Factores motivacionales de las personas para ser donantes de sangre
Autor: Nepdalith Colina | Publicado:  16/03/2011 | Hematologia y Hemoterapia , Articulos | |
Factores motivacionales de las personas para ser donantes de sangre .1

Factores motivacionales de las personas para ser donantes de sangre. Hospital Central “Antonio María Pineda” Barquisimeto, Lara

Colina, Nepdalith. Lic. Perozo Hiliomary. Elsa Vargas. Matos, Carmen

RESUMEN

La presente investigación tiene como objetivo indagar los factores motivacionales de las personas para ser donantes de sangre del Hospital Central “Antonio María Pineda” de Barquisimeto, estado Lara. Está investigación se ubica en la modalidad de campo de tipo descriptiva. La población estuvo conformada por 60 donantes que asisten en el día al banco de sangre. Se utilizó un instrumento tipo cuestionario conformado por 5 ítems. La técnica de análisis que se utilizó fue la estadística descriptiva. En relación a los resultados se evidencia que las respuestas en su mayoría son negativas.

Se concluye que el factor social es el que motiva a las donantes a realizar este acto, por lo que se recomienda implementar capacitaciones y estudios dirigidos al personal de Bancos de Sangre, de manera que se logre motivar y educar a los donantes de sangre.

Palabras clave: Factores – Motivación – Donantes de Sangre.

INTRODUCCIÓN

La donación de sangre es un acto social que se realiza desde la intimidad del individuo. Las diferentes motivaciones a las que se pueda recurrir para aceptar ser donante están reflejando desde condicionantes personales, relacionadas con la estructura mental que cada uno tiene de sí mismo, a las necesidades colectivas del grupo, pasando por las necesidades institucionales, políticas o económicas fundamentalmente. Motivar en este sentido es crear significaciones que van en el sentido de las preocupaciones del individuo.

Esta es definida, por Mucchielli (1988), “como una conducta humana y como tal es un fenómeno social total” (p.31). El conocimiento de la motivación para donar sangre permitirá dar sentido a la donación altruista como sistema, hay que entender que no empieza y acaba con una extracción de sangre.

En tal sentido, esto es un hecho social, presidido por una actitud cultural determinada, en el que inciden todo tipo convicciones religiosas, solidarias, de contraprestación y relaciones económicas, instrumentalizadas por un sistema sanitario, el actual, que ha medicalizado la relación social. Si la sociedad se funda en el intercambio, y donar supone encadenar tres obligaciones, la de donar, la de recibir y la de devolver, los donantes de sangre son los guardianes de las esencias de lo que supone vivir en comunidad amparados por un vínculo de sangre.

Por tal razón, a pesar de los avances la falta de donaciones de sangre sigue siendo un problema a resolver en todo el mundo. Los donantes más fieles han sido mostrados como la mejor fuente de donación, pero resulta clave conocer sus características y los factores que influyen en el desarrollo de su compromiso. En consecuencia, es un acto indispensable para el mantenimiento y la optimización de una adecuada prestación sanitaria. Las instituciones y los servicios sanitarios se esfuerzan día a día por mantener y aumentar los índices de donación como garantía imprescindible de esos procesos.

Cabe destacar, que son muchos los factores que inciden a la hora de facilitar o inhibir la donación de sangre. El estudio encargado por el Departament de Sanitat de la Generalitat de Catalunya a este mismo equipo en el año 1990, puso de manifiesto cuáles eran algunos de los más importantes: el temor a quedar "atrapado/a" en una red de obligaciones, el carácter abstracto y lejano de la necesidad de sangre, el miedo a lo desconocido o la carencia de información precisa sobre los usos y utilidades de la sangre; entre otros, hay que señalar la constatación de que la figura del/a donante habitual no constituye un modelo referencial adecuado para incitar a hacer donaciones, el hecho de que la donación como acto habitual constituye necesariamente una conducta minoritaria, que hay múltiples fuerzas que sitúan la no donación como principal punto de atención y, finalmente, que el conjunto de inhibidores de la donación es enorme.

He aquí, la importancia de conocer, dichos factores que inciden en los donantes, ya que es evidente que donar es una decisión personal, se considera que ésta es consecuencia en parte del altruismo, otras lo hacen por obligación al tener un familiar enfermo, otros por falta de dinero, un sin fin de factores que repercuten positiva o negativamente en dicha decisión.

