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Algunos factores relacionados con la parasitosis intestinal en pre-escolares
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Autor: Msc. Dra. Maray Blanco Arévalo
Publicado: 30/09/2011
 

Se realizó un estudio de tipo observacional, descriptivo, longitudinal, y prospectivo con el objetivo de determinar algunos factores relacionados con la Parasitosis Intestinal en Preescolares. Consultorio Médico Viet-Nam 1, Municipio Jobabo, Provincia Las Tunas, durante el año 2006. El universo de estudio estuvo constituido por 184 niños en edades comprendidas entre 2 y 7 años, a los que se les realizó exámenes de heces fecales, y la muestra quedó constituida por 80 niños que cumplieron los criterios de inclusión, a los que se les diagnosticó algún tipo de Parasitismo Intestinal. La obtención de la información fue efectuada por la autora a través de la realización de una encuesta, previo consentimiento informado, además de la revisión de historias clínicas individuales y familiares de la comunidad estudiada.


Algunos factores relacionados con la parasitosis intestinal en pre-escolares .1

Algunos factores relacionados con la parasitosis intestinal en pre-escolares. Consultorio Médico Viet-Nam 1. Jobabo. Año 2006.

Msc. Dra. Maray Blanco Arévalo. Especialista de Primer Grado en Medicina General Integral. Diplomado en Educación Medica Superior. Instructor.

Facultad de Ciencias Medicas ¨Dr. Zoilo Enrique Marinello Vidaurreta¨

RESUMEN

Se realizó un estudio de tipo observacional, descriptivo, longitudinal, y prospectivo con el objetivo de determinar algunos factores relacionados con la Parasitosis Intestinal en Preescolares. Consultorio Médico Viet-Nam 1, Municipio Jobabo, Provincia Las Tunas, durante el año 2006. El universo de estudio estuvo constituido por 184 niños en edades comprendidas entre 2 y 7 años, a los que se les realizó exámenes de heces fecales, y la muestra quedó constituida por 80 niños que cumplieron los criterios de inclusión, a los que se les diagnosticó algún tipo de Parasitismo Intestinal. La obtención de la información fue efectuada por la autora a través de la realización de una encuesta, previo consentimiento informado, además de la revisión de historias clínicas individuales y familiares de la comunidad estudiada.

Los datos fueron procesados por medios computarizados y se utilizó el porcentaje en el análisis estadístico. Las variables utilizadas se seleccionaron en correspondencia con el problema científico. Los resultados se reflejaron en tablas diseñadas a tales efectos y se llegó a las siguientes conclusiones: la Parasitosis Intestinal es más frecuente en edades tempranas de la vida y afecta en mayor grado al sexo masculino. Existe una estrecha relación entre Parasitosis Intestinal y algunos Factores de Riesgo como: Consumo de agua sin hervir, falta de higiene después del contacto con animales, no lavarse las manos antes de ingerir alimentos, no lavarse las manos después de defecar, no lavar las verduras, caminar descalzos y comerse las uñas. El tipo de parasito que mas incidió en nuestro estudio fue la Entamoeba histolytica.

Palabras clave: Parasitosis en preescolares.

INTRODUCCIÓN

El parasitismo intestinal constituye un serio problema médico social que afecta no solamente a los países subdesarrollados sino también a los de más alto desarrollo y es responsable de una morbilidad considerable en el mundo entero. Repercute negativamente en el progreso socio-económico y es la principal culpable de efectos sobre el estado nutricional y el estado intelectual primordialmente en los infantes. (1)

Mirar la historia de la humanidad es mirar la historia del medio ambiente, las poblaciones, las migraciones y básicamente mirar la historia del hombre, es preguntarse cómo, por qué y de dónde venimos, y para esto hay explicaciones dictadas desde muchos ángulos (2). Desde los tiempos de Hipócrates, se estableció que es más fácil prevenir las enfermedades que curarlas, sin embargo tuvo que pasar mucho para que el médico moderno pusiera en práctica estos principios y optara por la prevención como aliada eficaz en el control de las enfermedades (3).

El parasitismo intestinal se conoce desde épocas tan remotas, que miles de años antes de nuestra era ya se tenían nociones reales de las tenias, filarias y lombrices intestinales, esa fue precisamente la razón por la que se escogió al gusano como símbolo de enfermedad; concepto que se extendió a los indostánicos, chinos, árabes y judíos (3). La parasitología estudia los seres que viven momentánea ó permanentemente sobre otros organismos vivos, de los cuales obtienen sus nutrientes. El Parasitismo es una forma de asociación biológica, en la que una especie vive dentro o fuera de otro llamado Hospedero o Huésped, ya sean vegetales o animales. El parásito vive a expensas de la otra especie, a la que se le denomina huésped. El parasitismo intestinal se presenta cuando una especie vive dentro del huésped, en el tracto intestinal (4).

Se considera parásito a todo ser vivo, animal o vegetal, que pasa una parte o toda su existencia en el interior de otro ser vivo a expensas del cual se nutre, y provoca daños aparentes o inaparentes (3, 4). Aunque el término "parásito" incluye conceptualmente a todos los seres vivos capaces de causar perjuicio a otros, tradicionalmente en medicina este nombre se aplica de forma exclusiva a los protozoos, helmintos y artrópodos que viven temporal o permanentemente en el ser humano, compitiendo por el consumo de las sustancias alimentarias que ingiere el huésped, o en otros casos se nutren de la sangre del mismo (5, 6). Actualmente los autores prefieren sustituir la terminología de parasitismo intestinal por el de enfermedades causadas por protozoarios y helmintos (7).

