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Virus del papiloma humano, riesgo del sexo en la adolescencia
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Autor: Vilma Borrego de Chacón
Publicado: 13/09/2010
 

Los adolescentes por sus características propias de ser jóvenes se hacen más vulnerables a los riesgos, y ponen en peligro la salud, en este periodo ellos sienten deseos de independizarse, curiosidad por el consumo alcohol, cigarrillos, drogas y deseos por iniciar sus primeras relaciones sexuales, que los conlleva a embarazos no deseados y enfermedades de trasmisión sexual, como el virus del papiloma humano (VPH).


Virus del papiloma humano, riesgo del sexo en la adolescencia .1

Virus del papiloma humano, riesgo del sexo en la adolescencia

Vilma Borrego de Chacón, Reina Ferrer, Ani Evies

Resumen

Los adolescentes por sus características propias de ser jóvenes se hacen más vulnerables a los riesgos, y ponen en peligro la salud, en este periodo ellos sienten deseos de independizarse, curiosidad por el consumo alcohol, cigarrillos, drogas y deseos por iniciar sus primeras relaciones sexuales, que los conlleva a embarazos no deseados y enfermedades de trasmisión sexual, como el virus del papiloma humano (VPH).

La Organización Mundial de la Salud y el comité de control de las enfermedades transmisibles, reportan que el VPH es unas de las enfermedades de trasmisión sexual más común, con un alto porcentaje de personas contagiadas. La incidencia del papiloma humano en mujeres va desde los 15 años hasta los 45 años, produciendo complicaciones graves como el cáncer cérvico uterino, que actualmente es un problema de salud pública a nivel mundial.

Así como existen factores de riesgo también hay factores protectores que utiliza el adolescente, ante una situación no deseada para sobreponerse, crecer y desarrollarse en un ambiente social.

Palabras clave: Adolescente, factores de riesgo, factores protectores, enfermedades de trasmisión sexual (ETS), virus del papiloma humano (VPH).


Introducción

La adolescencia es la etapa más difícil del ser humano, caracterizada por los cambios en diferentes área, como las físicas, emocionales, sociales, psicológicas, entre otras. En esta etapa los jóvenes se sienten adultos con deseos de independizarse, existen las dudas, confusiones, ansiedad y curiosidad por el sexo buscando nuevas experiencias que los conlleva a tener relaciones sexuales muy precozmente, estos cambios y transformaciones ponen en peligro la salud del adolescente.

Los/las adolescentes y jóvenes están expuestos a factores y conductas de riesgo que son respectivamente los elementos que aumentan la probabilidad de aparición, o de asociarse al desencadenamiento de algún hecho indeseable, enfermarse o morir; y las actuaciones repetidas fuera de determinados límites, pueden desviar o comprometer su desarrollo psicosocial normal, con repercusiones perjudiciales para la vida actual o futura.

Así como existen factores de riesgo también hay factores protectores que actúan como una defensa ante una situación dada, como medio de defensa.

La familia cumple un papel muy importante en el crecimiento y desarrollo del adolescente ya que su estilo de vida y los valores van a formar parte de su desenvolvimiento de sus vidas y van a ser capaz de sobreponerse, crecer y desarrollares en un ambiente social.

Se puede evidenciar en los centros hospitalarios, a través de las estadísticas, como ha ido aumentando el número de adolescentes embarazadas que han tenido relaciones sexuales sin protección y que en su mayoría han tenido varias parejas sexuales, en revisiones estadísticas que se realizaron en el ambulatorio del 23 de Enero de Maracay Edo Aragua se pudo observar que un alto porcentaje de adolescentes que acuden a las consultas de obstetricia para chequeo obstétrico reportan alteraciones vaginales, y en exámenes físicos y citológicos que se realizaron a los estudiantes de la escuela taller Monseñor Arias de Maracay Edo Aragua, quienes fueron objeto de estudio para esta investigación, se detectaron casos, con diferentes alteraciones, y que en su mayoría vienen de familias disfuncionales.

Esta situación llama la atención, ya que los adolescentes cada vez inician las relaciones sexuales más precozmente, sin utilizar ningún método de protección, exponiéndose a contaminación con enfermedades de trasmisión sexual o embarazos no deseados.

