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Estado nutricional de la poblacion menor de 5 aņos
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Autor: Dr. Arturo Oduardo Medel
Publicado: 29/11/2011
 

Las encuestas nutricionales realizadas en Venezuela permiten tener una idea general del estado nutricional de la población venezolana. Sin embargo, no facilitan información precisa de lo que sucede en las diferentes áreas de salud del país, ni del desempeño de los programas preventivos.

 

El presente estudio pretende determinar el estado nutricional de la población menor de 5 años que asistió a consulta de crecimiento y desarrollo en el barrio Mariscal Sucre de Mariara, durante el periodo 2006, y comparar la situación nutricional de la población en estudio, con los resultados obtenidos en la última Encuesta Nacional de Nutrición, de 1996.


Estado nutricional de la poblacion menor de 5 aņos .1

Estado nutricional de la población menor de 5 años en el Consultorio Mariscal Sucre. Diego Ibarra. 2006.

Autor: Dr. Arturo Oduardo Medel. Especialista de 1er. Grado en Medicina General Integral. Profesor Instructor
Tutor: Dra. Luisa Ortiz Hernández. Especialista de 1er grado en Pediatría

República Bolivariana de Venezuela. Misión Médica Cubana Barrio Adentro. Coordinación Nacional de Docencia

DEDICATORIA:

A Fidel, por sus enseñanzas y sus ideas.
A mi hermosa Cuba, por permitirme ser y hacer.
Al pueblo de Bolívar y Chávez, por permitirme crecer y hacer el bien.
A mis hijas, por su infinito amor y confianza.

AGRADECIMIENTOS:

Gracias a los estudiantes del primer y segundo año de la carrera de Medicina Integral Comunitaria por su ayuda en la búsqueda de materiales e información para elaborar este trabajo.

Gracias muy especiales a la comunidad de Mariscal Sucre por haber hecho posible la materialización de esta idea.

RESUMEN:

Las encuestas nutricionales realizadas en Venezuela permiten tener una idea general del estado nutricional de la población venezolana. Sin embargo, no facilitan información precisa de lo que sucede en las diferentes áreas de salud del país, ni del desempeño de los programas preventivos.

El presente estudio pretende determinar el estado nutricional de la población menor de 5 años que asistió a consulta de crecimiento y desarrollo en el barrio Mariscal Sucre de Mariara, durante el periodo 2006, y comparar la situación nutricional de la población en estudio, con los resultados obtenidos en la última Encuesta Nacional de Nutrición, de 1996.

Se trabajó con la población de niños que asistió a la consulta de crecimiento y desarrollo del primer nivel de atención en salud. A partir de la muestra obtenida, se caracterizó a la población, según los indicadores antropométricos peso/edad, talla/edad y peso/talla.

Se revisó un total de 38 historias clínicas. La mediana edad fue de 6 meses y la edad más frecuente de consulta fue de 26 meses. Según el indicador de peso/edad, 5 (13.1%) niños presentaron algún grado de desnutrición y 2 (5.3 %), sobrepeso.

El número de niños con problemas de desnutrición y sobrepeso fue semejante en ambos sexos; igualmente, la cantidad de pacientes con problemas de desnutrición y sobrepeso en el grupo de niños menores de 1 año, fue semejante al de 1-4 años.

Al comparar los resultados obtenidos con la última Encuesta Nacional de Nutrición, se determinó que los niños que asisten a la consulta de crecimiento y desarrollo, presentaron un mejor estado nutricional que el de la población general.

SUMMARY:

The opinion polls nutritionals sold off in Venezuela allow having a general state idea the Venezuelan population's nutritional. However, they do not make precise information easy so that it happens in the different areas of health of the country, neither of the performance of the preventive programs.

I study the present nutritional of the population under 5 years that attended consultation of growth intends to determine the status and I train at the neighborhood Mariara's Marshal Sucre, during the period 2006, and comparing the situation the population's under consideration nutritional, with the results obtained in last National Nutrition’s Poll, of 1996.

It was worked up with children's population that attended the consultation of growth and development of the first level of attention in health. As from the obtained sign, characterized him I weigh age, carving to the population, according to the anthropometric indicators age and I weigh carving.

A total of 38 clinical stories were checked. The middle age was by 6 months and the most frequent counseling age was by 26 months. According to the heavy indicator age, 5 (13.1 %) the children presented some degree of malnutrition and 2 (5, 3 %), overweight.

Children's number with problems of malnutrition and overweight was similar in both sexes; equally, patients' quantity with problems of malnutrition and overweight in children's group under 1 year, the fellowman went to the one belonging to 1-4 years.

When comparing the results obtained with last National Nutrition’s Poll nutritional determined that the children that attend the consultation of growth and development presented a better status than the one belonging to the general population.

ÍNDICE:

1. Introducción.
2. Marco Teórico
3. Objetivos.
4. Diseño metodológico.
5. Resultado.
6. Discusión.
7. Conclusiones.
8. Recomendaciones.
9. Referencias bibliográficas.
10. Bibliografía consultada.
11. Anexos.

INTRODUCCIÓN:

Desnutrición: Es un estado patológico inespecífico potencialmente reversible, que se origina como resultado de un deficiente aporte calórico al organismo, el mismo es acompañado por manifestaciones clínicas diversas de acuerdo a factores ecológicos e individuales.

La desnutrición en el ámbito mundial ha venido causando estragos en la salud del hombre, esto por la falta de alimentos suficientes y necesarios para obtener una salud adecuada lo que generado que las dos terceras partes de los habitantes en el mundo presenten problemas nutricionales; tal afirmación fue comprobada por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), la cual nace en Hot Springs, Canadá en 1945; convirtiéndose, así, en la primera organización que enfrenta la problemática del hambre en todo el ámbito de la esfera terrestre.

Como consecuencia de esta situación más tarde surgen nuevas organizaciones que se dedican a luchar por el mejoramiento nutricional del ser humano, de allí, que basados en los estudios de la FAO y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se crea el Fondo Internacional de las Naciones Unidas para Emergencias de Niños (UNICEF) cuyo objetivo es el de mejorar el bienestar de madres e hijos. En conjunto la FAO, UNICEF y OMS, persiguen asesorar a los gobiernos del mundo para el incremento de la producción y consumo de alimentos ricos en proteínas, haciendo énfasis en el efecto de la nutrición en el embarazo y la lactancia, alimentación en grupos de trabajadores y los datos relativos al consumo alimentarios y estado nutricional como indicadores estándar de vida en cada país, atendiendo a las particularidades de cada uno de ellos.

En América Latina es compleja la situación nutricional que puede encontrarse en su población:

“No solamente se manifiesta una situación de déficit nutricional, como es el caso de la anemia por deficiencia de hierro, el déficit energético proteico, entre otros, sino también una creciente evidencia de enfermedades crónicas no transmisibles. Por otro lado, se mantienen niveles elevados de enfermedades infecciosas. Esta situación representa un nuevo reto para los responsables del diseño de políticas y programas, quienes deben conjugar armónicamente la atención de los problemas de disponibilidad, acceso y distribución equitativa de alimentos, con el logro de un adecuado balance y calidad en la alimentación (33).


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La mayoría de las encuestas nutricionales hechas en Latinoamérica muestran que la desnutrición es un proceso crónico más que agudo, que se refleja en un crecimiento lineal. Además, afirman que su prevalencia es mayor en las poblaciones rurales que en las urbanas. En varios países de América Central, como El Salvador, Honduras y Nicaragua, la prevalencia de desnutrición zonas rurales llega a ser casi el doble que en las urbanas (5)

Son pocos los países con suficientes datos seculares sobre el estado nutricional de su población, lo que no permite un análisis preciso de la tendencia que mantiene tal problema (5,6)

En 1973, la revista de Salud Mundial, órgano de la Organización Mundial de la Salud (OMS) tituló un editorial “La mitad del mundo se acuesta con hambre”, y considera que 11 millones de niños de regiones tropicales y subtropicales sufren de desnutrición severa, 76 millones de dichas regiones sufren de desnutrición moderada, 10 millones tienen riesgo de morir por desnutrición y el 3,5 millones mueren por ese motivo. Según UNICEF la desnutrición es la principal causa de muerte en lactantes y preescolares (7)

La prevalencia de la desnutrición aguda y crónica presenta diferencias entre los países desarrollados y los menos desarrollados. En América Latina, 24,6 millones de niños menores de 5 años padecen de desnutrición. (8)

El derecho a la alimentación consiste primordialmente en respetar, proteger y cumplir el acceso a los alimentos nutritivos de toda la población, todo lo cual se expresa en el Artículo 305, de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. El gobierno nacional para dar cumplimiento a este fragmento constitucional, ha puesto en marcha una serie de políticas, planes, y proyectos que procuran un suministro alimentario adecuado en cantidad y calidad, en pro del bienestar de la población venezolana.

De acuerdo a los datos estadísticos y los análisis de resultados suministrados por el Sistema de Vigilancia Alimentario y Nutricional (SISVAN) del Instituto Nacional de Nutrición, se puede observar que el déficit en los menores de 2 años, según el indicador peso-edad, muestra tendencia al descenso, mientras que el sobrepeso describe una curva prácticamente inversa, las cifras son elevadas y con tendencia ascendente.

