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La intoxicacion por cianuro y la preservacion corporal post mortem. Aspectos medicos y forenses. El caso de Rafael Guizar y Valencia 1878-1938
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Autor: Dr. Guillermo Murillo-Godínez
Publicado: 13/09/2010
 

Las ciencias médicas, en algunos casos, pueden constituir una valiosa herramienta para encontrar la explicación racional de determinados fenómenos de apariencia místico-religiosa tales como la estigmatización y, los pormenores de la muerte física de Jesús, el Cristo, lo cual ha sido publicado en diferentes revistas médicas mejicanas y extranjeras. Sin embargo, sobre el fenómeno de la incorrupción corporal post mortem, no parece haber alguna publicación médica al respecto. Parece increíble que un hecho tan bien documentado como la incorruptibilidad de ciertos cuerpos haya eludido la investigación médica durante tanto tiempo.


Intoxicacion por cianuro y preservacion corporal post mortem. Caso Rafael Guizar y Valencia .1

La intoxicación por cianuro y la preservación corporal post mortem. Aspectos médicos y forenses. El caso de Rafael Guízar y Valencia 1878-1938.

Dr. Guillermo Murillo Godínez. Medicina Interna

“Mucha ciencia conduce a la religión, poca ciencia, aparta de ella”.

Francis Bacon (1561-1626) (8)

“Mi creencia en los milagros no puede considerarse como una creencia mística: fúndase en la evidencia humana...Se trata, efectivamente, de un simple hecho lógico que apenas requiere ser reconocido e interpretado. Ha salido por ahí la extraordinaria idea de que los que niegan el milagro saben considerar fría y directamente los hechos, mientras que los que aceptan el milagro relacionan siempre los hechos con el dogma previamente aceptado. Y lo que pasa es lo contrario: los creyentes aceptan el milagro (con o sin razón) porque a ello los obliga las evidencias. Los descreídos lo niegan (con o sin razón) porque a ello los obliga la doctrina que profesan”.

Gilbert Keith Chesterton (1874-1936)

“Hay conciencias ciegas para lo sobrenatural; pretender convencerlas es tan estéril como hablarle de color a un ciego de nacimiento. Para el que tiene el sentido de lo divino es obvio que existen sus manifestaciones. Y lo que en cada caso interesa es averiguar la categoría, el significado de cada particular revelación”.

José Vasconcelos (1882-1959)(38)

Introducción:

Las ciencias médicas, en algunos casos, pueden constituir una valiosa herramienta para encontrar la explicación racional de determinados fenómenos de apariencia místico-religiosa tales como la estigmatización y, los pormenores de la muerte física de Jesús, el Cristo, lo cual ha sido publicado en diferentes revistas médicas mejicanas y extranjeras (21,22,23,28,29,30,31,32,33,34,35,36,37). Sin embargo, sobre el fenómeno de la incorrupción corporal post mortem, no parece haber alguna publicación médica al respecto. Parece increíble que un hecho tan bien documentado como la incorruptibilidad de ciertos cuerpos haya eludido la investigación médica durante tanto tiempo (89).

Rafael Guízar y Valencia, nació en 1878, en Cotija, Mich y murió el 6 de junio de 1938, en México, D.F., de insuficiencia cardiaca, diagnosticada por el doctor Labarthe, habiendo sufrido varios síncopes previos y, habiendo padecido diabetes mellitus e insuficiencia venosa crónica en miembros pélvicos (10, 13, 14,45); su cuerpo fue trasladado y enterrado en Jalapa, Ver., el día 8 del mismo mes y año; el 28 de mayo de 1950, se exhumaron sus restos en el cementerio municipal para re-inhumarlos en la capilla de Sta. Teodora de la catedral de ésa ciudad, lo cual se llevó a cabo el día 7 de junio siguiente. En junio y octubre del 2006, Alejandro Espinosa Alcalá (Chavinda, Mich., 1937 - ) autor de El Legionario (a) y de El ilusionista (b), entrevistado para la revista Proceso, semanario mejicano de circulación nacional, afirmó que Marcial Maciel Degollado, asesinó a su tío-abuelo Rafael Guízar Valencia, intoxicándolo con cianuro, que porque, “…cuando, años después exhumaron su cadáver, se le halló incorrupto y con el pelo rojizo, tal y como deja el cianuro a los cuerpos…” (1, 2,12). Por su parte, Marcial Maciel Degollado, nació en Cotija, Mich., en 1920 y murió en Houston, Texas, EUA, en 2008.

