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Comportamiento del embarazo en la adolescencia
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Autor: Dra. Bárbara de Armas Díaz
Publicado: 30/01/2012
 

El presente trabajo representó un estudio descriptivo prospectivo sobre el comportamiento del embarazo en la adolescencia en el Área de Salud Integral Primero de Mayo, Municipio Jiménez, Estado Lara de enero de 2010 a junio de 2010. De esta forma, se pretendió mostrar las principales características fisiopatológicas que encierran estas entidades con énfasis en la mayoría de sus factores de riesgo. El universo de trabajo estuvo constituido por el 100% de las embarazadas adolescentes existentes en estos consultorios de barrio adentro, con un total de 47 casos; se trabajó con su totalidad.


Comportamiento del embarazo en la adolescencia .1

Comportamiento del embarazo en la adolescencia en el Área de Salud Primero de Mayo del Municipio Jiménez, 2010.

Dra. Bárbara de Armas Díaz. Máster en Atención Integral a la Mujer. Especialista de primer grado en Medicina General Integral.

MSc Lic. Jorge Luis Maceira Brito. Máster en Urgencias Médicas. Licenciado en Enfermería. Diplomado en Cuidados Intensivos. Miembro titular de la Sociedad Cubana de Enfermería. Profesor asistente en la Facultad de Ciencias Médicas de Cienfuegos.

Lic. Clara León Barranco. Licenciado en Enfermería. Miembro titular de la Sociedad Cubana de Enfermería. Profesor instructor en la Filial de Ciencias Médicas de Cienfuegos.

Lic. Tania Chaviano Pérez. Licenciado en Enfermería. Miembro titular de la Sociedad Cubana de Enfermería. Profesor instructor en la Filial de Ciencias Médicas de Cienfuegos.

Lic. Karina Vélez Silva. Licenciada en Enfermería. Profesor instructor en el Hospital Pediátrico de Cienfuegos.

Año 2010. Colaboración médica cubana. Municipio Jiménez. Estado Lara. República Bolivariana de Venezuela.

RESUMEN

El presente trabajo representó un estudio descriptivo prospectivo sobre el comportamiento del embarazo en la adolescencia en el Área de Salud Integral Primero de Mayo, Municipio Jiménez, Estado Lara de enero de 2010 a junio de 2010. De esta forma, se pretendió mostrar las principales características fisiopatológicas que encierran estas entidades con énfasis en la mayoría de sus factores de riesgo. El universo de trabajo estuvo constituido por el 100% de las embarazadas adolescentes existentes en estos consultorios de barrio adentro, con un total de 47 casos; se trabajó con su totalidad.

Como resultados más importantes, podemos destacar que las edades más frecuentes de aparición de embarazo en las adolescentes fueron el grupo de 15 a 19 años, predominó en nivel secundario, estado civil acompañado, con ambiente familiar inadecuado. Predominio de la no utilización de métodos anticonceptivos y motivo de embarazo deseado por ambos. Se aprecia mayor frecuencia de los embarazos complicados, cuya primera entidad fue la anemia. La mayoría de las embarazadas llegaron al término de la gestación y siguieron las prescripciones médicas. Los datos fueron procesados mediante el paquete estadístico SPSS, versión 11.5 para Windows y los resultados se expresaron por medio de tablas de distribución de frecuencia y porcentajes para su mejor comprensión.

INTRODUCCIÓN

El embarazo en la adolescencia siempre resulta negativo aun si los responsables casados o no creen que realizan un acto pleno puramente consciente y maduro. El embarazo y la maternidad de adolescentes son hechos más frecuentes que lo que la sociedad quisiera aceptar; son experiencias difíciles que afectan la salud integral tanto de los padres adolescentes como la de sus hijos, familiares y de la sociedad en sí.

La fecundidad adolescente es más alta en países en desarrollo y entre clases sociales menos favorecidas, hace pensar que se trata de un fenómeno transitorio porque, de mejorarse las condiciones, ella podría descender.

Los embarazos en adolescentes, en la mayor parte del mundo, son el resultado directo de la condición inferior de la mujer, cuyo papel en la sociedad está devaluado. Sabemos que es característica de todas las sociedades que la mujer tenga menos acceso o ejerza menos control de los recursos de valor que el hombre; por ejemplo, en los países en vías de desarrollo generalmente a ellas se les niega la educación y las habilidades para competir. Así, la maternidad se presenta como el único modo de alcanzar un lugar en la sociedad.

Muchas adolescentes de comunidades pobres y reprimidas que poseen pocas oportunidades para educarse y mejorar económicamente con frecuencia ven la maternidad como una forma de aumentar su propio valor y poseer algo.

En muchos países, los adolescentes llegan a representar del 20 al 25% de su población. La actividad sexual de los adolescentes va en aumento en todo el mundo, y se incrementa la incidencia de partos en mujeres menores de 20 años. (1)

Frecuentemente, el embarazo en la adolescencia no es deseado ni planificado, y se presenta el llamado “síndrome del fracaso”, el cual no incluye la imposibilidad de completar la función de la adolescencia, sino que interrumpen los estudios así como la formación de una familia estable y suprimen etapas importantes en la maduración social. (2,3)

Por otro lado, el embarazo en la adolescencia se debe considerar un problema no solo relacionado con los resultados perinatales, sino por todas las implicaciones psicosociales que la maternidad trae aparejada a esta edad y que repercutirán en la joven y determinará el cuidado que pueda darle a su hijo y en sus posibilidades de desarrollo personal.

Este embarazo, si termina en aborto, representa un riesgo para la salud de la madre; si llega al término, se presentan consecuencias socioeconómicas y psicológicas no tan solo para el padre y la madre, sino para el niño y la familia. (4)

Helen Arechavaleta y colaboradores encuentran en un estudio realizado en Venezuela que las complicaciones del embarazo aumentan cuando las futuras madres son adolescentes y sobre todo si estas se encuentran entre los 12 y 16 años de edad. Las patologías observadas con mayor frecuencia son anemia, hipertensión inducida por el embarazo y rotura prematura de membranas. (5)

Mathias, L en un estudio realizado entre primigestas adolescentes y primigestas de 18 a 25 años encuentra resultados similares, y las del primer grupo son las más complicadas con hipertensión, parto pretérmino y mortalidad perinatal. (6)

Autores cubanos han demostrado que el embarazo en la adolescencia se ha convertido en un problema prioritario de salud por tratarse de una gestación de alto riesgo, como causa mayor de la frecuencia de anemia, infección urinaria, enfermedad hipertensiva gravídica, ruptura prematura de membranas, partos pretérminos, presentaciones viciosas, partos distócicos, bajo peso al nacer (BPN), el trabajo de parto es más corto o largo y se presenta más del doble de cesáreas, todo esto en relación con la mujer adulta, lo que aumenta el riesgo materno infantil.

En el parto, los problemas más frecuentes son las alteraciones en la presentación y en la posición del feto, que implica un mayor peligro de parto traumático para el feto. En relación con el producto, se destaca el bajo peso al nacer (BPN), tanto por nacimiento pretérmino como por recién nacido bajo peso para la edad gestacional. (7-9)

La incidencia y prevalencia del embarazo en la adolescencia están relacionadas con algunos factores psicosociales que favorecen el embarazo:

• La edad del primer contacto sexual tiende a ser cada vez más temprana.
• La inseguridad acerca de la capacidad de ser fecundados.
• El desconocimiento e inadecuado uso de los métodos anticonceptivos.
• Problemas psicológicos y emocionales así como rechazo a los que aún no han tenido relaciones sexuales.
(10)

No pueden hacerse generalizaciones sobre las causas de esta problemática en el mundo. Algunas pautas de la conducta sexual y reproductiva de las adolescentes tienen rasgos similares en las diferentes culturas del mundo y se relacionan con la ocurrencia frecuente de embarazos precoces.

Las consecuencias del embarazo y la crianza durante el período de la adolescencia se relacionan con aspectos no solo de salud (biológicos), sino también psicológicos, demográficos, socioeconómicos y sus efectos pueden verse en la madre joven y su hijo, en el padre adolescente, en la familia de ambos y en la sociedad.

Cuanto menor sea la edad de una adolescente, mayores son los riesgos, y estos aumentan si no existe un control prenatal adecuado.

Riesgo biológico:

• Abortos y sus complicaciones
• Toxemia, anemia, entre otras complicaciones obstétricas
• Problemas para la salud del bebé (bajo peso, trastornos neurológicos, nutrición inadecuada)

Riesgos psicológicos:

La incidencia de trastornos psiquiátricos y psicológicos en la adolescencia es significativa.Los más graves y frecuentes son:

• Enfermedades depresivas
• Negativa del embarazo

Riesgos socioeconómicos:

Los efectos sociales son negativos para la madre, ya que el embarazo y la crianza del niño, con independencia marital, interrumpen las oportunidades educacionales que se reflejan posteriormente en el momento de obtener un trabajo, y si es soltera, sus perspectivas para un matrimonio futuro son mucho menores. El nacimiento fuera de la protección del matrimonio, el rechazo social y las desventajas legales agravan la situación económica del hijo y la madre. (11)


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La familia, el eslabón fundamental de la sociedad y principal para la formación del hombre nuevo, debe garantizar que el recién nacido llegue a un hogar donde sus padres sean capaces de entregarles la herencia cultural de la humanidad, normas y patrones de conducta. Nuestros jóvenes requieren de un tiempo prolongado de estudios para la capacitación antes de ser padres para que puedan contribuir de forma adecuada al desarrollo de nuestra sociedad. (12)

La socióloga Reina Fleites, tutora de varias tesis sobre la fecundidad adolescente en la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de la Habana, dice que lo más triste es que estas muchachas no tienen un proyecto de vida definido, su autoestima es frágil y por ello se alejan de las expectativas que la sociedad puso en ellas. Así reproducen valores ya pasados de moda y muchos prejuicios, entre ellos el machismo. (13)

Los especialistas coinciden en que una de las consecuencias más críticas de la precocidad de la maternidad y la ruptura de la unión conyugal es el de las madres solas. Las familias encabezadas por mujeres se han incrementado en los últimos años, la mayoría de estas jóvenes son desertoras escolares.

