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Incremento de los desafios eticos derivados del desarrollo de la ciencia, la tecnologia y la sociedad
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Autor: MSc. Dra. Yanet Escalona Blanchey
Publicado: 27/07/2011
 

El avance científico-técnico que ha experimentado la humanidad en los últimos 50 años sobrepasa con creces todo lo que había ocurrido en varios milenios anteriores. La Revolución Científico Técnico (RCT) actual ha sido el resultado del desarrollo de los conocimientos teóricos y la revolución operada en las Ciencias Naturales. El hombre de finales del siglo XX y comienzos del XXI ha sido testigo del desarrollo vertiginoso de la ciencia en general. relacionada con la penetración de los conocimientos en el micro mundo, las ideas sobre la estructura de la materia, sobre nuevas concepciones acerca de la composición del átomo, los adelantos en las matemáticas, la biología y otras ramas del saber que sirvieron además para fundamentar los principios de la dialéctica materialista.


Incremento de desafios eticos derivados del desarrollo de la ciencia, la tecnologia y la sociedad .1

Incremento de los desafíos éticos derivados del desarrollo de la ciencia, la tecnología y la sociedad.

MSc. Dra. Yanet Escalona Blanchey. Especialista de 1er grado en MGI
MSc. Dra. Elsa Tamara Chávez Rivero. Especialista de 1er y 2º grado en MGI
MSc. Dra. Zurina Cinza Estévez. Especialista en Bioquímica
Dra. Tayri Beatriz Gómez Barea. Especialista de 1er grado en MGI

INTRODUCCIÓN

El avance científico-técnico que ha experimentado la humanidad en los últimos 50 años sobrepasa con creces todo lo que había ocurrido en varios milenios anteriores. La Revolución Científico Técnico (RCT) actual ha sido el resultado del desarrollo de los conocimientos teóricos y la revolución operada en las Ciencias Naturales. El hombre de finales del siglo XX y comienzos del XXI ha sido testigo del desarrollo vertiginoso de la ciencia en general. relacionada con la penetración de los conocimientos en el micro mundo, las ideas sobre la estructura de la materia, sobre nuevas concepciones acerca de la composición del átomo, los adelantos en las matemáticas, la biología y otras ramas del saber que sirvieron además para fundamentar los principios de la dialéctica materialista. (1)

La Biología y la Medicina en particular, no han estado ajenas a este acelerado crecimiento en todas las esferas del desarrollo y lo que es más importante, han podido ser espectadoras del impacto que ha producido este rápido progreso en el hombre y la sociedad. (2)

Prácticamente hasta el siglo XIX la relación Hombre-Naturaleza se manifestaba como un intercambio, en el cual la Naturaleza podía resarcirse de “los daños ocasionados por la acción de la ciencia”. En el siglo XX la actividad humana y el poder de la ciencia impiden que la naturaleza se pueda resarcir de los daños ocasionados por el hombre y su relación contradictoria pone en peligro la vida en el planeta. (3)

Este desarrollo acelerado de la ciencia y la tecnología ha acrecentado el poder del hombre sobre las condiciones naturales de vida del planeta, que no siempre se ha utilizado con el fin de ayudar a la humanidad. Más bien ha ocurrido lo que señalaba Bertrand Russell: “La humanidad, gracias a la ciencia y la técnica, está unificada para el mal, sin que esté todavía unificada para el bien” (3).

La Revolución Científico Técnico (RCT) implicó transformaciones en la esfera material y espiritual, en la producción y en los servicios, en el hombre y su vida. El hombre está inmerso, como sujeto y como objeto, en este proceso de desarrollo técnico, en tal medida, que crea y construye para su bienestar, a la vez que pone en riesgo su vida, la de la sociedad y la de la existencia misma del género humano.(4)

Los avances tecnológicos constituyen un elemento de vital importancia para la vida y la salud humana, pues ellos condicionan el incremento de la calidad y el nivel de vida de los hombres y estos factores son indicadores fundamentales de la salud humana; sin embargo, una parte considerable de la población mundial se ve privada de estos, pues el desnivel y desproporción en ese desarrollo científico-técnico, de los distintos países, entre las distintas clases y sectores de estos países lo impide.(5)

La aplicación de políticas neoliberales, el debilitamiento de las funciones del Estado en la esfera social, que limitan su capacidad para garantizar un desarrollo sostenible, con equidad, justicia social y participación popular, es el impacto de la globalización en la esfera político social. (5)

La concepción del desarrollo científico como una esfera neutra en materia axiológica, mostró rápidamente que “la voluntad de verdad” puede acarrear serios y graves problemas a la humanidad, porque cuando el fin último del conocimiento deja de ser la preservación de la vida humana, la razón puede ser reemplazada por el fanatismo científico que no es más que una variante enmascarada de la “voluntad de poder”. Hiroshima y Nagasaki demostraron a los científicos que no todo lo que se puede hacer técnicamente, se debe hacer. (2)

La práctica ha demostrado la inconsistencia de la teoría predominante hasta ahora del carácter neutral de la ciencia. La necesidad de un redimensionamiento ético de la actividad humana y las relaciones sociales implica un movimiento integrador multidisciplinario y de proyección global. La labor científica debe ser normada, y sus normas deben ser fundadas en sólidos valores, en aquellos en que se sostienen los derechos humanos, de lo contrario corre el riesgo de deshumanizarse con algo tan humano como es el conocimiento de la verdad. (4) (5).

El desarrollo de la eugenesia a principios del siglo XX, los experimentos Nazis en los campos de concentración, la manipulación de los sujetos de experimentación en la medicina norteamericana, sobre todo a partir de la década del 30, el deterioro progresivo de la biósfera del planeta, los nuevos conflictos que surgen como resultado de la aplicación de los adelantos de la Revolución Científico Técnico (RCT) a la medicina, entre otros, son eventos que abonaron el terreno donde germinó, nació y se desarrolló la Bioética. La Bioética fue concebida por su fundador, Van Rensselaer Potter, como “una nueva disciplina que combinara el conocimiento biológico con el conocimiento de los sistemas de valores humanos”. Así, la Bioética instauró “un nuevo paradigma intelectual o cultural, consistente en la confrontación de hechos y valores”. Es ya mundialmente conocida la definición de Bioética formulaba en la Encyclopedia of Bioethics publicada por Waren T. Reich, en 1978: Estudio sistemático de la conducta humana en el campo de las ciencias biológicas y la atención de salud, en la medida en que esta conducta se examine a la luz de valores y principios morales. (5) (6).

Nunca antes la relación del hombre con sus condiciones naturales de vida había sido objeto de regulación moral. La dignidad, que antes sólo se llegó a reconocer al hombre, único ser racional, ahora se extendió también a la naturaleza, la cual se debe respetar si queremos prolongar nuestra existencia en el planeta. Los daños que se ocasionaban al entorno en épocas pasadas eran enmendados por el propio accionar de las leyes naturales, pero el poder del hombre hoy es tan grande que es capaz de alterar los ciclos naturales de manera irreversible. Por ello, el desarrollo de las ciencias en general - y el de las de la vida en particular-, debe llevarse a cabo en correspondencia con los valores y principios morales. La ciencia debe servir a la humanidad y nunca ser un medio para enseñorearse de ella. Este fue el sentido con que surgió la Bioética. (7)

El vertiginoso y ascendente movimiento de la tecnología en nuestros días, a partir de la automatización, ha motivado el cambio del paradigma tecnológico, el que deja de tener como base al petróleo para situar en su núcleo a la microelectrónica y la información. Esta era de la información ha revolucionado los cimientos de la sociedad en el plano de las relaciones interpersonales (tele-trabajo, tele-medicina, tele-compra, educación a distancia, correo electrónico). (8) (9).