Adolescencia

La adolescencia, es la etapa de transición entre la infancia y la vida adulta, donde el adolescente pasa por una serie de cambios biopsicosociales de gran importancia, y debido a los cambios hormonales por lo que ellos están pasando, sienten deseos de iniciar las relaciones sexuales muy precozmente. Lo que ponen en riesgo la salud, que los conlleva a embarazos precoces y enfermedades de trasmisión sexual.

La Organización Mundial de la Salud (2008) define la adolescencia como” el periodo de la vida en el cual el individuo adquiere la capacidad de reproducirse, transita de los patrones psicológicos de la niñez a la adultez y consolida su independencia socioeconómica.”

En este periodo se producen profundos cambios biológicos y psicológicos, con características diferentes en dependencia según las edades. En la adolescencia temprana (10-15 años) aparecen los caracteres sexuales secundarios, una gran despreocupación por los cambios puberales e incertidumbres acerca de su apariencia, es un periodo de turbulencia con gran ambivalencia afectivas y con curiosidades de iniciar las relaciones sexuales cada vez más precoz, sin tomar en cuenta las consecuencia.

Como sabemos la adolescencia es un periodo de evolución que se caracteriza por los cambios drásticos y rápidos en el desarrollo físico, mental, emocional y social de los jóvenes, se considera como una etapa decisiva en la adquisición y consolidación de estilos de vida y por ello, determinante el tipo de educación y formación que recibieron desde la infancia. Los cambios físicos, hormonales, y el periodo de la pubertad, influyen en la imagen que el adolescente tiene de sí mismo, en su estado emocional en su relación con los demás, en su forma de interacción y en su comportamiento en general. Se produce un marcado desarrollo cognitivo y al mismo tiempo la consolidación y afirmación de la identidad, de su autonomía o de su integración en el grupo de pares.

La falta de comunicación y orientación sexual por parte de los familiares en las/los adolescentes, hace que ellos busquen información desviada en la calle con sus amigos, y esto los conlleva a tener relaciones sexuales a muy temprana edad sin protección exponiéndose a embarazo precoz y enfermedades de trasmisión sexual.

Los jóvenes son especialmente vulnerables a contraer enfermedades de trasmisión sexual específicamente el virus del papiloma humano (VPH) ya que es considerado como una de las enfermedades que ha tenido consecuencias importantes en la población adolescente.

Los/las adolescentes y jóvenes están expuestos a factores y conductas de riesgo que son respectivamente los elementos que aumentan la probabilidad de aparición, o de asociarse al desencadenamiento de algún hecho indeseable, enfermarse o morir; y las actuaciones repetidas fuera de determinados límites, pueden desviar o comprometer su desarrollo psicosocial normal, con repercusiones perjudiciales para la vida actual o futura.

Según Rutter (2004) la mayoría de los factores de riesgo se relacionan con las conductas y el medio en que se desarrollan las personas. La cotidianidad, la forma en que sus actitudes y comportamientos tienden a exponerse a peligros. Por el contrario, el autocuidado, y evitar daños, disminuye la probabilidad de que ocurran problemas; estos elementos pueden residir en el individuo o en su entorno y se les denomina “factores protectores”.

Factores de riesgo

Los /las adolescentes son vulnerables antes los factores de riesgos, tales como:

1. Consumo abusivo de alcohol, ya que este puede llevar a una pérdida de la autocrítica, distorsión de la realidad, alteraciones de la conducta con desinhibición y facilitación de actos de violencia. El alcohol, al actuar sobre la voluntad debilitándola, facilita el consumo de otras sustancias.


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2. Dependencia al tabaco. Es un hábito que puede crear una conducta adictiva dentro de la estructuración de la personalidad, incorporándose esta modalidad de reacción para el futuro. Es también una puerta de entrada al consumo de otras sustancias.

3. Alteraciones permanentes del humor: ansiedad, tristeza, aislamiento, mal humor, hostilidad hacia los familiares y amigos; aburrimiento permanente; violencia.

4. Alteraciones en el estilo de vida: trastornos del sueño, expectativas que van más allá de lo realizable, fatiga frecuente, falta de interés y motivación por cosas que antes interesaban.

5. Actitud tolerante hacia el consumo de tabaco, alcohol y drogas, el frecuentar amigos o compañeros que consumen dichas sustancias.