Aspectos médicos y forenses de la intoxicación por cianuro:

El cianuro es un anión monovalente (CN) identificado en 1782 (79), que puede formar parte de algunos gases como el cianuro de hidrógeno (formonitrilo) (HCN) (73) o el cloruro de cianógeno (CNCl) y de algunas sales como el cianuro de sodio (NaCN) o el de potasio (KCN), cuyo proceso de manufactura de éste último fue desarrollado por el químico británico Sir George Thomas Beilby (1850-1924) (73). Los cianuros orgánicos son usualmente llamados nitrilos en donde el grupo cianuro está ligado covalentemente a un grupo que contiene carbón, como el metilo (CH3) en el metil cianuro (acetonitrilo, propenonitrilo, acrilonitrilo) (74); los isómeros de los nitrilos son los isonitrilos (carbilaminos) (73). Las fuentes de exposición al cianuro pueden ser múltiples:

a) Exposición industrial (producción de plásticos-por medio del acrilonitrilo, derivado del ácido hidrociánico- (73), reveladores de películas fotografías, fumigación, pesticidas, rodenticidas, caucho sintético, fertilizantes, pulidores metálicos-plata-, eliminadores de vello de pieles, galvanoplastia, metalurgia-como en la extracción de oro y plata, por medio del proceso de MacArthur-Forrest- (c) (73)).

b) Hay casi 400 variedades de plantas y frutas, que comprenden cerca de 150 especies en más de 40 familias que contienen glucósidos cianógenos en sus huesos y semillas (84) (laurel, bambú, nueces de Macadamia, hortensias, ciruela, melocotón –piesco, durazno-, pera, manzana, almendras amargas-prunus amygdalus- (54), cerezo, albaricoque –damasco-, yuca, saúco, hidrangea, rhodolytos, triglochin marítima y aún algunas variedades coloreadas de habas y frijoles (84) ); drogas médicas científicas y “alternativas” (nitroprusiato de sodio, laetrile ®-vide infra-). Su amplia presencia en las plantas era conocida ya en el Egipto y la Roma precristianos y fue usado para suicidios, crímenes y ejecuciones judiciales. Un antiguo papiro egipcio menciona el "castigo del durazno", refiriéndose a la ejecución mediante las preparaciones cianógenas de hueso de durazno; los romanos parecen haber preferido un destilado de laurel rosa (84).

c) Producto de combustión (lana, seda, poliuretanos, poliacrilonitrilos (plástico), nylon, melamina, resinas).

d) Algunos microorganismos como el bacillus pyocianeus, sintetizan cianuro. Ya que estos organismos frecuentemente son causa de infecciones en pacientes con quemaduras, su actividad productora de cianuro ha sido considerada como un posible factor en la muerte retrasada y sorpresiva de éstos pacientes (84).

e) Se ha demostrado que el cianuro es un constituyente normal en algunos animales. Por ejemplo, se ha descrito un aparato glandular cianógeno en un ciempiés (84).

f) Misceláneos (combustión de cigarrillos-los fumadores tienen 2.5 veces más cianuro en sangre que los no fumadores-, síntesis de fenciclidina, acetonitrilo en removedores de pegamento de uñas postizas, de venta sin receta (OTC (d)) (68).

La disolución del cianuro de hidrógeno (formonitrilo, HCH), en agua, forma el ácido cianhídrico o hidrociánico (prúsico), descubierto en 1782 por el químico sueco Carl Wilhelm Scheele (1742-1786), a partir del azul de Prusia; la inhalación accidental de este compuesto, casi le cuesta la vida a su descubridor (73, 84); es uno de los tóxicos más rápidamente letales (desde pocos minutos a una hora). El cianuro es rápidamente absorbido por el tracto respiratorio y las membranas mucosas, por la piel y, por el tracto gastrointestinal (50, 52,68); una vez absorbido, tiene un volumen de distribución de 1.5 L/kg y el 60% se liga a proteínas. Puede ocurrir la muerte cuando el aire o el agua contienen ácido cianhídrico en concentraciones de 0.2 a 0.3 mg/l (o 50-60 ppm por 1 hora o 100-500 ppm por 30 minuto o 300 ppm por 5 min. (68,73)) o 0.1 g/l, respectivamente. La dosis mortal de cianuro potásico es de 0.1 a 0.3 g. (24, 25, 52,73) por vía oral y, por vía dérmica, de 100 mg/Kg (70). La dosis letal de la inhalación de cianuro de hidrógeno es de 50-100 mg. (73).

