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Caracterizacion de la fractura de cadera en el adulto mayor
https://www.portalesmedicos.com/publicaciones/articles/2265/1/Caracterizacion-de-la-fractura-de-cadera-en-el-adulto-mayor.html
Autor: Dr. Rafael Martinez Leon
Publicado: 10/06/2010
 

Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal en 42 pacientes adultos mayores con fractura de cadera atendidos en la Clínica Popular “Simón Bolívar” de Mariara, municipio Diego Ibarra, en el periodo de noviembre 2005- diciembre 2007, con el objetivo de caracterizar la fractura de cadera en adultos mayores. Se describieron variables relacionadas con esta entidad. Se obtuvo como resultados que el grupo de edad de 70-79 años fue el más frecuente con 40,47%, predominando el sexo femenino (76,16%) y la raza blanca (95,23%).


Caracterizacion de la fractura de cadera en el adulto mayor .1

Caracterización de la fractura de cadera en el adulto mayor. Clínica Popular “Simón Bolívar”, Mariara, Estado Carabobo. Noviembre 2005- Diciembre 2007.

Dr. Rafael Martínez León (1)
Dr. Aracelio Pérez Guevara (1)
Dr. José Ramón Hernández Puerto (2)
Dra. Juliett Leal Yanes (3)

(1) Especialista de Primer Grado en Ortopedia y Traumatología. Profesor Instructor.
(2) Especialista de Primer Grado en Medicina General Integral y en Ortopedia y Traumatología. Profesor Instructor.
(3) Especialista de Primer Grado en Medicina General Integral. Profesora Instructora. Residente de Primer Año de Dermatología.

RESUMEN

Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal en 42 pacientes adultos mayores con fractura de cadera atendidos en la Clínica Popular “Simón Bolívar” de Mariara, municipio Diego Ibarra, en el periodo de noviembre 2005- diciembre 2007, con el objetivo de caracterizar la fractura de cadera en adultos mayores. Se describieron variables relacionadas con esta entidad. Se obtuvo como resultados que el grupo de edad de 70-79 años fue el más frecuente con 40,47%, predominando el sexo femenino (76,16%) y la raza blanca (95,23%).

Las fracturas extracapsulares predominaron (66,66%); Los antecedentes patológicos personales más frecuentes fueron: la hipertensión arterial con 20 pacientes (47,61%), la diabetes mellitus con 6 pacientes (14,28), la cardiopatía isquémica y los accidentes cerebrovasculares se comportaron iguales con 5 pacientes para un 11,90%; y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica con 4 pacientes para un 9,52%. En cuanto a la demora para realizar el tratamiento quirúrgico se obtuvo que 21 pacientes fueron intervenidos antes de las primeras 24 horas (50%) e igualmente ocurrió en los intervenidos después de las primeras 24 horas. Se recomienda que se aplique en la República Bolivariana de Venezuela la Guía Nacional de Buenas Prácticas Clínicas para la atención del paciente anciano con fractura de cadera que existe en nuestro país, con la finalidad de disminuir la morbimortalidad asociada a esta entidad.

Palabras clave: Fractura de cadera, ancianos, adulto mayor, morbilidad, tratamiento.

SUMMARY

We conducted a cross sectional study in 42 elderly patients with hip fracture treated at the People's Clinic "Simon Bolivar" of Mariara, Diego Ibarra Municipality in the period November 2005 - December 2007, with the aim of characterizing the fracture hip in the elderly. Related variables were described with this entity. Such analysis indicated that the age group 70-79 years was the most frequent with 40.47%, predominantly female (76.16%) and whites (95.23%). Extracapsular fractures predominated (66.66%); The most frequent personal medical history were hypertension in 20 patients (47.61%), diabetes mellitus in 6 patients (14,28), ischemic heart disease and accidents cerebrovascular behaved the same with 5 patients for a 11.90% and chronic obstructive pulmonary disease with 4 patients for 9.52%. As for the delay for surgical treatment was found that 21 patients were operated on before the first 24 hours (50%) and also occurred in the surgery after the first 24 hours.It recommends implementation of the Bolivarian Republic of Venezuela, the National Guidance on Good Clinical Practice for the care of elderly patients with hip fracture that exists in our country, with the aim of reducing morbidity and mortality associated with this entity.