En Venezuela, la evolución de la situación nutricional ha tenido una relación directa con la economía del país, con una inflación acelerada y un elevado costo de los alimentos. La pobreza, se duplicó entre 1984 y 1995, pasando de un 36% a un 76%, respectivamente, incrementándose hasta alcanzar un 81,5% en 1997 (9,10). Datos más recientes señalan que la pobreza extrema para el año de 1997 fue de un 41,75% (11). La adecuación calórica disminuyó significativamente a partir del año 1982, llegando hasta un 88% en los Estratos IV y V, para el año 1995, demostrando así un mayor deterioro en el consumo de los alimentos (12). López de Blanco (13), encontró un aumento del déficit nutricional durante el período de 1982 a 1993 en menores de 15 años, con un porcentaje considerable de casos ubicados en la zona crítica o de riesgo así como de los casos de desnutrición grave, con una disminución del porcentaje de niños ubicados por encima de la norma (Percentil 90), según el indicador peso para la talla (PT). Reportes del Instituto Nacional de Nutrición para 1996 (12), indican que el déficit nutricional en los menores de 15 años, para el indicador PT, había disminuido a partir de 1991 hasta 1994, para tener un ligero incremento de 0,2% en el año 1995 y situarse el déficit nutricional en 11,6%.

Hoy en Venezuela, según cifras informadas por el sistema de Vigilancia Alimentaria y Nutrición para el año 1990 de acuerdo a los indicadores peso/talla, existen 15,3% menores de 15 años con déficit nutricional; zona crítica 7,9%, leve 5,5%, moderada 1,5% y grave 6,4% (26).

Los efectos de la desnutrición proteico-calórica en la infancia y en la edad preescolar son, junto a situaciones de extrema pobreza, condición de riesgo para el desarrollo cognoscitivo y el rendimiento escolar (27).

Escudero: (2) Conceptualiza la acción decisiva de los elementos nutritivos sobre el crecimiento y desarrollo, en la clínica infantil es de frecuentísima observación comprobar la importancia fundamental que tienen los regímenes alimentarios deficientes sobre el crecimiento somático y sobre el desarrollo psíquico-funcional en el niño normal, particularmente en nuestro medio donde la desnutrición es tan frecuente.

Según datos del Boletín informativo del sistema de Vigilancia Epidemiológica, el estado nutricional de los menores de 15 años en Venezuela, según índice Peso/Talla presenta una tendencia al aumento de la desnutrición aguda en los últimos tres (3) años la evaluación para 1990 la mortalidad obtuvo un 75,6% mientras que la malnutrición un 24% correspondiendo a este ultimo un 16% a desnutrición y un 8,22% a sobrepeso. En este mismo estudio Lara presentó un porcentaje de mortalidad de 73,8% y malnutrición 26,2% del cual 18,3% corresponden a desnutrición y un 7,8% a sobrepeso. (28)

Para 1992, en Venezuela, la mortalidad por deficiencias nutricionales en menores de 15 años ocupa el lugar número 19 en las principales causas de mortalidad. (28).

En el Estado Lara, para el año 1983, por la mortalidad por avitaminosis y otras enfermedades nutricionales fue de 59 casos con una tasa de 57 por 100 habitantes. En el año 1984, 61 casos con una tasa de 5,7% por cada 100 000 habitantes. En 1985, la desnutrición ocupa el sexto lugar dentro de las 15 primeras causas de mortalidad infantil, la mayoría pertenece a Barquisimeto. (30)

Montilva y Cols, 1989, realizaron estudios sobre el estado nutricional de la población infantil menores de 6 años en el Estado Lara, concluyendo que el 35% de los niños estaban malnutridos por carencia de alimentación, el 23% presentaba desnutrición leve. El grupo más afectado se presentó en niños con edades comprendidas entre 12 y 23 meses y 4 a 5 años con un 27 y 25% respectivamente. (29)

Henríquez y Hernández (1997) en una investigación titulada: "Evaluación Nutricional Antropométrica", auspiciada por FUDACREDESA realizada en la ciudad de Caracas en los Centros Hospitalarios Públicos durante el período 1996-1997, donde se tomó como muestra 356 niños que acuden a las consultas, para determinar mediante las variables de Talla, Peso y Circunferencia Cefálica; el nivel nutricional y crecimiento normal en cada edad del niño. Entre las conclusiones que se derivaron de esta investigación destaca la existencia de un déficit nutricional en los niños que conformaron la muestra, ya que las variables consideradas arrojaron resultados alejados de los estándares pautados, por lo que es notable un bajo nivel nutricional en la población estudiada en la investigación precitada. (34)

Así, de esta manera se evidencia un notable desmejoramiento en la calidad nutricional de la población infantil ya que al considerar los parámetros ya señalados, el estudio anterior encontró que el nivel nutricional de la muestra considerada era inferior a lo normal, según lo pautado en los parámetros internacionales de la relación al caso venezolano.

Otro estudio realizado por Méndez (1997) sobre el Desarrollo y Crecimiento Humano en Venezuela realizado con el apoyo de la Escuela Técnica Popular Don Bosco, destaca que los altos niveles de pobreza crítica que en el país subsisten y el alto índice de desnutrición que en pueblo venezolano se observa, son atribuibles a la ausencia de educación de la población menos favorecida sobre la manera de aprovechar los diferentes alimentos con el fin de mejorar la nutrición familiar, en contraposición, muchas veces el nivel económico es un factor incidente en la calidad de la alimentación de estas familias. (35)

En 1996 el Gobierno Nacional implantó medidas económicas (10), que repercutieron en la salud y la nutrición, de la población perteneciente a los estratos medios y bajos. La zona sur de Valencia, Estado Carabobo, es una fiel expresión de una población que ha sufrido este impacto, lo cual ha incidido en mayor desempleo, menos ingresos económicos y bajo consumo de alimentos. En vista de las características de esta población y de las medidas económicas implantadas, se evaluó el deterioro del estado nutricional de un grupo de niños a través de indicadores antropométricos y del consumo de energía y nutrientes, en el período 1995 y 1996.

En el Municipio Diego Ibarra se puede observar que muchas personas carecen de las sustancias alimenticias esenciales o básicas necesarias para un buen desarrollo de la capacidad psico-biológica y resistencia de enfermedades, así mismo, la producción de alimentos no satisface las necesidades de toda la población carabobeña resultando el fenómeno de la desnutrición; lo que ha conllevado al incremento de la tasa de morbilidad en los diferentes centros asistenciales, especialmente, la población infantil.

Las condiciones sociales y económicas de la población venezolana se han deteriorado progresivamente durante los últimos años. Cifras suministradas por organismos oficiales señalan que la pobreza extrema se ha incrementado con las conocidas secuelas negativas derivadas de la incapacidad de la familia promedio para adquirir las llamadas Canasta Básica y la Canasta Normativa Concertada de Alimentos. Esta realidad repercute negativamente de manera especial en los grupos más vulnerables: los niños y los ancianos.

Un reporte de datos recientemente recolectados por la Oficina de Vigilancia Alimentaria y Nutricional (SISVAN) señala que los diferentes parámetros analizados muestran un deterioro general de las condiciones nutricionales de los niños menores de 15 años, con un incremento de la desnutrición actual o aguda. Análogamente el reporte indica que la Maternidad “Concepción Palacios” ha detectado un incremento de la fracción de recién nacidos con bajo peso al nacer. El informe refiere un incremento del déficit nutricional en preescolares y escolares y una tendencia al aumento de los ingresos pediátricos, en los hospitales centinelas, por desnutrición grave marasmática desde 1990, y el predominio de la forma mixta de desnutrición en 1996. Estas conclusiones, como la misma SISVAN recalca, son señales de alerta sobre el grave impacto de la crisis económica en la población infantil.


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La Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría no puede mantenerse indiferente ante esta realidad.

El estado nutricional de los infantes es medible a través de los indicadores de crecimiento y desarrollo puestos en práctica por el Instituto Nacional de Nutrición y avalados por la Organización Mundial de la Salud.

Las personas que trabajamos en Atención Primaria estamos conscientes que estos indicadores son representativos del estado nutricional del niño, que son métodos sencillos y que expresan claramente la etapa del crecimiento en que se encuentra el paciente en un momento dado y nos ayuda, a tener presente que un niño deja de crecer meses antes de presentar signos manifiestos de desnutrición (25).

Por lo descrito anteriormente y considerando que los problemas en el campo de la salud pública no son simples, aunado a esto, la desnutrición es bastante compleja ya que comprende aspectos médicos, sociales, económicos y psicológicos; por lo que se hace necesario, entonces, de la cooperación de todas las organizaciones públicas y privadas de la comunidad, además de la comprensión de quienes participan para precisar la importancia que la alimentación tiene en la calidad de la salud de las personas.

De lo anterior se desprende, el papel vital que juega el profesional médico en torno a esta materia ya que son estos profesionales los que tienen mayor oportunidad de observar los problemas nutricionales de las comunidades de manera más cercana, pudiendo de esta forma investigar las costumbres alimenticias de la familia o del individuo detectando, así, las deficiencias palpables, susceptibles de corregir mediante programas educativos e instruccionales con respecto a la selección de alimentos que suministren los nutrientes adecuados.