Debido a todo el desarrollo científico técnico en el que estamos inmersos y a lo que trae consigo, tanto desde el punto de vista positivo como negativo, es que los trabajadores de la ciencia, dentro de los que nos encontramos los médicos, tenemos la responsabilidad de capacitarnos en aspectos relacionados con la ciencia, la tecnología y la sociedad. La integración del razonamiento ético en la toma de decisiones relativas a asuntos de la práctica de la salud pública es absolutamente necesaria para que pueda reconocer y plantearse asuntos conflictivos de índole ético y tomar decisiones relacionadas con las necesidades de salud de la población de una manera justa, razonable y compasiva. O sea, para poder sostener una posición activa ante la introducción y generalización de los resultados científicos y estar atentos ante las implicaciones negativas que puedan tener la aplicación práctica de uno u otro conocimiento científico para la sociedad, la naturaleza y el individuo. Por todo lo anterior fue que nos motivamos a realizar este trabajo adquiriendo mayor responsabilidad con la humanidad, ya que como expresó Potter no sabemos si las futuras generaciones contarán con los recursos naturales necesarios para poder vivir con calidad de vida en este planeta.

Capitulo 1

AVANCES CIENTÍFICO-TÉCNICO. SUS CONSECUENCIAS.

A lo largo de toda su historia, la humanidad se ha enfrentado a su medio, creando instrumentos y procedimientos para servirse de él. Resultado de esa interacción del hombre con la naturaleza ha sido la superación de este, la transformación de aquella y una identificación progresiva de ambos: la humanización de la naturaleza y la profundización del conocimiento del mundo por el hombre. La técnica, como apoyo y extensión de las posibilidades humanas, fue el soporte material de esta simbiosis. (10)

La ciencia, proceso y resultado de la actividad del hombre, ocupó cada vez más un lugar relevante en la vida social, hasta convertirse en elemento central del paradigma de una época. Es una forma de la conciencia social, y como tal, parte de la vida espiritual que se desarrolla bajo las exigencias de la producción material. (10)

La Ciencia se puede considerar como expresión del sistema de conocimientos históricamente formados y ordenados, y cuya veracidad es comprobada continuamente por la práctica social, aunque conceptualizarla es muy difícil, ya que puede contemplarse como institución, método, una tradición acumulativa de conocimientos, factor decisivo en el mantenimiento y desarrollo de la producción y uno de los más influyentes factores en la modelación de las creencias y actitudes hacia el universo y hacia el hombre. Su fuerza radica en su carácter general, universal, necesario y objetivo (11) (12).

La sociedad ¿civilizada? del II milenio, transformó paulatinamente su superobjetivo de rendir a la naturaleza a su absoluto dominio y pasó a convertirse en su verdugo, así como el de una parte de sí misma. Se supeditaron los valores humanos a intereses particulares (10).

La interdependencia de la actividad teórico-cognoscitiva y práctico-productiva combina la transformación cualitativa de ambos, dando lugar a una Revolución Científico Técnico (RCT) que es el núcleo del progreso científico técnico y se caracteriza por cambios cualitativos en el desarrollo de la ciencia y la técnica, y sus relaciones recíprocas con la producción. O sea, es un fenómeno complejo y multifacético, en el cual se produce un acercamiento y profundización entre la investigación científica, el sistema productivo y la vida cotidiana (12).


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La Revolución Científico Técnico (RCT) provocó un cambio sustancial en los procesos de la vida social y en la interacción sociedad-naturaleza mediante la modificación del sistema productivo.

Primero: La Revolución Científico Técnico (RCT) provocó cambios muy profundos en la vida cotidiana de las personas, tanto en sus aspectos materiales como en su proyección espiritual.

Segundo: Se ha producido un impacto sobre la propia ciencia y más allá de ella, sobre los modos de concebir el conocimiento y los saberes (13) (14).

El siglo XX se caracterizó por la creación de múltiples inventos y descubrimientos científicos. Se hicieron más descubrimientos en una década del siglo XX que en los 100 años anteriores y la producción los asimiló de manera inusitada, observándose que las actividades experimentales de los científicos cada día, tienen un nexo más estrecho y directo con la tecnología industrial. Se asocia con grandes realizaciones como la creación de la primera línea automática de producción, la técnica nuclear, las calculadoras electrónicas, el lanzamiento del primer satélite artificial de la Tierra, la síntesis química de materiales con propiedades establecidas previamente, el surgimiento de la microelectrónica, etc.(15).

Los rasgos fundamentales de la Revolución Científico Técnico (RCT) fueron señalados por nuestro Comandante en Jefe al plantear:

1. La ciencia pasa a ser un factor rector del proceso tecnológico, del desarrollo de la producción y el perfeccionamiento administrativo.
2. La ciencia se expande rápidamente, se transforma en una profesión masiva, lo que influye en la división social del trabajo. Se incrementa la proporción de empleados que se ocupan de la actividad científica. Su estructura se vuelve más compleja.
3. Creación de nuevos tipos y fuentes de energía.
4. Proceso de automatización de la producción.
5. Producción de materiales artificiales con propiedades prefijadas.
6. Se eleva el nivel intelectual y cultural de los trabajadores y se establecen las premisas materiales para superar la dicotomía entre el trabajo físico y el intelectual.
7. Cambio en el carácter y contenido del trabajo.
8. Desarrollo acelerado de los medios masivos de comunicación y aumento de la significación social y económica de la información científica.
9. El hombre rebasa sus límites terrestres: se desarrolla la conquista del espacio y se ponen al servicio de este los recursos del océano a escalas muy superiores a las de antes (16).

Por lo tanto, el nivel alcanzado por la ciencia y la tecnología constituye el centro de la nueva situación que impacta, de una u otra forma, TODA la vida social de TODA la humanidad, con una incidencia positiva o negativa, en dependencia del nivel de progreso social en cada región o apartado punto del planeta

Con la Revolución Científico Técnico (RCT) el hombre ha creado y dotado su vida cotidiana con productos e instrumentos radicalmente nuevos - no clásicos - que no domina en absoluto y de los cuales desconoce la totalidad de sus potencialidades materiales reales, así como también los cambios espirituales que trae consigo (17).

En el análisis del impacto social de la ciencia y la tecnología, subyace hoy la percepción de éstas no sólo como salvadoras de la humanidad y expresiones genuinas de su progreso, sino entendidas también como causa de muchos males que padecen las sociedades contemporáneas. Entre los problemas que el hombre ha tenido que enfrentar y que han motivado el cuestionamiento moral de la ciencia, la tecnología y sus resultados se encuentran:

 El daño ocasionado al hombre por algunos productos científicos y el uso de la ciencia con fines políticos, ideológicos y militares que condujo a la perdida de la ingenuidad de la sociedad con respecto a la ciencia.
 La imposibilidad de encontrar respuestas moralmente precisas y definitivas al estilo de los ideales morales del pasado que establecían con precisión los límites entre el bien y el mal.
 El desconocimiento de todas las posibilidades de empleo humano así como de las consecuencias de los objetos elaborados.
 La urgencia de cuestionar la pertinencia moral de la producción y uso del conocimiento. ¿Se debe hacer todo lo que se puede hacer? y como consecuencia de todo lo anterior, la urgencia de formar científicos moralmente responsables, capaces de concientizar los dilemas éticos como conflictos morales y buscarles solución. (18) (19).