6. Disminución del rendimiento estudiantil o laboral; faltas frecuentes sin motivo, alteraciones de la conducta y sanciones disciplinarias.

7. Ausencias del hogar por más de 24 horas sin aviso previo. Fugas reiteradas.

8. Situaciones de conflicto familiar prolongados, falta de comunicación real y congruente, problemas de conducta en alguno de los hermanos.

9. El consumo de drogas, ha demostrado que las mismas en los jóvenes están asociados a un riesgo más alto de enfermedades de trasmisión sexual y embarazos no deseados.

10. Las relaciones sexuales a muy temprana edad, trae como consecuencia los embarazos no deseados.

11 Para irse de un hogar disfuncional, huir de un ambiente difícil.

12. El machismo influencia el patrón de conducta sexual y el uso de métodos anticonceptivos.

El embarazo no deseado en un adolescente es un problema social cada vez más frecuente a nivel mundial. Los adolescentes inician sus relaciones sexuales cada vez más temprana, trayendo diversas consecuencias como lo es un embarazo. Este evento produce riesgos a nivel social como son familias con mayor número de hijos, mayor deserción escolar, desempleos o empleos mal remunerados, alta proporción de hijos ilegítimos. Repercute también en la salud de la madre y el recién nacido, aumentando el riesgo de morbi mortalidad de ambos, y más aún cuando el embarazo se produce en cercanías de la menarquia.

El embarazo en adolescentes es un fenómeno biopsicosocial de gran importancia, debido al aumento progresivo en toda Latinoamérica y Estados Unidos. Las graves consecuencias del embarazo precoz en las adolescentes hacen que los organismos gubernamentales comiencen a realizar estrategias preventivas, basadas en realidades concretas y de acuerdo a las características de cada adolescente.

La sexualidad tiene desde el punto de vista social gran importancia ya que una conducta sexual inadecuada es riesgosa y dañina para la salud del hombre y el inicio cada vez más temprano de las relaciones sexuales conlleva a un alto riesgo de embarazos en la adolescencia y de infecciones de transmisión sexual (ETS). La mayoría de estos adolescentes conocen la importancia de la utilización del preservativo en sus relaciones sexuales, sin embargo, no lo usan por diferentes motivos, entre estos se pueden mencionar el costo. Muchos de ellos, sobre todo los de la clase muy baja, no cuentan con los recursos económicos para adquirirlos y tampoco cuentan con el apoyo de la familia.

La falta de información para protegerse de las enfermedades de trasmisión sexual (ETS) y la actividad sexual indiscriminada y sin protección que suelen tener los adolescentes y jóvenes, son los factores y conductas de riesgo más frecuentes en la adquisición de estas enfermedades, que afectan sobre todo a la población comprendida entre los 10 y los 20 años, y que constituyen un verdadero problema de salud en estas edades, al cual se añade el riesgo a la salud del embarazo precoz si se trata del sexo femenino, y la frustración social que trae para la adolescente o la joven que generalmente se ve impedida de concluir su proyecto de vida.

Aunque existen algunos tabúes sobre el uso del preservativo, como medio eficaz de protección, fundamentalmente ligados a concepciones religiosas, está demostrado que es el mejor anticonceptivo en estas edades por su inocuidad y ausencia de efectos colaterales, y además es la forma más eficaz de protección contra las enfermedades de trasmisión sexual (ETS), entre ellas el virus del papiloma humano (VPH), que es una de las enfermedades de trasmisión sexual más común y con mayor prevalencia a nivel mundial y en América Latina.

Las/los adolescentes son muy susceptibles de infectarse por virus del papiloma humano (VPH), porque tienen algo especial en el cuello del útero que llamamos zona de transformación. Son epitelios inmaduros que están cambiando y tienen un muy alto número de mitosis. Ahí es donde el virus del papiloma humano (VPH) necesita entrar, para incluirse en el ciclo celular de la persona infectada. El contagio se origina en las relaciones sexuales y no tiene síntomas. Lo importante de esta infección es que el preservativo ayuda a disminuir el riesgo. del virus del papiloma humano (VPH).

Las Verrugas Genitales resultantes de la infección por el virus Papiloma Humano, se destacaron por ser el diagnóstico más frecuente desde el año 1988. Las adolescentes constituyen el reservorio más extenso de éste virus, pues lo detenta un 40% de ellas y es un factor predisponerte para al cáncer genital.