La toxicidad del cianuro es a nivel mitocondrial a través de la inhibición del complejo citocromooxidasa, bloqueando la cadena transportadora de electrones (fosforilación oxidativa) a nivel del complejo IV (citocromo c oxidasa a citocromo a3) por la ligadura del cianuro al ión férrico (51,58,68), afectando el sistema central del proceso de respiración celular y la generación de ATP (e), produciéndose acidosis láctica de hiato aniónico elevado (por la disminución del bicarbonato) a lo cual contribuyen los hidrogeniones producidos por la hidrólisis del ATP que no son consumidos en la producción aeróbica de dicha molécula energética (26,27,58,68).


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Sin embargo, el cianuro llegó a utilizarse como terapéutica en sifilíticos, en México, en 1933 (46), con fines eutanásicos, en Alemania, en 1984 (47) y, como método de ejecución (68,73), así como con fines homicidas (como en el caso de medicamentos adulterados (78) ) y suicidas tanto individuales como colectivos, como sucedió, esto último, con los miembros del Templo del Pueblo, de James Warren Jones (Jim Jones) (1931-1978), el 18 de noviembre de 1978, en Jonestown, Guyana (f) (73) y como en el caso de las Srtas. Ma. Fuentes y Guadalupe Ortiz, en 1890, en el Bosque de Chapultepec (g).

El cianuro, también, forma parte del smog (h) que respiramos (74), de algunos alimentos, como contaminante de los peces en Tlaxcala (77), en el 2005 y, de catástrofes ambientales, como la sucedida en Bhopal, India, el 3 de diciembre de 1984, matando a un millón de personas (76). La intoxicación por cianuro en el ambiente hospitalario actual, es uno de los riesgos del uso del nitroprusiato de sodio (nitan ®) (conocido desde 1850 y descrito como hipotensor en humanos desde 1929) compuesto que contiene cinco grupos cianuro por molécula (68), utilizado para el tratamiento parenteral de la hipertensión arterial sistémica (desde la década de 1950s.), en su modalidad de urgencia hipertensiva mayor (81) (recomendación 1ª (i)) y para el tratamiento de la insuficiencia ventricular izquierda, posteriormente (49); la toxicidad por cianuro al utilizar el nitroprusiato de sodio se puede presentar en pacientes hepatópatas, nefrópatas y, pediátricos, o, cuando se utilizan dosis altas (2, 5 o 10 µg/Kg/min o más) o, por tiempo prolongado (3, 10, 24, 48 o 72 horas, o una semana o más) (81) ya que el fármaco se metaboliza a cianuro y óxido nítrico (el vasodilatador hipotensor) y, el cianuro, lo transforma el hígado en tiocianato (nivel sérico máximo permisible 0.1 mg/ml), por medio de la rodanasa (enzima particularmente abundante en hígado y músculo), que se elimina por el riñón; sólo una pequeña cantidad de cianuro se elimina sin metabolizar por orina, sudor y la espiración (68).

Como efecto tardío del tiocianato, puede haber hipotiroidismo, ya que éste, inhibe la captación de yodo por el tiroides (48, 58,65). En forma preventiva, cuando se administra el nitroprusiato de sodio, se deben recubrir las vías de infusión con papel aluminio, para evitar la disociación del medicamento con la luz (68). La exposición crónica (no letal) al cianuro, puede causar parkinsonismo secundario (67) ya que la hipoxia histotóxica es particularmente deletérea en los ganglios basales existiendo, además, otros mecanismos adicionales de daño neuronal tales como: la inhibición no específica de antioxidantes (catalasa, glutatión reductasa, superóxido dismutasa), provocando la acumulación de radicales libres de oxígeno; liberación de glutamato con detrimento de la estimulación de los receptores NMDA (j) e inhibición de la descarboxilasa de ácido glutámico, la enzima responsable de la formación del neurotransmisor inhibitorio GABA (k), con la reducción consecuente del umbral convulsivo.