Ejemplo de estos males en el siglo XX tenemos muchos, algunos de los cuales pasaremos a mencionar:

1 Las monstruosidades cometidas, en nombre de la ciencia médica, contra las personas internadas en los campos de concentración nazis que fueron utilizadas como sujetos de experimentación durante la II Guerra Mundial, fusionándose eficientemente eugenesia con eutanasia y que generaron serios cuestionamientos éticos encontrando respuesta en el Código de Nüremberg, aprobado en 1947 por la Asociación Médica Mundial.

2. El lanzamiento de la bomba atómica sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki.

3. Entre 1966 y 1972, se desarrollaron hechos que pusieron en tela de juicio la eticidad de la experimentación médica con seres humanos en Estados Unidos de América (EUA) (Inyección de células cancerosas de hígado a pacientes ingresados en un hospital de New York y producción de infección intencional con hepatitis a internos de una escuela para retardados - en ambos casos - con fines experimentales y sin obtención de consentimiento alguno)

4. Durante los primeros años de la década de los 60 se revela lo que se llamó la catástrofe de la Talidomida. Esta droga se recetó por primera vez a finales de la década de los 50 en Europa y era un popular tratamiento para el insomnio, la tensión y las náuseas durante el embarazo. Como resultado del uso de la droga por mujeres embarazadas, más de doce mil bebés nacieron en todo el mundo con severas malformaciones congénitas y posteriormente, retiran del mercado la droga. El escándalo de la Talidomida impulsó una política de control estricto de medicamento y muchos países empezaron a promulgar leyes de control de los medicamentos y la exigencia que estos sean sometidos a ensayos clínicos y probados en animales, antes de probarlos y comercializarlos en humanos.

5. En 1977, se revela ante la palestra pública, las atrocidades del Estudio de Tuskeguee. Este estudio, llevado a cabo entre el 1932 y 1972, fue auspiciado por el US Public Health Service. El propósito de la investigación era describir la historia natural de la sífilis, en hombres jóvenes y negros para determinar si era la misma que en hombres de la raza blanca. Era un estudio longitudinal de casos y controles en el cual participaron 600 sujetos voluntarios; 399 de ellos eran hombres afroamericanos con sífilis de una comunidad pobre de Alabama. El reclutamiento de los participantes se hizo en las iglesias, escuelas y agencias de sus comunidades (lugares que brindaban confianza a esta población marginada), no se tomó consentimiento informado, ni se notificó el padecimiento de sífilis a los sujetos participantes. Como incentivo a su participación, se les ofreció un estipendio económico y atención médica gratuita.

En 1947 se descubre la cura, penicilina, pero no se les ofreció a aquellos sujetos del estudio. Los individuos padecieron toda clase de secuelas como ceguera, demencia y algunos murieron. En 1977 el periódico New York Times lo publica en primera plana y surgen voces denunciando las violaciones éticas cometidas en aras de la ciencia.

Los problemas éticos de Tuskeguee fueron: No hubo consentimiento informado, hubo coerción, trato discriminatorio, restricción de tratamiento efectivo, no hubo regulaciones ni revisión continua de los procesos de investigación, no se protegió del contagio a los cónyuges y se abusó de una población vulnerable de bajos ingresos, escolaridad, grupo minoritario. En el año 1997, el Presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, ofreció un homenaje como disculpa pública a los sobrevivientes de tan nefasta historia.

6. Uno de los eventos más conocidos que contribuyeron al desarrollo de la bioética clínica y jurídica, es el caso de Karen Ann Quilan en 1976, el cual establece un precedente legal en cuanto a los asuntos de la vida y la muerte. Karen, una joven de unos veinte años cayó en coma irreversible. Ésta fue la primera vez que se discutió públicamente el asunto de la muerte cerebral y la desconexión de equipos tecnológicos para el sostenimiento de la vida. Los padres llevan un largo caso legal para que le retiren el respirador que la mantenía viva artificialmente y la dejaran morir con dignidad. Así el Tribunal Supremo de New Jersey reconoce el derecho de sus padres a retirar el equipo tecnológico, en caso de muerte cerebral. Se define la muerte como el cese del funcionamiento cerebral, acción que hoy en día, ha hecho posible la donación de órganos. (20) (21).

Otras Violaciones éticas del siglo XX fueron las investigaciones en Puerto Rico. Este país no estuvo exento de los abusos de la investigación científica y la experimentación con seres humanos y recursos naturales. Podemos mencionar varios eventos históricos que fueron publicados bajo un artículo titulado: Abierto el confesionario militar: un laboratorio muy particular que resume los detalles que el Pentágono de EUA reveló en aquel entonces sobre los experimentos realizados en Puerto Rico:

7. En 1931 el Dr. Cornelius Rhoads desarrollo investigaciones sobre cáncer por el cual fue premiado y reconocido mundialmente. El proyecto consistía en inyectar células cancerosas a pacientes puertorriqueñas sin su previo conocimiento, ni consentimiento. 13 personas fallecieron a consecuencia de los experimentos del Dr. Cornelius Rhoads 

8. En 1951, la Marina de Guerra de los EUA establece oficinas de investigación en la Universidad de Puerto Rico para realizar experimentos con radiación de rayos cósmicos. El líder Pedro Albizu Campos fue una de estas personas con las que se experimentó.


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9. En 1956, la experimentación de la píldora anticonceptiva con mujeres puertorriqueñas, sin estar debidamente informadas y la esterilización en masa que precedió a este evento formó parte de la política pública en salud en un momento dado

10. En 1961, el Pentágono experimenta con agentes naranja y blanco en el Yunque, Toro Negro y Guajataca. No se enteraron hasta décadas después.

11 En 1968, más de 2,000 puertorriqueños fueron sometidos a un insecticida experimental como parte del programa Abate (22).

Capitulo 2.

IMPACTO DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA EN LOS VALORES ÉTICOS.

Como se observa, el inmenso poder de la tecnología moderna y su extraordinaria capacidad para dañar la vida humana, animal, vegetal y para afectar en forma irreversible el medio ambiente, plantean un creciente desafío a los preceptos éticos tradicionales, sobre los cuales se ha fundamentado hasta ahora el desarrollo tecnológico y científico

La ética, como ciencia que estudia la moral, nos proporciona el instrumental teórico y el fundamento necesario para establecer y evaluar las relaciones que establece el hombre, el sistema de valores, principios y normas de comportamiento moral en la sociedad. Es la disciplina filosófica que estudia racionalmente la conducta humana desde una perspectiva normativa, o sea, lo que se debe ser o lo que se debe hacer. Es el estudio de los principios filosóficos de los cuales se derivan las normas morales que guían a la acción e interacción entre los seres humanos. Se justifica porque vivimos en interacción social y nuestra conducta puede afectar a nuestros semejantes. Se justifica porque el ser humano tiene voluntad, capacidad de decidir y el potencial de ser autónomo, pero tiene que respetar dicha capacidad en su prójimo. Estas normas de comportamiento varían en correspondencia con la sociedad, clase, momento histórico, e incluso profesión de la que se trate (10) (23).