Así, el problema nutricional puede atacarse de manera positiva a través de la educación general de la comunidad; y es el profesional médico quien reúne los requerimientos necesarios para llevarlos a cabo. Es por ello que a continuación se realiza un estudio a un grupo de niños en edades comprendidas de o a 5 años con el fin de diagnosticar el estado nutricional de cada uno de ellos para, de esta forma, establecer alternativas y/o soluciones de acuerdo a los resultados obtenidos.

Haciendo honor a su compromiso de velar por la salud y el desarrollo adecuado de los niños venezolanos hemos decidido apoyar actividades que contribuyan, desde una perspectiva profesional, a ofrecer orientaciones concretas y útiles para enfrentar el problema nutricional de niños venezolanos.

MARCO TEÓRICO

El crecimiento y desarrollo de un niño constituyen dos conjuntos de signos de gran utilidad para determinar el estado de salud de los pacientes en edad pediátrica.

Resulta necesario disponer de patrones de referencia que expresen adecuadamente las características morfológicas de los individuos o de la población bajo estudio e interpretar adecuadamente la información que brindan las dimensiones antropométricas utilizadas con este fin.

En Venezuela se han obtenido las curvas de crecimiento de las medidas que se usan con más frecuencia para esta evaluación a partir de la información recogida por la Investigación Nacional sobre Crecimiento y Desarrollo.

Entre estas medidas se encuentran el peso, la talla y la circunferencia cefálica; la técnica de medición de estas dimensiones es la siguiente:

1.- El niño a examinar deberá estar sin ropa o con ropa interior mínima y desprovisto de calzado y medias.

2.- Mantendrá la posición de atención antropométrica (vista al frente, talones unidos, con ambos pies en un ángulo de 45 grados y brazos a los lados del cuerpo, en posición de pie o en decúbito supino, en dependencia de la edad del niño).

3. Para tomar el peso:

a) Verificar que el instrumento esté en fiel antes de cada pesada.
b) Colocar el individuo en el centro de la plataforma de la balanza.
c) Registrar el valor con una aproximación de 0,1 Kg.

4. Para tomar la talla:

a) Los menores de 2 años se medirán acostados (longitud supina) y los mayores de pie (estatura).
b) La espalda del individuo se mantendrá en contacto con la mesa, si está en decúbito supino, o en la pared o tallímetro al medirlo de pie.
c) La cabeza debe estar en el plano de Frankfort: el orificio auricular en línea recta vertical u horizontal con el borde inferior orbitario.
d) Al momento de medir debe estirarse el sujeto haciendo presión ligeramente sobre ambas mastoides, asegurándose si está de pie que los talones no se separen del suelo.
e) Registrar el valor con una aproximación de 0,1 cm.

5. Para tomar la circunferencia cefálica:

a) La cabeza debe estar en el plano de Frankfort.
b) Al hacer la lazada alrededor de la cabeza, se pasará la cinta por la frente, inmediatamente por encima de los arcos superciliares y por detrás, sobre la protuberancia occipital externa.
c) Se realizarán 2 o 3 lazadas para registrar el perímetro máximo.
d) Para reducir al mínimo el factor de error que pueden introducir el pelo y las partes blandas se deberá ajustar bien la cinta, haciendo presión antes de realizar la lectura.
e) Registrar el valor con una aproximación de 0,1 cm.
Es necesario el mayor cuidado y precisión al registrar estos valores, ya que de esto dependerá una valoración e interpretación adecuada del crecimiento de los niños.

Sólo a través de observaciones y mediciones repetidas con intervalos regulares de tipo y graficadas en curvas estandarizadas puede evaluarse el crecimiento.

El desarrollo es la adquisición de funciones con aumento de la complejidad bioquímica y fisiológica a través del tiempo.

Comprende fenómenos de maduración y adaptación.

Son características del crecimiento y desarrollo:

 Dirección: Céfalo caudal y próximo distal.

 Velocidad: Crecimiento en unidad de tiempo. En etapas iniciales de la vida tiene su máxima rapidez y disminuye gradualmente hasta estabilizarse en la vida adulta.

 Ritmo: Se refiere al patrón particular de crecimiento que tiene cada tejido u órgano a través del tiempo, el nivel de madurez de cada uno de ellos se alcanza en diferentes etapas de la vida. Por ejemplo, el sistema nervioso central (SNC) es el primero en alcanzar un mayor desarrollo y el aparato genital lo alcanza hasta la década de la vida. Momento: Cada tejido tiene un momento en particular en el que se observan los mayores logros en crecimiento, desarrollo y madurez.

 Equilibrio: Pese a que el crecimiento y desarrollo tienen distintas velocidades, ritmo, cada uno de ellos alcanza en su momento un nivel de armonía que se considera normal.

El signo positivo caracteriza a la etapa de la vida que ocurre entre la fecundación y al término de la pubertad, y sus manifestaciones clínicas son el aumento de estatura y peso. Puede también observarse en edades posteriores, cuando el organismo se recupera de una lesión o de una pérdida de tejido.

El signo neutro del crecimiento se debe a un balance entre la síntesis y la destrucción, de tal manera que la masa corporal se mantiene estable, depende de períodos negativos seguidos por positivos. Este signo se observa desde el término de la pubertad y hasta el inicio de la senectud, pero cuando las condiciones nutricionales y ambientales son adversas, puede manifestarse durante la infancia, demostrándose detención de peso, talla y otras medidas antropométricas, con la finalidad de mantener la función y la vida, a expensas del tamaño.

El signo negativo del crecimiento consiste en una pérdida de la masa corporal con respecto a la etapa inmediata anterior, sea porque disminuye la capacidad de síntesis, porque aumenta la destrucción o por la combinación de ambas.

En situaciones normales se observa a partir de la senectud o cuando se presentan enfermedades catabólicas.


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El crecimiento inicial de muchos tejidos se caracteriza por un rápido incremento en el número de células, representa un “momento crítico de crecimiento”, etapa en la que el organismo es más susceptible a sufrir daños permanentes, malformaciones o crecimiento anormal.

El crecimiento es un signo de salud de un niño, una expresión inadecuada del crecimiento señala la existencia de patología.

El fenómeno del crecimiento es un proceso dinámico, que refleja el estado psicosocial, económico, nutricional, cultural, ambiental y de homeostasis orgánica en el que se desarrolla un individuo.

Los padres heredan a sus hijos la capacidad de crecimiento (genotipo), y que en condiciones ideales son similares para todos los hijos del mismo sexo (fenotipo), pero su expresión final (epigenotipo) depende de las condiciones ambientales de cada individuo en lo particular.

El hecho de que el ritmo y la velocidad de crecimiento sean menores a los esperados, y la longitud alcanzada sea mayor, se debe sospechar que existen condiciones patológicas que están limitando la expresión fenotípica del genoma.

Si los hijos crecen en mejores condiciones que los padres, es frecuente encontrar fallas finales superiores, llamado “incremento secular del crecimiento”.

Resulta importante determinar la estatura final mínima esperada para un niño, y definir en base a ésta, las tallas que debe expresar a las distintas edades, estableciendo la existencia de un crecimiento normal de acuerdo a su talla epigenotípica.

Existen varias maneras de evaluar el “potencial genético de crecimiento”, que se basa en la talla media familiar:

Niños: (talla padre + talla madre)/2 + 10 cm

Niñas: (talla padre + talla madre)/2 + 12 cm

La regulación del ritmo, velocidad y momento, dependen fundamentalmente de moduladores neuroendocrinos.

El crecimiento está regulado por la interacción de factores neuroendocrinos, que actúan de manera autocrina, paracrina y endocrina.

1. Durante la vida intrauterina, el crecimiento está modulado por la relación entre el aporte calórico y proteico que regulan la cantidad de insulina producida por el feto, existiendo una relación directamente proporcional entre ésta y la síntesis del factor de crecimiento tipo insulina-1 (1GF-1), y de éste a su vez con la velocidad de crecimiento fetal. Durante la vida prenatal las hormonas tiroideas son esenciales para el crecimiento y desarrollo de tejidos como el nervio muscular.

2. A partir del nacimiento las hormonas tiroideas modulan la energética (producción y aprovechamiento de calor, temperatura y energía metabólica).

3. De los 12 a 24 meses de edad en adelante, el sistema de la hormona del crecimiento parece ser el principal modulador de la velocidad de crecimiento de un individuo.

Este sistema está integrado por:

Los esteroides gonadales (principalmente los estrógenos), modifican el patrón de secreción pulsátil de la hormona de crecimiento (GH) y aumentan la sensibilidad tisular para ella y para los factores de crecimiento tipo insulina, “brote de crecimiento puberal”, pero determinan también el cierre de los cartílagos de crecimiento.

Además de los factores genéticos neuroendocrinos, denominados como “determinantes del crecimiento”, existen condiciones ambientales y orgánicas que son capaces de influir negativamente, llamándose factores “modificadores del crecimiento” que limitan la expresión fenotípica. La intensidad de la detención del crecimiento es directamente proporcional a la severidad y duración del evento patológico, es más grave en las primeras etapas de la vida. Sólo aquellos que tienen una duración mayor de 2 a 3 meses repercuten de manera significativa en la estatura final, por lo que se descartan las enfermedades agudas.