El parasitismo intestinal constituye en la actualidad un serio problema médico social, que afecta no solamente a los países subdesarrollados sino también a los de más alto desarrollo (8, 9), en estos últimos, debido al rápido incremento de los viajes intercontinentales, la inmigración, la proliferación de casos de depresión inmunológica y de los medios de transporte (10, 11), siendo una de las enfermedades más difíciles de controlar, no sólo por su gran difusión sino por los diversos factores que intervienen en su cadena de propagación (12, 13). La frecuencia y el tipo de parásito pueden variar de una región a otra, pero puede ocurrir en todas las personas y en cualquier lugar sin importar raza, estado económico, o situación geográfica (14), aunque presenta mayor impacto en los países subdesarrollados, donde sus habitantes no cuentan con infraestructura sanitaria ni educación para la salud, suficientes para devastar la cadena epidemiológica de esta enfermedad (15). Las infecciones intestinales se producen en el hombre cuando sus hábitos y costumbres se interrelacionan con los ciclos de vida de los agentes causales de las mismas, que pueden tomar diversa ubicación en el organismo humano, causando trastornos clínicos aparentes o no. Entre las causas de morbilidad a nivel mundial, la producida por parásitos intestinales se sitúa en el tercer lugar, precedida por las infecciones respiratorias agudas y las diarreas (16).

Las enfermedades parasitarias son responsables de una morbilidad considerable en el mundo entero, principalmente en las regiones tropicales y subtropicales; se presentan con altas tasas de prevalencia y síntomas no específicos. En general tienen baja mortalidad, pero igualmente ocasionan importantes problemas sanitarios y sociales debido a su sintomatología y complicaciones (17).

La parasitosis repercute negativamente en el progreso socio-económico y es principal culpable de efectos sobre el estado nutricional y el estado intelectual primordialmente en los infantes, por ser estos los que se encuentran expuestos a mayores riesgos de contraer la enfermedad (18, 19). Se ha observado que aquellos niños poli parasitados tienen un ritmo de crecimiento inferior y su estado nutricional es deficitario afectando principalmente su desarrollo físico y mental (20, 21). Sin embargo aunque el parasitismo intestinal representa un problema prioritario de salud para muchos países y estos cuentan con medicaciones seguras, eficaces y de costo bajo, y en general con recursos económicos para combatirlo, fundamentalmente a través del saneamiento ambiental y educando a las personas, la prevalencia del parasitismo, principalmente en la población infantil, no ha cambiado mucho en las últimas décadas en el mundo porque las autoridades gubernamentales de estos países, que determinan a la larga las políticas de salud, no muestran gran interés por darle un giro favorable a esta situación (22).

Existe una serie de factores asociados al parasitismo intestinal que determinan una mejor o peor evolución de la enfermedad como son: edad, higiene personal, higiene de los alimentos, manifestaciones clínicas del parasitismo, tipo de parásito, asociaciones entre estos parásitos, tipo de lactancia recibida, nivel cultural, nivel económico, repercusión en sistema hematológico, repercusión en estado nutricional, acceso a los servicios médicos, entre otros (22, 23).

La higiene tanto personal, como la de los alimentos y la medioambiental, es el factor de riesgo más importante en el origen y evolución del parasitismo intestinal. Cuando la higiene en sus diferentes modalidades es deficiente ocurre la instalación y proliferación del parasitismo en el organismo humano, se hace persistente, crónico, con los consiguientes daños en el estado nutricional e inmunológico (22). La vía principal para la transmisión del parasitismo intestinal es la vía digestiva por el consumo de agua y comidas contaminadas aunque también puede ser por el contacto directo de persona a persona (24).

En la reunión de la 54 Asamblea de la Organización Mundial de la Salud celebrada en el año 2001, se urgió a los estados miembros para garantizar a través de todos los niveles de atención de salud, y en específico como parte integral de los sistemas de atención primaria de salud, el acceso a los fármacos esenciales contra las parasitosis, tanto para el tratamiento de casos clínicos como para el de los grupos de alto riesgo como los escolares; la administración regular de antiparasitarios para al menos el 75% de los escolares en riesgo de morbilidad antes del año 2010; y emprender esfuerzos comunitarios sostenibles para mejorar las condiciones sanitarias, el suministro de agua apta para el consumo humano, y la educación para la salud.

En esta misma asamblea se reconoció la significación para la salud pública de estas parasitosis, pues el retardo del crecimiento, la reducción de la actividad física y la afectación del desarrollo educacional son algunas de las manifestaciones serias, de estas infecciones, en los infantes. Por todo esto en el reporte del desarrollo mundial en 1993, las helmintiasis intestinales específicamente, alcanzaron el primer lugar como causa principal de carga de enfermedad, en niños entre 5 y 14 años; en este mismo reporte del Banco Mundial se observó que esta carga puede ser eficientemente controlada con intervenciones efectivas (25).

Actualmente las autoridades sanitarias de todos los países del mundo, están de acuerdo en que las únicas medidas preventivas que se pueden adoptar son aquellas encaminadas a cortar el ciclo epidemiológico de los parásitos, y como la mayoría de las especies parásitas intestinales utilizan la vía fecal como vehículo de dispersión por la naturaleza, su persistencia en la población humana, demuestra un fallo en la infraestructura sanitaria ambiental o en los hábitos de la población (26).