Podríamos hablar de ética desde los tiempos de la antigua Grecia con las obras del gran filósofo, Aristóteles. A Hipócrates, nacido en 460 AC y llamado el padre de la medicina, se le atribuye el primer código de ética de la medicina, el cual establece el principio “prima facie” de no maleficencia, o sea, no hacer daño bajo ninguna circunstancia. Su Juramento está vigente hoy en día.

La ética es normativa, dicta las normas de lo que debe ser y lo que se debe hacer y provee fundamento para lo moral. La moral es prescriptiva, nos provee una receta de lo que debemos hacer o lo que es aceptable en situaciones particulares, en una sociedad particular. Es la moral vivida. Propone un código de reglas de conducta aceptadas por un grupo social. Reglas o pautas de conductas mínimas en el ámbito moral que hay que cumplir (ética de mínimos), sin excepción, para la sana convivencia entre los miembros de un grupo social, tales como: no matar, no hacer daño a las demás personas. (24)

La ética profesional es una esfera o rama específica del conocimiento ético, una manifestación concreta de la teoría ética general.

En los marcos del nuevo paradigma científico-técnico la ética no puede limitarse a las relaciones entre los hombres, ella debe considerar también el carácter de la acción del hombre, sus consecuencias. (14).

Como principal problema, todavía insoluble, que caracterizó el fin del siglo XX y se mantiene a principios del XXI, se manifiesta la contradicción norte-sur, el primero cada vez más rico y el segundo cada vez más pobre, sustentando el desarrollo de los más avanzados y con un futuro incierto, si no se transforma el orden económico internacional. Existe entonces una base objetiva para el sentimiento de enajenación de una parte de la humanidad, desprovista de relación con los más modernos medios productivos, tanto en el mundo subdesarrollado como desarrollado, que mantiene en constante cuestionar su realización social.(18) (19) (25).

¿Es la tecnología la responsable de este orden de cosas? ¿Deberá la humanidad renunciar al progreso científico y tecnológico que ha alcanzado para evitar su destrucción?

En el caso específico de la ciencia y la tecnología su impacto en la ética es positivo. Con su desarrollo se produce una ampliación del dominio ético, es decir la ética genera nuevas zonas, nuevas esferas de acción y de comportamiento humano. En la actualidad "la ciencia nos proporciona un conocimiento cada vez más alto de los procesos que nos afectan y por consiguiente nos permiten intervenir cada vez más con conocimiento de causa, y por otra parte la tecnología nos proporciona el medio de intervenir en niveles y regiones que hasta ese momento eran inaccesibles" (Ladúere 1983). En el terreno de la informática, por ejemplo, mientras no existía la realidad virtual, Internet, etc., era exigua la reflexión ética que podía realizarse. (9) (22).

El desarrollo científico técnico influye también de forma positiva en el modo de determinación de las normas. En este proceso, aunque las existentes pueden servir de orientación de guía para la actuación del hombre, lo más importante es descubrir en cada situación concreta su significación ética para poder determinar las normas. Se trata de una búsqueda constante, de una creación continua, de un aumento progresivo. A la norma ya existente se suman las que surgen como resultado de la creación normativa. (26)

Al ampliarse la esfera de acción de la ética surgen nuevas situaciones, nuevos problemas, conflictos que reclaman juicios valorativos para la toma de decisiones. Entre las múltiples alternativas que se presentan el hombre debe seleccionar la más adecuada. Pero en las condiciones actuales, el criterio de selección no puede limitarse a los beneficios que proporcionan un descubrimiento o la aplicación de una determinada tecnología. Hoy no basta simplemente con el cumplimiento del deber al ejecutar una acción tecnológica, es requisito ineludible evaluar el alcance de esta acción para considerarla responsable desde el punto de vista ético. (26) (27).

Con los nuevos problemas y situaciones aparecen también nuevos valores que adquieren una significación ética. Por su dimensión los valores éticos ocupan un lugar central en el sistema de valores de cualquier cultura, ellos determinan en última instancia los principios y normas de comportamiento humano (27).

El Juicio de Nüremberg, ocurrido entre 1945 a 1949, fue uno de los eventos más importantes de la historia y de los derechos humanos. En dicho juicio se juzgaba a los principales culpables de crímenes contra la humanidad, la paz y, sobre todo, crímenes de guerra ocurridos durante la hegemonía del nazismo en Alemania. Este juicio pasó a la historia como el fin de la barbarie humana y el comienzo de una paz futura basada en un orden internacional que no permitiese la repetición de los hechos vividos durante la Segunda Guerra Mundial. La enormidad de los crímenes del nazismo planteó la necesidad de crear un ámbito jurídico internacional por encima de la soberanía de los estados. Conscientes de ello, 51 naciones soberanas del mundo se unieron para crear la Carta de las Naciones Unidas, basada en los principios de Nüremberg. Esta organización, convertida más tarde en la Organización de Naciones Unidas congrega una representación de gobiernos a nivel global para facilitar la cooperación en asuntos como el Derecho internacional, la paz y seguridad internacional, el desarrollo económico y social, los asuntos humanitarios y los derechos humanos.(14).

La Declaración de Helsinki, desarrollada en 1964, por la Asociación Médica Mundial, constituye el primer documento que representa un acuerdo internacional sobre los principios éticos en la investigación científica. La Declaración es el cuerpo básico que rige los principios fundamentales para la investigación y los principios aplicables cuando la investigación médica se combina con la atención médica en seres humanos. Surge originalmente como respuesta a dos hechos históricos que sacudieron a la humanidad, estos son la explosión de la bomba atómica y los experimentos llevados a cabo en laboratorios nazis. Los postulados básicos de la declaración, fueron los siguientes:

• Toda investigación con seres humanos debe responder a un diseño científico y contar con experiencias previas en animales. Esto es, la investigación debe tener valor científico, conducida por científicos cualificados y si es para probar medicamentos en seres humanos, tiene que ser probado antes en animales.

• El objetivo buscado debe responder al principio de proporcionalidad y considerar los riesgos predecibles en relación a los beneficios posibles para el sujeto

• Respetarse el derecho del ser humano, debiendo prevalecer su interés sobre los de la ciencia y sociedad

• Debe obtenerse un consentimiento informado y respetarse la libertad del individuo en cualquier momento del estudio. El concepto de consentimiento informado, significa el derecho que se tiene como paciente de que se informe el diagnóstico y alternativas de tratamiento, en forma clara y comprensible, para poder tomar una decisión informada, responsable. La clase médica hasta entonces, tenía el poder de toma de decisiones en cuanto a estos aspectos y su autoridad era incuestionable. Hoy día el médico tiene el deber y la obligación, por ley, de informar a sus pacientes la verdad, o sea de decirle a su paciente en forma comprensible lo que dice la comunidad médica con respecto a su condición y las alternativas de tratamiento para que sea el paciente el que decida (ética clínica).