El embarazo en la adolescencia constituye un problema de salud. Su reconocimiento e importancia impone la necesidad de dedicarle cada vez mayor atención, sobre todo en lo que se refiere a promover educación e información sobre la salud reproductiva de este grupo humano. Se debe insistir en la atención primaria, en el adecuado pesquisaje de adolescentes de riesgo potencial de embarazo, ya que es en este nivel de atención donde se puede promocionar salud y prevenir afecciones en la madre y el niño con mejores resultados. (14)

Los adolescentes de hoy crecen rodeados de una cultura donde compañeros, televisión, cine, música y revistas transmiten frecuentemente mensajes manifiestos o secretos en los cuales las relaciones sexuales sin estar casados (especialmente aquellas que involucran a adolescentes) son comunes, aceptadas y a veces esperadas.

Normalmente no se ofrece en el hogar, la escuela o la comunidad educación sobre el comportamiento sexual responsable e información clara específica sobre las consecuencias del intercambio sexual (incluyen el embarazo, enfermedades de transmisión sexual y efectos psicosociales). Por lo tanto, gran parte de la educación sexual que los adolescentes reciben viene a través de filtros desinformados o compañeros sin formar.

Los adolescentes que escogen ser sexualmente activos se limitan frecuentemente en sus opciones anticonceptivas a la información de sus compañeros, influencias paternales, financieras, culturales y políticas así como también a su propio desarrollo que está limitado (pues es antes físico que emocional). (15)

En Venezuela existe un alto índice de embarazo en la adolescencia, unidos a otros factores y a la necesidad de alertar a los jóvenes con respecto a las innumerables consecuencias de la maternidad precoz, de orientar a padres, educadores y población en general (5) para evitar las lamentables situaciones, es lo que nos ha motivado a realizar esta investigación.

Esta investigación posee una NOVEDAD CIENTÍFICA, y es que en el Municipio de Jiménez no existen precedentes de estudios similares sobre el comportamiento del embarazo en la adolescencia.

El APORTE TEÓRICO está dado porque aporta material bibliográfico y sirve de diagnóstico para otras investigaciones sobre el embarazo en la adolescencia.

Por otra parte, su APORTE PRÁCTICO radica en brindar información estadística sobre el tema así como los resultados de la investigación que sirven de base para que se realicen estudios de intervención para variar criterios dentro de las adolescentes con respecto al uso de anticonceptivos para evitar embarazos no deseados.
MARCO TEÓRICO

El embarazo en la adolescencia se ha considerado como un problema de salud en todo el mundo. Cada vez aumenta más el número de embarazos en esta etapa de la vida, tanto en países desarrollados como subdesarrollados. La adolescencia se define según los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como etapa que transcurre desde la pubertad hasta los 19 años. En ella se va a producir un proceso de reestructuración, de cambios endocrinos y morfológicos, como son la aparición de los caracteres sexuales secundarios, la transformación y crecimiento de los genitales, la aparición de la menarquía en la niña y la eyaculación en el varón; además, surgen nuevas formas de relación con los adultos, nuevos intereses, actividades de estudio, cambios en la conducta y en la actitud ante la vida. (16)

Se añaden los deseos de independencia con relación a los padres, la consolidación de las cualidades necesarias para relacionarse con los compañeros de la misma edad, la incorporación de una serie de principios éticos aplicables a la realidad práctica, el fomento de las capacidades intelectuales y la adquisición de una responsabilidad social e individual básica, por señalar solo algunas. A la vez, deben aprender y buscar conocimientos para impedir que se produzca un embarazo no deseado. (16)

También la OMS define como adolescencia al "período de la vida en el cual el individuo adquiere la capacidad reproductiva, transita los patrones psicológicos de la niñez a la adultez y consolida la independencia socioeconómica" y fija sus límites entre los 10 y los 19 años.

Es considerada como un período de la vida libre de problemas de salud, pero desde el punto de vista de los cuidados de la salud reproductiva, el adolescente es, en muchos aspectos, un caso especial. Algunos la dividen en: adolescencia temprana (10 a 14 años) y adolescencia tardía (15 a 19 años). (17)

Definición del embarazo en la adolescencia:

El embarazo en la adolescencia es aquella gestación que ocurre durante los 2 primeros años después de la primera menstruación (entre los 10 y 13 años aproximadamente) y/o si la adolescente mantiene la total dependencia social y económica de sus padres. (18)

En la adolescencia, la sexualidad irrumpe con mayor intensidad, y está comprobado que el inicio de las relaciones coitales ocurre entre los 12 y 13 años para ambos sexos, aunque es más temprano en las muchachas. Investigadores cubanos plantean el inicio de estas relaciones entre los 12 y 17 años. Las consecuencias psicosociales negativas del embarazo en adolescentes no son menores que los efectos biológicos. Es frecuente que estos embarazos sean un evento no deseado, no planificado, con una relación débil de pareja, lo que determina en muchas ocasiones actitudes de rechazo o de ocultarlo por temor a las reacciones del grupo familiar y de su medio social. (14)

La OMS y la ONU informan que hay más de 1.000 millones de adolescentes en todo el mundo y de estos, aproximadamente el 83% corresponde a países subdesarrollados. No obstante, el fenómeno no excluye a los países industrializados, como por ejemplo Estados Unidos, donde el 70% de las adolescentes que tienen un hijo afirma no haberlo deseado. En este país, las mujeres adolescentes han tenido relaciones sexuales en el 56% de esta población, mientras que en los varones la cifra corresponde a un 73%, ocupan el primer lugar en embarazos en la adolescencia, dentro de los países desarrollados, a pesar que en los países europeos la actividad sexual comienza en edades más tempranas. (19)

Mundialmente hay un incremento poblacional desmesurado, particularmente en Latinoamérica, donde el incremento en la reproducción se ve más frecuente en mujeres jóvenes económicamente comprometidas y dependientes. Cada año en los Estados Unidos de 1 millón de embarazos en adolescentes, aproximadamente medio millón resultan en nacimientos vivos, y estos embarazos están expuestos a riesgos médicos, sociales y económicos, tanto para la madre como para su hijo. La tasa de maternidad entre las mujeres de menos de 18 años varía del 1% en Japón al 53% en Nigeria. Entre el 25 y el 50% de los embarazos en las madres adolescentes corresponde a América Latina, del 10 al 30% a África del Norte y a Medio Oriente y del 40 al 60% a los países de África Subsahariana o Asia, así como Ghana, Kenia, Zimbabwe o las Filipinas. (20)

Cuba exhibe en las últimas décadas niveles muy bajos de fecundidad, los cuales se encuentran por debajo de los niveles de reemplazo. En este marco resultan significativos los altos valores de embarazos, abortos y partos en adolescentes, con tasas de las más altas en el conjunto de los países con bajos niveles de fecundidad global, tanto de América Latina como del resto del mundo. (14)

Varios factores han sido señalados y reseñados, indiscutiblemente, que para un país que por determinadas razones históricas, económicas y sociales tuvo un inicio muy temprano de la transición demográfica en el continente, la presencia de una transformación económica y social tan profunda como la ocurrida a partir de la década del 60 aceleró y homogeneizó el proceso, que bajo una cierta perspectiva resulta paradigmático en avances sociales, principalmente en educación y salud, condición de la mujer, salud reproductiva y genésica y otras no menos importantes se encuentran factores explicativos de ese proceso. (13)

En este marco de transición y homogeneización acelerada intensa de la fecundidad y sus diferenciales a nivel global aparecen otros comportamientos que presentan tendencias requeridas de cambios. Es el caso en específico del embarazo en la adolescencia y sus resultantes de fecundidad y aborto. Ambos casos no son endémicos al caso cubano y, por el contrario, resultan una problemática de mayor o menor intensidad en el mundo en la actualidad e incluye a países desarrollados. (13,14)

Los estudios sexológicos actuales advierten de la necesidad de profundizar en el concepto de sexualidad, de tal modo que esta no puede ser reducida tan solo a los "comportamientos sexuales". La sexualidad es el hecho radical de construirse como mujeres u hombres, es la manera de estar en el mundo en tanto que tales.

Con este enfoque, consideramos que la adolescencia es una etapa en la que continúa el proceso de sexuación iniciado desde el mismo momento de la concepción, que supone la integración de los diversos niveles que conforman el hecho sexual humano, cuya naturaleza es biológica, psicológica y social. Por tanto, no puede reducirse solamente a la aparición y desarrollo de los comportamientos sexuales en esta etapa, sino al modo de integrase en el mundo en tanto que mujer u hombre y los procesos implicados en ello. (21)


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Basándonos en una visión diacrónica del desarrollo, nos situamos en los albores de la adolescencia. Los niños y niñas al final de la infancia cuentan ya con su biografía sexual, resultado de su propio proyecto de sexuación, constituido por el desarrollo de la bases biofisiológicas fruto de la programación genética hasta ese momento en interacción con la socialización de la sexualidad derivada de la regulación social propia de esta cultura occidental.

Al mirar hacia adelante, la adolescencia es una etapa particularmente intensa en el proceso de sexuación (22). Si afirmamos que la sexualidad es la manera en que nos integramos como personas sexuadas, es el modo de vivir esta realidad, entonces la adolescencia es la etapa en la que el proceso de sexuación va a producir transformaciones esenciales para tal fin. Estas se van a producir en tres áreas: en la redefinición de la identidad sexual, en la aparición y configuración del deseo sexual y en la evolución de los afectos relacionados con la sexualidad. Desarrollaremos a continuación estos tres aspectos. (23,24)

La identidad sexual

El ser humano desde que nace inicia un camino que lo conducirá a su individualización, que consiste en el desarrollo de la propia identidad, entendida esta como la conciencia de ser un ser autónomo y diferenciado de los demás, la conciencia de sí mismo. Dada nuestra naturaleza sexuada, la identidad necesariamente tiene que serlo: "Yo soy yo que soy mujer, yo soy yo que soy hombre".