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Parásitos como la Entamoeba histolytica, el Necator americanus, el Áscaris Lumbricoides, la Giardia lamblia, el Trichuris trichiura, se encuentran entre las diez infecciones más comunes observadas en el mundo; aproximadamente 3,5 mil millones de personas son afectadas por ellos y producen cada año entre 40 y 110 mil fallecidos. La Entamoeba histolytica, el agente causal de la amebiasis, provoca enfermedad severa en 48 millones de personas y mata todos los años alrededor de 70 mil individuos. A las infecciones por Ancylostomídeos se le atribuyen 65 000 muertes directamente y otras 60.000 por Áscaris Lumbricoides ocurren todos los años (27). La población infantil no es ajena a todo lo anterior, valorándose que aporta el mayor número de infectados, según los cálculos de la Organización Mundial de la Salud. Para parásitos como Áscaris Lumbricoides y Trichuris trichiura, la intensidad de la infección alcanza su máximo entre los cinco y quince años de edad, por lo que los escolares tienden a sufrir infecciones más severas (28, 29).

En América, donde predominan los países en vía de desarrollo, prevalecen los helmintos del tipo del Necator Americanus, Strongyloides stercolaris, Áscaris Lumbricoides, Enterobius vermicularis y protozoarios como la Entamoeba histolytica y la Giardia son menos frecuentes (30).

En los Estados Unidos de Norteamérica, la giardiasis es considerada la responsable de no menos de 4000 admisiones en hospitales cada año, mientras que otros la señalan como la infección intestinal por protozoos más frecuentes en la población mundial (31,32).

En México y Colombia, la infestación por enteroparásitos como la Entamoeba histolytica alcanza el 50% de la población infantil, mientras que Chile del 18 al 20%. En este último, el 24% de los lactantes padecen giardiasis (33).
Otros trabajos realizados en Cartagena de Indias cita al parasitismo intestinal entre las 10 primeras causas de consulta entre los 5 y 14 años con un 14,5% entre el 2001 y el 2002 (29), así como en Costa Rica donde entre 10 y 14 años ocupa en los casos nuevos atendidos (34), o en El Salvador como la segunda causa general de consulta en San Miguelito durante el primer semestre del 2003 (35), y en Chile, planteándose que la morbilidad, acorde a la de los países subdesarrollados, está marcada en los primeros lugares por esta enfermedad (36).

En Guatemala el Parasitismo Intestinal ocupa uno de los primeros lugares como causa morbilidad a nivel nacional. En 1999 se registraron 154911 casos con una tasa de 15,1 por 1000 habitantes y 442 defunciones atribuidas a esta causa (37, 38). En el Departamento de Quiché, donde en el año 2002 la enfermedad representaba el 11,5% del total de consultas (39), actualmente se mantiene ocupando la cuarta posición de manera general, y dentro de los menores de 15 años, está entre las tres primeras enfermedades atendidas en consulta (40). Según los datos recogidos en las Memorias de Labores del territorio nacional, en el 2004 la enfermedad de forma general, ocupó el 5º lugar en el cuadro de morbilidad nacional (41). Estudios realizados en Perú revelan que la parasitosis intestinal en el país tiene alta prevalencia, que en la selva peruana los helmintos y protozoarios están ampliamente distribuidos y son muy frecuentes, lo que constituye un problema de salud pública ya que dentro de las 10 primeras causas de muerte se encuentran las enfermedades infecciosas intestinales (7,7%). Se menciona que uno de cada tres peruanos porta uno o más parásitos en el intestino. La prevalencia e intensidad de la infección están asociados a mayor riesgo de morbilidad y tienden a ser más elevadas precisamente en la población escolar (42).

En Cuba los organismos sanitarios oficiales para 1991 registraron 350.000 casos de enfermedades parasitarias, ocupando el noveno lugar entre las 25 causas de morbilidad; ya para 1995 esta tasa se incrementó en un 84%. Las infecciones más frecuentes en esta categoría correspondieron en primer lugar a los helmintos con un 15,69% seguido por la Amebiasis con un 4%. El problema es de mayor envergadura si se toma en cuenta que estas cifras solo corresponden a consultas hospitalarias por síntomas (43). Resulta frecuente una gran diseminación y poli parasitismo en muchas personas favorecido por las condiciones socioeconómicas de muchas áreas del planeta; la falta de medidas sanitarias, el nivel de pobreza, el abandono en que se encuentran grandes masas de la población, las comunicaciones aéreas y marítimas que a pesar de los avances tecnológicos facilitan la contaminación a países en los cuales existe desarrollo y medidas higiénico-sanitarias adecuadas, los que han visto aparecer el parasitismo en forma creciente en su población. Por otra parte la reinfectación frecuente en los pacientes tratados agrava todavía más la situación mundial, en relación con el parasitismo y no se cuenta aún con vacunas contra ellos, razón por la cual los antiparasitarios han sido el único tratamiento práctico para tratar individuos afectados o para disminuir la transmisión en poblaciones (44,45).

La prevalencia de las parasitosis intestinales no se diferencia de las registradas en otros países latinoamericanos con características climáticas, condiciones de insalubridad y pobreza semejantes a las nuestras (46). Diversos estudios a nivel regional y nacional refieren la prevalencia de enteroparásitos en comunidades escolares, donde se aprecian altas frecuencias de helmintos y protozoarios; (47). Basados en la alta incidencia de estas enfermedades en el mundo, en Cuba y específicamente en nuestro municipio y sobre la base del conocimiento de las inadecuadas condiciones higiénicas de nuestra comunidad nos hemos motivado a realizar esta investigación, para conocer a fondo la relación de la parasitosis y algunos factores de riesgo presentes en nuestro radio de acción.

OBJETIVOS:

General:
1- Determinar la relación entre algunos Factores de Riesgo y la Parasitosis Intestinal en pre-escolares pertenecientes al Consultorio Médico Viet-Nam 1. Municipio Jobabo. Las Tunas. Año 2006.