Los factores modificadores se pueden dividir en dos categorías: los socio-económicos-culturales y los problemas orgánicos. A la herencia biológica se le suma la herencia social.

El problema más importante y complejo del llamado tercer mundo es la mal nutrición de la población y el bajo nivel educativo. La desnutrición infantil constituye uno de los más graves problemas de salud pública en los países subdesarrollados, por su alta prevalencia.

La nutrición humana es el aporte y aprovechamiento de nutrimentos que en el niño se manifiesta por crecimiento y desarrollo.

El crecimiento es un proceso por el cual se incrementa la masa corporal, debido al aumento en el número de células (hiperplasia), el aumento en el volumen de las células (hipertrofia) y el incremento en la sustancia intercelular.

El término crecimiento se utiliza corrientemente como expresión del aumento de talla, que viene determinado por el incremento diferencial de cabeza, tronco y huesos largos de las piernas. El aumento de talla, sin embargo, no es más que una faceta del crecimiento. Dentro de este concepto hay que incluir también el aumento de masa corporal y el crecimiento de todos los órganos y sistemas

El desarrollo es la diferenciación sucesiva de órganos y sistemas. Se refiere al desarrollo de funciones, adaptaciones, habilidades y destrezas psicomotoras, relaciones afectivas y socialización.

El crecimiento y la maduración somática, psicológica y social es lo que constituye el desarrollo, característica de la infancia.

Este desarrollo depende de factores intrínsecos (dotación genética del individuo) y de factores extrínsecos (alimentación, ambiente, enfermedades, etc.).

La capacidad de diversos factores exógenos para modificar el patrón de crecimiento determinado genéticamente, ha sido demostrada en numerosos estudios clínicos y experimentales. La influencia de la nutrición ha sido el factor mejor estudiado.

Factores como los condicionantes genéticos, la vida intrauterina y el mismo acto de nacer, que van a marcar el rumbo definitivo del nuevo ser. Aunque esta impronta puede estar presente a lo largo de toda la vida, su expresión máxima tiene lugar en la infancia.

El desarrollo, por tanto, indica una maduración progresiva y la diferenciación de órganos y sistemas, que condicionan una creciente maduración funcional. Dentro de este concepto se pueden incluir el desarrollo o maduración ósea, el desarrollo sexual, el dentario, el psicomotor y el químico.

¿Procesos Simultáneos?

El crecimiento se evalúa más fácilmente que el desarrollo. Ambos progresan al unísono, pero a veces hay desarrollo con poco aumento de tamaño o bien un crecimiento rápido con escasa diferenciación funcional. El crecimiento se mide y se limita por la medición de la estatura, pero es mucho más complejo. A la vez que se alcanza la talla permanente, el organismo adquiere el volumen y la forma definitivos, es decir, el peso, el desarrollo sexual y el modelado de los rasgos morfológicos que hacen a cada individuo distinto de los demás.

Durante la vida intrauterina y el primer año de vida el aumento de talla y perímetro cefálico es extraordinariamente rápido, con posterioridad el crecimiento es proporcionalmente menor hasta la adolescencia, periodo en el que se produce un importante avance del crecimiento, cambios en la composición corporal y en los procesos madurativos.

Así pues, el niño es un ser en "continuo cambio" tanto en su crecimiento, como en su desarrollo y maduración; el niño, además, presenta peculiaridades anatómicas, fisiológicas, metabólicas e inmunológicas que van a estar en íntima relación con sus necesidades nutritivas. Además, como "ser dependiente", no sólo tiene que enfrentarse a problemas específicos de integración y adaptación psicosocial, sino que también precisa los cuidados maternos para sobrevivir.
El mantenimiento de las funciones orgánicas, la actividad básica y el crecimiento y desarrollo, en gran medida, dependen del consumo habitual de alimentos que tiene el niño.

El estado de equilibrio entre el consumo y el gasto da como resultado un buen estado de nutrición, si se rompe este equilibrio por el consumo excesivo se presenta la obesidad y cuando es insuficiente la desnutrición.


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Las percusiones, en ambos problemas son graves ya que la obesidad es un factor que limita el desarrollo emocional del niño y predispone al individuo a padecer enfermedades crónico degenerativas en la edad adulta, la desnutrición es más grave, por la cantidad de niños que la padecen y los factores negativos irreversibles que tienen en el crecimiento y desarrollo, disminuye su calidad de vida presente y futuro.

Dependiendo de la intensidad de la desnutrición, el tiempo y la edad pueden presentar para toda su vida:

• Bajo crecimiento
• Menor rendimiento intelectual
• Menor capacidad física.
• Mayor riesgo a padecer enfermedades de tipo infeccioso.
• Mayor peligro de morir en los primeros años de vida

Clasificación de la desnutrición por su duración e intensidad.

Se clasifica en:

• Por su duración:

AGUDA:

Se presenta debido a la restricción de alimentos que se manifiesta por la pérdida de peso y quizá detención del crecimiento. Cuando el niño es atendido adecuadamente y oportunamente, este se recupera, repone sus pérdidas y vuelve a crecer normal.

CRÓNICA:
Cuando la privación de alimentos se prolonga, la pérdida de peso se acentúa como consecuencia el organismo para sobrevivir disminuye requerimientos y deja de crecer, es decir mantiene una estatura baja para su edad. La recuperación es más difícil.

• Por su intensidad se clasifica en:

LEVE:

Es cuando la cantidad y variedad de nutrimentos que el niño recibe son menores a sus requerimientos. Al inicio se caracteriza por la pérdida o no ganancia de peso.

MODERADA:

Cuando la falta de nutrimentos se prolonga y acentúa, la desnutrición se agudiza y fácilmente se asocia a procesos infecciosos, se manifiesta con mayor déficit de peso, detención del crecimiento, anorexia y mayor facilidad para contraer infecciones.

SEVERA:

Cuando la carencia acentuada de alimentos continua asociada a padecimientos infecciosos frecuentes, la anorexia se intensifica y la descompensación fisiológica del organismo llega a tal grado, que pone al niño en grave peligro de muerte se manifiesta en dos formas:

Marasmo (desnutrición seca)

1. Delgadez excesiva
2. Cara de viejito
3. Llanto exagerado
4. Pelo ralo

Kwashiorkor (desnutrición con edema modificando el peso del niño)

1. Hinchazón sobre todo en pies, piernas, manos y cara.
2. Triste
3. Pelo ralo
4. Lesiones en la piel.

• Según su etiología

 Primaria: es cuando la desnutrición es causada por la deficiencia prolongada de aportes de calorías y/o proteínas, caracterizándose por un mayor consumo de reservas proteicas con alteración de la estructura y función del organismo.

 Secundaria: se habla de desnutrición secundaria cuando existe una adecuada disponibilidad de nutrientes, pero que la misma sobreviene por la alteración en la incorporación de alimentos afectando los componentes proteicos, alterando la funcionalidad orgánica.

 Mixta: es la que se presenta como los factores primarios y secundarios interviniendo conjuntamente como problema epidemiológico, que es la causa más común.

FACTORES QUE INFLUYEN EN LA DESNUTRICIÓN.

Factores individuales y ambientales que influyen en la desnutrición como son:

• Bajo peso al nacer
• Privación de amamantamiento a seno materno
• Hijo de madre adolescente
• Ablactación y destete mal dirigidos
• Bajos ingresos económicos
• Malos hábitos alimentarios
• Higiene y saneamiento deficientes.

La desnutrición infantil es un trastorno de origen multifactorial, que implica la interrelación de factores orgánicos, psicosociales, económicos y ambientales, por lo tanto, para su detección, tratamiento y seguimiento se debe realizar un manejo integral que permita desarrollar estrategias y acciones que incidan en los elementos mencionados.

La nutrición representa un factor indispensable para que se desarrollen todas las potencialidades físicas, biológicas e intelectuales del ser humano. Sus necesidades varían de acuerdo con las diferencias genéticas y metabólicas de cada individuo (1,3)

El crecimiento y desarrollo asociado al estado nutricional constituyen unos de los índices más sensibles y útiles para determinar el nivel de desarrollo y la calidad de vida de la población, debido a que involucran una perspectiva dinámica del ser humano (1,2)

La malnutrición es reconocida como una de las principales causas de morbilidad y mortalidad, sobre todos en los países en vías de desarrollo (3). Los trastornos nutricionales están relacionados con la alteración en los patrones de crecimiento y desarrollo de los niños, específicamente en lo que respecta a la baja talla y dificultad para progresar (3,4)
La malnutrición abarca ambos aspectos, tanto el déficit como el exceso. Los organismos Internacionales vinculados con la Salud y Nutrición han tomado en cuenta la necesidad de tomar acciones sobre los problemas relacionados con un consumo excesivo de alimentos, en virtud de que progresivamente se observa el incremento de las enfermedades crónicas no transmisibles relacionadas con la alimentación. El incremento en la aparición e incidencia de estas enfermedades están asociados a los cambios en los patrones de alimentación al intentar copiar modelos y hábitos alimentarios de países con un sistema capitalista, lo que a su vez implica cambio de los estilos de vida.