Otros síndromes secundarios a la exposición crónica al cianuro (usualmente asociados a un metabolismo deficiente del mismo), son: la ambliopía por tabaco, la neuropatía tropical atáxica y, la neuropatía óptica hereditaria de Leber (68). También puede haber exposición al cianuro por el uso de “medicamentos alternativos” como el laetrile ® tabletas de 500mg. que contienen 30 a 150 mg. de amigdalina, un supuesto anticanceroso (53) comercializado en México y otros países, desde la década de 1950s. (68), aunque no en EUA (l), el cual es derivado de la amigdalina, que está presente ésta en las almendras amargas.

Múltiples casos de intoxicación por cianuro han sido asociados a éste tratamiento (55, 56,57), pero, sólo cuando se administra por el tubo digestivo ya que la beta-d-glucosidasa intestinal es la que digiere la amigdalina liberando cianuro de hidrógeno (69). El cianuro fue usado como arma en las Guerras Mundiales I (73) y II, tanto por los alemanes (58) (usando Zyklon-B ® (79) ), como por los rusos y por los estadounidenses (59); se usaron tanto el ácido cianhídrico (58) como el cianuro de hidrógeno (usado éste, sobre todo, más recientemente en la guerra Irán-Irak (73,87) ) y el cloruro de cianógeno, catalogados éstos dos últimos, como hemogases (“agentes sanguíneos”) (59,61). El cianuro sigue formando parte del armamentario de la guerra química y del terrorismo (60,61), como en el caso del uso de gas Sarín ®, en el metro de Tokio, en 1995 (86).

Entre los fármacos para tratar la intoxicación por cianuro se usan: tiosulfato sódico, oxígeno, nitritos de amilo y sódico, hidroxicobalamina (vitamina B12), bicarbonato sódico, ácido acético etilendiaminotetradicobalto (EDTA dicobalto) (kelocyanor ®) (79) que es un quelante de cianuro utilizado en Europa aunque no en los EUA por su toxicidad (86) y, el dimetilaminofenol (48, 52,63). En caso de ingesta de cianuro, se recomienda (recomendación grado 1B (m)), el carbón activado (68).

En México, sólo se cuenta con el oxígeno, el bicarbonato sódico, la hidroxicobalamina (westhidroxo ®, ampolletas de 100 mcg/2 ml) y, con el carbón activado (carbotural ®, tabletas de 250 mg.) (72); sin embargo, la dosis de hidroxicobalamina que se recomienda, en éstos casos, es de 70 mg/Kg y la de carbón activado, de 50 g. (1 mg/Kg en niños) (68) por lo que las presentaciones comerciales existentes en nuestro país, de dichos fármacos, son imprácticas para el tratamiento del adulto intoxicado (se requerirían, teóricamente, 42,000 ampolletas de westhidroxo ® y 200 tabletas de carbotural ®, para un adulto de 60 Kg.) y, eso hace que se pueda afirmar, que sólo contamos con dos recursos terapéuticos en México: el oxígeno y, el bicarbonato sódico.

En los EUA, la presentación de hidroxicobalamina para éstos casos (Cyanokit ®) es en liofilizado de 5 g. (2 viales de 2.5 g. c/u) (68), aunque, su efectividad se ha puesto en duda (83). Existe (no en México) un estuche (kit) de Eli Lilly and Co. (Indianápolis, IN) (cyanide antidote package) (62,68) que contiene: ámpulas de nitrito de amilo de 0.2 ml (para uso inhalatorio inicial pre hospitalario) y, de nitrito de sodio, de 10 ml, al 3% (para uso intravenoso) + ámpulas de tiosulfato sódico, de 50 ml, al 25% (66) los cuales se administran en forma secuencial ya que, los nitritos dichos, producen metahemoglobina que, al reaccionar con el cianuro, forma cian metahemoglobina, incapaz de transportar oxígeno por el bloqueo del ion ferroso (68), pero con más afinidad por el cianuro que la citocromo oxidasa, además, los nitritos tienen acción vasodilatadora lo que podría contribuir a su acción terapéutica (86); el tiosulfato sódico es un donador de azufre (86) que acelera el metabolismo de la cian metahemoglobina, a hemoglobina, aunque, se genera tiocianato (58). La base del uso de la hidroxicobalamina, es porque, al reaccionar con el cianuro, forma cianocobalamina (63), ambas formas de la vitamina B12, de efecto hematopoyético similar (64) aunque con posibilidad de hipersensibilidad y taquifilaxia (86).

En México, de los 17 centros de información y asesoramiento toxicológico existentes en el país, 8 de ellos se encuentran en el D.F. y, 9, en provincia, en las ciudades de: Campeche, Chihuahua, Pachuca, Guadalajara, Morelia, Tepic, Monterrey, Veracruz y, Mérida (71).

