La Operacion Cesarea. Antecedentes y actualidad en su practica
Autor: Yenier Jiménez Hernández | Publicado:  12/07/2010 | Ginecologia y Obstetricia | |
La Operacion Cesarea. Antecedentes y actualidad en su practica .3

Formados los médicos europeos desde los inicios de nuestra era en el principio hipocrático del nil nocere, no hacer daño, la inmensa mayoría se negaba a realizar una intervención de tal magnitud, con resultados tan sombríos y los pocos que la intentaban lo hacían en situaciones extremas en las cuales había que obrar a todo trance. Tomando en cuenta dicha gran verdad es que puede asegurarse que esta operación de urgencia es un producto de la época del Renacimiento y de su extraordinaria audacia y vitalidad que hizo cambiar en todos sentidos la mentalidad del hombre medieval. (25)

No se sabe exactamente quien fue el primer operador que se atrevió a practicarla por primera vez en una mujer viva y se acepta, aunque con naturales reservas, la opinión de Caspar Bauhin (1560-1624) quien la da por realizada hacia el año 1500 por el matarife de cerdos Jacob Nufer, de Sigershausen, en el cantón de Thurgovia, Suiza. Bauhin refiere que ante la imposibilidad de la prosecución del parto:

"...el marido, después de implorado el auxilio divino y de cerrada cuidadosamente la puerta, coloca a su mujer encima de una mesa, y le abre el abdomen, como se hace para los cerdos. Y supo hacerlo con tanta destreza que ya al primer corte se pudo extraer el niño sin ninguna lesión. Once comadronas que estaban cerca de la entrada, sintiendo los vagidos del niño, intentaban entrar con todos los medios; pero no fueron admitidas antes de que se limpiase al niño, y se suturase la herida abdominal, según costumbre veterinaria...". (26)

 

Bauhin(26) afirmaba que la madre y el niño vivieron, pero como este informe no fue dado a conocer hasta pasado un siglo, son numerosos los historiadores que acogen el caso con cierta reserva. De mucho más crédito es la cesárea en mujer viva realizada en 1540 por el cirujano italiano Christophorus Bainus recogida por su contemporáneo Marcello Donati (1538-1602).

Por los datos tan precisos comunicados por Jacques Guillemeau (26) (1550-1613) hoy se admite que la operación cesárea en la mujer viva fue intentada por primera vez en el siglo XVI. Sin embargo, todas las intervenciones llevadas a cabo en aquella época siempre terminaban en el fracaso, lo que hizo que tanto Guillemeau como su maestro Ambrosio Paré (1510-1590) se pronunciaran en contra de la misma.

En el siglo XVI fue escrita, también, la primera monografía acerca de la cesárea, publicada en París en 1581 por el médico francés Francois Rousset bajo el título de Nuevo tratado de la histerectomía o parto cesariano. Esta obra fue considerada como magistral durante todo el siglo y legiones de sus seguidores cumplían en toda Europa sus minuciosas observaciones, muchas de ellas erróneas, como la que sostiene que el útero no debe ser suturado, porque su fuerza de retracción es tan grande que una sutura sólo causaría trastornos. Esta falsa observación fue aceptada como verdad indiscutida y tendrían que pasar exactamente tres siglos para que fuera abandonada definitivamente. Rousset que avalaba sus opiniones con una extensa casuística no ejecutó por sí mismo ninguna cesárea, ni tampoco asistió jamás a esta operación como espectador, por lo que asombra grandemente que la obra de un teórico acerca de una cuestión práctica haya llegado a adquirir tal importancia. (27)

Tan importantes como estos avances fueron también los intentos hechos por los obstetras franceses de conseguir una sutura del útero. En 1769 el cirujano Lebas de Moulleron, en contra de la opinión de su tiempo, se atrevió a practicar una sutura del útero con tres hilos, pocos obstetras le siguieron. El siglo XIX comenzaba dándole toda la vigencia a la descarnada opinión de Otto Küstner (1849-1931): "Esta operación de tan orgulloso nombre ha sido casi siempre un desastroso fracaso". (28)

Tomando en cuenta que la causa principal de la gran mortalidad de la operación cesárea residía en la hemorragia y sobre todo en la peritonitis y que la infección partía casi exclusivamente del útero, había que encontrar un método que permitiera de un modo u otro excluir al útero como fuente de peligro. (29) El 21 de mayo de 1876, Porro realizó por primera vez la operación que más tarde llevó su nombre y que consistía en amputar supravaginalmente el útero después de la cesárea, con lo cual obtuvo un completo éxito para la madre y el niño en una primípara de 25 años de edad, que presentaba una pelvis en alto grado raquítica. La técnica fue publicada en Milán en el propio año 1876 con el título De la amputación útero-ovárica como complemento de la operación cesárea que produjo gran sensación entre los médicos.

