Formacion de voluntarios promotores de salud en San Jose de Tiznados
Autor: Dra. Evelyn Roa Delgado | Publicado:  30/06/2011 | Articulos , Medicina Preventiva y Salud Publica | |
Formacion de voluntarios promotores de salud en San Jose de Tiznados .1

Formación de voluntarios promotores de salud en San José de Tiznados

Dra. Evelyn Roa Delgado (*). Dr. Víctor Rojas (*). Lic. Enf. Tibaire Tamiche (**)

* Postgrado de Medicina Familiar y Área de Ciencias de la Salud. Universidad Rómulo Gallegos (UNERG) San Juan de los Morros, Guárico, Venezuela
** Unidad de Medicina Familiar FUNDACLIU. San Juan de los Morros, Guárico, Venezuela Área del Conocimiento: Ciencias de la Salud. (Trabajo presentado en las VII Jornadas de Investigación y IV Jornadas de Extensión de la Universidad Rómulo Gallegos (UNERG), San Juan de los Morros, del 9 al 13 de Noviembre de 2009)

Palabras clave: participación social comunitaria, promotores voluntarios de salud, desarrollo comunitario, promoción de la salud, medicina familiar


RESUMEN

El presente trabajo documenta la experiencia en desarrollo, en la que profesores de la Universidad Rómulo Gallegos (UNERG) en conjunto con miembros de la localidad de San José de Tiznados, experimentan intercambio de saberes bajo una modalidad de reflexión crítica y de investigación acción participante. El proyecto tiene como propósito: diseñar e implementar un programa de formación y capacitación de voluntarios promotores de salud en el marco de un concepto que supere el paradigma biologicista, y suscriba a la salud como un derecho humano integrador, y donde la promoción de la salud es una estrategia tendiente a lograr que los individuos y los colectivos puedan tener mayor poder y control sobre su salud y los determinantes de la misma.

En estos primeros cinco meses, profesores y estudiantes del área de la salud de la Universidad Rómulo Gallegos (UNERG), en conjunto con 26 personas entre ellas: adolescentes, profesores de colegios, escuelas, liceos y preescolares, así como 3 miembros principales del consejo comunal de San José, han participado en las discusiones grupales, y han desarrollado actividades como elaboración de un diagnóstico de salud participativo y evaluación de la participación comunitaria, así como acciones divulgativas relativas a la salud, cuyos resultados se comentan en el presente trabajo. Se espera al término de tres años consecutivos de programa acompañar al grupo de voluntarios en acciones de tipo preventivo y reevaluar con los parámetros presentados y otros, a fin de señalar los posibles logros del programa. Palabras claves: Participación social comunitaria, promotores voluntarios de salud, desarrollo comunitario, promoción de la salud.

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo documenta parcialmente la puesta en práctica de una experiencia formativa de promotores de salud, fundamentada en valores progresistas respecto lo que se considera SALUD Y PROMOCIÓN de la salud. Dichos valores tienen sus orígenes en los temas desarrollados luego de la reunión de Alma Ata, que consideran la salud como un todo, y que derivan en el concepto de equidad, y en el de promoción de la salud como una herramienta para la organización y concientización comunitaria. Pero también documenta la realización de una investigación bajo la modalidad investigación acción participante. Con los planteamientos que la Organización Mundial de la Salud realizó en 1978 en la reunión de Alma Ata, ha tomado fuerza la noción de que los sistemas de salud de las naciones, deben tener como principal objetivo lograr la equidad en la salud, haciendo uso de la promoción de la salud como una herramienta fundamental (1). El término equidad, está centrado en el ideal de que “todas las personas disfruten de una igualdad de oportunidades que les permita llevar una vida sana en todo su potencial” (2).

Equidad no es que todo el mundo tenga el mismo estado de salud, lo cual es utópico dada la gran cantidad de determinantes que tiene la salud, sino que todos tengan oportunidades iguales en términos de procurarse bienestar. En este sentido es de gran ayuda la promoción de la salud, pues entre sus propósitos está que los ciudadanos estén bien informados, y lleguen a ser consientes de cuáles acciones le favorecen o no para tener bienestar. Con esto se espera que sus oportunidades de procurarse bienestar no sean mermadas por ignorancia o creencias erróneas al respecto. Los cambios que se presenta hoy día en aspectos sociales o demográficos, como por ejemplo personas más exigentes o los cambios en la morbimortalidad, así como las experiencias de treinta años de aplicar en diversa medida los principios de Alma Ata, determinan la exigencia de actualizar los sistemas sanitarios. Algunos países han orientado sus reformas hacia incrementar el rol privado y el libre mercado en los servicios de salud, tras lo cual pudiera estar presente el valor de considerar la salud como un “bien” o un “producto” a ser comercializado, y el estado se convierte en intermediario entre los usuarios y la empresa prestadora de salud. Sin embargo, la tendencia en los países en desarrollo ha sido la de establecer políticas de salud que busquen la universalidad, la equidad, la accesibilidad, la eficiencia, la calidad, la solidaridad, la participación social, la descentralización, y la colaboración intersectorial (3).