Específicos

1 - Determinar edad y sexo de la población estudiada.
2 - Identificar algunos Factores de Riesgo relacionados con Parasitosis Intestinal presentes en pre-escolares.
3 - Determinar el tipo de Parasitosis Intestinal más frecuente en nuestro estudio.

MATERIALES Y MÉTODOS

Se realizó un estudio observacional, descriptivo, de corte longitudinal y prospectivo, con el objetivo de determinar la relación entre algunos Factores de Riesgo y la Parasitosis Intestinal en pre-escolares pertenecientes al Consultorio Médico Viet-Nam 1, perteneciente al municipio Jobabo, Las Tunas, año 2006.

Universo y muestra

El universo de estudio estuvo constituido por 184 niños en edades comprendidas entre 2 y 7 años, a los que se les realizó exámenes de heces fecales, y la muestra quedó constituida por 80 niños que cumplieron los criterios de inclusión, a los que se les diagnosticó algún tipo de Parasitismo Intestinal.

Criterios de inclusión:

• Pacientes entre 2 a 7 años.
• Consentimiento de los padres para participar en el estudio.
• Que no estuvieran tomando algún medicamento antiparasitario.

Criterios de exclusión:

• Incapacidad física de los padres para responder el cuestionario.
• Preescolar con otras patologías asociadas.

METÓDICA

Se realizó una encuesta a los padres de los pacientes estudiados (Anexo 1) previo consentimiento informado (Anexo 2), en la cual se le señaló marcar con una (X) las respuestas correctas. Se elaboró un modelo de encuesta donde se incluían aspectos generales y de la vivienda, socioeconómicos, biológicos, de comportamiento y ambientales, que la propia autora aplicó a los padres o tutores de los integrantes de la muestra de estudio, se les entregó en el momento de la entrevista un frasco esterilizado y rotulado para la muestra de heces fecales, que debía ser entregado en un lugar específico a una hora y día determinados. Todos los resultados fueron expresados en números enteros y porcentuales y representados en tablas.

Para darle salida al objetivo uno se les aplico una encuesta a los padres de los preescolares objeto de estudio, con el objetivo de estudiar las variables edad y sexo.

El sexo (variable cualitativa nominal dicotómica) que se clasificó en femenino (F) y masculino (M) según sexo biológico.

La edad (variable cuantitativa discreta) de los pacientes, se dividió en grupos de la siguiente forma: 2 a 3 años, 4 a 5 años, 6 a 7 años.

Para darle salida al objetivo 2 se les aplico la encuesta a los padres para identificar la presencia de Factores de Riesgo asociados a Parasitismo Intestinal. Los mismos fueron: hacinamiento, presencia de vectores y animales en el hogar.


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Para hacer más factible el estudio se decidió profundizar en el análisis de los malos hábitos higiénicos, y se tomaron en cuenta las siguientes variables: falta de higiene después del contacto con animales, no lavarse las manos antes de ingerir alimentos, no lavar las verduras, andar descalzos, jugar con tierra, comerse las uñas, consumo de agua sin hervir, se les hicieron preguntas a las madres relacionadas con estas variables, donde debían responder SI ó NO.

Para darle salida al objetivo tres se revisaron las Historias Clínicas individuales para identificar el tipo de Parasitismo Intestinal presente en la muestra de estudio, los mismos fueron: Entamoeba Histolytica, Giardia Lambia, Áscaris Lumbricoides y Enterobius Vermiculares

Para el estudio coproparasitológico se recolectó por cada persona, dos muestras de heces en dos días diferentes Se orientó la toma de muestra por defecación espontánea, que no se contaminara con tierra ni orina, que no se tomara laxante ni antiparasitario previamente, para condicionar su confiabilidad. El análisis de las heces se realizó mediante un examen directo en el laboratorio clínico del Policlínico 14 de Junio, este funcionó mañana y tarde durante el período de la investigación para garantizar los análisis en fresco.

Las técnicas de diagnóstico coproparasitológico fueron las de elección para el diagnóstico de las parasitosis intestinales. El diagnóstico se baso en la detección de los parásitos y huevos característicos en las heces mediante examen directo. Las muestras se examinaron macroscópicamente para determinar la consistencia (dura, formada, blanda o acuosa), el color y la presencia de anomalías tales como gusanos, mucus, sangre o pus.

ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

El parasitismo intestinal es una de las enfermedades transmisibles más frecuentes y difíciles de controlar, no solo por su gran difusión, sino por los diversos factores que intervienen en su cadena de propagación. Tienen una distribución mundial, sin embargo, son más comunes en áreas tropicales y subtropicales, en países subdesarrollados, siendo la población infantil la más susceptible constituyendo un problema de salud pública para estas poblaciones. En general a estas infecciones se les considera un marcador de atraso socio-cultural. (48)

Las parasitosis intestinales son un fenómeno dinámico, por lo que su frecuencia o prevalencia, así como los tipos de parásitos, son diferentes entre países, estados o comunidades. Un porcentaje elevado de la población es portador de parásitos en heces fecales aunque en la mayoría de los casos cursan de forma asintomática. (49)

En términos generales se considera que existen hoy en día en la población mundial 1110 millones de personas infectadas por cestodos, 240 millones por trematodos y 3200 millones por nematodos. De igual manera se acepta que del 20-50% de la población mundial se encuentran afectada por protozoos, incluidos los países desarrollados, por tal razón debemos comprender con exactitud la magnitud del problema.