Podemos afirmar que en torno a los tres años los niños y las niñas adquieren la identidad de núcleo genérico o identidad básica de género. Este concepto hace referencia al hecho de que, desde un punto de vista evolutivo, es la primera vez que los niños y las niñas perciben su identidad sexuada. Sin embargo, la identidad sexual y de género adquirirá su conformación madura a lo largo de la adolescencia. (23)

Antes de introducirnos de lleno en la pubertad y la adolescencia, desearíamos hacer una aclaración terminológica. La identidad sexual hace referencia a la conciencia de pertenecer a un sexo en función de los atributos corporales, en especial los genitales, mientras que la identidad de género hace referencia a los contenidos de la identidad que provienen de las atribuciones que una cultura determinada hace al hecho de ser mujer u hombre respecto a actitudes, valores, comportamientos, etc.

El proceso de sexuación es esencialmente un proceso de desdoblamiento en dos formas que se produce desde lo biológicamente más elemental hasta lo psicológicamente más complejo. Por ello, reiteramos que la sexualidad es el modo de vivir el resultado de la propia sexuación. Así, en la pubertad, atrio de la adolescencia, se van a producir cambios en ambos sentidos, tanto en lo biológico como en lo psicológico: la nueva imagen corporal y nuevas capacidades intelectuales de análisis de la realidad. (24,25)

• Cambios en la imagen corporal

A lo largo del período intrauterino se desarrolla el proceso de dimorfismo sexual, que culmina al final del embarazo con la diferenciación hipotalámico-hipofisaria. El gonostato queda diferenciado y latente hasta que el reloj biológico lo dispara en el momento de la pubertad. El cuerpo adquiere su naturaleza dimórfica con la aparición de los caracteres sexuales secundarios como resultado de la acción de las gonadotropinas en la maduración de las gónadas, las cuales aportan al caudal sanguíneo las hormonas responsables de los cambios.
Este evento puberal obliga a una reestructuración de la identidad sexual en la medida en que el cuerpo es su pilar esencial. Por un lado, los cambios físicos exigen, desde un punto de vista intrapsíquico, una redefinición de la identidad en función de la nueva imagen y de las nuevas funciones adquiridas. Por otro lado, la nueva imagen es puesta en relación con el medio social y, generalmente, comparada con los estereotipos de belleza. (25)

La diferenciación sexual es, como hemos indicado, un proceso de desdoblamiento en dos formas a partir de momentos indiferenciados, homólogos para ambos sexos. Desde la propia biología podemos afirmar que cada persona es el resultado de su propio proyecto genético, por lo tanto, dentro de cada sexo existe una gran diversidad de morfologías que van desde las físicamente más ambiguas hasta las más estereotipadas. La imagen corporal debe ser integrada en la redefinición de la identidad que se produce en este momento. Sin embargo, es evidente que la cultura occidental es altamente exigente con la figura corporal en relación al modelo de belleza establecido, se la instrumentaliza con fines comerciales. Por otro lado, las personas que mejor se ajustan al modelo de belleza tienden a tener una "ventaja sociológica", mejor autoestima, mayor popularidad, mejor adaptación. Desde un punto de vista preventivo y en nuestra opinión, la educación afectivo sexual debe promocionar un concepto de belleza diferente basado en el desarrollo y cultivo de los valores y cualidades que resulten atractivos y seductores para uno mismo y los demás, antes que un modelo puramente figurinista y estático de la imagen corporal. (23,24)

• Cambios en las nuevas capacidades

Durante la infancia, una vez adquirida la identidad básica de género, esta resulta muy estereotipada. Los niños y las niñas necesitan afirmarse en su grupo. Además, sus capacidades cognitivas no les permiten más que una visión concreta de la realidad: "Las cosas son lo que son y no pueden ser de otra manera".

Al comienzo de la adolescencia, el propio desarrollo cognitivo potencia un cambio cualitativo en la manera de procesar la realidad. Es el paso de lo concreto a lo abstracto. La realidad es tan solo una posibilidad entre otras: "Las cosas son como son, pero podrían ser de otra manera".

Estos cambios cognitivos permiten relativizar los contenidos de género. No existe una única manera de ser mujer u hombre. Las atribuciones clásicas que la cultura occidental ha venido haciendo al hecho de ser mujer u hombre pueden ser cuestionadas.

Los estudios sobre los roles de género indican que en el análisis de valores, actitudes y comportamientos observados desde la variable sexo, se pueden agrupar en dos polos que hacen referencia a la instrumentalidad (interés por lo que uno puede construir o destruir, impulsividad, independencia, competitividad) y a la comunalidad (interés por el cuidado del grupo, empatía, dependencia). Convencionalmente, el modelo de congruencia en la relación sexo-género determinaba que el primero se asocia a la masculinidad y el segundo a la feminidad. Sin embargo, el modelo actual o de androginia afirma que ambos polos pueden estar presentes en cualquiera de los dos sexos, por tanto, las personas que mejor integren ambas dimensiones, instrumentalidad-comunalidad, serán más sanas porque poseerán mayor capacidad de adaptación.

Las personas que están en este momento evolutivo deben realizar, al hilo del desarrollo de su identidad globalmente considerada, una asimilación de contenidos de género. Estos no son otra cosa que todos aquellos elementos que dan significado al hecho de ser mujer u hombre. Semejante tarea no es sencilla, puesto que los y las adolescentes en la actualidad se hallan en un momento vertiginoso de cambio en los roles, en un ambiente donde convergen los tradicionales y los actuales caracterizados por los cambios habidos en la emergencia del nuevo rol de la mujer y sus consecuencias sistémicas respecto al del hombre. Por otro lado, continúa una fuerte presión social debida a la inercia del modelo masculino, en cuanto a lo que hoy por hoy significa socialmente la masculinidad.

En resumen, podemos decir que la sexuación es el resultado de la integración de los diversos niveles que conforman el hecho sexual. La identidad sexual es la síntesis del desarrollo de la programación genética respecto a las bases biológicas del hecho sexual y de los procesos psicológicos que la determinan. Anteriormente, hemos hecho una distinción entre la identidad sexual y la de género, aun si son conscientes de que probablemente tan solo tiene valor teórico, porque en la realidad al final de la adolescencia, salvo dificultades, las personas adquieren una conciencia nítida de su propia identidad que es inexorablemente sexuada. Así, la sexualidad es el modo de estar en el mundo como persona sexuada, que sin duda es el resultado del diseño individual de la propia sexuación. (23,24)

El deseo sexual

Como hemos indicado anteriormente, una de las novedades más relevantes en la adolescencia es la aparición del erotismo puberal. Una manera de enriquecer el conocimiento de tal evento consiste en tomar en consideración las aportaciones más actualizadas acerca del deseo sexual. El cual está constituido por tres elementos moderadamente independientes: el impulso, el motivo y el anhelo. El impulso (drive) representa la base biofisiológica del deseo sexual, el motivo (motive) hace referencia a su articulación psicológica y el anhelo (wish) a su representación sociocultural.

El impulso sexual está constituido por lo que podríamos considerar el "sistema sexual". Los seres humanos heredan filogenéticamente los elementos anatómicos, fisiológicos y neuroendocrinos que regulan el comportamiento sexual y que generan predisposiciones comportamentales hacia los estímulos eróticos. Como es bien sabido, la testosterona es la hormona relacionada con el deseo sexual en ambos sexos. Sin embargo, la motivación sexual constituye un sistema interactivo entre el "sistema sexual" (bases biofisiológicas del deseo sexual) y los incentivos, estos estereotipados en las especies subhumanas y complejos en los humanos por las diversas mediaciones tanto psicológicas como culturales. Por tanto, el impulso hace referencia a la activación que puede generarse desde la propia dinámica biológica o inducirse a partir de determinados incentivos, es decir, estímulos que en diversas situaciones tienen valencia erótica. Activación en definitiva.

El motivo constituye la articulación psicológica del impulso sexual. Representa la disposición hacia la actividad sexual. Se manifiesta por la integración del impulso en el conjunto de la personalidad y supone la aceptación o el consentimiento de la activación sexual, la disposición hacia lo erótico. Esta depende de la propia historia sexual y de cómo haya sido su socialización en el contexto sociocultural donde estos se desarrollan.


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El anhelo se corresponde con la representación sociocultural del deseo sexual y significa el deseo de llegar a estar involucrado en la experiencia sexual, es este otro componente independientemente del impulso y del motivo. Sin embargo, este anhelo está fuertemente mediatizado por el contexto. Historiadores, sociólogos y antropólogos llaman la atención sobre el hecho de que la vida sexual está influenciada por fuerzas sociales que circundan al individuo y que pueden llegar a ser más importantes que la propia vida individual. Dicho de otra manera, las aspiraciones sexuales están fuertemente diseñadas por la tradición cultural, el momento histórico y los intereses de las clases dominantes. Una de las principales expectativas respecto a las aspiraciones sexuales se deriva de la organización sociocultural de los roles que se definen sobre la base de los contenidos de género en función de las personas y sus capacidades. El discurso social acerca de la sexualidad establece lo que puede ser deseado por mujeres o por hombres.

Un ejemplo referido a la articulación de los tres componentes del deseo sexual es el siguiente: en las primeras sectas cristianas, el impulso sexual era considerado como una fuerza demoníaca, el motivo -como componente del deseo sexual- consistía en la evitación de toda experiencia subjetiva de deseo y el anhelo se convertía en la aspiración de ser virtuoso, es decir, radicalmente ascético.

Bien al contrario desde el punto de vista de criterios amplios de salud sexual, se puede considerar que un objetivo evidente de la educación afectivo sexual en la adolescencia consiste en facilitar la posibilidad de que cada adolescente pueda reconocer su impulso sexual, integrar los motivos para la actividad sexual en el conjunto de su personalidad con una perspectiva de futuro y valorar críticamente los anhelos o aspiraciones eróticos respecto a su propia identidad de una manera auténtica, personal, sin tergiversaciones, que responda genuinamente a sus propias necesidades y no a otras inducidas externamente.