Keywords: hip fracture, elderly, morbidity, treatment.


INTRODUCCIÓN

En Venezuela, con una población estimada para el año 2001 de 24.701.478 habitantes, de los cuales el 50,3% eran hombres y el 49,7% mujeres, y en donde el 9% de la población general estaba representado por mujeres mayores de 50 años, ha habido un notable incremento de las fracturas de cadera. Conociendo que la principal causa de esta fractura es la osteoporosis, se han realizado varios estudios donde se ha encontrado baja masa ósea en una media de 66%, que fue catalogada de acuerdo con el criterio de la OMS en osteoporosis y osteopenia. Es así como el 30% de la población mayor de 50 años resultó osteoporótica, a la vez que se catalogó como osteopénica al 36% de la población portadora de baja masa ósea (1).

Este aumento creciente de la población anciana y, por supuesto, el incremento de la incidencia de las fracturas del extremo proximal del fémur, obligan al estado a trazar estrategias para poder darle la atención de calidad que necesita este tipo de pacientes, con una elevada morbi-mortalidad.

En marzo del 2003 comenzó la Misión Barrio Adentro en todo el país y ya para mayo de ese mismo año, este plan se había extendido más allá de las barriadas caraqueñas para llegar al municipio Sucre del estado Miranda y casi de inmediato sembrarse en todos los rincones del país.

En estas circunstancias surgieron las Clínicas Populares, que son establecimientos públicos de salud orientados a la construcción de redes como formas articuladas que den respuestas oportunas, regulares y suficientes, dirigidas a cubrir las necesidades de salud y atención médica especializada a las poblaciones en un territorio social específico. El área de influencia de la Clínica Popular comprende entre 40 y 60 Consultorios Populares, siendo ella el centro de salud de referencia natural de estos consultorios atendiendo una población aproximada de 75.000 habitantes de domicilio cercano o contiguo a la clínica, exceptuando las zonas especiales (áreas indígenas y rurales) (2).

El presente trabajo se realiza en la Clínica Popular “Simón Bolívar” de Mariara, municipio Diego Ibarra, del estado Carabobo, en Venezuela, en el contexto de la Misión Barrio Adentro.

El municipio Diego Ibarra limita al norte con el Parque Nacional Henri Pittier y la cordillera de la costa perteneciente al municipio Ocumare de la Costa de Oro del estado Aragua, al sur con el Lago de Valencia, al este con los municipios Mario Briceño Iragorry y Girardot del estado Aragua y al oeste con el municipio San Joaquín del estado Carabobo. En el censo del año 2000, tenía una población de 100.918 habitantes y se plantea que para el 2010 tenga una población de 128.094 habitantes. Además, en nuestro centro se atienden pacientes de todo el estado Carabobo y del estado Aragua por la cercanía del mismo.

La incidencia de fractura de cadera se incrementa exponencialmente con la edad y así aumenta la necesidad de una atención inmediata y de calidad a estos pacientes que generalmente presentan complicaciones propias de la edad (cardiovasculares, respiratorias, etc.). En personas mayores de 50 años, la relación entre mujeres y hombres es de 2:1. Cerca del 98% de las fracturas de cadera ocurren en personas mayores de 35 años, y el 80% ocurre en mujeres (debido a que existen más mujeres ancianas que hombres). La mayoría de las fracturas de cadera ocurren dentro del hogar, como resultado de caídas en suelo húmedo (3).

La mortalidad de los ancianos con fractura de cadera por osteoporosis es de aproximadamente el 20%. De los que sobreviven aproximadamente la mitad de los pacientes presentan discapacidad (4).

La mortalidad luego de un año de una fractura de cadera es aproximadamente el doble en hombres si se comparan con mujeres (5).