La Declaración de Helsinki ha sido revisada en varias ocasiones (1975, 1983. 1989) para añadir principios aplicables ¨a la altura de los tiempos¨. Fue revisada en la 52ª Asamblea General de Edimburgo, Escocia, en octubre de 2000, para incorporar aspectos éticos referentes a las nuevas posibilidades implícitas en el descubrimiento del genoma humano y sus implicaciones para la sociedad actual y futura, como por la clonación.(14) (26).

En resumen, el impacto positivo de la ciencia y la tecnología en la ética se aprecia en: La ampliación del dominio ético, la aparición de nuevos problemas, el surgimiento de nuevos valores y el modo de plantearse el problema de determinación de las normas.


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BIOÉTICA

Como parte del proceso de internacionalización de la Medicina, la Asociación Médica Mundial adoptó en 1948 la Declaración de Ginebra y, un año después, promulgó el Código Internacional de Ética Médica, concisos documentos desprovistos de las superfluas exigencias de etiqueta médica que caracterizaron a la deontología precedente y más en consonancia con los principios antes señalados. Más adelante, en 1964, dicha Asociación adoptaría la Declaración de Helsinki Los procesos descritos serían expresión de la irrupción en la Deontología Médica de una nueva tendencia que, sin menoscabar su vocación beneficentista, sino más bien reforzándola, al mismo tiempo limitaba su proyección paternalista tradicional, al reconocer la capacidad del sujeto para la toma de decisiones relacionadas con su salud. Este hecho constituyó una importante premisa para la aparición de la Bioética. (14).

La Bioética surge como resultado de la maduración de una serie de condiciones que se fueron gestando desde el advenimiento del mundo moderno y, de modo particularmente intenso, durante el período comprendido entre la II Guerra Mundial y los primeros años de la década del 70 del siglo XX. Estas han sido convencionalmente agrupadas para su estudio, del siguiente modo: Premisas económicas y políticas; científicas - tecnológicas; sociales; jurídicas; éticas - filosóficas y las médico - deontológicas, ya analizadas.

Premisas económicas y políticas: A partir de la culminación de la II Guerra Mundial hubo una intervención cada vez más amplia del Estado, el cual asumió obligaciones con relación al bienestar social. El nuevo orden sería bautizado como “Estado del bienestar”, inspirador del “sueño americano”.

A fines de la década de los 60 y principios de los 70, ya se expresaba el proceso de globalización económica de carácter neoliberal. La crisis económica de 1973 marcaría el final del estado benefactor y el comienzo de la revitalización y globalización de las tesis y prácticas más reaccionarias del liberalismo clásico (neoliberalismo). En este contexto, la política sanitaria vigente sería cuestionada por haber elevado en medida creciente el gasto sanitario durante los últimos años, generándose un amplio debate ético en torno a cuáles debieran ser los límites de una asistencia sanitaria justa. Las respuestas a esta interrogante reflejarían la heterogeneidad de las posiciones ideológicas concurrentes en este convulso y complejo período de transición, las que marcarían el discurso bioético, tornándolo tan heterogéneo, como ellas mismas. (28).

Premisas científico - tecnológicas: Las preocupaciones éticas en relación con los avances de la ciencia y la tecnología y su aplicación, generadas por el holocausto de Hiroshima y Nagasaki, se multiplicarían en los años posteriores, como consecuencia de los siguientes hechos:

- Posibilidad de manipulación de las funciones vitales,
- progresivo deterioro de las condiciones naturales de vida,
- creciente especialización, despersonalización y deshumanización de la atención médica, asociadas a la utilización de nuevas y complejas tecnologías diagnósticas y terapéuticas, y a la creciente mercantilización de la medicina hospitalaria,
- Creación de las terapias intensivas, donde se generarían nuevos dilemas éticos en relación con la muerte (muerte encefálica).
- Inicio de los trasplantes de órganos en la década de los 60 y aplicación de otras nuevas tecnologías que plantearían problemas éticos para los cuales la deontología tradicional no tendría respuestas.

En resumen, el desarrollo científico - tecnológico, despertaría temor en la población y grandes preocupaciones de carácter ético en los medios intelectuales, que condujeron al cuestionamiento de la máxima moderna, según la cual, se justifica éticamente hacer todo lo que pueda ser hecho, a condición de sustentarse en los avances de la ciencia y la tecnología y servir a su desarrollo. La elaboración de una propuesta alternativa, exigiría la construcción de una nueva perspectiva ética: la bioética. (28).

Premisas sociales: La bancarrota de la economía y con ella del sueño americano, junto a las consecuencias negativas del desarrollo científico -tecnológico, desencadenaron una profunda crisis de valores en la sociedad. Como consecuencia, se generaron en los EUA diversos movimientos sociales: en pro de los derechos civiles, en contra de la discriminación racial y de la continuación de la guerra contra Vietnam, ecologistas y de consumidores, incluido el de consumidores de servicios de salud. Este último, logró que la Asociación Americana de Hospitales aprobara en 1972 la primera Carta de Derechos del Paciente, considerada como uno de los documentos fundacionales más relevantes de la Bioética.

De este modo, el paradigma bioético comenzó a gestarse en el seno de los movimientos sociales de la época, en particular del ecologista y del de consumidores de servicios de salud, como reacción espontánea a la situación de crisis. (28) (29).

Premisas jurídicas. Los criterios que sirvieron de base a las cortes norteamericanas para juzgar casos clínicos, experimentarían significativas transformaciones. Si hasta 1890 los tribunales defendieron el derecho del paciente a la información y la elección, sólo en los casos en que estas pudieron representar una ayuda terapéutica para el mismo, a partir de esa fecha y hasta 1945, serían otros los criterios jurídicos que se harían valer. Pasaría a primer plano la defensa de la autonomía del paciente, el derecho a elegir cómo desea ser atendido por el médico y a establecer límites y prohibiciones específicas en relación con la intervención de éste en su cuerpo. Se exigiría el consentimiento del paciente con independencia de su significación terapéutica. No obtenerlo o violarlo sería considerado delito de agresión.

Del reconocimiento del paternalismo médico y de su tesis de que la información y la toma de decisiones por los pacientes podrían ser perjudiciales para estos, los tribunales pasarían a la defensa de su autonomía absoluta.

En resumen, la jurisprudencia norteamericana contribuiría notablemente, tanto conceptual, como metodológicamente, al surgimiento y desarrollo del paradigma bioético en Estados Unidos. (28) (29).

Premisas ético - filosóficas: La labor de sistematización del paradigma bioético, encontraría su fuente de inspiración fundamental en las doctrinas éticas de Enmanuel Kant (1724-1804) y John Stuart Mill (1806-1873) ambas defensoras de una ética autónoma.

La autonomía moral en la ética kantiana puede resumirse en el postulado “es bueno hacer lo que se debe”, es decir, se considera moral sólo aquel acto que se atiene a principios éticos previamente establecidos, con independencia de cuáles sean sus consecuencias. En otras palabras, debe obrarse siempre por conciencia del deber, sin importar las consecuencias.

Stuart Mill, por su parte, desde posiciones utilitaristas (consecuencialistas) concretaría el principio de autonomía moral en una máxima diametralmente opuesta a la kantiana:”se debe hacer lo que es bueno”. La obligación moral de hacer algo, ahora se determinará en función de las consecuencias previsibles de la acción, de acuerdo a la correlación de perjuicios y beneficios (utilidad) que esta pueda reportar. Para el utilitarismo, lo bueno, es lo útil. (28) (29).