Estos tres componentes del deseo sexual son realidades moderadamente separadas. La armonía entre ellos produce una adecuada integración de este. En el espacio clínico se puede apreciar su relativa independencia, puesto que en las personas que presentan dificultades con el deseo sexual es posible observar determinadas incongruencias entre ellas. Por ejemplo, personas con un nivel óptimo de impulso podrían tener razones para evitar la experiencia emocional subjetiva del deseo sexual por diversos motivos. El discurso social sobre lo "sexualmente correcto" podría lograr que una persona anhelase desear sexualmente aquello que dista de su propia realidad. Una persona mayor podría anhelar estar involucrado/a en experiencias sexuales porque ellas podrían hacerle sentirse activo/a, vital, querido/a, aunque por determinadas circunstancias careciese de impulso. Un o una adolescente, como veremos posteriormente, podría sentir un fuerte impulso sexual, pero carece de recursos para integrarlo en el conjunto de su personalidad en relación a otras instancias psíquicas. Podría tener motivos para no desear o aplazar la experiencia sexual a pesar de su impulso debido a algunas contradicciones o dificultades propias del comienzo de la adolescencia.

Desde el punto de vista del impulso, sabemos que la respuesta sexual en términos fisiológicos es muy precoz. Todo parece indicar que existen manifestaciones sexuales desde el segundo tercio del período intrauterino, erecciones, modificaciones vulvares, etc. así como comportamientos similares al ciclo de respuesta sexual, aunque la cuestión del orgasmo infantil ha sido discutida por diferentes autores. No cabe duda de que existe una predisposición innata a la búsqueda de placer físico, al contacto corporal. La etología aporta numerosas evidencias de que estas predisposiciones son constantes a lo largo de la evolución, sobre todo en las especies superiores.

No podemos decir, sin embargo, que exista en los niños deseo sexual tal y como lo entendemos desde una perspectiva adulta. Aunque no haya muchos datos sobre el comportamiento sexual de ellos, excepción hecha del campo psicoanalítico cuya discusión no es pertinente en este momento, podemos decir que dadas las características psicológicas infantiles, estos tienen una sexualidad egocéntrica y autoerótica. Los estímulos eróticos como activadores del deseo no tienen significado en ellos. No debe confundirse el interés y la curiosidad por el descubrimiento del propio cuerpo y del otro/a ni la búsqueda de contacto físico como manifestaciones del deseo sexual. En estas edades es más propio hablar de una dimensión sexual-afectivo-social más bien difusa y sin perfilar.

En términos de impulso, es decir, desde un punto de vista biofisiológico, en la pubertad ocurre un acontecimiento importante. Como efecto de los cambios puberales, aumenta considerablemente la tasa de testosterona, que, como ya hemos indicado, es un potente regulador del deseo sexual. En este momento aparece el erotismo puberal.

En estos momentos el deseo sexual se manifiesta con intensidad, en tanto que impulso, aparece poco a poco y de manera consciente dirigido a otra persona. Comienzan las primeras fantasías eróticas, la atracción y la respuesta hacia estímulos eróticos. El deseo sexual se orienta. Posteriormente tendrán lugar experiencias sexuales, primero autoeróticas, luego compartidas. El impulso sexual es la base energética del deseo sexual, su configuración dependerá de los antecedentes infantiles, de variables psicológicas y del contexto social en el que se desarrolla la socialización de la sexualidad.

Desde este punto de vista biosocial, los cambios hormonales tempranos en la adolescencia tienen una influencia directa en el interés y la motivación sexuales e indirecta a través de los efectos de los cambios en la apariencia física y la atracción erótica de los demás. Los procesos sociales se contemplan como facilitadores o inhibidores de la implicación en aspectos sexuales.

La relación entre los niveles de testosterona y la activación y el comportamiento sexuales han sido estudiados. Estos autores encontraron que los niveles de testosterona aumentan en los chicos la motivación sexual en forma de fantasías eróticas y excitación espontánea y de comportamientos explícitos, como la masturbación, los orgasmos nocturnos involuntarios y la frecuencia de relaciones compartidas a distintos niveles. En las chicas, los efectos de la testosterona inciden en el aumento de su motivación sexual expresada en fantasías y masturbación, pero no en el aumento de relaciones compartidas. Las diferencias de género en cuanto a la expresión del deseo sexual podrían ser explicadas como efecto de las pautas diferenciales en la educación de los y las adolescentes.

El período prepuberal y los inicios de la adolescencia son momentos muy sensibles a la configuración del deseo. Por un lado, por las propias modificaciones corporales y la intensificación de las manifestaciones de la excitación sexual y, por otro lado, por la vivencia de la activación del deseo sexual como experiencia emocional subjetiva.

Debemos aceptar que en estas edades los y las adolescentes viven con intensidad el impulso, que corresponde con la experiencia subjetiva de esta realidad. La fuerza de sus manifestaciones en los y las adolescentes les lleva a enfrentarse con el sí mismo sexual. La manera en que se desarrolle predispondrá el futuro bienestar sexual adulto. El proceso por el cual el impulso se organiza e integra en la personalidad puede ser considerado como una línea de desarrollo que probablemente alcance su forma madura después de la adolescencia. Como en otras líneas de desarrollo, es importante considerar cuáles son las influencias anteriores y cómo integra el o la adolescente el sí mismo sexual. No estaríamos muy equivocados si afirmáramos que este es un tema habitualmente soslayado, tanto en el ámbito familiar como en el escolar.

Desde nuestro punto de vista, el comportamiento sexual de los adolescentes pasa por dos momentos bien diferenciados: el autoerotismo o erotismo dirigido hacia la propia persona y el heteroerotismo o erotismo dirigido hacia los demás. (23-25)

El autoerotismo o masturbación

Los primeros comportamientos sexuales en la adolescencia generalmente son autoeróticos. Sin embargo, la masturbación en este momento evolutivo adquiere una cualidad diferente a los comportamientos autoeróticos infantiles. En realidad solo la masturbación infantil es genuinamente autoerótica, en la medida en que se trata de la experiencia de placer que emana del propio organismo en la que no existe el "otro". Sin embargo, en la adolescencia, el autoerotismo tiene una clara vocación heteroerótica, relacional, puesto que la masturbación va guiada, en general, por fantasías que incluyen la satisfacción sexual compartida.

La masturbación es una actividad que ayuda a conocer el cuerpo y la propia respuesta sexual descubriendo todos sus matices. A través de ella se obtienen satisfacciones sexuales y construyen en la fantasía situaciones idealizadas o inalcanzables; ayuda también a elevar la autoestima sexual. Tiene sentido en sí misma como una forma de acceso al placer, por ello puede estar presente, con mayor o menor intensidad, a lo largo de las edades; en los primeros años de la adolescencia puede suponer un ensayo imaginado de la anhelada experiencia sexual. La fantasía a través de la masturbación puede ser el motor que tire de la realidad y ayude de este modo a acceder a la experiencia compartida.

En relación al nivel de conocimientos contrastados que poseemos sobre esta cuestión, se puede afirmar que la masturbación es un comportamiento natural y saludable que forma parte del repertorio de las actividades sexuales. Sin embargo, determinadas situaciones conflictivas tanto desde el plano individual como familiar o escolar podrían dar lugar a un tipo de masturbación reactiva o compulsiva. En estos casos, la masturbación compulsiva debe ser interpretada como una manifestación del conflicto y no como el origen de este.

La integración saludable de la masturbación está mediatizada por las actitudes hacia la sexualidad y estas a su vez por las reacciones emocionales ante esta. De los estudios que han analizado esta cuestión, se puede deducir que existe una variedad de reacciones de los adolescentes hacia ella. Algunos/as la consideran algo sucio e inaceptable, otros/as como una necesidad biológica y natural. Sin embargo, la síntesis de los estudios más recientes indica que aproximadamente un 80% de los chicos y un 70% de las chicas la consideran como normal y natural. En cuanto a su incidencia podemos decir que aproximadamente un 80% de los chicos y un 60% de las chicas se ha masturbado antes de los 18 años. La comparación entre los estudios actuales y las realizadas décadas atrás demuestran que las diferencias entre chicas y chicos respecto a la masturbación tienden a disminuir, de este hecho se podría deducir la importancia de las diferencias en la educación entre mujeres y hombres.

El heteroerotismo

Llegado un determinado momento, el autoerotismo da paso al heteroerotismo o experiencia compartida. Esta será heterosexual, bisexual u homosexual dependiendo de cómo se haya orientado el deseo.

La edad de la primera experiencia sexual se está adelantando tanto en chicos como en chicas, no obstante, la experiencia sexual es más temprana en ellos, aunque estas diferencias son menores que en décadas pasadas. En los últimos años aumenta el porcentaje de los que dicen haber tenido experiencias sexuales con más de un compañero o compañera en ambos sexos. En general, se puede deducir de las investigaciones que los chicos tienden a ser más activos y a poseer mayor experiencia sexual que las chicas.