El término "malnutrición" significa alteración de la nutrición, tanto por defecto (desnutrición) como por exceso (sobrepeso). Es, por tanto, el resultado de un desequilibrio entre las necesidades corporales y la ingesta de nutrientes que puede llevar a un síndrome de deficiencia, dependencia, toxicidad u obesidad. (31)

La desnutrición se produce por una ingesta inadecuada, mal absorción digestiva, pérdida anormal de nutrientes por el tubo digestivo, hemorragia, fallo renal o excesiva sudación, infección o adicción a drogas. La malnutrición por exceso se origina por una ingesta excesiva, ejercicio insuficiente, abuso de dietas terapéuticas incluyendo la nutrición parenteral, excesiva ingesta de vitaminas ¬sobre todo B6, niacina y vitaminas A y C¬, e ingesta excesiva de minerales. (31)
La situación nutricional es producto de la interacción de diversos factores ambientales, sociales, económicos, culturales y políticos, estos los cuales influyen de forma aislada o en conjunto en el estado nutricional de la población de un país (32). En la mayoría de los países se ha dado prioridad, en general, a aquellos problemas con mayor prevalencia, como son los problemas referidos a las deficiencias nutricionales, dedicando todos los esfuerzos y recursos a la solución de estos casos.


Estado nutricional de la poblacion menor de 5 aņos .6

La malnutrición proteico-energética o proteico-calórica se caracteriza no sólo por un déficit energético debido a un reducido aporte de macronutrientes sino también por un déficit de micronutrientes.

La malnutrición, según su causa puede clasificarse en:

Primaria: es aquella que se identifica por ser originada por un aporte insuficiente de calorías y nutrientes y se encuentra asociada, por lo general, a condiciones de pobreza.

Secundaria: es el resultado de enfermedades que alteran la capacidad de ingerir, absorber o metabolizar adecuadamente los alimentos o de una insuficiente ingesta que no cubre las mayores pérdidas o requerimientos de la enfermedad de base

La malnutrición se presenta de múltiples formas. Puede producirse por una deficiencia en el consumo energético y de nutrientes o hasta el exceso en su consumo, lo que origina alteraciones en el organismo de las personas que pueden representar riesgos en su estado de salud.

La malnutrición tiene los siguientes factores condicionantes:

1. Disminución en la ingesta de los nutrientes, por causas propias del cuerpo o por factores asociados (ejemplo la pobreza, la disponibilidad alimentaria, entre otras)

2. Aumento de los requerimientos, influenciados por condiciones ambientales, actividad física, crecimiento y desarrollo del cuerpo, enfermedad, entre otros.

3. Aumento de las perdidas, presentándose principalmente en casos de diarreas, vómitos e infecciones.
La malnutrición por déficit trae como consecuencias un retardo en el crecimiento y desarrollo de los niños, lo que incide en la observación de niños con estatura baja, con bajo rendimiento escolar, con dificultades en su aprendizaje, con un sistema inmunológico deprimido potenciando la aparición de enfermedades infecciosas y parasitarias, entre otras.

Los organismos Internacionales vinculados con la Salud y Nutrición, han tomado en cuenta la necesidad de tomar acciones sobre los problemas relacionados con un consumo excesivo de alimentos, en virtud que progresivamente se observa el incremento de las enfermedades crónicas no transmisibles (Hipertensión Arterial, Dislipidemias, Diabetes Mellitus, entre otras) relacionadas con la alimentación. (32).

El incremento en la aparición e incidencia de estas enfermedades están asociadas a los cambios en los patrones de alimentación y de vida, en la mayoría de los casos originado por una inadecuada disponibilidad y acceso de los alimentos y al desconocimiento o falta de información sobre una alimentación adecuada.

OBJETIVOS:

Objetivo general.

Determinar el estado nutricional de la población infantil menor de 5 años en la consulta de crecimiento y desarrollo en el Barrio Mariscal Sucre según indicadores de evaluación antropométrica.

Objetivos específicos

1. Identificar el grado de desnutrición mediante el uso de gráficos de la OMS.

2. Determinar el diagnóstico de crecimiento (estatura) utilizando los gráficos de la OMS.

DISEÑO METODOLÓGICO:

Se realizó un estudio descriptivo en niños menores de 5 años en el período de enero a diciembre de 2006, y la evaluación de su crecimiento y desarrollo en consulta en el consultorio Mariscal Sucre de Mariara, Municipio Diego Ibarra, durante el 2006.

El marco muestral considerado lo formaban 113 niños incluido en el registro estadístico de la Consulta de Crecimiento y Desarrollo de nuestra área de salud. Para calcular el tamaño de la muestra se utilizó una prevalencia esperada del 22,4% según la Encuesta Nacional de Nutrición (1). Se estimó un error esperado del 5% y un intervalo de confianza del 95%, para lo cual se utilizó el sistema Statcalc del programa Epilnfo 2000.

Con estos 113 niños, se obtuvo una muestra de 38 historias clínicas, mediante un muestreo aleatorio y sistemático. El tamaño de la muestra fue incrementado en un 10%, para mantener su representatividad y aumentar el grado de confianza.

Se identificó a cada individuo por su historia clínica. L a recolección de los datos se realizo mediante una hoja precodificada que incluyo las variables: edad, sexo, peso y talla. Posteriormente, los resultados fueron planteados en graficas de crecimiento somático, a partir de la relación de los indicadores, antropométricos talla/edad, peso/edad, y peso/talla, para caracterizar a cada individuo de acuerdo con el tipo y grado de malnutrición.

Procedimos a identificar todos los niños menores de 5 años que viven en nuestra área de salud bajo nuestra responsabilidad para establecer la meta que se deba cumplir en la vigilancia nutricional. Incorporamos a los niños en la vigilancia utilizando la tarjeta de control nutricional.

Para evaluar el estado de salud y nutrición del niño procedimos á realizar:

1. La valoración del crecimiento.
2. La valoración del perímetro cefálico.
3. La valoración del desarrollo.

La valoración del crecimiento debe apoyarse en tres graficas de crecimiento (peso/edad, talla/edad y peso/talla) para niños y niñas.

La valoración del crecimiento adecuado se realiza con las tres graficas que indican si el peso del niño corresponde a su edad y si el peso actual del niño coincide con su talla.

INTERPRETACIÓN:

Para evaluar cada uno de los indicadores mencionados lo primero a realizar será inscribir en el gráfico correspondiente las medidas de cada niño y para integrar la información que brinda cada uno de ellos se deberá observar de conjunto su comportamiento individual. Para ello siempre será necesario tener información precisa sobre la edad del niño y recordar que los valores de referencia que aparecen en las tablas a cada edad fueron obtenidos utilizando la edad centrada; por ejemplo, el valor de la talla a los dos meses fue obtenido utilizando la talla de niños entre 1,5-2,5 meses; el valor de la talla a los tres años fue obtenido utilizando la talla de niños entre 2,5-3,5 años, etc.

Peso para la edad y peso para la talla: El peso para la edad es un indicador particularmente valioso en el niño menor de un año. En edades posteriores es importante relacionarlo con la talla alcanzada por el individuo ya que muchos niños con peso adecuado para la edad pueden aparecer como muy delgados o, eventualmente, con sobrepeso; de igual forma, encontraremos niños con bajo peso o con peso excesivo para su edad cronológica que al compararlos con su estatura tengan un crecimiento armónico. Se consideran “normales” o “típicos” aquellos que se ubiquen entre los percentiles 10 y 90, los que se encuentren por debajo del percentil 10 se señalarán como con “bajo peso” para su edad o para su talla y los que se encuentren por encima del percentil 90, con peso “elevado” para su edad o para su talla. En el caso del peso para la talla se considerarán como "delgados" los que se encuentren entre los percentiles 3 y 10 y como "probablemente desnutridos" los que estén por debajo del tercer percentil; por otra parte, se catalogarán como portadores de sobrepeso aquellos que se ubiquen entre los percentiles 90 y 97 y como "probablemente obesos" los que estén en una posición superior al percentil 97.

Los valores de peso/talla que ignoran el efecto que ejerce la edad sobre esta relación son utilizados comúnmente, por su simplicidad, para evaluar el estado nutricional de los niños pequeños, por lo que continúan siendo recomendados para dicha valoración a nivel del consultorio; no obstante, hoy en día se prefiere el uso del Índice de Masa Corporal/edad (IMC) para dicha evaluación, ya que permite considerar tanto la edad cronológica como la talla alcanzada por el niño al analizar el comportamiento de su peso. Como el cálculo de este índice puede resultar algo engorroso, se limitará su uso a las valoraciones integrales de la situación de salud que se harán a nivel de los policlínicos aunque, después de que los niños cumplan los diez años, sí resultará imprescindible su utilización en todos los niveles de atención pues ya en esta etapa de la vida muchos de ellos han comenzado a presentar los cambios hormonales que caracterizan a la pubertad y esto condiciona importantes modificaciones en las proporciones del cuerpo y en la composición corporal que influyen en el peso de los adolescentes. La fórmula que permite el cálculo del Índice de Masa Corporal es la siguiente:


Estado nutricional de la poblacion menor de 5 aņos .7

Índice de Masa Corporal/edad (IMC)= Peso (Kg) / Talla (cm)2

Hay que señalar que existen niños constitucionalmente delgados y constitucionalmente pesados como consecuencia de las características físicas heredadas de sus padres, los que pueden encontrarse en estas categorías de bajo peso o de peso elevado sin que esto tenga ninguna significación anormal.