El virus del papiloma humano (VPH) representa una de las infecciones de trasmisión sexual más común, considerándose más de 100 tipos virales que, en relación a su patógena oncológica, se clasifica en tipos de alto y de bajo riesgo oncológicos. La Agencia Internacional de Investigación del cáncer, considera que los tipos de virus del papiloma humano (VPH) 16,18,31,33,35,39,45,51,52,56,58,58 y 66 son considerados cancerígenos para los humanos y de tipo de alto riesgo oncológico, y los tipos VPH 6 y 11 son de bajo riesgo oncológicos.

Aproximadamente el 70% de los casos de cáncer de cuello uterino en el mundo son producidos por los tipos 16 y 18 y los de bajo riesgo frente al virus del papiloma humano (VPH) 6 y 11 producen un elevado porcentaje de displasias cervicales leves y más del 90% de las verrugas o condilomas ceden espontáneamente en un plazo de dos años, pero pueden persistir y producir lesiones precancerígenas de cuello uterino que si no se tratan pueden evolucionar en 20 a 30 años a un cáncer cervical.

La prevalencia de infección por el virus del papiloma humano (VPH) está asociada a la edad, siendo más alta en el cambio frecuente de la pareja, y el consumo de sustancias ilícitas, hacen que los jóvenes corran riesgos a la salud.

Para garantizar la continuidad de la especie humana, de una generación a otra se deben trasmitir valores, comportamientos, conocimientos, formas de vidas, aprender los roles asociados a su identidad sexual, aprender comportarse de forma responsable, estos desafíos son los que marcan en profundidad la vida de los adolescentes.

En este sentido las escuelas, los profesores y conjuntamente con el aporte de la familia, juegan un papel muy importante para ayudar a los jóvenes adolescentes, ya que los cambios físicos y psicológicos que ocurren durante esta etapa son muy importantes y complejos, van de una transformación profunda del cuerpo y de la autoimagen corporal marcada por la pubertad a una nueva manera de pensar y razonar sobre las cosas.

En esta etapa es donde comienza a existir un pensamiento lógico formal, el cual les permite pensar en ideas y no sólo en objetos reales. Este tipo de pensamiento permite al sujeto la capacidad de reflexionar. A partir de este nuevo tipo de pensamiento formal el adolescente se incorpora al mundo adulto, dejando el mundo infantil y reformando el mundo donde va a vivir, también le permite incorporares a la sociedad.

Factores protectores

Grotberg(1996)” refiere que los factores protectores pueden actuar como una verdadera defensa para favorecer el desarrollo de los seres humanos” (p.127).


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Así como existen factores de riesgo, también rodean a los/las adolescentes y jóvenes situaciones que los protegen:

1. Una relación familiar armónica, donde existan la expresión del afecto y se dispense la atención necesaria a cada uno de los miembros, a través de una comprensión y comunicación efectiva.
2. La existencia de oportunidades donde los jóvenes puedan llevar a cabo experiencias exitosas y excitantes, tanto a nivel estudiantil como laboral.
3. Estilo de vida armónico, donde exista una escala de valores, entretenimientos compartidos con la familia y los amigos, descanso suficiente, práctica de actividades físicas, y una actividad participativa en la comunidad.
4. Estructuras escolares y laborales continentes que despierten inquietudes y desarrollen las habilidades que los jóvenes poseen.
5. Buena nutrición, conocimiento acerca de las enfermedades de trasmisión sexual y uso de los métodos anticonceptivos.

Asimismo hay que considerar que la maternidad y paternidad temprana también tienen consecuencias negativas para los adolescentes, los jóvenes pueden verse atrapados en una vida de pobreza con una familia disfuncional, provocando que los nuevos roles de padres puedan implicar el abandono de la escolaridad y el estrés los conlleve al uso de las drogas y el alcohol como medio de escape.

La sexualidad en el adolescente

La actividad hormonal produce ciertas manifestaciones en la pubertad. Lo característico de éste período es el desarrollo de los órganos reproductores y los genitales externos. Este cambio hormonal también afecta el funcionamiento del sistema nervioso central, afectando factores como el humor y el comportamiento.