Comportamiento del embarazo en la adolescencia .5

Sin embargo, también es más frecuente encontrar mayores contradicciones en los datos de ellos que de ellas, por lo que sus respuestas podrían estar distorsionadas por la deseabilidad social. En cualquier caso, aunque se constaten diferencias de comportamiento entre mujeres y hombres, estas no denotarían otra cosa que ritmos distintos en los respectivos procesos de sexuación. (23-25)

La mayoría de las chicas afirma que el motivo principal para sus primeras experiencias sexuales fue el haberse sentido enamoradas, sin embargo, los chicos consideran que los motivos principales fueron el deseo de conocer la experiencia, el placer obtenido de ella o el considerar que era algo que se tenía que hacer. (26)

Al situarnos en la adolescencia, sabemos que la orientación del deseo es percibida desde edades muy tempranas y que una vez que se orienta es persistente. Por tanto, los y las adolescentes con este tipo de orientación preferente sienten su atracción erótica hacia personas del mismo sexo desde los inicios de este momento vital. Si consideramos el conjunto de su desarrollo personal, en este momento están redefiniendo la identidad sexual en base a la nueva figura corporal y las nuevas capacidades dentro de un entorno cultural portador de las atribuciones culturales. La educación afectiva sexual debe contribuir a generar actitudes positivas. (27)

Amar es una necesidad vital del género humano, que se pone de manifiesto desde el momento del nacimiento, etapa en la cual el niño comienza a sentir la necesidad de afecto y contacto físico. Con el advenimiento de la pubertad y el inicio de la adolescencia, esta necesidad de amor infantil se transforma y cobran una gran preponderancia los sentimientos basados en la atracción sexual y las conductas que de ella se derivan. Por lo general, el adolescente, quien ya es apto biológicamente para la reproducción, no se encuentra maduro en lo psíquico, social y emocional para enfrentar ese proceso. (14,28)

Los cambios en la estructura social y familiar, los biológicos, la disminución en la edad a la primera unión y, en general, las características psicológicas tan acusadas que marcan el paso de la niñez a la adolescencia constituyen factores de riesgo que, entre otras consecuencias, producen en no pocos casos embarazos, abortos o partos no deseados con limitaciones para el ulterior desarrollo de las vidas de los padres e hijos al impedir su pleno desarrollo social, familiar e individual. (17,29)

Generalmente, se presenta una actitud de rechazo y ocultamiento del embarazo por temor a la respuesta del grupo familiar, lo que conllevaría a un control prenatal tardío o insuficiente, y dificultaría la detección de problemas o la implementación de medidas de intervención. El desarrollo psicosocial comprende una de las principales tareas del ser humano consistente en construir una identidad propia, además de regular internamente la autoestima, la cual se asocia a las necesidades emocionales satisfechas. Así, las adolescentes que presentan carencias afectivas intentarían sentirse valoradas a través de la maternidad. (27)

El adolescente de hoy en día tiene mayores posibilidades de tener embarazos, sean estos deseados o no, los cuales acarrean toda una serie de problemas a enfrentar, entre los que se destacan peligros médicos como los siguientes (16):

• Escaso y tardío control prenatal
• Enfermedades propias y asociadas al embarazo, como toxemia, anemia, infecciones de transmisión sexual, prematuridad, desnutrición
• Mayor morbilidad materno-perinatal
• Incremento de la tasa de aborto
• Mayor número de distocias
• Multiparidad

Otros riesgos se agrupan en alteraciones de la esfera psicosocial y afectiva como los siguientes:

• Concepciones prematrimoniales
• Matrimonios o unión precoz
• Mayor índice de separación marital
• Incremento del aborto y sus secuelas
• Deserción escolar
• Rechazo familiar
• Aislamiento social

Las causas del embarazo adolescente pueden ser muchas, y al mismo tiempo discutibles, pero trataremos de enumerar algunas. Al mismo tiempo, los factores de riesgo de las jóvenes de quedar embarazadas existen en todas las clases sociales, pero tiene más probabilidades de ser madre una niña de bajo estrato social que una con mejor situación económica y padres profesionales. (30,31)

Causas:

• Mal funcionamiento del núcleo familiar (posibilidad de huir de un hogar donde a veces la adolescente se siente amenazada por la violencia, el alcoholismo y el riesgo de incesto)
• La inestabilidad familiar
• La necesidad de probar su fecundidad
• La pérdida de la religiosidad
• Mantener relaciones sexuales sin las medidas de contracepción adecuadas
• La aceptación de mantener relaciones sexuales a edades cada vez más precoces
• La falta de educación suficiente sobre el comportamiento sexual responsable
• Información clara y específica sobre las consecuencias del intercambio sexual

Factores de riesgo:

• Crecer en condiciones pobres o precarias
• Falta de educación por parte de los padres
• Vivir en comunidades o asistir a escuelas donde los embarazos tempranos son comunes
• El uso temprano de alcohol y/o drogas
• Haber sido víctima de un ataque o abuso sexual

Si sus madres a su vez les han dado a luz a edad temprana. En Chile, distintos estudios indican que el 40% de los adolescentes escolares ha tenido relaciones sexuales (47% hombres y 32% mujeres). Es más alto en el nivel socioeconómico bajo con un 63%, seguido del nivel medio con un 49% y por último en el nivel alto con solo un 17%.

Los estudios indican también que la relación sexual precoz es extendida en comunidades campesinas, algunas zonas suburbanas y en las clases sociales bajas de las grandes ciudades.

La mitad de los embarazos adolescentes ocurre durante los 6 meses siguientes al inicio de la actividad sexual, y el 20% en el curso del primer mes. De estos jóvenes, no más de un 30% usó algún método anticonceptivo en ese período, pues confiaban que “eso no iba a pasarles”.

Las estadísticas señalan que durante el año siguiente al parto, el 30% de las jóvenes queda nuevamente embarazadas, y entre el 25 y el 50% durante el segundo año.

Síntomas del embarazo:

• Falta del período menstrual
• Agotamiento
• Aumento del tamaño de los senos y del peso corporal
• Distensión abdominal
• Náuseas y vómitos
• Mareos y desmayos
• Aumento del apetito
• Posible irritabilidad

A menudo, no se sospecha del embarazo de la joven hasta que es obvio, lo que se traduce en un aumento de sus riesgos, ya que se ha comprobado una relación directa entre las complicaciones del embarazo con el número de semanas de gestación sin atención médica. Esto es especialmente importante en Chile, donde las muertes a raíz del aborto inducido en las adolescentes de 15 a 19 años es una de las principales causas de muerte en la población femenina de estas edades. (32)

En Chile, nacen cada año alrededor de 40.355 recién nacidos cuyas madres tienen entre 15 y 19 años. A esta cifra, se agregan otros 1.175 nacimientos en menores de 15 años. De esta forma, en nuestro país la incidencia del embarazo en la adolescencia es de alrededor del 16,16%, es mayor en la octava región (25%). (32-34)

Uno de los problemas más complejos que actualmente confronta la reproducción humana se produce justamente en este período: el embarazo en la adolescencia, considerado como un problema biomédico con elevado riesgo de complicaciones durante el embarazo y parto, que conlleva un incremento en las tasas de morbilidad y mortalidad materna, perinatal y neonatal. Tiene además implicancias socioculturales y psicológicas con elevado costo personal, educacional, familiar y social.

Desde la perspectiva sociocultural, la adolescente embarazada limita sus oportunidades de estudio y trabajo, puesto que la mayoría de ellas se ve obligada a desertar del sistema escolar, y queda la adolescente con un nivel de escolaridad muy bajo, que no le permite acceder a un trabajo digno que le permita satisfacer, al menos, sus necesidades básicas. Esta situación se ve agravada por su condición de madre soltera en que queda la mayoría de estas adolescentes debido a que la pareja es generalmente un adolescente o joven que no asume su responsabilidad paterna y provoca una situación de abandono afectivo, económico y social en la madre y el niño (34). En Chile (35,36), la deserción escolar en las adolescentes no solamente ocurre durante el embarazo, sino también en un porcentaje importante antes del embarazo (40%).


Comportamiento del embarazo en la adolescencia .6

La baja escolaridad que alcanzan estas adolescentes y la dificultad para reinsertarse al sistema escolar tienen un efecto negativo en la formación del capital humano y la superación de la pobreza de estas adolescentes, realidad que también ha sido reportada por Troya (37). Contrapuesto con lo anterior, Evans (38) comprobó que cuando las adolescentes se mantienen en el sistema escolar, tienden a posponer su primer embarazo y a usar métodos anticonceptivos.

El rendimiento escolar de estas adolescentes durante su permanencia en el sistema era malo, puesto que la repitencia se presentó en un alto porcentaje en ambos grupos, cifra que se encuentra por sobre el promedio general nacional, que es alrededor de 10% (39). Estos hallazgos concuerdan con Meléndez (40), quien además señala que la deserción escolar es el último eslabón en la cadena del fracaso escolar y que un alumno repitente tiene alrededor de 20% más de probabilidad de abandonar el sistema escolar.

Las altas tasas de embarazo en la adolescencia es una carga de todos nosotros: los adolescentes, sus hijos, y la sociedad en general. Cuando las adolescentes dan a luz, disminuyen sus perspectivas de futuro. En comparación con las mujeres jóvenes que demoran su primer nacimiento hasta las edades de 20 o más edad, menos madres adolescentes completan la escuela, tienen más probabilidades de tener familias numerosas y tienen más probabilidades de ser padres o madres solteros. Los niños nacidos llevan la peor parte de su “mother' de corta edad: en comparación con los niños nacidos de mujeres de 20 años y de más edad, los bebés nacidos de madres de 15-17 años de edad tienen menos apoyo y estímulo de los ambientes domésticos, peor salud, menor cognitivo desarrollo, son peores los resultados educativos, hay mayores tasas de problemas de conducta y mayores tasas de maternidad adolescente.

También hay un costo considerable para los contribuyentes y la sociedad en general. Tras ajustar por otros factores relacionados con la paternidad adolescente, el costo anual estimado para los contribuyentes de los nacimientos a las mujeres jóvenes de edades de 15-17 años es de por lo menos 6,9 millones de dólares en pérdida de ingresos por impuestos y un mayor gasto en asistencia pública, la atención de la salud para los niños, la colocación en hogares de guarda y el sistema de justicia penal.

El concepto de adolescencia se establece a partir de una construcción social, por lo tanto, varía en el tiempo y en el espacio, y posee un componente fundamental de carácter histórico. Esto significa que existen diversos significantes y significados (sociales y lingüísticos) que encierran en sí mismos un conjunto de prácticas sociales particulares, las cuales se entienden a partir de sus especialidades y en el marco de un determinado contexto social. Desde el punto de vista metodológico, el embarazo en la adolescencia no es asunto estrictamente fisiológico ni de manejo irresponsable de la sexualidad por parte de las personas adolescentes ni de familias disfuncionales ni falta de información sobre métodos anticonceptivos, sino que es producto de múltiples interrelaciones, de estos y otros factores; obedece al funcionamiento mismo de la sociedad. Es la construcción de un modelo sobre el comportamiento sexual entre los miembros de esa sociedad lo que va a determinar que en un nivel más concreto los jóvenes expresen y manejen su sexualidad, ya sea de una manera más o menos adecuada, según esos parámetros sociales.

