Historia de la circuncision y su tendencia en las diferentes culturas de la humanidad
Autor: Dr. Julio C. Potenziani Bigelli | Publicado:  24/05/2010 | | |
Historia de la circuncision y su tendencia en las diferentes culturas de la humanidad .4

Según Liebert (2002) en su trabajo “Circuncisión: ¿un acto simbólico?”, refiere que ”el acto de herirse a uno mismo y derramar la propia sangre es un gesto universal y antiquísimo.

Castración y culto fálico son indisociables. El Rey simboliza el falo universal y su muerte es un acto de auto castración. La muerte masculina y la detumescencia del pene están íntimamente ligadas (Freud 1939).

Psicoanalíticamente las mutilaciones sexuales se consideran como fundamentalmente ambivalentes: desorganizado y diabólico cuando está impuesto por un sujeto encarado y organizado y benéfico cuando es intencional: la circuncisión libera al pene de su parte femenina y acentúa su carácter fálico, con lo cual se supera o vence una ansiedad fundamental”. Como una fuente de vida y muerte en ciclos cósmicos es reflejado vía una ceremonia de sacrificio en la forma de rituales asemejando ecos de la castración primordial o primigenia y un compromiso entre deseo de muerte y la amenaza de aniquilación.

La Teogonía ’Generación de Dioses’ de Hesiodo (poeta griego del siglo VII a.c., escribió dos obras importantes: “Los Trabajos y los Días”, donde describe la vida de los campesinos de su tiempo y enseña cuando ha de hacerse cada trabajo del campo; y “Teogonía” donde habla de los dioses griegos, cuenta que la ruptura del abrazo o convenio impuesto por Urano “Rey de las Montañas, el Cielo y la Tierra”. Deseando terminar con el acoplamiento interminable que previene las futuras generaciones, Gaia (madre tierra), exhorta a sus hijos a penalizar a su padre y Kronos el más joven de los Titanes corta los genitales con su mano izquierda (desde entonces la siniestra) a su padre Urano con una hoz y los arrojó al mar cerca del Cabo Drépano. Del esperma derramado mezclándose con la espuma del mar nace Afrodita. Esto separa el cielo de la tierra, dejando que la creación tome su rumbo. Esta mutilación liberadora y sacrílega establece súbitamente el amplio reino de la violencia y marca el nacimiento del amor (Afrodita) (Julien 1997).

Esto asemeja al mito de Isis (‘La que llora’) la figura más conocida del Panteón egipcio representante del principio femenino, fuente de toda fecundidad y de toda transformación y Osiris “Hijo del Cielo y de la Tierra” primer Dios que se manifestó en el mundo y reinó sobre los hombres, la más antigua de todas las Teogonías donde se produce una batalla fratricida entre Seth y Osiris, ésta reina sobre Egipto junto a su hermana y esposa Isis. Seth captura a Osiris por envidia, y lo corta en 14 pedazos, los cuales disemina por el país. Isis parte en busca de su marido y lo encuentra excepto por su falo (perdida de la función creadora) que lo había devorado un cangrejo.

Lo reconstruyó y lo momificó y le devolvió la vida, para luego criar a su hijo Horus quien a la postre se vengaría matando a Seth. Exalta el amor maternal y conyugal y la abnegación. (Julien 1997). Kuss y Gregoir (1990) refieren que la hipótesis más probable es que el antiguo Egipto localizaba el alma en los genitales, querían ofrecer su piel a las divinidades como un signo de su alianza sumisión. El color rojo del horizonte (usual en Egipto al amanecer y al atardecer) se interpreta como reflejo de la sangre de la circuncisión de su Dios Ra.

Freud (1939) refería además “los más profundos motivos del antisemitismo nacen de raíces y tiempos antiguos. Proviene del inconsciente de la gente y uno de las costumbres que ha aislado a los judíos entre ellos mismos es la circuncisión que siempre ha dado una insatisfactoria e inquietante impresión la cual indudablemente podría ser explicada por su semejanza con la castración terrorífica y entonces toque el fragmento de un pasado primitivo que uno quiere olvidar.

Freud (1920, 1939, 1952,1953) refería que San Pablo o Pablo de Tarso, el perpetuador del Judaísmo también se convirtió en su destructor. Introdujo la idea del sentimiento de culpa de la humanidad y del concepto de redención. El abandonó la idea del pueblo escogido y abandonó su visible signo de la circuncisión, ya que la nueva religión podría difundirse universalmente.

Desde los siglos XVIII en adelante se comenzó a asociar enfermedades de transmisión sexual y fimosis, con lo cual la indicación de circuncisión obedecía a razones netamente médicas-orgánicas por la retracción “intratable” medicamente de dicho prepucio, haciendo necesaria la práctica de la circuncisión. La gonorrea ocasionaba la fimosis gonorreica, la cual numerosas veces terminaba con la cirugía de la piel prepucial. (Abernathy 1828). Y ya francamente en el siglo XX se asocia la circuncisión con la profilaxis de infecciones de transmisión sexual, y cáncer (Ravich 1973).