Por esta época, específicamente en 1971, Van Rensselaer Potter, oncólogo norteamericano introdujo por vez primera el término “Bioética” en su artículo “Bioética, la ciencia de la supervivencia” cuya tesis filosófica central planteo que la supervivencia de la especie humana requiere del desarrollo de una ética que combine el conocimiento biológico y los valores humanos. (30).

En su segundo libro “Bioética Global” se argumentó la necesidad de desarrollar una ética para una supervivencia humana sustentable a largo plazo, construyendo puentes entre las especialidades, con el fin de desarrollar más a fondo una Bioética Global que considere el bienestar humano en el contexto del respeto por la Naturaleza.(14) (30).

En los años 90 se sumó al reclamo de una “Bioética Profunda”, que se extendiese más allá de la relación entre ciencias biológicas y la ética ambiental hacia una reconstrucción de todas las éticas (14).

Así la Bioética se formuló como una ética de la vida desde una posición de humildad y responsabilidad, en busca de una sabiduría efectiva que integre el mundo del saber científico y los valores morales, Por lo que un aporte fundamental de la obra de Potter es la consideración de la ética a lo interno de la ciencia y su producción de conocimiento. Desde su perspectiva, lo moral no es solo un elemento externo o vinculante, es una parte inalienable de la producción de saber científico sobre el mundo. La Bioética presta atención al conocimiento como producto humano colectivo y devela la falacia de la supuesta neutralidad de la ciencia y la técnica, o sea, reformula el objetivo de la ciencia planteando que esta debe preocuparse no solo por la producción de conocimientos, sino también por la pertinencia social y su uso (30).

La orientación que Potter pretendió imprimirle a la bioética, no obstante su alto valor humanista, no recibió la atención merecida de los eticistas norteamericanos. Estos asumirían el término, pero restringiendo su contenido al examen, fundamentalmente, de los problemas éticos de la investigación y la asistencia médica. De este modo, la bioética se medicalizaría progresivamente. (31)

La Bioética Médica es la parte de la Bioética que se encarga de resolver los conflictos de valor que surgen en el área de la atención sanitaria. Sin dudas que ésta es la parte de la Bioética que ha experimentado un mayor desarrollo, lo que se explica por la naturaleza de los problemas que aquí se presentan – relacionados de forma directa con la vida y la salud humanas – y por las posibilidades que brindan éstos, dado su carácter casuístico, de ser tratados con la ayuda de un método concreto. La Bioética Médica opera con una metodología específica aplicada en la esfera de la salud y la hace más eficaz a la hora de resolver un conflicto de valores, los intereses básicos en conflicto durante la toma de decisiones médicas son más dables a un tratamiento metodológico que la compleja gama de intereses presentes en todos los demás problemas que ponen en peligro la supervivencia del hombre a escala del planeta. (14) (32) (33).


Incremento de desafios eticos derivados del desarrollo de la ciencia, la tecnologia y la sociedad .5

En el 1972, se redacta la primera Carta de Derechos del Paciente que implicaba cuatro derechos importantes: todo el mundo tiene derecho a la vida, a la atención de la salud, a la información sobre su condición de salud y a una muerte digna. Este concepto fue acogido en todos los países del mundo. (14).

En 1978 vería la luz la primera enciclopedia de Bioética, que aportaba una masa crítica de teoría que posibilitaría alcanzar metas más concretas. El primer resultado práctico en todo este proceso, sería fruto del trabajo de la “Comisión Nacional para la Protección de los Sujetos Humanos de Investigación Biomédica y de la Conducta” establecida por el Congreso Estadounidense, producto de la revelación de graves faltas éticas en la realización de experimentos médicos con seres humanos, ya antes expuestos. Esta comisión desarrolló planteamientos éticos en la investigación con humanos. A partir de este momento, los referidos principios serían tomados como base para la construcción del discurso bioético anglosajón. (14).

Así, la publicación en 1979 del libro “Principles of Biomedical Ethics”, de Tom L. Beauchamp y James F. Childress, constituyó el primer esfuerzo por extender los principios enunciados en el Informe de Belmont de 1977. El Informe Belmont, basado en las normas establecidas por el Código de Nüremberg propone un método de criticar, formular e interpretar aspectos éticos de la investigación científica, basado en tres principios fundamentales:

– Respeto por las personas = Los individuos deberán ser tratados como entes autónomos, con respeto y ser objeto de protección si su autonomía está disminuida. Implica el requerimiento del consentimiento informado.
.
– Beneficencia = Hacer el bien, no hacer daño, extremar los posibles beneficios y minimizar los posibles riesgos para los sujetos participantes.

– Justicia = Imparcialidad en la distribución de los riesgos y beneficios, en la selección de sujetos, asignación y distribución de recursos de salud. Usar procedimientos razonables y bien administrados.

El informe además, establece el requerimiento del consentimiento informado para el sujeto de investigación. Este no es sólo un documento para ser firmado. Constituye un proceso educativo entre el investigador y el participante de una investigación. Los elementos básicos son:

 Información detallada y sencilla de la naturaleza de la investigación y de la participación del sujeto
 Corroborar la comprensión adecuada por parte del sujeto potencial
 Participación voluntaria, sin coerción, puede terminarla en cualquier momento sin penalidad en los servicios recibidos
 Asegurar la confidencialidad del participante.

Tal fue la aceptación y popularidad en los medios académicos y científicos de esta propuesta teórica, que la misma se ha identificado erróneamente como el único o principal sustento teórico de la Bioética, contribuyendo decisivamente con ello al proceso de medicalización de la disciplina, lo que significó un franco reduccionismo en relación con la ideas de su creador, Potter, quien la concibió como una ética ambientalista orientada a lograr una cultura de la supervivencia de largo alcance.

En el Belmont Report llevado a la práctica clínica: el principio de “respeto por las personas” fue transformado en principio de “respeto por su autonomía” y se asumió la consideración de los principios de “beneficencia” y “no maleficencia”, como principios independientes. De este modo, Beneficencia, No maleficencia, Autonomía y Justicia, se convirtieron en los principios con arreglo a los cuales se abordarían los dilemas éticos en salud.

Como apreciamos, con esta obra había nacido la Bioética Médica, o más exactamente, su primera escuela - la anglosajona -, llamada a influir significativamente en todo su desarrollo ulterior. (14) (34).

A pesar de que el proceso de fiscalización de la investigación científica había tenido evidente trascendencia y real impacto en la comunidad científica internacional, existían diferentes estándares para considerar el bienestar y los riesgos de los individuos y comunidades sujetas a investigaciones científicas, ya bien residan estas en el centro o la periferia de la economía mundial (14).

A fines de la década de los 70, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Consejo para la Organización Internacional de Ciencias Médicas (CIOMS) evaluaron el Código de Nüremberg y la Declaración de Helsinki y la situación de desvalidamiento normativo que acusaban los países subdesarrollados, hacia donde se habían trasladado la mayoría de los ensayos clínicos potencialmente conflictivos desde el punto de vista ético Fue así que se elaboró una propuesta de Normas Éticas Internacionales para las Investigaciones Biomédicas en Sujetos Humanos, que tras un largo proceso de divulgación, análisis y aplicación en más de 150 países fueron reelaboradas y presentadas en Ginebra en 1992 y aprobada definitivamente en 1993 por el Comité Consultivo Mundial de Investigaciones Sanitarias de la OMS y por el Comité Ejecutivo del CIOMS.(14) (35).

