Complicaciones inmediatas de la extraccion dentaria
Autor: Dr. Yassim Águila Nogueira | Publicado:  16/05/2011 | Odontologia y Estomatologia , Cirugia Maxilofacial , Articulos | |
Complicaciones inmediatas de la extraccion dentaria .3

Exploración oral

La exploración de la cavidad bucal y de los dientes a extraer nos puede orientar sobre la dificultad de la extracción, por ejemplo si tiene caries cervicales (peligro de fractura al realizar maniobras), estado de la corona (si es posible hacer presa de ella), presencia de infecciones (dificultad para anestesiar), apertura bucal (dificultad para realizar exodoncias posteriores), presencia de tumoraciones (angiomas) y estado de los huesos maxilares (exostosis óseas). (14)

Estudio radiológico

Es fundamental realizar un estudio radiológico del paciente, sobre todo de los dientes a extraer. Se puede usar las ortopantomografías (panorámica) o bien realizar radiografías intraorales periapicales.

Debemos ver siempre el diente a extraer, su morfología coronaria, radicular, estudio de sinostosis y dislaceraciones radiculares, la patología que la rodea y las estructuras vecinas que se pueden ver afectadas por la exodoncia.

En casos de sinostosis radicular en la que puede haber una involucración del dentario inferior, está indicado solicitar un TAC para ver la verdadera relación entre ambas estructuras anatómicas, también es útil para ver la relación entre los dientes superiores y las fosas nasales y senos maxilares. (15)

Otras pruebas complementarias

Se deben solicitar en casos que sospechemos que la coagulación está alterada, analíticas para estudiar la hemostasia, y proceder según los resultados. (15)

También podemos solicitar pruebas de alergia a medicamentos y a los anestésicos locales en caso de antecedentes de reacciones adversas. Las reacciones alérgicas a los anestésicos que usamos hoy son rarísimas, y no lo debemos confundir con las reacciones vaso vágales, tóxicas y alteraciones del ritmo cardiocirculatorio que suceden con bastante frecuencia. (11)

Ante factores de riesgos por enfermedades sistémicas y tratamientos medicamentosos se debe interconsultar con su médico de familia.

Requisitos para realizar una exodoncia:

• Condiciones higiénico sanitarias de los operadores y del local.

• Buena iluminación.

• Privacidad del paciente.

INDICACIONES DE LA EXODONCIA

La mayoría de los autores coinciden en que los motivos más frecuentes de extracción dentaria son la caries y la enfermedad periodontal. Se deben considerar además otras causas, como son: dientes retenidos, supernumerarios, anomalías de posición y situación, dientes temporales, dientes relacionados con quistes y tumores. Las indicaciones de la exodoncia serán, por tanto, las siguientes: (15-19)

• Caries dental: Cuando los dientes están afectados por esta enfermedad en grado avanzado que no permitan tratamiento conservador.

• Enfermedad periodontal: la enfermedad periodontal avanzada con acusada movilidad dentaria y presencia de abscesos periodontales, que imposibilitan el tratamiento conservador, es una indicación frecuente de extracción. Una vez convencidos de esta necesidad es más oportuno realizar las extracciones inmediatamente que esperar a que la enfermedad produzca una mayor reabsorción ósea de la cresta alveolar.

• Dientes retenidos: Los más frecuentes son los terceros molares inferiores, los superiores, los caninos superiores, premolares inferiores e incisivos superiores. Estos dientes en su inclusión o en los intentos de erupción producen una serie de accidentes de tipo infeccioso, mecánico, reflejo y tumoral que aconsejan su extracción; la exodoncia practicada en una fase precoz previene la aparición de estas afecciones.

Solo se aconseja una actitud expectante cuando la cuidadosa evaluación, clínica y radiográfica, permiten aventurar una situación normal en las arcadas. En otras ocasiones, un tratamiento combinado quirúrgico-ortodóncico, permitirá conducir al diente a su alojamiento definitivo. (20)

• Dientes supernumerarios: los más frecuentes son a nivel incisivo superior, con la presencia de dos supernumerarios o uno situado en la línea media (mesiodens) por distal del tercer molar o a nivel de los caninos superiores. Estos dientes constituyen una aberración embriológica de la lámina dentaria en la formación de los folículos dentarios y deben ser diagnosticados precozmente para realizar su extracción y así evitar problemas de retraso en la erupción de los dientes permanentes.

