Electricidad y cancer
Autor: Dr. P. García Férriz | Publicado:  28/06/2010 | Otras Especialidades , Oncologia | |
Electricidad y cancer .1

Electricidad y cáncer

García Férriz, P.

Índice

Breve introducción.
Palabras clave
Una esperanza y un deseo
Nociones neuroeléctrica
Canales iónicos
Potencial de membrana
Electroquímica
Figuras
Bibliografía

Breve introducción

A través de la historia de la Humanidad, se han descubierto numerosos hechos trascendentales que, con frecuencia, han estado precedidos por pequeños detalles y que, como es normal, han pasado desapercibidos, nunca se les dio la menor importancia. Pero siempre, en todas las épocas de la vida, surgen personas poseídas de una cualidad imprescindible para la investigación: se trata de practicar con la máxima atención y paciencia el poder de la observación. A esta importante cualidad le sigue un segundo proceso que es el estudio meticuloso, estricto y profundo de los hechos observados. Y, finalmente, viene la fase final, lo imprescindible y exigible. Nos referimos, como es lógico, a las pruebas, que exponemos en este estudio monográfico. Unas pruebas que confiamos en que sean consideradas plenamente convincentes.

Ellas son las que pronuncian siempre el veredicto final. La verdad es que no nos preocupa mucho la suerte a la que pueda estar sometida la teoría electrobioquímica que propugnamos. Toda teoría emerge, nace a partir de los propios resultados obtenidos a los que debe ir plenamente ligada. Esta teoría está basada en el siguiente proceso: excitación celular, electricidad, ARN, ADN y Cáncer.

Mucho hemos reflexionado sobre el porqué la célula maligna presenta un aspecto monstruoso. Sospechamos que es debido a la radiactividad del isótopo 40K. Es posible que con la presencia de una gran intensidad eléctrica, dicho isótopo supere su radiactividad normal que es 0’01 por 100 del potasio (K) natural. La hiperexcitabilidad celular crearía un aumento del isótopo radiactivo 40K. Nuestro continuo razonar nos conduce siempre hacia la presencia de dicho isótopo en todo proceso tumoral por la causa que acabamos de apuntar.

Este proceso afectaría al ARN y, seguidamente, al ADN, que al producirse la ruptura de sus dos cadenas suele hacer irreversible el cáncer. Más adelante ampliamos este delicado estudio.

Palabras clave: excitación celular, electricidad, ADN, ARN y cáncer.

Una esperanza y un deseo

Nuestro continuo y tenaz estudio, basado en las observaciones en clínica y el posterior planteamiento de numerosas hipótesis, nos ha llevado a depositar nuestra fe y plena confianza en la teoría electrobioquímica, refrendada con pruebas de Clínica y de Laboratorio.

Todo este bloque de trabajo de investigación científica supone una parte importante para tratar de conseguir el anhelado objetivo. El resto de nuestro esfuerzo está debidamente cumplimentado por nuestra propia imaginación. Con frecuencia, ésta suele superar al conocimiento, aunque nosotros no estamos escasos de él. Ambos factores, imaginación y conocimiento, desarrollados con fe y una inquebrantable voluntad de conseguir el fin propuesto, creemos que son suficientes elementos para albergar una justificada esperanza: alcanzar nuestro más profundo deseo de vencer al enemigo, al que decididamente y sin el menor titubeo, hemos decidido hacer frente.

Con estas poderosas armas, tarde o temprano, el enemigo será vencido total y definitivamente.
Esta es nuestra fundada esperanza y nuestro mayor deseo.

Nociones neuroeléctricas

“Las señales eléctricas (llamadas potenciales de acción) propagadas a lo largo del axón, son impulsos rápidos y transitorios que siguen la ley del todo o nada, y que se caracterizan por tener una amplitud de 100-110 milivoltios (mV) y una duración de 1 ms. Los potenciales de acción se inician en el cono axónico y son conducidos a lo largo del axón sin distorsión ni interrupción a velocidades que oscilan entre 1 y 100 metros por segundo, aproximadamente. La amplitud de las señales eléctricas permanece constante a lo largo del axón porque el impulso de todo o nada se regenera continuamente a medida que avanza a lo largo del mismo. Las señales eléctricas son similares en las diferentes áreas del sistema nervioso”.

Para asegurar la conducción de las señales eléctricas a gran velocidad, los axones se rodean de una vaina grasa llamada mielina. La mielina presenta interrupciones periódicas llamadas nodos de Ranvier, en las que se regeneran los potenciales de acción a medida que se propagan por el axón. “Los cuerpos celulares de las neuronas están rodeados por células gliales. En el sistema nervioso central (SNC) hay de 10 a 50 veces más células gliales que células nerviosas”. “Los astrocitos y los oligodendrocitos son los tipos principales de las células gliales en el sistema nervioso central (SNC) y las células de Schwann en el sistema nervioso periférico”. Las células de Schwann crean las vainas de mielina que aíslan a los axones en el sistema nervioso periférico. “El rasgo más destacado de las señales eléctricas es su uniformidad a lo largo del sistema nervioso, variando de forma sutil de una célula nerviosa a otra”. Algunas células nerviosas no generan señales eléctricas. Estas son característicamente interneuronas que carecen del elemento conductor: no tienen axón o lo tienen muy corto.

“Clases diferentes de neuronas expresan combinaciones distintas de canales iónicos en sus membranas. La diversidad de los canales iónicos proporciona a la neurona una gran variedad de umbrales, propiedades de excitabilidad y patrones de excitación. Por tanto, la fuerza de excitabilidad de la membrana neuronal y el voltaje (tensión) varían entre unas células y otras, incluso dentro de la misma célula.

“Las neuronas difieren también en sus trasmisores químicos y en sus receptores. Estas diferencias tienen una importancia fisiológica para el funcionamiento en un momento dado. También ayudan a que una enfermedad concreta ataque a un tipo de neuronas, pero no a otras. A pesar de estas diferencias, las propiedades básicas de la comunicación eléctrica son parecidas en todas las células nerviosas”. Esto puede determinar que un producto concreto considerado como cancerígeno haga efecto en unas personas y en otras ese mismo producto se muestre ineficaz, incapaz de producir excitabilidad y aumento de voltaje eléctrico en las neuronas. Las diferencias, pues, estriban en sus diferentes transmisores químicos y en la ausencia de conductores, como anteriormente se ha mencionado. No todas las personas tienen en sus neuronas la misma actividad en sus transmisores químicos y la misma longitud de sus axones. Por ello, creemos que a unas personas les perjudica mucho el tabaco y a otras menos. La proporción (cantidad) de proteínas mitocondriales puede influir también en la formación neoplásica. Estas proteínas sirven para facilitar el movimiento de los electrones (carga negativa).

Cuando hay pobreza en transmisores químicos, que no existen axones o que estos sean cortos, pueden dar lugar a una constante estabilidad de sus potenciales de acción. Esto permite a las neuronas mostrarse inexcitables, a pesar de la continuada y fuerte persistencia de todo tipo de producto o elemento excitante. “A pesar de estas diferencias, las propiedades básicas de la comunicación eléctrica son parecidas en todas las acciones eléctricas”.

Luego, la producción de cualquier proceso canceroso estará siempre en función de cómo se encuentra la neurona. Esta se encarga del transporte del fluido eléctrico que ejecutará su acción en la parte orgánica receptora. Si no hay voltaje, no se produce el movimiento de los electrones y cationes; y en estas condiciones de la electricidad neuronal, es imposible la formación de cáncer.


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