Las hormonas cumplen un papel importante en la adolescencia pues ellas son las causantes de las nuevas sensaciones que experimentan los jóvenes en su cuerpo. Básicamente, estas son las que despiertan un apetito sexual que va aumentando a medida que transcurren los años, aunque es importante saber que el deseo sexual no surge específicamente por la acción de algunas hormonas fuera de control.

Los cambios psíquicos en la adolescencia incluyen una atracción mayor por las personas del sexo opuesto, lo cual a su vez genera cambios en el comportamiento. Por esta razón los hombres tienden a buscar la compañía de mujeres y estas a la de los hombres. Los juegos de la infancia donde los niños jugaban entre ellos y las niñas no permitían que ellos se acercaran empiezan a ser parte del su pasado, ahora es importante mezclarse entre sí, conocerse mutuamente, interactuar y hasta formar relaciones afectivas como noviazgos.

Aspectos psicosexuales de la adolescencia (Fantasías sexuales).

Al iniciarse la pubertad aumenta la preocupación por la sexualidad. En la primera etapa de la adolescencia es frecuente la masturbación y las fantasías sexuales, en ocasiones con compañeros del mismo sexo, motivando dudas sobre la orientación sexual, con ansiedad y sentimientos de culpa. La masturbación es más frecuente en los chicos que en las chicas. Generalmente está motivada por la curiosidad y el deseo de disfrutar un placer intenso. Más adelante puede ser vivida como una descarga de ansiedad o de tensiones.

En América Latina los adolescentes bajo la presión de la sociedad, ellos se sienten conocedores y experimentados en temas de sexualidad, por lo que sienten reprimidos en buscar información sobre la misma, para no sentirse ignorante ante sus compañeros

Generalmente las hembras inician la pubertad dos años antes que los varones, pueden empezar a salir con amigos, pretendientes y mantener relaciones sexuales a una edad más temprana, entre los 12 y 15 años de edad. Los varones suelen sufrir erecciones frecuentemente debido a diferentes estímulos, y por lo general inician su actividad sexual con mujeres mayores o con prostitutas, lo que ponen en riesgo la posibilidad de contraer enfermedades de trasmisión sexual, siendo el virus del papiloma humano (VPH) una de las enfermedades con más incidencia.

Los sueños y las fantasías sexuales se tornan más frecuentes y explícitos en la adolescencia, muchas veces como elemento auxiliar de la masturbación. Parece ser que la fantasía, en el marco de la adolescencia, cumple varios cometidos: realza por lo general el placer de la actividad sexual; puede sustituir a una experiencia real (pero inasequible); origina excitación o provoca el orgasmo; constituye una especie de plataforma de ensayo mental sexuales (aumentando la tranquilidad y anticipándose a posibles problemas, igual que ocurre con el ensayo de cualquier otra actividad) y supone un medio de experimentación sexual sin riesgos, controlable y nada conmocionarte. La experiencia del adolescente, en cuanto a la exploración del alcance y aplicabilidad de las fantasías, repercute decididamente en su actividad sexual y en la propia seguridad a la hora de desempeñarse sexualmente en fases posteriores.

La masturbación es necesaria como conocimiento de nuestro propio cuerpo, algo realmente útil en la adolescencia. Con esta técnica tratamos que nuestro cuerpo responda a los estímulos erógenos que le enviamos, nos satisfacemos y a la vez nos conocemos. Este es el primer paso para una sexualidad positiva en la etapa adulta. Bajo una forma más compleja, la masturbación en el adolescente puede indicar una tensión psíquica al margen completamente de la sexualidad, representando para muchos una manera de consolarse frente a un entorno nocivo. Aquí la masturbación actúa de alivio corporal ante una tensión emotiva, en otras palabras, de relax.

La menstruación en la mujer y la primera eyaculación en el hombre son acontecimientos que indican que se ha alcanzado el desarrollo sexual, mas no la madurez completa. El desarrollo fisiológico de sus órganos sexuales, desde el punto de vista biológico ya se ha completado, pero cuando hablamos de madurez completa nos referimos a un desarrollo armónico e integral de su personalidad.