La aplicación de estos principios de Atención Primaria de Salud, según lo que se ha documentado de manera fiable, han contribuido a mejorar la calidad y el bienestar en los países que los han implementado (2, 3, 4). Pero ello pasa por resolver de alguna manera el conflicto que surge respecto a considerar a la salud un derecho y no un bien, un dilema ético y moral. Las escuelas de medicina y enfermería de hoy día, incluyendo las nuestras, deben mantener la discusión y práctica sobre los aspectos relativos a la Atención Primaria de Salud (APS), para conjurar así, en un mundo con tanta influencia mercantilista, que se formen profesionales sin conciencia social, que luego se hagan sujetos del llamado hospitalocentrismo (sistemas de salud desarrollados en torno a hospitales y especialistas) o la fragmentación (sistemas de salud desarrollados en torno a programas y especialistas) y por el contrario su trabajo les oriente hacia organizaciones sanitarias gubernamentales que privilegien la equidad, la atención centrada en la persona, y la participación social (5).

Por supuesto que es posible no optar por la Atención Primaria de Salud (APS), pero como se ha demostrado en estudios recientes, su no aplicación, entraña un enorme precio: en términos de prestaciones sanitarias perdidas, de costos empobrecedores, de pérdida de confianza en el conjunto del sistema sanitario y, en última instancia, de pérdida de legitimidad política. (5) Es así como se aprecia la relevancia de la participación social, entendida como una herramienta para la movilización social, como un proceso de intercambiar saberes entre los miembros del equipo de salud, universidades, organismos gubernamentales y las poblaciones en general. Esto pasa por considerar que tan importante es el mensaje, cómo la forma como se comenta, difunde y discute el mensaje con los receptores.

Como lo señala Werner en su libro “Aprendiendo a promover la salud” (1987), educar para la salud tiene como deber moral ayudar a reconocer a las personas que la “mala salud”, es en gran parte el “resultado de un sistema social que favorece a los fuertes a costa de los débiles”. Por lo tanto la meta principal de un promotor de salud y la educación para la salud es ayudar a adquirir la comprensión y las habilidades necesarias para cambiar las condiciones que causan la pobreza y la mala salud. Este enfoque crítico sobre la educación, está en línea con los postulados de Freire y la educación liberadora como lo señalan Werner y Bower. (5) Estos últimos autores señalan que un buen promotor necesita buenos instructores, por lo que expone que un buen instructor debe:

Tratar a los promotores como iguales y como amigos.
Respetar sus ideas y basarnos en sus experiencias. Invitar a la cooperación; animar a otros a ayudar a aquellos que se encuentran atrasados.
Aclarar que no lo sabernos todo.
Promover y aceptar la crítica, la discusión, la iniciativa y la confianza de los promotores.
Ser modestos y humildes en nuestros ademanes.
Defender los intereses de los más necesitados.
Aprender junto con la gente y compartir sus sueños.

En consonancia con estos aspectos mencionados, como profesores nos planteamos una investigación con el propósito de motivar la acción comunitaria a través de un programa formativo de promotores voluntarios de salud, durante el cual se practiquen estrategias de aprendizaje bajo enfoques no tradicionales, esperando que a largo plazo, los mismos sirvan de modelo a los futuros promotores, y que al tomarlos como propios se mantenga la cadena de intercambio de saberes y el desarrollo de pensamiento crítico comunitario, lo que sin duda ayudará a mejorar el desarrollo comunitario.

MÉTODO: INVESTIGACIÓN ACCIÓN PARTICIPANTE

Este es un proyecto que espera mediante la acción participante, iniciar un proceso de reflexión en acción con los asistentes al curso de capacitación. Este tipo de diseño se inscribe dentro de la matriz epistémica crítica, y de acuerdo a Le Bortef (s/f), citado por Pineda, Alvarado y Canales, la investigación acción es definida como “aquella que trata de ayudar a la población (…) en la identificación, el análisis crítico de sus problemas y necesidades y la búsqueda de soluciones de los problemas que ellos mismos quieren estudiar y resolver”. (9,10) La investigación se desarrolla en tres momentos: el primero llamado entrada al campo y capacitación de los promotores con el diagnóstico inicial; el segundo momento: será de acompañamiento de los promotores en sus acciones, asesoramiento y mantenimiento del grupo en actitud de reflexión en acción; y el tercer momento será la salida de los facilitadores y evaluación final. Este informe refleja el primer y segundo momento de manera parcial.

La entrada al campo fue facilitada por el respaldo institucional que ofrece el proyecto Tiznados desde la Universidad Rómulo Gallegos (UNERG). Los mecanismos puestos en práctica fueron serán el respeto a la diversidad de opinión, la reflexión sobre la acción, la búsqueda de consensos respecto a acciones a realizar y metas a lograr. Para sistematizar la experiencia, se registrará en diarios de campo, registro fotográfico, grabaciones durante las reflexiones luego de la acción. Los encuentros se realizaron bajo la modalidad de grupos focales. Los temas a tratar fueron los que resultan del diagnóstico participativo, y la evaluación sobre las organizaciones comunitarias se hizo usando un cuestionario reflexivo llamado “Estrella de Evaluación de la Participación Social Comunitaria” (11,12). Estas herramientas se aplicaron al iniciar el programa y cerca del final del mismo, en un tiempo estimado a tres años.


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