Tratamiento psicologico del duelo en atencion primaria
Autor: Dr. Manuel F. Gómez Simón | Publicado:  7/06/2010 | Psicologia , Medicina Familiar y Atencion Primaria | |
Tratamiento psicologico del duelo en atencion primaria .1

Tratamiento psicológico del duelo en atención primaria

Manuel F. Gómez Simón. Facultativo Especialista en Psicología Clínica. Hospital Álvarez Buylla. Salud Mental. Mieres, Asturias.
Sergio Ocio León. Facultativo Especialista en Psiquiatría. Hospital Álvarez Buylla. Salud Mental. Mieres, Asturias.
Mario Javier Hernández González. Facultativo Especialista en Psiquiatría y en Medicina de Familia y Comunitaria. Hospital Álvarez Buylla. Salud Mental. Mieres, Asturias.

Resumen

Los profesionales sanitarios de Atención Primaria tratan con frecuencia a pacientes que acaban de perder a un ser querido o lo van a perder próximamente. El fallecimiento es vivido como pérdida de una parte de la propia vida, de uno mismo, por lo que el duelo es inevitable después de la muerte de un familiar o allegado.

Los médicos de familia están en el primer nivel de atención y son los profesionales idóneos para atender a las personas en duelo. De aquí la necesidad tanto de tener un conocimiento profundo del fenómeno del duelo, como de los recursos disponibles (medios, estrategias, protocolos, habilidades profesionales, etc.) para evaluar, diagnosticar y realizar las intervenciones de ayuda necesarias en la atención al duelo.

Proponemos entender el duelo como una labor a realizar por el doliente, con tareas propias, marcadas tanto por la cultura en general como por las circunstancias particulares en las que se desenvuelve; y que en la medida en que van llevándose a cabo o no se realizan van marcando la dirección del proceso, hacia un duelo saludable o hacia los desajustes del duelo patológico.

Las intervenciones psicológicas, adaptadas al contexto clínico en el que desarrolla su trabajo el médico de familia, tienen demostrada su eficacia y su alto valor terapéutico y preventivo.

Palabras clave: Duelo, duelo patológico, tratamiento psicológico, atención primaria.

Psychological treatment for grieving and bereavement in primary care

Abstract

Frequently, primary care professionals have to deal with patients that have just lost (or are about to lose) a loved one. Death is perceived as the loss of a part of oneself, and thus bereavement is inevitable after the passing of a close family member or friend.

General practitioners represent the first level of attention, and they are the most suitable professionals to attend people in grief. This is why having a deep knowledge of the phenomenon and available resources (strategies, protocols, professional abilities...) is required to evaluate, diagnose and perform the actions needed to help.

We propose understanding grieving and bereavement as a goal to be accomplished by patients, with their own tasks, defined by their culture as well as their own personal circumstances; whether they comply with the tasks or not will define the direction of the process, towards a healthy bereavement or the pathologic grief.

The psychological interventions, adapted to the clinical context in which GP's develop their work, have proved their efficacy and high therapeutic and preventive value.

KEYWORDS: Bereavement, pathologic grief, psychological treatment, primary care

INTRODUCCIÓN

Los médicos de familia atienden con frecuencia a pacientes que acaban de perder a un ser querido o que lo van a perder próximamente. En ocasiones ya han estado en el propio domicilio tratando de su enfermedad a la persona fallecida, por lo que mantienen una estrecha relación con la familia en esta penosa situación; en otras, es el doliente quien acude al Centro de Atención Primaria tras el fallecimiento: lo habitual es que con cada fallecimiento haya varias personas afectadas; siempre hay que considerar a dicho doliente como parte de un grupo familiar con el que tratar (Kissane, et al.,1994; Tizón, 1995; Casarett, et al., 2001).

Teniendo en cuenta los estudios sobre el tema, se viene aceptando que aproximadamente un tercio de los pacientes que acuden a los centros de Atención Primaria (AP) presentan problemas relacionados directa o indirectamente con la salud mental. Se calcula que alrededor de una cuarta parte de esta población padece síntomas en relación con algún tipo de pérdida. A la vez, también se manejan datos de un 16% de depresiones en procesos de duelo complicados y/o no resueltos (Dohrenwend, et al., 1994; López, et al., 2001; Tizón, 2004).

Los profesionales en Atención Primaria (AP) suelen ser los primeros sanitarios con los que se pone en contacto el doliente, a veces con unos signos o síntomas claramente reactivos a la muerte de un ser querido, pero en otros con unas quejas que pueden hacer pasar desapercibida la causa de las mismas; apareciendo como quejas somáticas y/o emocionales, y que si no son bien evaluadas pueden hacer pasar inadvertido el hecho mismo de la pérdida como causa del malestar. Una buena formación, con los recursos adecuados tanto para atender el propio sufrimiento (estrés, angustia, síntomas depresivos), como en la prevención de otras patologías psicosomáticas y el riesgo de suicidio, además de ayudar en la elaboración del duelo normal puede evitar el duelo patológico.

Desde la perspectiva que presentamos, los médicos de familia serían los profesionales idóneos para atender a las personas en duelo, en general, y a las que precisen una “intervención en crisis”, en particular. De aquí la necesidad tanto de un conocimiento profundo del fenómeno del duelo, como de los recursos disponibles (medios, estrategias, protocolos, habilidades profesionales…) para evaluar, diagnosticar y realizar las intervenciones de ayuda necesarias en la atención al duelo (Recasens, 1995).

El fallecimiento es vivido como pérdida de una parte de la propia vida, de uno mismo, por lo que el duelo es inevitable después de la muerte de un familiar o allegado. Esta experiencia vital es más acentuada cuanto mayores son los lazos con el fallecido y la gravedad de las circunstancias de la propia pérdida. Implica en muchos casos el comienzo de una nueva etapa vital, en ocasiones en una situación social muy difícil (Bowlby, 1986).

Las respuestas psicológicas ante la pérdida tienen claros componentes culturales, de ahí que en los países desarrollados hayan surgido situaciones especialmente significativas, como son los casos de jóvenes fallecidos en accidente de tráfico, la muerte de recién nacidos –más difícil de aceptar ahora que hace unas décadas-, las muertes con violencia, los enfermos con degeneración cerebral y los de larga duración (SIDA, enfermedades degenerativas o invalidantes, crónicos, etc.).

Ante lo inevitable del duelo, lo que sí se puede hacer es enseñar a reaccionar de forma adecuada, funcional y adaptativa. Por un lado, los profesionales de Atención Primaria (AP) se pueden dotar de recursos que posibiliten intervenciones eficaces en la atención al proceso de duelo, y a la vez, por el otro, enseñar también a los dolientes que lo necesiten cómo afrontar la pérdida para evitar desarrollar un duelo patológico. Afrontamiento que implica más dosis de “aceptación” activa que de “enfrentamiento” a las circunstancias que conlleva la pérdida. Saber cómo actuar en el proceso que conlleva la pérdida implica tanto a los profesionales como a los dolientes y a sus allegados (familiares, amigos), es una implicación activa, llevando a cabo una relación de ayuda que facilite la adaptación, frente a una concepción pasiva del sufrimiento (Balint, 1968; Hayes, et al., 1994; Luciano, 1999).


Revista Electronica de PortalesMedicos.com
INICIO - NOVEDADES - ÚLTIMO NÚMERO - ESPECIALIDADES - INFORMACIÓN AUTORES
© PortalesMedicos, S.L.
PortadaAcerca deAviso LegalPolítica de PrivacidadCookiesPublicidadContactar