Mecanismos de adaptacion de los pacientes con enfermedad renal cronica en terapia de hemodialisis
Autor: Devia Kelimar | Publicado:  31/01/2012 | Nefrologia , Articulos | |
Mecanismos de adaptacion de pacientes con enfermedad renal cronica en terapia hemodialisis .5

Existen tres estados posibles de adaptación: afrontamiento respuesta, equilibrio (adaptación o inadaptación) y agotamiento. Cada uno de ellos representa una forma de movilizar los recursos de autocuidado. El paso de un estado a otro viene determinado por la capacidad de afrontamiento de cada uno (con los factores estresantes actuales).

Según Brunner (2002), la adaptación “es un proceso constante y continuo que requiere un cambio a nivel estructural, funcional o conductual, de modo que la persona se adapte mejor a su entorno, esto implica la interacción entre el individuo y el medio. El resultado depende del grado de concordancia entre la habilidad y capacidad de la persona y sus fuentes de apoyo social así como del tipo de reto y factores de estrés que confronta. La adaptación es un proceso individual y continuo de búsqueda y armonía en un ambiente y los objetivos finales que percibe cualquier sistema son la supervivencia, crecimiento y reproducción”.

Por otro lado, Kozier cita la definición de Smith (1981), en su modelo de adaptación refiere que “la salud es un proceso creativo, la enfermedad es un fracaso en la adaptación o una mala adaptación. El propósito del tratamiento es recuperar la capacidad que tiene la persona de adaptarse, esto es, de hacer frente a la situación”.

Depresión

Es una respuesta común ante los problemas de salud, situaciones nuevas, manifestado por sentimientos continuos de tristeza, estos duran poco y no alteran el funcionamiento. Los síntomas específicos de la depresión incluyen sentimientos de tristeza, minusvalía, fatiga, culpa, cefalea y trastorno del sueño, según Brunner (2002).

Ansiedad y depresión

Páez A. (2008) expone que la insuficiencia renal crónica (IRC) consiste en una disminución progresiva y global de la función renal que alcanza un nivel inferior al 10% en la insuficiencia renal crónica (IRC) terminal, estadio más grave de la enfermedad renal, durante el cual se hace necesaria para la supervivencia la implementación de un tratamiento sustitutivo de la función renal mediante trasplante o diálisis (peritoneal continua o hemodiálisis).

La diálisis es un procedimiento terapéutico por medio del cual se eliminan sustancias tóxicas presentes en la sangre. El tratamiento de hemodiálisis consiste en dializar la sangre a través de una máquina, en la cual se hace circular la sangre desde una arteria del paciente hacia el filtro de diálisis o dializador, en el que las sustancias tóxicas de la sangre se difunden en el líquido de diálisis. La sangre libre de toxinas vuelve luego al organismo a través de una vena canulada. La hemodiálisis “es un proceso lento que se realiza conectando al enfermo a una máquina durante aproximadamente 4 horas, 2 o 3 veces por semana”. Guyton (1997).

Además, el tratamiento de diálisis “implica ingerir a diario una gran cantidad de medicamentos y seguir una dieta restringida en líquidos y alimentos”, García (2002). Estos pacientes suelen presentar diversos grados de alteraciones emocionales, tales como ansiedad y depresión asociadas a la sintomatología orgánica, a las limitaciones impuestas por la insuficiencia renal crónica (IRC) y al tratamiento de hemodiálisis. La intensidad de las reacciones emocionales varía de un paciente a otro de acuerdo a la valoración cognitiva que realice, del impacto de la enfermedad renal y la hemodiálisis sobre sus condiciones de vida. También “se relaciona con las habilidades individuales para adaptarse a la condición de dependencia del programa de hemodiálisis”. Álvarez F. (2001).

Modelo teórico de Callista Roy

El paciente con enfermedad renal crónica (ERC) que inicia terapia de hemodiálisis utiliza mecanismos adaptativos que lo ayudarán a afrontar este nuevo estilo de vida. En ese sentido, se puede decir que estos mecanismos pueden ser de tipo psicológicos, sociales y afectivos, y la efectividad del uso de estos mecanismos va a depender del entorno en que se desarrolla la persona. Por lo tanto, el profesional de Enfermería al establecer una relación con este tipo de pacientes debe tener en cuenta la autodeterminación de la persona y los mecanismos que esta emplea para lograr la adaptación. Por tal motivo, el personal de Enfermería debe ser consciente de que constituye un estímulo para el paciente y puede afectar en forma positiva o negativa en su adaptación.

De acuerdo con esto, Roy (1976) en su modelo teórico describe a las personas como seres holísticos, con partes que funcionan como unidad con algún propósito, no en una relación causa-efecto. Los sistemas humanos incluyen a las personas como individuos, grupos, familias, comunidades, organizaciones y a la sociedad como un todo.