El gran inconveniente del método de Porro estribaba en el carácter mutilante de la operación, que no lograban desvirtuar todas sus demás ventajas y muy pronto se abrió paso la idea de que tarde o temprano había que volver a adoptar de un modo o de otro, el antiguo método conservador. Sin embargo, para evitar el peligro de infección había que crear una técnica operatoria completamente nueva. (30)

En busca del futuro perfeccionamiento de la técnica operatoria, así como para disminuir la mortalidad, se prestó posteriormente mayor atención no solamente a la asepsia y a la técnica de sutura, sino también a la dirección de la incisión y este campo es tan fecundo que resulta imposible en el marco breve de nuestra conferencia, comentar siquiera las imprescindibles y sólo mencionaremos los nombres de algunos de sus más eminentes autores: Isidor Cohnstein (1841-1894), Oskar Polano (1873-1934), Henrich Fritsch (1844--1915), Peter Müller (1836-1922), Fritz Frank, Albert Doderlein (1860-1941), Sidmund Gottschalk (1860-1914), Ernest Solms (1878-? ) y Henrich Doerfler (1864-1938). (31)

Al éxito de la operación cesárea han contribuido además en el siglo XX, otras muchas conquistas científicas pero ninguna de ellas como la introducción de los quimioterápicos y los antibióticos y el perfeccionamiento de la anestesia, (15) por eso junto a los grandes impulsores de su técnica deben figurar los nombres de los inmortales creadores de la anestesia, la antisepsia, la asepsia, la quimioterapia y la antibioticoterapia: William Thomas Morton (1819-1868), Louis Pasteur (1802-1895), Joseph Lister (1827-1912), Paul Ehrlich (1854-1915), Gerhard Domagk (1895-1964) y Alexander Fleming (1881-1955). (31)

La operación cesárea en Cuba.

 

El sabio bibliógrafo cubano Don Carlos M. Trelles Govín (1866--1951) describe que la primera cesárea en madre muerta se practicó en Cuba, en La Habana, en 1825, pero no cita quien la realizó ni la fuente bibliográfica, documental o testimonial por la cual conoció tan importante afirmación (32). Resulta curioso que ni Trelles, ni tampoco el doctor Jorge Le Roy y Cassá (1867-1934), acucioso historiador de la obstetricia cubana(33) informen sobre ninguna otra llevada a cabo en todo el siglo XIX a pesar de contarse en La Habana con cirujanos tan destacados y audaces, desde principios de la centuria, como los doctores Tomás Montes de Oca, Antonio Miyaya, Nicolás J. Gutiérrez Hernández, Fernando González del Valle Cañizo y José Guillermo Díaz Marrero, entre otros, y obstetras de la calidad de Serapio Arteaga Quesada (1841-1888), Juan M. Sánchez de Bustamante (1818-1882), Manuel Valencia García (1831-1893), Gabriel Casuso Roque (1851-1923) y Eusebio Hernández Pérez (1853-1933), principalmente en la segunda mitad del siglo. El primer trabajo sobre cesáreas fue la tesis doctoral presentada en la Facultad de Medicina de la universidad de Paris, por el doctor Federico Gálvez Alfonso (1829-1889). (34)

 

El Dr. Enrique Fortún André (1872-1947), fue reconocido por la historia de la Medicina en Cuba como el primer cirujano en practicar la operación cesárea con éxito para la madre y el feto. Fue el doctor uno de los cirujanos más brillantes que ha producido nuestro país y profesor durante cinco décadas de Patología Quirúrgica en la Universidad de La Habana. El doctor Fortún publicó su importante caso en la revista Archivos de la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana con el título "Operación cesárea", en el propio año en que llevó a cabo la intervención quirúrgica. Este autor realizó también en 1900 la primera operación por embarazo extrauterino con éxito para la madre. (35)

 

El Dr. Le Roy Cassá, que además de haber sido la más importante figura de la bioestadística en Cuba y un incansable investigador de la historia médica de nuestro país, como notable obstetra, fue quien primero realizó la operación de Porro en la Isla, la que llevó a cabo el 10 de agosto de 1900, ayudado por el también notable tocólogo Dr. Ernesto de Aragón Muñoz, padre (1868-1920). El caso fue publicado con el título "Presentación de tronco. Ruptura uterina. Operación de Porro", en la revista Progreso Médico, 1900. (36)

 

Entre los cirujanos de las dos primeras décadas del siglo XX, que más se destacaron en la práctica de la operación cesárea se encuentra el doctor Nicolás Gómez de Rosas (1870-1944), que publicó en 1908 "Nuevo caso de operación cesárea", "Pelvis justo minor acondroplásica”, considerada la primera cesárea conservadora realizada en la isla; "Nuevo caso de operación cesárea conservadora por pelvis oblicua sacro-coxálgica" (1911) y "Única observación de cesárea doble en Cuba" (1915). (34)

 

Por esas primeras décadas, el Dr. Sergio García Marrúz, padre (1886-1947), fue el obstetra que más habilidad demostró en la práctica de la cesárea. Publicó "La operación cesárea por el método del Dr. A. B. Davis. Pequeña incisión mediana supraumbilical" (1913), memoria que fue reproducida por la Revista de Ciencias Médicas de Barcelona y por la Semana Médica de Buenos Aires.


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