88,6 g/d y las mujeres 55,1 g/d. Las especies mayormente consumidas fueron merluza y pescadilla (Merluccius merluccius), jurel (Trachurus trachurus), anchoas (Engraulis encrashicholus) y otras de peces blancos. Sin embargo atún (Thunnus tynnus) y bonito del Atlántico (Sarda sarda), las especies de mayor tamaño, presentaron el más alto contenido de mercurio, lo que refleja la bioacumulación de mercurio en la cadena alimenticia. El contenido promedio de mercurio en los hematíes fue 17,9 μg/kg, con 19,8 μg/kg en hombres y 16,3 μg/kg en mujeres. Se halló una relación estadísticamente significativa entre el consumo de pescado y la cantidad de mercurio en glóbulos rojos. Concluyen que 99,9% de los individuos tuvieron un consumo semanal de mercurio por debajo de los niveles tolerables aceptados por la legislación española y la OMS [Sanzo, 2001].

En California se observó, una rápida disminución -en tres semanas- de la concentración sanguínea de mercurio de 67 personas que se abstuvieron o redujeron ampliamente su consumo de pescado con alto o moderado consumo de mercurio; esta disminución continuó lentamente en el tiempo. La rata promedio en la declinación de los 67 pacientes fue de 4,4% por semana [Hightower, 2003].

El cuerpo puede tomar aproximadamente 70 días, para remover la mitad del metilmercurio presente [OTIS, 2004].

Posterior a las advertencias del 2001 y 2004, parte de la población nativa de Alaska se encontró sin alternativas, dado que dependen fundamentalmente de la pesca como fuente de proteínas. A partir de 2002 la División de Salud Pública de Alaska, emprendió un biomonitoreo para conocer el contenido de mercurio en cabello humano de 150 embarazadas y 52 mujeres en edad reproductiva. En embarazadas, la mediana y el promedio fueron 0,47 mg/kg y 0,72 mg/kg respectivamente.


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