Estudios revelan que en Suecia el riesgo de sufrir una fractura de cadera a lo largo de la vida es de un 25% en mujeres y del 7% en hombres. En la actualidad se está detectando un incremento dramático en la incidencia de estas lesiones debido a la mayor longevidad de la población sobre todo de las mujeres. Las expectativas de reducción de la tasa de mortalidad para mujeres mayores de 65 años (1,5% por año) durante la próxima década traerán consigo un incremento de entre un 10 y un 15% en la incidencia de fractura de cadera (6, 7, 8, 9, 10).

Es un hecho evidente que la masa ósea es mayor en los africanos cuya tasa de fractura de cadera es la más baja, mientras que la mujer caucásica con menor masa ósea tiene la tasa más elevada. Estas diferencias constatables en la masa ósea de las diferentes razas parece tener relación con patrones de dieta y de actividad física. El efecto protector del ejercicio ayuda a explicar el bajo índice de osteoporosis entre las mujeres africanas y asiáticas. La mujer negra tiene menos tendencia a la caída que la mujer blanca, probablemente debido a una buena salud consecuencia de una vida de trabajo físico. Por su parte la mujer japonesa presenta una menor incidencia debida probablemente a su mayor equilibrio, fuerza o talla baja (11).


Caracterizacion de la fractura de cadera en el adulto mayor .2

Analizando el crecimiento de la población mundial y el aumento en la expectativa de vida se estima que el número de fracturas de cadera en el año 2010 sufrirá un incremento del 50% (6, 7, 12), siendo este mayor en el mundo urbano que en el rural (7, 9, 10, 13, 14, 15), y en cifras globales podría elevarse a 6.25 millones de fracturas de cadera para el año 2050. Los datos obtenidos hasta la fecha indican que la fractura osteoporótica se incrementa en todos los países del mundo donde la expectativa de vida continúa aumentando.

Según estimaciones publicadas se calcula que en 1990 se produjeron 1.7 millones de fracturas de cadera en el mundo. En Lund, Suecia, desde 1966 a 1986, se observó un aumento de la incidencia del 3.3 al 5.1 por 1000 habitantes por año en pacientes de más de 50 años de edad, mientras que en pacientes mayores de 80 años la incidencia pasó del 13.2 al 25.5 por 1000 habitantes por año en el mismo periodo de tiempo. Durante este periodo de tiempo la población se incrementó en un 71% (92% de mujeres y 42% de hombres) (7). La incidencia de la fractura de cadera entre los años 1960 y 1990 para la mujer pasó del 3.2 al 9.1 por 1000 habitantes por año con el correspondiente incremento para el hombre. Suecia y Noruega, países que disponen de un registro nacional de fracturas de cadera, tienen la tasa de incidencia corregida por edad más alta de fracturas de cadera. La razón de ello no está clara, aunque se especula que podría depender de la coincidencia de una serie de factores: hereditarios, talla, baja actividad física, dieta, tasas bajas de vitamina D por escasa exposición solar, etc. (16,17).

El principal aumento de incidencia de fractura de cadera se ha observado entre las personas mayores de 80 años, habiéndose doblado el riesgo tanto para las fracturas del grupo cervical como las del trocantérico. Se trata de un grupo de población que tiene una elevada morbilidad y necesita con más frecuencia de hospitalización que los pacientes más jóvenes. En una curva Gaussiana se observaría que casi la mitad de las fracturas de cadera se encuentran en el grupo de edad mayor de 80 años, con un pico alrededor de esta edad y comienzo de la base a los 50 años (11).

Ha habido un notable aumento de la población anciana, especialmente en África, Asia, Sudamérica y Este del Mediterráneo. En 1990 se calculaba que aproximadamente el 56% de las fracturas de cadera habían ocurrido en Europa, Norteamérica y Oceanía, y se prevé que en el 2050 el 71% de las mismas se producirán en África, Asia, Sudamérica y Este del Mediterráneo (11).