Velázquez (2008) refiere que la sexualidad forma parte del desarrollo normal del niño y el adolescente. Desde la primera infancia el niño experimenta sensaciones placenteras al tocarse, al ser acariciado y besado, y observa las expresiones de afecto y las actitudes sexuales de los adultos que le rodean, que en ocasiones trata de imitar. Durante el periodo prepuberal se establece la identidad sexual y el niño continúa recogiendo información sobre la sexualidad a partir de los amigos, los maestros y la familia. En esta etapa el niño puede desarrollar una actitud negativa hacia la sexualidad si descubre que los adultos evitan hablar de las partes de su cuerpo relacionadas con la sexualidad, las describen con eufemismos o rechazan cualquier tipo de conducta relacionada con el sexo, incluidas las que el niño puede manifestar espontáneamente, como la erección.

Al iniciarse la pubertad aumenta la preocupación por la sexualidad. En la primera etapa de la adolescencia es frecuente la masturbación y las fantasías sexuales, en ocasiones con compañeros del mismo sexo, motivando dudas sobre la orientación sexual, con ansiedad y sentimientos de culpa. La masturbación es más frecuente en los chicos que en las chicas. Generalmente está motivada por la curiosidad y el deseo de disfrutar un placer intenso. Más adelante puede ser vivida como una descarga de ansiedad o de tensiones.

En América Latina los adolescentes bajo la presión de la sociedad, ellos se sienten conocedores y experimentados en temas de sexualidad, por lo que sienten reprimidos en buscar información sobre la misma, para no sentirse ignorante ante sus compañeros

Generalmente las hembras inician la pubertad dos años antes que los varones, pueden empezar a salir con amigos, pretendientes y mantener relaciones sexuales a una edad más temprana, entre los 12 y 15 años de edad. Los varones suelen sufrir erecciones frecuentemente debido a diferentes estímulos, y por lo general inician su actividad sexual con mujeres mayores o con prostitutas, lo que ponen en riesgo la posibilidad de contraer enfermedades de trasmisión sexual, siendo el virus del papiloma humano (VPH) una de las enfermedades con más incidencia.

Mosby (2000) la define como “enfermedad vírica de la piel caracterizada por el crecimiento de verrugas o Condilomas indoloros, carnosos, blandos que tienen aspecto de coliflor” (p.253).

Según Espasa (2001) el virus del papiloma humano (VPH) “es una enfermedad vírica de la piel por el crecimiento de verrugas o condilomas indoloros, carnosos, blandos, húmedos y ásperos que tienen aspectos de coliflor, apareciendo solos o en racimos” (p.253).


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Signos y síntomas

La mayoría de las infecciones causada por virus del papiloma humano (VPH), no causan ningún tipo de síntomas, sin embargo; las verrugas genitales pueden incluir protuberancias semejantes a un coliflor que se pueden notarse y producir hinchazón. Estas verrugas pueden sangrar con facilidad o producir comezón, los sitios más comunes de aparición en las mujeres son los labios vaginales menores o alrededor de la abertura vaginal; en los hombres, el glande del pene son los sitios donde se presentan las verrugas más frecuentemente, pero pueden aparecer en el escroto, el ano, las verrugas pueden aparecer muchos meses después de tener el contacto con virus del papiloma humano (VPH).

Modo de contagio

Las verrugas venéreas generalmente se contagian a través del contacto sexual vaginal, anal u oral con una con una persona infectada con el virus, también se contagia de madre a hijo durante el parto, por lo general las lesiones aparecen en la garganta o en la boca.

Período de incubación

El periodo de incubación después de tener el contacto con la persona infectada con el virus del virus del papiloma humano (VPH) es de dos a tres meses, sin embargo cuando se trasmite el virus de una persona a otra, el virus infecta las capas superiores de la piel y puede permanecer inactivo o latente por meses o años de que aparezcan las verrugas.

Complicaciones del virus del papiloma humano (VPH)

Los virus del papiloma humano son conocidos ahora como la causa principal del cáncer cervical, ano, pene, faringe y boca.

Métodos diagnósticos de la enfermedad

Clínica del paciente, las lesiones producidas por virus del papiloma humano (VPH) pueden resaltarse aplicando ácido acético o azul de metileno de toluidina al 2% (test de Collins).

Citología: a través de la citología se puede detectar células atípicas que puedan desarrollarse posteriormente en cancerígenas.