Por otra parte, expresa que los seres humanos se adaptan a través de procesos de aprendizajes adquiridos mucho tiempo atrás, por lo cual, el personal de Enfermería debe considerar a la persona como un ser único, digno, autónomo y libre que forma parte de un contexto del cual no se debe separar. Este concepto está directamente relacionado con el concepto de adaptación, de tal forma que la percepción que se tiene de las situaciones a las cuales se enfrenta es individual y diferente para cada uno.

Asimismo, Roy (1976) describe que al realizar la valoración se destaca la necesidad de evaluar a la persona como un todo. La valoración del modo fisiológico y psicosocial constituye una oportunidad para conocer no solo su estado de salud, sino también la percepción que tiene de la situación que está viviendo en este momento, cómo la está afrontando y cuáles son sus expectativas frente al cuidado de Enfermería para promover su adaptación, entendida como un estado de bienestar del ser humano, ya que según Roy el nivel de adaptación representa la condición del proceso vital y se describe en tres niveles: integrado, compensatorio y comprometido.

El nivel de adaptación integrado describe las estructuras y funciones de los procesos vitales que trabajan como un todo para satisfacer las necesidades humanas. Este nivel puede observarse en una consulta de control de crecimiento y desarrollo cuando se presenta un niño con un desarrollo psicomotor acorde a su edad y sin ninguna alteración en su estado de salud.

En el nivel compensatorio, los mecanismos reguladores y cognitivos se activan como un reto de los procesos integrados para buscar respuestas adaptativas y procurar restablecer la organización del sistema. Esta puede ser la situación de una persona con enfermedad pulmonar obstructiva crónica, quien mantiene presiones arteriales de oxígeno bajas y presiones de dióxido de carbono elevadas, como un estímulo indispensable para mantener una respuesta adecuada en la función de oxigenación y circulación.

El mecanismo de adaptación comprometido se presenta cuando las respuestas de los mecanismos mencionados son inadecuadas y, por lo tanto, resulta un problema de adaptación. El nivel de adaptación se encuentra comprometido en una gestante con preeclampsia, en la cual la respuesta de los organismos al estado actual de gestación puede llegar a comprometer el desarrollo y la vida de la madre y el niño.

La condición cambiante del nivel de adaptación afecta la habilidad del sistema adaptativo humano para responder positivamente a la situación. El nivel de adaptación depende fundamentalmente de la estructuración de los subsistemas reguladores y cognitivos, que constituyen los mecanismos de afrontamiento de la persona.

En tal sentido, Roy en su modelo teórico menciona una serie de conceptos, como persona, entorno, salud, enfermería, función de rol e interdependencia, entre otros, los cuales permiten enfocar el cuidado de Enfermería en la disminución de las respuestas inefectivas, para lo cual se debe identificar la causa de esta y lograr así los resultados esperados.

Los conceptos mencionados anteriormente son definidos por Callista Roy de la siguiente manera:

Persona: es un ser biopsicosocial en constante interacción con el entorno cambiante, que usa mecanismos innatos y adquiridos para afrontar los cambios y adaptarse a ellos en los cuatro modos adaptativos: fisiológico, autoimagen, dominio del rol e interdependencia. Es el receptor de los cuidados enfermeros, que desempeñan un papel activo en dichos cuidados.

Entorno: son todas las condiciones, circunstancias e influencias que rodean y afectan al desarrollo y a la conducta de las personas y los grupos.

Salud: proceso de ser y llegar a ser una persona integrada y total. Es la meta de la conducta de una persona y la capacidad de esta de ser un organismo adaptativo.

Enfermería: es requerida cuando una persona gasta más energía en el afrontamiento y deja muy poca energía disponible para el logro de las metas de supervivencia, crecimiento, reproducción y dominio. La meta de la Enfermería es ayudar a la persona a adaptarse a los cuatro modos, ya sea en la salud o en la enfermedad.

Función de rol: implica conductas de razón de la posición de la persona en la sociedad; depende de cómo una persona interactúa con otras en una situación concreta. Puede clasificarse como: primario (edad, sexo), secundario (marido, mujer) y terciario (rol temporal de un particular).

Interdependencia: implica la relación de la persona con sus allegados y los sistemas de apoyo. Persigue el equilibrio entre las conductas dependientes (búsqueda de ayuda, atención y afecto) y conductas independientes (tener iniciativa y obtener satisfacción en el trabajo). Satisface las necesidades de la persona de amor, educación y afecto.

Dentro de los modos adaptativos están los mecanismos de afrontamiento, que son dos: regulador (controla los procesos internos relacionados con las necesidades fisiológicas) y cognitivo (regula el autoconcepto, la función del rol y la interdependencia).


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