La incidencia de las fracturas de cadera en España oscila entre 165 y 245 por cada 100.000 habitantes, según zonas, con una media de 265. El aumento de la supervivencia del hombre, ha duplicado la incidencia de las fracturas en la vejez en las dos últimas décadas. Durante el año 1984, se contabilizaron en España 33.000 fracturas de cadera. Se estimaban para el año 2000 la cifra de casos en números absolutos en unas 40.000 anuales. Sin embargo se han superado dichas estimaciones, alcanzando cifras de 60.000 al año, recogidas durante el año 2002, tal como aparecen en los estudios presentados en el año 2002 por A.F.O.E. (Acta de fracturas osteoporóticas españolas), realizado por la Sociedad Española de Traumatología y Cirugía (18). De ellas, el 91% de los casos corresponden a personas de más de 65 años. A partir de los 85 años la incidencia duplica al grupo de 75 a 85 años (19).

En Estados Unidos, Bacon y col (20) en 1989 señalaba una incidencia media, en los mayores de 65 años, de 480 fracturas de cadera por 100.000 habitantes en varones y de 1.040 fracturas por 100.000 habitantes en mujeres. Encontraban tasas muy diferentes según los estados de donde procedieran los datos y la explicación que daban los autores es que, en los estados predominantemente rurales la incidencia era menor por los hábitos nutricionales y el ejercicio físico. Según los autores la región de EE.UU. con mayor incidencia de fracturas de cadera, corresponde a una población con una proporción importante de residentes originarios de los Países Escandinavos (20).

En Cuba, país en vías de desarrollo, la expectativa de vida al nacer ha ganado casi 20 años desde la década del cincuenta a la actualidad, algo poco visto en el tercer mundo. También la esperanza de vida a los 60 años ha aumentado sensiblemente, si en 1950 era de 15.5 años, en menos de 40 años se elevó a 20.5 años; estos niveles de esperanza de vida de la población senescente son comparables con los más altos del mundo. Especialmente es destacable la esperanza de vida geriátrica de los hombres cubanos, la cual llega a los 19.5 años, frente a 21.1 para las mujeres. Actualmente la esperanza de vida de las personas que en Cuba cumplen 75 años es de 10.20 años, y los que arriban a 80 años es de 7.6 años para ambos sexos.

Otro indicador que demuestra la magnitud y la rapidez del crecimiento de la longevidad de los cubanos, es el rango de supervivencia de su población: hoy ya más del 75% de los cubanos sobreviven a los 60 años y en los próximos 10 años lo hará el 87%. Esto es más de la media europea y mucho más que la supervivencia en América Latina (21).

Estos aspectos del envejecimiento de la población cubana justifican lo pronosticado por algunos estudiosos del tema cuando plantean que el número de fracturas de cadera en los ancianos será el doble o el triple para el año 2050, y otros afirman que este duplo o triplo ocurrirá en los próximos 20 años (20).

En nuestro país, se reportaron cifras de 84,3 para el año 1989 y 124,5 para 1998 como las tasas de mortalidad por fractura de cadera en la población anciana (por 105 habitantes) (20).

En Venezuela, las estadísticas indican, en cuanto a la frecuencia de fractura de cadera, que por cada 100.000 mujeres mayores de 50 años, se observan 100 fracturas anuales, y por cada 100.000 hombres mayores de 50 años, se producen 50 fracturas. Podemos concluir, a partir de estos resultados, que para la población total de 25 millones de habitantes que tiene Venezuela en la actualidad –más específicamente, una población femenina del 9% y 7% de la población masculina mayor de 50 años-, las fracturas de cadera están en el orden de 2.250 en mujeres mayores de 50 años y de 871 en hombres mayores de 50 años. Además, ocurren unas 500 fracturas de cadera anuales por accidente en la población joven. Sobre la base de estos datos, se puede afirmar que, diariamente, se producen alrededor de 10 fracturas de cadera (1, 21, 22).

El estado Carabobo no está exento de esta problemática y específicamente en el municipio Diego Ibarra, en la Clínica Popular “Simón Bolívar”, no existen estudios científicamente demostrados donde se aborde lo referente a la caracterización de la fractura de cadera en el paciente adulto mayor, lo que nos motivó a realizar nuestro estudio planteándonos el siguiente problema científico: cuál es el comportamiento de las fracturas de cadera en el adulto mayor en este centro asistencial.

OBJETIVOS

General:

Caracterizar la fractura de cadera en adultos mayores atendidos en la Clínica Popular Simón Bolívar, en el período comprendido entre noviembre 2005 - diciembre 2007.