Como ya señalamos, en los casos en que el peso presente valores inferiores o superiores al de los percentiles extremos de las curvas de peso para la talla o del Índice de Masa Corporal/edad (IMC), se considerará altamente probable la existencia de desnutrición u obesidad, aunque siempre deberá tenerse en cuenta que la utilización aislada del peso no es totalmente satisfactoria para esta evaluación ya que está constituido por diferentes componentes y éstos pueden contribuir aisladamente, de manera diferente, al peso total del sujeto. Por ejemplo, no todos los individuos con sobrepeso tienen un exceso de grasa; en ocasiones esto es debido al desarrollo muscular u óseo; de ahí que en esos casos siempre será recomendable, cuando sea posible, evaluar la composición corporal del sujeto.

Talla para la edad: Se consideran como “normales o “típicos” aquellos que se encuentren entre los percentiles 3 y 97, con “baja talla” a los que se ubiquen por debajo del percentil 3 y con “talla elevada” a aquellos por encima del percentil 97. En caso de utilizar puntuaciones Z para la evaluación de un niño se usarán los valores de  2 como límites de la normalidad; este último procedimiento resulta más sensible para la detección temprana de desviaciones del ritmo de crecimiento por lo que serán empleados en las evaluaciones periódicas transversales del estado de salud de la población infantil.

Las puntuaciones Z expresan la distancia, en términos de desviaciones estándar, en que se encuentra un individuo, o un grupo poblacional, respecto a la media de referencia. Su valor se calcula obteniendo la diferencia entre la medición del niño o la media del grupo poblacional que se esté analizando y la media de la población de referencia, dividiendo posteriormente esta diferencia entre la desviación estándar de la norma de referencia a la edad correspondiente; esto es:

Z = (Valor observado – Valor de la media de referencia) / Desviación estándar de la referencia

El uso de puntuaciones Z presenta un conjunto de ventajas respecto a los percentiles. A nivel individual, en el seguimiento longitudinal de un niño, evidencia variaciones que pueden pasar inadvertidas con el uso de los percentiles. Por ejemplo, un niño de tres años que mide 89,5 cm se encuentra ubicado entre los percentiles 10 y 25 de talla para la edad, si al cumplir cuatro años mide 95,0 cm tendrá una ubicación similar, es decir, se encontrará entre los percentiles 10 y 25 de este índice; no obstante, si calculamos los puntajes Z en cada una de las dos ocasiones encontraremos que:

A los tres años: Z= (89,5 – 93.0) / 4,2 = -0,8

A los cuatro años: Z= (95,0 – 100,5) / 4,7 = -1,2

Es decir, hubo una variación en sentido negativo de 0,4 puntajes Z (casi media desviación estándar) que no sería detectada con el uso de los valores percentilares de la talla para la edad, sobre todo si no se estuvieran plateando esos valores en una gráfica.

Este tipo de valoración puede ser particularmente útil cuando estamos siguiendo evolutivamente el crecimiento de un niño que es portador de alguna enfermedad crónica, en el que queremos evaluar, a partir de los efectos que ejerce ésta en su crecimiento, cómo está evolucionando dicha entidad; también, para conocer con precisión los efectos de un determinado proceder terapéutico o cuando se desea comparar el crecimiento de diferentes grupos de individuos que se encuentran sometidos a condiciones de vida, alimentación o tratamientos diferentes, en cuyo caso, puede calcularse el promedio y la desviación estándar de un grupo de puntuaciones Z.

Si la distribución de los valores de referencia es normal (en forma de campana o gaussiana), los percentiles y las puntuaciones Z se relacionan mediante una transformación matemática. Las comúnmente usadas puntuaciones Z de –3, -2 y –1 son, respectivamente, los percentiles 0,13, 2,28 y 15,8. Del mismo modo, los percentiles 1, 3 y 10 corresponden, respectivamente, a las puntuaciones Z de –2,33, -1,88 y –1,29. Se puede notar que el percentil 3 y la puntuación Z de –2 están muy próximos y que el 10 se encuentra relativamente cerca de –1 por lo que existe una cierta correspondencia entre los límites de la normalidad que habitualmente se utilizan en uno y otro sistema.

Aunque éstas son maneras prácticas para interpretar si la talla de un niño es adecuada o no para su edad, es importante tener en cuenta que el valor que un sujeto alcanza está supeditado a la estatura de sus progenitores por lo que siempre es importante relacionar la talla del niño con la de sus padres; es de esperar que si éstos son de baja estatura el niño también lo será y viceversa.

Para ello se ha propuesto un método sencillo y práctico que es útil fundamentalmente después de los dos años y hasta el inicio de la adolescencia; este método consiste en ubicar la estatura de los padres en el extremo final de la curva de talla del sexo del niño, es decir, a los 19 años (después de esta edad el crecimiento es nulo en la mujer y muy pequeño en el hombre). A continuación, se corrige la estatura de uno de los progenitores en dependencia del sexo del hijo: si éste fuera varón, se sumará 12 a la estatura de la madre, y si fuera hembra, se restará 12 a la estatura del padre; esta cifra es el valor de la diferencia entre las estaturas adultas de hombres y mujeres en nuestra población.

De esta forma, se constituirá una especie de canal limitado por los percentiles en que se ubiquen las estaturas de ambos padres; en estos límites deberá estar situada la estatura del niño con relación a su edad cronológica. En ocasiones y probablemente debido a que se han desarrollado en mejores condiciones socioeconómicas que sus padres, se encontrarán niños ubicados en una posición superior a la esperada sin que esto tenga ninguna significación patológica; por otra parte, aquellos en una posición inferior deberán ser motivo de estudio para descartar alteraciones de la salud del niño aún cuando se encuentren dentro de los límites de la “normalidad”.

Estas relaciones entre la talla de los niños y la de sus padres comienzan a evidenciarse después de los dos primeros años de la vida; antes de eso la talla está intensamente influenciada por el ambiente materno en que se desarrolló el niño durante el embarazo. Por estas razones, es común observar que los lactantes pequeños ascienden en el gráfico de percentiles en la búsqueda del percentil medio de sus padres mientras que en el caso de los recién nacidos grandes, con padres de baja estatura, frecuentemente se produce una desaceleración de su crecimiento y descienden de percentiles hasta alcanzar un nuevo canal entre el año o el año y medio.

Otro aspecto importante al evaluar esta dimensión se relaciona con la corrección de la edad del niño en el caso de los lactantes con antecedentes de prematuridad. En ellos se puede evitar el exceso de diagnóstico de retraso del crecimiento restando las semanas de premadurez a la edad postnatal del niño, considerándose que esto debe efectuarse hasta los tres años de edad.

Para los adolescentes, las variaciones normales del momento en que se produce el estirón de crecimiento también pueden conducir a diagnósticos erróneos de anomalías del crecimiento.

Circunferencia cefálica para la edad: Se ubicará el valor registrado en las curvas de circunferencia cefálica según la edad de los niños y se considerarán como normales o típicos aquellos que se encuentren entre los percentiles 3 y 97. Aquellos niños por debajo del percentil 3 o por encima del 97 deberán ser observados periódicamente hasta precisar si las mediciones repetidas mantienen o no un ritmo estable y normal de crecimiento. Si se utilizan puntajes Z para evaluar el crecimiento de esta dimensión se utilizarán los valores de ±2 D.E. como límites de la normalidad, como es usual en las medidas que, como la circunferencia cefálica, tienen una distribución normal.

En el caso de los lactantes prematuros deberá corregirse la edad cronológica del niño restando las semanas de premadurez al evaluar esta dimensión. Esto deberá realizarse durante los primeros 18 meses de la vida.

Análisis integral del crecimiento y desarrollo del niño y del adolescente: Una vez evaluados cada uno de los indicadores habitualmente usados para conocer si el crecimiento y desarrollo de un niño o adolescente son adecuados, resulta necesario integrar esta información para reunirla posteriormente con la proporcionada por los antecedentes patológicos personales y familiares, los hábitos dietéticos del niño, los patrones familiares de crecimiento, las condiciones psicosociales y económicas de la familia y, por supuesto, un examen físico riguroso para, de este modo, lograr un diagnóstico adecuado del estado de salud y nutrición del niño.

Recordar siempre los aspectos siguientes:

• El peso para la edad es extremadamente útil en los menores de un año para vigilar los progresos del lactante, valorar la adecuación de la ingesta de leche materna o los sucedáneos de ésta, para estimar la edad apropiada de introducción de alimentos complementarios o para evaluar la idoneidad de la dieta de destete y la respuesta al asesoramiento sobre mejores prácticas de alimentación. Una curva ascendente de este indicador en esta etapa de la vida es sinónimo de buena salud, una curva plana o descendente debe alertarnos de posibles dificultades; por lo fácil que puede resultar para la madre comprender su utilidad en la vigilancia del progreso del niño siempre deberá ser utilizado el gráfico correspondiente del Carné de Salud del niño para su obtención, usándose como una expresión objetiva de los avances del niño en el momento de dar orientaciones a las madres.


