Manejo medico de la Otitis Media Aguda en el paciente pediatrico
Autor: Yenier Jiménez Hernández | Publicado:  13/10/2010 | Pediatria y Neonatologia , Otorrinolaringologia | |
Manejo medico de la Otitis Media Aguda en el paciente pediatrico .2

Enfermedad de las vías respiratorias superiores:

- nasofaringitis
- adenoiditis
- hipertrofia adenoidea
- sinusitis
- rinitis alérgica

Anatomía de la tuba auditiva:

Comunica la cavidad del oído medio con la nasofaringe. Su función es la ventilación del oído medio, equiparando la presión atmosférica a ambos lados de la membrana timpánica y siendo un conducto fisiológico de drenaje del oído.

En lactantes:

- tiene 18 mm al nacer.
- más ancha, más corta y más horizontal, lo que favorece las infecciones ascendentes desde la faringe.
- ostium timpánico más bajo y el faríngeo más alto, facilitando el drenaje directo al o. medio

Edad: afecta todas las edades, siendo mayor su incidencia en los 3 primeros años de vida (75% de los menores de 2 años han tenido al menos un episodio de otitis media aguda).

Tener el primer episodio de otitis media aguda (OMA) antes de los 6 meses de vida se considera por sí solo un factor de riesgo.

Sexo: más afectado el masculino.

Predisposición genética: historia familiar de otitis media aguda recurrente.
No lactancia materna.
Déficit inmunológico.
Deficiencias nutricionales (vitamina A, zinc y hierro).
Condición de fumador pasivo.

Asociación a determinadas enfermedades:
- paladar hendido
- síndrome de Down
- fibrosis quística.

Asociación a factores alérgicos.

Clasificación

Según su tiempo de evolución la enfermedad puede ser subdivida en:

• Aguda, cuando el proceso dura no más de tres semanas
• Subaguda, cuando la infección perdura de tres semanas a tres meses
• Crónica, cuando la enfermedad se prolonga durante más de tres meses

Otra forma de clasificar esta entidad es la siguiente:

• Otitis media aguda supurada: Cuando se trata de una infección aguda del oído con exudado.
• Otitis media aguda secretoria (otitis media serosa, otitis media mucosa): cuando hay presencia de líquido en el oído medio detrás de una membrana timpánica integra sin signos agudos o síntomas. En estos términos pueden incluirse aquellas otitis medias no supuradas o que clínicamente no presentan datos de infección.

Fases evolutivas:

1. Tubotimpanitis: Etapa más temprana. Se produce por la obstrucción de la trompa de Eustaquio.

2. Hiperemia: Se produce la oclusión de la luz de la tuba. Clínicamente: fiebre, otalgia, malestar general, disminución de la audición y sensación de oído ocupado. Otoscopia: Membrana timpánica congestiva a nivel del mango del martillo, la pars fláccida y la periferia, con un aumento de la vascularización.

3. Exudativa: Se produce escape de suero, fibrina, eritrocitos y polimorfonucleares desde los capilares. Las células epiteliales cuboideas del tímpano se convierten en caliciformes mucosecretantes y se produce un exudado a presión. Clínicamente: otalgia, fiebre severa, reacción mastoidea (en niños y lactantes pequeños), nauseas, vómito, malestar general, mialgias y diarrea ocasional. El dolor impide el sueño. Puede haber perdida de la audición tanto para tonos altos como bajos. Otoscopia: Membrana timpánica engrosada, congestiva y abultada, con pérdida de sus detalles anatómicos.

4. Supurativa: Ocurre la perforación espontánea y el drenaje de líquido hemorrágico, serosanguinolento y luego mucopurulento. Clínicamente: Antes de la perforación hay signos de toxicidad sistémica. Después de esta, se mantiene la hipoacusia, disminuye el dolor y la fiebre, se resuelven el edema y la sensibilidad mastoidea. Otoscopia: Faro otógeno. Perforación de la pars tensa de la membrana timpánica. Otorrea.

5. Mastoiditis Aguda: Sólo se observa en 1-5% de los casos. Se mantiene la secreción mucopurulenta por más de dos semanas de evolución. Clínicamente: reaparición del dolor y la reacción mastoidea, que se hacen más intensos de noche. Hay febrícula y leucocitosis. Se trata con altas dosis de antibióticos y mastoidectomía simple para drenar el material atrapado.

Diagnóstico:

Cuadro clínico:

Casi todos los casos de otitis media aguda (OMA) se presentan como un cuadro de coriza, rinitis, fiebre, tos, irritabilidad y anorexia; también náuseas, vómitos y diarrea como respuesta sistémica a la infección. El síntoma más fidedigno es la otalgia intensa y persistente. Los niños muy pequeños no verbalizan el dolor pero se tiran las orejas o rehúsan deglutir y lloran constantemente. Debe sospecharse esta entidad cuando el dolo despierta a los niños por las noches. Los niños mayores presentan disminución de la audición. Si la membrana timpánica está perforada aparece otorrea sanguinopurulenta La exploración física no es sencilla en pacientes pediátricos, motivo por el cual debe tenerse paciencia.

El examen físico debe ser completo, con énfasis en la inspección del oído medio, lo que en condiciones ideales, sólo puede obtenerse mediante el uso de un otoneumatoscopio con perilla. La otoneumatoscopía debe realizarse de manera que el conducto auditivo externo se encuentre libre para visualizar correctamente la membrana timpánica y valorar su movilidad, los cambios de coloración y vascularización, así como la presencia de niveles hidroaéreos por detrás de la misma. La exploración clínica debe realizarse con un máximo de suavidad y cuidado, tanto para evitar dolor, ansiedad en el paciente, como para permitir la observación de cualquier cambio de las estructuras por pequeño que éste sea; debe usarse un otoscopio neumático con luz intensa y amplificación suficiente.

La otitis media aguda (OMA) se manifiesta con retracción, eritema, disminución del reflejo luminoso e hipomovilidad de la membrana timpánica. La membrana timpánica, particularmente la parte flácida, se encuentra hiperémica, con la vascularidad visible; y la parte tensa, abombada y turbia. En un estado avanzado de inflamación puede haber ruptura de la membrana timpánica, habitualmente en la parte tensa, con salida de material francamente purulento, sanguinolento o seroso. La perforación habitualmente es pequeña, y una vez que el pus drena, los síntomas disminuyen de manera importante. Los exámenes de audiometría establecen el grado de afectación en la agudeza auditiva. Puede presentarse una disminución en la audición en rangos de baja frecuencia.


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