Específicos:

• Describir el comportamiento de la muestra según las variables edad, sexo y raza.
• Clasificar el tipo de fractura según las características anatómicas.
• Relacionar los antecedentes patológicos personales en los pacientes con fractura de cadera.
• Determinar el tiempo transcurrido desde la fractura hasta el tratamiento quirúrgico.
• Determinar el tipo de tratamiento realizado.

DISEÑO METODOLÓGICO

Se realizó un estudio descriptivo, de corte transversal con la finalidad de caracterizar la fractura de cadera en el adulto mayor atendidos en la Clínica Popular Simón Bolívar, municipio Diego Ibarra, estado Carabobo en la República Bolivariana de Venezuela, durante el período comprendido de Noviembre 2005- Diciembre 2007.

El universo de estudio estuvo constituido por la totalidad de los pacientes con fractura de cadera atendidos en la Clínica Popular “Simón Bolívar”, lo cuales fueron 54. La muestra fue de 42 pacientes, la cual no coincidió con el universo. Se tuvieron en cuenta los siguientes criterios de inclusión y exclusión.

Criterios de inclusión: Paciente adulto mayor (mayor de 60 años) con fractura de cadera.

Criterios de exclusión:

1. Pacientes menores de 60 años con diagnóstico fractura de cadera.
2. Fracturas patológicas.


Caracterizacion de la fractura de cadera en el adulto mayor .3

Para dar cumplimiento a cada uno de los objetivos se tuvieron en cuenta las siguientes variables:

 Edad
 Sexo
 Raza
 Tipo de fractura
 Antecedentes patológicos personales
 Tiempo transcurrido desde la fractura hasta el tratamiento.
 Tipo de tratamiento.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Se presenta en la tabla 1 la distribución de pacientes con fractura de cadera según sexo y edad, donde predominó el sexo femenino con un total de 32 pacientes, lo que representó el 76,19% del total de la muestra (42 pacientes), sobre el sexo masculino con 10 pacientes para un 23,80%. El grupo de edad más frecuente fue el de 60 a 69 años, con un total de 70 a 79 años con 17 pacientes (40,47%), en este grupo continuó el predomino del sexo femenino con 12 pacientes (28,57%). Le siguió el grupo de 80 a 89 años con 12 pacientes (28,57%) y con predominio del sexo femenino con 10 pacientes (23,80%).

Tabla 1: Distribución de pacientes con Fractura de cadera según sexo y edad. Clínica Popular “Simón Bolívar”. Noviembre 2005- Diciembre 2007. 

fractura_cadera_geriatria/edad_sexo_incidencia

Fuente: Encuesta

Estos resultados coinciden con los de otros investigadores. Por ejemplo, en España, Johnell O, Gullberg B, Allander E, Kanis JA y el MEDOS Study Group. Concluyeron que la fractura de cadera es más frecuente en las mujeres que en los varones y que son muy escasas las poblaciones en las que se observa una relación inversa (23).

Cumming y col en 1995 realizaron un estudio multivariante prospectivo donde identificaron una serie de factores que clásicamente se asociaban a la predisposición a la fractura de cadera. Tal fue así que concluyeron que la mujer que reuniera más de 5 de estos factores tendría una incidencia de 27 por cada mil habitantes y año para sufrir una fractura de cadera (24).

Otros autores como Cameron, Clark, Schurch y Amstrong, en sus investigaciones encontraron que las fracturas de cadera eran más frecuentes en mujeres que en hombres, inclusive, en edades más avanzadas. Así en los más ancianos (nonagenarios) una de cada cuatro mujeres y uno de cada ocho hombres sufrió una fractura de cadera cada año (25, 26, 27, 28).