En Cuba los organismos sanitarios oficiales para 1991 registraron 350.000 casos de enfermedades parasitarias, ocupando el noveno lugar entre las 25 causas de morbilidad; ya para 1995 esta tasa se incrementó en un 84%. Las infecciones más frecuentes en esta categoría correspondieron en primer lugar a los helmintos con un 15,69% seguido por la Amebiasis con un 4%. En encuestas nacionales de parasitología realizadas en 1996, se mostró que menos del 5% de la población sufría la infección por geohelmintos.(50) El problema es de mayor envergadura si se toma en cuenta que estas cifras solo corresponden a consultas hospitalarias por síntomas.

La sintomatología producida por las parasitosis intestinales puede ser variable, ya que el sistema inmunológico juega un papel preponderante en la intensidad de las mismas. Las parasitosis intestinales pueden afectar el estado general del individuo favoreciendo no solo la anemia y la mal nutrición sino que también representan una puerta de entrada para otras enfermedades, por lo que se hace necesario, en todos los casos, un diagnóstico y tratamiento precoz. El cuadro clínico desarrollado depende del agente ofensor. (52)

Las infecciones parasitarias casi siempre tienen un curso asintomático y probablemente sean provocadas por un número bajo de parásitos al inicio, sin embargo cuando estos son abundantes se desarrolla una sintomatología intestinal inespecífica caracterizada por dolores abdominales, náuseas, vómitos, anorexia, cuadros diarreicos y meteorismo. Puede observarse además daños al sistema nutricional, hemático e inmunológico, manifestaciones neurológicas, alteraciones del movimiento y coordinación, trastornos de la sensibilidad y del aprendizaje. Algunos se han relacionado con complicaciones mayores como la obstrucción intestinal, apendicitis, meningoencefalitis y daño hepático. (53)

En la tabla 1 donde se distribuyo la muestra según el sexo y la edad pudimos observar que el sexo predominante fue el masculino, con un 60%, lo que no se corresponde con estudios de otros autores como el de Dr. Rodolfo Devera en Ciudad Bolívar, Venezuela (36), María Teresa Guerrero (37), María Lorena Zonta en poblaciones urbanas, periurbanas y rurales en Brandsen, Buenos Aires, Argentina (38 ) entre otros estudios, donde no hubo diferencia entre ambos sexos, ya que el género no representa factor de riesgo para el contagio.

Tabla 1 Distribución de la población según grupo de edad y sexo. Consultorio Popular Viet-Nam 1. Año. 2006 

parasitosis_intestinal_preescolares/poblacion_edad_sexo 

En cuanto a la edad las parasitosis intestinales afectan a individuos de todas las edades, pero se presentan sobre todo en los primeros años de vida, ya que este grupo de población aún no ha adquirido los hábitos higiénicos necesarios para prevenirlas y no se ha desarrollado inmunidad frente a los diferentes tipos de parásitos, son más frecuentes durante la infancia por haber más oportunidades de contacto con dichos parásitos, menor nivel inmunológico y por tanto menor tolerancia a éstos.(54) En la medida en que se va desarrollando el sistema inmunológico esto cambia, y el cuerpo tiende a acostumbrarse más al invasor; por ello es que la afección puede desencadenar síntomas más evidentes y serios en el transcurso de los primeros 5 años de vida. Además, los niños en edad escolar tienen un radio de acción más amplio y disminuye el control materno. Actualmente se está investigando la incidencia que pueden tener las infecciones parasitarias intestinales sobre el rendimiento escolar a través de la irritabilidad y el cansancio que provocan, con repercusión sobre la capacidad intelectual y la atención. El poli parasitismo es frecuente y a partir del segundo año abundan las infecciones con tres y cuatro especies de protozoarios. (55) La intensidad de la infección agrava esta situación. Los estudios realizados en regiones rurales de Centroamérica, mediante técnicas de conteo de huevos, demuestran porcentajes elevados de niños con infecciones severas por Áscaris, Tricocéfalos y Uncinarias, en términos de concentración de huevos por gramo de heces.

En América del Sur la situación es igualmente seria, y como un ejemplo se menciona los hallazgos hechos en una zona agrícola de Colombia, donde el 29,2% de las enteritis del niño reconocía como agente etiológico algún parásito. (56) En otra región del mismo país se demostró que, a partir de los seis meses de edad, las enteroparasitosis inician una curva ascendente que las coloca en un lugar destacado como productores de diarreas.

En nuestro estudio predomino el grupo de 4 a 5 años, con un 43.7%, lo que coincide con estudios nacionales e internacionales donde se ha observado una mayor prevalencia en niños preescolares, como el realizado por el Dr. Rivero Rodríguez en el Instituto Educacional de Maracaibo con 56%, con Zonta en un estudio realizado en niños de edad preescolar y escolar de zonas urbana, suburbana y rural de Buenos Aires, donde prevaleció un 63,9%. Pérez Cueto y otros en Villa Clara, encontraron en niños de una comunidad suburbana de Santa Clara una prevalencia de parasitismo intestinal en preescolares de 69,9%, lo que se justifica porque a esa edad los niños comienzan a asistir en mayor numero a los preescolares, donde el contacto persona a persona es más frecuente.

En la tabla 2 donde se estudio la presencia de factores de riesgo podemos observar que predominó la presencia de vectores en el hogar, con un 88.7%, seguida por presencia de animales en el hogar, con un 56.2%.

Los artrópodos y roedores actúan como vectores en la propagación de infecciones, al transportar el agente causal desde el reservorio hasta el hombre susceptible de adquirirlas.

En estudios similares realizados por Gladys Antonia Cueto Montoya (41) en Villa Clara, encontró más frecuente la presencia de vectores, que se presentó en el 91,9% de los niños, y animales domésticos represento el 66,7%.

La presencia de vectores fue elevada, tal vez relacionada con la presencia de micro vertederos en las zonas, cuya limpieza no depende solo de sus habitantes.