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• El peso corporal es muy dependiente de la talla alcanzada; por esta razón, en los niños de mayor edad un valor alto del índice peso/edad no necesariamente implica un exceso de peso ya que, en muchas ocasiones, solo se debe a una talla elevada y a la necesidad de mantener una armonía adecuada en esta relación. Por su parte, un peso bajo para la edad puede estar asociado a un estado de desnutrición o delgadez o puede ser consecuencia de una baja talla; también en presencia de esta última podremos encontrar valores de peso/edad dentro de límites supuestamente normales que, sin embargo resulten excesivos para la longitud del niño. Por estas razones, este indicador no es utilizado en la evaluación nutricional de los niños mayores de un año y se prefiere el uso de la relación peso/talla

• La ubicación percentilar de la talla indicará si el niño es o no portador de un retardo de su crecimiento o de una alta talla. Siempre será importante recordar que esta ubicación depende en gran medida de la talla de los padres y que, por tanto, el niño puede estar dentro del supuesto rango de la normalidad pero no acorde con sus potencialidades.

• Combinando la información de la talla para la edad y del peso para la talla podremos hacer un juicio de la situación nutricional del niño de la siguiente manera: 

estado_nutricional_infancia/indicadores_situacion_nutricional

• ¿Cuáles son, según criterios de expertos de la Organización Mundial de la Salud, los términos que describen estos resultados, cuáles aquellos que describen el proceso implícito en ellos y cuáles las posibles explicaciones de dicho proceso? 

En cada consulta verificamos:

• La edad en años y meses
• El peso en kilogramos y gramos, utilizando una bascula pesa/bebe en los menores de 2 años, bascula de plataforma para mayores de 2 años o balanza pesa/bebe para niños de 0 a 5 años.
• La talla en centímetros, utilizando infantómetro de 2 años y el estadímetro para niños mayores de 2 años
• Estado de salud del niño.

INSTRUMENTOS PARA LA MEDICIÓN DEL PESO Y LA TALLA.

PARA MENORES DE 2 AÑOS

• Báscula pesa bebé
• Infantómetro
• Balanza pesa bebé

PARA MAYORES DE 2 AÑOS

• Estadímetro de pared
• Balanza pesa bebé
• Báscula con estadímetro

DIAGNÓSTICO DEL ESTADO NUTRICIONAL.

CRITERIOS.

a) Gráfica de peso/edad.

Identifica desnutrición aguda o crónica, actual o pasada ya que el peso es el indicador.
El peso relacionado con la edad permite observar cambios rápidos en la pérdida del mismo. También es un buen indicador de la recuperación del niño en cado de desnutrición.

b) Gráfica de longitud- talla/edad.

Indica desnutrición crónica y la asociación con enfermedades, pérdida de peso.
El crecimiento de afecta por la desnutrición crónica y facilita las infecciones.

c) Gráfica de peso/talla.

Identifica desnutrición, menor peso para la talla y puede ser desnutrición pasada o presente.

La relación del peso con la talla es otro indicador para vigilar el crecimiento, en cado de desnutrición, déficit de peso en relación con la talla.

Las tablas utilizadas para la clasificación de los pacientes se basaron en el patrón de referencia del National Center for Health Statsitics, empleado en las Normas de Atención para el manejo integral del niño con desnutrición (14). Este define como sobrepeso aquellos niños con más de +2 desviaciones estándar; normal, los que se encuentran entre +2 y -0.9 desviaciones estándar; leve, los que se ubican entre -1 y -1.9; moderada, entre -2 y -2.9 y desnutrición grave menor o igual a -3 desviaciones estándar.

Con base en el mismo patrón de referencia, se definió como alto para la edad aquellos niños con más de +2 desviaciones estándar; normal, los que se encuentran entre +2 y -0.9 desviaciones estándar; baja talla, entre -1 y -1.9 y retardo en talla menor o igual a -2 desviaciones estándar.

Para todos los casos se tomó la información de la última consulta de 2006.

Los criterios de exclusión fueron los siguientes:

• Cualquier niño que durante el periodo de estudio no se encontrara dentro del rango de edad establecido.
• Cualquier niño que no perteneciera al barrio Mariscal Sucre.
• Aquellos cuya información estuviera ausente o incompleta en la historia clínica.
• Cualquier niño que presentara una patología aguda que pudiera afectar los resultados obtenidos de las mediciones antropométricas al momento de la consulta. Para los dos últimos casos, se utilizó como registro la consulta previa a esta, realizada en el mismo año.
• Se excluyó por completo a aquellos niños que presentaron patologías crónicas que afectan a su estado nutricional.

El registro básico se introdujo en una base de datos informatizada, utilizando el programa Epilnfo 2000. Para el análisis se utilizaron distribuciones de frecuencia, con valores absolutos y porcentuales, medidas de tendencia central y dispersión. La relación entre variables cualitativas se realizo mediante la prueba estadística de Ji cuadrada. El nivel de significancia fue fijado en p<0.05. Los resultados se presentaron en tablas y gráficos elaborados en el programa Excel 2000.

RESULTADOS.

La población del barrio Mariscal Sucre, Mariara, cuenta con 2978 habitantes, de acuerdo con el último censo realizado por la Misión Barrio Adentro de Estadística y Censo, en el 2006. Los niños menores de 5 años de edad corresponden a 240 (8.6% del total) (22).

De las 38 historias clínicas seleccionadas se encontró que 14 (36.8 %) fueron menores de 1 año y 24 (63.1 %), de entre 1-4 años.

La mediana edad fue de 6 meses y la edad más frecuente de consulta fue de 26 meses.

En cuanto al sexo, del total de niños estudiados, 13 (34.21%) pertenecen al sexo femenino y 25 (65.79 %) al masculino.

Se observó, según el indicador peso/edad, que del total de la muestra, 31 (81.6%) presentaron un estado nutricional normal y 5 (13.1%), algún grado de desnutrición (Figura 1).


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Figura 1. Estado nutricional de la población menor de 5 años, según peso para la edad, Consulta de crecimiento y desarrollo, Barrio Mariscal Sucre, 2006 (Cifras relativas) 

estado_nutricional_infancia/estado_nutricional

Para el indicador paso/talla, se encontró que 10 (26.31%) manifestaron problemas de desnutrición. De estos, 7 (18.4%) presentaron desnutrición leve, 2 (5.26%) moderada y 1 (1.63%) grave. El número de niños obesos fue de 3 (7.9%).

Se evidencio que del total de niños estudiados, según indicador talla/edad, 9 (23.68%) presentaron algún déficit de talla. De estos se encontró que 7 (18.42 %) presentaron baja talla y 2 (5.26 %), retardo en talla. Además, 2 (5.26%) niños resultaron altos para la edad.

Los resultados revelaron que de los 25 hombres estudiados, 19 (76 %) presentaron un estado nutricional normal y 4 (16%), algún problema de desnutrición de acuerdo con el indicador peso/edad (Figura 2).

A partir del indicador peso/talla, se observó que del total de hombres, 4 (16%) presentaron problemas de desnutrición. De ellos, 3 (12.64%) correspondieron a desnutrición leve y 1 (4%) a desnutrición moderada. El número de niños con obesidad fue de 2 (8%).

Se determinó, según el indicador talla/edad, que 8 (32 %) hombres presentaron déficit en su talla, 6 (24.8%) de ellos, baja talla y 1 (4%) retardo en talla.

Se encontró que de las 13 mujeres estudiadas, 12 (92.30%) presentaron un estado nutricional normal y 1 (7.7%), algún grado de desnutrición, de acuerdo con el indicador peso/edad (Figura 2).

Figura 2. Estado nutricional de la población menor de 5 años, por sexo según peso para la edad, Consulta de crecimiento y desarrollo, Barrio Mariscal Sucre, 2006 (cifras absolutas) 

estado_nutricional_infancia/estado_nutricional_sexo

Se determinó, según el indicador peso/talla, que las mujeres estudiadas, 3 (23.7 %) presentaron algún grado de desnutrición. Se encontró que 2 (15.38 %) manifestaron desnutrición leve y 1 (7.69 %), moderada. El número de niñas con problemas de obesidad fue de 1 (7.69%).

Con base al indicador talla/edad, se comprobó que 3 (23.7 %) de las mujeres presentaron déficit en su talla (baja talla) y 2 (15.38 %) resultaron altas para la edad.

De acuerdo con el indicador peso/edad, no existe una relación estadísticamente significativa entre el sexo de los pacientes y la desnutrición (p= 0.2755).

Se determino que de los 14 menores de 1 año, 9 (64.28) presentaron un estado nutricional normal y 4 (28.57%), algún grado de desnutrición, de acuerdo con el indicador peso/edad (Figura 3).

Figura 3. Estado nutricional de la población menor de 5 años, por grupo etáreo según peso para la edad, consulta de crecimiento y desarrollo, Barrio Mariscal Sucre, 2006 (cifras absolutas) 

estado_nutricional_infancia/estado_nutricional_edad

Del total de niños para este grupo etáreo, se observó, según el indicador peso/talla que 4 (28.57%) presentaron algún tipo de desnutrición. De estos, 2 (14.28%) resultaron con desnutrición leve, 1 (7.14%) con desnutrición moderada y 1 (7.14%) con desnutrición grave. Además, se presentaron 1 casos (7.14%) de niños con problemas de sobrepeso.

Según el indicador talla/edad, se encontró que 4 (28.57 %) presentaron algún déficit en su talla (Cuadro 1).