Trascendencia de la circuncisión en las diferentes culturas:

Se hacía según Hutcheson (2004) como ritual de sacrificio, como signo de sumisión a una deidad, como ofrecimiento de fertilidad, como marca de identificación tribal, como paso de la pubertad-adolescencia a la adultez, como ritual de humillación y marca al enemigo, siendo posteriormente realizadas como parte de una estrategia antimasturbatoria, como profilaxis para un sinnúmero de patologías muy disimiles entre si, como parte de una estrategia nacional de higiene, como profilaxis contra infecciones de trasmisión sexual.

Se hacía ya en el siglo XIX y XX para patologías como la fimosis, para fimosis y en los casos de balanitis y balanopostitis a repetición (Potenziani JC, Informe Médico, 2005).

La fimosis definida como “estrechez rara, inflamatoria o cicatricial del orificio prepucial consecuencia de condiciones patológicas reales más que una enfermedad en sí misma” según criterios de Hodges (1999), ha sido la indicación principal no religiosa de la circuncisión.

En la antigüedad, se dejaba para rituales de tipo religioso y para reforzar y hacer evidentes privilegios de clase social o de realeza, ya que no creemos que podían esgrimirse conceptos de higiene cuando en realidad no se conocía el concepto.

La palabra “higiene” viene del término griego ‘Hygieie’, o ‘Higia’, nombre que se le daba entre los griegos a la Diosa de la Salud y fue retomada por la medicina hipocrática, secularizándola y otorgándole el sentido de un conjunto de normas que deberían ser seguidas para mantener la salud y prevenir las enfermedades (Quevedo 2004), (Andrade 2003).

Esto podría derrumbar las hipótesis que explicaban que la circuncisión que se realizaba, antes de la época griego-romana, seguía preceptos higiénicos, en un momento en la cual la humanidad sufría las consecuencias de la falta de higiene, según los preceptos actuales y de no tener conocimientos de control de enfermedades, ni de disposición y control de excretas, ni de tratamiento del agua para convertirla en potable, ni de la conservación de los alimentos para impedir su descomposición. En fin creemos que el concepto de higiene como tal se conoce hoy en día, no era un factor de realización de la circuncisión.

Posteriormente las explicaciones para su realización, van desde consideraciones estéticas, a consideraciones patológicas, sobre todo en los 200 años trascurridos desde mediados del siglo XVIII hasta mediados del siglo XX, donde se escribieron centenares de trabajos médicos dando fé cierta de que la fimosis era ‘indudablemente’ la causa de enfermedades como cáncer del sistema genitourinario en el hombre y en la mujer, enfermedades venéreas, malnutrición, cuadros de epilepsia, hidrocefalias, demencia, idiocia, hábitos de masturbación, enfermedades cardiacas, homosexualidad, sorderas, infecciones urinarias, criminalidad y muerte, para solo mencionar algunas (Hodges 1999).

Desde mediados del siglo XX, y sobre todo en sus últimos 25 años y comienzos del siglo XXI la circuncisión resulta importante en el combate contra las infecciones de transmisión sexual (I.T.S), (Fakjian 1990),(Fink 1989),(Fleiss 1995), (Tyndall 1996).

Inclusive durante un tiempo se habló de la necesidad de cirugía de circuncisión en neonatos con infecciones urinarias a repetición, pero ésta indicación ha disminuido, quedándose sólo para aquellos casos que sin duda alguna la fimosis es el factor obstructivo a la libre salida de orina, causando altos niveles de orina residual con la consiguiente infección urinaria (Ginsburg 1982) (Roberts 1986).

Circuncisión en el fértil creciente-Mesopotamia

Evidencias descubiertas por Hauptmann y Schmidt de la Academia Heildelberg de Humanidades y Ciencias de Alemania en conjunto con el Museo Arqueológico Sanhurfa de Turquía comenzaron a estudiar un asentamiento mesopotámico sobre un tributario del rio Éufrates en el reservorio de Atartuk y otro sitio denominado Gobekli Tepe, en la llanura de Harran, sitios activos entre los años 8.500 y 9.500 a.c, consiguiéndose figuras itifálicas andrológicas-ginecológicas de tres metros de altura en forma de T y realizadas en piedra caliza, semejando en ocasiones penes circuncidados, lo que vendría a reforzar la teoría de Smith, egiptólogo inglés, que refería que la circuncisión era uno de los signos de las culturas heliolíticas diseminadas por el mundo 15.000 años atrás.


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