Colposcopia: es un aparato que ayuda a visualizar con detalle el cuello del útero
Biopsias: consiste en tomar un pequeño fragmento del sitio previamente seleccionado por la Colposcopia, a fin de realizarle pruebas histológicas.

Examen de laboratorio del IGM para anticuerpo del virus del papiloma humano (VPH) H, para detectar si la persona ha tenido contacto con el virus.

Medidas preventivas

Visita periódica al ginecólogo, uso correcto del preservativo, mantener una sola pareja, realizarse exámenes de IGM para anticuerpos del virus del papiloma humano (VPH), administración de la vacuna para el virus del papiloma humano (VPH) antes de iniciar las relaciones sexuales

Existen dos vacunas para el virus del papiloma humano (VPH): Gardasil, vacuna tetravalente recombinante, que incluye los tipos 6, 11, 16,18 y una vacuna bivalente Cervaix recombinante que incluye los tipos 16, y 18. El Gardesil es una vacuna para la prevención de la displasia cervical de alto grado, su eficacia en mujeres que no han tenido el contacto con el virus del papiloma humano (VPH) es del 100%.

La Organización Panamericana de la Salud y el comité de Control de las Enfermedades Transmisibles (2004), aprobaron que la vacuna se administrara a niñas y mujeres entre los 9 a 26 años, se recomienda antes de iniciar las relaciones sexuales, se puede administrar a madres en periodos de la lactancia y está contraindicada en las embarazadas. Son tres dosis una primera vacuna, luego la segunda a los dos meses y después una tercera vacuna a los seis meses después de la primera, se recomienda un refuerzo a los dos años.

Tratamiento para el control del virus papiloma humano (VPH)

Las lesiones intraepiteliales escamosas y las verrugas causadas por estos virus son tratados con varios métodos: las criocirugías (congelamiento para destruir el tejido lesionado), el tratamiento con láser (cirugía con una luz de alta intensidad), el LEEP (procedimiento que consiste en extirpar el tejido usando un aro de alambre caliente), electrocoagulación, así como la cirugía convencional. Pueden usares tratamientos paras las verrugas de menor intensidad como la podofilina, el ácido bicloroacético y el ácido tricloroacético pueden destruir las verrugas cuando se aplican directamente en ellas.

La estrategia de lucha contra esta enfermedad se ha basado hasta el momento en el diagnóstico precoz de lesiones epiteliales precursoras a través del cribado mediante citología y la técnica de Papanicolau. En los lugares donde los programas de cribado han alcanzado altas tasas de cobertura se ha constatado una notable disminución de la incidencia de cáncer de cérvix avanzado. Sin embargo, en nuestro país, estos programas muestran coberturas no óptimas en algunos grupos de población (mujeres con menor nivel social, hacinamientos, adolescentes, multiparidad, promiscuidad entre otras.

Reflexiones

El personal de enfermería tanto a nivel comunitario como asistencial debe trabajar conjuntamente con los ambulatorios, unidades educativas y hospitales a fin orientar tanto a al adolescente sobre todo lo referente a la educación sexual y reproductiva, tal cual como lo exige la Ley Orgánica de protección al menor, niña niño y adolescente, con la finalidad de disminuir los embarazos precoz y la contaminación de las enfermedades de trasmisión sexual

La familia forma una parte muy importante en el desarrollo y crecimiento de niño, y por ende la importancia del personal de enfermería a nivel comunitario, abordar a las comunidades con la finalidad de realizar sesiones educativas referentes a los valores que los padres deben reforzar en los jóvenes desde muy temprana edad, parea que estos se puedan enfrentar a la sociedad y no dejarse influenciar por los grupos pares.

En Venezuela, existen a nivel nacional y regional varias organizaciones gubernamentales que trabajan con el propósito de capacitar y educar al personal de la salud, mediante estrategias para disminuir la prevalencia de las enfermedades de trasmisión sexual, y los embarazos precoz.

Bibliografía

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2. Grotber, Edith. (2000).La resiliencia como potenciadora de los factores protectores. Madrid.
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7. Philip, Rice. (2000). Adolescencia: desarrollo, relaciones y cultura. México, segunda Edición.
8. Rocio, J. (1998). El papel de la familia, compañeros y la escuela en el abuso adolescente de drogas. Madrid.
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