• Dientes erupcionados con anomalías de posición y de situación: son dientes en mesio, disto, vestíbulo, linguo o giroversión, situados en su lugar habitual o ectópicamente a nivel vestibular, palatino o lingual. Los dientes más afectados por estas causas son los caninos y los premolares superiores e inferiores. La extracción, en estos casos, obedece a razones estéticas, ortodóncicas o protésicas.

• Dientes temporales: las mismas consecuencias destructivas e infecciosas de la caries pueden exigir la extracción de dientes temporales antes de su exfoliación fisiológica para evitar la alteración de los dientes adyacentes.


En ocasiones, se trata de un retraso en el recambio dentario y existen signos suficientes para proceder a la extracción: proceso de erupción y edad cronológica del paciente, estudio del mismo diente contralateral, nivel del plano oclusal más bajo y formación de al menos dos tercios de la raíz del diente permanente subyacente comprobable por radiografía. (20)

Respecto a este punto, cuando hay un retraso en la exfoliación del diente deciduo, es importante realizar una exploración radiológica para detectar una posible agenesia del diente de recambio. En este caso, el diente temporal debe mantenerse en la arcada.

Debemos tener en cuenta que cuando la extracción es necesaria y sucede a una edad precoz, se precisa de la colocación de un mantenedor que conserve el espacio para la erupción y alojamiento del diente permanente.

• Dientes relacionados con quistes: los dientes causantes de quistes inflamatorios, radiculares, pueden ser tratados conservadoramente realizando un tratamiento endodóntico correcto, previo a la enucleación de la cápsula quística. Sin embargo, cuando el tejido óseo, periodontal o radicular está muy afectado por el proceso quístico, el diente o dientes involucrados deben ser extraídos. En los quistes foliculares o dentígeros, se suelen eliminar, en el mismo tratamiento, la cápsula quística y el diente causante. Cuando se trata de individuos jóvenes, el diente puede evolucionar espontáneamente o ayudado por una tracción ortodóncica. (20)

• Dientes relacionados con tumores: con gran frecuencia aquellos dientes implicados en una patología tumoral, sea esta benigna o maligna, deben ser extraídos junto con la extirpación del proceso tumoral vecino. Estos tumores son de origen y pronóstico diverso. Así, tumoraciones de los tejidos blandos de origen hiperplásico inflamatorio, como por ejemplo los épulis, exigen la extracción del o de los dientes responsables para evitar la recidiva tumoral.

Tumores de origen óseo, fibromas, mixomas, osteomas y osteoclastomas, de naturaleza benigna, engloban dientes en su crecimiento que precisarán una extracción. Tumores malignos, epiteliales o conjuntivos, a nivel de los maxilares o de las mucosas que los recubren, en general, carcinoma, sarcomas, mielomas o linfomas, serán tratados con cirugía radical incluyendo los dientes implicados en el proceso tumoral, y en el margen de seguridad exigido en este tipo de intervenciones. (20)

• Dientes en áreas a irradiar: en los tumores malignos que incluyen en su protocolo radioterapia es posible la aparición de una osteorradionecrosis, como complicación postirradiación; esta lesión es más frecuente a nivel mandibular. Para evitar la infección añadida de este hueso necrosado se recomienda extraer previamente los dientes infectados, desvitalizados e incluso sanos, que se encuentran en el campo a irradiar. (20)

• Dientes en focos de fracturas: una cuestión muy debatida, los dientes implicados en un trayecto de fractura tras un traumatismo maxilofacial. Clásicamente estos dientes se incluían como indicación absoluta de extracción para no alterar los mecanismos fisiológicos de reparación ósea. Hoy en día, con las posibilidades de prevención de la infección, y siempre bajo criterios personalizados, se permite la conservación de un diente siempre que este no esté infectado y sea utilizable para una correcta oclusión del segmento óseo posterior. (20)


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