Tabla Nš 1. Número de casos por grupo etáreo según talla para edad, consulta de crecimiento y desarrollo, Barrio Mariscal Sucre, 2006 

estado_nutricional_infancia/talla_edad

Se evidenció que de los 24 niños entre 1-4 años de edad, 16 (66.7 %) mostraron un estado nutricional normal y 6 (25 %) resultaron con problemas de desnutrición, según el indicador peso/edad (Figura 3).

Para el indicador peso/talla se estableció que 7 (29.17%) de los niños presentaron problemas de desnutrición, de los cuales 5 (20.83 %) manifestaron desnutrición leve y 2 (8.3%) desnutrición moderada. El número de niños con sobrepeso es de 1 (4.7%).

De acuerdo con el indicador talla/edad, se encontró que de los 24 niños en este rango de edad, 5 (20.83 %) presentaron algún déficit en su talla (Cuadro 1).

Si bien, con base al indicador peso/edad se observó un mayor número de niños con desnutrición en el grupo de 1-4 años, esta diferencia no fue estadísticamente significativa al relacionarla con el grupo de menores de 1 año (p= 0.06). Tampoco se observó asociación entre estos grupos etáreos y el sobrepeso (p= 0.80).


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DISCUSIÓN:

El estado nutricional de los preescolares se determinó mediante el indicador peso/edad, el cual refleja la historia nutricional actual y pasada, sin distinguir entre desnutrición aguda o crónica. Este indicador es sensible, pero poco específico por lo que se recomienda utilizado para niños menores de 6 años. Además, es el primero en modificarse cuando se presentan deficiencias nutricionales (1,15).

El indicador peso/talla es el más específico para diagnosticar la desnutrición actual o aguda, ya que es independiente de la edad hasta la adolescencia. Es, además, más sensibles en niños con talla alta donde el indicador peso/edad ocasiona falsos negativos.

El indicador talla/edad refleja el estado nutricional pasado, por lo tanto es utilizado para valorar la desnutrición crónica. Sin embargo, es menos sensible y se modifica más tardíamente.

Para categorizar de manera adecuada al niño, se debe avaluar, idealmente, mediante una correlación de las tres (2).
Con base al indicador peso/edad, el grado de desnutrición predominante en la población estudiada fue el leve, lo anterior concuerda con los resultados obtenidos a nivel nacional y en la zona urbana, en la última encuesta de nutrición (1).

El tipo de desnutrición predominante fue la crónica, al presentarse un mayor porcentaje de casos, según el indicador talla/edad. Los resultados obtenidos coinciden con la Encuesta Nacional de Nutrición realizada en 1996 (1).

No obstante, el porcentaje de niños con algún grado de desnutrición es menor que el obtenido a nivel nacional.

El predominio de la desnutrición crónica en la población menor de 5 años, puede reflejar que el personal de salud que la baja talla es normal en el país, debido a factores genéticos, y da una menor importancia a factores ambientales, lo que hace que los niños no sean beneficiarios de los programas preventivos para mejorar su estado nutricional (6,16).

El sobrepeso representó el 5.3% de la muestra, con un menor porcentaje que el reportado en la Encuesta Nacional de Nutrición (1).

El número de pacientes con desnutrición, según el indicador peso edad, fue semejante en ambos sexos. Se puede concluir que esta variable no fue significativa en el desarrollo de este trastorno nutricional; estos datos difieren de los encontrados en la Encuesta Nacional de Nutrición, donde se evidenció un mayor deterioro nutricional en el sexo masculino.

Se pudo determinar una mayor presencia de sobrepeso en los varones que en las mujeres, pero con una diferencia no significativa. En la Encuesta Nacional de Nutrición se evidenciaron porcentajes similares de sobrepeso en ambos sexos.

Al comparar los resultados obtenidos para ambos grupo de edad, se documentó que el porcentaje de niños con algún grado de desnutrición fue mayor en la población de 1-4 años, pero esta diferencia tampoco fue estadísticamente significativa. Aún así, esto puede obedecer al factor protector de la lactancia materna durante el primer año d vida, la mayor preocupación de los padres en esta etapa del desarrollo o un mayor contacto con el personal médico y los servicios de salud, que hacen que los trastornos nutricionales se diagnostiquen tempranamente y sean corregidos de forma precoz (17,18).

CONCLUSIONES:

• El estado nutricional estuvo condicionado por inadecuados hábitos de alimentación, prácticas incorrectas de lactancia materna, ablactación precoz e ingesta de alimentos de escaso valor nutritivo y calórico. Además, con deterioro marcado de la salud buco-dental, condicionado particularmente por el uso del biberón. Lo anterior, enmarcado en un contexto de pobreza; las familias presentaron problemas socioeconómicos, entre los que se destacan, los empleos poco remunerados y la baja escolaridad de los progenitores.

• El modelo de atención propuesto, está basado en un enfoque interdisciplinario, cuyo eje central es la participación familiar, comunal y la coordinación interinstitucional en la recuperación del niño (a), mediante estrategias que promuevan la educación nutricional aplicada, la modificación de hábitos de alimentación e higiene inadecuados, la evaluación y estimulación psicomotora y el desarrollo de acciones preventivas y restaurativas que controlan la anemia, las enfermedades respiratorias, las diarreas y la salud buco-dental.

• En términos generales, la población que asiste a la consulta de Crecimiento y Desarrollo del primer nivel de atención de salud en el barrio Mariscal Sucre, Mariara, Municipio Diego Ibarra, presenta un mejor estado nutricional que la población nacional.

• Lo anterior puede resultar de los esfuerzos implementados en los últimos años por las autoridades de salud en la Misión Barrio Adentro, en cuanto a los programas preventivos del primer nivel de atención de salud.


RECOMENDACIONES:

 La educación de los padres de familia, sobre la importancia del control nutricional, resulta esencial para el buen desarrollo de los niños. Aunque la preocupación de estos es mayor en el primer año de vida, se deben dirigir los esfuerzos para fortalecer la educación de los padres y garantizar un control nutricional continuo, periódico y adecuado, hasta el inicio de la adolescencia.

 Analizar las intervenciones realizadas en cada estado para controlar la problemática de la desnutrición infantil y determinar las fortalezas, las debilidades y su impacto en los sectores salud, educación y trabajo, entre otros que contribuyen a solventar este problema de salud pública.

 Incorporar el modelo de atención ambulatoria e interdisciplinaria en los Sistemas Nacionales de salud, como estrategia para focalizar la atención de los grupos vulnerables, desde el punto de vista biopsicosociales.

 Conformar equipos, según la disponibilidad de recursos locales, con personal de medicina (pediatría), enfermería (desarrollo psicomotor), trabajo social y nutrición y como apoyo, odontología y psicología. La dinámica del equipo debe consistir en el intercambio de conocimientos, planificación y desarrollo de estrategias educativas, innovadoras y congruentes con los determinantes de la desnutrición infantil de cada país.

 Priorizar el seguimiento del niño con desnutrición en el ámbito local, más cercano a su domicilio, brindar en forma continua educación en salud y nutricional y evaluar el grado de participación de la familia, la comunidad, las instituciones de bienestar social en el mejoramiento de la calidad de vida del niño (a) para su recuperación integral.

 Fortalecer el programa de Cocinas Comunitarias, modalidad Cocinas Dietéticas, con el objetivo de atacar la malnutrición en sus dos vertientes, tanto estados de déficit como de exceso nutricional, adaptando los planes de menús a los requerimientos y necesidades nutricionales de los beneficiarios y al tipo de alimentos que deben preferirse de acuerdo a sus condiciones de salud.

 Fortalecer la ejecución de la Misión Mercal, creando y fortaleciendo la red de distribución y disponibilidad alimentaria a nivel nacional, a través de la instalación de mercales, bodegas mercal, abastos mercal, entre otros.

 Ejecución del Programa de Alimentación Escolar, donde se suministran alimentos a la población estudiantil de diversos niveles de las etapas de educación preescolar, básica, media y diversificada.

 Creación de mesas técnicas de alimentación y nutrición, destinadas para actualizar las estadísticas a nivel de las comunidades y proponer una serie de planes que permitirán mejorar la situación alimentaria de las comunidades organizadas conjuntamente con el Médico de la comunidad.

 Fortalecimientos de programas que sean reforzados con educación nutricional dirigida especialmente a los padres, de manera de que estos cuenten con las herramientas necesaria para brindar la mejor alimentación para sus hijos, además de poder seleccionar aquellos alimentos que aporten nutrientes de buena calidad.

 Masificar la información y formación nutricional en todos los niveles y grupos poblacionales, ya que se ha identificado en diversos estudios nutricionales, que uno de los principales problemas alimentarios y nutricionales de los venezolanos radica en unos hábitos inadecuados.

 Por último, promover en los centros educativos y de salud, un cambio cualitativo en la formación académica y educación continua de los técnicos y profesionales de las ciencias de la salud y ciencias sociales, que los capacite, sensibilice y les provea las herramientas necesarias para desarrollar habilidades y destrezas para el trabajo en equipo interdisciplinario e intersectorial, tomando de marco la promoción de la salud, la participación y vigilancia social.


Estado nutricional de la poblacion menor de 5 aņos .11

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