En Cuba en Hospital Militar Central "Dr. Luis Díaz Soto", el Dr. Rogelio Pérez Reyes y colaboradores concluyeron que el 75,4% de sus pacientes pertenecían al sexo femenino, lo que corroboraron con los trabajos de otros autores como el profesor Álvarez Cambras, Mosquera, Copeland y Benitez Herrera, quienes plantearon que son más frecuentes estas lesiones en las féminas debido a la disposición anatómica y patrón hormonal de las mismas, se sabe que estas son más sedentarias que los hombres y propensas a tener mayor grado de osteoporosis por la aparición de la menopausia (29, 30, 31, 32). En opinión de este autor, también influye en esta alta incidencia en las mujeres otros factores como: el promedio de vida es superior al hombre, viven de 5 a 10 años más; tienden a la coxa vara y son menos activas por lo que padecen más de osteoporosis que los hombres.

Específicamente en Venezuela, en el Hospital Pérez de León (HPL) de Petare, el doctor Luis Sanz obtuvo resultados similares a los nuestros pero con un porciento menor, ya que las mujeres predominaron en un 51,60% (33).

En la tabla 2, donde se presentaron los pacientes con fractura de cadera según la raza, existió un predomino de la raza blanca con 40 pacientes (95,23%), sobre la mestiza y la negra con un solo paciente cada una, representando 2,38%.

Tabla 2: Distribución de pacientes con Fractura de cadera según raza. Clínica Popular “Simón Bolívar”. Noviembre 2005- Diciembre 2007. 

fractura_cadera_geriatria/raza_blanca_negra

Fuente: Encuesta

Estos resultados coinciden con otros trabajos, como los obtenidos por Thorngren K G, el que planteó que la masa ósea es mayor en los africanos cuya tasa de fractura de cadera es la más baja, mientras que la mujer caucásica con menor masa ósea tiene la tasa más elevada. Estas diferencias constatables en la masa ósea de las diferentes razas parece tener relación con patrones de dieta y de actividad física. El efecto protector del ejercicio ayuda a explicar el bajo índice de osteoporosis entre las mujeres africanas y asiáticas. La mujer negra tiene menos tendencia a la caída que la mujer blanca, probablemente debido a una buena salud consecuencia de una vida de trabajo físico. Por su parte la mujer japonesa presenta una menor incidencia debida probablemente a su mayor equilibrio, fuerza o talla baja (11). Otro autores como Genant HK señalan el predomino de las fracturas de cadera secundaria a osteoporosis más frecuente en mujeres blancas (34). No se encuentran en la literatura revisada aspectos relacionados con estos resultados en Venezuela, lo que se debe en parte a la escasa cantidad de investigaciones publicadas sobre las fracturas de cadera.

En la tabla 3 se muestra la distribución de pacientes según el tipo de fractura, donde predominó el tipo extracapsular con un total de 28 pacientes (66,66%) sobre las intracapsulares con un total de 14 (33,33%).

Tabla 3: Distribución de pacientes con Fractura de cadera según la clasificación anatómica. Clínica Popular “Simón Bolívar”. Noviembre 2005- Diciembre 2007. 

fractura_cadera_geriatria/tipo_intracapsular_extracapsular

Fuente: Encuesta

Resultados similares a estos han sido los encontrados por otros autores, los cuales se describen a continuación.

Thorngren KG. En su trabajo Optimal treatment of hip fracture, plantea que desde el punto de vista de la morfología de la fractura se observa un predominio de las fracturas cervicales en los pacientes más jóvenes y una mayor proporción de fracturas trocantéricas a medida que aumenta la edad. Para los grupos de mayor edad la proporción de fracturas cervicales y trocantéricas se encuentra alrededor de la unidad (1:1). El aumento de la incidencia de las fracturas trocantéricas con la edad sugiere que la osteoporosis está más relacionada con las fracturas trocantéricas que con las cervicales (35). Estos resultados se corresponden con los nuestros ya que el grupo de edad que más predominó fue el de 70 a 79 años, edad en que aumenta la incidencia de osteoporosis.


Caracterizacion de la fractura de cadera en el adulto mayor .4

En Madrid, España, el Dr. José Luis Vilanova Vázquez, refiere que después de la valoración radiológica 180 pacientes fueron diagnosticados de fractura subtrocantérea, 716 de fractura pertrocantérea y 559 de fractura subcapital de fémur, lo que significa que 896 (61,6%) fracturas fueron extracapsulares y solamente 559 (38,4%) fueron intracapsulares (36).