Este modelo se asienta sobre la base de un conjunto de signos, símbolos, discursos, ideologías, moralidades, creencias, conocimientos, mitos y valores que prescriben sobre cómo la población adolescente debe manejar su sexualidad en lo concerniente a la concepción de lo femenino, lo masculino, la maternidad, la paternidad, el matrimonio, la familia, las relaciones sexuales prematrimoniales, el noviazgo, el embarazo, la anticoncepción, el aborto, la heterosexualidad, la homosexualidad, el lesbianismo, el placer, el erotismo, entre otros. El cómo las personas adolescentes manejan su sexualidad va a estar también definido por los aspectos relacionados con las condiciones de vida en que estas personas se desarrollan, es decir, con las maneras en que cotidianamente se enfrentan con su medio social (educación, salud, vivienda, trabajo, ambientes saludables, ambiente familiar, comunal, vínculos con pares, recreación, entre otros).

Como la sociedad estipula que el modelo de ser mujer es el de aquella que es madre, enaltece la maternidad como la esencia del ser mujer y la presenta como la única opción. Tal concepción constituye un riesgo de embarazo en la adolescencia. Por el contrario, si la sociedad le presentara a ese ser mujer otras opciones y mejores condiciones de desarrollo, quizás la frecuencia de embarazos en la adolescencia sería menor. Las adolescentes estudiarían, participarían en lo social, recreativo, deportivo, cultural o comunitario y perfilarían proyectos de vida con otra dirección en la que la maternidad no se convierta en el central de realización.

Este modelo o paradigma es desarrollado por la sociedad desde una lógica dualista, bastante limitada, que se debate entre lo bueno y lo malo, el mundo adulto y el mundo adolescente, lo moral y lo inmoral, ser mujer o ser madre. A partir de ese momento, la sociedad irrumpe en el mundo de la vida de las personas en términos del manejo de la sexualidad, es decir, de las relaciones coitales, de la privacidad e intimidad, de las relaciones placenteras (no necesariamente coitales), de las relaciones entre los géneros e intergeneraciones. Entre los recursos que la sociedad utiliza para difundir el modelo, están el aparato estatal, la iglesia, el sistema educativo, el sistema de salud, los medios de comunicación, el mercado, el consumo, entre otros.

Por último, el embarazo en la adolescencia es un problema de carácter estructural que afecta de igual manera a los grupos sociales de distintos estratos socioeconómicos. La diferencia estriba en el acceso a los recursos disponibles socialmente, con los cuales cada uno de estos estratos canalizan y enfrentan la situación.

Las personas adolescentes construyen su identidad y sus proyectos de vida, dependen del nivel socioeconómico y cultural en que se encuentran, de las experiencias cotidianas ocurridas en sus diferentes ambientes (en la familia, la calle, la escuela, el trabajo, la comunidad, las instituciones del Estado) así como de las oportunidades que la sociedad le ofrezca, del nivel educativo, del grado de satisfacción que posea con su cuerpo y como persona y en relación con los grupos que lo rodean, del tipo familiar y comunidad a la cual pertenece, de la disponibilidad de tiempo libre, de su condición de trabajo y estudio, entre otros.

Las personas adolescentes son sujetos de derecho, poseen voz propia e integran la ciudadanía. Ello supone visualizarlas como personas que forman parte y aportan en el proceso de construcción de las sociedades desde diferentes niveles como sujetos activos, inteligentes, creativos, con historia acumulada y con deseos de alcanzar una mejor calidad de vida. (41)

Venezuela es el primer país sudamericano en volumen de embarazos no planificados, según cifras de las Naciones Unidas. De hecho, en el país se registran 98 nacimientos por cada mil mujeres entre 15 y 19 años. Igualmente, el Instituto Alan Guttmacher reportó que solo Latinoamérica registró unos 6 millones de abortos, de esta cifra el 10% ocurrió en adolescentes.

Estas son algunas de las razones para que Schering de Venezuela mantenga desde hace dos años el programa educativo “Tú Decides”, que se lleva a cabo en Caracas, Maracaibo y Valencia. Este programa de responsabilidad social dirigido a jóvenes y a adolescentes en edad reproductiva está orientado a concientizar sobre los riesgos de iniciar una relación sexual sin la protección y seguridad adecuada.

“Tú Decides es un programa de carácter social cuyo principal objetivo es tratar de disminuir la tasa de embarazos no deseados a través de charlas directas a mujeres jóvenes y adolescentes que, por distintas razones, no reciben información adecuada para protegerse contra un embarazo no deseado o contra una infección de transmisión sexual” afirma Manuel Cabrera, Director Médico de Schering de Venezuela. El programa de charlas de “Tú Decides” se imparte en distintos colegios, institutos de educación superior y técnica, liceos, universidades, ambulatorios, centros de planificación familiar e incluso en empresas privadas donde quieran recibir información adecuada.

Entre los especialistas se encuentran ginecólogos, sexólogos y educadoras, quienes además de dar información pertinente, orientan al público y facilitan su acceso a los métodos anticonceptivos recomendados para cada grupo. Las preguntas más frecuentes son cómo calcular los días fértiles, cuáles son los porcentajes de seguridad de los métodos anticonceptivos, cómo utilizarlos correctamente y qué precauciones tomar en caso de olvidar tomar alguna píldora.

“Tú Decides es un programa de educación sexual patrocinado por Schering de Venezuela que ha organizado más de 900 charlas, en las que han participado más de 16 mil mujeres y 7 mil hombres que no contaban con la información adecuada sobre cómo protegerse de un embarazo. Además, contamos con especialistas de distintas áreas que no solo manejan los conocimientos adecuados, sino que saben cómo dirigirse a estas personas”, comenta Cabrera.

Un embarazo no planificado no solo es un problema médico, sino que representa un problema de tipo social, económico y educativo porque dificulta el proyecto de vida de las personas involucradas, crea trastornos en el entorno familiar y social. Esta problemática se soluciona al atacar la causa y no la consecuencia, por lo que Schering de Venezuela enfoca sus acciones a la educación e información de la población joven para evitar que el joven busque una solución apresurada si el embarazo no deseado ya es una realidad. (42)

La adolescencia es la etapa de la vida que separa la niñez de la adultez, o sea, un proceso universal que varía entre personas y culturas, donde ocurren diferentes cambios biológicos, psicológicos y sociales. Resulta tan intensa y diversa que por esa razón no se disfruta a plenitud la mayoría de las veces.

La madurez psicológica y la incorporación a la sociedad ya como adulto joven puede ocurrir más rápida o lentamente, pero la edad establecida por la OMS oscila entre 10 y 19 años. El embarazo en la adolescencia, particularmente en muchachas muy jóvenes, implica un riesgo de múltiples complicaciones, puesto que puede provocar la muerte de la madre o del niño o hacer que uno o ambos padezcan impedimentos físicos o mentales por el resto de sus vidas. (43,44)


Comportamiento del embarazo en la adolescencia .7

OBJETIVO GENERAL

Valorar el comportamiento del embarazo en la adolescencia en el Área de Salud Integral Primero de Mayo, Municipio Jiménez, Estado Lara de enero a junio del 2010.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

• Caracterizar las embarazadas de acuerdo a grupos de edades, nivel de escolaridad y estado civil.
• Identificar el ambiente familiar en el que se desarrollan los adolescentes y las principales causas de embarazo en la adolescencia.
• Precisar tiempo de gestación y sus complicaciones.
• Establecer el grado de acatamiento a las prescripciones médicas.

MATERIAL Y MÉTODOS

Se realizó un estudio descriptivo transversal con el objetivo de conocer el comportamiento del embarazo en la adolescencia en 8 consultorios de barrio adentro en el Área de Salud Integral Primero de Mayo, Municipio Jiménez, Estado Lara de enero a junio del 2010.

El universo de trabajo estuvo constituido por el 100% de las embarazadas adolescentes existentes en estos consultorios, con un total de 47 casos, se trabajó con su totalidad.

Criterios de inclusión: todas las embarazadas adolescentes existentes en estos 8 consultorios.

Se le aplicó una encuesta (anexo 1) con variables que responden a los objetivos de la investigación, la cual se convirtió en el registro primario y fue aplicada por el autor en visitas a sus casas en compañía del médico de familia.

Para realizar esta investigación se definieron y se operacionalizaron las siguientes variables:

1. Edad: variable cuantitativa continua que se mide en intervalos de clases abierto con 5 de amplitud, se describe la edad en años cumplidos hasta el momento del estudio, se distribuye (expresado en números y porcentajes según edad):

• 10-14 años
• 15-19 años
• Adolescencia: algunos la dividen en adolescencia temprana (10 a 14 años) y adolescencia tardía (15 a 19 años).

2. Nivel de escolaridad: variable cualitativa ordinal. Se mide curso escolar vencido según Ministerio de Educación en Venezuela (expresado en números y porcentajes):

• Primaria terminada: de 1er a 6to grados.
• Secundaria terminada: 1er ,2do y 3er años vencidos.
• Preuniversitario: considerado 4to y 5to años vencidos.

3. Estado civil: variable cualitativa nominal que se mide en soltera, casada y acompañada (expresado en números y porcentajes).

4. Ambiente familiar: variable cualitativa nominal que se mide en adecuado e inadecuado (expresado en números y porcentajes):

• Adecuado: familia que no está atravesando por crisis debido a conflictos matrimoniales o entre padres e hijos, con per cápita familiar de más de 100.000 bolívares por personas.
• Inadecuado: familias donde no se cumplen los parámetros antes mencionados.

5. Uso de anticonceptivos: variable cualitativa nominal que se mide en sí o no (expresado en números y porcentajes).

6. Motivos por los que tuvo el embarazo: variable cualitativa nominal politómica que se mide en deseado, miedo al uso de anticonceptivos, trabas para la interrupción, no sabía que estaba embarazada, fallo del DIU, rechazo familiar (expresado en números y porcentajes).