En la intoxicación mortal por cianuro (cálcico, mercúrico, potásico o sódico), en el cadáver, se encuentra un color rojo claro en la piel (orejas, labios, mejillas) y en las uñas; un color rosado o rojo oscuro en las livideces (hipostasias) paradójicas (localizadas en territorios no declives). Antes de morir, el intoxicado presenta disnea, convulsiones y, a menudo lanza un grito (85); si la causa fue el cianuro potásico o sódico, se producen lesiones cáusticas en las vías digestivas y, si hay vómito, en las vías respiratorias. Si el estado de coma se ha prolongado, en lugar de la coloración rojo claro, rosada, puede haber cianosis.

Éste carácter cromático (rojo claro, rosado, sonrosado) se debe al hecho de que la sangre venosa está tan saturada de oxígeno como la sangre arterial, debido a la disminución de la utilización tisular del oxígeno (68). El pelo, al no contener sangre, no puede adquirir la coloración rojiza (3, 4, 5,6). Se puede objetar que existe una relación entre los niveles (de cianuro) de sangre y cabello (1:250) y que, en el caso de envenenamiento, es enlazado fácilmente por grupos sulfhidrílos de proteínas y queratinas y, consecuentemente, es depositado en cabello y uñas; o que, al parecer, la coloración roja del cabello pudo deberse a que, estando el cadáver (de Guízar), por tanto tiempo en condiciones confinadas, el cianuro liberado del cuerpo u otros elementos, pudieron haberlo impregnado (11).

Se pueden formar concentraciones de cianuro post mortem toxicológicamente importantes en el contenido gástrico y en la sangre, especialmente si las muestras son ligeramente alcalinas y se mantienen refrigeradas; la P. aeruginosa puede desempeñar un papel en éste fenómeno. Ya que esta formación post mortem no parece ocurrir en otros tejidos como el hígado, el riñón, el pulmón o el cerebro, es útil analizar estos órganos para la aclaración médico-legal de muertes atribuidas al cianuro (84).


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Aspectos médicos y forenses de la conservación de los cuerpos:

La preservación de los cuerpos tras la muerte, según Joan Cruz, puede ser clasificada en tres formas, según la manera en que se alcanzó dicha conservación: los cuerpos preservados deliberadamente (preservación artificial), los preservados accidentalmente (preservación natural) y, los incorruptibles (89). La preservación artificial de cuerpos humanos ha sido del interés de la civilización desde alrededor del año 3,000 a.C.; se cree que su técnica derivó de los procedimientos utilizados para preservar comida a través del secado y el salado, y tuvo en su origen el sentido satisfactor de las creencias religiosas de los lugares en que se practicaba. La palabra “momia” es originaria de Persia y deriva de la palabra “mummeia” o “mum”, que significa asfalto o piche, substancia empleada para tratar los cuerpos; con el transcurso del tiempo, la palabra “momia” pasó a designar a los cuerpos tratados con dichas substancias.

La humedad es el principal freno en la formación de las momias naturales; el entierro en una atmósfera seca y cálida o en donde hay aire seco y frío, permite la rápida evaporación de los fluidos del cuerpo, interrumpiendo la disolución de los órganos internos, donde comienza usualmente el proceso de corrupción. Las preservaciones naturales más exitosas que han sido descubiertas, se han encontrado en climas cálidos y secos, como los de Egipto, Perú y México. La caliente arena estéril de Egipto produjo tan satisfactorias momificaciones de cuerpos no embalsamados que a fines del siglo XIX los coleccionistas europeos fueron provistos fraudulentamente con lo que se suponía eran momias del tiempo de los faraones, cuando en realidad se trataba de cuerpos tomados de los cementerios relativamente nuevos por ladrones de tumbas que después de desenterrarlos los envolvían en lino envejecido y amarilleado, dentro del cual colocaban amuletos dorados para sus engañosos propósitos.