Existen otros estudios que demuestran similitud con el nuestro donde predominaron las fracturas extracapsulares, se exponen a continuación:

Herrera, en el 2002 obtiene en su investigación un 52,4% de fracturas extracapsulares sobre un 47,8% de incidencia de las intracapsulares (37).

En nuestra revisión solamente se encuentran resultados homogéneos en los dos tipos de fracturas en los trabajos de Michelson, en Baltimore en 1990, con 64% en fracturas extracapsulares y 37% en las intracapsulares. También Kayaga, en Japón en 1999, obtiene un 62,8% de extracapsulares y un 37,2% de intracapsulares (38, 39). En Venezuela, en 1992, Luis Sanz obtiene igualmente mayor número de pacientes con fracturas extracapsulares pero sin expresar los datos de número de casos y porciento (33).

Los antecedentes patológicos de cada paciente se describen en la tabla 4, donde se obtuvo que la hipertensión arterial fue la enfermedad asociada que más se presentó con 20 pacientes (47,61%), seguida de la diabetes mellitus con 6 pacientes (14,28%). Los accidentes cerebro-vasculares y la cardiopatía isquémica le siguieron con 5 pacientes (11,90%) cada una. 

fractura_cadera_geriatria/antecedentes_patologicos_asociados

Tabla 4: Antecedentes patológicos personales en pacientes con Fractura de cadera. Clínica Popular “Simón Bolívar”. Noviembre 2005- Diciembre 2007.

Fuente: Encuesta

Resultados similares a los expuestos anteriormente son los reportados por Vilanova, en Madrid, España, en el 2006, donde obtiene un 43,3% de pacientes con antecedentes de hipertensión arterial, un 18,4% con diabetes mellitus, un 13,9% con accidentes cerebrovasculares y un 29% con antecedentes de cardiopatía isquémica, este último no se corresponde con nuestros resultados, lo que pensamos sea por el tamaño de la muestra que es pequeña en comparación con la investigación de Vilanova (36).

Cano, reporta un 60,7% de pacientes con antecedentes de hipertensión arterial en su estudio (40). Miraval, en Perú obtiene un 44% de pacientes hipertensos en su investigación, resultados que coinciden con los nuestros (41).

Sonia Patricia Hernández, en México, obtiene resultados muy similares a los nuestros, tal es así que plantea que resultan sanos 210 (23%) y los restantes 714 (77%) refieren algún tipo de enfermedad: cardiovascular (hipertensión 31%), metabólica (diabetes 30%) y osteomuscular (enfermedad articular degenerativa 25%), principalmente (42).

En los trabajos revisados no encontramos referencias donde se hable de estas enfermedades asociadas o antecedentes patológicos personales en pacientes venezolanos con fractura de cadera.

A continuación, se muestra la tabla 5 donde se expresa el tiempo de demora para la realización del tratamiento quirúrgico. Como se puede observar se operó en menos de 24 horas a 21 pacientes, lo que representó el 50%. La otra mitad fueron los pacientes operados en más de 24 horas después de producida la fractura.

Tabla 5: Tiempo transcurrido desde la fractura hasta el tratamiento quirúrgico en pacientes con Fractura de cadera. Clínica Popular “Simón Bolívar”. Noviembre 2005- Diciembre 2007. 

fractura_cadera_geriatria/tiempo_demora_horas

Fuente: Encuesta

En relación con este aspecto los resultados encontrados coinciden con los nuestros, sobre todo en reconocer la importancia de realizar el tratamiento quirúrgico en las primeras 24 o 48 horas después de producida la fractura, teniendo en cuenta que se trata de ancianos, en su mayoría frágiles, con enfermedades asociadas en ocasiones descompensadas que requieren ser compensados para ser llevados a la intervención quirúrgica en adecuadas condiciones generales, hemodinámicas, etc.

Martínez Rondanelli, en Colombia, expresa que la falta de recursos del 50% de sus pacientes obliga a realizar el tratamiento quirúrgico en forma tardía mayor de seis días, aumentando la morbilidad y mortalidad, y en otros casos tener un porcentaje muy alto 21% de pacientes que no reciben el tratamiento quirúrgico propuesto (43).