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Tabla 2. Distribución según factores de riesgo. Consultorio Popular Viet-Nam 1. Año. 2006 

parasitosis_intestinal_preescolares/factores_de_riesgo 

Los desechos sólidos afectan el medio ambiente, además de los riesgos indirectos que tienen para la salud humana por la procreación de insectos y roedores, que son vectores de enfermedades. El hecho de encontrar quistes de Giardia lamblia viables en el intestino de las moscas durante 24 h, así como algunas especies de cucarachas durante varios días, ha permitido postular la importancia que tienen estos insectos en la transmisión de esta enfermedad. La presencia de animales en el hogar y no mantener una higiene adecuada después del contacto con estos, establecen factores de interés en la presencia de parasitismo intestinal. (57) La infección por Giardia lamblia es transmitida a través de la ingestión de agua o alimentos contaminados, y de persona a persona, por lo que en instituciones cerradas como las guarderías infantiles se puede presentar un mayor riesgo de transmisión.

En la actualidad se considera a este protozoo como el principal agente patógeno encontrado en los brotes de transmisión hídrica que han ocurrido en algunos países desarrollados como Inglaterra y los Estados Unidos. En este último país se calcula que provoca no menos de 5.000 admisiones hospitalarias al año. (58) La Giardia lamblia es frecuente en animales domésticos, especialmente perros y gatos, y se presenta con relativa frecuencia en animales salvajes como los castores. La transmisión, a partir de la exposición a quistes del parásito provenientes de animales, ha sido reportada. La vía más frecuente de transmisión es la fecal-oral. Los pacientes entre 2 y 4 años tienen un riesgo especial, debido a que no tienen un control de esfínteres pleno, pero sí motilidad y una conducta exploradora. También la giardiasis se transmite por alimentos y a través del agua; los brotes transmitidos por el agua afectan a niños y adultos; sin embargo la transmisión fecal-oral solo afecta a niños. La giardiasis puede ser también transmitida al hombre por ganado vacuno, ovejas y por vía venérea, a través de contacto oral-anal. (59,60)

En la tabla 3, donde se analizaron los malos hábitos higiénicos.

Tabla 3. Distribución según hábitos higiénicos. Consultorio Popular Viet-Nam 1. Año. 2006 

parasitosis_intestinal_preescolares/habitos_higienicos_sanitarios 

Aquí podemos observar que predominó el consumo de agua sin hervir, con un 87.5%, seguido de no lavarse las manos antes de ingerir alimentos, con un 77.5%, esto coincide con estudios de otros autores como el realizado por Gladys Antonia Cueto Montoya (41) en Villa Clara, donde encontró 70,1 y 67,5% respectivamente, así como el realizado por Sonia Agudelo-Lopez en el Departamento de Bolívar, Colombia (64), donde el 78% de la población parasitada consume el agua sin tratar. La calidad higiénica del agua de consumo es un factor determinante en la transmisión de enfermedades parasitarias; por tanto, se impone vigilar su calidad sanitaria, procedencia, condiciones de almacenamiento, método de tratamiento y manipulación, inadecuadas. Esto alerta que en la transmisión de las parasitosis intestinales, el agua es muy importante, como vehículo principal de transmisión, especialmente para los enteropatógenos que no requieren de ciclos de maduración en el suelo u hospederos intermediarios, como es en el caso específico de los comensales y protozoos intestinales patógenos. En los países en vías de desarrollo la contaminación del agua es una amenaza para la salud. (65)

Muchas veces las aguas, de acueducto o de pozos, se contaminan cuando están próximas a fuentes de infección, como son las fosas.

El uso de agua subterránea contaminada, no tratada o inadecuadamente desinfectada, fue responsable del 44% de brotes de transmisión hídrica en Estados Unidos entre 1981 y 1988, lo que explica la alta prevalencia de este factor de riesgo en nuestro estudio.(66) Los resultados obtenidos revelaron que la mayoría de los encuestados, a pesar de no vivir en hacinamiento, poseer buena disposición de excretas y de basura, incurren en la práctica de hábitos inadecuados como no consumir agua hervida, andar descalzos en patios y jardines, consumir alimentos de expendios ambulantes, convivir con animales domésticos no controlados y estar rodeados de vectores mecánicos y biológicos. Los resultados confirman que además de las condiciones socio sanitarias inadecuadas, también influye significativamente la educación de la población. En algunas comunidades que poseen servicios públicos adecuados (agua, electricidad, disposición de excretas y basuras etc.), las personas continúan practicando hábitos alimenticios y de higiene incorrectos, los cuales son considerados los factores de riesgo más importantes ya que cuando la higiene en sus diferentes modalidades es deficiente ocurre la instalación y proliferación del parasitismo en el organismo humano, se hace persistente, crónico, con los consiguientes daños en el estado nutricional e inmunológico(67). De todo lo anterior se infiere que los hábitos higiénico-sanitarios, disposición inadecuada de residuales sólidos, hacinamiento, y procedencia del agua de consumo, pudieran estar influyendo en la elevada prevalencia de parasitismo en el área. La forma más sencilla, fácil y eficaz de disminuir y/o evitar la contaminación parasitaria es a través del impulso de la medicina preventiva mediante los programas de educación sistemática para la salud y así elevar el nivel de instrucción y conocimientos de las personas con el fin de que adopten estilos de vida saludables.(68)
En la tabla 4 se representó el tipo de parasitismo.