La incorruptibilidad y la estigmatización, son fenómenos aún no explicados satisfactoriamente por la ciencia y, no son exclusivos de la iglesia católica, por lo que, aunque se pueden considerar en ocasiones como un «favor divino», no necesariamente son requisitos influyentes en un proceso de canonización (22,89). Además de las seis características descritas inicialmente por Herbert Thurston, hay otras varias que suelen acompañar a la incorruptibilidad corporal post mortem, si bien no todas se presentan en el mismo cuerpo, tales como: conservación de la humedad y del calor de la piel, conservación de la flexibilidad (ausencia de rigor mortis), la emanación de aromas agradables (“olor de santidad”) y de sangre fresca, la aparición de luz en los cuerpos y en las tumbas, la curación espontánea de lesiones crónicas (entre ellas los estigmas) en el momento de morir, la presentación de algún movimiento ritual de los miembros; el lugar donde fue sepultado el cuerpo, cuando era secreto o había sido olvidado, se revela a quienes lo descubren en un sueño o visión y, la emanación corporal de aceites curativos (44,89).

Contrariamente a lo esperado, en muchos casos de incorruptibilidad, las circunstancias del entierro han sido adversas para la preservación natural del cuerpo (entierros retrasados, a veces hasta cincuenta días, debido a la reticencia de los devotos a ser separados del objeto de su veneración; presencia de humedad; intención deliberada de rápida destrucción de los cuerpos, etc.) (8, 19, 43,44). Es común que los incorruptos, al ser exhumados y entrar en contacto con el aire y la humedad ambientales, pierdan la flexibilidad y la tersura de la piel y se vuelvan apergaminados y de aspecto cenizo-negruzco, por lo que algunos han recibido una pátina de cera (por ejemplo, Bernardita Soubirous) o de un compuesto dorado (por ejemplo, Carlos Borromeo)(44). La flexibilidad de su cuerpo y su conservación en circunstancias adversas, son dos características del caso de Guízar (10). No obstante, algunos cuerpos que se creía que eran incorruptos, las investigaciones científicas actuales han demostrado que fueron preservados deliberadamente como en el caso de Margarita de Cortona (1249-1297) (20), por lo que la incorruptibilidad, no es en sí un requisito para un proceso de beatificación-canonización católica, aún cuando tampoco, es desdeñable (n).

Aspectos sin explicación científica (¿milagrosos?) de Guízar:

Milagro se define como un acontecimiento sensible, extraordinario, no natural (supra, contra o, preternatural) y, de origen divino (8, 39,40) que comparten sólo las religiones mosaica y cristiana (8,41) y que, eventualmente, podría llegar a ser explicado por la parapsicología (42).

Cuando se encontró incorrupto el cadáver de Guízar (excepto la pierna izquierda, en donde se veían 10 cm. de hueso y, en donde había tenido una úlcera postflebítica, como secuela de una herida de bala, recibida durante la Decena Trágica (o)), 12 años después de muerto, al exhumarlo, no despedía ningún mal olor, aún y cuando que el féretro estaba entre abundante agua y lodo y, que el ataúd presentaba multitud de grietas y perforaciones producidas por la oxidación del cual salieron gases y agua (7,10,15,16,17) siendo que es característico de los muertos por intoxicación cianhídrica, el olor a almendras amargas (3,4,5), aunque se puede objetar, que dicho olor sólo es identificable por el 60% de la gente (68). El cuerpo incorrupto estaba envuelto desde la cabeza hasta las rodillas por una substancia blanca espumosa, de origen incierto, que al contacto con el aire, adquiría un tinte amarillento, lo cual fue corroborado por los doctores Carlos Aceves, Ricardo Gutiérrez, Suárez, Blázquez, Solón, Sanginés, Galindo, Santiago Gil, Moreno, Manuel Vega Lanzagorta, José Maín, Guillermo Huitrón, Rafael Salazar Peinado, José Soto y, Torres Torija (varios de ellos, miembros de una Comisión Médica de Salubridad, nombrada oficialmente, al efecto). Cuando terminaron de quitarle la substancia blanco-amarillenta, pudieron observar que la piel que estaba al abrigo de las vestiduras ostentaba el color blanco que siempre había tenido en vida.

Los diarios de las ciudades de México y Jalapa y algunos del extranjero, pretendieron explicar la incorrupción del cadáver, atribuyéndola al “embalsamamiento” o, a que la caja mortuoria, estuviera herméticamente cerrada, en artículos escritos por redactores con varios seudónimos (10,15). Para proceder a su beatificación (p), como parte de un proceso canónico católico, se realizó una segunda exhumación, en 1954, apreciándose que conservaba aún incorruptas, algunas partes del cuerpo, incluyendo el corazón (13) (para poder cumplir con uno de los requisitos de ése proceso, el de “no culto anticipado”, se colocó el féretro de Guízar, transitoriamente, en el Altar de los Santos Ángeles, recolocándose en la capilla de Sta. Teodora, el 25 de agosto de 1953) (15).