Parecería que después de ese trabajo, no existirían divergencias sobre el bienestar de los sujetos de investigación, sin embargo estas expectativas fueron rotas por el debate ético que surgió con el ensayo clínico promovido por los EUA en países subdesarrollados a fin de probar la supuesta efectividad de un tratamiento reducido con AZT para evitar la supuesta transmisión vertical del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). En este estudio hubo muchos problemas éticos, pero lo fundamental evidencio la existencia en la práctica de un solapado doble estándar para considerar el bienestar de los sujetos social y económicamente diferentes. (14).

Un importante paso después de esto fue la Conferencia Internacional de Armonización, que en 1996 elaboró las llamadas Normas ICH, cuyo objetivo es proveer de un estándar unificado para todos los países y fue refrendada por la OMS, constituyendo un paso decisivo para su internacionalización.(14).

Si en los primeros años, el impacto de la bioética médica en la arena internacional se expresó en la elaboración de normas éticas relacionadas con la aplicación de nuevas tecnologías, y en la promulgación de los derechos del paciente, en los años posteriores, éste se extendería al área de salud pública.

Por su parte, el Programa Regional de Bioética para América Latina y el Caribe incluye entre sus funciones, la de relacionar la Bioética con la Salud Pública para mejorar, actualizar y profundizar los procesos de generación de las políticas con especial referencia al concepto de equidad. Algo después, en 1997, el Convenio Europeo de Bioética se pronuncia por el acceso equitativo a la asistencia sanitaria y sobre otros temas, entre ellos el del genoma humano, desde una perspectiva poblacional. Por último, la OMS en su “Informe sobre la salud en el mundo”, del año 2000, no obstante formulaciones de orientación neoliberal en él contenidas, propone tres criterios de justicia distributiva (de un total de cinco) para evaluar el desempeño de los sistemas de salud y, un cuarto, dirigido a evaluar la capacidad de respuesta del sistema a las expectativas de la población con relación al trato que debería recibir de los proveedores de servicios sanitarios. (14).

En el año 1999 en la Conferencia Mundial sobre la Ciencia para el Siglo XXI: Un Nuevo Compromiso, celebrada en Budapest (Hungría) y conocida como Conferencia de Budapest se plantea que los países y los científicos del mundo deben tener conciencia de la necesidad apremiante de utilizar responsablemente el saber de todos los campos de la ciencia para satisfacer las necesidades y aspiraciones del ser humano sin emplearlo de manera incorrecta y hay que recabar la colaboración activa de todos los campos del quehacer científico, a saber, las ciencias naturales, como las ciencias físicas, biológicas y de la tierra, las ciencias biomédicas y de la ingeniería y las ciencias sociales y humanas. Así mismo se proclamó que la ciencia tenía que estar al servicio del conocimiento, del progreso, de la paz, del desarrollo, en la sociedad y para la sociedad. Se consideró que el documento de la Conferencia Programa en pro de la Ciencia: Marco General de Acción plasma un nuevo compromiso con la ciencia y puede servir de guía estratégica para establecer relaciones de cooperación en el seno del sistema de las Naciones Unidas y entre todos los interesados en la actividad científica durante los años venideros.(36).

En la Reunión Regional de Consulta de América Latina y el Caribe (1999) se elaboró la Declaración de Santo Domingo, donde se analizo que la región de América Latina y el Caribe enfrenta la imperiosa necesidad de avanzar en su proceso de desarrollo económico y social sustentable y en ese proceso la ciencia, la tecnología y la innovación deben contribuir a elevar la calidad de vida de la población; acrecentar el nivel educativo y cultural de la población; propiciar genuino cuidado del medio ambiente y de los recursos naturales; crear más oportunidades para el empleo y la calificación de los recursos humanos; aumentar la competitividad de la economía, y disminuir los desequilibrios regionales. Para ello se requiere un nuevo compromiso de colaboración entre el sector público, las empresas productoras de bienes y servicios, diversos actores sociales y la cooperación científica y tecnológica internacional Un uso responsable de la ciencia y la tecnología puede revertir estas tendencias. Ello requiere de un esfuerzo conjunto genuino entre aquellos que poseen la mayor capacidad en ciencia y tecnología y aquellos que enfrentan los problemas de la pobreza y la exclusión social. En síntesis, un nuevo compromiso (contrato) social de la ciencia debería basarse en la erradicación de la pobreza, la armonía con la naturaleza y el desarrollo sustentable. (37).

En octubre del 2005, se desarrolla la Declaración de Derechos Humanos y Bioética, uno de los documentos internacionales más importantes en el tema, con la participación de representación de muchos países del mundo, incluyendo a la América Latina. Tal documento, definió la agenda bioética del Siglo XXI. Además de los temas biomédicos y biotecnológicos que naturalmente ya formaban parte del ámbito de la bioética, la Declaración pasó a incorporar también, y con igual importancia, los temas sociales, sanitarios y ambientales. O sea, la nueva agenda adquirió el perfil epistemológico defendido por los países periféricos, asumiendo más visibilidad política en el mundo contemporáneo (14).


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Todas estas declaraciones, constituyen pasos decisivos orientados hacia la solución de los complejos problemas prácticos que debe encarar la salud pública contemporánea en el campo de la ética.

La bioética médica representa (se tenga conciencia de esto, o no) la extensión del paradigma socio - médico a la esfera de la ética en salud. Si en su fase inicial de desarrollo, la solución de los problemas éticos era competencia sólo del profesional y, más adelante, lo sería también del colegio médico con su código de ética, ahora lo es, además, de toda la sociedad y de los diferentes agentes morales que en ella actúan. En otras palabras, del mismo modo que las concepciones sobre la salud, la Salud Pública y las propias Ciencias Médicas, así como la práctica de estas últimas, se han ido socializando, desmedicalizando también las concepciones y prácticas éticas en salud se han abierto al examen de la sociedad, han dejado de ser cuestiones estrictamente profesionales, para convertirse además, en cuestiones sociales.

No es casual por ello, la convergencia de las proyecciones de la bioética médica, con las de otras tendencias, relativamente independientes de esta, que se manifiestan en el desarrollo de la salud pública contemporánea: por ejemplo, la promoción de salud, orientada hacia individuos y comunidades, la abogacía y la lucha por la equidad en salud. (14) (22).

El carácter heterogéneo de la sociedad contemporánea explica la heterogeneidad de perspectivas desde las cuales son examinados los problemas éticos en salud. Consecuentemente, la bioética médica, más que una tendencia, constituye un conjunto de tendencias, integrado por tantas, como tantas sean las perspectivas socio - culturales e ideológicas desde las cuales se construya su discurso. Por ello, desde sus presupuestos se puede: legalizar la eutanasia, o proscribirla; justificar la clonación de seres humanos, o dictar leyes que la prohiban; fundamentar reducciones del gasto público o promover la equidad en salud. La bioética médica es, por encima de cualquier otra consideración, un campo de lucha dentro del pensamiento y la práctica salubrista contemporáneos, donde también se dirime el bienestar y la salud del hombre. (14) (22).

Capitulo 3.

Experiencias cubanas en el control ético de las investigaciones en salud y biomedicina.