Tabla 4. Distribución de la población según la el tipo de parasitosis más frecuente. Consultorio Popular Viet-Nam 1. Año. 2006 

parasitosis_intestinal_preescolares/parasitosis_mas_frecuentes 

Aquí encontramos que el 41.3% de la población estudiada presentó Entamoeba Histolytica, lo que difiere de otros estudios nacionales como los realizados por Rodolfo Devera en Ciudad Bolívar Venezuela y María Virginia Sangronis en el estado Falcón, Venezuela, donde este tipo de parasitismo representó un porciento insignificante. Numerosos parásitos habitan en el tracto gastrointestinal humano. Un exhaustivo listado incluye representantes de todos los grupos de parásitos desde los más simples a los más complejos. Describir cada grupo de parásitos intestinales, su morfología, su ciclo de vida y su distribución así como sus peculiaridades sería tarea para rellenar casi infinitos capítulos de libros.(69,70) Al compararlo con estudios internacionales si encontramos semejanzas, como es el caso de estudios realizados en áreas marginales de México, donde la prevalencia de Entamoeba Histolytica fue de 51.2%. La Entamoeba histolytica es la única ameba patógena para el hombre, y afecta al 5-10% de la población mundial. Se puede observar en cualquier parte del mundo, con una prevalencia entre el 0,5 y el 81%, presenta una distribución mayor en los trópicos y en zonas con condiciones socio-sanitarias deficientes. África, México, partes de Suramérica e India tienen problemas de salud significativos asociados a este parásito.

La resistencia de la Entamoeba histolytica a los niveles de cloro de las aguas purificadas hace que estén presentes también en países industrializados. Éste parásito protozoo existe bajo dos formas, quiste y trofozoo ameboide (forma invasiva), que pueden invadir la pared intestinal y dar lugar a la amebiasis intestinal. (71) La ameba se disemina a través de agua o alimentos contaminados con heces, lo cual es común en lugares donde los excrementos humanos se utilizan como fertilizantes. También puede diseminarse por el contacto con personas contaminadas, particularmente por contacto con el área bucal o rectal de una persona infectada. En los Estados Unidos, la amebiasis es común en personas que se involucran en relaciones sexuales anales y las que residen en instituciones. Existe un estimado de 50 millones de casos de amebiasis a nivel mundial, con 40.000 a 50.000 muertes al año. (72)


Algunos factores relacionados con la parasitosis intestinal en pre-escolares .5

A nivel mundial los protozoos son los principales causantes de parasitismo intestinal, por su fácil trasmisión por la vía fecal - oral e hídrica, aunque es más frecuente la giardiasis y sobre todo en los países subdesarrollados, en nuestro estudio esto se debe a la prevalencia de los malos hábitos higiénicos mencionados anteriormente que favorecen su trasmisión. (73)

Los síntomas producidos por una giardiasis pueden ser desde inexistentes hasta presentar una sintomatología grave. Dentro del género Giardia existen tres especies Giardia lamblia (duodenalis o intestinalis) que afectan a humanos y mamíferos, y Giardia muris y Giardia agilis, que no infectan al hombre. Giardia lamblia y Giardia intestinalis son protozoos intestinales, flagelados, que colonizan el intestino proximal, donde pueden ocasionar la infección aguda o crónica.

En el cuadro clínico la mayoría de los pacientes cursan de forma asintomática y actúan como portadores del parásito. Los casos sintomáticos presentan diarrea aguda o crónica, continua o intermitente, alternando con fases de estreñimiento. Las deposiciones son acuosas, con moco y en raras ocasiones con sangre, que pueden prolongarse durante semanas o años, con un período de incubación de 5 a 15 días. En la infancia puede acompañarse de esteatorrea y retraso estaturoponderal. También pueden cursar con cólicos abdominales, distensión abdominal, flatulencia, vómitos, náuseas, astenia, anorexia, pérdidas de peso y manifestaciones nerviosas inespecíficas (75). En inmunodeprimidos la enfermedad es siempre sintomática y más grave con diarreas prolongadas y síndromes de malabsorción. En los casos transmitidos por contactos sexuales aparecen calambres y flatulencias pero sin diarreas.

Otro hallazgo importante es la alta prevalencia de Enterobius Vermicularis con un 18.7%, El Enterobius vermicularis es el helminto de mayor distribución geográfica, afectando al 30% de los niños en edad escolar; produce una infestación denominada oxiuriasis o enterobiasis.

La transmisión del Enterobius es fecal-oral, por ingestión de alimentos o tierras contaminadas, o por auto infestación. Al rascarse el niño, coge el parásito con las uñas, originándose una auto infestación que hace el parasitismo interminable, la contaminación también puede producirse a través de las ropas interiores, camas y objetos, dando origen a contaminaciones indirectas, que contribuyen a la propagación masiva del gusano. La contagiosidad de los huevos durante la emisión explica las epidemias escolares o familiares. (76)Los huevos permanecen durante semanas en ropas, suelos, y uñas; su presencia exige una serie de medidas higiénicas, además del tratamiento médico para combatir las recontaminaciones.

La Enterobiasis u oxiuriasis cursa de forma asintomática, o sintomática con prurito anal o perianal, de gran intensidad de predominio vespertino, con frecuentes lesiones por rascado perianal, dolores abdominales de la fosa ilíaca derecha, alteraciones del tránsito intestinal (diarrea, vómitos, heces mucosas; en casi el 10% de las apendicitis pueden aparecer oxiuros). Durante la clínica pueden aparecer anorexia, alteraciones del sueño, irritabilidad y terrores nocturnos (relacionados con el prurito perianal), cambios del carácter tipo inestabilidad o agresividad, pérdida de peso, bruxismo y a veces crisis comiciales. Son frecuentes, en las niñas, alteraciones genitales, con prurito vulvar que puede llegar a causar auténticas vulvovaginitis y leucorreas, pudiendo contener huevos de oxiuros. Las alteraciones urinarias también pueden estar presentes; el examen de los bordes anales puede mostrar gusanos o las ulceraciones que producen (78).