7. Complicaciones: variable cualitativa nominal politómica que se mide en anemia, sepsis urinaria, amenaza de parto pretérmino, sufrimiento fetal y sin complicaciones (expresado en números y porcentajes).

8. Tiempo de gestación: variable cuantitativa continua que se mide en menos de 37 semanas, 37-41,6 semanas y 42 y más (expresado en números y porcentajes).

9. Grado de acatamiento a las prescripciones médicas: variable cualitativa nominal que se mide en (expresado en números y porcentajes):

• Bueno: cumplen con las indicaciones médicas en tiempo y forma. Se realizaron todos los complementarios en la fecha prevista.
• Regular: cumplieron las indicaciones médicas en tiempo y forma. Se realizaron todos los complementarios, pero fuera de fecha.
• Malo: no observaron las indicaciones médicas. Irregularidades en la realización de complementarios.

Para la realización de este trabajo se tuvo en cuenta la autonomía y el consentimiento informado de pacientes y familiares, no existió objeción para su realización (anexo 2). Además, se comunicó al comité de ética del Centro Médico Diagnóstico Integral sobre el propósito de desarrollar esta investigación. Por otra parte, no se revelaron datos de identidad personal ni la información se destinó a otro fin que no fuese el desarrollo del trabajo con fines científicos fundamentados.

Los resultados fueron almacenados en una base de datos creada en el software estadístico SPSS versión 9.0 para Windows, donde también fueron procesados, se realizaron pruebas de estadística descriptiva y se calcularon porcentajes.

Los resultados del procesamiento se exponen en forma de tablas.

DISCUSIÓN Y ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS

Tabla 1. Distribución de pacientes según grupos de edades en el ASIC Primero de Mayo, Municipio Jiménez, enero a junio de 2010 

comportamiento_embarazo_adolescencia/grupo_de_edad

Fuente: encuesta.

Al analizar esta tabla, se constata que el embarazo en la adolescencia es más frecuente entre las edades de 15-19 años con un 80,8%. Entre los de 10-14 años solo hubo 9 casos con un 19,2%.

En Costa Rica, Ariño Espada (30) obtiene el 46,5% de los embarazos ocurridos en adolescentes a los 17 años; similares resultados se observaron en Brasil en estudios realizados por Beleza Filho (45) en 2004.

No encontramos en bibliografías nacionales e internacionales revisadas ninguna que obtenga resultados que discrepen con el nuestro respecto a esta variable.

La autora considera que en las edades comprendidas entre 15 y 19 años es más frecuente el embarazo en la adolescencia, ya que en este período es donde adquieren mayor libertad sexual, se sienten independientes, sienten necesidad de experimentar e imitar a los demás, donde no son capaces de percibir las consecuencias tanto desde el punto de vista biológico, psicológico como social que esto puede traer en un futuro.

Tabla 2. Distribución según escolaridad de la gestante en el ASIC Primero de Mayo, Municipio Jiménez, enero a junio de 2010 

comportamiento_embarazo_adolescencia/nivel_de_escolaridad

Fuente: encuesta.

Al realizar la distribución de gestantes adolescentes según la escolaridad (tabla 2), encontramos que prevalece la secundaria terminada con 27 casos para el 57,5% seguido del preuniversitario con 16 casos para el 34,0%.

En la totalidad de los casos no llegaron a nivel preuniversitario, coincide con nosotros Agüero López (46) en una investigación realizada en Camagüey, Cuba en 1991.

En otros estudios encontramos resultados similares al nuestro, donde predomina el nivel secundario. (47-50)

Diferentes estudios nacionales e internacionales consultados coinciden con nosotros. (3,10,51)


Comportamiento del embarazo en la adolescencia .8

A juicio del autor, la mayoría de estas adolescentes tiene un nivel escolar de secundaria terminada, lo que coincide también con las edades de 15 a 19 años, ya que es a partir de los 14 años donde estas terminan la secundaria y la gran mayoría en este país abandona los estudios, no existe siempre un miembro de la familia que las oriente y guíe.

Tabla 3. Distribución según estado civil de la gestante en el ASIC Primero de Mayo, Municipio Jiménez, enero a junio de 2010

comportamiento_embarazo_adolescencia/segun_estado_civil

Fuente: encuesta.

Al analizar el estado civil de las embarazadas adolescentes, encontramos un predominio de las acompañadas, las que constituyen el 61,7%. García Luna (47) en sus estudios coincide con el nuestro.

Carmenates Aguilar (48) refiere un predominio de las casadas con un 54,5%, Rodríguez Pérez T (52) halla una prevalencia de las solteras con el 48,6 y el 76,6%, respectivamente.

En Costa Rica en un estudio realizado se destaca que la mayoría de las madres adolescentes de cualquier grupo social posee un estado conyugal de soltería. Se encontró que la tendencia de madre y hermanas solteras con historia de embarazo temprano se presenta muy frecuentemente entre las madres adolescentes. (41)

Agüero López (46) al analizar los factores psicosociales del embarazo en la adolescencia en el VII Congreso Nacional de Obstetricia y Ginecología en La Habana, encontró que solo 22 de cada 100 gestantes estaban casadas.

La autora considera que la mayoría de las madres adolescentes tiene un estado conyugal de acompañadas debido a que no han alcanzado la independencia económica tanto de ellas como de la pareja, que en la gran mayoría son adolescentes igual. Además, por no ser tradición familiar y el medio en que conviven estas.

Tabla 4. Distribución de embarazadas según ambiente familiar en el ASIC Primero de Mayo, Municipio Jiménez, enero a junio de 2010 

comportamiento_embarazo_adolescencia/segun_ambiente_familiar

Fuente: encuesta.

De los casos estudiados, hubo una mayor frecuencia de las jóvenes provenientes de un ambiente familiar inadecuado en 26 para el 55,3%.

En Sierra de Cubitas, Carmenates Aguilar (48) en 1994 obtiene resultados similares con predominio del ambiente familiar inadecuado.

No coinciden con otros estudios realizados en Camaguey por García Luna (47) en 1993, donde predominó el ambiente familiar adecuado. Esto podría estar influenciado por las condiciones socioambientales del área de salud rural en el primer caso expuesto y urbana en el segundo caso.

En países capitalistas y subdesarrollados se observaron con mayor frecuencia estos embarazos jóvenes en familias con bajos ingresos económicos y bajo nivel cultural. (51,54-57)

La autora considera que es frecuente en las madres adolescentes que provienen de un ambiente familiar inadecuado, ya que nos encontramos en un área donde las condiciones socioeconómicas no son las mejores, ya que existe tendencia a la violencia, riñas familiares, drogadicción; el nivel cultural de la mayoría de las familias es bajo, y es en este medio donde se desarrolla la vida de estas adolescentes.

Tabla 5. Uso de anticonceptivos antes del embarazo en el ASIC Primero de Mayo, Municipio Jiménez, enero a junio de 2010 

comportamiento_embarazo_adolescencia/uso_de_anticonceptivos

Fuente: encuesta.

En cuanto al uso de anticonceptivos, el 72,3% no lo usó antes del embarazo y solo un 27,7% hace uso de ellos, se demuestra que aunque la mayoría conoce acerca de estos métodos, no los usan.

Otros autores coinciden con la investigación, donde se obtiene que más del 70% de las embarazadas adolescentes no utiliza métodos anticonceptivos antes de la gestación. (47,52,56)

Por el contrario, Carmenates Aguilar (48) obtiene que el 60,6% de gestantes adolescentes usaba anticonceptivos durante el embarazo.

Las literaturas extranjeras revisadas coinciden con el trabajo. Se plantea que esto podría estar influenciado por la confiabilidad en la suerte de estas jóvenes y en pensar que ellas no les van a pasar nada. Mientras más joven sea el adolescente, menos le interesan los métodos anticonceptivos, sobre todo si son casadas con hombres de mayor edad que ejercen presión para tener hijos.

La autora considera que según la responsabilidad y educación que tenga la pareja respecto al sexo, al uso de medios anticonceptivos debidamente utilizados, ofrece una protección elevada contra una gestación no deseada, sobre todo si lo recomienda el médico u otro personal especializado.

Debido a que ningún método anticonceptivo es completamente efectivo, la abstinencia (no tener relaciones sexuales) es la única forma segura de prevenir el embarazo. Una adolescente sexualmente activa que no utiliza anticonceptivos tiene un 90% de probabilidades de quedar embarazada en un año.

Las razones por las cuales los adolescentes tienen sexo y lo hacen sin adoptar métodos efectivos de anticoncepción es un tema de debate. A continuación, se citan algunas de ellas:

• Los adolescentes adquieren su madurez sexual (fertilidad) aproximadamente cuatro o cinco años antes de alcanzar su madurez emocional.
• En la actualidad, los adolescentes se desarrollan en una cultura donde sus amigos, la televisión, las películas, la música y las revistas transmiten mensajes directos o sutiles de que las relaciones sin un matrimonio de por medio (específicamente las que comprometen a los adolescentes) son comunes, aceptadas e incluso esperadas.
• Con frecuencia, no se ofrece educación acerca de los comportamientos sexuales responsables e información clara y específica con respecto a las consecuencias de las relaciones sexuales (el embarazo, las enfermedades de transmisión sexual y los efectos psicosociales). Por lo tanto, la mayor parte de la “educación sexual” que los adolescentes reciben se transmite a través de los compañeros mal informados o desinformados. (57)

Tabla 6. Motivos por el que tuvo el embarazo en el ASIC Primero de Mayo, Municipio Jiménez, enero a junio de 2010 

comportamiento_embarazo_adolescencia/motivo_de_embarazo

Fuente: encuesta.

Al realizar un análisis de esta tabla, tenemos que el 44,7% de los embarazos fueron deseados por la pareja, el 23,4% se produjo por trabas a la interrupción y el 12,7% por miedo al uso de anticonceptivos.