El criminólogo Alfonso Quiroz Cuarón, dijo que la incorruptibilidad de Guízar, se debió a la edad, la complexión, la integridad orgánica del cuerpo, el embalsamamiento, la doble caja mortuoria y las condiciones muy húmedas del terreno de la fosa que determinaron una momificación por saponificación (q) (9). Sin embargo, el “embalsamamiento”, consistió sólo en una inyección de formol, que le aplicó el doctor José Díaz Iturbide, el día de su muerte y, cuyos efectos, no durarían más de 72 horas, lo cual se hizo, sólo para preservar transitoriamente el cadáver, durante su traslado de México, D.F. a Jalapa, Ver. (10).

Iconografía (10,15,18,79,80): 

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intoxicacion_cianuro_preservacion/Jim_Jones

intoxicacion_cianuro_preservacion/Bhopal_1984

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Referencias:

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9. Quiroz CA Medicina Forense. Editorial Porrúa, S.A., México, D.F., 1996:501-502
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11. ¿Porqué tenía el cabello rojo el cadáver del nuevo santo mexicano: San Rafael Guízar y Valencia? (disponible en: http://realidadnovelada.com/2006/10/¿por-que-tenia-el-cabello-rojo-el-cadaver-de-san-rafael-guizar-y-valencia/).
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Notas al pie

a. Espinosa, A El Legionario. Editorial Grijalbo, S.A. de C.V., México, 2003

b. aún inédito (el 13-03-2010, Manú Dornbierer escribió: «…Alejandro Espinosa se puso recientemente en contacto con la que esto escribe, para ver si es posible canalizar a la edición otro volumen de su autoría que se llama “El Ilusionista”…») (http:// satiricosas. es.tl/ SATIRICOSAS. html) (consultado el 28-06-2010)

c. Proceso inventado en 1887 por los químicos escoceses John S. MacArthur, Robert W. Forrest y William Forrest (73)

d. “Over The Counter” = “sobre el mostrador” (Navarro, F Diccionario crítico de dudas inglés-español de medicina. McGraw/Hill Interamericana de España, S.A.U., Madrid, 2005:717)

e. Adenosine triphosphate (trifosfato de adenosina)

f. Los adeptos de la secta bebieron limonada con cianuro, mientras que el líder, murió por un balazo en la cabeza; en total, se encontraron 913 cadáveres (75).

g. Inserto (pág. 59) en: García GCG La nota roja en México. Relatos e Historias en México 2009 sept. ;(13):53-65

h. Anglicismo derivado de smoke = humo y fog = niebla.

i. Recomendación grado 1 = Beneficio probado, acuerdo general en que el procedimiento o terapéutica son útiles, efectivos y, por lo tanto, aceptados. Nivel de hechos comprobados (evidencias) A = Estudios comparativos, controlados, no heterogéneos, multicéntricos. Las ventajas claramente sobrepasan los riesgos (82).

j. N-metil-D-aspartato

k. gamma–aminobutyric acid (ácido gammaminobutírico)

l. Estados Unidos de América

m. Recomendación grado 1 = vide supra. Nivel de hechos comprobados (evidencias) B = Estudios comparativos, controlados, heterogéneos, con resultados inconsistentes. Metaanálisis (82).

n. De cadaverum incorruptione, de Benedicto XIV (19).

o. 9 al 19 de febrero de 1913, ciudad de México

p. Las virtudes heroicas fueron aprobadas el 27-11-1987 (declarado venerable, siervo de Dios); la beatificación (basada en el milagro de la fertilidad de una paciente con esterilidad primaria por síndrome de blefaroptosis con epicanto inverso-BPES- tipo 1, ocurrido en 1983) fue el 29-01-1995, por Juan Pablo II; la canonización (basada en el milagro de la corrección intrauterina de paladar hendido-labio leporino, ocurrida en 2002) fue el 15-10-2006, por Benedicto XVI (18,88).

q. Saponificación, en el sentido de proceso cadavérico que transforma la grasa en una substancia cérea que se denomina adipocira (o, grasa de cadáver) formada por sales insolubles de ácidos grasos. Esto se produce en cadáveres sepultados en terrenos húmedos y gélidos. Algunos de los cuerpos así preservados han mantenido las líneas del rostro y el cabello (19,89).