Entre la ingesta de los huevos, la aparición de gusanos adultos y la excreción de huevos transcurren aproximadamente 2-3 semanas, lo que justifica la segunda cura con antihelmínticos realizada a las 2 semanas de la primera, ya que el tratamiento es activo frente a los gusanos y no los huevos.

Es el helminto más frecuente en el mundo, aunque la mayoría de los estudios realizados en nuestro país no arrojan estos resultados, tal vez por ser difícil su diagnostico confirmado. Se calcula que a escala mundial existen 400 millones de personas infectadas con este parásito. Es el helminto más frecuente en Estados Unidos, donde alrededor de 11,4% de escolares están infectados. En la mayoría de los países latinoamericanos las tasas de prevalencia son variables, aunque generalmente elevadas. En nuestro estudio se justifica esto fácilmente ya que la enterobiasis se observa en condiciones higiénicas desfavorables, pues el deficiente lavado de manos y limpieza de las uñas son condiciones que favorecen la aparición de esta parasitosis.

La prevención es la forma más eficaz de controlar la aparición de un mayor número de casos de parasitismo intestinal, por lo que se impone la realización de una labor educativa sistemática que involucre a la población más afectada, teniendo en cuenta que el comportamiento humano tiene gran importancia en la transmisión de estas infecciones intestinales. El principal modo de prevención individual y colectiva es ejerciendo acciones especificas sobre todos los factores de riesgo que influyen en la aparición del parasitismo intestinal. La prevención es definida como la protección contra los riesgos, las amenazas del ambiente, lo que significa, inevitablemente la acción mancomunada de las Instituciones de Salud, de las comunidades, y de las personas. Hoy en día, el objetivo primordial de la Medicina debe ser la prevención; por ello la educación para la salud, el elevar el nivel de conocimientos, de instrucción de las personas, es un elemento esencial en todas las acciones y debe ser dirigido a todos los pacientes con el fin de que adopten estilos de vida saludables. (78)

Programas organizados en la Atención Primaria de Salud, los cuales cuentan con la aprobación de la Organización Mundial de la Salud, contribuyen a la mejoría del nivel de conocimientos de la población y de la higiene personal y medioambiental, necesarios para reducir la incidencia de los parásitos intestinales y las consecuencias nefastas de estos en el organismo humano, por tanto se hacen necesarias acciones especificas que logren modificar la situación identificada y por consiguiente mejorar la calidad de vida de la población que atendemos.

CONCLUSIONES

1- La Parasitosis Intestinal es más frecuente en edades tempranas de la vida y afecta en mayor grado al sexo masculino.

2- Existe una estrecha relación entre Parasitosis Intestinal y algunos Factores de Riesgo como Consumo de agua sin hervir, falta de higiene después del contacto con animales, no lavarse las manos antes de ingerir alimentos, no lavarse las manos después de defecar, no lavar las verduras, caminar descalzos y comerse las uñas.

3- El tipo de parasito que mas incidió en nuestro estudio fue la Entamoeba histolytica.

RECOMENDACIONES

Ejercer acciones específicas sobre todos los factores de riesgo que influyen en la aparición del parasitismo intestinal, lo que significa, inevitablemente la acción mancomunada de las Instituciones de Salud, de las comunidades, y de las personas. Elevar el nivel de conocimientos, de instrucción de las personas, es un elemento esencial en todas las acciones y debe ser dirigido a todos los pacientes con el fin de que adopten estilos de vida saludables.

Extender este estudio a otras áreas de salud para incidir directamente sobre la población de riesgo, tratar de modificar su estilo de vida y ampliar los conocimientos sobre hábitos higiénicos en la comunidad en general.


ANEXO 1. ENCUESTA

1. Datos generales.

Nombre: _____________________
Edad: ______
Sexo: ______
No. muestra: ____

2. Datos higiénico-epidemiológicos.

a) Abasto de agua. Fuente: acueducto____ pozo____ mixta____
b) Características del agua ingerida: hervida____ No hervida___ clorada____
c) Hacinamiento en la vivienda: sí____ no____
d) Presencia de vectores: sí____ no_____

3. Hábitos higiénico-sanitarios.

a) Animales en el ambiente doméstico: sí____ no____
b) Higiene después del contacto con los mismos: sí____ no____
c) Lavado de manos antes de ingerir alimentos: sí____ no____ d) Lavado de manos después de defecar: sí____ no____
e) Lavado de verduras: sí____ no____
f) Anda descalzo: sí____ no____
g) Jugar con tierra: sí____ no____
h) Comerse las uñas: sí____ no___


Algunos factores relacionados con la parasitosis intestinal en pre-escolares .6

ANEXO 2. ALGUNOS FACTORES RELACIONADOS CON LA PARASITOSIS INTESTINAL EN PREESCOLARES. CONSULTORIO POPULAR VIET-NAM 1. AÑO 2006
CONSENTIMIENTO INFORMADO

Estimados mamá o papá:

Se realizará un estudio en niños de 2 a 7 años de edad en esta comunidad con el objetivo de identificar en las heces fecales parásitos que puedan provocarle infecciones. Los resultados obtenidos se utilizarán para conocer cómo se comporta el parasitismo intestinal en la zona, e indicarles tratamiento a los que resulten parasitados. Usted conocerá los resultados de esta investigación. Si está de acuerdo con que su niño(a) sea estudiado, expréselo firmando este documento.

A los _____ del mes de __________________Año __________.
Nombre y apellidos de la mamá o papá: ________________________________
Firma: _____________________
Investigador: _______________________________

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