En Cuba, el doctor Rogelio Pérez Reyes obtiene resultados alentadores en este aspecto teniendo en cuenta que operan en menos de 24 horas a 94 pacientes (30,7%), de 24 a 48 horas operan a 150 pacientes (49%), y solamente operar después de las 48 horas a 62 pacientes (20,2%) y no por causas institucionales sino porque la principal causa que conllevó a la prolongación del preoperatorio fue la presencia de descompensaciones clínicas (44). Estos resultados son así en Cuba por la presencia de un programa nacional de atención al adulto mayor, elaborado con indicadores que son emitidos por el MINSAP, así como por la aplicación de una Guía nacional de Buenas Prácticas Clínicas para la atención al paciente anciano con fractura de cadera.

En la tabla 6 se puede observar el tipo de tratamiento que se realizó a los 42 pacientes atendidos con fractura de cadera, donde predominó el quirúrgico en 36 de ellos con un 85,71%, y solamente el tratamiento conservador se realizó en 6 para un 14,28%.

Tabla 6: Tipo de tratamiento en pacientes con Fractura de cadera. Clínica Popular “Simón Bolívar”. Noviembre 2005- Diciembre 2007. 

fractura_cadera_geriatria/tratamiento_conservador_quirurgico

Fuente: Encuesta

Existen varias investigaciones con resultados similares a los nuestros, por ejemplo, Vilanova, en España obtiene un 85,6% de tratamiento quirúrgico en su casuística y solamente no operan a un 10,4% de los pacientes por tener contraindicaciones por enfermedades asociadas o complicaciones preoperatorias, aunque un 1,4% de los pacientes se trasladan a otros centros y un 2,5% fallece antes de efectuarse el tratamiento quirúrgico (36).

Sánchez-Crespo Bolaños en su estudio sobre mortalidad y capacidad funcional en pacientes con fractura osteoporótica de la cadera expresa que fueron intervenidas el 88,4% y no fueron intervenidas el 15,2%. Respecto a las mujeres intervenidas quirúrgicamente, nuestro porcentaje se asemeja a otro estudio, en el cual, no recibieron tratamiento quirúrgico el 10% y fueron intervenidas el 89,9%(45), resultados estos que coinciden con los nuestros.

En Venezuela, Luis Sanz, en un estudio de morbilidad expresa que son intervenidos quirúrgicamente el 72,9% de sus pacientes y solo se realiza el tratamiento conservador en un 27,03% (33).


Caracterizacion de la fractura de cadera en el adulto mayor .5

La opinión del autor es que los pacientes ancianos con fractura de cadera deben ser operados en su mayoría, teniendo en cuenta que generalmente presentan enfermedades asociadas y el encamamiento con todas sus repercusiones cardiovasculares y respiratorias constituyen factores de riesgo que incrementan la morbi-mortalidad.

CONCLUSIONES

En nuestro estudio el grupo de edad que predominó fue el de 70 a 79 años con 17 pacientes (40,47%), predominando el sexo femenino con 32 mujeres (76,16%) y los pacientes de la raza blanca con 40 pacientes (95,23). El tipo de fractura más frecuente encontrado en mi estudio fue la extracapsular, con 28 pacientes para un 66,66% y las intracapsulares ocurrieron en 14 pacientes para un 33,33%. Los antecedentes patológicos personales que predominaron en nuestros pacientes fueron: la hipertensión arterial con 20 pacientes (47,61%), la diabetes mellitus con 6 pacientes (14,28), la cardiopatía isquémica y los accidentes cerebrovasculares se comportaron iguales con 5 pacientes para un 11,90%; y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica con 4 pacientes para un 9,52%. En cuanto a la demora para realizar el tratamiento quirúrgico se obtuvo que 21 pacientes fueron intervenidos antes de las primeras 24 horas (50%) e igualmente ocurrió en los intervenidos después de las primeras 24 horas. En relación al tipo de tratamiento encontramos que 6 pacientes fueron tratados conservadoramente (14,28%) y 36 fueron intervenidos quirúrgicamente (85,71%).


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