La psicoprofilaxis desde la perspectiva fenomenologica en el cuidado humano de la gestante durante el trabajo de parto
Autor: Lic. Ana R. Pineda Z. Ana R.  | Publicado:  12/11/2010 | Ginecologia y Obstetricia , Enfermeria | |
Psicoprofilaxis perspectiva fenomenologica cuidado humano gestante durante el trabajo de parto .2

Es necesario señalar, que la mujer dentro de su ciclo vital experimenta cambios físicos y emocionales significativos que van contribuyendo a su desarrollo humano, siendo uno de ellos el periodo del embarazo, parto y nacimiento, ya que debe incluir a su nuevo hijo en sus planes, su futuro, sus sentimientos y su forma de vivir; para ello, debe estar preparada física y psicológicamente con el propósito de llevar el parto a feliz término y orientar al hijo en los primeros años de vida incorporándolo posteriormente a la sociedad como un hombre productivo.

Al respecto, Aller y Pagés (1999); consideran el embarazo como el periodo de gestación o proceso de crecimiento y desarrollo de una nueva persona en el seno materno, el cual ocurre desde el momento de la concepción hasta el nacimiento, pasando por los períodos preembrionarios, embrionario y fetal; teniendo una duración aproximada de 266 días o 38 semanas lunares, que se puede prolongar hasta los 280 días de preñez. Generalmente el comienzo del parto, se presentan con uno o más eventos primarios entre los cuales se encuentran las contracciones uterinas regulares que aumentan de frecuencia e intensidad; rotura de las membranas, flujo de liquido a través de genitales y flujo vaginal mucoso; sin embargo, los dolores de parto en la mayoría de los casos apenas significarán posteriormente un vago recuerdo, totalmente eclipsado por la presencia de su hijo o hija.

Respecto a la epidemiología del embarazo, existen datos estadísticos en el Hospital para el año 2006, con resultados significativos de un número de 394 mujeres embarazadas, durante este período, de las cuales el 21% de los partos fueron de madres adolescentes; 5,46% fueron jóvenes con 14 años y menos edad. Con una alarmante reincidencia de embarazos durante la adolescencia, el 13,59% ya había tenido un parto y estaba en su segunda gestación. Un elevado índice de prematuridad (33,33%) en los productos de la gestación de las adolescentes precoces; un significativo índice de abortos 10% y de cesáreas 13,79%. Un 28% de hijos de adolescentes con pesos fuera de los parámetros normales. En relación a las patologías asociadas se encontró 20,95% de retención de restos post-parto; aproximadamente 19% de pre-eclampsia; 15,54% de infecciones. La mayoría eran madres solteras 67,34%; 92,69 declararon ocupación del hogar; 31,24% no había culminado sus estudios de primaria; el 62,68% no realizó control prenatal y el 96,25% vive en barrios, algunos de ellos clasificados como marginales. Infiriendo que por la juventud de las embarazadas, las mismas necesitan que se les oriente en lo respecta al embarazo, control prenatal y parto.

Por ello, la mujer con el apoyo de la pareja, de la enfermera y enfermero, irá dilatando centímetro a centímetro, pudiéndose presentar alteraciones en la psiquis de la gestante como la ansiedad disminuyendo la tolerancia al dolor durante el proceso; en consecuencia, aumenta las tensiones tanto físicas como emocionales al momento del periodo expulsivo, repercutiendo en el desarrollo del mismo y en la salud fetal; motivo por el cual es primordial, que la mujer mantenga una adecuada adaptación psicológica durante el último trimestre del embarazo y durante el proceso del parto. La armonía psíquica de la embarazada va a depender de la utilización de estrategias que disminuyan la ansiedad y estimulen la relajación.

Por tanto, es vital la conservación de la energía para evitar el agotamiento y el desequilibrio hidroelectrolítico por hiperventilación y transpiración profusa y su apreciación dependerá de la confianza que ella tenga en si misma para afrontar el estrés, y reacción ante el dolor. La expectancia y las experiencias previas de una persona que apoye, son elementos que aumentan la capacidad de la gestante para afrontar la experiencia del trabajo de parto y el nacimiento de su hijo. En este contexto, radica la necesidad de educar a la embarazada con estrategias profilácticas, desde el segundo trimestre del embarazo y reafirmarlas durante el proceso del trabajo de parto, para que participe y se involucre activamente durante todo el proceso y culminar con un alumbramiento feliz.