Por tanto, determinar cuáles son los factores psico-personales que caracterizan a un donante frente a uno no donante, permite conocer las variables psicológicas, socioeconómicas o demográficas, que afectan a cada uno de ellos. Es por esto, que en los sistemas de donación voluntarios y no remunerados se considera el altruismo como el elemento central, pero éste tiene que ver más con aspectos sociales que individuales. La donación de sangre se desarrolla de acuerdo a la lógica de cualquier intercambio. Pero lo que en sociedades pasadas se ha llevado a cabo como un contacto personal entre dador y receptor, adopta una forma anónima en las sociedades modernas; los servicios de transfusión se ocupan de regular este intercambio para las comunidades, allí el altruismo pasa a estar determinado por factores socioculturales.

Para Allen (1990), es “más importante que saber por qué donan los donantes, es darse cuenta de que la mayoría van a continuar siéndolo sin importarles lo que se haga” (p.119)”. Los motivos que regulan la donación de sangre son los motivos personales, ya que el altruismo no parece una variable significativa para la distinción entre donación donante y no donante; más bien el altruismo es una forma de racionalizar los propios motivos de los donantes que una motivación absoluta.

Dicho autor señala, que es esta particularidad lo que caracteriza a la donación de sangre: "hecho individual ligado a las experiencias personales y que condiciona toda una serie de respuestas colectivas" (p.121).

Se ha de aceptar que no todas las personas tienen el mismo estimulo motivador, lo que al final se traduce en las variaciones de la ritualidad. No es lo mismo el ritual de la donación en un pueblo que otro y mucho menos en la capital; por tanto, es fácil deducir que no serán los resultados iguales en un punto de extracciones que en otro. Es así como la donación de sangre actúa como un compromiso adquirido en términos morales, que obliga a la reciprocidad colectiva y no individual. Pues la sangre se dona sin saber para quién es, solo con la intención de salvar una vida y/o ayudar a un enfermo.

Por lo tanto, lo que la gente piensa en relación a la sangre y a su donación es un asunto central. Cualquier política, cualquier infraestructura de hemocaptación, en definitiva, la obtención de un índice de donaciones suficientes para satisfacer las necesidades de un sistema sanitario de calidad reposa, en última instancia, en la voluntad de las personas para dar o no dar su sangre. El estudio ha enfatizado específicamente, los factores que inciden en la decisión de donar o no.

Puesto que la información es un factor de inhibición o de facilitación de la donación propia y ajena, el conocimiento sobre sus características es de vital importancia. Así, puede afirmarse con rotundidad que los conocimientos de la población sobre los usos de la sangre son imprecisos o inadecuados y se relacionan básicamente con transfusiones y situaciones de excepcionalidad (accidentes y catástrofes). Ello denota una falta de información, no mitigada por los/as profesionales, que repercute sobre las fantasías y significados que asocian los/as donantes a la donación. Así mismo, este efecto se ve reforzado por la percepción del lugar donde se realizan las donaciones como entorno medicalizado.

Además, la información no sólo está relacionada con el conocimiento sobre el circuito y la utilización de la sangre, sino que tiene que ver con la tranquilidad y la seguridad que el/a donante tiene durante y después del proceso de hemocaptación. En este sentido, puede afirmarse que la hemodonación aparece siempre asociada al miedo (inconcreto o físico) y a la anticipación de experiencias negativas durante la extracción. Una consecuencia explícita de ello es que la primera donación es considerada como un determinante en la continuidad como donante (fidelización).

Una constante en los argumentos de los/as donantes es la polaridad que se establece entre egoísmo y solidaridad como elementos que permiten explicar el acto de donación. El discurso de la solidaridad es omnipresente tanto en donantes como en profesionales. Pero este eje queda marcado por el acentuado favoritismo que muestran los/as donantes, lo que implica, por un lado una identificación muy fuerte pero, por otro, un riesgo de discriminación hacia otros grupos, se tiende a ver el acto de donar como fundamentalmente individual. No obstante nuestro estudio ha puesto en evidencia el conocer los factores que inciden en la donación. En efecto, la esta no es solo conceptualizada como un acto particular o individual, sino que puede serlo también como un acto colectivo. En este sentido, las relaciones sociales, la cotidianidad y la accesibilidad podrían ser vistos como favorecedores de la donación desde el punto de vista de los/as donantes.


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