Aun al saber que el embarazo en las adolescentes representa consecuencias negativas socioeconómicas y psicológicas no tan solo para la madre, sino también para el padre adolescente, el niño y la familia (60), continúa la prevalencia del embarazo deseado por ambos en gran parte de los casos estudiados.

Coinciden con nuestra investigación algunos trabajos en nuestro medio, que señalan como principal motivo para la gestación de la adolescente ser deseado por ambos. (55,56,61)


Comportamiento del embarazo en la adolescencia .9

Armas y colaboradores (60) plantean que la frecuencia de gestaciones no deseadas es elevada con el 51,2%.

Argumentan además que las adolescentes tienen mayor probabilidad de quedar embarazadas si:

• Comienzan a tener citas amorosas a temprana edad (las citas a la edad de 12 años están relacionadas con una probabilidad del 91% de tener relaciones sexuales antes de los 19 años y las citas a la edad de 13 se asocian con una probabilidad del 56% de actividad sexual durante la adolescencia)
• Desertan del colegio
• Crecen en condiciones de pobreza
• Tienen una madre que tuvo su primer parto a una edad de 19 o aun más joven
• Han sido víctimas de abuso sexual
• Carecen de sistemas de apoyo o tienen pocos amigos
• No tienen participación en actividades escolares, familiares o comunitarias
• Viven en comunidades o asisten a escuelas en donde la procreación a una edad temprana es común y vista como norma y no como un tema de preocupación
• Piensan que tienen pocas o ninguna oportunidad de éxito
• Consumen alcohol y/u otras drogas, incluyen los productos del tabaco

En nuestra investigación pudimos conocer que existe una arraigada creencia popular según la cual el primer embarazo de una mujer no debe interrumpirse y en ello no se tiene en cuenta las consecuencias que podrán tener para la pareja adolescente estos embarazos.

Tabla 7. Tiempo de gestación en el ASIC Primero de Mayo, Municipio Jiménez, enero a junio de 2010 

comportamiento_embarazo_adolescencia/tiempo_de_gestacion

Fuente: encuesta.

Al analizar el tiempo de gestación de la adolescente en el momento del parto, se observa un total de 33 nacimientos para un 70,2% entre 37 y 41,6 semanas. Solo 7 nacimientos que representan el 14,9% ocurrieron antes del término normal de la gestación y el número de embarazos postérmino fue de 7 para un 14,9%.

En estudios realizados por López (62) se plantea el predominio de nacimientos prematuros en la madre adolescente, dato este que no coincide con nuestros hallazgos.

La autora considera que es de vital importancia el momento en que se produce el parto en cualquier mujer en edad reproductiva, y es de mayor relevancia en las adolescentes, donde el conocimiento que estas tengan acerca de la maternidad y de cualquier síntoma y signo de embarazo pretérmino y de la importancia que tienen las consultas obstétricas depende en gran medida del desenlace final del embarazo.

Tabla 8. Complicaciones en el ASIC Primero de Mayo, Municipio Jiménez, enero a junio de 2010 

comportamiento_embarazo_adolescencia/segun_las_complicaciones

Fuente: encuesta.

Al observar la distribución de las embarazadas adolescentes según las complicaciones, hubo quien presentó más de una. Existió con mayor frecuencia la anemia para un 40,4% seguida de la sepsis urinaria con 8 casos para un 19,1%.

Aquí señalamos también que del total de las 47 adolescentes estudiadas, 15 de ellas no presentaban complicaciones, lo que constituyó un 36,2%.

Nuestros resultados coinciden exactamente con información brindada por otros autores, quienes plantean que una importante proporción de embarazadas adolescentes presentó un embarazo complicado. (63,64)

En otras bibliografías revisadas se encontró un estudio realizado por el Dr. Ramón Pérez (65), en el que encuentra más del 50% de adolescentes gestantes con un embarazo complicado comportándose de esta forma en el estudio.

El embarazo en la adolescente se asocia con el riesgo más alto de enfermedad y muerte, para ambos la madre y el bebé.

Las adolescentes encinta tienen un riesgo mucho más alto de complicaciones médicas serias, tales como la toxemia, hipertensión, anemia importante, parto prematuro y/o placenta previa. El riesgo de muerte para madres de 15 años o más jóvenes es 60% mayor que el de madres de 20 años.

Los bebés de madres adolescentes tienen de 2 a 6 veces más de probabilidades de tener bajo peso al nacer (BPN) que esos que nacen de madres de 20 años o más. Esto es casi siempre por ser bebés prematuros, pero el retraso del crecimiento intrauterino (crecimiento inadecuado del feto durante el embarazo) es también un factor. Las madres adolescentes son más dadas a demostrar comportamientos, tales como fumar, uso de alcohol o abuso de drogas, alimentación inconsecuente y pobre o parejas sexuales múltiples. Esto puede poner al bebé en un riesgo alto de crecimiento inadecuado, infecciones o dependencia química. El riesgo de muerte del bebé durante el primer año de vida se incrementa en relación a la edad de la madre cuanto menor de 20 años sea. (59,64,65)

Tabla 9. Acatamiento a las prescripciones médicas en el ASIC Primero de Mayo, Municipio Jiménez, enero a junio de 2010 

comportamiento_embarazo_adolescencia/acatamiento_prescripcion_medica

Fuente: encuesta.

En la tabla 9 se refleja una mayor frecuencia del acatamiento de las prescripciones médicas por parte de las adolescentes con un total de 19 para un 40,4%. No deja de ser llamativo que el 34,1% del total asumió una actitud desobediente respecto a las indicaciones médicas, situación que coincide con estudios de índole psicológica realizada al adolescente de esta etapa que atraviesa un embarazo, los cuales hacen una negativa hacia este y se expresan con hostilidad hacia el medio que le rodea. Situación que repercutirá negativamente sobre la madre y su futuro bebé. (13,48)

A juicio de la autora, considera que esta etapa de la vida está indiscutiblemente llena de cambio biopsicosociales y de conducta, en los que culmina el proceso de formación de la personalidad, que en nuestra sociedad no se convierte en crisis negativa o conflictos generacionales, sino en una etapa de energías y posibilidades aprovechables muy productivas y pese a su inmadurez emocional hubo una mayor frecuencia de las adolescentes que cumplieron las prescripciones médicas.

CONCLUSIONES

La edad más frecuente de aparición de embarazo en las adolescentes fue en el grupo de 15 a 19 años, predominó en nivel secundario, el estado civil acompañado y el ambiente familiar inadecuado.

• Predominio de la no utilización de métodos anticonceptivos y motivo de embarazo deseado por ambos
• Se aprecia mayor frecuencia de los embarazos complicados, cuya primera entidad fue la anemia
• La mayoría de las embarazadas llegaron al término de la gestación y siguieron las prescripciones médicas

Anexo 1

Encuesta

Compañero(a) se está realizando un estudio en el área de salud a la que usted pertenece sobre el comportamiento del embarazo en la adolescencia de enero a junio de 2010, y se necesita que colabore en este contestando las preguntas que se realizarán relacionadas con las concepciones que tiene sobre estos aspectos. Esta encuesta es voluntaria y anónima.


Comportamiento del embarazo en la adolescencia .10

Parte I

1. Edad: 10-14 años ____ 15-19 años ____

2. Nivel de escolaridad:

Primaria terminada de primer a sexto grado ____
Secundaria terminada: primero, segundo y tercer años vencidos ____
Preuniversitario: considerado cuarto y quinto años vencidos ____

3. Estado civil:

Soltera ______ Casada _____ Acompañada _____

4. Ambiente familiar:

Adecuado: familia que no está atravesando por crisis debido a conflictos matrimoniales o entre padres e hijos, con per cápita familiar de más de 100.000 bolívares por personas _______
Inadecuado: familias donde no se cumplen los parámetros antes mencionados _______

5. Uso de anticonceptivos:

Sí ___ No ___

6. Motivos por los que tuvo el embarazo:

Deseado ____ Miedo al uso de anticonceptivos____
Trabas para la interrupción _____ No sabía que estaba embarazada ____
Fallo del DIU _____ Rechazo familiar______

7. Complicaciones:

Anemia ____ Sepsis urinaria ____ Amenaza de parto pretérmino ____ Sufrimiento fetal ____
Sin complicaciones ____

8. Tiempo de gestación:

Menos de 37 semanas ______ 37-41,6 semanas ______ 42 y más semanas ______

9. Grado de acatamiento a las prescripciones médicas:

Bueno: cumplen con las indicaciones médicas en tiempo y forma, se realizaron todos los complementarios en la fecha prevista ______
Regular: cumplieron las indicaciones médicas en tiempo y forma, se realizaron todos los complementarios, pero fuera de fecha ______
Malo: no observaron las indicaciones médicas, con irregularidades en la realización de complementarios _____

Anexo 2

Consentimiento informado
Solicitud a los individuos de su disposición a participar en el estudio.
Yo, _____________________________________________________, estoy dispuesta a participar en la investigación sobre el comportamiento del embarazo en la adolescencia, Área de Salud Integral Primero de Mayo, Municipio Jiménez, Estado Lara de enero a junio de 2010.

Una vez que se me explicó el objetivo del estudio, las actividades que se realizarán y los beneficios que reportará para mi salud, conozco también que mi participación contribuirá a un mejor estudio y conocimiento de los resultados de esta investigación, serán utilizados para el bien de nuestra sociedad, se me ha garantizado que toda la información que se obtenga tendrá carácter anónimo y que solo se utilizará con fines investigativos y no será revelado a ninguna persona sin mi consentimiento ni serán usados en otras investigaciones no relacionadas con esta. Se me explicó además que tengo todo el derecho de retirarme de la investigación si así lo deseo y considero oportuno, sin que se convierta en motivo de represión para mi persona. Conociendo lo antes planteado en este documento y habiendo aclarado todas mis dudas, expreso mi disposición a participar en la investigación ofreciendo todos los datos que me soliciten.

Para que conste, firmo la presente el ____ del mes de _____________ del año _____


Firma de la paciente



Firma de la autora de la investigación


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