En Cuba la primera investigación en seres humanos de que se tiene constancia fue el 23 de marzo de 1804, realizada por el ilustre médico Tomas Romay Chacón para probar la efectividad de una vacuna contra la viruela. Años más tarde, a partir de 1878 el descubrimiento del agente transmisor de la fiebre amarilla realizado por el sabio cubano Carlos Juan Finlay marcó un episodio importante en la historia de la ciencia. A principios del siglo XX un grupo de científicos norteamericanos dirigidos por el Dr. Reed, sin creer en los postulados de Finlay y sin leer sus instrucciones aplicaron mosquitos infectados a voluntarios y comenzaron a perderse vidas humanas.

A partir de esa fecha varias investigaciones fueron hechas y algunas personas murieron. Aunque no todo fue doloroso y hubo logros importantes para la medicina, las investigaciones médicas en sujetos humanos en Cuba, realizadas durante siglo y medio, costaron algunas vidas de investigadores y voluntarios, no obstante en ningún momento se aprobó una legislación que regulara esta práctica, ni tampoco que la prohibiera. Así también ocurrió en la totalidad de los países del Mundo hasta después de la Segunda Guerra Mundial (38).

Luego de 1959, la política del Gobierno Revolucionario fue siempre la de promover la investigación científica en función del bienestar social.

La Constitución de la República de Cuba consagra la voluntad de que la Ley de leyes de la República esté presidida por el profundo anhelo del Héroe de la independencia cubana, José Martí, quien afirmó que “yo quiero que la ley primera de nuestra república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre” En su artículo 49 se consigna que todos tienen derecho a que se atienda y proteja su salud. (39)

En nuestra sociedad cubana, las condiciones en que se produce la actividad científica son bien diferentes de las existentes en el mundo capitalista, ya que esta actividad se fundamenta en el principio del humanismo, en el que se reconoce al hombre como valor supremo su vida, su bienestar, salud, libertad y progreso; por lo que toda la actividad científica está encaminada al aprovechamiento máximo de la inteligencia en función del bienestar social (40) (41).

Del potencial científico creado por la Revolución el más importante es el humano, lo que adquiere cada día una mayor trascendencia (40) (42).

En nuestro país desde el año 1983, existen comisiones de ética médica a niveles nacional, provincial, y de todas las unidades del Sistema Nacional de Salud. Más recientemente se han creado comités institucionales de ética para la investigación clínica y cátedras de Bioética en los centros de educación médica (43).

En 1989 se creó el Centro para el Control Estatal de la Calidad de los Medicamentos (CECMED), que se ocupa de regular y comprobar lo referente al control externo de la calidad, la realización de estudios toxicológicos, de farmacología animal y humana y de los ensayos clínicos terapéuticos, diagnósticos y profilácticos (44).

En 1992 se editan en Cuba por primera vez las Normas de las Buenas Prácticas Clínicas, adoptando estas regulaciones conjuntamente con un grupo de países del primer mundo, con lo cual se evidenció por parte de las autoridades reguladoras cubanas, una intención de mantener una armonización con los requisitos y estándares de los Registros Sanitarios de los países desarrollados (44).

Las Buenas Prácticas Clínicas (BPC) son normas internacionales de calidad científica y ética dirigida al diseño, realización, registro y redacción de informes de ensayos que implican la participación de sujetos humanos. El cumplimiento de esta norma asegura públicamente la protección de los derechos, seguridad y bienestar de los sujetos que participan en el ensayo de acuerdo con los principios de la Declaración de Helsinki, así como también asegura la credibilidad de los datos obtenidos en un ensayo clínico. En la tercera y nueva versión de las Normas de Buenas Prácticas Clínicas, editada por el CECMED en el año 2000, se logra un mayor acercamiento a la Guía de Buenas Prácticas Clínicas de la Conferencia Internacional de Armonización (ICH) (45).

La comunidad científica cubana ha estado al tanto y participado en el proceso de conformación de una nueva actitud ética que comprende la necesidad, acepta la validez moral y promueve la investigación científica en humanos tutelada mediante el control ético ejercido por la sociedad.(14).

En nuestro país los factores determinantes para hacer efectiva la conciliación entre el interés investigativo y el bienestar general por un lado, y la salvaguarda del bienestar, la salud y la vida de los individuos, por otro, están presentes y se manifiestan en:

Primero: Las regulaciones de todo tipo, dentro de estas las más importantes en Cuba, según Núñez Jover, son: La Ley de Salud Publica (1983), el Código de Ética de los Trabajadores de la Ciencia (1994) y las Buenas Prácticas Clínicas (BPC) en Cuba (promulgadas en 1992 y revisadas en 1995 y 2000).

Segundo: El control estatal, en el cual el Buro Regulador de la Salud, de relativa reciente creación, ha venido a integrar la actividad fiscalizadora del Centro Estatal de la Calidad de los Medicamentos (CECMED) y el Centro para el Control de la Calidad de los Equipos Médicos (CECEM).

Tercero: La evaluación ética independiente y multidisciplinaria que ha estado ejerciéndose por los comités de revisión y ética (CRE) y posteriormente la fundación de los Comités Institucionales de Ética de la Investigación (CEI) en importantes unidades de salud e investigación. (14).

A pesar de contar con todos estos factores, en estudios realizados se han detectado fallas en las investigaciones, que han revelado que la formación en ética de la investigación está acusando problemas. Dicho de otra forma, la limitación por parte de de los investigadores, miembros de comités de ética y directivos en cuanto a la sistematización de las categorías, métodos y procedimientos propios de la ética aplicados al proceso de investigación científica está influyendo determinantemente en que no se asegure la calidad del mismo al máximo de las posibilidades creadas por el marco ético-jurídico e institucional vigente en nuestro país. (14).

Solo el contexto general en que se desarrolla la investigación científica en Cuba, su esencia intrínsecamente humanista, así como la calidad profesional de los investigadores cubanos nos ha salvaguardado de lamentables errores que no por ello dejan de ser un peligro potencial que podemos y debemos conjurar. Por eso se precisa emprender acciones de identificación y solución de las necesidades de capacitación de sus miembros y de los investigadores en general en el campo de la ética de la investigación y la bioética. (14)

CONCLUSIONES

1. El conocimiento científico y tecnológico ha producido aplicaciones que han sido de gran beneficio para la humanidad. Sin embargo, estos beneficios no están distribuidos equitativamente. Además, la aplicación de los avances científicos y tecnológicos, sin tener en cuenta la ética y la bioética, en ocasiones ha sido la causa de daños para el hombre, del deterioro del medio ambiente y la fuente de desequilibrio y exclusión social

2. A pesar de inconvenientes, durante las últimas décadas se ha ido estructurando a nivel internacional toda una conceptualización, así como la correspondiente metodología y procedimientos estandarizados para garantizar que la investigaciones científicas en el campo de la salud y la biomedicina se realicen teniendo en cuenta su real importancia social.


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3. En Cuba se han alcanzado altos estándares en cuanto a la normativa y regulación social de las investigaciones en salud. En particular el carácter profundamente humanista de la Revolución ha logrado importantes avances en el control ético de las investigaciones en salud y biomedicina. Sin embargo, es importante seguir mejorando el papel de los comités de ética y ampliar la capacitación de sus miembros.

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