La sexualidad: un universo complejo
Autor: Fuentes Luque Luzmila | Publicado:  15/11/2010 | Psicologia , Otras Especialidades , Sexualidad – Sexología | |
La sexualidad: un universo complejo .1

La sexualidad: un universo complejo

Fuentes Luque Luzmila. Magíster en Ciencias Mención Orientación en Sexología. Adscrita a la Universidad de Carabobo. Departamento de Salud Pública Investigadora. UNISAR

Resumen

El presente artículo pretende revisar algunos aspectos de la sexualidad, tales como origen del término sexualidad, la evolución histórica, las teorías, dimensiones y funciones de sexualidad, desde una mirada compleja en tanto que la sexualidad, es un concepto pluridimensional, para evidenciar la necesidad de que las personas que participan en la educación sexual, tengan un referente en el ámbito conceptual desde una mirada diversa, sistémica, dinámica reconociendo su propia mirada, así como la mirada de los otros, con quienes interacción En síntesis una existe una diversidad de concepciones sobre la sexualidad humana, que permiten comprender la pluridimensionalidad, de este aspecto de la vida del ser humano, cuyos contienen variadísimos elementos o dimensiones en interacción conforman el concepto de sexualidad como un todo.

En tal sentido la sexualidad no puede mirarse desde una sola óptica ya que nos daría visión fragmentada reduccionista y unilateral de la misma Reflexionar sobre la concepción que se tiene sobre la sexualidad tiene implicaciones, para abordaje de la educación sexual de los sujetos a quienes va dirigida

Palabras claves. Sexualidad. Complejo, Diversidad


El presente artículo pretende revisar algunos aspectos de la sexualidad, tales como origen del término sexualidad, la evolución histórica, las teorías, dimensiones y funciones de sexualidad, desde una mirada compleja en tanto que la sexualidad, es un concepto pluridimensional, para evidenciar la necesidad de que las personas que participan en la educación sexual, tengan un referente en el ámbito conceptual desde una mirada diversa, sistémica, dinámica reconociendo su propia mirada, así como la mirada de los otros, con quienes interacciona como un paso indispensable para construcción de lineamientos para la elaboración de estrategias de educación sexual, contextualizadas al momento, al lugar y con la participación de los sujetos a quienes va dirigidas.

Surgimiento del término sexualidad

Desde el punto de vista histórico el término sexualidad no aparece hasta 1830. Surge para dar cuenta, con tal neologismo, de un fenómeno nuevo y propio de la Época Moderna como es el descubrimiento del hecho de los sexos y la toma de conciencia de sus consecuencias en las relaciones entre ellos. En tal sentido, antes de esa fecha no había sido conceptualizada, ya que todo lo planteado antes fue expresado con otros términos, no como se le reconoce ahora como una construcción cultural que implica poder y dominio y no solamente lo relacionado con la biología (1, 2)

Evolución histórica de la sexualidad

La sexualidad ha ido evolucionando junto con la mentalidad del ser humano. En la Prehistoria era una simple satisfacción del impulso reproductivo. Es probable que la preocupación por la sexualidad, no contara demasiado en las primeras comunidades cavernarias, debido a la vida totalmente insegura de los primeros hombres. La persecución de la caza y la búsqueda de frutos obligaban a un constante cambio de refugios. (3,4)

La sexualidad pasa a ocupar un lugar importante en la civilización con el descubrimiento de la agricultura, pues permitió a las tribus establecerse por períodos prolongados en territorios fijos, con lo que hombres y mujeres pudieron por fin conocer el placer de reproducirse. En ese momento, la humanidad identifica a la mujer con dar vida, con la tierra asociándola con dar fruto (3,4)

Así nace un culto a la sexualidad femenina que sólo relegarían las religiones judaica, cristiana e islámica. En las culturas helénica y latina, el acto sexual llegó a ser una manifestación religiosa. En el plano sexual, el mundo griego estaba dividido en dos: la sexualidad oficial, cuyo objetivo era la procreación vinculada al matrimonio y la familia, y la sexualidad oficiosa, pública, cuyo objetivo era la búsqueda de placer. (3,4)

Con el cristianismo, surge el concepto del Pecado Original y todas sus consecuencias: el descubrimiento del sexo, la vergüenza; la invención de la hoja de parra que cubre los órganos genitales y de la moral; la expulsión del Paraíso doloroso (3.)

Cuando la iglesia, asumió, bajo su tutela, el matrimonio se estableció docenas de reglas, acerca de la conducta sexual y se consideraba el sexo como algo pecaminoso. (3,5)

En el siglo XVI, al comenzar la Reforma de la Iglesia Católica, se criticaron las ideas y creencias de la Iglesia. Del siglo XVI al XVII, ocurrió el establecimiento y promulgación de las creencias protestantes, quienes siguieron la tradición hebrea y restablecieron el matrimonio como un estado de alegría. Se hizo desaparecer mucho del estigma que se había impuesto al sexo, y se le aceptó dentro del matrimonio. (3)
Al ocurrir el Renacimiento, en los siglos XVI y XVII, se dio rienda suelta al interés en el cuerpo humano, la sexualidad y las cuestiones sexuales. La religión judía fue de las primeras en reprimir la sexualidad.

Esa represión fue particularmente a las mujeres, que eran considerabas simples objetos sexuales. En el Antiguo Testamento, la función de la mujer era procrear, perpetuar, y servir a los hijos. (3,4)

El cristianismo cambió esta visión, pero al pasar a ser religión oficial del imperio romano se convirtió en una fuerza política y represiva. El cristianismo designó la sexualidad como algo impuro. El imperio romano fue el encargado de difundir estas ideas ya que se erigieron como los difusores del catolicismo. Así en España, cuando se celebra el matrimonio entre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, se obligó a asociar las creencias y leyes de la religión católica. Estas creencias fueron traídas por los conquistadores al nuevo mundo (3,5)

Con respecto al cristianismo, Foucault en su “Historia de la sexualidad: La voluntad de saber”, expresa que el cristianismo presenta una técnica para el manejo del pecado, que es la confesión, que más adelante incorporaría como herramienta de control de poblaciones. (6,7)

En este sentido, el estado moderno preocupado por la natalidad y otras variables, encontraría en la confesión, el instrumento adecuado para obtener información para controlar a la población. (6,7)

Este control era sobre interrogantes, tales como la frecuencia de la práctica sexual, con quienes, entre quienes, los métodos anticonceptivos, quienes son los padres entre otros aspectos de interés (7).

De tal forma que la sexualidad, a través de la confesión, se convierte en un instrumento de control, de instauración de un orden moral, de una política de natalidad, de una previsión militar, de un orden económico. (7)

En este sentido, Foucault, define la tecnología del yo, como el modo en que un individuo actúa sobre sí mismo. Y, por ello, se preocupa, esencialmente, por la sexualidad y el control. Mediante estas dos prácticas se puede ver, con más claridad que en otras, de qué forma el individuo se conoce y se ocupa de sí mismo. (6)

En la actualidad la iglesia cristiana asume una cosmovisión de la sexualidad, donde se plantea que el ser humano es una unidad corpóreo-espiritual inseparable. La persona, dada su vocación a donarse, es capaz de amar y ser feliz en la entrega total a otro. (8)


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