La psicoprofilaxis es un conjunto de métodos y técnicas para educar a la embarazada y a su familia física, espiritual y emocionalmente durante su embarazo, parto y puerperio. a ser utilizada por las enfermeras y enfermeros para apoyarlas al afrontamiento del proceso de trabajo de parto y de esta manera sobreponerse a los rigores físicos y emocionales de la gestación y el parto, al mismo tiempo que la familiariza con los métodos no medicamentosos para aliviar el dolor durante el embarazo, trabajo de parto y parto, cuidando la salud materna y fetal y al mismo tiempo capacitando al personal de enfermeras y enfermeros para que el cuidado se oriente hacia lo humano, sustentado en una transacción de cuidados con todos los factores cuidativos, cuidados científicos, éticos, estéticos, creativos y personalizados que ocurren entre dos personas.

Ahora bien, el obstáculo que se presenta en los hospitales que dependen del estado, esta referido a la ausencia de un sistema de protocolo respecto a las estrategias de relajación a ser utilizadas en la sala de parto, aun cuando cada día se observa el incremento de parturientas para afrontar tan trascendental momento, observándose en ellas un aumento de tensiones físicas y psicológicas, llegándose en la mayoría de los casos a la distocia de la dinámica uterina tal como alteración en la frecuencia e intensidad de las contracciones y al sufrimiento fetal; motivo por el cual las enfermeras y enfermeros aprovechando esta ocasión de cuidado, realizara intervenciones humanizadas evidenciadas en un comportamiento empático, respeto calidez y aceptación.

En este marco de referencia, se observa el acontecimiento de este hecho en la Emergencia Obstétrica del Hospital “Dr. José M. Carabaño Tosta”, del (IVSS) de Maracay, donde por la incidencia de embarazadas en trabajo de parto, los avances tecnológicos y la institucionalización del parto; los cuidados que se han venido proporcionando son comunes en todas las parturientas, tanto en los complicados como en los normales con poco apoyo afectivo, el mismo nivel de intervenciones y medicación, dejando de lado el cuidado humano base del cuidado enfermero, desconociendo que el mismo fortalece todas las etapas del parto favoreciendo una relación privilegiada que la conduce a ver el proceso de una forma más positiva disminuyendo la inseguridad, fomentando su autonomía y logran vivir su experiencia de la maternidad como una de las vivencias más maravillosas y dignificantes del ser humano.

Por estas razones la enfermera y enfermero realizará intervenciones en un entorno de apoyo, protección, comodidad, seguridad, limpio y estético. ya que se percibe debilidades en la relación de ayuda proporcionada a la parturienta durante el proceso del parto, sintiéndose las mismas en muchas ocasiones aisladas en las salas de dilatación, rodeadas de equipos técnicos y espacios deshumanizados, sin sentirse querida, sin confianza y sin comprensión por parte del personal de turno. Aunado a ello, se carece de programas de educación a la embarazada para fortalecer las debilidades relacionadas con el grado de ansiedad y temor, la efectividad de sus habilidades y afrontamiento observados cuando la persona enfermera establece la comunicación terapéutica en la sala de parto y un sistema de apoyo emocional.

Por lo antes enunciado, considero necesario que se interprete el cuidado humano proporcionado por la enfermera y enfermero, y se faciliten terapias psicoprofilácticas, para ayudar a la gestante cuando está expuesta a las diferentes tensiones que se presentan durante el trabajo del parto, mediante un proceso de cuidados humanos con plena participación de la enfermera y enfermero y la embarazada para que el parto y alumbramiento sea lo más natural posible. Una vez reflexionando sobre el tema y desde el punto de vista axiológico, la investigadora tiene como finalidad enfocar la intencionalidad en la práctica de la enfermera y enfermero para proporcionar cuidado transpersonal a la parturienta incorporando los factores cuidativos respetando su condición única como ser, sus valores, su dignidad y aceptación en uno de los momentos más significativos de su vida como es el de tener entre sus brazos a su hijo sustentando el amor materno.

La importancia de este trabajo viene dada, porque el ejercicio profesional de la enfermería está fundamentado en una transacción de cuidados con los factores cuidativos para trascender en el tiempo mediante la introspección, la imaginación creativa, visualización, y autoproyección. Asimismo, estos elementos se conjugan con las estrategias de la psicoprofilaxis del parto incrementando el cuidado de la salud de la parturienta y el feto; facilitando el proceso del parto; contribuyendo a que el advenimiento de este nuevo ser se convierta en un momento de felicidad para todos los que participan en este proceso.

Su relevancia social, está determinada porque los cuidados enfermeros incluyen toma de conciencia y conocimiento de las necesidades de cuidado, asimismo, una invitación a actuar con acciones basadas en el conocimiento, valores de cuidado, voluntad y compromiso moral orientado hacia la preservación de la dignidad individual y humana para producir cambios positivos como resultado de los cuidados.


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